T26/ El Texto Narrativo. Estructuras y Características (PDF)

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This document provides an overview of narrative text structures and characteristics. It covers the elements of narratives, such as plot, characters, setting, and time, along with narrative structures, linguistic procedures, different types of narrative texts, and other narrative forms.

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T26/ EL TEXTO NARRATIVO. ESTRUCTURAS Y CARACTERÍSTICAS. ÍNDICE INTRODUCCIÓN 1. LA NARRACIÓN 2. ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN 2.1 La acción 2.2 Los personajes...

T26/ EL TEXTO NARRATIVO. ESTRUCTURAS Y CARACTERÍSTICAS. ÍNDICE INTRODUCCIÓN 1. LA NARRACIÓN 2. ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN 2.1 La acción 2.2 Los personajes 2.3 El espacio 2.4 El tiempo 3. ESTRUCTURA DE LOS TEXTOS NARRATIVOS 4. PROCEDIMIENTOS LINGÜÍSTICOS 5. TIPOS DE TEXTOS NARRATIVOS 6. OTROS TIPOS DE TEXTOS CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA INTRODUCCIÓN Afirma Irene Vallejo en Manifiesto por la lectura que “Somos la única especie que explica el mundo con historias, que las desea, las añora y las usa para sanar”. El ser humano ha recurrido a la narración para explicar los orígenes de su grupo o explicarse a sí mismo o a los otros. Los mitos, las leyendas, los poemas épicos o los cantares de gesta son maneras de contarnos los orígenes del mundo, de intentar abordar lo incomprensible y de hacer perdurar lo que se consideran grandes hazañas. La novela, el relato radiofónico, el cinematográfico, las series de televisión y otros géneros similares son muestras de la evolución de la narración y de su capacidad para adaptarse a los diferentes medios o soportes de difusión, como la radio, el cine o la televisión. En la actualidad, la era digital en la que nos encontramos, nos muestra que la narración sigue evolucionando, que van surgiendo nuevos modos de narrar gracias a las numerosas posibilidades que ofrece Internet. En este tema nos centraremos en la narración literaria, sus elementos y técnicas, mencionando otro tipo de géneros narrativos como la crónica y el reportaje y finalizando con unas conclusiones en torno a la práctica docente. La cantidad de conceptos que debemos tratar en un tiempo tan limitado hacen del todo imposible que se aborden en profundidad a pesar de la explosiva bibliografía (que presentamos de manera resumida tras la exposición del tema, siguiendo las normas APA). Por ello podemos decir, parafraseando al personaje del Quijote, Cide Hamete Benengeli, que nuestro T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. principal mérito radica en habernos atenido a lo esencial, pudiendo abarcar el universo entero. Este tema se relaciona directamente con el 37, del bloque de crítica literaria, con el 19 del bloque sintáctico, así como con todos los temas de la evolución de la narrativa a lo largo de la historia de la literatura y los que abarcan la evolución de los tres géneros en la posguerra. 1. LA NARRACIÓN Narrar, según el DLE, es relatar un hecho que se ha producido a lo largo del tiempo. La narración fija las acciones que acontecen en el suceder temporal, relacionadas con unos personajes y encaminadas a un determinado desenlace. El que narra evoca acontecimientos conocidos, porque los ha vivido realmente, o porque, sin ser testigo presencial, configura el relato como si los hubiera presenciado y de forma verosímil ha de hacer participar al lector como espectador casi presente en los sucesos que relata. De hecho, en la comunicación es la forma más utilizada ya que es habitual en una conversación contar cosas. Pero vamos a ocuparnos de una modalidad diferenciada de la habitual conversacional, la narración literaria, que entraña la relación de acontecimientos ficticios (aunque puedan estar sustentados en hechos reales). La narración está íntimamente ligada a las primeras manifestaciones lingüísticas del individuo que comienza a contar lo que le ha sucedido para luego describir. 2. ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN Señala M. Álvarez (2010) que tradicionalmente se considera que los elementos que constituyen la esencia del relato son la acción, los personajes, el ambiente en que tiene lugar la acción y el tiempo. 2.1 La acción La estructura de la acción puede ser muy variada. Partiendo del esquema clásico, que organiza los episodios en planteamiento, nudo y desenlace, es frecuente que el autor introduzca alteraciones de distinto tipo que transforman la estructura. Así, a veces se prescinde de la presentación y comienza la narración directamente por el conflicto (comienzo in medias res), como el inicio de Cien años de soledad, en el que desde el presente se proyecta al futuro para volver al pasado. Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. O incluso se puede iniciar el relato por el final de la historia (in extrema res). El autor puede prescindir también del desenlace, con lo que consigue un relato de final abierto. Además del esquema clásico que tiene un carácter más cerrado, existen otras formas de organizar la acción que dan lugar a narraciones abiertas, con múltiples episodios que pueden no guardar relación entre sí, con la técnica del contrapunto, y en las que, al no tener un argumento cerrado, sería admisible la inclusión de nuevos episodios. 2 T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. Los formalistas rusos distinguieron trama y argumento. De acuerdo con Delmiro Antas (2012), la acción, conjunto de hechos narrados, puede presentarse con un argumento, explicación coherente y ordenada de todos los acontecimientos, y con una trama, orden en el que el narrador presenta los acontecimientos, no siempre de forma ordenada y coherente. Así, un mismo argumento (por ejemplo, la historia de un asesinato y su posterior descubrimiento) puede dar lugar a muchos discursos o tramas: en una novela se puede presentar antes el descubrimiento del cadáver que el propio asesinato, o en otra, el encuentro con la víctima para seguir con la exposición del móvil, etc. 2.2 Los personajes Los personajes son los elementos de la estructura narrativa que llevan a cabo las acciones contadas por el narrador. Su creación se puede realizar a través del narrador mediante descripción o diálogo. Pueden ser de distintos tipos como: protagonista y antagonista, estereotipo o héroe/antihéroe. Greimas en su modelo actancial los clasifica en sujeto, objeto, destinador, destinatario, ayudante y oponente. Según la caracterización que el autor hace de ellos, E.M. Forster (1996) distingue dos especies fundamentales de personajes novelescos: los planos y los redondos. Los personajes planos o diseñados se definen linealmente solo por un trazo, por un elemento básico que los acompaña durante toda la obra. Al trazo único, propio de los personajes planos, se opone la multiplicidad de rasgos propio de los personajes redondos o modelados, que ofrecen una complejidad muy acentuada. Representan los conflictos psicológicos de los seres humanos, su mundo interno, complejo y contradictorio. Pertenecen a esta categoría los grandes personajes de la narrativa universal como Madame Bovary, que se van confeccionando según avanza la historia. Se pueden caracterizar a través del diálogo, como la secuencia de El camino en la que las hermanas Guindillas muestran sus distintos caracteres. A todo esto habría que añadir la diferenciación entre personajes dinámicos o estáticos e individuales o colectivos. 2.3 El espacio Entendemos por espacio narrativo la reelaboración que el autor hace del lugar donde acontece la historia. El ambiente ayuda a la verosimilitud y se presenta mediante descripción. El lugar de la acción puede aparecer solamente mencionado o describirse con mayor detalle, lo que no determina la relevancia que adquiere dentro del significado global del relato. En algunos subgéneros novelísticos –la novela bizantina, la picaresca o los relatos de viajes-, el cambio de espacio se constituye en eje vertebrador del relato. Asimismo, las descripciones de lugar suelen ser fundamentales para crear en la narración un determinado ambiente, que entendemos como el conjunto de circunstancias. Así, podemos hablar de narraciones de ambiente urbano o natural, realista o fantástico, popular, burgués, exótico, misterioso, terrorífico, etc. 3 T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. Como el tiempo narrativo, también el espacio puede estar concebido en el relato de una manera subjetiva. El espacio objetivo aparece como un reflejo más o menos fiel del mundo real (o del mundo imaginado por el autor); pero en ocasiones la creación y descripción del espacio aparecen determinadas por la percepción que de él realiza el personaje desde su subjetividad y su estado de ánimo, con lo que se convierte más bien en un reflejo de la interioridad del personaje. También puede ser conceptual, cuando es simbólico como Valverde de Lucerna en San Manuel Bueno mártir. 2.4 El tiempo El tiempo es un elemento de gran importancia que presenta una semanticidad elevada con los valores de la noche, la primavera, etc. Ha sido considerado siempre como un elemento central de la narración, lo que llevó a Mijail Bajtin a introducir en los estudios de literatura el concepto de cronotopo para señalar la dependencia que existe entre las relaciones temporales y espaciales dentro de la obra literaria y en concreto, de la novela, en la que el cronotopo ( marco espaciotemporal en que se desarrolla un argumento literario) es el centro organizador de los acontecimientos. El punto de partida básico es, sin duda, la falta de correspondencia entre el tiempo de la historia y el del discurso. Es un hecho constatado que en literatura tal correspondencia es utópica. La relación de ambos tiempos puede medirse, de acuerdo con G. Genette, desde tres ejes. En las relaciones entre el orden temporal de sucesión de hechos en la historia y el orden en que están dispuestos en el relato se diferencia la analepsis o anacronía hacia el pasado (retrospectiva), en la que hay una narración primera (presente) donde se inserta una segunda narración que es temporalmente anterior a ese presente, y la prolepsis o anacronía hacia el futuro (prospectiva), en la que el narrador hace referencia a acontecimientos que en el momento de la acción aún tienen que suceder. Las relaciones de duración se refieren al ritmo o rapidez de los hechos de la historia frente al del discurso. Genette propuso la denominación de vitesse, como sucede en el fragmento del crimen de El túnel. Los principales tipos de anisocronía se corresponden con las cuatro formas fundamentales del movimiento narrativo: elipsis y pausa descriptiva, que son los movimientos extremos y otros dos intermedios que gran número de críticos anglosajones llaman escena y sumario (o resumen). Sumario o resumen es la anisocronía que se origina cuando en una serie de frases se condensan o resumen párrafos, páginas, o mejor, algunos días, meses o incluso años de la historia, que no se llegan a relatar. Escena es lo opuesto a sumario, ya que representa el intento de ofrecer ante nuestros ojos el transcurso de la realidad tal como tuvo lugar. Se produce elipsis cuando el tiempo ha sido suprimido. La pausa descriptiva es lo contrario de la elipsis. En ella, se llega a pormenorizar algún aspecto de la historia de manera que se origina un tiempo del discurso de mayor duración o un ritmo más lento que el de la historia. La famosa digresión de la magdalena de Proust hace detenerse la narración para introducir una pausa. Lo más frecuente es que tal pausa dé lugar a descripciones de personajes o espacios. La frecuencia es la modalidad 4 T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. temporal de la narración referida a las relaciones de frecuencia de hechos en la historia y frecuencia de enunciados narrativos de esos hechos. Finalmente, hay que tener en cuenta el tiempo externo y las referencias temporales explícitas o implícitas que permiten localizar temporalmente la acción. 3. ESTRUCTURA DE LOS TEXTOS NARRATIVOS Las técnicas narrativas se enmarcan dentro del hecho comunicativo y la relación autor y narrador. El narrador es quien cuenta la historia en la que se pueden presentar los hechos mediante distintas voces gramaticales. El punto de vista del narrador no corresponde con el del autor. 3.1 El aspecto, punto de vista o focalización La aspectualidad recoge un antiguo problema de la estructura narrativa también denominado punto de vista. G. Genette recoge una tipología de tres términos. La focalización cero es lo que se conoce como narrador omnisciente, con conocimiento total del exterior y del interior de los personajes. La focalización interna se identifica con el llamado narrador interno, que no ve más que lo que sabe tal o cual personaje. Se distinguen, en esencia, tres tipos de narrador interno: el narrador protagonista, si quien cuenta los acontecimientos es el mismo personaje que los ha protagonizado; el narrador-personaje secundario, si el personaje que narra la historia ha participado en los hechos, pero no es el protagonista de los mismos; y narrador-testigo, si está presente en los sucesos como espectador. La focalización externa es lo que se conoce como narrador objetivista, que ve menos de lo que sabe cualquiera de sus personajes y solo asiste a sus actos. Registra, como una cámara cinematográfica, solamente aquello que puede verse desde fuera, pero no se hace referencia a la interioridad de los personajes, que solo se manifiesta a través de sus reacciones y de los diálogos. 3.2 La persona gramatical La persona hace referencia a la máscara utilizada por los actores en el teatro griego. Los escritores no utilizan sus propias voces reales cuando escriben, aunque sean ellos quienes controlen lo que se dice. El narrador implícito de un texto no es el autor persona real. La obra es un discurso que refleja la supuesta persona que adopta el narrador. A través de ella filtra una actitud determinada. Los conceptos de persona, tono y voz son conceptos muy polémicos. Las voces gramaticales utilizadas por el narrador se corresponden con la primera, segunda o tercera persona. En el relato autobiográfico el narrador puede ser, o no, el autor del relato, eso depende de la técnica que siga el autor. En el relato en primera persona el autor convierte en narrador a uno de sus personajes. Un ejemplo es San Manuel Bueno, mártir, que finge haber encontrado un manuscrito que él se limita a transcribir y hace que uno de sus personajes, Ángela Carvanillo, sea la narradora de la historia. Algo similar ocurre en Don Quijote de la Mancha, donde Cervantes dice encontrar un manuscrito de un autor supuestamente real a quien llama Cide Hamete Berengeli. Mediante el monólogo interior se expresan pensamientos íntimos antes de ser ordenados 5 T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. mentalmente, como se observa en Tiempo de silencio. Es también la forma de la autobiografía. El relato en segunda persona es un recurso poco frecuente que se observa en La muerte de Artemio Cruz o en Señas de identidad. Por último, cuando el narrador relata los hechos en tercera persona no participa en la historia y es el contador más objetivo. 3.3 La voz narrativa Al narrador consistentemente mantenido por el autor lo denominamos voz. El autor no solo inventa historias sino que entrega al lector sus materiales a través de muchas y diferentes voces. No existe simetría entre voz narrativa y persona gramatical. Aunque las formas gramaticales sean tres, la voz, como discurso, revela una opción dual yo-yo no, lo que Genette llama oposición entre relato homodiegético (el narrador forma parte de la historia que cuenta) y el relato heterodiegético (el narrador no forma parte de la historia). Si el narrador, además de participar en lo relatado, es el protagonista de los acontecimientos, se llama autodiegético. 3.4 Situaciones narrativas El cuadro que recoge Genette (1986) reproduce cinco situaciones narrativas básicas como resultado de combinar dos ejes: la focalización y la voz. El narrador heterodiegético no forma parte de la narración y puede ser auctorial o focal cero, si no adopta la perspectiva de un personaje (La Regenta), actorial o focal interna, adopta la perspectiva de un personaje (La Metamorfosis) y externa o neutra, los personajes actúan ante el narrador que no muestra su interior (El Jarama). El narrador homodiegético forma parte de la historia, como se observa en Trafalgar (focal cero) o El Lazarillo (focal interna). 3.5 La modalidad narrativa La modalidad narrativa atiende al tipo de discurso utilizado por el narrador, al cómo se relatan los hechos. Dentro de esta categoría se engloban los tipos de discurso verbal que pueden ser: sumario diegético, el discurso del narrador menciona que ha habido un acto de habla del personaje, pero no especifica su contenido ( Ernesto habló a su madre durante una hora), discurso directo, en el que se ofrece el diálogo, introducido por un verbo dicendi (palabra que expresa el habla o introduce una cita), con las palabras del personaje, discurso directo libre, variante del anterior en el que se suprimen verbum dicendi y marcas ortográficas y discurso indirecto libre, forma intermedia entre el discurso del narrador y el del personaje, en el que tanto gramatical como semánticamente tiene lugar la contaminación del discurso del narrador por el del personaje. Ejemplos de estos últimos son Los cachorros y La desheredada. 4. PROCEDIMIENTOS LINGÜÍSTICOS Siguiendo a Carratalá, se recurre a diversos procedimientos en todos los niveles para la formalización lingüística de la historia narrada. En el nivel morfosintáctico se observa un dinamismo expresivo positivo, en palabras de Bousoño, con abundantes verbos para transmitir la acción, que desde el presente se proyectan al pasado, con el pretérito perfecto simple, y sustantivos para crear la sensación de realismo. Hay 6 T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. predominio de estructuras sintácticas predicativas, más adecuadas para expresar la progresión y el movimiento. La complejidad de la narración y la inserción de planos temporales diversos, favorecen el uso de la subordinación temporal aunque la organización general sea mediante coordinación. Como se trata de mostrar acciones, de comunicar hechos sucedidos, es normal que predomine el empleo de verbos sobre cualquier otro tipo de palabras. La narración dinámica intensifica la acción mediante la acumulación de verbos para aproximar el tiempo de la narración al tiempo real de la lectura, como la secuencia del asesinato de La familia de Pascual Duarte. En el nivel léxico semántico el texto literario se sirve de un número de figuras literarias no excesivo y los ejes isotópicos varían en función de la historia. En el nivel pragmático, como recurso de inapreciable valor, se encuentra el diálogo, mediante el que los interlocutores -en el caso concreto de la narración, los personajes- ponen de manifiesto su carácter y modo de pensar, sus intenciones y anhelos. Ejemplo de ello es el diálogo de las Guindillas de El camino Aunque es la forma propia del teatro, se emplea igualmente en otros géneros literarios, no solo en la novela, pues puede aparecer en la lírica y el ensayo. La creación de un buen diálogo exige una profunda labor de buceo en la personalidad de los interlocutores que van a entablar la comunicación. 5. PRINCIPALES TEXTOS NARRATIVOS En los tratados literarios suelen estudiarse juntos unos textos que tienen como rasgo común la narración: la epopeya, el poema épico y la novela. Las leyes principales de lo épico han sido reunidas por José Alsina (1984). Según él, en el centro de todo poema épico hay una gesta, una acción heroica de importancia. El diálogo es un elemento básico para romper la monotonía de la narración. Hay una tendencia a que aparezca un estilo formulario. La epopeya es un producto de una edad heroica que refleja una etapa cultural, escrita en verso y anónima. El poema épico difiere de ella en que es individual, resultado de la labor concreta de un poeta concreto y con rasgos poéticos distintos de la epopeya. La novela se escribe en prosa (con excepción del roman courtois) y suele tener un autor concreto. Cabe destacar otra forma de narración como es la epistolar que se observa en Pepita Jiménez, o en forma de diario como Werther. Otros subgéneros son el cuento, entre los que destacan los de Ana María Matute, centrados en la infancia, o el romance, entre otros. 6. OTRAS FORMAS DE NARRACIÓN Otros tipos de narración son los periodísticos, como la crónica y el reportaje, narraciones informativas que se enmarcan dentro de la comunicación periodística, en las que se pueden incluir datos valorativos en torno a la noticia. Pero también hay que incluir en este apartado los nuevo géneros en la web (Bronckart, 2004). A través de los blogs, el microblogging y las redes sociales está naciendo una nueva literatura que aprovecha toda la fuerza expresiva del hipertexto y la multimedialidad. 7 T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. Por otro lado, la denominada escritura hipermedia se refiere a un nuevo tipo de producción en que gráficos, audio, vídeo y texto se entretejen gracias a los hipervínculos. Contrasta con el concepto de multimedia, con los que pueden denominarse productos multimediales pero no por fuerza interactivos. La hipertextualidad abre mil puertas a la creación. Al combinar lengua escrita con oralidad, música, imágenes, infografías, etc. se origina una nueva textualidad, un código semiótico donde el significado se construye a través del recurso a los hipervínculos. El texto abandona la linealidad y se convierte en una red textual en la que se superponen los distintos recursos digitales. Junto a ellos, la escritura colaborativa, en que un autor lanza una idea (título, trama, primer párrafo, etc.) y los usuarios van completándola. En Sigue la historia (http://www.siguelahistoria.com/) los usuarios registrados participan y podemos encontrar multitud de obras. Finalmente, Twitter es una red en la que se puede jugar con la identidad de los autores y con la multiplicidad de voces. A través de distintas redes sociales se han empleado estas nuevas posibilidades para crear novelas, pero quizás en Twitter sea donde más éxito ha tenido. La restricción a 140 caracteres invitó a la creación de microrrelatos, haikus y poemas breves, pero posteriormente supuso un reto atractivo para la creación de novelas. Son cada vez más numerosos los autores que inician su andadura en las redes, como por ejemplo Alberto Chimal. CONCLUSIONES La lectura es un hábito de vida saludable y, aunque tradicionalmente se ha confundido la enseñanza de la literatura con la de la historia de la literatura centrándose por tanto en la memorización de datos acerca de las épocas, autores y obras, sin embargo, en la actualidad, el modelo competencial de la LOMLOE prioriza el desarrollo de otras capacidades que contribuyen al desarrollo y crecimiento personal. Por medio de los saberes de este tema, se contribuye a la adquisición de las competencias específicas necesarias para obtener el perfil de salida. Los textos narrativos presentan aspectos de importante relieve para la formación de los ciudadanos, ya que a través de la diversa temática plantean problemas como la soledad, la angustia, el desamor, la solidaridad, la opresión, es decir, problemas existenciales a los que los alumnos también hacen frente en algún momento de sus vidas y que ayudan a trabajar la inteligencia emocional y a prepararlos para los retos y desafíos de este siglo. Son numerosas las actividades con las que pueden aumentar su bagaje, conformando una situación de aprendizaje en varias fases. Partiendo de la proyección de una secuencia narrativa, en la fase de motivación, pueden incluirse en la de desarrollo, desde la lectura de libros a la de textos en las redes, la investigación sobre los autores, la creación de infografías y vídeos, con los que, además, se trabaja la competencia específica 6…El producto final puede estar constituido por la creación de un texto multimodal con los elementos estudiados. Las actividades con las que podemos trabajar este tema, unas tradicionales y otras innovadoras, son un reflejo de cómo tradición e innovación, hoy más que nunca, van de la mano, en este salto al vacío que nos ha tocado vivir y que nos ha llevado a combinar literatura y tecnología dentro del Plan de digitalización. 8 T26/ El texto narrativo. Estructuras y características. BIBLIOGRAFÍA Álvarez, M., (2010). Tipos de escrito I: Narración y descripción. Madrid: Arco Libros. _ (2010). Tipos de escrito II: Exposición y argumentación. Madrid: Arco Libros. Antas, D. (2012). Auxiliar para el comentario de textos literarios. Barcelona: Aula Octaedro. Bronckart, Jean Paul. (2004). Actividad verbal, textos y discursos. Por un interaccionismo sociodiscursivo, España, Fundación Infancia y Aprendizaje. Carratalá, F. (2016). El comentario lingüístico de textos literarios y su aplicación a la enseñanza de la literatura. Pigmalión. Forster, E.M., (1996). Personajes planos y personajes redondos. En Teoría de la novela: antología de textos del siglo XX. Dialnet. Genette, G. (1989). Figuras III. Barcelona: Lumen. Lukács, G. (2016). Teoría de la novela. Barcelona: Debolsillo. Menéndez Peláez y otros (2013). Historia de la literatura española. Volumen III León: Everest. RAE (2014). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa. Riquer, M. y Valverde, J.M. (2010). Historia de la literatura universal. Obra completa. Nueva edición actualizada. Madrid: Editorial Gredos. 9

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