Tema 24: Prehistoria de la Península Ibérica hasta la Dominación Romana PDF
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This document is a summary of the history of the Iberian Peninsula from the prehistory to the Roman domination . It outlines the different periods, including the Paleolithic and Neolithic eras, and discusses the geographical factors influencing settlements and connections with other cultures.
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Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana TEMA 24: LA PENÍNSULA IBÉRICA HASTA LA DOMINACIÓN ROMANA 1.-INTRODUCCIÓN JUSTIFICATIVA El tema que tratamos abarca un período de tiempo largo, de alrededor de un millón de años, recorriendo la Prehistoria e Historia...
Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana TEMA 24: LA PENÍNSULA IBÉRICA HASTA LA DOMINACIÓN ROMANA 1.-INTRODUCCIÓN JUSTIFICATIVA El tema que tratamos abarca un período de tiempo largo, de alrededor de un millón de años, recorriendo la Prehistoria e Historia Antigua de la Península Ibérica. Consecuentemente, para estos períodos se utilizarán fuentes y metodologías variadas según el período en el que nos encontremos. Entre ellas, destacan las fuentes arqueológicas, numismáticas, epigráficas y literarias. Igualmente, la comprensión de los primeros pobladores de la Península Ibérica pasa necesariamente por el conocimiento de los condicionantes geográficos de la misma. De esta forma, en un análisis muy general, podemos afirmar que el territorio esta caracterizado tanto por el aislacionismo por su configuración maciza y posición excéntrica respecto al continente y al Mediterráneo, como por su carácter de puente entre dos continentes (Europa y África) y dos mares (Mediterráneo y Atlántico), condicionando directamente las formas de poblamiento y las relaciones entre sí y con los pueblos colonizadores. Finalmente, el conocimiento de la Prehistoria e Historia Antigua de la Península Ibérica en el aula pasa por la puesta en valor de las ciencias sociales. Por tanto, tras los diversos ataques hacia su utilidad social, introducimos como eje vertebrado de este tema la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Para qué la Historia? A nivel curricular estos contenidos se trabajan en los Saberes Básicos de Geografía e Historia de 1º de la ESO e Historia de España de 2º de Bachillerato, tal y como se establece en el Decreto 30/2023, de 16 de marzo, por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Canarias. 2.- EL PALEOLÍTICO El Paleolítico es la etapa más larga cronológicamente hablando que vamos a desarrollar, extendiéndose desde la presencia de los primeros homínidos en la Península Ibérica hasta las primeras formas características de Neolítico. Tradicionalmente el Paleolítico o Edad de Piedra Antigua se divide en tres etapas diferenciadas: 2.1.- Paleolítico Inferior (1.6 millones de años-125.000 años a.C.). En consonancia con el resto de yacimientos a nivel mundial, el origen y procedencia de los primeros homínidos en la Península Ibérica también está en un continuo debate y suspense hasta el descubrimiento de nuevos hallazgos. Durante este período, que abarcaría el período cuaternario y las tres glaciaciones de la época del Pleistoceno (Günz, Mindel y Riss), los primeros homínidos se situaron en las terrazas de los ríos, al aire libre, junto a los abrevaderos y zonas de paso de grandes especies (elefantes, équidos primitivos, bóvidos, rinocerontes, etc.) con motivo de su carácter cazador-recolector. A estos primeros homínidos se les asocia una industria lítica que, según sus características, pueden ser divididos en dos períodos culturales: la Pebble Culture o cultura de Cantos Rodados, en donde destacan utensilios muy simples como el chopper. Los restos más antiguos y libres de todo debate de este período los podemos encontrar en la Gran Dolina de Atapuerca (Burgos). En ella se han hallado numerosos restos del Homo Antecessor; posible ancestro común del Homo Heidelbergensis y Homo Neanderthalensis, con aproximadamente 1 millón de años de antigüedad (aunque esto es algo que está en continuo debate). La otra cultura es la Achelense, con una cronología de unos 600.000 años y cuyo útil característico es el bifaz. La distribución geográfica de los yacimientos de esta cultura se 1 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana sigue dando en los valles de los grandes ríos: en la cornisa cantábrica y el litoral mediterráneo. Podemos destacar el yacimiento de la Cueva del Castillo en Santander, llena de pinturas y grabados y que además es la única cueva de este período. 2.2.- Paleolítico Medio (300.000 o 125.000-35.000 años a.C.) Las fechas varían dependiendo de si se acepta o no la técnica Levallois dentro del Paleolítico Inferior. Este período corresponde al interglaciar Riss-Würm y los inicios de la última glaciación (Würm). Al igual que en el resto de Europa, es el período de apogeo del Homo Neanderthalensis, asociado a la industria musteriense, donde el tamaño de los bifaces se torna más pequeño y aparecen utensilios especializados como las raederas, las puntas de flecha, los cuchillos de mano, los buriles o los raspadores. El hábitat de estos homínidos sigue situándose al aire libre, aunque el número de cuevas y abrigos ha aumentado con respecto al período anterior; por otro lado, se está dando una ocupación más prolongada de los mismos. Su economía se sigue basando en la caza, destacando la cornisa cantábrica con especies como el caballo, el ciervo y la cabra montesa. En la Península Ibérica sus restos están bien documentados, destacando los yacimientos de la Cueva del Castillo y la Cueva del Pendo (Santander) o el Abrí Romaní en Barcelona. En esta etapa, ya comienza a aparecer el Homo Sapiens, y tradicionalmente se ha relacionado con este momento la aparición del arte rupestre, sin embargo, los últimos estudios confirman que este se realizó con anterioridad, por el Homo Neanderthalensis. Prueba de ello son la pinturas que podeos encontrar en la Cueva de la Pasiega (Cantabria), datadas sobre el 66.000 a. C., unos 10.000 años antes de la llegada del Homo Sapiens. Finalmente, cabría destacar la desaparición del Homo Neanderthalensis sobre el año 30.000 a. C. Este acontecimiento ha merecido un gran número de hipótesis, barajándose desde el enfrentamiento con los Homo Sapiens (por los recursos y el territorio), hasta la fallida adaptación a los cambios climáticos, la endogamia o las epidemias. En la actualidad sabemos que una parte de la población europea porta ADN Neanderthal, por lo que se sostiene la teoría de que hubo hibridación con el Homo Sapiens. 2.3.- Paleolítico Superior (35.000-9.000 años a. C.) El Paleolítico Superior se caracteriza por la presencia del Homo Sapiens, el cual viene acompañado de un perfeccionamiento de la industria lítica (microlitismo), el auge de la industria ósea y un aumento demográfico como consecuencia de una dieta más diversificada que incluía la caza, la pesca, la recolección de frutos y el marisquero. El hábitat seguirá la tendencia hacia la ocupación de cuevas, reservando la entrada com lugar de habitación y el interior para otras actividades como la artística. No obstante, los asentamientos al aire libre no se abandonarán por completo. Al desarrollarse esta etapa durante la glaciación Würm, se van a establecer dos zonas climáticas claramente diferenciadas: una en la cornisa cantábrica con un clima más frío que el actual y zonas esteparias, y una en el litoral mediterráneo con un clima más templado y relativamente seco. Todo ello conllevará el desarrollo de diferentes culturas líticas que tenderán a la especialización: La Perigordiense, con puntas de dorso curvas (cuchillo de Châtelperron). Desarrollada en el norte peninsular (Santander). La Auriñaciense, coetáneo al anterior, con raspadores y buriles arqueados. Concentrada básicamente en el Norte y siendo muy característica la industria ósea. El Gravetiense, con puntas de dorso recto y desarrollada en el Mediterráneo. 2 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana El Solutrense, donde la industria lítica se refina siendo lo más característico los anzuelos y las agujas. Desarrollada en el área cantábrica y mediterránea. El Magdalediense, destacando la invención de arpones y propulsores con raspadores y buriles. Tiene la misma dispersión geográfica que el anterior. En esta etapa se continuaría con el arte rupestre, desarrollándose la escuela franco- cantábrica. La mayor parte de arte rupestre de esta época lo encontramos en la cornisa cantábrica, constituyendo el ejemplo por antonomasia la Cueva de Altamira (Cantabria). Las representaciones son mayoritariamente de animales de grandes dimensiones (caballos, bisontes ciervos…), siendo menos comunes las figuras humanas y los símbolos (manos en positivo y negativo…). Numerosas son las hipótesis acerca del significado de estas muestras artísticas: motivación mágico-propiciatoria, simple representación de escenas de caza, relativas a la fecundidad, etc. 2.4.- Epipaleolítico (9.000-5.000 a. C.) En opinión de Ignacio Barandiarán en su Prehistoria de la Península Ibérica (2012), las comunidades epipaleolíticas mantuvieron un modo de vida de cazadores recolectores adaptado al clima del Holoceno, desapareciendo la fauna glaciar (rinoceronte lanudo, mamut…), dando paso a la caza menor ¡m la recolección, el marisqueo y la pesca. Como consecuencia de esto nos encontramos con la evolución del magdalediense y la aparición del aziliense y asturiense con una especialización de la industria lítica, generando el microlitismo. Destaca, por otra parte, la “cultura de los concheros” denominada de esta forma por la acumulación de conchas y huesos en la Cueva del Penicial (Asturias) o la de Concheros del Muge en Portugal. En la zona del mediterráneo, desde Cataluña hasta Cádiz, destacan asentamientos al aire libre o en abrigos como consecuencia del clima suave, surgiendo también una especialización de la industria lítica a causa de la caza menor de estas zonas. 3.- EL NEOLÍTICO (5.000-2.700 a. C.) Aunque etimológicamente la palabra Neolítico signifique “piedra nueva”, la verdadera innovación de esta época se dio gracias a la aparición de la agricultura, la ganadería y la cerámica, elementos que nos hicieron pasar de una economía cazadora-recolectora a una productiva. De forma que aumentaron las posibilidades de alimento y sedenterización, llegando a ser considerado esto como una revolución por el arqueólogo Vere Gordon Childe. La Península Ibérica no escaparía a este proceso de neolitización, pero existe un gran debate en torno a este. Si bien se conoce que esta procedería del Próximo Oriente, las últimas teorías apuntan a un modelo dual en donde se reconoce a partes iguales una “colonización” y el origen autóctono. No nos encontramos con un proceso general para toda la península, pudiendo dividirlo en varios períodos: 3.1.- Neolítico Antiguo (VI-V Milenio a.C.) El fósil guía de esta etapa será la cerámica cardial, un tipo de cerámica que se decoraba con impresiones sobre barro tierno de una concha (cardium). Se puede hablar de la Cultura de la Cerámica Cardial, que se extiende por las costas españolas y francesas (confirmándose así la procedencia europea y desechando las “africanistas”). Esta cultura presentaba un predominio de la ganadería sobre la agricultura, continuando con la industria lítica. Pero, como ya hemos mencionado anteriormente, su verdadera característica era la cerámica cardial. Los yacimientos de esta cultura nos los encontramos sobre todo en cuevas 3 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana (Cuevas de Montserrat, Barcelona; Cueva de Nerja, Málaga; o la Cueva de la Carihuela, Granada). 3.2.- Neolítico Medio (V-IV Milenio a. C.) Destaca la Cultura de Sepulcros de Fosa en Cataluña. Fueron los primeros en desarrollar cultivos en llanuras, su empleo del sílex se reduce a microlitros, apareciendo adornos como collares de conchas. Su cerámica era lisa y simple y sus necrópolis eran fosas cercanas a los poblados. En ocasiones encontramos el cadáver protegido por vasijas, en posición fetal y rodeado por ofrendas. Durante este periodo se inicia una homogeneización de las características que definen a la cerámica en los mismos lugares que en el periodo anterior, siendo la principal novedad la desaparición de la cerámica cardial y la aparición de los primeros grupos megalíticos en Évora (Portugal) 3.3.-Neolítico Final (IV-III Milenio a. C.) Aparecen cerámicas lisa en todas las áreas, en Andalucía destacan los “pre-millares” o Cultura de Almería de economía agrícola y pastoril y cerámica sin decorar. Se situaban en poblados de cabañas circulares u ovales y sus enterramientos son de inhumación en tumbas circulares y colectivas. En lo relativo al centro y norte peninsular encontramos una cerámica tosca y un predominio de la ganadería sobre la agricultura (Grupo de Santimamiñe Vizcaya). 4.-LA METALURGIA EN LA PREHISTORIA PENINSULAR La riqueza minera de la península y su situación de encrucijada de la ruta de los metales, llevaron a los pueblos prospectores—procedentes del mediterráneo oriental—a las costas levantinas en el tercer milenio a. C., provocando un profundo cambio en la sociedades autóctona generando un florecimiento de diferentes culturas en diversos periodos. 4.1.-EL CALCOLÍTICO PENINSULAR (2700-1700 a. C.) Durante el Calcolítico se produjeron novedades tecnológicas ligadas a la metalurgia y al desarrollo de los útiles de sílex, existiendo una continuación de la industria lítica y ósea. Por otra parte, se produjeron los primeros asentamientos pero tu urbano así como la jerarquización social. Entre las culturas de este periodo destacamos: Cultura megalítica: su origen se encuentra en el neolítico y tiene continuidad hasta el bronce. Conocemos su cerámica, armas y amuletos (depositados en el ajuar funerario), y sus rituales y formas de enterramiento. En su origen, es posible que fueran enterramientos individuales y cubiertos con un túmulo que luego se convierten en osarios familiares, estos podían adoptar forma de dólmenes (poligonales sin corredor), domos (con corredor), y galerías de un solo corredor. Destacan además los menhires y los crómlech. Desconocemos por completo sus lugares de hábitat. En España destaca el yacimiento de Menga en Antequera, Málaga. Cultura de los Millares (2700-2500 a.C.): constituyen una corriente local de la cultura megalítica, estableciéndose principalmente en la zona de Almería. Su nombre se debe a un poblado almeriense de unas 4 o 5 ha con una población en su época de apogeo de unos 1500 habitantes. Se situaban en una zona estratégica, elevada y defensiva. Las estructuras de habitación eran ovales o circulares y los enterramientos eran colectivos y en cámara circular de tipo tholos. Su economía era agrícola y ganadera. Destacan sus cerámicas de los millares y los ídolos almerienses (Indalo). Investigadores y científicos demostraron en el año 2020 que los millares fue la primera ciudad establecida en toda la Península Ibérica hace más de 5.000 4 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana años. Está considerado por científicos historiadores como uno de los más importantes asentamientos de esta cultura en Europa y en el mundo. Cultura del Vaso Campaniforme (2.300-1.700 a. C.): de origen discutido, se trata de una serie de culturas definidas por unos recipientes acampanados (copas, vasos, cuencos) y decorados con temas geométricos. Se extendieron desde el sur de España hasta el Danubio. Su economía era ganadera transhumante y el hábitat es desconocido, situándose en zonas montañosas sin poblados fijos. No se trata de una cultura en si, sino de diferentes grupos sociales que comparten elementos. 4.2.- LA EDAD DEL BRONCE (1.700-750 a. C.) Puede verse como una continuidad del Calcolítico. Lo más destacado es que se empieza a usar el bronce (aleación del cobre con el estaño). Las zonas donde más abundan los minerales (Almería, alto Guadalquivir y el Algarve) son las de mayor número de yacimientos. La metalurgia terminará desplazando a la industria lítica y ósea, pues las herramientas, las armas y los adornos encontrados de esta época eran de metal. -Bronce Antiguo y Medio (1700-1250 a. C.) La más importante es la cultura del Argar. Se acepta la teoría de su origen indígena y que mantuvo contactos con la zona mediterránea, se sitúa en la zona de Almería, Murcia, Jaén y Granada) en general, se puede decir que la preocupación defensiva con respecto al periodo anterior es mayor. Sus poblados son en altura y están rodeados de murallas. Sus habitaciones son rectangulares, denostando una mayor individualidad y en los enterramientos desaparecen los ídolos y estos son en el subsuelo de las viviendas en hoyos, cistas o tinajas. La individualidad en los enterramientos nos muestra una diferenciación social y una jerarquía que se traslada a la economía pues a pesar de ser agricultores intensivos y ganaderos trashumantes, se establecieron relaciones de dependencia entre los poblados más pequeños y los grandes. -Bronce Final e inicios del Hierro (1250-750 a. C.) A finales del II milenio a. C. se produce la invasión de los “pueblos del mar” y se interrumpen las relaciones comerciales y culturales de la Península Ibérica con Oriente, que no se reanudarán hasta los fenicios, originando así un lento proceso de iberización. La Cultura de Cogotas I se situó en el suroeste de la cuenca del Duero. Se acepta su origen indígena y parece tener relación con las rutas atlánticas que buscan extraño. La periodización es tema de debate en torno a esta cultura. Sus asentamientos reciben el nombre de castros, poblados formados por viviendas circulares con techumbre de paja. Se identifica a esta cultura por su cerámica, que tiene recarga la decoración realizada mediante excisión y boquique. La Cultura Talayótica, de cronología imprecisa se concentran en las islas de Mallorca y Menorca y perdura hasta la romanización. El nombre deriva de los Talaiots, torres defensivas construidas con grandes piedras en torno a las cuales se organizaban los poblados. Además de las torres había otros dos monumentos característicos: las Taulas que eran grandes mesas de piedra que al parecer eran altares de sacrificio al aire libre, y las Navetas que eran sepulcros colectivos. La Cultura de Campos de Urnas, situada en Cataluña hacia el 1200 a. C. pertenece a las oleadas de invasiones indoeuropea que atraviesan los Pirineos. Su economía era principalmente agricultura cerealística apoyada en el arado, aunque también eran sociedades pastoriles. Trajeron cerámica extranjera y la introducción del hierro, pero principalmente 5 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana destacan por el ceremonial funerario de incineración Y depósito de las cenizas en urnas de cerámica bucólicas y de cuello cilíndrico; durante el primer período eran cubiertas por estructuras tubulares, luego con estelas y finalmente con nada. 5.-LOS PUEBLOS PRERROMANOS Desde el 800 a. C. hasta el 218 a. C. se vivirá el auge de la edad del hierro, al igual que en el neolítico, esta tapa no estaría caracterizada por aquello que le da nombre, si no, como diría el arqueólogo Miquel Tarradell: “La entrada de la Península Ibérica en la Historia”. Pues la introducción de este metal se debió tanto a los pueblos indoeuropeos como a las civilizaciones colonizadoras del mediterráneo (fenicios, griegos y cartagineses), encontrando ya fuentes escritas sobre los pueblos prerromanos, los cuales analizaremos antes de tratar los distintos pueblos colonizadores. -TARTESSOS A inicios del siglo XX el arqueólogo alemán Adolf Schulten se lanzó en la búsqueda de la Tarsish bíblica. La teoría inicial era que se trataba de un estado centralizado rico y poderoso, establecido por uno de los Pueblos del Mar. Desgraciadamente, las prospecciones en el Guadalquivir y en el Coto de Doñana resultaron negativas. Siguiendo con los estudios más recientes (María Eugenia Aubet, 1989), el foco tartésico se situaría en las actuales Huelva, Sevilla y Cádiz, pasando de las zonas de costa a las de la Vega del Guadalquivir para su explotación agrícola y la zona de Riotinto y su entorno por los recursos mineros. Sin embargo, su zona de influencia sería mayor, ocupando todo el medio día peninsular. La cultura tartésica pasó de unas formas sociales y económicas arcaicas durante la Edad del Bronce a una época de esplendor gracias al contacto con culturas alóctonas como los fenicios, alcanzando la categoría de civilización gracias a la introducción del torno alfarero, alfabeto y hierro. Los poblados tartésicos debieron estar salpicados por doquier de pequeños talleres metalúrgicos pues intercambiaban con los fenicios bronce a cambio de telas, ámbar, cerámica y objetos de adorno procedentes de diversas zonas de Oriente. Así como materias alimenticias como el vino y el aceite. Gracias a ello alcanzarán una mayor extensión territorial y un mayor control de las vías de recursos mineros y agrícolas. Esto propició un fortalecimiento de la jerarquía económica y de relaciones con núcleos periféricos. Todo ello conllevará el desarrollo de jerarquías locales (monarquía). Atestiguadas tanto en el registro arqueológico—con gustos orientales (Necrópolis de la Joya, Huelva)—como en las fuentes literarias, destacando el rey Argantonio, del que Heródoto y Plinio resaltan su gran longevidad (lo cual hace que cuestionar su existencia). Centro relevantes del mundo tartésico los encontramos en los yacimientos de Cerro Maraceno (Córdoba) y el famoso Tesoro del Carambolo (Camas, Sevilla). El resto de yacimientos andaluces prueban la existencia de una cultura rica de carácter orientalizante muy influenciada por el mundo griego y fenicio. El alfabeto tartésico, en parte indescifrable, participa de los rasgos generales peninsulares teniendo además una gran influencia oriental. Con respecto a sus cultos, adoraban a diferentes divinidades, especialmente al sol y a la luna, y a varias fuerzas semidiabolicas. Tradicionalmente se han apuntado varias causas para explicar la desaparición de Tartessos: enfrentamientos con los cartagineses, decadencia interna con el agotamiento de la producción minera o el desinterés fenicio por la explotación tras la caída de tiro. En cualquier caso, la desaparición de Tartessos implica, pues, la desaparición de sus élites, el retroceso a comunidades aldeanas y la evolución hacia lo ibérico: la Turdetania. 6 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana -LOS IBEROS Eran un conjunto de pueblos indígenas que sufrieron un proceso de aculturación al entrar en contacto con los pueblos colonizadores y con Tartessos. Estos pueblos serán conocidos por su participación en sendos bandos durante la Segunda Guerra Púnica. Su localización discurre por toda la vertiente mediterránea y la zona suratlántica, encontrando un gran rosario de ultras que no presentan una unidad organizada ni identidades sociales o políticas comunes. Sí compartirán algunos elementos como el modelo de hábitat, los sistemas defensivos, el torno y la cerámica, las representaciones, los símbolos, la escritura pretina, la tardía asimilación de la moneda y la permeabilidad de objetos importados. La influencia orientalízate y helenística se vivió a partir del siglo VI a. C., aunque la cristalización definitiva de la cultura se consigue en la segunda mitad del siglo V a. C. Sus ciudades (oppidum) se situaban en lugares elevados y amurallados. Se organizaban a modo de ciudades-estado y eran gobernadas por una aristocracia guerrera siendo evidente la monarquía en Turdetania (herederos de Tartessos) y Oretania. Sus sociedades estaban jerarquizadas, situándose en la cúspide una aristocracia de origen económico, tribal o militar, tras ellos se encontrarían los transportistas, mercaderes y artesanos especializados, así como una clase baja en donde se aglutinaría el resto de la población. Dentro de este entramado social los guerreros eran un grupo muy importante. Estos practicaban la devotio iberica, institución según la cual un guerrero se comprometía a luchar y morir por su líder, incluso hasta la muerte, como un tipo de juramento de fidelidad total. Si el líder moría, el guerrero debía morir con él. También practicaban el clientelismo (puesta bajo la protección de un señor o grupo a cambio de sus servicios) y el hospitium, institución mediante la cual un individuo extranjero pasaba a ser miembro de una comunidad). Su economía se basaba en la agricultura la cual estaba bastante desarrollada con animales de tiro y regadío (triada mediterránea, lino y esparto para industria textil y curtido), ganadería en menor medida (caballos, ovejas y cabras), caza y pesca y la minería (destacando por ejemplo Cástulo en Jaén). Culturalmente y siguiendo la importancia de la cultura guerrera, entre sus elementos más característicos encontramos la falcata (espada con dos filos y punta) y el soliferrum, una lanza de hierro que al morir el guerrero dueño de esta se doblaba en un acto ritual de inutilización y se enterraba junto con su dueño. Otra de sus características era el animismo mágico, asociando sus deidades a parajes naturales como cerros, cuevas, cimas… El ritual funerario es la cremación depositando las cenizas en urnas junto a los ajuares. Uno de los yacimientos más importantes de la península es el Cerro de las Cabezas en Córdoba. Para finalizar, resulta imprescindible mencionar la escultura ibérica que data del siglo V a. C., con claros rasgos griegos y fenicios. En Andalucía destacan la representación de animales como el León del Cerro de los Molinillos de Baena, o las figuras humanas como la Dama de Baza o la Dama de Elche. -LOS CELTAS El lugar de asentamiento de estos pueblos fue el centro y norte de la Península Ibérica siendo la influencia de los pueblos colonizadores más limitada lo cual explica la práctica inexistencia de ciudades en la zona. Su principal característica era su estructura tribal, pues organizaban en gentilidades o clanes cuyos miembros estaban unidos por parentesco. Entre sus lugares de hábitat destacan los castros, poblados en alto y bien fortificados (muralla triple), especialmente relevantes en Galicia. Las casas eran de planta circular, muros de piedra y techo cónico de paja o ramaje. Su economía se centraba más en la ganadería y en la 7 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana agricultura, explicando su tendencia al nomadismo. Éstos pueblos eran inicialmente heterogéneos y estaban influenciados por los indoeuropeos occidentales, entre ellos podemos nombrar a los celtíberos, vacceos, vetones, lusitanos, etc. 6.- LOS PUEBLOS COLONIZADORES 6.1.-LA COLONIZACIÓN FENICIA No se poseen textos que documenten las causas exactas que impulsaron a los fenicios a emprender sus exploraciones en la península, solo hay referencias vagas en las fuentes bíblicas que aluden a empresas comerciales en época de Hiram de Tiro. Los fenicios se establecieron en el país de Canaán a mediados del II milenio a. C. Sus ciudades-estado (Ugarit, Tiro, Sidón y Biblos) eran políticamente independientes. Ejercieron la Talasocracia en el Mediterráneo entre los siglos XIII y VIII a. C. y fundaron un alto número de colonias. Su llegada a la península está discutida, pues no hay concordancia entre lo que indican las fuentes escritas y las arqueológicas. Sin embargo, existe unanimidad en que arribaron a estas tierras en el momento de mayor esplendor de Tiro. Su intervención en la península fue más bien un fenómeno precolonial, pues más que colonización fueron intercambios comerciales dado su interés en la minería de oro y plata. Sin embargo, resulta un error solamente la consideración de los metales, pues existían otras industrias como la pesquera y de salazón que les interesaban, prueba de ello son las factorías que establecieron al sur: Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar), Abdera (Adra) y Gadir (Cádiz). Esta última fue su gran metrópolis, de especial importancia por su contacto con Tartessos, al cual influyeron en las técnicas orientales de explotación minera intensa (el Carambolo). Su influencia cultural fue muy importante, pues suponían un puente económico y cultural entre oriente y occidente, difundiendo las técnicas de navegación, el hierro, el torno alfarero, el urbanismo y el alfabeto. Su ritual funerario eran pozos de planta circular ovalada, aunque también practicaban la cremación. Igualmente difundir una creencia, con los templos de Astarté o Venus Marina (diosa de la fertilidad) y de Melkart o Hércules. Tras la caída de Tiro en manos del rey Nabucondosor II de Babilonia en el 572 a. C., los asentamientos peninsulares se abandonarían o caerían en manos de nuevos colonizadores. 6.2.-LA COLONIZACIÓN GRIEGA En opinión de Martín Almagro, en su Protohistoria de la Península Ibérica (2001), la presencia griega está documentada por do tipos de fuentes de datos, la literarias y las arqueológicas. Entre las primeras destaca la Ora marítima, del tardío poeta latino Avieno, quien puso en verso un antiguo periplo de navegantes griegos en Masalia en el que se describen las costas peninsulares. No obstante, solo dos de todas las fundaciones mencionadas en los textos han podido ser contrastadas arqueológicamente. Su interés en este territorio, a parte del minero, también se debió a un aumento demográfico y la búsqueda de tierras fértiles de comercio, existiendo teorías que peraltan esas necesidades incluso sobre las de metales. Su intensa actividad comercial introdujo en la península la vid, el olivo, el arado, la metería fina y la moneda (acuñadas en Ampurias y Rosas). Su colonización fue gradual por las costas del norte del mediterráneo, siendo ejemplo característico el asentamiento foceo de Masalia (Marsella), cerca de la desembocadura del Ródano. A partir de ahí, fueron descendiendo hacia el sur fundando Emporión, Rhode, Hemeroskopeion (¿Denia?), Mainake (¿Málaga?). Se cree que no pasaron del estrecho por la importancia de Gadir. 8 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana Tras la caída de los fenicios y la toma de las antiguas colonias por los cartagineses, se disputaron los territorios con estos. Tras la batalla de Alalia (entre el 540 y 535, posiblemente 537 a. C.) cuyo resultado fue incierto, se perdió progresivamente contacto con Tartessos. Esta situación se recrudeció con la firma de los diferentes tratados romano-cartagineses y se daría fin a este período con la entrada de los Bárquidas en la Península Ibérica. 6.3.-COLONIZACIÓN CARTAGINESA Cartago era una antigua colonia fenicia fundada por Tiro en el 814 a.C. Era una república oligárquica esclavista cuya economía se basaba en una moderna agricultura y en el control de las factorías fenicias. Tras la caída de Tiro frente a los babilónicos Cartago toma el control de las colonias peninsulares. Se cree que llegan a mediados del siglo VII a. C. (654-653 a. C.) siendo su primer asentamiento en Ebusus. En su afán por controlar el Mediterráneo se encontrarán con Roma, que sustituyeron a los griegos al norte de éste y que perseguían el mismo objetivo que los púnicos. El enfrentamiento estaba garantizado, produciéndose lo que conocemos como las Guerras Púnicas. En la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.) Cartago fue derrotada y obligada, tras el Tratado de Lutacio, a abandonar Sicilia y pagar una alta indemnización. Para hacer frente a estos altos costes Amílcar Barca desembarcó en Cádiz para reconquistar la Península. En un inicio chocaría con los íberos, pero las acciones diplomáticas le llevaran a controlar el sur hasta Alicante y Elche, centros comerciales griegos. La expansión púnica no fue bien vista por la República Romana. A fin de aclarar las áreas de expansión el general Asdrúbal y la República Romana firmaron el Tratado del Ebro (226 a.C.), no pudiendo los cartagineses cruzar dicho río hacia el norte. Tras el asesinato de Asdrúbal el mandato pasa al hijo de Amílcar, Aníbal Barca, que invadirá Sagunto. Esta ciudad se situaba al sur del Ebro, no suponiendo una violación del tratado, pero era aliada de Roma, comenzando así la Segunda Guerra Púnica (218- 201 a.C.). Aníbal y su ejército, en el que se incluían 38 elefantes de guerra atravesaron los Pirineos y los Alpes derrotando a los romanos en su propio territorio, siendo la batalla más significativa la de Cannas (216 a.C.), la peor derrota sufrida por Roma en toda su Historia. Tras el desastre, Publio Cornelio Escipión El Africano será elegido para dirigir la ofensiva, que tendría como hitos fundamentales la toma de Cartago Nova (209 a.C.) y la victoria en la famosa Batalla de Zama, en el norte de África, acabando con la guerra y llevando la hegemonía romana a la Península Ibérica. Mas adelante se desencadenó una tercera guerra (149-146 a.C.) porque Cartago declaró la guerra a Numida sin permiso de Roma, suponiendo el final de esta civilización. Estas guerras confirman la importancia geoestratégica, económica y política de la Península Ibérica en el Mediterráneo Occidental. 7.- LA DOMINACIÓN ROMANA Lo que supuso un simple acto bélico contra los cartagineses llevó a los romanos a la toma del control de toda la parte este y sur peninsular. No obstante, conquistar el resto de la Península Ibérica les llevaría cerca de dos siglos por la resistencia de las tribus y las diferencias entre los propios romanos. La penetración en la Península realizó del este al noroeste y desde la costa hacia el interior, estas fueron sus etapas: Primera etapa (206 a.C.–195 a.C.). En este periodo Roma intentó consolidar el territorio conquistado durante la Segunda Guerra Púnica atrayéndose a la población indígena 9 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana con la que había hecho pactos en su lucha contra los cartagineses (Tiberio Sempronio Graco, pretor de la Citerior. Pax Semproniana). Sin embargo, la mala administración de los primeros funcionarios romanos y el incumplimiento de los pactos hicieron que la resistencia de los indígenas fuera muy grande. La parte conquistada se dividió en dos provincias, la Hispania Citerior y la Hispania Ulterior, quedaron en manos de procónsules o pretores. La primera provincia tuvo su capital en Cartago Nova y la segunda en Corduba. Segunda etapa (195 a.C.–133 a.C.). Roma envió al cónsul Marco Catón para reprimir las revueltas surgidas en la primera etapa de penetración imponiendo una política más dura en las relaciones con los indígenas. Como consecuencia, se produjeron dos grandes enfrentamientos: uno en la provincia Citerior con la oposición de los celtíberos, que acaba con la destrucción de la mítica Numancia (133 a.C.) por el cónsul Escipión Emiliano tras una espectacular resistencia; otro en la provincia Ulterior con los lusitanos que, al mando de Viriato, mantuvieron en jaque a los ejércitos de Roma, solo la traición y el asesinato de su caudillo (139 a.C.), por sus propios generales, permitieron acabar con la resistencia. Tercera etapa (133 a.C.–29 a.C.). Las conquistas alcanzaron la cordillera cantábrica, sin embargo, el ritmo de conquista disminuyó a causa de las guerras civiles romanas. La posición estratégica y la magnífica cantera de soldados que ofrecía la península también sirvió como motivo para trasladar aquí tanto la Primera Guerra Civil Romana (88-81 a.C.) en la pugna entre populares (Cayo Mario) contra optimates (Lucio Cornelio Sila). El resultado de ello fueron la Guerra Sertoriana (82-72 a.C.), dirigidas por Quinto Sertorio, uno de los gobernadores de Hispania que, tras la muerte de su amigo Cayo Mario se rebelaría contra Sila. Finalmente, este sería derrotado por Cneo Pompeyo (Pompaelo-Pamplona), consiguiendo la concordia y el entendimiento con los pueblos autóctonos y constituía el primer triunvirato con Craso y César. Éste último vencerá en la pugna por el poder con Pompeyo en la 2a Guerra Civil Romana (49-45 a.C.), destacando las batallas de Ilerda y Munda (45 a.C.). Cuarta etapa (29 a.C.– 19 a.C.). Acabado el periodo republicano, el primer emperador romano, Octavio Augusto, derrotó cántabros y a astures, iniciándose lo que conocemos como Pax Augusta. Durante esta época se produciría una nueva división (Siglos I y II d.C.) en tres provincias: Tarraconensis (Tarraco), Lusitania (Emérita Augusta) y Bética (Córdoba), siendo esta última la única senatorial. En el 212 d.C. con Caracalla se crearía una nueva provincia (Gallaecia) y así un siglo después con Diocleciano (293 d.C.) se creó la Cartaginenses y la Mauritania Tingitana. Más adelante se añadiría la baleárica. Todas quedarían englobadas en las diócesis, creadas por Diocleciano y que estaban gobernadas por un vicario y un Dux. Durante la conquista de la Península Ibérica por parte de Roma, y todavía posteriormente, tuvo lugar la romanización de Hispania. La romanización fue el proceso de aculturación de las zonas conquistadas por Roma. Mediante este proceso los pueblos autóctonos conquistados se adaptaron a las formas de vida romanas, adoptaron su organización política, territorial, social, estructura económica, asimilaron la cultura romana desde la lengua hasta la religión pasando por las costumbres y derecho romano. La moneda, el sistema métrico y numérico también se difundió. Los pueblos conquistados perdieron generalmente su lengua y gran parte de sus tradiciones, pero también es cierto que sus dioses y muchas de sus costumbres pervivieron gracias a la facilidad de asimilación de los romanos. A medida que se conquistaban nuevos territorios sólo las costumbres que no podían ser asimiladas, por contradecir alguna tradición romana, eran eliminadas. Las vestimentas y ajuares, recibieron la influencia de las culturas 10 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana conquistadas. De igual manera sucedió con las religiones. Roma lograba asimilar a los pueblos conquistados, ello se demuestra en la presencia de mercenarios hispanos en las filas del ejército muy poco tiempo después de conquistada la Península. Los miembros de los pueblos conquistados se consideraban miembros del Imperio, incluso se produjeron luchas por el derecho a la ciudadanía. Julio César y Augusto fueron los grandes impulsores de la romanización; promulgaron leyes y favorecieron el desarrollo cultural en las zonas conquistadas a través de la apertura de centros de gramática y lugares de enseñanza de la cultura romana. Otro hito importante, en cuanto al mundo hispano, lo supuso la concesión de la ciudadanía romana a todos los habitantes de este territorio por Vespasiano (74 d.C.). En el año 212 el emperador Caracalla amplió esta medida a todos los habitantes del Imperio. Sin lugar a dudas el vehículo más importante para la romanización fue la expansión del latín por todo el Imperio y por la Península Ibérica donde se fue imponiendo hasta desplazar a las lenguas vernáculas, el euskera es la única que ha sobrevivido en nuestras tierras. En esta expansión lingüística, un factor decisivo fue el ejército, que con su movilidad favoreció la implantación del latín en todo el territorio. En definitiva, la romanización no afectó igual a todas las regiones peninsulares. Fue rápido este proceso en las zonas más ricas (Bética), mientras que fue mas lento en las zonas más tardíamente conquistadas. No obstante, la romanización queda patente a lo largo y ancho de la península a través de las infraestructuras (acueducto de Segovia, puente de Córdoba, Torre de Hércules (A Coruña) y las calzadas como la vía de la plata y la vía augusta). Asimismo, su impronta en esta tierra dejó grandes intelectuales como Séneca y emperadores como Trajano, Adriano y Teodosio I. 8.-CONCLUSIÓN A modo de conclusión, y siguiendo los preceptos establecidos en la introducción de este presente tema, podemos afirmar claramente que el conocimiento de la prehistoria y la historia antigua en las aulas no es importante únicamente per se. Como docentes debemos ser capaces de mostrar a nuestros alumnos, los futuros ciudadanos en democracia, las raíces más profundas de su existencia, los innumerables encuentros culturales que la posición geográfica peninsular facilito, así como el origen de los idiomas peninsulares o el porqué del sistema democrático. Todo ello, dirigido al desarrollo del análisis crítico de la realidad, vital en un mundo donde todos estos conocimientos pueden intervenir decisivamente a la hora de comprender problemas sociales relevantes y tan dispares como son el cambio climático y su impacto en nuestras formas de vida (en relación al Neolítico y su aparición como consecuencia del final del Wúrm) o la xenofobia (en relación al enorme mestizaje que se ha producido como consecuencia de miles de años de historia y contactos entre culturas). 11 Tema 24: La Península Ibérica hasta la dominación romana 9.- BIBLIOGRAFÍA BARANDARIAN, I. Prehistoria de la Península Ibérica. Ariel, Barcelona, 2012. ROJO GUERRA, M.A. et al. El neolítico en la Península Ibérica y su contexto europeo. Cátedra, Madrid, 2012. BENDALA, M. Tartesios, Íberos y Celtas, culturas y colonizadores. Temas de hoy, Madrid, 2003. 10.-WEBGRAFÍA Canal de YouTube La Cuna de Halicarnaso 12