Intervención en Maltrato y Violencia (Unidad 1) PDF

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This document provides an overview of violence, including its different types (physical, psychological, sexual, etc.). It explores the characteristics, causes, and consequences of various forms of violence, particularly within interpersonal relationships. The text also touches on violence against specific groups, such as children and the elderly.

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Intervención en Maltrato y Violencia UNIDAD 1 Generalidades ÍNDICE 1. 13Tema 1: Nombre de Tema 2 Objetivo:...

Intervención en Maltrato y Violencia UNIDAD 1 Generalidades ÍNDICE 1. 13Tema 1: Nombre de Tema 2 Objetivo: 3 Introducción: 3 2. Información de los subtemas 3 2.1 42.2 52.3 83. Preguntas de Comprensión de la Unidad 6 4. Material Complementario 7 5. Bibliografía 8 1. Unidad 1: Generalidades Tema 1: Violencia 2 Generalidades Objetivo: Al finalizar esta unidad, el estudiante será capaz de analizar los diferentes conceptos de violencia, identificando sus generalidades para diferenciarlas con las características del maltrato, a través de la investigación de sus orígenes lograrán analizar las repercusiones que generan en los individuos. Introducción: Existen múltiples definiciones de violencia, en especial las que se relacionan con la imposición de fuerza física. Sin embargo, la violencia es un concepto mucho más global y complejo y se refiere a: "cualquier acto de comisión u omisión y cualquier condición que resulte de dichos actos, que prive a los sujetos de igualdad de derechos y libertades y lo interfiera con su máximo desarrollo y libertad de elegir". La violencia es tan vieja como el mundo y la historia; las mitologías y las leyendas nos la muestran como acompañado siempre a héroes y fundadores. Sin embargo, la violencia puede explicarse y siendo explicable puede evitarse. En casi todas las sociedades, la lucha contra la violencia todavía se considera una tarea que le corresponde exclusivamente a las autoridades policiales y judiciales y a las instituciones penitenciarias. Sin embargo, la lucha contra la violencia nos corresponde a cada uno de nosotros. La violencia es tan cotidiana que muchas veces no podemos percibir sus dimensiones reales, la vemos como algo natural, incluso le llamamos amor y preocupación, o bien, democracia o altruismo. Hay una distorsión en la representación social que se suele tener de los hechos violentos, se percibe casi exclusivamente como la que ocurre en espacios públicos, cuando en realidad la mayor parte de éstos transcurre en espacios privados y entre conocidos Del mismo modo, se ha hablado mucho del papel de las escenas de violencia en series televisivas y en el cine, con respecto a génesis de violencia en los espectadores. Es un hecho de que estas escenas probablemente refuercen esta violencia, pero también reflejan actitudes ya dominantes frente a ellas. Es así como la violencia puede convertirse en una manera de vivir, en una forma aceptada de conducta, respaldada por los hábitos populares y la moralidad convencional, en otras palabras, en una subcultura. 3 Generalidades 1. Información de los subtemas 2.1 Subtema 1: Definición y Características La violencia es un problema social y cultural que afecta al desarrollo integral de las personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia como “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” (1996). Por tanto, la violencia se origina en las relaciones de poder inequitativas y de sometimiento a la víctima. Esto puede ocurrir en varios escenarios, como la familia, el hogar, instituciones educativas, establecimientos de acogimiento institucional, residencias escolares, la calle, el barrio, el lugar de trabajo o el transporte público; y abarca acciones como la agresión física y psicológica, el abandono o el trato negligente, la explotación y el abuso sexual, entre otras. En este sentido, cuando ocurren situaciones de violencia, se deben considerar los principios de interés superior, de prioridad absoluta y de no discriminación (Convención sobre los Derechos del Niño, 1989), que implican una actuación inmediata que garantice la protección de la persona violentada y la obligación de denunciar por parte de quien tiene conocimiento del hecho. Al ser una problemática psicosocial y multicausal, la violencia no tiene una configuración homogénea. La OMS ha propuesto una tipología en la que clasifica los distintos tipos de violencia según un doble criterio: la relación entre la persona agresora y la víctima, y la naturaleza de la acción para distinguir tipos de violencia distintos entre sí. 4 Generalidades 2.2 Subtema 2: Tipos-Clasificación A través del discernimiento de las diversas situaciones que surgen de combinar su naturaleza (física, sexual, psicológica, omisión/negligencia, virtual…), con el agente causante y su relación con la víctima (autodirigida, interpersonal, colectiva…). Esta clasificación es muy útil, ya que permite diferenciar entre violencia física, sexual, psicológica y negligencia. A continuación, se procederá a presentar los tipos de violencia más habituales: 2.2.1 Violencia física La violencia física es una forma de daño físico o agresión intencionada hacia el cuerpo de otra persona, ya sea usando la fuerza física o algún tipo de objeto. Algunos ejemplos de este tipo de violencia son: golpes, patadas, puñetazos, tirón de pelo, puñalada, asfixia, arañazos… Como vemos, la violencia física es quizás la forma de violencia más visible e identificable, y puede tener un grave impacto en la salud. Sus consecuencias pueden ser lesiones tanto internas como externas, o incluso la muerte. 2.2.2 Violencia psicológica La violencia psicológica es un tipo de agresión sin contacto físico hacia la persona que la sufre. Puede ejercerse entre una o varias personas y se lleva a cabo principalmente de forma verbal. No deja marcas o heridas visibles pero el daño emocional que genera es enorme: afecta a la autoestima de la persona, en sus reacciones, funciones cognitivas… Además, este tipo de violencia tiene consecuencias tan dañinas porque es mucho más difícil de identificar tanto para la víctima como para el entorno. Quien la ejerce suele empezar de formas muy sutiles e ir incidiendo progresivamente en la persona, sin que ésta se dé cuenta fácilmente del nivel de control y coacción al que se ha visto sometida. Algunos ejemplos de este tipo de violencia son: insultos, amenazas, gritos, humillaciones, control, chantaje emocional, hacer dudar del juicio de realidad, comparaciones desvalorizadas, indiferencia. 2.2.3. Violencia sexual La violencia sexual consiste en cualquier contacto o actividad sexual que se lleva a cabo sin el consentimiento y deseo de una de las personas. Puede involucrar violencia física o psicológica (amenazas, chantajes, presión…). También se considera violencia sexual a los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados. Este tipo de violencia es independiente de la relación personal entre agresor y víctima, puede darse tanto en lugares públicos como privados y hay una marcada 5 Generalidades diferencia de género en la misma: es mucho mayor el número de mujeres que la han sufrido a lo largo de su vida que el de hombres. Los principales ejemplos de violencia sexual son: violación, abusos sexuales (tanto en la adultez como en la infancia) y acoso sexual. 2.2.4. Violencia laboral La violencia laboral consiste en aquella violencia que se produce dentro del ambiente de trabajo de una persona poniendo en peligro, implícita o explícitamente, su seguridad y su salud física o mental. Puede ser horizontal o jerárquica, en función de si el rango que el agresor ocupa dentro de la empresa es igual, superior o inferior a la víctima. Este tipo de violencia en muchos casos es muy invisibilizado bajo las estructuras de poder o silenciada por el miedo a perder el empleo. Algunos ejemplos de violencia laboral son: descalificaciones, faltas de respeto, mobbing o acoso laboral, humillaciones… 2.2.5. Violencia económica La violencia económica es un tipo de violencia que se produce cuando una persona controla completamente los recursos o actividades económicas de otra, con el objetivo de colocarla en una posición de dependencia. Se utiliza el dinero y el acceso al mismo como forma de manipulación o coerción, para que la persona dependiente económicamente haga lo que la otra quiere. Este tipo de violencia se produce en ocasiones como forma de violencia de género. En los agresores que limitan el acceso de sus víctimas a trabajos o educación, o que controlan sus recursos económicos, encontramos algunos ejemplos de violencia económica. 2.2.6. Violencia de género La violencia de género (también denominada violencia machista o violencia hacia las mujeres) engloba a todo acto de violencia sexista que un agresor ejerce hacia una mujer y que tiene como resultado posible un daño físico, sexual o psicológico. Puede darse en el ámbito público o privado. Este tipo de violencia cada vez está siendo más visibilizada, aunque sigue estando presente en todas las sociedades del mundo, generando consecuencias muy graves. Algunos ejemplos de violencia de género son: feminicidios, agresiones físicas, violaciones y abusos sexuales, acoso sexual, humillaciones, acoso a través de los medios digitales, violencia obstétrica, diferencias salariales… 2.2.7. Violencia racial La violencia racial consiste en todo tipo de violencia ejercida hacia otra persona a causa de su origen étnico. Las exclusiones o tratos preferentes basados en motivos raciales entran dentro de este tipo de violencias, así como comentarios ofensivos o cualquier forma de violencia psicológica o física. 6 Generalidades 2.2.8. Violencia contra los niños y niñas La violencia contra los niños/as incluye cualquier forma de violencia contra los menores de edad, ejercidas tanto por sus padres, cuidadores, profesores, sus compañeros u otras personas. Es muy importante detectar este tipo de violencia por la vulnerabilidad de los menores por razón de edad, que dificulta que puedan protegerse adecuadamente, siendo los adultos responsables los que tienen el deber de protegerles. Las principales formas de violencia hacia los niños y niñas son: abuso sexual infantil, bullying en el colegio u otros espacios infantiles, abusos de poder, privación de sus necesidades básicas, no respeto a los derechos infantiles, violencia física, psicológica… 2.2.9. Violencia hacia la orientación sexual o identidad de género La violencia hacia la orientación sexual o identidad de género es un tipo específico de violencia que se ejerce hacia las personas que presentan una orientación sexual o una identidad de género no normativa. Esta violencia puede ser física, verbal, en forma de hostigamiento, en grupo, en espacios públicos y privados… 2.2.10. Violencia hacia los adultos mayores La violencia hacia los adultos mayores consiste en cualquier acto hacia una persona adulta mayor que genera sufrimiento y que está asociada al descuido de las necesidades específicas de su edad o a faltas de respeto. Algunos ejemplos de este tipo de violencia son maltratos físicos, humillaciones, abandono, desatención, menoscabo de la dignidad o respeto, abusos de poder. 7 Generalidades 2.3 Subtema 3: Causas y Consecuencias La violencia es un fenómeno complejo que afecta a todas las sociedades del mundo. A pesar de los esfuerzos por prevenirla y erradicarla, sigue siendo uno de los principales problemas sociales de nuestra época. Por ello, es importante analizar las causas que la generan y perpetúan, para poder implementar estrategias efectivas que permitan reducirla. La violencia es un fenómeno complejo y multifacético que puede ser causado por múltiples factores. Sin embargo, hay una causa principal que subyace detrás de la mayoría de los actos violentos: la falta de empatía y la incapacidad para resolver conflictos de manera pacífica. La falta de empatía es un problema común en nuestra sociedad actual. Muchas personas no son capaces de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus perspectivas y necesidades. Esto puede llevar a la violencia física, como golpear o atacar a alguien que no se comporta como se espera. También puede llevar a la violencia emocional, como insultar o denigrar a alguien que no cumple con sus expectativas. Otro factor importante es la incapacidad para resolver conflictos de manera pacífica. La mayoría de las personas son capaces de resolver problemas cotidianos de manera efectiva, pero cuando se enfrentan a situaciones estresantes o conflictivas, pueden recurrir a la violencia como una forma de resolver el problema. Esto puede ser especialmente común en situaciones en las que las personas sienten que sus necesidades no están siendo satisfechas o que se les está negando algo que consideran importante Además, hay otros factores que pueden contribuir a la violencia, como la pobreza, la desigualdad social, la discriminación, la exclusión social y la falta de oportunidades. Estos factores pueden aumentar el estrés y la frustración en las personas, lo que puede llevar a comportamientos violentos. Cuando se habla de la violencia, es importante entender que existen diversas causas que pueden llevar a su manifestación. Entre las causas principales de la violencia se encuentran: La falta de oportunidades sociales y económicas para ciertos grupos de la población. La desigualdad y discriminación en diferentes ámbitos, como la educación, el empleo y la justicia. La influencia de factores culturales y sociales que promueven la violencia como forma de resolver conflictos. La exposición a situaciones de violencia en la infancia o adolescencia. La presencia de enfermedades mentales no tratadas. 8 Generalidades Las consecuencias de la violencia también son diversas y pueden afectar tanto a las víctimas directas como a la sociedad en general. Algunas de estas consecuencias incluyen: Lesiones físicas y emocionales en las víctimas. Pérdida de vidas humanas. Daños materiales y económicos en la comunidad. El deterioro de la convivencia pacífica y la pérdida de confianza en las instituciones. El debilitamiento de la democracia y el estado de derecho. Es importante tomar medidas para combatir las causas de la violencia y prevenir sus consecuencias. Esto incluye la promoción de la igualdad y la justicia social, el acceso a servicios de salud mental y la educación en valores de paz y respeto a los derechos humanos. 2.3.1. Las causas más importantes de la violencia en la sociedad La violencia en la sociedad es un problema complejo que se origina por diversas razones. A continuación, se mencionan algunas de las causas más importantes: Pobreza: La pobreza es uno de los factores más importantes que contribuyen a la violencia. La falta de recursos económicos y oportunidades puede llevar a las personas a cometer actos violentos para sobrevivir. Desigualdad social: La desigualdad social es un problema que afecta a muchas sociedades. Cuando hay una gran brecha entre los ricos y los pobres, puede generar resentimiento, frustración y enojo que pueden desencadenar actos violentos. Falta de educación: La falta de educación es otro factor que contribuye a la violencia. Las personas que no tienen acceso a la educación pueden tener dificultades para encontrar trabajo y para entender las consecuencias de sus acciones. Abuso de drogas y alcohol: El abuso de drogas y alcohol puede afectar la salud mental y física de una persona, lo que puede llevar a comportamientos violentos y agresivos. Conflictos armados: Los conflictos armados son una de las causas más graves de la violencia. La guerra y la violencia política pueden afectar a toda una población y generar un clima de inseguridad y miedo. Estas son solo algunas de las causas principales de la violencia en la sociedad. Es importante abordar estas cuestiones y trabajar en políticas que promuevan la igualdad, la educación y el acceso a oportunidades para todos. 2.3.2. Las causas de la violencia escolar 9 Generalidades La violencia escolar es un problema que afecta a estudiantes, padres de familia y al personal docente. Es importante identificar las causas principales de este fenómeno para poder prevenirlo y combatirlo efectivamente. Una de las causas más comunes de la violencia escolar es el bullying. Este tipo de violencia puede manifestarse de diferentes maneras, como el acoso verbal, el acoso físico o el acoso psicológico. Los estudiantes que son víctimas de bullying suelen sentirse aislados y marginados, lo que puede llevarlos a responder con violencia. Otra causa de la violencia escolar es la violencia en el hogar. Los estudiantes que crecen en hogares violentos o disfuncionales pueden tener dificultades para manejar sus emociones y pueden recurrir a la violencia como forma de expresión. Además, los estudiantes que son víctimas de abuso o negligencia en el hogar también pueden ser más propensos a la violencia escolar. La falta de supervisión también puede contribuir a la violencia escolar. Los estudiantes que no tienen supervisión adecuada en la escuela o en el hogar pueden estar más expuestos a situaciones de violencia y a la influencia de compañeros problemáticos. Además, la falta de supervisión también puede permitir que se propaguen rumores y chismes, lo que puede aumentar la tensión y la violencia entre los estudiantes. Por último, la falta de recursos y la desigualdad social también pueden contribuir a la violencia escolar. Los estudiantes que viven en comunidades empobrecidas o marginadas pueden tener acceso limitado a recursos educativos y sociales, lo que puede aumentar su frustración y desesperanza. Además, la desigualdad social puede fomentar la discriminación y el prejuicio, lo que puede llevar a situaciones de violencia. 10 Generalidades 2. Preguntas de comprensión de la unidad 1. ¿Pregunta de comprensión Nro. 1? ¿Qué es la violencia? La violencia es un problema social y cultural en el que la intencionalidad de un hecho a través del uso de la fuerza o la intimidación hacia una persona o una comunidad puede causar lesiones, daños psicológicos y privaciones. ¿Pregunta de comprensión Nro. 2? ¿Qué se comprende como violencia económica? Se la considera a través del control de los recursos o actividades económicas de otra persona, en la que paulatinamente se la ubica en una posición de dependencia. Mediante el dinero o el acceso al mismo se genera una manipulación de la persona en estado de dependencia para que realice lo que el agresor quiere ¿Pregunta de comprensión Nro. 3? ¿Qué es la violencia hacia la orientación sexual? Es aquella que se ejerce hacia persona con identidad de género no normativa y que actúa a nivel físico, verbal, hostigamiento, en grupo, en espacios públicos y privados ¿Pregunta de comprensión Nro. 4? ¿Cuáles son las causas de la violencia? La violencia es un fenómeno multifacético, complejo y que afecta a todas las sociedades del mundo. La falta de empatía y la incapacidad para resolver conflictos de manera pacífica son una de las causas principales de la misma. Esto se suma a otros factores que contribuyen a ella, entre los cuales están: la pobreza, la discriminación, la exclusión, la falta de oportunidades, entre otros ¿Pregunta de comprensión Nro. 5? ¿Cuál es una de las causas más comunes en la violencia escolar? El bullying, se puede presentar como acoso verbal, físico o psicológico. 11 Generalidades 3. Material complementario Los siguientes recursos complementarios son sugerencias para que se pueda ampliar la información sobre el tema trabajado, como parte de su proceso de aprendizaje autónomo: Videos de apoyo: ¿Porqué existe la violencia? https://www.youtube.com/watch?v=v0uaGnCJTu4 Bibliografía de apoyo: Links de apoyo: 12 Generalidades 4. Bibliografía » Báez Díaz Conti, M. P. (2011). Aspectos de la violencia intrafamiliar a puerta cerrada. México : Trillas. » Carmona, M. (1999). Violencia y Sociedad. Adolescencia y Salud. Vol. I No. I. Costa Rica. » Ministerio de Educación. (2012). Prevención de la Violencia de Género y la Violencia Sexual Manual » para facilitación del recorrido participativo. Guayaquil. » Tortosa., J. M. (2011). Maldesarrollo y mal vivir pobreza y violencia a escala mundial. Quito : Universidad Salesiana. 13 Intervención en Maltrato Y Violencia UNIDAD 1 Generalidades ÍNDICE 1. 17Tema 2: Maltrato 3 Objetivo: 3 Introducción: 3 2. Información de los subtemas 4 2.1 42.2 62.3 13 2.4 133. Preguntas de Comprensión de la Unidad 15 4. Material Complementario 16 5. Bibliografía 17 1. Unidad 1: Generalidades 2 Generalidades Tema 2: Maltrato Objetivo: Al finalizar esta unidad, el estudiante será capaz de analizar los diferentes conceptos de maltrato identificando las generalidades como sus clasificaciones, para que los estudiantes logren diferenciarlas del conocimiento adquirido. Introducción: Hoy se vive en un mundo lleno de violencia, donde las niñas y los niños son quienes padecen los estragos de esta situación, son reprimidos, castigados, insultados, golpeados, violados y asesinados; nadie los escucha y mucho menos los comprenden. La violencia dirigida a la niñez siempre ha estado justificada, desde creencias religiosas, medidas disciplinarias, mejoramiento de la raza, hasta el sentido de poder y pertenencia que los padres y las madres piensan que tienen sobre sus hijas e hijos. Actualmente el maltrato y abuso a las niñas y niños ha pasado de ser una práctica cotidiana en los hogares a convertirse en un problema de salud pública a nivel mundial, ha crecido de forma alarmante, sin respetar color, raza, religión o clase social, resultando con graves consecuencias que repercuten durante toda la vida en sus víctimas; lo que ha provocado que existan innumerables adultos con una historia de maltrato infantil y quienes corren mayor riesgo de repetir patrones de violencia de una generación a otra. 1. Información de los subtemas 3 Generalidades 2.1 Subtema 1: Definición y Características A mediados del siglo XVIII Auguste Ambroise Tardieu describió los primeros casos de abuso infantil en su libro Etude Médico-Légale sur les Attentats aux Moeurs, estudio forense de los delitos sexuales, lo cual provocó grandes controversias. La primera definición formal sobre este síndrome fue descrita en 1960 por un grupo de médicos que se interesaron en una serie de manifestaciones clínicas y radiológicas que con el tiempo permitieron integrar lo que Kempe llamó “síndrome del niño golpeado o maltratado". La última definición aceptada por la OMS en 1985 refiere al acto u omisión intencionada o no de un adulto, sociedad o país que afecte a un niño en salud, crecimiento físico o desarrollo psicomotor. No sólo comprende el maltrato físico del niño sino también la ausencia de cuidado, amor y protección razonables de los padres, tutores o familiares hacia los niños. Estas actitudes se originan por múltiples trastornos que interfieren con la capacidad de la familia para criar y proteger a sus hijos. El síndrome del niño maltratado (SNM) lo originan tres elementos fundamentales para su presentación: un niño agredido que en ocasiones sufre de retraso psicomotor, un adulto agresor y situaciones del entorno familiar que conllevan un factor desencadenante del problema. Las principales causas de maltrato a niños por orden de frecuencia son: medidas disciplinarias (63%), sujetos con alteraciones de personalidad (59%), sujetos con trastornos de conducta (46%), rechazo familiar (34%) y negligencia (34%). Los principales agresores identificados en el niño maltratado son: la madre (58%), el padre (25%), padrastros (11%) y otros (5%).Las características del agresor pueden ser: antecedentes de cualquier forma de maltrato en la infancia, desarrollo en ambiente de privación social, estimación inexacta de las actividades de sus hijos, falta de información y de experiencia sobre la crianza de los hijos, pérdida de la inhibición para manifestar la agresión, es decir, padecen un defecto de carácter que les permite expresar su agresividad con anormal facilidad. Enfermedad mental: crónicamente agresivos, compulsivos y de tipología pasivo dependiente. Alrededor de 10% de los padres agresores son psicóticos o muestran una autoestima devaluada, aislamiento social y tensión constante, alcoholismo, drogadicción y farmacodependencia. Las características de la persona agredida son: edad (el maltrato puede observarse en cualquier edad pediátrica); el maltrato físico es más frecuente en recién nacidos y preescolares (menos de cuatro años) y el abuso sexual prevalece en escolares (con predominio entre 6-8 años); afecta a ambos sexos, en ocasiones es más frecuente en varones cuando es hijo único o en mujeres si ocupan el tercero o cuarto lugar; en el abuso sexual las niñas son más agredidas, la agresión física es mayor en niños. Otras causas son malformaciones congénitas o daño neurológico, enfermedades crónicas que requieren atención médica repetida, no corresponder al sexo 4 Generalidades esperado, niño demasiado irritable, desobediente y sin capacidad para controlar esfínteres. 5 Generalidades 2.2 Subtema 2: Tipos-Clasificación 2.2.1. MALTRATO FÍSICO Las lesiones físicas son una de las formas comunes de maltrato infantil, se considera toda lesión que no se relaciona con el mecanismo causal referido: en contra de lo que pueda pensarse, el castigo físico como medio de control sobre los hijos sigue siendo el patrón disciplinario y correctivo predominante en nuestra cultura y por ello algo que con facilidad puede derivar en el exceso. Una de las formas de maltrato físico es el síndrome de sacudida del bebé, el cual se caracteriza por la tríada hematoma subdural, hemorragia retiniana y edema cerebral; es consecuencia de una sacudida acompañada de impacto a nivel cefálico. Los ligamentos y músculos del cuello de los infantes son débiles y aún no alcanzan un completo desarrollo, además de que la cabeza es más grande y pesada que el tronco. El resultado es una lesión por hiperextensión cervical, similar a la que se observa en accidentes automovilísticos. Este mecanismo de lesión puede conducir a lesión axonal difusa, lesión hipóxica y edema cerebral con incremento de la presión intracraneal. Las manifestaciones clínicas se presentan en forma de irritabilidad, alteraciones en los patrones de alimentación, letargia y vómito; convulsiones, aumento de la presión intracraneal, alteraciones en el patrón respiratorio y dilatación pupilar. El diagnóstico diferencial se hace con causas tales como: hidrocefalia, muerte súbita infantil, convulsiones, meningitis y trastornos metabólicos. Formas comunes: Maltrato físico. Abuso sexual. Abuso psicológico o emocional. Privación social. Formas no comunes: Sx. de Münchausen. Abuso fetal. Abuso infantil de tipo ritual o religioso. Niños de la guerra. Niños de la calle. Maltrato étnico. Las contusiones suelen ser la forma más frecuente de presentación de maltrato y levantan sospechas cuando aparecen localizadas en glúteos, espalda, extremo proximal del brazo y piernas, palmas de manos y pies, cuello, cuero cabelludo y genitales. También se debe sospechar cuando sean hematomas múltiples o 6 Generalidades aparezcan en niños menores de un año. A veces tienen forma de mano, son alargadas por contusión con cinturones o circulares por erosión con un cable. Las quemaduras son comunes en el síndrome del niño maltratado. Son de varios tipos, las principales: por contacto, quemadura de cigarrillo e inmersión. Las quemaduras por contacto suelen ser circulares y circunscritas de manera definida con excavación profunda; por lo común dejan marcas claras: parrilla, plancha, utensilios de cocina, etc. Las quemaduras por cigarrillo suelen ser circulares de 8-10 mm de diámetro, uniformes y con borde indurado. Suelen aparecer en la cara y en el dorso de manos y pies. Por último, las quemaduras 2.2.2 ABUSO SEXUAL El abuso sexual se define como cualquier actividad sexual que involucra a un niño, el cual es incapaz de dar su consentimiento (incluye penetración anal/vaginal, contacto orogenital, genito-genital, caricias o tocamientos, visión forzada de la anatomía sexual y mostrar pornografía a un menor o utilizarlo en la producción de pornografía). Al menos 75% de las víctimas son niñas y hasta 50% tiene entre seis y 12 años. La mayoría de los causantes del abuso son varones conocidos del menor, el padre está implicado en 25% de los casos. Aproximadamente 5-10% de los niños que sufren abuso sexual adquieren una ETS. Las víctimas de un abuso sexual pueden presentarse con una gran variedad de sintomatología médica. A veces acuden para evaluación específica de un abuso sexual o pueden acudir al Servicio de Urgencias por un problema médico o de comportamiento. 2.2.3 ABUSO PSICOLÓGICO O EMOCIONAL Este tipo de maltrato infantil se caracteriza por conductas de abandono, entre otras, no mostrar afecto ni reconocimiento a los logros del niño mediante crítica y constante burla de sus aptitudes o de sus errores y equivocaciones infantiles y ridiculización de sus acciones. Entre las principales formas de abuso psicológico están: amenazar con el abandono o daño si el niño no cumple con las expectativas de los padres, falta de disponibilidad psicológica de los padres hacia el menor. Los padres evitan que el niño mantenga y aproveche las oportunidades normales de relación social de manera positiva y activa y no socializar, por ejemplo, al exigirle un papel de adulto, al demandar conductas o actividades inapropiadas para la edad del niño. 2.2.4. MALTRATO SOCIAL Comprende todas aquellas conductas de los padres y de las instituciones que interfieren con el bienestar infantil y su desarrollo armónico. Éste se presenta en niños en pobreza extrema, que no reciben la educación básica gratuita o atención médica; excesos disciplinarios de los maestros, permitidos tanto por la 7 Generalidades institución como por los propios padres, así como sacar a los hijos de la escuela y obligarlos a trabajar para ayudar a la subsistencia de la familia. 2.2.5 SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODERES El síndrome deriva del nombre Freiher Von Münchausen, un noble alemán que inventaba historias fantásticas e imposibles. En 1951 Richard Asher fue el primero en describir dicho síndrome caracterizado por un progenitor, generalmente la madre, que induce enfermedades en su hijo o hija intencionada y deliberadamente, o proporciona a los médicos información falsa acerca de la salud de su hijo, inventando enfermedades o síntomas que su hijo no padece. Los padres/madres cuidadores someten al niño a continuas exploraciones médicas, suministro de medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando síntomas ficticios o generados de manera activa por el adulto. Indicadores del síndrome de Münchausen. Invención de antecedentes. Provocación de síntomas. Alteración de muestras de laboratorio. Alteración de mediciones de temperatura. Presentación novedosa y exótica de enfermedades. Continúa la farsa aun el niño hospitalizado. El cuidador consigue la atención del personal sanitario o de su familia. El niño no responde al tratamiento. Afecta sobre todo a niños que no han desarrollado la función de hablar. 8 Generalidades 2.3 Subtema 3: Causas y Consecuencias El maltrato contra niños y niñas ha estado presente desde la antigüedad, en el siglo IV era habitual el infanticidio y en la Edad Media era frecuente el abandono infantil por los tiempos de guerra. Entre los siglos XVII y XVIII la infancia se empieza a considerar como un periodo específico de la vida distinto al de los adultos y por lo tanto con necesidades especiales, apareciendo definitivamente el interés por la protección infantil en el siglo XIX, como consecuencia de la revolución industrial que trae consigo la explotación del niño a través del trabajo. En este periodo destacan las pésimas condiciones de los niños pertenecientes a las clases más desfavorecidas. En el siglo X aparecen registros médicos relacionados con el maltrato infantil, mencionando que las fracturas de los "niños llorones" pueden ser de causa intencional, y en el siglo XVIII son descritos hallazgos post mortem de niños golpeados o quemados. En el año 1874 se gana por primera vez un juicio, el que representaría el reconocimiento oficial de maltrato infantil. En este caso una trabajadora de Caridad acudió a la Sociedad Protectora de Animales en intentos de protección de abusos y negligencia de Mary Ellen, una niña de 9 años de edad nacida en Nueva York el año 1866, argumentando que la niña merecía al menos tanta protección como un “perro común”. En 1972, John Caffey describe el síndrome del bebé sacudido, caracterizado por hemorragias retinianas, subdurales y/o subaracnoideas, sin signos externos de maltrato. En un principio, el maltrato infantil se restringió a solo aspectos físicos del infante, sin embargo, luego de la definición de salud de la OMS, comenzó a considerarse el bienestar biopsicosocial del niño. En consecuencia, se empezó a considerar como maltrato no tan solo daños a la salud o integridad física del niño, sino que también a aquellos aspectos emocionales y en distintos contextos. Luego de la Primera Guerra Mundial y las grandes consecuencias que generó ésta en la infancia, surge la primera Declaración de los Derechos del Niño o Declaración de Ginebra de 1924, la que luego de modificaciones alcanzó su carácter legal en 1989, en donde se aprueba la Convención de los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el fin de mejorar las condiciones de los niños y niñas en el ámbito internacional. A mediados y finales del siglo XIX, aumentó la cantidad de niños entregados a instituciones por no tener padres o un buen sustento. El derecho de castigar moderadamente al hijo y el derecho a recluirlo en un colegio correccional fue establecido en el código civil. En este mismo periodo empezó a existir debate entre las distintas percepciones sobre el castigo físico y psicológico, por lo que lentamente fueron suprimidos algunos castigos físicos en el colegio y los niños de la clase más acomodada empezaron a recibir mejores tratos. 9 Generalidades A inicios del siglo XX destaca fuertemente el trabajo infantil, mientras que aumentaron las acciones a favor de los niños bajo ideales románticos, como por ejemplo que los niños debían ser felices, independientes de la clase social. Los escritos muestran la presencia de golpes durante la crianza, pero también señalan el trato cariñoso de los padres. En las correccionales a los niños que no cumplieran el reglamento se los privaba de comida, recreo, visita o los encerraban en el calabozo con esposas y grilletes. A su vez, surge la Sociedad Protectora de la Infancia, la que recomendaba "ser pacientes, afectuosos y suaves con los niños". Esto sugería que los castigos no debían ser físicos, ya que el mejor castigo era privarlos de cariños habituales, dulces o regalos. A mediados del siglo XX empezó una mayor preocupación por la infancia, el castigo físico fue deslegitimado al interior de las escuelas, pero en la práctica se aplicaba de "modo moderado", tales como coscachos, reglazos y tirones de patillas. Al interior de la familia también seguía presente el castigo físico, como los golpes con correas de plancha y bofetadas. Con la Declaración de Ginebra en 1924 empezó a intervenir el Estado en materia de derechos del niño. Surge la Ley de menores, en la que se establece que el padre sigue teniendo la facultad de corregir y castigar moderadamente a sus hijos. En 1927 se celebra la Semana del Niño con una campaña de valorización de la infancia con el fin de combatir la ilegitimidad, el trabajo infantil, la mortalidad o el trato de los padres. FACTORES DESENCADENANTES DEL MALTRATO INFANTIL El maltrato contra el niño y la niña puede deberse a diversas y múltiples causas. La literatura ha abordado los factores de violencia contra niños y niñas, destacando la complejidad del fenómeno y clasificando estos factores en: históricos, individuales, familiares, ambientales, culturales, económicos y sociales. Entre algunos de los factores más específicos que desencadenan este tipo de violencia, se encuentran: la maternidad obligada, el estrés al cual están sometidos los padres, la influencia de modelos de crianza a partir de los cuales el maltrato está justificado, dificultad para identificar claramente las demandas y necesidades de los infantes y la presencia de alcoholismo en uno de los padres. Adicionalmente, padres que han sido maltratados en su infancia, tienen una mayor probabilidad de convertirse en padres maltratadores. Existiendo una alta relación entre haber sido golpeado en la niñez y golpear a los hijos. Respecto a la relación entre el castigo físico y el nivel socioeconómico, es posible encontrar que en los niveles socioeconómicos más bajos justifican en mayor medida el uso del castigo físico contra niños y niñas. Siendo este resultado coherente con lo obtenido en el último estudio de la UNICEF, realizado en Chile. Otro factor de riesgo para el maltrato infantil es la presencia de esto durante el embarazo. Barcelata señala que el maltrato infantil está relacionado a patrones de crianza que emplean al castigo físico como una forma válida de corregir la conducta de 10 Generalidades los niños y niñas, además, diversas crisis asociadas a la etapa del ciclo vital y a diversas situaciones específicas generarían una tendencia familiar a sostener cadenas de interacción generadores de violencia. Cuando el uso del castigo físico por parte de los padres no genera los resultados esperados por estos en los niños, se genera. CONSECUENCIAS DEL MALTRATO La violencia produce efectos severos y profundos en la vida de los niños, niñas y adolescentes, que afecta seriamente su desarrollo y crecimiento: deteriora relación con los padres, afecta el desarrollo cognitivo en detrimento del rendimiento escolar, genera problemas de salud mental, produce problemas con sus compañeros de colegio, entre otros. Sus secuelas conductuales y emocionales tienen mayor impacto que el que ejerce a nivel socioeconómico, puesto que cerca de la mitad de los niños expuestos a la violencia pueden presentar síntomas compatibles con trastornos del estrés postraumático y transmitir generacionalmente la violencia, junto con presentar con mayor frecuencia trastornos del sueño, dificultades del aprendizaje, problemas de memoria y concentración, conducta agresiva e ideación suicida asociados a ella. En concordancia, resulta muy llamativo también el alto grado de dificultades emocionales e interpersonales presentes en los hijos de personas expuestas a violencia y los trastornos del estrés postraumático, aun cuando los niños no hayan estado en contacto con los actos mismos. La violencia doméstica también se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades respiratorias y con las hospitalizaciones de niños y niñas. A su vez, otra consecuencia importante derivada del maltrato infantil es la alta prevalencia de traumatismo encefalocraneano de origen no accidental en niños, cuyas investigaciones señalan que constituyen un problema grave que afecta a nuestra sociedad y que puede dejar secuelas neurológicas permanentes, especialmente en menores de dos años. El síndrome del niño sacudido es otra alteración del maltrato infantil ampliamente estudiada con importantes repercusiones en la salud de los infantes. Por otro lado, la presencia de déficit de atención del niño y niña se ha correlacionado positivamente con la presencia de factores psicosociales como la violencia intrafamiliar. Barcelata señala que "las características de un menor agredido, son aplanamiento emocional, limitaciones para experimentar placer, desorganización conductual, hipervigilancia, dificultades en el establecimientos de vínculos afectivos, inseguridad, baja autoestima, depresión, anti sociabilidad; bajo e mal funcionamiento cognitivo y académico, este último reflejado como bajo aprovechamiento escolar, además de un aumento en la probabilidad de presentar trastornos más severos como el trastorno de ansiedad por estrés postraumático. 11 Generalidades Finalmente, otra de las consecuencias del maltrato físico es un efecto negativo en la calidad de las representaciones del apego que desarrollan los niños hacia su madre, cuyas repercusiones pueden generar un gran daño en la salud tanto a corto como a largo plazo. 12 Generalidades 2.4 Subtema 4: Diferenciar Maltrato y Violencia Para poder abordar el tema del maltrato entre pares, debemos precisar las diferencias entre algunos términos, particularmente los referidos a agresión, violencia y maltrato. Según Carrasco Ortiz-Gonzalez Calderón (2006) la agresión se refiere siempre a una conducta puntual, un acto en respuesta a un estímulo o situación concreta. Mientras que la agresividad es definida como una tendencia connatural a todo ser humano que incluso tendría un fin último positivo cuando por ejemplo se relaciona con la supervivencia. Freud (1930/1929) la consideró junto con la sexualidad una tendencia innata, sometida luego a la censura y la represión por efectos de la civilización que se opone a los deseos del sujeto. Los humanos compartimos esta tendencia agresiva con el resto de las especies animales. La hostilidad está vinculada semánticamente a las acciones que tienen relación con la guerra o el enfrentamiento. Constituye un motivo para dichas acciones. En ella existe un componente cognitivo y evaluativo que lleva a un juicio negativo sobre otro/s a quien se desprecia. Casi siempre determina un comportamiento agresivo y abusivo (Carrasco Ortiz - González Calderón, 2006,op.cit). Los niños que deben soportar el acoso escolar, las mujeres que sufren el abuso de sus parejas, los trabajadores que se enfrentan al acoso laboral y los extranjeros discriminados en su nueva tierra son algunas de las personas víctimas de la hostilidad de distintos grupos. La hostilidad como actitud puede reflejarse de diversas formas. Algunas son expresadas sutilmente mediante la ironía, la burla o indiferencia, y otras, manifestadas por medio de la agresión física, el robo de objetos, las amenazas sostenidas en el tiempo, etc. Dentro de ellas ubicamos el término “maltrato”. La violencia, en cambio, se caracteriza por una extrema asimetría de poder, irrumpe contra el orden natural volcándose sobre un otro más débil o debilitado, incapaz de defenderse por sus propios medios. La violencia solo es característica de la especie humana, y se halla presente en el origen y en la historia de las civilizaciones. Isla (2008), por su parte, señala la pluralidad de significados que puede tener la violencia y la incidencia que posee lo subjetivo en ella. Entre otras ideas, señala la presencia de violencia cuando un hecho atenta contra las relaciones sociales y afectivas, resultando ser negativo. Souto (2000) la caracteriza como una fuerza impetuosa, intensa, una coacción ejercida sobre una persona, un grupo o bienes materiales para obtener su aprobación o para influir sobre su conducta. Villalta, Páucar, M. y otros, (2007) señalan que si bien la reacción agresiva se vincula con una suerte de desahogo de tensiones, también conlleva la posibilidad de permanencia en la dinámica grupal. Para Olweus (1998), pionero en la investigación sobre el fenómeno “bullying”, el comportamiento violento debería quedar definido como un modo de comportamiento donde el agresor utiliza su propio cuerpo o un objeto (incluyendo 13 Generalidades armas) para infligir heridas o inquietud relativamente graves a otro individuo, o bien su exclusión. Ubica a la violencia como uno de los modos de expresión de la agresividad. En un primer momento, Olweus ubicó el foco del bullying en relación a una díada: “El acoso consiste en una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno o alumna contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques”. Posteriormente el autor amplió este concepto describiendo la participación de otros protagonistas dentro de la escena de maltrato: los testigos. El bullying es definido esencialmente a partir de cuatro criterios: es agresivo e intencionalmente dañino; se produce de forma repetida (se sostiene en el tiempo); ocurre en una relación en la cual hay un desequilibrio de poder y se suele producir sin provocación alguna por parte de la víctima. La violencia “trasciende la mera conducta individual y se convierte en un proceso interpersonal”. La violencia se aprende, de allí la importancia de estudiar los contextos violentos que la promueven. En relación con la intimidación y acoso escolar, Bleichmar (2008) expresa una visión más amplia, diciendo: “Así, los estallidos de violencia visibles, que tienen prensa, que tienen minutos en la televisión, hay que pensarlos coexistiendo con otras formas de violencia más sorda, más silenciosas, que ayudan a construir la de los estallidos”. Asimismo remarcó luego, que las formas silenciosas de violencia pueden llegar a ser las más explosivas. Todo ello implicaría la interdependencia entre instancias sociales y contextuales que promoverán reacciones nocivas tanto en el entorno del alumno como en la sociedad. Si se considera a la escuela como formadora de subjetividad, promovedora de normativas de convivencia, el rol del adulto resulta crucial para su constitución, sostén y seguimiento. En definitiva, la violencia interpersonal entre estudiantes es uno de los emergentes de la violencia estructural propia del funcionamiento de nuestras sociedades. 14 Generalidades 2. Preguntas de comprensión de la unidad 1. ¿Pregunta de comprensión Nro. 1? ¿Qué es el maltrato? Es todo acto u omisión intencional o no de un adulto, sociedad o país que afecte a un niño en salud, crecimiento físico o desarrollo psicomotor. No sólo comprende el maltrato físico del niño sino también la ausencia de cuidado, amor y protección razonables de los padres, tutores o familiares hacia los niños. ¿Pregunta de comprensión Nro. 2? ¿A qué se refiere el maltrato social? Comprende todas aquellas conductas de los padres y de las instituciones que interfieren con el bienestar infantil y su desarrollo armónico. Éste se presenta en niños en pobreza extrema, que no reciben la educación básica gratuita o atención médica; excesos disciplinarios de los maestros, permitidos tanto por la institución como por los propios padres. ¿Pregunta de comprensión Nro. 3? ¿Qué sucede en el Síndrome de Munchausen? Es un síndrome caracterizado por un progenitor, generalmente la madre, que induce enfermedades en su hijo o hija intencionada y deliberadamente, o proporciona a los médicos información falsa acerca de la salud de su hijo, inventando enfermedades o síntomas que su hijo no padece. ¿Pregunta de comprensión Nro. 4? ¿Cuáles son las causas del maltrato? El maltrato contra el niño y la niña puede deberse a diversas y múltiples causas. La literatura ha abordado los factores de violencia contra niños y niñas, destacando la complejidad del fenómeno y clasificando estos factores en: históricos, individuales, familiares, ambientales, culturales, económicos y sociales. Entre algunos de los factores más específicos, se encuentran: la maternidad obligada, el estrés al cual están sometidos los padres, la influencia de modelos de crianza a partir de los cuales el maltrato está justificado, dificultad para identificar claramente las demandas y necesidades de los infantes y la presencia de alcoholismo en uno de los padres. 15 Generalidades 3. Material complementario Los siguientes recursos complementarios son sugerencias para que se pueda ampliar la información sobre el tema trabajado, como parte de su proceso de aprendizaje autónomo: Videos de apoyo: Diferencias entre violencia y maltrato https://www.youtube.com/watch?v=9i_QEAmSi94 Bibliografía de apoyo: Links de apoyo: 16 Generalidades 4. Bibliografía » Báez Díaz Conti, M. P. (2011). Aspectos de la violencia intrafamiliar a puerta cerrada.México : Trillas. » Guerrero Cazares, M. (2012). Clasificación actual del síndrome del niño maltratado. Revista Hospital Juárez de México. 79(1) 43-47. » Martinez D, Yoshikawa E.(2014). Creencias, causas y consecuencias del maltrato infantil: una profundización del fenómeno. Horiz Enferm, Vol. 25, 1, 61-73. » Ministerio de Educación. (2012). Prevención de la Violencia de Género y la Violencia Sexual Manual para facilitación del recorrido participativo. Guayaquil. » Veccia, T.,Levin, E., Waisbrot, C. (2012). Agresión, violencia y maltrato en el grupo de pares. Revista de Investigación de Psicología. Vol. 15 N 2, 13- 34. » Tortosa., J. M. (2011). Maldesarrollo y mal vivir pobreza y violencia a escala mundial. Quito : Universidad Salesiana. 17 Intervención en Maltrato y Violencia UNIDAD 2 Diagnóstico y Evaluación ÍNDICE 1. Unidad 2: Diagnóstico y Evaluación 3 Tema 1: Violencia Física 3 Objetivo: 3 Introducción: 3 2. Información de los subtemas 4 2.1 Subtema 1: Conceptualización y características 4 2.2 Subtema 2: Signos de violencia 6 2.3 Subtema 3: ¿Cómo actuar frente a un acto de violencia? 8 EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA 10 2.4 Subtema 3: Contención emocional frente a actos de violencia 14 3. Preguntas de comprensión de la unidad 18 4. Material complementario 20 5. Bibliografía 21 2 Diagnóstico y Evaluación 1. Unidad 2: Diagnóstico y Evaluación Tema 1: Violencia Física Objetivo: Revisar la influencia de la violencia física en víctimas, a través de un correcto diagnóstico y evaluación de sus signos. Introducción: Los agobiantes problemas que tienen lugar en la sociedad de hoy y afectan de diversas formas a los individuos, son sin duda alguna la conjugación de situaciones y hechos engastados en los procesos históricos y culturales de las sociedades actuales. Una de tantas problemáticas que afecta la cotidianidad es la violencia. Ésta deteriora permanentemente la calidad de vida de los ciudadanos por los altos niveles de inseguridad que tienen que vivir, las pérdidas materiales, el costo de muchas vidas, las migraciones que provoca y la incidencia que tiene en el desarrollo económico y social del país. Sin duda alguna, la aproximación al significado de la violencia demanda la comprensión del marco cultural y social en el que ésta emerge. Es ahí donde los actores sociales construyen su identidad, establecen vínculos y diferentes formas de interacción que median su participación como miembros de cualquier comunidad (Serrano 1996). La búsqueda del entendimiento y la comprensión de los hechos histórico- sociales de los cuales hace parte la violencia y el reconocimiento. de su particularidad y peculiaridad genera implicaciones tanto éticas como científicas en el campo de las Ciencias Sociales. Esto supone para la Psicología un acercamiento que va más allá del marco del análisis individual; y significa que deben ser contempladas en la investigación y praxis, condiciones sociales, políticas y económicas que inciden en su génesis y en su mantenimiento (Montero, 2003). 3 Diagnóstico y Evaluación 2. Información de los subtemas 2.1 Subtema 1: Conceptualización y características La violencia física de acuerdo a la Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres e Igualdad de Género (2011) se determina como todo acto u omisión que produzca o pudiese producir daño o sufrimiento físico, dolor o muerte, así como cualquier otra forma de maltrato o agresión, castigos corporales, que afecte la integridad física, provocando o no lesiones, ya sean internas, externas o ambas; esto como resultado del uso de la fuerza o de cualquier objeto que se utilice con la intencionalidad de causar daño y de sus consecuencias, sin consideración del tiempo que se requiera para su recuperación”. La violencia física se puede manifestar a través de golpes, puñetazos, patadas, pellizcos, bofetadas, torceduras, empujones, fracturas, intentos de ahogamiento, agresiones con objetos contundentes o armas blancas, castigos físicos (aunque no se califiquen como severos), sujeción, provocación de mutilaciones o deformaciones, quemaduras, cortes de cabello, ingestión forzada de drogas o bebidas alcohólicas, entre otras agresiones. En ese sentido, la violencia física es la forma de violencia que atañe al cuerpo y a la fuerza física: el castigo corporal, capaz de ocasionar dolor o incluso la muerte, así como sentimientos traumáticos y de humillación. La violencia física ocurre cuando una persona transgrede el espacio corporal de la otra sin su consentimiento, ya sea sometiéndola a golpes, jalones o empujones, o bien encerrándola, provocando lesiones físicas con algún tipo de objeto (letales o no). La violencia física lamentablemente ocurre en aquellos lugares donde debe brindarse mayor protección a las niñas, niños y adolescentes, esto es principalmente en el hogar y en las unidades educativas. El estudio “Niñez y Adolescencia desde la Intergeneracionalidad Ecuador 2016 ″revela que el 26 % de los niños y adolescentes reciben trato violento por parte de profesores, que incluye golpes, insultos, burlas y restricciones en tiempo de recreo. “En el ámbito del hogar, casi el 40% de los niños, niñas y adolescentes afirmaron haber recibido un trato violento por parte de sus padres (…)” La violencia física, origina una cadena de violencia, es aquí donde es necesario mencionar una frase muy conocida “Violencia genera violencia”, según la publicación Niñez y Adolescencia desde la Intergeneracionalidad, antes mencionada, “casi el 40% de los niños, niñas y adolescentes que fueron 4 Diagnóstico y Evaluación golpeados en sus hogares, provienen de hogares en los cuales sus padres también fueron maltratados por sus cuidadores”. Motivo por el cual como adultos responsables, como garantes y protectores de derechos, se debe guiar a la niñez y adolescencia a proceder siempre con respeto fomentando una convivencia con armonía y de paz. 5 Diagnóstico y Evaluación 2.2 Subtema 2: Signos de violencia A través de la siguiente revisión, se procederá a evidenciar una cuidadosa investigación de los hallazgos de lesiones físicas, identificando sus signos. Contusiones, Hematomas. Quemaduras, laceraciones o abrasiones que no concuerdan con la causa alegada. Mordiscos, desgarros. Fracturas sin explicación coherente. Con este detalle el profesional debe observar indicadores de comportamiento, entre los cuales, se advierten los siguientes: Cambios repentinos de conducta. Comportamiento extremo (agresivo, muy retraído, muy sumiso, muy pasivo, extremadamente hiperactivo, depresivo). Asustadizo o temeroso. Tendencias destructivas. Alega temor a los padres, sufre agresión de los padres o brinda razones poco creíbles para sus lesiones. Uso de vestimenta inadecuada para el clima (ocultando las lesiones). Demuestra bajo concepto de sí mismo. Problemas de aprendizaje (bajo rendimiento académico). Fugas crónicas. Conflictos con la ley. Relaciones interpersonales deficientes. Temor a una persona en particular. Ausentismo escolar frecuente, relacionado con la aparición de la lesión. La identificación de lesiones sugerentes de abuso infantil precisa una investigación especial debido a que varias de estas lesiones tienen un riesgo aumentado de lesiones fatales. Las contusiones suelen ser la forma más frecuente de presentación de maltrato y levantan sospechas cuando aparecen localizadas en glúteos, espalda, extremo proximal del brazo y piernas, palmas de manos y pies, cuello, cuero cabelludo y genitales. También se debe sospechar cuando sean hematomas múltiples o aparezcan en niños menores de un año. A veces tienen forma de mano, son alargadas por contusión con cinturones o circulares por erosión con un cable. 6 Diagnóstico y Evaluación Por último, otra característica es la presencia de quemaduras, estas son comunes en el síndrome del niño maltratado. Son de varios tipos, las principales: por contacto, quemadura de cigarrillo e inmersión. Las quemaduras por contacto suelen ser circulares y circunscritas de manera definida con excavación profunda; por lo común dejan marcas claras: parrilla, plancha, utensilios de cocina, etc. Las quemaduras por cigarrillo suelen ser circulares de 8-10 mm de diámetro, uniformes y con borde indurado. Suelen aparecer en la cara y en el dorso de manos y pies. No confundir con impétigo. Por último, las quemaduras por inmersión en general aparecen en nalgas y extremidades con una distribución en guante o calcetín: línea clara de delimitación entre piel sana y quemada; no se aprecian las típicas lesiones de salpicadura. Suelen ser de segundo y tercer grados. Las fracturas se caracterizan por ser la segunda forma más frecuente de maltrato en niños. Hasta en el 55% de los abusos físicos existen fracturas. No hay formas de fracturas patognomónicas de maltrato, pero se debe sospechar en determinados casos, siempre se debe preguntar por el mecanismo de cualquier fractura y valorar su congruencia con la lesión. 7 Diagnóstico y Evaluación 2.3 Subtema 3: ¿Cómo actuar frente a un acto de violencia? El rol del psicólogo con enfoque psicosocial aborda una competencia ética en la relación con las víctimas que se fundamenta en la despatologización del sufrimiento. Es decir, se desarrolla con el propósito de atención y reparación integral a víctimas a partir de tres procesos; en primer lugar, se encarga de comprender las respuestas emocionales que presentan las personas que han vivenciado hechos traumáticos o hechos violentos en el ámbito del conflicto. En segundo lugar, es de gran importancia que la víctima haga el reconocimiento de las estrategias propias de afrontamiento con las que cuenta individual y colectivamente, para afrontar las situaciones traumáticas o adversas. Y, en tercer lugar, desde el enfoque psicosocial se busca brindar a la víctima una atención que genere dignificación y reconocimiento. Donde se apliquen las bases del principio de corresponsabilidad en el marco de los procesos de atención a las víctimas (Moreno & Díaz, 2015). En ese aspecto, son víctimas quienes individual o colectivamente hayan sufrido daños directos tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley. De igual manera, una “víctima” puede ser individual o colectivamente, incluyendo grupos, clases o comunidades de individuos, corporaciones económicas o comerciales y grupos u organizaciones políticas. Teniendo en cuenta lo señalado anteriormente, se crea la justicia restaurativa a través de un enfoque basado en la comunidad, la cual es una nueva manera de considerar a la justicia penal, esta se concentra en reparar el daño causado a las personas y a las relaciones, más que en castigar a los delincuentes. (McCold & Norfolk, 2016). En otras palabras, la justicia restaurativa se encarga de que de manera colaborativa entre las partes involucradas se desarrolle la resolución del problema, y así enmendar el daño causado a la víctima. 8 Diagnóstico y Evaluación Por lo tanto, las estrategias utilizadas para resolver los problemas teniendo como prioridad a la víctima, es la técnica psicológica de resolución de problemas, que va encaminada al restablecimiento de sus derechos. Según Bados & García, (2014). Definen la técnica de resolución de problemas como la “búsqueda racional de una solución o soluciones a través de una serie de estrategias que ayudan a afrontar una situación problemática”, es importante comprender y tener en cuenta a la hora de buscar una resolución del problema, inicialmente a identificarlo, también es necesario hacer una lluvia de ideas de todas las soluciones posibles, seguidamente se debe elegir cual es la más apropiada a mejorar el rol de psicólogo frente a la víctima, situación y por último se debe llevar a cabo la solución planteada anteriormente y verificar si fue funcional. Ahora bien, comprendiendo el concepto de salud mental, las experiencias victimizantes vividas por las víctimas de conflictos armados y sus consecuencias en la pérdida del bienestar físico, psicológico y emocional. El psicólogo juega un papel primordial en el proceso restaurativo de los hechos victimizantes. Por lo tanto, el rol del psicólogo se genera por medio del trabajo conjunto entre la academia y organizaciones que atienden las poblaciones, vislumbrando así el papel de la víctima en el post-conflicto, específicamente en el marco de atención psicosocial (Martínez, Durán & Pareja Cabrera, 2019). De manera semejante el rol del psicólogo es relativo a un manual, de prevención, psicoeducación, intervención, seguimiento entre otras, las cuales varían según el área donde se lleve a cabo la intervención psicosocial. Así mismo Campo & Herazo, (2014) señalan, que el rol del psicólogo, en casos de víctimas se enfoca en desarrollar propuestas de acompañamiento psicosocial para velar por la dignidad y el reparo integral. Es decir, el trabajo del psicólogo frente a la víctima parte del bosquejo sobre las reacciones de las víctimas que son normales ante la experiencia traumática vivida. Dicha intervención busca regular las emociones, logrando disminuir las afectaciones psicosociales que ha dejado la exposición a las situaciones de violencia como conflictos armados, ayudando a mejorar la calidad de vida, elaborando procesos de trauma, culpa, duelo y crisis derivados del impacto de las graves violaciones a los derechos humanos, (Zuluaga, & Buelga, 2013). Por lo tanto, desde el enfoque psicosocial se interviene de la siguiente manera: el rol del psicólogo según (Pachón, Urrego, Bolaños, Ocampo, Ovalle, Velasco& Posada, 2015) plantea las ventajas de intervenciones psicoterapéuticas grupales con la población víctima. 9 Diagnóstico y Evaluación Ellos exponen los principales beneficios de la intervención con estas personas como: estabilizar las reacciones físicas y psicológicas en un ambiente seguro por medio de la expresión de sentimientos, emociones, a través de la reconstrucción y elaboración de la historia traumática; también la exploración de la auto-culpa y ayudarles a desarrollar nuevas formas de relación, con el fin de hacerles evidentes las elaboraciones que han hecho de su conducta y mantener siempre presente que si el proceso psicológico termina, no es razón para que dejen de aplicar a su vida las recomendaciones realizadas por el profesional. En este sentido la psicoeducación es considerada como una herramienta importante que permite dar cuenta del proceso de reelaboración de los esquemas mentales que tiene la persona afectada. EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA El problema de la violencia no puede ser comprendido centrándose exclusivamente en la psicología del individuo. Otro aspecto a destacar es la necesidad de trabajar dentro de un equipo multidisciplinar, donde se pueda dar respuesta a las necesidades de tipo legal, laboral y social que tan frecuentes son en estas mujeres y que también van a influir en su recuperación. Pero, centrándonos únicamente en los aspectos psicológicos, a continuación, revisaremos brevemente las características de la evaluación y de la intervención que consideramos más relevantes. El primer paso de la evaluación psicológica es acordar el consentimiento informado. Es importante que la persona comprenda por qué es importante la evaluación, qué tipo de información se va a recoger y la medida en que otras personas tienen o pueden tener acceso a dicha información. Dadas las implicaciones legales del maltrato a la mujer, debe saber que los datos obtenidos pueden o deben tener tratamiento jurídico. También es importante tener en cuenta que, en la evaluación, al contar su historia, la mujer puede reexperimentar el miedo y el dolor emocional asociado con el incidente, especialmente si ha ocurrido hace muchos años (Walker, 1994). Como señala esta autora es importante que se sea sensible a estas emociones y se proporcione un encuentro terapéutico que facilite la comprensión y la curación, a la vez que se está recogiendo la información. 10 Diagnóstico y Evaluación A la hora de evaluar y planificar la intervención psicológica parece especialmente adecuado el modelo de respuesta ante el maltrato propuesto por Dutton (1992), quien plantea la necesidad de analizar los siguientes componentes: 1) el tipo y patrón de violencia, abuso y control; 2) los efectos psicológicos del abuso; 3) las estrategias de las mujeres maltratadas para escapar, evitar y/o sobrevivir al abuso; 4) los factores que median tanto las respuestas al abuso como las estrategias para sobrevivir a éste. Todo ello analizado dentro del contexto social, cultural, político y económico. Como señala esta autora, para comprender los efectos psicológicos del abuso es necesario analizar el tipo y patrón de abusos del agresor. Este análisis va más allá de la simple descripción de los actos de violencia, ya que la comprensión de la experiencia de la mujer maltratada implica también conocer el sentido que para ella tiene el contexto en que se da la violencia. Así, es importante tener en cuenta que algunas conductas no violentas pueden tener las mismas propiedades que las violentas en cuanto al control de la víctima se refiere, en la medida en que anteriormente se han asociado con violencia. Así, por ejemplo, el tono de voz, determinadas miradas, la ingesta de alcohol, pueden adquirir propiedades similares a la conducta agresiva. Al evaluar los efectos psicológicos de la violencia, abuso y control es necesario tener en cuenta: 1) los cambios cognitivos, ya sea de los esquemas cognitivos, las expectativas, las atribuciones, percepciones o la autoestima de la mujer maltratada; 2) los indicadores de malestar o disfunción psicológica (por ejemplo, los miedos, la ira, la depresión, el abuso de sustancias…); 3) los problemas de relación con otras personas distintas al agresor, tales como problemas de confianza en los demás, miedo a la intimidad. Como afirma Dutton, todas estas respuestas deben ser inicialmente consideradas como respuesta al trauma, sin asumir psicopatología anterior, siendo una hipótesis de trabajo que se puede poner a prueba a lo largo de la intervención. Dentro de los factores que influyen o median tanto los efectos psicológicos del abuso como los intentos de las mujeres para evitar y escapar del abuso y protegerse a sí misma y a sus hijos/as, Dutton incluye:1) la respuesta institucional que, si es positiva puede no solo ayudar a la mujer maltratada a evitar la violencia en el futuro, sino que incluso puede mediar la gravedad de sus efectos, pero que si es negativa puede generar victimización secundaria; 2) las potencialidades y puntos fuertes de la mujer, que pueden ser desde la confianza en sí misma para encontrar soluciones al problema hasta creer en su derecho de vivir libre de violencia, pasando por la determinación en lograr sus metas, el 11 Diagnóstico y Evaluación conocimiento del abuso y sus efectos, sus capacidades organizativas, sociales, ocupacionales. Como señala Dutton, la evaluación, validación, y fomento de estas capacidades puede facilitar en gran medida los intentos de la mujer maltratada para protegerse y evitar violencia futura; 3) los recursos materiales y el apoyo social, que pueden tener un importante efecto en la capacidad de la mujer para responder de forma efectiva ante la violencia; 4) los factores históricos, de aprendizaje y de salud física, tales como la socialización rígida en los roles de género; victimizaciones anteriores u otros traumas sufridos en la infancia que pueden aumentar la vulnerabilidad de la mujer y propiciar que victimizaciones posteriores tengan efectos más negativos; o las limitaciones o discapacidades físicas; 5) la presencia de estresores actuales adicionales al maltrato de la pareja, que pueden influir tanto en la reacción psicológica de la mujer maltratada como en sus esfuerzos por responder a éste; 6) los aspectos positivos y negativos de la relación con la pareja que percibe la mujer maltratada, ya que es importante conocer estas percepciones para comprender su conducta dentro de la situación de abuso. En cuanto a las técnicas de evaluación, las más utilizadas han sido las entrevistas y los cuestionarios, recomendando una evaluación multimétodo. Se han utilizado tanto entrevistas no estructuradas como estructuradas, siendo más adecuadas las primeras al comienzo de la evaluación, ya que permiten que la mujer exprese su historia tal como desea. En esta evaluación se recomienda una escucha activa, empática, que proporcione validación de la experiencia de la mujer, y en la cual no se la juzgue, interprete ni aconseje (Dutton, 1992; Walker, 1994). Las entrevistas estructuradas permiten obtener información más específica, tanto del abuso, como de todas aquellas áreas que es importante evaluar pero a las que la mujer no se ha referido o no ha precisado en la evaluación inicial. Walker (1994) plantea que es útil recoger la descripción de episodios de abuso concretos, tales como el más reciente, el peor y el primero y Dutton (1992) recomienda preguntas específicas y directas para reducir lo más posible la minimización del abuso. Los objetivos planteados en el programa de intervención son los siguientes: 1) Aumentar la seguridad de la mujer maltratada, ya que no se puede olvidar el peligro físico en el que viven inmersas estas mujeres. 2) Reducir y/o eliminar sus síntomas. 3) Aumentar su autoestima y seguridad en sí misma; 4) Aprender y/o mejorar los estilos de afrontamiento, de solución de problemas y de toma de decisiones. 5) Fomentar una comunicación y habilidades sociales adecuadas. 6) 12 Diagnóstico y Evaluación Modificar las creencias tradicionales acerca de los roles de género y las actitudes sexistas. Aunque estos objetivos se modifican y/o adaptan en función de la problemática y la situación concreta de la mujer, lo que se pretende con ellos es conseguir normalizar la experiencia de la mujer y fomentar su independencia, recuperando así el control de su vida y dándole estrategias que la sitúen en una posición de mayor poder y confianza en sí misma. 13 Diagnóstico y Evaluación 2.4 Subtema 3: Contención emocional frente a actos de violencia Citando a Unicef, podemos decir que: “En un escenario de alerta sanitaria, puede ser difícil para madres y padres gestionar la inquietud y curiosidad de los hijos e hijas, especialmente de los más pequeños. Las respuestas más comunes de las niñas y niños ante situaciones de estrés suelen incluir dificultades para dormir, mojar la cama, tener dolor de estómago o de cabeza, y estar ansiosos, retraídos, enojados, demandantes o temerosos de que los dejen solos. Es importante que respondamos a sus reacciones de forma que se sientan apoyados y les expliquemos que son reacciones normales ante una situación difícil. Es mejor no ocultar lo que ocurre ni inventar historias que trastocan la realidad. Las niñas y niños necesitan respuestas sinceras y desarrollar capacidades de afrontamiento. Es vital, también, que escuchemos sus preocupaciones y nos tomemos el tiempo necesario para consolarlos, darles afecto y asegurarles que están seguros en casa. Además, siempre que sea posible, debemos crear oportunidades para que las niñas y niños jueguen y se relajen, y mantener sus rutinas y horarios regulares, especialmente antes de que se vayan a dormir. Debemos ajustar a cada edad los datos que compartimos para explicar a los niños lo que está sucediendo y darles ejemplos claros sobre lo que pueden hacer para protegerse a sí mismos y a los demás. Eso sí, la información que brindemos debe ser comunicada de una manera tranquilizadora. En el caso de los adolescentes, informaciones de los medios complementarán las explicaciones que les ofrecen los adultos de casa. Los niños y niñas muy pequeños aún no han adquirido la madurez suficiente para poder entender algunos aspectos biológicos, sociales y económicos de las enfermedades. Habitualmente, cuando hablamos con ellos sobre los problemas de salud empleamos eufemismos como llamar al virus y bacterias “bichitos invisibles”, o decir que la gente enferma “está malita”. 14 Diagnóstico y Evaluación Estas imprecisiones no contribuyen a su formación científica (para la que aún habrá tiempo) pero contribuyen a otro aspecto muy importante de la educación en esta etapa: proteger su bienestar emocional. La prioridad en esta etapa es, precisamente, proteger a niños y niñas de toda aquella información que aún no puedan procesar y que los puede llevar a desarrollar ansiedad y miedos debido a la incertidumbre. En este sentido conviene: Evitar que vean o escuchen noticias y reportajes con un enfoque sensacionalista o violento de la situación. Evitar que se expongan mucho tiempo a medios y recursos digitales, más si no hay acompañamiento de adultos. Evitar involucrarse en conversaciones acaloradas entre adultos sobre la situación, y priorizar intercambios y diálogos intergeneracionales de naturaleza participativa. Dedicar tiempo a resolver sus dudas e inquietudes, en un lenguaje adaptado a su capacidad de comprensión, pero no engañoso. Si sienten que les faltan recursos para transmitir información, pueden recurrir a algunos de los cuentos que se editan cada año sobre salud y enfermedades, ya que permiten a los niños y niñas procesar el impacto emocional a través de la imaginación. Inventar, adecuar o construir espacios en familia que posibiliten la expresión de emociones, el aprendizaje de la experiencia, que motiven la calma, que brinden seguridad y confianza, que no juzguen, que escuchen más y hablen menos, que generen acuerdos de convivencia, que abracen más y brinden afecto. Cuando se perciben amenazas, riesgos y presiones a límite, algunos niños, niñas y adolescentes responden con ira, rabia, dolor y, en general, con emociones negativas que complican las interrelaciones familiares y obligan a desplegar apoyos para detenerlas y procesarlas. Estas reacciones en niñas y niños también se presentan en adultos y ocurren con mucha intensidad y al no ser canalizadas y resueltas conforman patrones de comportamiento violento frente a los integrantes de su hogar. Hay que saber que la emoción es un sentimiento muy intenso de alegría o tristeza, y cuando las niñas y niños experimentan emociones negativas fuertes, el sistema límbico entra en acción cerrando el proceso cognitivo y al mismo tiempo realzando en nuestra memoria el evento negativo para potenciar la sobrevivencia y defendernos de los estímulos nocivos o aproximarnos a estímulos placenteros. En otras palabras, cuando se producen emociones negativas “el reflejo o impulso” triunfa sobre “la reflexión” (McKnight, 2017). Por eso, se recomienda 15 Diagnóstico y Evaluación gestionar las emociones, entendiendo la situación, nombrando lo que le hace sentir y buscando alternativas de solución desde la calma. ¿Cómo se reconoce una situación de crisis? Algunas señales pueden indicar una posible situación de crisis emocional: La persona es incapaz de enfrentar sus problemas, se siente impotente y no puede pensar con claridad en las posibles soluciones. Se encuentra en un estado de desorganización y desequilibrio, por tanto, no puede realizar sus tareas habituales. Se muestra cansada/o y puede decir que se siente agotada. Tiene problemas para dormir bien. Muestra síntomas de ansiedad, aprensión intensa o angustia. Presenta algunos problemas físicos asociados a los estados de angustia, tales como taquicardia, palpitaciones, náuseas, sensación de ahogo, dolor de cabeza constante y sensación de debilidad. Se siente abrumada y desamparada. Presenta agresividad y confusión. La contención emocional es sostener las emociones de niñas, niños y adolescentes, a través del acompañamiento y ofreciendo espacios para la expresión de los sentimientos y las rutas para solucionar problemas. Además, significa liberar emociones y tramitarlas para que no afecten el cuerpo o las relaciones interpersonales. La contención tiene dos vías importantes: (1) la actitud empática, habilidad de colocarse momentáneamente en el lugar de la otra persona, entender sus necesidades y sentimientos; y (2) la escucha activa, capacidad de poner atención al mensaje emitido. No es necesario ser Psicóloga/o para dar contención emocional, es importante crear espacios para escuchar lo que las personas están viviendo frente a una situación de crisis, sin prejuicio, sin juzgar, sin invalidar emociones, ni dar consejos, solo con estar ahí ya estamos conteniendo. Se recomienda que los encargados de la atención enfoquen factores de riesgo y factores de protección teniendo presente estas diferencias en los hogares. Se pueden exhibir las siguientes, en las percepciones y conductas de niñas, niños y adolescentes: 16 Diagnóstico y Evaluación Riesgos Protección Sentirse amenazados Sentirse protegidos y cuidados Sentirse desprotegidos Sentirse parte del hogar Miedo de acercarse a otras personas. Tener a quién preguntar Tensión por no poder resolver tareas escolares Recibir respuestas que brindan confianza, calma y protección Duelos por pérdidas humanas Relación cercana con amigas y amigos. Sentir que nadie sabe qué va a pasar. Saber que no hay ingresos y que puede faltar Resolver las tareas escolares con acompañamiento comida familiar Sufrir violencia intrafamiliar y sexual por parte de Encontrar alivio y afecto cuando se juntan en familiares. casa. Pasar mucho tiempo solos. Saber que los adultos tienen ingresos económicos. Sentir que sus familiares no le ayudan en las Ser escuchados con empatía. tareas escolares. Pasar en redes sociales sin tiempo y sin Compartir espacios recreativos y ocio con la acompañamiento de adultos. familia 17 Diagnóstico y Evaluación 3. Preguntas de comprensión de la unidad 1. ¿Pregunta de comprensión Nro. 1? ¿Qué es la violencia física? Todo acto u omisión que produzca o pudiese producir daño o sufrimiento físico, dolor o muerte, así como cualquier otra forma de maltrato o agresión, castigos corporales, que afecte la integridad física, provocando o no lesiones, ya sean internas, externas o ambas ¿Pregunta de comprensión Nro. 2? ¿Qué indicadores de comportamiento debe observar el profesional para sospechar de signos de violencia física? Cambios repentinos de conducta. Comportamiento extremo (agresivo, muy retraído, muy sumiso, muy pasivo, extremadamente hiperactivo, depresivo). Asustadizo o temeroso. Tendencias destructivas. Alega temor a los padres, sufre agresión de los padres o brinda razones poco creíbles para sus lesiones. Uso de vestimenta inadecuada para el clima (ocultando las lesiones). Demuestra bajo concepto de sí mismo. Problemas de aprendizaje (bajo rendimiento académico). Fugas crónicas. Conflictos con la ley. Relaciones interpersonales deficientes. Temor a una persona en particular. Ausentismo escolar frecuente, relacionado con la aparición de la lesión. ¿Pregunta de comprensión Nro. 3? ¿Cómo debe ser el rol del psicólogo frente a un hecho de violencia? El rol del psicólogo con enfoque psicosocial aborda una competencia ética en la relación con las víctimas que se fundamenta en la despatologización del sufrimiento. De manera semejante el rol del psicólogo es relativo a un manual, de prevención, psicoeducación, intervención, seguimiento entre otras, las cuales varían según el área donde se lleve a cabo la intervención psicosocial. ¿Pregunta de comprensión Nro. 4? 18 Diagnóstico y Evaluación ¿Cuáles son los componentes que plantea Dutton para evaluar el modelo de respuesta frente al maltrato? 1) el tipo y patrón de violencia, abuso y control; 2) los efectos psicológicos del abuso; 3) las estrategias de las mujeres maltratadas para escapar, evitar y/o sobrevivir al abuso; 4) los factores que median tanto las respuestas al abuso como las estrategias para sobrevivir a éste. 19 Diagnóstico y Evaluación 4. Material complementario Los siguientes recursos complementarios son sugerencias para que se pueda ampliar la información sobre el tema trabajado, como parte de su proceso de aprendizaje autónomo: Videos de apoyo: Contención emocional https://www.youtube.com/watch?v=q9Y2y8gtFx0 Bibliografía de apoyo: Luís Moya Albiol, Violencia, 9788413549507, UTECA. Links de apoyo: 20 Diagnóstico y Evaluación 5. Bibliografía » Alvarado, D., Castro, V. (2020). Justicia y Reparación. Rol del psicólogo frente a la víctima, Universidad cooperativa de Colombia. 1-20 » Báez Díaz Conti, M. P. (2011). Aspectos de la violencia intrafamiliar a puerta cerrada. México : Trillas. » Matud, M., Gutiérrez, A., Padilla, V. (2004). Intervención psicológica con mujeres maltratadas por su pareja. Papeles del psicólogo. Vol. 25 (88) » Ministerio de Educación. Protocolo de Identificación de atención y referencia de casos de violencia dentro del sistema educativo nacional. Guatemala. » Ministerio de Educación. (2012). Prevención de la Violencia de Género y la Violencia Sexual Manual para facilitación del recorrido participativo. Guayaquil. » Ministerio de Educación. (2020). Contención emocional a las familias en situaciones de crisis. Programa Educando en familia. Quito. » Vaca, P., Rodríguez, M. (2009). Responsabilidad social de la psicología frente a la violencia. Pensamiento psicológico, Vol. 6 N 13, pp. 87-96. » Tortosa., J. M. (2011). Maldesarrollo y mal vivir pobreza y violencia a escala mundial. Quito : Universidad Salesiana. 21 Intervención en Maltrato y Violencia UNIDAD 2 Diagnóstico y Evaluación ÍNDICE 1. Unidad 2: Diagnóstico y Evaluación 3 Tema 2: Violencia Psicológica 3 Objetivo: 3 Introducción: 3 2. Información de los subtemas 4 2.1 Subtema 1: Conceptualización y Características 4 2.2 Subtema 2: Signos de alarma de violencia 7 2.3 Subtema 3: Contención emocional 9 La acogida 10 3. Preguntas de comprensión de la unidad 12 4. Material complementario 13 5. Bibliografía 14 2 Diagnóstico y Evaluación 1. Unidad 2: Diagnóstico y Evaluación Tema 2: Violencia Psicológica Objetivo: Comprender los estragos que genera la violencia psicológica a través de la identificación de los signos de alarma que generan en sus víctimas. Introducción: Lamentablemente, la violencia es un fenómeno social que afecta a todas las personas con independencia de su edad, raza, sexo, estado civil, etc. Suele ocurrir que los grupos más vulnerables y susceptibles de ser objeto de violencia, está constituido por las mujeres, los niños, los adolescentes, los ancianos y las personas con discapacidad. Sin duda, a nivel mundial la mayoría de los países han desarrollado las normas y leyes que protegen a las personas de estos actos de violencia, ejemplo de ello es el caso ecuatoriano, que ostenta dentro del Código Orgánico Integral Penal, la ley contra la violencia a la mujer (Machado-López et al., 2022). La violencia se define como el uso intencional de la fuerza física, ya sea amenazante o efectiva, contra uno mismo o contra otros, causando lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones (Organización Mundial de la Salud, 2018). La violencia tiene varias modalidades o formas, entre ellas está la violencia psicológica, conformada por hechos negativos que aparecen repentinamente, dañando tanto a la víctima inmediata, como al resto de la familia y su estructura, tanto interna, como social. De modo que, el trauma y las consecuencias emocionales de las personas abusadas psicológicamente, casi siempre permanecen durante toda su vida. La importancia de la temática recae, en la necesidad de establecer un análisis que permita otorgar un acercamiento al punto de equilibrio que la ley debe otorgar a dichas secuelas sufridas por la víctima en el plano psicológico. 3 Diagnóstico y Evaluación 2. Información de los subtemas 2.1 Subtema 1: Conceptualización y Características La violencia psicológica puede entenderse, como el cometimiento de actos agresivos, intimidantes, amenazantes o, en definitiva, violentos, que realiza una persona en contra de otra u otras. La violencia psicológica se produce cuando: “La persona que, como manifestación de violencia contra la mujer o miembros del núcleo familiar, cause perjuicio en la salud mental por actos de perturbación, amenaza, manipulación, chantaje, humillación, aislamiento, vigilancia, hostigamiento o control de creencias, decisiones o acciones”, sin embargo, a raíz de la reforma que sufrió en el año 2021, la conceptualiza como “amenazas, manipulación, chantaje, humillación, aislamiento, hostigamiento, persecución, control de las creencias, decisiones o acciones, insultos o cualquier otra conducta que cause afectación psicológica”. De acuerdo con Romero-Mezarina y Dominguez-Lara citado por Cáceres (2004), “el maltrato emocional es difícil de definir, pues los indicadores resultan cuestionables, sin embargo, muchas veces se entiende como un acto que afecta el estado emocional de una persona, entre las acciones comunes especialmente las verbales como insultos, amenazas y palabras, que buscan menospreciar o desacreditar. La violencia psicológica está asociada con el acoso moral persistente que conduce a sentimientos de culpa, angustia mental e incluso la muerte por suicidio”. El abuso emocional implica la existencia de represión moral hacia la víctima, esta represión no debe ser necesariamente física, la coerción psicológica es una forma de abuso, ya sea físico o verbal, activo o pasivo, directo o indirecto; debido a que, la conducta agresiva constituye un daño o, cuando menos, una amenaza al bienestar emocional y psicológico de la víctima, lo que forma parte de un proceso sistemático, gradual y angustioso, que logra incluso, en ocasiones hacer que la víctima se sienta culpable. Por otro lado, Vera & Giler (2021), la definen como “aquella acción violenta o contra el natural modo de proceder y esta acción violenta por lo general se manifiesta en el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo, de ahí que quien ejercita la violencia para lograr tal fin puede recurrir a distintos mecanismos como la violencia física, es 4 Diagnóstico y Evaluación decir, por la fuerza; la violencia psicológica, que sería por intimidación, es decir, poniendo miedos”. Mientras que, la Organización Mundial de la Salud (2018), considera que “la violencia contra la mujer especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres” (p.14). Desafortunadamente, una de las formas más íntimas e invisibles de violencia contra las mujeres es la violencia doméstica, que puede manifestarse de muchas maneras, incluyendo amenazas o coacción y también violaciones sexuales, situaciones todas que debilitan en grado sumo su seguridad personal y ciudadana. Al respecto, Martínez (2019), afirmó que, este tipo de violencia se realiza a través de expresiones verbales como insultos, frases hirientes, gritos y amenazas, y/o expresiones no verbales como gestos, desdén y silencio. Dicho sea de paso, el silencio hiere, pues afecta al receptor, provocando pérdida de su autoestima y confianza. Generalmente la violencia es agresiones y en el caso específico de la violencia psicológica tanto la psicología forense, como la medicina legal, coinciden en denominar a estas lesiones, como secuelas. Al respecto, autores como Hernández (2005), afirman que, los efectos de la vivencia crónica de un evento traumático pueden ser más profundos porque están relacionados con la influencia, en mayor o menor grado, en el significado de la vida de un individuo. Es común que las víctimas de abuso emocional tienden a perder interés en actividades significativas, lo que se asocia con dificultades para sobrellevar la situación y baja autoestima (Ocampo, 2018). Como resultado, se puede ver que las actividades que antes se compartían o disfrutaban ya no se disfrutan, lo que genera aislamiento, retraimiento, irritabilidad y otros comportamientos que reducen las oportunidades de interacción y acceso al apoyo social. Según menciona Cáceres (2004), “a partir de varios estudios sobre las víctimas de violencia doméstica reportan mayor incidencia de alteraciones asociadas a la salud (fibromialgias, trastornos gastrointestinales y ginecológicos) y psicológicas (estrés postraumático, depresión, ansiedad y baja autoestima). Los resultados de varios estudios confirmaron informes internacionales que destacan la existencia de una correlación estadísticamente significativa entre la violencia y las variables psicológicas”. 5 Diagnóstico y Evaluación En general, los argumentos sustentan que, en las personas con condiciones abusivas en relación a su pareja, se suele observar deterioro de la salud, manifestado por baja autoestima, miedo persistente, depresión y cambios emocionales y el debilitamiento paulatino de sus defensas físicas y psíquicas, lo que lleva a un aumento general de sus problemas de salud (Martínez, 2019). Mostrándose común la aparición de cambios complejos, como dolores corporales y de cabeza, fatiga, colon irritable, úlceras, ansiedad y tendencia a utilizar más medicamentos, especialmente, ansiolíticos o analgésicos. Safranoff (2017), menciona como principales secuelas psicopatológicas habituales provocadas a causa de la violencia psicológica los siguientes: “Trastorno por estrés postraumático (TEPT), Depresión, Trastornos de ansiedad (ansiedad generalizada, ataques de pánico, agorafobia...), Trastornos de la alimentación, Alteraciones del sueño, abuso y dependencia de sustancias, problemas psicosomáticos, baja autoestima, problemas crónicos de salud, inadaptación, aislamiento, problemas de relación social/familiar/laboral, suicidio”. (p.21) La violencia psicológica es un tipo de maltrato, consistente en conductas y situaciones que provocan un daño psíquico menor o significativo, pero a diferencia de la violencia física, es oculta, silenciosa, difícil de detectar, exponer, valorar, establecer presencia y daño a las víctimas. El abuso emocional se puede ocultar o minimizar a través de estereotipos sociales y culturales. Una cuestión difícil para el sistema de justicia en casos de abuso emocional, es establecer los eventos y circunstancias que llevaron al abuso, porque la mayoría de las veces, solo hay confirmación a partir de la declaración o el testimonio de la víctima, apareciendo como un factor a ser apreciado en casi todos los casos. De hecho, el maltratador generalmente busca que la víctima se vea sola y sin testigos (Cuervo, 2022). 6 Diagnóstico y Evaluación 2.2 Subtema 2: Signos de alarma de violencia Las señales de alerta a situaciones de violencia psicológica en niños, niñas y adolescentes son las siguientes

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