Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria PDF
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This document is part of a master's degree program in secondary education. It covers the areas of educational guidance and psycho-pedagogical counseling; specifically a unit on keys to good guidance practice.
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Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Los Ámbitos de la Orientación Educativa y el Asesoramiento Psicopedagógico Unidad didáctica 6. Claves para una buena práctica orientadora UD 6. Claves para una buena práctica orientadora.........................................................
Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Los Ámbitos de la Orientación Educativa y el Asesoramiento Psicopedagógico Unidad didáctica 6. Claves para una buena práctica orientadora UD 6. Claves para una buena práctica orientadora............................................................... 3 6.1. La calidad en la intervención orientadora................................................................... 4 6.2. Buenas prácticas en orientación educativa................................................................. 5 Ejemplo de buena práctica.......................................................................................... 8 6.3. Necesidad de la ética en el desempeño laboral de los profesionales de la orientación educativa..................................................................................................................... 9 6.4. Código deontológico de los profesionales de la orientación........................................ 10 6.4.1. Principios de respeto a los derechos fundamentales............................................... 11 6.4.2. Principios de confidencialidad.............................................................................. 12 6.4.3. Principios de formación y actualización................................................................. 13 6.4.4. Principios de rigor y transparencia....................................................................... 14 6.4.5. Principios de trabajo en equipo y en redes de coordinación..................................... 15 6.4.6. Principios de compromiso con la desventaja socioeducativa.................................... 15 6.4.7. Principios de coherencia ética y personal.............................................................. 16 Resumen...................................................................................................................... 18 Mapa de contenidos....................................................................................................... 19 Recursos bibliográficos................................................................................................... 20 2 UD 6. Claves para una buena práctica orientadora Nos encontramos ante la UD 6 de la asignatura Los Ámbitos de la Orientación Educativa y el Asesoramiento Psicopedagógico. Esta unidad se presenta como una pieza clave en la construcción del perfil profesional del estudiante como futuro orientador, rescatando el deseo de poner el foco en un aspecto de gran relevancia en nuestro ejercicio como profesionales. En esta unidad podrás conocer aspectos vinculados a la calidad en la intervención orientadora, qué se entiende por buenas prácticas en orientación educativa, principios éticos básicos y la necesidad de estos en el desempeño profesional de los responsables de la orientación educativa; finalmente, conoceremos el código deontológico de los profesionales de la orientación. Así, nos adentramos en la reflexión sobre la moral y la ética en la orientación educativa. Comparto contigo la siguiente frase de Immanuel Kant: «Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes cuanto más reiterada y persistentemente se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado que está sobre mí y la ley moral que hay en mí». Figura 1. Moral y ética en la orientación educativa. 3 6.1. La calidad en la intervención orientadora La preocupación y atención por la calidad en la educación ha sido una constante en las últimas décadas y se ha sometido a debate en cualquier escenario donde la educación se presente como objeto de discusión. Tal y como señalan Orozco et al. (2009, p. 163), «su lugar en la agenda de las políticas públicas resulta cada vez más relevante y desde allí se despliega como uno de los propósitos que justifican las acciones de planeación y ejecución de dichas políticas, así como los permanentes procesos de reforma en los distintos niveles del sistema educativo». La orientación educativa, entendida esta como una pieza fundamental del sistema educativo capaz de facilitar el pleno desarrollo del individuo, se convierte en una de las profesiones más significativas y valiosas en la sociedad. Y es que este brazo articulado de la educación genera una ayuda y una atención estratégica en el proyecto más importante de una persona, en su proyecto de vida. Ante esta gran responsabilidad el concepto de calidad en la orientación educativa cobra una gran importancia y su desatención deja de tener justificación. Desde la perspectiva de una buena práctica orientadora el asunto de la calidad no puede ser entendido únicamente como eficiencia de una práctica que busca alcanzar unos estándares mínimos en una rúbrica. Por el contrario, es un asunto que remite a consideraciones éticas que están vinculadas a los fines de la orientación educativa y a los diferentes agentes que intervienen en ella. De esto se desprende que la calidad va a depender, en gran parte, de las relaciones que surgen entre los diferentes actores que participan en ella; asimismo, va a depender de la capacidad que estos tienen para involucrarse en la buena práctica, y para relacionarse no solo con el conocimiento, con los lineamientos políticos y sociales del contexto, sino también con su formación pedagógica, ética y emocional, y de competencias personales que les permitan generar prácticas humanas y de calidad. Así, el concepto de calidad en orientación educativa está colmado de potencialidades; se trata de un concepto totalizante y multidimensional, por lo que permite ser aplicado a cualquiera de los elementos que participan en el terreno de la orientación educativa. Por tanto, se puede hablar de calidad del orientador, de calidad de la acción orientadora, de calidad de los recursos, de calidad de los procesos, entre otros. Igualmente, nos encontramos ante un concepto que se encuentra en constante transformación, que cambia con el tiempo y el espacio y que busca adaptarse a las demandas de la sociedad. Por lo tanto, estamos en presencia de un aspecto flexible y evolutivo de la educación cuyas bases deben ser revisadas a fin de redefinirlas y adaptarlas adecuadamente a los nuevos procesos y realidades. Partiendo de estas premisas, una idea ecosistémica y transdisciplinar de la calidad en las prácticas orientadoras, fundamentalmente, debe proyectarse hacia vías más integradoras que las visiones unilaterales, especializadas y clínicas que han sido, y en muchos entornos siguen siendo, la mayoría de las prácticas orientadoras en el panorama educativo no solo a nivel nacional sino internacional. Se hace necesario, por tanto, la prevalencia de una visión más humana, ética y social de la orientación educativa a fin de poder atender sus funciones de ayuda, apoyo e intervención a las personas y que dadas las nuevas realidades sociales y culturales, exigen por parte de los orientadores, funciones más integrales y sistémicas, madurativas y educativas frente a las tradicionalmente diagnósticas, técnicas y terapéuticas (Navas, 2011). 4 A, B, C… La transdisciplinariedad es un «proceso según el cual los límites de las disciplinas individuales se trascienden para tratar problemas desde perspectivas múltiples con vistas a generar conocimiento emergente» (Moreno et al., 2017). Figura 2. La calidad en la intervención orientadora. 6.2. Buenas prácticas en orientación educativa Son muchos los autores (Álvarez y Bisquerra, 2012; Monge, 2010; Navas, 2011) que sostienen que la orientación educativa se sitúa como uno de los pilares fundamentales de la calidad en educación añadiendo que la práctica orientadora, aunque esencial en algunos momentos del desarrollo personal, no puede quedar concentrada a episodios puntuales en las etapas de escolarización y formación del individuo. Así, la orientación educativa es entendida hoy día como un proceso de ayuda a la persona en su conjunto de experiencias vitales a lo largo de su vida. Una vez comprendidos estos aspectos cabe realizarse como futuros orientadores las siguientes preguntas: ¿cómo cimentar la práctica orientadora en sólidos principios éticos y con una clara inclinación social? ¿Cómo puedo ofrecer a los usuarios una experiencia orientadora más humana y cercana que no quede anquilosada en los métodos burocráticos, técnicos y rutinarios establecidos por un sistema que necesita un cambio? Dar respuesta a estas cuestiones hace necesario el planteamiento de un nuevo paradigma educativo, que tenga en consideración al individuo como un ser integral, multidimensional, único y que pertenece a un contexto determinado, por lo que no le funcionan las estrategias de acción aplicadas como ingredientes de una receta genérica, cuyas particularidades pueden, por tanto, llevarle a vivenciar y a experimentar nuevas, originales y creativas posibilidades de desarrollo y crecimiento. 5 Este modelo en el que podríamos encuadrar a la orientación educativa debe tener en consideración no solo la liberación exterior del individuo a través del fomento y la estimulación del pensamiento crítico y reflexivo (vinculado a las prácticas orientadoras de prevención) que le permita luchar con buenas herramientas contra la opresión y los opresores, sino también el desarrollo de la liberación interior y la conquista del propio ser que permita al individuo luchar ahora con el opresor que todos podemos representar en un momento dado, a ese ser incoherente, confuso, egoísta, equivocado que emerge a veces y que se convierte, en algunas oportunidades, en el responsable de las decisiones inhumanas que podemos tener a lo largo de nuestra vida (Navas, 2011). Viaja Te invito a indagar en la existencia de la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico a fin de mejorar el asesoramiento especializado en orientación educativa y psicopedagógica como profesional en los centros educativos. Para encausarnos en este nuevo paradigma, la orientación educativa debe ir de la mano del cuidado de un conjunto de necesidades propias de la condición humana cuya atención por parte de la educación en general ha sido insuficiente (Navas, 2011): 1. La necesidad de aceptación del individuo por parte de un grupo o colectivo, su valoración, consideración y respeto. 2. La necesidad de poder convivir en un entorno social donde los aspectos emocionales y psicológicos de la persona sean tomados en cuenta. 3. La necesidad de poder desenvolverse en un ambiente estimulante y positivo. 4. La necesidad de poder realizarse como persona contando con el reconocimiento de todas sus capacidades y potencialidades detectadas y desarrolladas o por desarrollar. 5. La necesidad de aceptar que existen variadas formas de expresar el desarrollo personal más allá del escolarmente considerado como deseable. Llega más lejos ¿Quieres conocer las creencias sobre la relación familia-escuela, la autoeficacia para relacionarse y el desempeño del rol de los orientadores? Te invito a leer este artículo: «Relaciones familia-escuela: creencias desde los servicios de orientación». 6 Figura 3. Desarrollo integral del ser humano. Atendiendo a Álvarez y Bisquerra (2012), el modelo de liderazgo compartido en educación y orientación educativa se presenta como una estrategia acertada para el desarrollo de buenas prácticas educativas en los centros, ya que entre otros aspectos positivos fomenta la implicación, la colaboración y participación democrática en las actuaciones de todos los agentes implicados. Algunos rasgos de buenas prácticas en educación y en orientación educativa, según FernándezBatanero (2012, p. 101) y Suárez-Ortega et al. (2016), serían: Promover una cultura profesional de colaboración. Gestionar metodologías activas y participativas. Favorecer prácticas educativas y orientadoras centradas en las personas. Promover la colaboración entre la escuela y la familia. Desarrollar y favorecer las relaciones interpersonales. Desarrollar una cultura inclusiva por parte del equipo directivo partiendo de supuestos, principios, creencias y valores que se vinculen con la acción orientadora del centro. Incorporar medidas y estrategias globales de trabajo que hagan de la diversidad y la inclusión una realidad presente en el día a día del centro. Desarrollar acciones educativas y orientadoras que favorezcan el autoconocimiento personal y fomento de la autoestima de todos los miembros de la comunidad educativa. Propiciar el desarrollo de acciones de orientación que ayuden a explorar y clarificar competencias profesionales y, sobre todo, emocionales en cada una de las personas que conforman la comunidad educativa. Promover un sentido de pertenencia a la institución educativa entre todos los sectores, docentes, estudiantes y familias. Reconocer la importancia de las competencias éticas para desarrollar valores, como un aspecto esencial en el ejercicio educativo y orientador. Un trato loable y amable por parte del orientador, lo que significa que se implica en la orientación y motiva al usuario. 7 Ejemplo de buena práctica Desde la Euroguidance España, los criterios de calidad que debe presentar una práctica para ser considerada una buena práctica en orientación educativa serían: La experiencia práctica puede ser transferida a un contexto diferente. Se puede acceder a los resultados de la experiencia y estos se encuentran correctamente documentados. La experiencia orientadora busca atender la innovación en su totalidad o en ciertos aspectos. Llega más lejos La percepción y la evaluación subjetiva de los adolescentes sobre su experiencia escolar, a nivel cognitivo y afectivo, incluye valoraciones acerca de sus relaciones significativas con personas cercanas y de las condiciones del entorno. Percepciones del alumnado de secundaria sobre su bienestar escolar. Figura 4. Buenas prácticas en orientación según la Euroguidance. Fuente: Euroguidance España. Ejemplo de buena práctica en orientación. Nombre del proyecto: «Conjuntos de métodos de orientación profesional sensibles al género». Autor: Initiative Klischeefrei. País de origen: Alemania. Enfoque principal: desarrollo de la carrera. Grupo objetivo: estudiantes de Educación Primaria y Secundaria. Sitio web: https://www.klischee-frei.de/de/klischeefrei_100034.php 8 Justificación del proyecto: Los estereotipos de género sólidamente arraigados en la sociedad dan forma a interpretaciones erróneas y dañinas de lo que se entiende por «feminidad» y «masculinidad» desde la primera infancia y tienen una influencia significativa en las ideas de los jóvenes sobre las profesiones que finalmente acaban eligiendo. Los jóvenes a menudo se guían en sus elecciones académicas-profesionales por estos estereotipos más que por sus fortalezas e intereses individuales. Se concentran solo en unas pocas profesiones y, por lo tanto, reducen considerablemente su espectro de opciones de carrera. Por este motivo, la iniciativa Klischeefrei ha desarrollado varios conjuntos de métodos para los niveles de Infantil-Primaria y Secundaria. Educación Infantil. Los niños se enfrentan a estereotipos de género cada vez más estrechos a una edad temprana. Estos se solidifican a lo largo de la vida y luego pueden tener un impacto en las opciones de carrera y estudio. El conjunto de métodos «Comienza temprano sin clichés» es adecuado para reflexionar sobre los clichés de género en la educación infantil. Educación Primaria. Ya en edad escolar primaria, los niños asocian muchas profesiones con un género específico. El conjunto de métodos «Sin clichés en la escuela primaria» aborda este problema e incluye métodos para el trabajo educativo con los niños, instrucciones para la sensibilización y la autorreflexión del profesorado y para la participación de los padres. El conjunto de métodos se completa con dos libros de lectura para principiantes y avanzados. Educación Secundaria. El conjunto de métodos «Libre de clichés va a la escuela» incluye doce métodos de enseñanza interactivos para los alumnos. Además, ofrece dos métodos que se pueden utilizar con las familias y para los procesos internos de desarrollo escolar para la elección de carreras y estudios. Los métodos de enseñanza se pueden utilizar en lecciones previas al empleo, en lecciones especializadas, en horas de sustitución o en días de proyecto. 6.3. Necesidad de la ética en el desempeño laboral de los profesionales de la orientación educativa La ética en orientación educativa supone para el profesional orientador el ejercicio de un cúmulo de medidas y recomendaciones encaminadas a descubrir lo que, de alguna manera, manifiesta o latente, coarta la dignidad humana y, al mismo tiempo, mediante el esfuerzo y el compromiso personal, a desarrollar y activar proyectos capaces de garantizar a los destinatarios de la acción orientadora contextos y experiencias vitales más dignas y satisfactorias. Por tanto, vivir la educación y la orientación bajo una conducta ética, actuando e interviniendo psicopedagógicamente con responsabilidad social y valores, es un deber y el único camino posible que nos lleve a actuar con racionalidad y coherencia. Así, entendemos que la ética fundamenta, incuestionablemente, toda práctica educativa y orientadora (Navas, 2011). 9 En consecuencia, y atendiendo a un planteamiento ético de la orientación educativa, debemos trascender las acciones simples y burocráticas que se centran en aspectos mecánicos, administrativos o de manual de la intervención, sin menospreciar la utilización de las distintas técnicas que nos permiten atender las distintas casuísticas, y también comprender y conocer qué tipo de valores y actitudes debemos promover mediante nuestras prácticas educativas y orientadoras. En síntesis, la persona, la familia, la comunidad, la sociedad constituyen el centro de atención y el deber ineludible de cualquier profesional de orientación que se considere como ser social, ciudadano y profesional para actuar con integridad y honradez demostrando su probidad profesional. Llega más lejos Te invito a leer el siguiente artículo que habla sobre la ética y las TIC: algunas reflexiones sobre el rol de los educadores. Figura 5. Principios éticos de la práctica orientadora. 6.4. Código deontológico de los profesionales de la orientación Nos encontramos en un contexto mundial y social complejo, con una propensión a los cambios a velocidad vertiginosa y a transformaciones sociales que exigen de un constante replanteamiento de ideas, de visiones, de expectativas, etc. Los orientadores no están exentos de esta complejidad, por lo que se hace necesario que cuenten con una amplia y robusta formación, una preparación vasta y a la vez especializada, así como también unos principios éticos de la misma solidez que le permitan hacer frente a las distintas circunstancias que se le presenten en el ejercicio de su profesión. 10 El código deontológico enmarca una serie de reglas, normativas, derechos y deberes que restringen y amparan a la persona para mantenerse al margen de errores profesionales y morales, al mismo tiempo que guían el buen desempeño profesional. Representa el documento rector que establece las guías para las mejores prácticas y regula el comportamiento profesional esperado por toda persona que ejerza la profesión de orientación con los valores de profesionalidad, cualificación, autonomía, libertad, independencia, compromiso y responsabilidad (COPOE, 2015). Atendiendo a la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España, todos los profesionales de la orientación educativa se ven reflejados y atendidos por los principios proclamados en el código deontológico en ámbitos de educación formal o no formal abarcando inclusive la labor docente; es decir, todos aquellos agentes que de una u otra forma participen en la intervención orientadora y psicopedagógica deben tener en cuenta lo aquí propuesto, asegurando con ello la calidad de los procesos educativos. Llega más lejos A través del siguiente enlace podrás acceder al código deontológico de la orientación educativa en España elaborado por la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación en España (COPOE). Los principios deontológicos son los que se exponen a continuación agrupados según los ámbitos que implican. 6.4.1. Principios de respeto a los derechos fundamentales Este conjunto de principios busca atender lo que son considerados derechos fundamentales de toda persona, los derechos humanos, que son los siguientes (COPE, 2015, p. 8): Los profesionales de la orientación han de actuar siempre en el marco y en virtud de los derechos humanos enunciados en la Declaración Universal de la ONU. El ejercicio profesional de la orientación educativa debe hacer posible el derecho a la orientación que tiene el alumnado y sus familias, especialmente el derecho a la orientación profesional y a que cada alumna y alumno reciba la respuesta educativa acorde con sus necesidades educativas. Respeto a la dignidad de toda persona a la que se presta un servicio educativo y profesional, lo que incluye aceptar los derechos de las personas a hacer elecciones independientes y aceptar la responsabilidad de las decisiones adoptadas. En la redacción de informes psicopedagógicos es imprescindible respetar los derechos fundamentales de las personas evitando expresiones que lesionen la imagen de las personas, especialmente si son menores. La práctica de la orientación educativa debe respetar los derechos fundamentales de todos los miembros de la comunidad educativa. 11 Figura 6. Principio de respeto a los derechos fundamentales. 6.4.2. Principios de confidencialidad Como profesionales de la orientación debemos ser conscientes de la información con la que estamos trabajando, aspectos que tienen que ver en su mayoría con problemas, conflictos, vulnerabilidades, etc. de las personas a las que estamos ayudando. El ser prudentes y dar un trato confidencial a la información que poseemos le confiere un entorno de privacidad a nuestra práctica que no debe ser quebrantada. Figura 7. Principios de confidencialidad. Así, encontramos los siguientes principios que buscan salvaguardar estos aspectos (COPE, 2015, p. 8): La práctica de la confidencialidad profesional es una de las principales responsabilidades inevitables de un consultor y no solo debe aplicarse a la información recopilada directamente, sino también a la información de cualquier usuario con el que trabaja, con quien trata indirectamente, y se debe prestar especial atención a esto y a su discreción en la resolución de problemas. Así, bajo este principio, la colaboración entre profesionales siempre estará motivada por necesidades profesionales. 12 Garantizar la seguridad de los documentos y tomar las medidas adecuadas de protección de datos. Respetar la confidencialidad de la información conocida en el contexto del desarrollo profesional, especialmente cuando forma parte de un entorno íntimo y personal. Cualquier restricción de privacidad se discutirá antes de elegir una respuesta individual a dichas restricciones e implicaciones. La divulgación de información confidencial requiere el permiso expreso del interesado. Se deben incumplir las restricciones de confidencialidad cuando esté en riesgo la salud física o mental de las personas, especialmente de los menores. 6.4.3. Principios de formación y actualización Los profesionales de la orientación tienen también un compromiso con el saber, con el conocimiento, cuya responsabilidad es la de procurar poseer en todo momento una preparación científica rigurosa, con una técnica renovada, y buscar aquellos elementos y formaciones que mantengan el más alto nivel de calidad en el ejercicio profesional, entendiendo con esto que la información hoy en día es abundante y fluctuante, se generan avances y renovaciones en materia educativa y de orientación constantemente, por lo que estos aspectos requieren de nuestra especial atención. Así, encontramos los siguientes principios (COPE, 2015, p. 9): El profesional de la orientación tiene el derecho y el deber de formarse de manera permanente y continua e ir avanzando en su cualificación y especialización profesional. Debe poder actualizarse en nuevas tendencias educativas, desarrollo de buenas prácticas de la orientación, utilización de las tecnologías de la información y de todo aquello que de manera dinámica y activa hace que la orientación educativa contribuya a ser un elemento de calidad al sistema educativo. Conocimiento actualizado de las normativas y políticas educativas, de la educación en general y de la orientación educativa en particular, así como cumplimiento de estas. El profesional de la orientación, para atender a las demandas que le presenta su práctica, precisa de una permanente actualización científica. Valorar la reflexión y el debate deontológico como un índice de calidad y de responsabilidad de la intervención profesional del orientador. Figura 8. Principios de formación y actualización. 13 6.4.4. Principios de rigor y transparencia En el ejercicio de la práctica orientadora, los encargados de esta deben poseer un afinado sentido de responsabilidad profesional, reconociendo con esto que una buena o mala práctica puede influir de manera decisiva en las personas a las que está atendiendo y ofreciendo un servicio. Igualmente, estas actuaciones han de tener en cuenta que el orientador es en todo momento un instrumento de trabajo y que su proceder no responde a decisiones personales sino a decisiones profesionales consensuadas. Así, encontramos los siguientes principios (COPE, 2015, p. 9): Los profesionales de la orientación actuarán con rigor, basando sus decisiones en evidencias científicas, que hayan sido contrastadas, y en datos que puedan ser refrendados por otros colegas. Los profesionales de la orientación registrarán sus intervenciones, de modo que puedan llevar el seguimiento de otros profesionales, diferenciando que la información obtenida no es propiedad de la persona, sino del puesto que ocupa como profesional, y por tanto debe dejar registro escrito de esta. Los profesionales de la orientación han de facilitar a los afectados la información solicitada, así como atender los derechos de acceso, rectificación, oposición y cancelación. Respetar la calidad y exactitud de los datos y utilizarlos exclusivamente para el fin para el que se recogieron. Los profesionales de la orientación han de actuar desde la flexibilidad, de modo que sus decisiones tengan en cuenta los criterios y opiniones de los componentes de la comunidad educativa. Información a las comunidades educativas, oralmente o por escrito, de los propósitos, metas, técnicas, políticas y normas éticas bajo los cuales prestan sus servicios los profesionales de la orientación. Asimismo, también es necesario informar de las condiciones en que se trabaja, así como de los obstáculos legales o políticos que afectan al modo en que se prestan los servicios de la orientación. Figura 9. Principios de rigor y transparencia. 14 6.4.5. Principios de trabajo en equipo y en redes de coordinación Los orientadores educativos no trabajan en solitario, estamos en presencia de una labor interdisciplinar y colaborativa que se debe mantener en constante retroalimentación entre cada especialista y profesional que participa en la intervención y también en un constante flujo de información a quienes está ofreciendo la ayuda. Así, encontramos los siguientes principios (COPE, 2015, p. 11): Los profesionales de la orientación deberán remitir las intervenciones que no estén dentro de sus competencias a otros expertos. Los profesionales de la orientación son profesionales de la educación; por ello, han de permanecer al margen de intervenciones de tipo social, jurídico y sanitario, primando siempre tanto la evaluación como la intervención educativa y psicopedagógica. Los informes psicopedagógicos serán siempre relativos al ámbito educativo y se ceñirán a aspectos que tengan incidencia en los procesos escolares, aunque puedan ser solicitados por otros servicios. El profesional de la orientación establecerá canales de comunicación para trabajar de forma coordinada y que la intervención del profesional tenga efectos positivos en el alumnado, planteando actuaciones interdisciplinares que tengan en cuenta las funciones, conocimientos y competencias de los profesionales implicados y respetando el ámbito de intervención de cada profesional. Figura 10. Principios de trabajo en equipo y en redes de coordinación. 6.4.6. Principios de compromiso con la desventaja socioeducativa Parte de la responsabilidad profesional del orientador educativo es el compromiso con la erradicación de las posibles desventajas socioeducativas que puedan existir en su lugar de trabajo. Para ello una de las principales competencias de un orientador es la de demostrar conocimiento y respetuosa valoración de las diferentes culturas y posiciones sociales. Esto le permitirá interaccionar de forma equilibrada, efectiva, eficaz y sin discriminación con toda la población en general. 15 Así, encontramos los siguientes principios (COPE, 2015, p. 10): Promoción de la igualdad de oportunidades desde la orientación educativa, sin ningún tipo de prejuicio hacia las personas por su estatus social, origen, formación, procedencia, género, etnia, creencias religiosas, orientación sexual, capacidad, discapacidad o cualesquiera otras características de las personas o circunstancias. Compromiso para prevenir y paliar cualquier tipo de discriminación. Sensibilidad ante las necesidades de las personas (educativas, vocacionales, personales y sociales) en la medida en que interactúan y afectan a la planificación y adaptación en la educación y formación, para las ocupaciones e itinerarios profesionales. Hacer de la orientación educativa un mecanismo para compensar las situaciones que provoquen desventaja socioeducativa. Figura 11. Principios de compromiso con la desventaja socioeducativa. 6.4.7. Principios de coherencia ética y personal Las actuaciones de los profesionales de la orientación se consideran cruciales a la hora de valorar la calidad de una intervención psicopedagógica y en general cualquier proceso de orientación, esto es, aquellas actitudes, características, competencias y habilidades que debe poseer un orientador. Se entiende que los orientadores deben guiar sus actuaciones por un código ético y una actitud profesional adecuada en el ejercicio de su profesión, con madurez, integridad y equilibrio personal. Así, encontramos los siguientes principios (COPE, 2015, p. 12): Para el desempeño de sus funciones, los profesionales de la orientación profesional deben poseer y mostrar la actitud personal y las habilidades asociadas a las cualidades especiales que requiere la profesión: madurez, responsabilidad y equilibrio de salud mental y emocional. Ser abierto y flexible a la hora de expresar ideas y opiniones tendrá un gran impacto positivo en su desempeño y lo ayudará a mantenerse optimista cuando enfrente dificultades o situaciones difíciles. Dada la naturaleza especial de la profesión, los orientadores deben tener cuidado de no permitir que las cuestiones profesionales se extiendan a la vida privada y viceversa, especialmente para mantener el equilibrio de la salud mental y promover un comportamiento apropiado y eficaz. 16 Los orientadores deben respetar las opiniones y decisiones de la familia con respecto a la educación de sus hijos. Asimismo, el respeto a las perspectivas de diversidad apoya la implementación de los derechos fundamentales en cualquier intervención independientemente de sus características personales, culturales, familiares o ideológicas. Cualquier manipulación de la libertad personal es inherentemente antiética. Los orientadores deben estar específicamente capacitados para resolver dilemas éticos a través de una comunicación abierta con miembros de la comunidad educativa, colegas y otras personas que puedan estar involucradas e implicadas en la misma intervención. Los orientadores deben demostrar coherencia en su actividad profesional. Deben ser coherentes con sus principios pedagógicos y requieren una actitud crítica persistente y constructiva. Desde una perspectiva ética, los orientadores deben reconocer que cada situación es única y está sujeta a evaluación ética. Es conveniente recordar que cada caso es nuevo y único, comenzando con una evaluación inicial de la situación, recopilando datos sobre todas las áreas involucradas y proponiendo intervenciones con objetivos específicos y claros, mientras se evalúa el proceso para verificar posteriormente si se han alcanzado los objetivos iniciales o si se deben establecer nuevos objetivos. El profesional de la orientación debe estar capacitado en ética profesional y contar con recursos suficientes para llevar a cabo sus actividades. Los temas que se discuten en el campo de la educación son extremadamente importantes y afectan a la comunidad educativa en su conjunto. Los inconvenientes causados por errores de intervención y violaciones éticas son importantes no solo para el receptor de la intervención, sino también para el profesional, su equipo de trabajo y en definitiva para la comunidad educativa en que se encuentra. Ante conflictos de valores con otros, especialmente cuando intervienen decisiones personales de quienes toman las decisiones (estudiantes, familias y docentes), los profesionales de la orientación deben considerar los valores implícitos y el contexto social en el que actúan, considerándolos como elementos clave de la situación que requieren de una evaluación para identificar las posibles consecuencias que el cumplimiento o incumplimiento pueda tener sobre ellos y el contexto. Figura 12. Principios de coherencia ética y personal. 17 Resumen A través de la Unidad didáctica 6 nos hemos adentrado en los aspectos deontológicos de la profesión de orientador, entendidos estos como los deberes y principios que afectan y rigen la práctica orientadora. Por medio de la reflexión sobre lo que se entiende como calidad en educación, hemos podido conocer la importancia de llevar a cabo buenas prácticas orientadoras comprendiendo que nuestras acciones como orientadores repercutirán de manera directa en el bienestar de los distintos agentes implicados y destacando con este análisis la importancia de la autogestión emocional y el atendimiento propio como seres sintientes. Finalmente, hemos hecho un recorrido por los principios deontológicos agrupados según los ámbitos de respeto de derechos fundamentales, confidencialidad, formación y actualización, rigor y transparencia, compromiso con las desventajas socioeducativas, trabajo en equipo y en redes de coordinación y coherencia ética y personal. 18 Mapa de contenidos 19 Recursos bibliográficos Bibliografía básica Álvarez González, M. y Bisquerra Alzina, R. (2012). Orientación educativa: modelos, áreas, estrategias y recursos. Wolters Kluwer. Monge Crespo, C. (2009). Tutoría y orientación educativa: nuevas competencias. Wolters Kluwer España. Navas, J. M. B. (2011). Dimensiones de la orientación educativa hoy: una visión transdisciplinar. Aljibe. Bibliografía complementaria Aguerrondo, I. (1993). La calidad de la educación: ejes para su definición y evaluación. Revista Interamericana de Desarrollo Educativo, 37(116), 561-578. Fernández Batanero, J. M. (2012). Dirección y buenas prácticas educativas en centros de orientación educativa. En D. Cobos, A. Jaén, E. López, A. Hilario y L. Molina (dirs.), I Congreso Virtual Internacional sobre Innovación Pedagógica y Praxis Educativa. INNOVAGOGÍA 2012 (pp. 97-106). Asociación para la Formación, el Ocio y el Empleo. Moreno, M. A., Córdoba, M. E. y de Roa, L. A. (2017). Características de la docencia transdisciplinaria: desarrollo de instrumentos para evaluarla. Ciencia y Sociedad, 42(2), 19-36. Navas, J. M. B. (2011). Dimensiones de la orientación educativa hoy: una visión transdisciplinar. Aljibe. Nicolescu, B. (1998). La transdisciplinariedad, una nueva visión del mundo. Manifiesto. Editions du Rocher. Orozco Cruz, J. C., Olaya Toro, A. y Villate Duarte, V. (2009). ¿Calidad de la educación o educación de calidad? Una preocupación más allá del mercado. Revista Iberoamericana de Educación, 51(1), 161-181. Suárez-Ortega, M., Sánchez-García, M. F. y García-García, M.ª C. (2016). Caracterización de buenas prácticas y necesidades de mejora en los servicios de orientación para el empleo. Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, 27(3), 43-60. Otros recursos COPOE. (2015). Código deontológico de la orientación educativa en España. https://www.copoe.org/materiales-de-copoe-para-orientar/item/n-00-codigo-deontologicode-la-orientacion-educativa-en-espana 20