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Capítulo 01 El Neoliberalismo y Objeto de Estudio de la E.P. año 2020 (1).pdf

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Universidad San Carlos de Guatemala

2020

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neoliberalism economic policy socioeconomic inequality

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CAPÍTULO I EL NEOLIBERALISMO* El neoliberalismo nos propone y promete vivir en un paraíso material creado por los medios de comunicación bajo una lógica de consumismo. El neoliberalismo es una manera de organizar la vida...

CAPÍTULO I EL NEOLIBERALISMO* El neoliberalismo nos propone y promete vivir en un paraíso material creado por los medios de comunicación bajo una lógica de consumismo. El neoliberalismo es una manera de organizar la vida en el mundo, que consiste en una concepción del capitalismo radical que absolutiza el mercado y lo convierte en el medio, el método y el fin de todo comportamiento humano inteligente y racional. El “mercado absoluto” exige una libertad total, es decir que no haya restricciones financieras, laborales, tecnológicas o administrativas. El neoliberalismo se expresa en políticas de ajustes y apertura que con diversas connotaciones se aplican en los países, que ponen el crecimiento económico y no la plenitud de todos los hombres y mujeres en armonía con la creación, como razón de ser de la economía. Restringen la intervención del Estado hasta despojarlo de la responsabilidad de garantizar los bienes mínimos que se merece todo ciudadano como persona. Eliminan los programas generales de creación de oportunidades para todos y los sustituyen por apoyos ocasionales a grupos focalizados. Actualmente, el neoliberalismo al oponerse a la intervención redistributiva del Estado, perpetúa la desigualdad socioeconómica tradicional y la acrecienta. Este sistema introduce el criterio de que solamente el mercado posee la virtud de asignar eficientemente los recursos y fijar a los diversos actores sociales los niveles de ingresos. Se abandonan así los esfuerzos por alcanzar la justicia social mediante una estructura progresiva de impuestos y una asignación del gasto público que privilegie a los más desfavorecidos; y se dejan de lado intentos por la democratización de la propiedad accionaria o la reforma agraria integral. Estamos peligrosamente empujados por una cultura que radicaliza la ambición por poseer, acumular y consumir, y que sustituye la realización de todas las personas en comunidades participativas y solidarias por el éxito individual en los mercados. El * Por Kande Mutsaku Kamilamba. Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política neoliberalismo exacerba esta crisis al llevar a la desaparición el bien común como objeto central de la política y la economía. El bien común es sustituido por la búsqueda de equilibrio de las fuerzas del mercado. He aquí, en síntesis, algunas características sobresalientes del neoliberalismo económico:  Concepción del ser humano como valioso únicamente por su capacidad de generar ingresos y tener éxito en los mercados.  Incentivar la carrera por poseer y consumir.  Exacerbar el individualismo y la competencia llevando al olvido el sentido de comunidad, y produciendo la destrucción de la integridad humana y ecológica.  Expresa política de ajuste y apertura.  Restringe la intervención del Estado hasta despojarlo de la posibilidad de garantizar los bienes comunes mínimos que se merece todo ciudadano por ser persona.  Elimina los programas generales de creación de oportunidades para todos y los sustituye por apoyos ocasionales a grupos focalizados.  Privatiza empresas bajo la premisa de que la administración privada es mejor que la pública.  Abre las fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros y deja sin suficiente protección a los pequeños productores.  Elimina obstáculos que podrían imponer las legislaciones que protegen a los obreros.  Libera de impuestos y de obligaciones a grupos poderosos. En su conjunto, las características del neoliberalismo provocan una concentración mayor de la riqueza y del poder económico en las manos de unos cuantos y dejan sin protección a la mayoría de la población. Los defensores de este sistema afirman que todos estos ajustes producirán, a largo plazo, un crecimiento que elevará los niveles de ingreso y resolverá la situación de los desfavorecidos. Aun cuando se han observado cambios positivos con algunas medidas de ajuste, podemos afirmar que estos efectos no compensan en nada el desequilibrio y las perturbaciones que causa el 2 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política neoliberalismo, pues la masa urbana sin trabajo sigue multiplicándose. Al oponerse a la intervención redistributiva del Estado, la desigualdad socioeconómica tradicional se acrecienta. Con ello se profundizan los efectos que genera la pobreza: la inequidad o la injusticia en la redistribución del ingreso y la riqueza, el escaso capital social y la exclusión o desigualdad en las relaciones de intercambio. El bien común ya no es importante, ahora lo es la búsqueda del equilibrio de las fuerzas del mercado, donde la comunidad se torna irrelevante y el bien común es inútil; se incrementa la violencia, así como la producción y consumo de estupefacientes para olvidarse de este mundo de miseria. La explotación, pobreza, desempleo, marginación, competencia desleal, fuga de capitales son, para el neoliberalismo, episodios necesarios y positivos de la lucha de los ejemplares más fuertes de la raza humana para conseguir mayor riqueza, mayor prosperidad, mayor bienestar para la humanidad en general, aunque no necesariamente para todos y cada uno de los miembros de esa raza. Lo cual no importa pues la humanidad se considera mejorada sólo con que algunos de sus miembros alcancen niveles nunca antes logrados de riqueza. La generación de la pobreza para el sistema económico neoliberal es señal de que se está marchando por el rumbo correcto. La pobreza y los padecimientos de las masas tienen un significado promisorio, las fuerzas del mercado están moviéndose sin interferencias y la reestructuración económica procede, tal cual se esperaba una vez que el Estado se hizo a un lado y el instinto capitalista se puso en marcha, libre de las artificiales regulaciones caprichosamente establecidas durante décadas por gobernantes hostiles. La multiplicación de los pobres y el aumento del sufrimiento humano no son más que dolorosos mensajes situados al comienzo del camino, indicando que estamos sobre la senda correcta. Pero no hay que desesperar pues “son anuncios transitorios”. No tardarán en aparecer otros, como el pleno empleo, el bienestar popular y la felicidad individual, siendo las señales de que estamos arribando al paraíso neoliberal donde se podrán recoger los frutos de tanto esfuerzo. 3 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política OBJETO DE ESTUDIO DE LA ECONOMÍA POLÍTICA** La Economía Política nació en las entrañas de la producción y fue inicialmente un conjunto de reglas destinadas a su organización y conducción, al principio dentro de cada unidad económica y luego en escala del Estado. Su nombre proviene de las palabras griegas polítikós -estatal, público- y oikonomía (de oikos casa y nómos ley, conducir). En ese período aún no se había determinado con exactitud cuál era su objeto de estudio, refiriéndose los antiguos griegos con este nombre a la administración por parte del Estado de sus propiedades con la prudencia de un jefe de familia, abarcándose un cúmulo aún relativamente pequeño de conocimientos sobre la actividad económica de los hombres. Esta categoría -Economía Política- desapareció con el derrumbe de la civilización greco-romana y se olvidó durante el tenebroso período oscurantista de la edad media. Reapareció hasta principios del siglo XVII con el nacimiento del capitalismo, cuando el mercantilista francés Antoine de Montchrétien que defendía los intereses de la burguesía comercial publicó en 1615 la obra titulada “Un tratado de Economía Política”, dirigido a los monarcas de Francia, en el cual advertía los peligros de permitir la competencia de vendedores extranjeros en el mercado francés, ya que afirmaba que el comercio libre era la fuente del desastre económico del país, perdiéndose trabajos y caídas en los ingresos de los productores nacionales y en las riquezas del gobierno al bajar los ingresos impositivos, haciéndose necesario el uso del poder del estado, tanto para prohibir las transacciones con los productores extranjeros, como para obligar a los productores franceses a manufacturar lo que el monarca consideraba deseable y venderlo a precios “justos” y “equitativos” principalmente en el mercado internacional para mantener saldos superavitarios en la balanza comercial, lo que representaba aumento de la riqueza acumulada en metales preciosos y significa mayor grandeza de la nación, lo que no es más que el pensamiento económico que responde a los intereses de la burguesía comercial que era la fracción dominante en esos tiempos. ** Elaborado en base al Capítulo II del libro Introducción a la Economía del autor V. A, Peshejonov, de la Editorial Quipo de Buenos Aires, Argentina, 1977. 4 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política Con el desarrollo del capitalismo industrial, los clásicos del pensamiento económico burgués –en especial Adam Smith y David Ricardo- ya intentan delimitar, dentro del conjunto de conocimientos económicos, el objeto específico de estudio de la economía política, o sea, la investigación de las leyes internas, “naturales”, que rigen el desarrollo de la producción, las relaciones que surgen entre los hombres en la producción, el intercambio y la distribución de los diversos bienes materiales. Establecen la diferencia existente entre la Economía Política y la Política Económica del Estado, y la deslindan de los conocimientos más parciales sobre la organización y el manejo de la economía, sin embargo al final admitieron que la Economía Política es la ciencia que estudia las leyes que rigen la distribución 1. El gran logro de la Economía Política Clásica fue haber creado la teoría del valor por el trabajo, en el período de lucha contra las reminiscencias feudales, por lo que fueron pensadores progresistas que defendían los intereses de la burguesía industrial cuando era una clase social en ascenso y en lucha contra los terratenientes feudales por el control del poder del Estado. Posteriormente cuando se intensificaron las luchas entre las clases fundamentales del capitalismo, en los enunciados orales y escritos de la corriente vulgar en economía, se abandonó el estudio de la Economía Política y fue convertida en un conjunto de conocimientos de todo tipo sobre la economía nacional y presentada en tratados amorfos y muchas veces carentes de contenido, “sobre todas las cosas y algo más”, como reza el proverbio latino. En honor a la verdad es preciso señalar que después de Ricardo no en todos los ámbitos de los conocimientos económicos reinaban las “insulsas trivialidades”. Esto se refiere tan sólo a las obras que orgullosamente se arrogaban el nombre de político-económicas. Como contrapartida a esto, las necesidades prácticas de la administración capitalista estimularon el desarrollo acelerado y bastante productivo de las investigaciones económicas aplicadas. Por ejemplo, se dieron caracterizaciones suficientemente calificadas sobre las peculiaridades de la organización de la producción en las diferentes ramas de la economía, fue 1 FUENTE: David Ricardo, Economía Política y Tributación, Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1975, pág. 2. 5 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política evolucionando con éxito la estadística industrial, fundada por William Petty, aparecieron interesantes trabajos sobre el movimiento de los precios, la circulación monetaria, la actividad bancaria y otros, pero eran estudios que no buscaban explicar los nexos internos que determinan el movimiento histórico de los fenómenos económicos. Por eso Karl Marx, que había estudiado toda la bibliografía económica, escribe en 1851 a Engels: “En el fondo, esta ciencia [la economía política] no ha progresado desde Adam Smith y David Ricardo, si bien tanto se ha hecho en lo que respecta a investigaciones especiales y con frecuencia extremadamente delicadas”.2 Más adelante, también Lenin concedió mucho valor a la labor de los científicos burgueses en materia de investigaciones prácticas especiales y subrayó que no se debía dejar de utilizarlas.3 Pero, si bien las distintas disciplinas económicas concretas llegaron a precisar su objeto (por ejemplo, la estadística o la organización de la actividad bancaria y de crédito, etc.), precisamente en los trabajos de los economistas burgueses,4 después de Ricardo se retrocedió en lo que a Economía Política se refiere. Por eso uno de los grandes méritos científicos de Karl Marx y Friedrich Engels consiste en que definieron claramente el objeto de estudio de la Economía Política, su especificidad y su lugar dentro del sistema de los conocimientos económicos. Veamos, entonces, qué estudia la Economía Política. La exposición anterior hace evidente que su objeto de estudio se encuentra en la esfera de la producción material. Pero esto no basta para comprender la particularidad de la Economía Política, puesto que todas las ciencias económicas estudian, directa o indirectamente, la producción material. Más aún, muchas ciencias naturales y tecnológicas también tienen que ver con el estudio de los procesos productivos como las ingenierías. 2 C. Marx y F. Engels. Obras escogidas. Ed. cit., t. VIII, págs. 38-39. 3 Véase V. I. Lenin. Obras completas. Ed. cit., t. XIV, pág. 360. 4 Se entiende que también en todas las investigaciones concretas aparecía el “sello burgués”, es decir, que se realizaban para la burguesía y en beneficio suyo. 6 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política Está claro que para establecer una diferenciación entre los objetos de las distintas ciencias relacionadas con el estudio de la producción hay que comenzar por explicar qué es esta última. Entre los múltiples aspectos de la actividad humana el que tiene primordial importancia es la creación de los objetos imprescindibles para la vida del hombre como los alimentos, vestidos, calzado, vivienda, etc. Todos estos bienes materiales son creados en el proceso del trabajo humano. Pero para que el proceso de trabajo pueda realizarse se necesitan algunas condiciones: Deben existir los instrumentos de trabajo mediante los cuales el hombre transforma la naturaleza. Tanto las primeras piedras que alguna vez el hombre tomó en sus manos para obtener alimento, como las complejas máquinas, aparatos y equipos automáticos modernos, son instrumentos de trabajo. Los medios de trabajo constituyen un concepto más amplio en el cual, además de los instrumentos de trabajo, están incluidas otras condiciones materiales necesarias para el proceso de producción, por ejemplo, la tierra, los edificios destinados a la producción, los canales, caminos, tuberías, etcétera. El segundo elemento imprescindible para el proceso de producción son los objetos de trabajo, es decir, todo aquello hacia lo que está dirigido el trabajo del hombre. Pueden ser dados directamente por la naturaleza, como el carbón, el petróleo, los minerales, la madera o bien objetos de una actividad precedente del hombre (como el petróleo en las refinerías, el carbón en las calderas, la madera en la fábrica de muebles y otros). Por último, la tercera y más importante condición para que se lleve a cabo la producción es el hombre, en tanto que portador de la capacidad de trabajar, o sea, como ser humano con determinadas fuerzas físicas y espirituales, de un conjunto de hábitos y conocimientos, ante todo, el progreso de los conocimientos científicos y tecnológicos aplicados a los procesos productivos y de servicios, gracias a los cuales está en condiciones de crear y poner en movimiento los medios de producción. Esta capacidad de trabajar de los hombres se denomina fuerza de trabajo. Por perfectos que sean los modernos sistemas de máquinas, que incluyen equipos de 7 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política dirección automática, computadoras electrónicas, robots cibernéticos, etc., el hombre fue, es y será la principal figura del proceso productivo. El conjunto de los elementos que hemos enumerado, tomados en su unidad e interconexión recíproca, forman las fuerzas productivas, la capacidad de transformación productiva con que cuenta la sociedad. No obstante, al hablar de los elementos integrantes de las fuerzas productivas, debemos hacer una advertencia más. Debido a que el cúmulo de conocimientos científicos y tecnológicos se acrecienta continuamente y a que se acentúa su papel en el desarrollo social, es hoy plenamente justo considerar a la ciencia como fuerza productiva directa. Sin embargo, no corresponde tomarla como un elemento aislado e independiente de las fuerzas productivas. Los conocimientos científicos se reflejan y concretan en las aceleradas modificaciones que se operan en los medios de producción en su conjunto; se expresan en la elevada calificación de los hombres que intervienen en la producción, en las nuevas y más eficaces combinaciones de los diversos elementos del proceso productivo, en el perfeccionamiento de la dirección de la producción, etc. Dicho de otro modo, la ciencia interviene “en forma evidente y con todo su peso” en las fuerzas productivas, pero no como un elemento diferenciado de éstas, sino como proceso permanente del perfeccionamiento de los conocimientos sociales del hombre acerca de la realidad. Por consiguiente, en base a lo expuesto se puede decir que la producción es el proceso de la actividad laboral racional del hombre en el cual éste, apoyándose en los medios de producción existentes y en sus conocimientos, trasforma y adapta los objetos de la naturaleza para satisfacer sus diversas necesidades. También se puede definir la producción de otro modo: como proceso de interacción del hombre y la naturaleza para transformarla y darle una forma útil. Pero éste es sólo un aspecto de la actividad productiva. “En la producción los hombres no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que también actúan unos sobre otros. No pueden producir sin 8 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política asociarse de un cierto modo para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones y a través de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es cómo se relacionan con la naturaleza y cómo se efectúa la producción”, ya que el proceso de producción siempre es social e histórico. 5 El método predilecto del pensamiento económico burgués, especialmente de la economía vulgar, es ignorar este segundo aspecto de la producción. Y esto no es casual, porque precisamente aquí, en las relaciones que existen entre los hombres en la producción está incluido lo que los apologistas del capitalismo quieren ocultar, disimular y tergiversar. Uno de los principales personajes que trae a colación la economía política burguesa al analizar la producción es Robinson Cruosoe, quien “enfrentándose aisladamente con la naturaleza mediante sus fuerzas, no comparte nada con nadie”.6 Pero, observa Marx “la producción de un solitario aislado, al margen de la sociedad [...] es tan inconcebible como el desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan en común y hablen entre ellos”.7 Los hombres realizan siempre la producción conjuntamente, en comunidades, grupos, colectividades, entablando inevitablemente unas u otras relaciones entre sí. “En la producción social de su vida -escribe Marx-, los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales”. 8 A la vez, para evitar futuros errores, es preciso que señalemos ya mismo que en la producción se van conformando y existen relaciones de naturaleza dual. Por una parte, surgen relaciones ligadas a la organización del proceso productivo, que reflejan la interacción de los diferentes elementos de las fuerzas productivas, por ejemplo, la correlación entre la masa de medios de producción y la cantidad de obreros, la sucesión de los procesos tecnológicos, su combinación en las distintas ramas de la producción, la distribución de quienes trabajan en diversos grupos según su oficio y otras. Estas 5 C. Marx y F. Engels. Obras escogidas, Ed. cit., t. IV, págs. 139-140. 6 Ídem, t. VI, pág. 127. 7 C. Marx y F. Engels. Obras, t. 12, pág. 710. (En ruso). 8 C. Marx y F. Engels. Obras escogidas. Ed. cit., t. IV, pág. 384. 9 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política relaciones constituyen una faceta indispensable de cualquier producción, son ante todo vínculos que existen dentro de las fuerzas productivas, y en la literatura suele denominárselas relaciones técnico-organizativas. Por otra parte, en la producción social surgen entre los hombres otras relaciones de producción, igualmente objetivas, las económicas, vinculadas a la apropiación de los medios y de los resultados de la producción, las cuales se expresan en la división de los hombres en diferentes clases y grupos, y determinan su situación en la producción y el carácter de las relaciones mutuas entre ellos. Cuando en los trabajos de los clásicos de la Economía Política Socialista se tratan las relaciones de producción, se hace referencia precisamente a éstas, a las relaciones económicas, que constituyen la faz fundamental en el segundo aspecto de la producción y definen su forma social. Aunque no agotan el contenido de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción constituyen, por su parte, un sistema muy complejo o un conjunto que puede ser analizado desde distintos ángulos y dividido en varios elementos. Karl Marx dio la clave para comprender la estructura interna de las relaciones de producción sobre todo en su “Introducción” a la obra Contribución a la crítica de la economía política. Señala que la producción social no es un acto único fijado en el tiempo y el espacio, sino un proceso que se efectúa ininterrumpidamente y se renueva continuamente, pues “cualquier niño sabe que una nación perecería si detuviera el trabajo no ya durante un año, sino aunque fuese por algunas semanas”. 9 Por eso la producción social es una unidad inseparable del proceso de producción de los bienes materiales propiamente dicho, de la distribución del producto creado, del intercambio de la producción entre los diferentes productores (ramas, empresas) y, por último, del consumo (productivo y personal). Al margen de la unidad de estos cuatro momentos o esferas, la producción social no es realizable: por eso “producción, distribución, intercambio y consumo 9 C. Marx y F. Engels. Obras, t. 32, pág. 460. 10 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política [...] forman las partes de un todo, las diferencias dentro de la unidad”.10 El momento fundamental y definitorio en esta unidad es la producción, puesto que a partir de ella comienza una y otra vez todo el proceso, en ella se crean los productos que luego se convierten en objeto de la distribución, el intercambio y el consumo. Así, el conjunto de las relaciones económicas entre los hombres, que existen en todas las esferas mencionadas, es definido por un solo concepto: relaciones sociales de producción. Por lo tanto, el sistema de las relaciones de producción (dejamos de lado las relaciones técnico-organizativas) son relaciones sociales entre los hombres que se van creando y desarrollando en el proceso de producción y también en los procesos de distribución, intercambio y consumo, a la vez que el carácter de las relaciones establecidas directamente en la producción predetermina el carácter de las relaciones en todas las otras esferas de la vida económica. Para dar respuesta a la pregunta: ¿cuál es concretamente el carácter que tiene todo el sistema de relaciones de producción?, es necesario hallar, identificar y diferenciar en él el elemento principal y definitorio. Los fundadores del marxismo descubrieron en sus trabajos que ese elemento básico y decisivo en cualquier sistema de relaciones de producción es la forma de propiedad sobre los medios de producción. Los hombres llevan a cabo la producción mediante los medios de producción, y según a quién pertenezcan éstos, quién disponga de ellos, se crea uno u otro tipo de relaciones entre los hombres en el proceso de producción y también -consiguientemente- en las otras esferas de la vida económica. Así, de la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción deriva inevitablemente la desigualdad situación de obreros y capitalistas en la producción, la desigualdad en la distribución de los bienes materiales creados, la gran diferencia en el nivel de consumo personal, etc., es decir, el carácter de todo el sistema de relaciones de producción inherente al capitalismo. De ahí que no sea posible cambiar la esencia del sistema capitalista de relaciones de producción aplicando algunas 10 Marx y F. Engels. Obras, t. 12, pág. 725. (Ambas en ruso). 11 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política medidas parciales como el paso de una forma de salario a otra más “justa” o la implantación de la venta de mercancías a crédito, etc.; para cambiar la esencia de las relaciones de producción es imprescindible cambiar la forma de propiedad sobre los medios de producción. La propiedad de los medios de producción es la relación de producción básica y esencial de la sociedad; las relaciones entre los hombres (sobre todo entre las distintas clases), que existen en la producción, la distribución, el intercambio y el consumo, son las formas en las cuales se pone de manifiesto esta relación determinante. Al mismo tiempo, en cada esfera de la vida económica existen, a su vez, relaciones primarias, es decir, más importantes, directamente vinculadas con la forma de propiedad de los medios de producción, y relaciones secundarias, terciarias, etcétera, las que sólo están ligadas de manera mediata con las relaciones básicas. Por ejemplo, la producción de plusvalía (excedente económico) y su apropiación por los capitalistas es una relación de producción primaria, o sea, una relación entre la clase obrera y la burguesía, en tanto que las formas de distribución de la plusvalía entre los diversos grupos de la burguesía es ya una relación derivada. En consecuencia, el conjunto de relaciones económicas productivo-sociales constituye un sistema complejo que puede ser examinado en dos cortes: en el horizontal aparecen las relaciones en la producción, la distribución, el intercambio y el consumo; en el vertical (o según círculos concéntricos), la forma de propiedad de los medios de producción, las relaciones primarias consiguientes en todas las esferas de la reproducción social y las relaciones derivadas secundarias, terciarias, etc.11 11 Recordemos una vez más que en la producción y en las otras esferas de la reproducción, junto a las relaciones económicas existen también las técnico- organizativas. Su peculiaridad reside en que expresan principalmente los nexos existentes dentro de las fuerzas productivas, entre sus elementos. Aunque también ellos están bajo la influencia (llevan el sello) de las relaciones económicas imperantes en la sociedad, como no determinan las formas ni el carácter de la producción social, en este análisis las dejamos a un lado. 12 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política Las fuerzas productivas y las relaciones de producción, tomadas en su unidad, constituyen el modo de producción, en el cual las fuerzas productivas son el contenido, en tanto que las relaciones de producción constituyen la forma social de la producción. El modo de producción es la base de la interacción y determinación de los fenómenos sociales y también relativamente en el ambiente. ¿Cuál es la interrelación de estos dos aspectos del modo de producción? Existe entre ellos una interacción dialéctica, pero el factor más dinámico y revolucionario de la producción son las fuerzas productivas, pues a partir de ellas (sobre todo de los instrumentos de producción) comienzan las modificaciones en el modo de producción. Las fuerzas productivas materiales, que al comienzo se desarrollan dentro de la vieja forma social, en determinada etapa de su evolución “entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social”.12 Habiendo tratado ya el contenido de los dos aspectos del modo de producción podemos retomar la cuestión de qué constituye el objeto de estudio de la economía política. Es evidente que la tesis general que hemos planteado antes, acerca de que la Economía Política es la ciencia que trata el desarrollo de la producción social, debe ser concretada. El objeto inmediato de estudio de la economía política es el aspecto social de la producción, es decir, las relaciones de producción, económicas, materiales, entre los hombres y que se encuentran determinadas por la forma de propiedad sobre los medios de producción. “La economía política no se ocupa en modo alguno de la ‘producción’, sino de las relaciones sociales de los hombres en la producción, del régimen social de la producción”, 13 escribió Vladimir Ilich Lenin. 12 C. Marx y F. Engels. Obras escogidas. Ed. cit., t. IV, pág. 385. 13 V. I. Lenin. Obras completas. Ed. cit., t. III, pág. 57. 13 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política La tarea fundamental de la Economía Política consiste en descubrir por qué y cómo surge uno u otro tipo de relaciones de producción, en identificar sus rasgos característicos, es decir, en definir la esencia de cada una de las relaciones de producción dadas y analizar su estructura interna, el sistema de nexos e interdependencias entre sus elementos componentes y, por fin, en señalar la tendencia y el curso de su desarrollo. A la vez, el principio más importante, que da base y permite hablar de la Economía Política como de una auténtica ciencia, es admitir que en la sociedad –lo mismo que en la naturaleza- todo se halla en movimiento, es decir, todo se desarrolla y se trasforma, y que el desarrollo trascurre sobre la base de leyes objetivas, que no dependen de la voluntad, la conciencia, el conocimiento y la actividad de los hombres. La fuerza y la debilidad de la escuela clásica de la Economía Política burguesa consistió en que ésta, por un lado, intentó buscar las leyes que rigen el desarrollo de la producción capitalista independientemente de la voluntad de reyes y gobiernos, pero, por otro lado, no pudo comprender el carácter históricamente transitorio de esta producción la consideró como un estado “eterno”, “natural”, de la sociedad. Por eso su doctrina tuvo un carácter limitado, en cierta medida convencionalmente científica. Sólo Marx y Engels, basándose en los principios de la dialéctica materialista elaborados por ellos, convirtieron la Economía Política en una verdadera ciencia. El objeto de estudio de la economía política son los sistemas (tipo) de relaciones de producción que históricamente se suceden unos a otros. “...Las formas económicas en las cuales los hombres producen, consumen, realizan el intercambio son formas transitorias e históricas. Al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombres modifican su modo de producción, y junto con él modifican todas las relaciones económicas que sólo eran necesarias para el modo de producción dado”.14 El surgimiento de cada sistema (tipo) de relaciones de producción y su desarrollo, que conduce, en última instancia, a su extinción, se opera en base a leyes económicas objetivas, independientes de la voluntad, la conciencia y actividad de los 14 C. Marx y F. Engels. Obras, t. 27, pág. 403. (En ruso). 14 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política hombres. Es también tarea de la economía política descubrir y analizar estas leyes. Por consiguiente, la Economía Política es la ciencia que trata el desarrollo de las relaciones productivas-sociales, económicas, entre los hombres, que estudia las leyes objetivas que rigen estas relaciones en las distintas etapas del desarrollo de la sociedad humana, sobre la base de la forma de propiedad sobre los medios de producción. Por lo tanto, no es esta una ciencia sobre la economía nacional ni una ciencia sobre la “administración” del Estado, ni tampoco una recopilación de normas para organizar y dirigir una rama cualquiera de la economía (de la industria, de la agricultura, etc.). La Economía Política estudia los nexos e interdependencias cardinales más generales y a la vez los más importantes que surgen en la actividad productiva de los hombres, y que abarcan todos los aspectos de esta actividad, cual fuere la esfera (producción, distribución, intercambio o consumo) y la rama concreta de la producción en la que se efectúe esta actividad. Al ponerse de relieve que la Economía Política no se dedica a la producción en general, sino al aspecto social de la producción, hay que tener en cuenta al mismo tiempo que no se pueden estudiar las relaciones de producción de una sociedad dada deslindadas de las fuerzas productivas, del nivel y las tendencias de su desarrollo (porque las relaciones de producción dependen del carácter y grado de desarrollo de las fuerzas productivas). A eso se debe que la Economía Política, aunque enfoca directamente las relaciones de producción, inevitable y constantemente aborda también el estudio de las fuerzas productivas. Por supuesto que la faz técnica del desarrollo de los medios y objetos de trabajo, así como el desarrollo profesional de la fuerza de trabajo escapan al tema de estudio central de la economía política; sin embargo, esta ciencia debe reflejar aquellos cambios cualitativos que se operan en la técnica, los cambios estructurales en las fuerzas productivas, por cuanto precisamente eso es lo que condiciona los cambios tanto en los vínculos técnico-organizativos como en las relaciones económicas de producción que conducen o bien a la sustitución de una forma por otra, o bien a modificaciones dentro de cada forma de relaciones de producción. 15 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política Por ejemplo, el proceso de desarrollo de las relaciones de producción capitalistas, es decir, la transición constante del capitalismo de la época de la libre competencia al capitalismo monopolista y, luego al capitalismo monopolista de Estado, es el resultado de modificaciones estructurales cualitativas en las fuerzas productivas. El papel activo de las fuerzas productivas en la dinámica de las relaciones de producción se acrecienta especialmente en la actualidad a raíz del ritmo veloz de la revolución científico-técnica que ha transformado las relaciones sociales de producción de ámbitos locales a globales. Por ello, la Economía Política no puede quedar al margen y no estudiar los procesos que tienen lugar en las fuerzas productivas. Además, su finalidad consiste no sólo en estudiar y registrar la influencia que ejercen las fuerzas productivas en desarrollo sobre las relaciones de producción, sino también en desentrañar la influencia inversa de las relaciones de producción sobre el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas. Cada sistema de relaciones de producción o bien da campo libre para que progresen con rapidez las fuerzas productivas o, por el contrario, al no estar en correspondencia con el nivel y el carácter de éstas, frena su desarrollo. La Economía Política se dedica precisamente al estudio de estos procesos. De tal modo que aunque las fuerzas productivas como tales (las características técnicas de los diversos medios de producción, su estructura material, etc.) no forman parte del objeto de la Economía Política, ésta no puede dejar de tener en cuenta (y quizá también podemos decir no puede dejar de investigar) el nivel general, las orientaciones y tendencias fundamentales de su desarrollo. Los trabajos de Marx y Engels permitieron que la Economía Política adquiriera su propia fisonomía y ocupara un lugar absolutamente definido en el sistema de las ciencias sociales. Pero los ideólogos del régimen burgués no han querido y hasta hoy no aceptan la definición de la economía política como la ciencia que trata las relaciones económico-sociales entre los hombres, las leyes que rigen estas relaciones sobre cuya base se ponen de manifiesto las contradicciones de clase, y se revela el carácter históricamente transitorio de los distintos modos de producción, incluido el 16 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política capitalista. Es por eso que después de los torpes intentos de silenciar los descubrimientos realizados por Marx y Engels en el ámbito de la ciencia económica, los científicos al servicio de la burguesía hace ya más de un siglo que se afanan en refutar a la Economía Política Socialista, incluso la definición marxista del objeto de la Economía Política. En su tentativa de rebatir a Karl Marx los portavoces de las diferentes escuelas y corrientes del pensamiento económico burgués han promovido literalmente centenares de las más diversas (a primera vista) definiciones del objeto de la Economía Política. No es casual que Rosa Luxemburgo en las conferencias que dictara a los obreros alemanes, haya acotado que “la Economía Política es una ciencia asombrosa. Las dificultades y divergencias se inician con los primeros pasos en este terreno, a partir de la cuestión más elemental: cuál es, en realidad, el objeto de esta ciencia”. 15 No hay necesidad de reproducir la multitud de definiciones de la Economía Política y de su objeto que aparecen en los distintos autores. A pesar de la diferencia en las formulaciones que parecen ser disímiles, algo emparenta a todos los representantes del pensamiento burgués: es el afán de quitar a la Economía Política su contenido social y de clase que desemboca en la lucha política. Los pensadores burgueses quisieran hacer de la economía política una ciencia inofensiva para la burguesía sobre la “economía nacional”, la producción y distribución de la riqueza, los “modos de satisfacer las necesidades vitales del hombre”, la libertad de mercado, etcétera. A este respecto, Paúl Samuelson, Premio Nóbel en economía 1970, evadiendo un campo importantísimo de estudio de la realidad social, escribe: “la economía, o la economía política, como se la solía llamar … es el estudio de cómo los hombres y la sociedad deciden, con o sin el uso del dinero, emplear recursos productivos escasos, que pueden tener aplicaciones alternativas, para producir diversas mercancías a través del tiempo y distribuirlas para el consumo, ahora y en el futuro, entre diversas personas y grupos de la sociedad”16 15 R. Luxemburgo. Introducción a la economía política. Moscú, 1960, pág. 27. (En ruso). 16 Paúl Samuelson, Economía, Un Análisis Introductorio, New York, McGraw Hill, 1967, pág. págs. 1 y 5. 17 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política En las nebulosas y confusas definiciones de los estudiosos burgueses se manifiesta el deseo tendencioso de tergiversar la realidad, de disimular las inadmisibles contradicciones de la sociedad capitalista. ¿Por qué en Economía Política se irritan tanto los apologistas del capitalismo comenzado por los primeros pasos, por la definición del objeto de dicha ciencia? Karl Marx dio una respuesta extraordinariamente clara en el primer prólogo a El Capital. “En el terreno de la Economía Política, la libre investigación científica tiene que luchar con enemigos que otras ciencias no conocen. El carácter especial de la materia investigada levanta contra ella las pasiones más violentas, más mezquinas y más repugnantes que anidan en el corazón humano: las furias del interés privado. La venerable Iglesia anglicana, por ejemplo, perdona de mejor grado que se nieguen 38 de sus 39 artículos de fe que se le prive de un 1/39 de sus ingresos pecuniarios”.17 Al estudiar las relaciones vinculadas con la producción, la distribución, el intercambio y el consumo de los bienes materiales, la Economía Política penetra en el “sanctasantorum” de la sociedad burguesa, en las fuentes que alimentan tanto el poder político de la burguesía como la “dulce” vida privada de las familias burguesas, su vana ociosidad. Por eso, los intereses ligados a la obtención de ingresos no provenientes del propio trabajo, es decir, los intereses materiales o económicos, son los más importantes para la burguesía, y ésta moviliza sobre todo las fuerzas de su “cofradía científica” sin escatimar dádivas para defender estos intereses, para desmentir la ciencia que pone “el dedo en la llaga” de las clases parasitarias. Por consiguiente, hemos llegado a la conclusión de que la Economía Política es una ciencia de clase. Esto significa que sus objetivos, tareas y métodos de investigación están determinados por los intereses (económicos y políticos) de las distintas clases sociales; esto significa, además, que no hay ni puede haber una Economía Política única para todas las clases, con conclusiones “correctas en general”, mucho menos que sea imparcial. 17 Karl Marx, El capital, Editorial FCE, México, 1975, pág. XVII. 18 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política La clase o grupos sociales progresistas, cuyos intereses coinciden con el movimiento regular de la sociedad de etapas inferiores a otras superiores, están interesados en poner en evidencia y utilizar en su actividad práctica las leyes del desarrollo social, ante todo, las leyes económicas. Por ejemplo, en la lucha contra el feudalismo caduco surgió la Economía Política Clásica Burguesa. Pero en cuanto la burguesía se afirmó como clase dominante y se enfrentó con las acciones revolucionarias del proletariado, sonó la hora final del carácter científico de la Economía Política Burguesa. A partir de este momento la burguesía orientó el pensamiento de sus apologistas científicos no hacia la búsqueda de la verdad sobre el sistema económico de la sociedad y las leyes de su desarrollo, sino a enterrar más profundamente esa verdad. De ahí las “insulsas trivialidades” enunciadas en las teorías de los economistas vulgares que sustituyeron a la escuela clásica, así como el huero eclecticismo integrado por retazos de conocimientos de diverso tipo con apariencia de Economía Política. La investigación auténticamente científica en el ámbito de la teoría económica sólo se hizo posible desde las posiciones de la clase progresista, interesada en sustituir el régimen existente y, en consecuencia, en elucidar de qué manera, apoyándose en qué leyes objetivas es posible hacerlo. Teniendo en cuenta lo enunciado es preciso encarar la evaluación de las teorías económicas burguesas contemporáneas, en particular, sus definiciones del objeto de la Economía Política. En esencia, los economistas burgueses actuales se asemejan, en lo que respecta a este problema, a los primeros representantes de la corriente vulgar. Como antes, están en boga los intentos de reducir la Economía Política a una ciencia sobre la economía nacional, sobre las necesidades humanas y los modos de satisfacerlas, el comportamiento de las variables macroeconómicas, etcétera. Uno de los economistas burgueses más populares, Paúl Samuelson, de EE.UU., en su manual La economía moderna cita un conjunto de definiciones del objeto de estudio de la economía política que se dan en los trabajos de los economistas occidentales: 19 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política 1. La teoría económica es la ciencia sobre la utilización por los hombres de los recursos productivos raros o limitados (la tierra, el trabajo, las mercancías destinadas a la producción, por ejemplo, las máquinas y conocimientos técnicos) para producir diversas mercancías (tales como trigo, carne de vaca, un tapado, conciertos, caminos, yates) y distribuirlas entre los miembros de la sociedad con fines de consumo. 2. La teoría económica es la ciencia sobre las formas de actividad vinculadas con el intercambio y las transacciones monetarias entre los hombres. 3. La teoría económica es la ciencia sobre el modo en que la humanidad logra cumplir sus objetivos en el ámbito del consumo y la producción. 4. La teoría económica es la ciencia sobre la riqueza.18 Paúl Samuelson considera que las definiciones de los otros economistas no son suficientemente satisfactorias, y da la suya propia: “La economía es la ciencia acerca de cuáles de los recursos productivos raros eligen los hombres y la sociedad con el correr del tiempo, por medio del dinero o sin su intervención, para producir distintas mercancías y distribuirlas con fines de consumo en la actualidad y en el futuro entre los diferentes hombres y grupos de la sociedad”.19 Las definiciones dadas por otros autores que Samuelson menciona, al igual que su propia fórmula, se distinguen por una misma característica: la falta de claridad sobre qué es precisamente lo que estudia la Economía Política, en qué reside su especificidad con respecto a otras ciencias sobre la producción. Los economistas burgueses tratan empeñosamente de desviarla, apartándola del estudio de las relaciones productivas sociales, y la convierten en una “doctrina universal” sobre la vida comercial y económica. No es fortuito que el propio Samuelson diga que los principios o condiciones de la actividad económica que él deduce tienen un 18 Véase P. Samuelson. La economía, Moscú, 1964, pág. 25. (En ruso). 19 Ídem. 20 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política carácter universal, que son aplicables tanto en un Estado colectivo como en una nación industrial capitalista o en una tribu de las islas de los mares del Sur o para Robinson, e... incluso para un enjambre de abejas o un conglomerado de monos.20 De esa manera, en lugar de los modos de producción históricamente determinados, que se suceden unos a otros regidos por leyes objetivas, los autores burgueses convierten en objeto de estudio de la teoría económica sólo los principios generales y abstractos sobre la organización y manejo de la producción. Es cierto que cualquier proceso de producción dondequiera que se realice y sean cuales fueren sus condiciones, tiene algunos aspectos comunes (por ejemplo, la presencia de los tres elementos del proceso de trabajo, es decir, los medios de trabajo, el objeto de trabajo, la fuerza de trabajo en acción, tomados en ciertas correlaciones cuantitativas, etc.). Al hacer notar la necesidad de esas condiciones generales de la producción, Marx subrayaba que estos son “aspectos abstractos por medio de los cuales no se puede comprender ninguna etapa histórica real de la producción”.21 Pero eso es justamente lo que quieren los economistas burgueses quienes tanto escriben sobre el papel de los diversos factores de la producción actuantes en todas partes, y que deducen complejas fórmulas matemáticas de sus interdependencias. ¿Para qué necesitan hacerlo? Marx observa que es para representar la producción “como encerrada dentro de los límites de las leyes eternas de la naturaleza, independientes de la historia, para luego, en el momento oportuno, hacer pasar las relaciones burguesas, en forma totalmente inadvertida, como leyes naturales inmutables de una sociedad in abstracto”.22 De esta manera, al referirnos a la concepción marxista del objeto de la Economía Política, hay que destacar que dicha ciencia estudia las relaciones económicas y sus leyes en las distintas etapas del desarrollo de la sociedad. De esto se deduce que la Economía Política es una ciencia histórica y debe ser subdividida en una serie de partes componentes, cada una de las cuales estudia un modo de 20 Ídem, pág. 34. 21 C. Marx y F. Engels. Obras, t. 12, pág. 714. (En ruso). 22 Ídem, pág. 34. 21 Capítulo I Objeto de Estudio de la Economía Política producción cualitativamente particular, los diferentes tipos de relaciones de producción y su desarrollo dentro de un mismo modo de producción, la transición de un modo de producción a otro superior y las leyes económicas especiales por su esencia y formas de manifestación. Así es como plantearon la cuestión los creadores de la economía política socialista, Marx y Engels. En su libro Anti-Dúhring, Engels escribe: “Las condiciones en las cuales los hombres producen e intercambian lo producido varían con cada país y, dentro de éste, con cada generación. Por eso, la Economía Política no puede ser la misma para todos los países ni para todas las épocas históricas”. 23 De tal manera que los portavoces de la ciencia burguesa, que consideran el capitalismo como un orden social “eterno” y “natural”, ven con malos ojos cualquier enunciado acerca de que existieron, existen y pueden existir en el futuro, además de las capitalistas, otras relaciones económicas y sociales de cualquier tipo y, en consecuencia, apartados de la ciencia económica que las estudian. Se comprende que no ignoran el hecho de que las condiciones de producción e intercambio, por ejemplo, en Egipto durante la época de Ramsés II o en el Imperio Romano bajo Julio César, se diferencian esencialmente de la “vida comercial” contemporánea en EE.UU. o Inglaterra. Pero consideran todo el proceso histórico sólo como una evolución gradual del capitalismo desde sus formas originarias y más simples hasta el estado “perfecto” -así lo consideran- en que se encuentra ahora. Esto explica el afán permanente de los autores burgueses por establecer o deducir leyes “eternas” e “inmutables” de la actividad económica, igualmente válidas para todas las épocas y todos los pueblos, cayendo inevitablemente en el ahistoricismo y, en consecuencia, fuera del conocimiento científico del movimiento histórico de la sociedad regido inexorablemente por leyes objetivas. 23 F. Engels. Anti Dühring. (En: C. Marx y F. Engels. Obras escogidas, Ed. cit., t, VI, pág. 121). 22

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