Social Perception & Attribution PDF

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social perception social cognition attribution theory psychology

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This document discusses social perception, encompassing the processes of forming initial impressions of others and establishing connections. It explores essential components like non-verbal communication, impression management, and attribution theory, crucial aspects of understanding social interactions.

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TEMA 3 Percepción y atribución social 1. Percepción social Es el proceso por el cual nos formamos una primera impresión de una persona y establecemos una relación con ella. Incluye aquellos procesos de índole cognitiva mediante los cuales elaboramos juicios relativamente elementales acerca de otras...

TEMA 3 Percepción y atribución social 1. Percepción social Es el proceso por el cual nos formamos una primera impresión de una persona y establecemos una relación con ella. Incluye aquellos procesos de índole cognitiva mediante los cuales elaboramos juicios relativamente elementales acerca de otras personas. Los procesos y fenómenos que más se han estudiado desde esta área de la “cognición social” son: • La comunicación no verbal. • La formación y manejo de las impresiones. • Las atribuciones causales. Los dos elementos clave de la percepción son su selectividad y su carácter activo: • Percibir de forma selectiva significa que las personas no procesamos toda la información que llega a nuestros sentidos, si no que gracias al proceso previo de atención nos centramos en algunos aspectos y pasamos por alto otros. Esto se debe fundamentalmente a dos razones: Los dos elementos clave de la percepción son subselectividad y su carácter activo: Percibir de forma selectiva significa que las personas no procesamos toda la información que llega a nuestros sentidos, si no que gracias al proceso previo de atención nos centramos en algunos aspectos y pasamos por alto otros. Esto se debe fundamentalmente a dos razones: Una de tipo cognitivo (imposibilidad de procesar tanta información dado que nuestros recursos cognitivos son limitados) - Otra de carácter motivacional (no toda la información tiene el mismo grado de importancia o valor). Dependiendo del interés del perceptor, de sus actitudes, o del contexto, pueden adquirir relevancia aspectos muy distintos de las personas percibidas. Los dos elementos clave de la percepción son su selectividad y su carácter activo: El carácter activo de la percepción social se refiere a que las personas clasificamos la información obtenida en categorías y la elaboramos para generar y desarrollar estructuras cognitivas (esquemas, ejemplares) de forma que, cuando llega una nueva información relacionada con una categoría ya tenemos una idea aproximada de ella, lo que facilita su asimilación y su manejo. Una idea fundamental es que la percepción no tiene lugar en un vacío social, sino que ocurre en el contexto dinámico de la interacción social, es decir que cuando interactuamos con alguien es importante conocer cuáles son sus emociones y que intenciones tienes. En estas acciones anteriores, nos ayudarán sin tener plena conciencia de ello, los esquemas mentales que poseemos. Éstos entran en acción prácticamente en todas nuestras percepciones, porque cuando percibimos un estímulo lo primero que hacemos es automáticamente incluirlo en una categoría a la que ya suele haber asociado un esquema. En el siguiente esquema se muestra cómo en el proceso de percepción se relaciona la info que llega del medio con la que ya está almacenada. 1.1. La comunicación no verbal Comunicación entre individuos que no implica exclusivamente el contenido del lenguaje hablado. La comunicación humana incluye multitud de elementos no verbales como las expresiones faciales, el contacto visual y el lenguaje corporal. Esa información es fundamental porque nos sirve, entre otras cosas, para inferir qué emociones está sintiendo la persona en ese momento y cuáles son sus intenciones hacia nosotros. Se hace de manera muy rápida y condiciona nuestra manera de interactuar con el otro. CANALES BÁSICOS: - Contacto visual: normalmente indica agrado y atención, aunque en ciertos casospuede incluso ser interpretado como ira u hostilidad. - Expresiones faciales: revela estados anímicos/sentimientos. ¿Son universales? Lenguaje corporal (gestos, posturas y movimientos): revela estados emocionales, gestos (con significados específicos que dependen de la cultura). - Contacto físico: puede sugerir afecto, interés sexual, dominación cuidado o agresión,… (depende de la persona, el tipo de contacto y el contexto). En la entrevista es imprescindible el conocimiento de la comunicación no verbal. - Kinestesia: movimiento corporal (gestos, expresiones faciales, movimientos oculares, etc). Paralenguaje: Características de la voz y vocalizaciones, silencios, errores. Proxemia: tamaño del despacho, disposición de las sillas, distancia entre entrevistador y entrevistado, etc. Factores ambientales: como la percepción del entorno propio que puede producir efectos diversos como excitación o aburrimiento. Tiempo: puntualidad o retraso a la hora de empezar la sesión, cantidad de tiempo dedicado a la comunicación,… Reconociendo el engaño El análisis de la conducta no verbal puede aportar información relevante para la valoración de la credibilidad del mensaje. Bases de esta relevancia: Incongruencia entre canales verbales y no verbales. - Control vs no control de la conducta. Carga cognitiva vs accesibilidad. Microexpresiones previas a mensaje posterior. Efecto de priming emocional no controlado. 1.2. Formación de impresiones Se ha seguido el marco teórico y metodológico de Asch (1946). Investigación de Asch sobre formación de impresiones: facilitaba a los participantes en sus estudios la descripción de una persona mediante una lista de los rasgos que la caracterizaban (rasgo estímulo) les pedía que los leyeran con atención y que tratasen de imaginar cómo era esa persona. Acto seguido les facilitaba una segunda lista de rasgos diferentes (rasgos respuesta) y les pedía que indicasen en qué medida esos nuevos rasgos se podrían aplicar, según su juicio, a la persona descrita. Asch creía que basándose en la primera lista de rasgos, los participantes se formaban una impresión global de la persona, por tanto cuando se enfrentaban a la segunda lista ya tenían preparada una visión general que condicionaba la elección de rasgos que se le podían asociar. Se ha seguido el marco teórico y metodológico de Asch (1946). Asch sigue una concepción gestáltica (más que la mera suma de rasgos). Asch sostenía, y demostró en sus estudios, que algunos rasgos adquirían tal preponderancia sobre el resto que eran determinantes en la impresión que se formaba en la mente de los participantes. Los denominó rasgos centrales porque influyen en el significado de los demás rasgos y son por tanto responsables de la configuración de la impresión final sobre el otro. Al resto de rasgos les llamó rasgos periféricos. El que un rasgo sea central o periférico no depende, según Asch, del significado del rasgo en sí, si no de su contexto, es decir del resto de rasgos estímulo con los que aparece asociado. Una cuestión clave que plantea este procedimiento es cómo se integra la información inconsistente. En una lista de rasgos puede haber dos o más que sean incompatibles, la pregunta es cómo se resuelve ese problema. El planteamiento de Asch que se conoce con el nombre de configuración gestáltica parte de la base de que en una lista de rasgos, cada uno de ellos depende del conjunto. Por eso para los participantes en estos estudios es fácil resolver ese tipo de contradicciones cambiando mentalmente el significado de alguno de los rasgos inconsistentes. . ¿De qué depende que un rasgo sea central o periférico? El contenido o función del rasgo dependerá del contexto y de los otros rasgos estímulo. Puede haber una modificación en el significado del rasgo, y no sólo que la misma cualidad sea central o periférica dependiendo del ambiente. ¿Qué significa “afectuoso” junto a los rasgos: inteligente, habilidoso, trabajador, decidido, práctico y prudente? ¿Y qué significa “afectuoso” con los rasgos: obediente, débil, superficial, sin ambiciones y vanidoso? También se ha observado un efecto primacía bastante marcado. Piense en una persona con los siguientes rasgos y evalúela globalmente: Inteligente, trabajadora, impulsiva, crítica, terca y envidiosa. Envidiosa, terca, crítica, impulsiva, trabajadora e inteligente. Los trabajos de Asch iniciaron dos importantes líneas de investigación: - De qué forma se procesa y combina la información para formar impresiones? ¿Podemos predecir la impresión que se formará un observador a partir de un conjunto de rasgos-estímulo determinado? La integración de la información en la formación de impresiones La información se encuentra fragmentada aunque se produce una integración de la misma relativamente armoniosa. En el caso de información contradictoria, parece que se produce un trabajo de reducción de las inconsistencias. Hay dos tipos de modelos que intentan explicar este proceso: los de tendencia relacional y los de combinación lineal. Los modelos de tendencia relacional corresponden a la concepción gestáltica: Los elementos informativos se combinan entre sí para producir una única estructura significativa. Ante la presencia de información inconsistente, los perceptores: Cambian el significado de las características. Infieren nuevos rasgos que permitan reducir las contradicciones. • Los modelos de combinación lineal suponen que los elementos informativos no cambian de significado, sino que se combinan entre sí, sumándose, promediándose o multiplicándose, llevando a un resultado final. Algunos de estos modelos son: Modelo suma: La impresión final es la suma de los valores de cada uno de los rasgos por separado. Modelo promedio: La impresión sería la media aritmética de los valores de cada uno de los rasgos por separado. Los modelos de combinación lineal suponen que los elementos informativos no cambian de significado, sino que se combinan entre sí, sumándose, promediándose o multiplicándose, llevando a un resultado final Este planteamiento no admite la idea del cambio de significado. En su lugar defiende que el valor de los rasgos que describen abuna persona se suma o se promedia para formar una evaluación global. Ese valor (más o menos positivo o negativo) se lo da el perceptor. Es como si calculamos todos los pros y los contras para formarnos una impresión de esa persona. Tomando el ejemplo anterior, la combinación de rasgos “inteligente” y “frio” daría lugar a una impresión negativa de esa persona, no porque cambiemos el significado a inteligente, sino porque va acompañado de otro bastante negativo, de forma que la suma de ambos también tendría un resultado negativo. Otra cuestión que se planteó a partir de los trabajos de Asch tiene que ver con cómo inferimos unos rasgos a partir de otros. Las personas tenemos ideas culturales sobre la relación entre los diferentes rasgos: Son las teorías implícitas de personalidad. “Teorías” porque presentan cierto grado de estructuración y de consistencia interna. “Implícitas” ya que no son formuladas formalmente y de manera consciente. “De la personalidad” ya que suelen referirse a rasgos de personalidad. Estas teorías no son sometidas a prueba ni a crítica alguna: Los individuos las usan fijándose en los datos que las confirman y evitan aquellos datos que pueden falsar las. Estas teorías son idiosincrásicas, es decir, cada sujeto las va generando basándose en su experiencia. También hay notables similitudes entre los miembros de una misma sociedad: Posible efecto de la cultura popular. 1.3. Manejo de impresiones La percepción social es dinámica y recíproca. El manejo de la impresión se refiere a los esfuerzos de los individuos para generar (primeras) impresiones favorables en los otros. La cultura popular y las investigaciones indican que el manejo de la impresión tiene efectos positivos: Aprobación social, beneficios materiales, mejora de la autoestima, validación de las creencias sobre nosotros mismos, etc. En consecuencia se intenta regular, de forma consciente o no, la información (personal) que se presenta al perceptor. Estrategias: • Autopromoción. • Mejora de los demás. 2. La atribución social Atribución social: proceso a través del cual buscamos identificar las causas del comportamiento de los demás y así obtener conocimiento sobre sus rasgos estables y disposiciones. Las atribuciones son explicaciones sobre el porqué de una acción o de un suceso, y son básicas para la predicción y el control de nuestro entorno. Tratamos de explicar el mundo que nos rodea porque ellos nos posibilita tener la sensación de que correspondemos lo que ocurre y de que los sucesos son predecibles. Aunque a menudo no sabemos cuál es la causa, la inferimos a partir de la información disponible en el momento. La necesidad de encontrar una causa es más acusada cuando se trata de un fenómeno negativo o inesperado, ya que en este tipo de sucesos conocer qué los ha provocado nos permitiría predecir qué condiciones van a volver a desencadenarlo y pensar si es posible evitarlo o controlarlo. En psicología social el término atribución se emplea específicamente para referirse a las explicaciones sobre las causas de las acciones de las personas. Una vez que nos hemos formado una primera impresión sobre alguien, el paso siguiente es saber cómo se comporta y por qué. Las explicaciones causales sobre la conducta son esenciales para conseguir un conocimiento más profundo que el que se puede obtener de una primera impresión superficial. Por otra parte las conclusiones que saquemos sobre sus conductas van a determinar nuestros juicios sobre esas personas, y como consecuencia nuestra conducta hacia ellas. Las explicaciones que damos sobre nuestra conducta y la ajena suelen ser razonablemente acertadas en la mayoría de ocasiones, de otro modo los procesos de atribución no cumplirían una función adaptativa. Sin embargo frecuentemente cometemos sesgos y errores en nuestros juicios, debido a que el proceso de atribución causal es complejo y entran en juego varios factores como las necesidades o expectativas del observador. No obstante incluso en esos casos de inferencias sesgadas las explicaciones causales reflejan procesos psicológicos que pueden ser funcionales. Teoría de Heider de la psicología ingenua Fritz Heider señaló la importancia del “sentido común” ya que influye en el comportamiento. Opinaba que las personas son psicólogos intuitivos que construyen teorías causales sobre la conducta humana. Identificó los temas principales de la atribución abriendo el camino a teorías posteriores. Heider basó sus ideas en tres principios: - Sentimos que nuestra conducta es motivada y tendemos a investigar las causas de la conducta de los demás. Tendemos a buscar propiedades estables y duraderas del mundo que nos rodea. Al atribuir causas tendemos a distinguir entre factores personales y ambientales. La cuestión es ¿cómo se llega a determinar cuál es la causa de una conducta? Según Heider, las personas siguen unas normas o reglas que les permiten decidir cuál es la causa entre todas las posibles. Este autor sistematizó las posibles explicaciones causales, distinguiendo entre dos tipos de atribuciones: disposicionales o internas y situacionales o externas a la persona. La tarea del perceptor consiste fundamentalmente en averiguar si una acción se debe a una disposición del agente que la realiza (rasgos de personalidad, motivación, intención…) o a algo externo a la persona (forzado por el ambiente, azar, etc.). Puesto que un objetivo fundamental de la explicación causal es predecir sucesos similares en el futuro, es importante averiguar si existe una causa estable y duradera En ese sentido las causas que se puedan atribuir a las características de la persona ofrecen más garantías de que se pueda volver a repetir la conducta. Para ello lo primero que tiene que hacer el perceptor es descartar que exista una explicación externa, que es fácil de determinar porque son características observables de la situación. Cuanto mayor sea la percepción de que la causa de la conducta es situacional, menor responsabilidad se atribuirá al actor y menos atribuciones a su persona se realizaran. Además de determinar cuándo se hacen atribuciones internas, la teoría aborda el grado de responsabilidad del actor en la acción distinguiendo entre los siguientes niveles: • Asociación: cuando la persona no tiene capacidad ni motivación para realizar la acción. Es el nivel de menor responsabilidad (ej: niño jugando con freno de mano). • Casualidad simple: el actor tiene la capacidad pero no la motivación para la acción (ej:baccidente inesperado sin culpa del conductor). • Previsión: similar al caso anterior, pero sebpuede achacar que no ha previsto lo que podía suceder (ej: accidente por llevar el coche en mal estado). • Intencionalidad: existe capacidad y motivación en la acción, es el nivel que más se responsabilizaría al actor. (ej: provocar un accidente consciente). • Justificabilidad: tiene capacidad y motivación para la acción pero se le exime de la culpa porque se ha visto obligado a realizar la acción debido a la situación. (ej: agredir en defensa propia). Jones y Davis (1965) Teoría de la Inferencia Correspondiente: describe cómo usamos el comportamiento de los demás como base para inferir sus disposiciones estables. Factores importantes en este proceso: Tomamos en cuenta comportamientos que parecen haber sido escogidos de manera libre (intencional). Acciones con baja deseabilidad social Se denomina de este modo porque trata de explicar,exclusivamente como se llega a la conclusión de que una conducta secorresponde con alguna disposición interna del actor. Es decir, deja de lado cómo es el proceso y se centra en las inferencias sobre las características o disposiciones de la persona que puedan haber originado la acción (inferencias correspondientes). Un paso previo a la búsqueda de disposiciones personales que han podido determinar una conducta es enjuiciar si el comportamiento ha sido elegido libre e intencionadamente. Si la conducta se ha llevado a cabo bajo coacción externa o la persona no tenía intención de comportarse así no tendría sentido recabar más información para descubrir disposiciones que la expliquen, ya que se puede afirmar que la causa depende del ambiente o el contexto. Una vez se ha constatado que la acción es libre, el perceptor se centra en los efectos que provoca la conducta para poder llegar a la conclusión de si existen o no características personales subyacentes que puedan explicarla. Se ha criticado que pone el énfasis en la intencionalidad, y sin embargo no tiene en cuenta que de conductas que no son intencionadas (como un accidente) también se hacen inferencias disposicionales (torpe conduciendo) Modelo de covariación de Kelley Kelley establece que cuando existen varios acontecimientos que pueden ser la causa desencadenante de un mismo hecho, sólo aquellos que han demostrado relacionarse con él de forma consistente a lo largo del tiempo, serán asumidos como causa del acontecimiento. La teoría de la atribución de Kelley pone el énfasis en analizar qué tipo de información se utiliza para llegar a una atribución causal. La gente atribuye las causas de la conducta de los demás a factores externos o internos. Internos: rasgos, motivos o intenciones. - Externos: dependientes de la situación. • Normalmente existen tres causas a las que se puede atribuir el efecto de una conducta observada: la persona que actúa, el estímulo que provoca la acción y las circunstancias Modelo de covariación de Kelley Para llegar a inferir cuál de estas causas explica la conducta, Kelley propone que el perceptor suele manejar tres tipos de información: - Información de consenso: ¿Otras personas actuarían igual? El consenso es alto cuando todas o la mayor parte de las personas actúan de la misma manera ante ese estímulo o situación, y bajo si son pocas las personas que actúan así. - Información de distintividad: La distintividad es alta si la reacción de la persona ocurre solo con ese estímulo o situación, pero es baja si es común a muchos otros. - Información de consistencia: ¿Responde siempre igual la persona ante ese estímulo? Si es que si hablamos de una consistencia alta, y es baja si esa respuestano se da casi nunca ante ese estímulo o situación. Este enfoque aplica las teorías de atribución a un proceso muy concreto: las consecuencias que tiene en la conducta futura las atribuciones que las personas realizan sobre sus éxitos o sus fracasos. Es decir, se centra específicamente en autoatribuciones sobre los logros que se han conseguido y los que no. La teoría de Weiner gira en torno a lo que influyen las autoatribuciones en la motivación. Para este autor, hay otras dimensiones que influyen en nuestros juicios sobre la responsabilidad personal de los otros: • Locus: El desempeño está causado por el actor (interno) o por la situación (externo). • Estabilidad: La causa es estable o inestable (ej. Personalidad vs. Fatiga). • Controlabilidad: El desempeño es controlable o incontrolable (ej. Autocontrol vs. Enfermedad). 3.sesgos en el proceso de atribución Sesgo de correspondencia y error fundamental de atribución. Tendencia a explicar las acciones de otros como provenientes de sus disposiciones internas incluso en presencia de causas situacionales claras. Inicialmente se utilizó el término “error fundamental de atribución” para referirse a la tendencia a enfatizar las explicaciones basadas en características disposicionales del actor, en comparación con las basadas en el entorno. El adjetivo de “fundamental” se empleó porque se pensaba que se trataba de un sesgo universal (que no lo es, aunque si es muy común). Por ese motivo es más conveniente emplear el término de sesgo de correspondencia al explicar la conducta basándose en las disposiciones del actor. Se ha argumentado que poner el foco de atención en el comportamiento del actor provoca automáticamente inferencias disposicionales que sean propia de esa clase de comportamientos (ej: si alguien golpea -> agresivo). A esa primera fase automática, le seguiría un proceso cognitivo controlado en el que se corregiría la primera atribución, y se tendría en cuenta la info sobre la situación del actor (ej: si es en defensa no se pensaría que es agresivo). Estos procesos controlados se verían modulados tanto por diferencias individuales como culturales, que pueden enfatizar más o menos el papel del individuo o de sus circunstancias a la hora de explicar el porqué de su comportamiento. Posibles explicaciones del sesgo de correspondencia: • Al observar nos centramos en las acciones, y las causas situacionales pasan a un segundo plano (saliencia perceptiva). • Primero se tienen en cuenta los aspectos disposicionales y después los situacionales (efecto de primacía). La persona y su comportamiento focalizan la atención del perceptor y “engullen” el contexto en elque se lleva a cabo la acción, por lo que se tiende a hacer atribuciones internas ignorando el papel que juega la situación. Sesgo de autobeneficio Tendencia a atribuir nuestros resultados positivos a causas internas y los negativos a causas externas. Factores cognitivos (esperamos tener éxito) y motivacionales (necesitamos proteger nuestra autoestima). Este sesgo puede ser el origen de tensiones interpersonales (ej. “yo he aportado más que tú”). Importante en el tratamiento de la depresión. Los estudios sugieren que las personas deprimidas a menudo presentan un patrón de atribución contraproducente ya que funciona de forma opuesta al sesgo de autobeneficio. Sesgo hacia la negatividad Las personas muestran mayor sensibilidad a la información negativa que a la positiva. Somos más rápidos y precisos en la identificación de expresiones faciales negativas que de positivas. Este sesgo puede ser explicado por factores evolutivos. La información negativa refleja posibles amenazas a nuestra seguridad. Los hallazgos de la neuropsicología indica que este sesgo ocurre durante las etapas iniciales de la cognición social (mayores potenciales en el caso de estímulos negativos). Por ejemplo, este fenómeno es el que permite comprender por qué las personas, cuando conocemos a alguien nuevo y conocemos un rasgo negativo de ella, pareciera que nos centráramos exclusivamente en características malas de la misma. Esto generaría una primera impresión negativa, la cual muy difícilmente podría ser modificada a largo plazo. Sesgo optimista Predisposición a esperar que las cosas cambien positivamente. Creemos que somos más propensas a experimentar eventos positivos y menos a los negativos. Falacia de planificación. Tendencia a hacer predicciones optimistas referentes al tiempo que llevará realizar una tarea. Las personas se centran en el futuro ignorando los eventos pasados y pasando por alto importantes obstáculos potenciales. Preparándose para lo peor - una excepción al sesgo optimista Cuando se espera experimentar algo negativo con importantes consecuencias, tendemos a ser pesimista anticipando los resultados negativos. Esta tendencia puede entenderse como adaptativa ya que ayuda a las personas a autoprotegerse frente a las malas noticias. Efecto de falso consenso. Tendencia a sobreestimar el grado de acuerdo que los demás tienen con nuestras ideas. Las personas queremos sentirnos apoyadas, por este motivo es común presuponer que las creencias, predilecciones y hábitos propios también los comparten o realizan otras personas. De esta forma, al pensar que no se es el único que piensa o actúa de una determinada forma, se maximiza la confianza en uno mismo. Uno los aspectos que resulta de vital importancia en la aparición de este fenómeno es el de que haya una falta de información, no necesariamente mala, en cuanto al apoyo real que tienen las opiniones propias. Lo normal es que al tener ciertas creencias el individuo busque opiniones que sigan por la misma línea, ignorando aquellas que puedan refutar o demostrar cuántos apoyos se tienen realmente. Pensamiento contrafáctico Tendencia a imaginar o pensar en otros resultados diferentes de los ocurridos en realidad. Estos Pensamientos pueden ocurrir de forma automática y requerir esfuerzos cognitivos para descartarlos. Otro efecto del pensamiento contrafactual es la inercia de inacción. Si se decide no realizar una acción que reportaría beneficios, es poco probable que se realicen acciones similares, especialmente si los beneficios son menores Objetivo: minimizar el autorreproche. Pensamiento mágico Pensamiento basado en suposiciones irracionales. Son atribuciones ilógicas de causalidad que se hacen sin pruebas empíricas, sobre todo cuando la persona cree que sus pensamientos pueden tenerconsecuencias en el mundo externo, bien por su propia acción o por la intermediación de fuerzas sobrenaturales. Algunos principios de este tipo de pensamiento: Idea de que algunos pensamientos o cosas pueden influir en el mundo físico. Idea de que cuando dos objetos se tocan se transmiten propiedades entre sí. Idea de que las cosas que se parecen comparten características fundamentales. 4.Atribución y satisfacción en las relaciones matrimoniales Bradbtiry y Finchwn (1990) revisaron 23 investigaciones sobre atribuciones en las relaciones matrimoniales y mostraron que existía una clara relación entre el tipo de atribuciones que los miembros de la pareja realizan y el grado de satisfacción matrimonial, encontrándose patrones diferentes en parejas bien avenidas y en parejas con problemas. Concretamente, los resultados de las investigaciones mostraron que en el caso de matrimonios con problemas (en comparación con aquellos no problemáticos) las atribuciones acentuaban el impacto de la conducta negativa de la pareja (<<llegó tarde a casa porque yo no le importo»). De esta manera la persona establece una causa de la conducta que es interna (localizada en la persona), global (porque puede trasladarse a otras esferas del matrimonio) y estable (es probable que se repita). Atribución y satisfacción en las relaciones matrimoniales Además, los mayores efectos se encontraron en la dimensión globalidad, ya que se observó que para las parejas con problemas las causas de los eventos negativos (“mi marido llega tarde”) se generalizaban a todas las áreas del matrimonio (“ … y esto es porque yo no le importo en absoluto”), mientras que las causas de los eventos positivos (“... me ha traído flores”) sólo se circunscribían a un área determinada (“... esto lo hace sólo cuando quiere tener relaciones sexuales, porque a él sólo le interesa eso de mí ... “). Además, cuando se trataba de una conducta positiva, los miembros de parejas que no se llevaban bien realizaban atribuciones que minimizaban el impacto de la conducta positiva del compañero/a (por ejemplo, “me trae flores sólo porque quiere mantener relaciones sexuales”). En este caso se tendía a hacer atribuciones externas e inestables, que influían sólo sobre aspectos. Atribución y comportamiento en las relaciones interpersonales En otras investigaciones se ha encontrado que las atribuciones no sólo influyen en las percepciones y valoraciones subjetivas de los miembros de la pareja, sino también en su conducta manifiesta. Así, Bradbury y Fincham (1992) encontraron que quienes atribuían mayores niveles de intencionalidad en la contribución de su pareja a un determinado problema mostraban mayores niveles de conducta negativa. Además, se observó que las atribuciones de responsabilidad afectaban de manera diferente a las mujeres y a los varones. En este sentido, la posibilidad de que un maridovrespondieran de forma negativa ante la conducta negativa de su mujer estaba relacionada con el hecho de que viera la contribución de ella como intencional; en cambio, la posibilidad de que ella respondiera negativamente a la conducta negativa de él estaba relacionada con su percepción de que él actuaba de manera egoísta. Atribución y decisiones judiciales En general, los estudios realizados han llegado a la conclusión de que el mejor predictor en la determinación de la sentencia es la severidad del delito y los antecedentes criminales. Parece ser que ambas variables ayudan a los jueces a hacer predicciones sobre la probabilidad de que un acusado continúe cometiendo crímenes, así como juicios acerca de su nivel de responsabilidad. El modelo que subyace a la toma de decisión judicial se basa en una conexión lógica entre el propósito de la sentencia y sus resultados, señalándose la importancia de tres aspectos: • La culpabilidad del agresor. • La amenaza o peligrosidad que el agresor supone para la comunidad. • La necesidad de tratamiento para el agresor. B

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