Historia de Europa en Guerra 1914-1945 (PDF)
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2004
Casanova
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Este texto analiza el retroceso democrático y el surgimiento de dictaduras en Europa entre 1914 y 1945. Se centra en el contexto político y social de la época, destacando la situación en distintos países. El documento incluye información sobre la caída de imperios, el auge del socialismo, la lucha entre la Iglesia y los anticlericales, y la búsqueda de alternativas políticas a la democracia.
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LC HISTORIA CASANOVA 2004.b-c CL/CG/LdP LOS DATOS QUE muestran el retroceso democrático y el camino hacia la dictadura resultan concluyentes. En 1920, de los veintiocho Estados eu...
LC HISTORIA CASANOVA 2004.b-c CL/CG/LdP LOS DATOS QUE muestran el retroceso democrático y el camino hacia la dictadura resultan concluyentes. En 1920, de los veintiocho Estados europeos, todos menos dos (la Rusia bolchevique y la Hungría del dictador derechista Horthy) podían clasificarse como democracias (con sistemas parlamentarios y gobiernos elegidos, presencia de partidos políticos y mínimas garantías de derechos individuales) o sistemas parlamentarios restringidos. A comienzos de 1939, más de la mitad, incluida España, habían sucumbido ante dictadores con poderes cedido absolutos. Siete de las democracias que quedaban fueron desmanteladas entre 1939 y 1940, tras ser invadidas por el ejército alemán e incorporadas al nuevo orden nazi, con Francia, Holanda o Bélgica como ejemplos más significativos. A finales de 1940, sólo cinco democracias permanecían intactas: el Reino Unido, Irlanda, Suecia, Finlandia y Suiza14. 14 Detalles precisos sobre ese proceso, de donde procede la información que aquí proporciono, en LEE, S. J.: The European Dictatorships 1918-1945, Londres, 1 T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Como sabemos y percibieron los propios contemporáneos, todo ocurrió muy rápido. Tras el colapso de los imperios autocráticos de basados en una sola persona derrumbe Rusia, Austria-Hungría, el alemán de la monarquía guillermina y el turco otomano, los acuerdos de paz de París inauguraron una nueva época de democracias parlamentarias y constituciones liberales y republicanas. Eso que a algunos les parecía una «aceptación universal de la democracia» duró, sin embargo, muy poco. La izquierda, aunque intentó sin éxito hacer la revolución o establecer la «dictadura del movimiento radical relacionado al manifiesto comunista de caarl marx proletariado», contribuyó notablemente a bloquear la consolidación de algunas de esas democracias. La derecha tuvo más éxito y, salvo en algunos países en los que necesitó guerras civiles y la utilización Routledge, 1991, XI-XIV (1ª ed. en Methuen, 1987). También en OVERY, R. J.: The Inter-War Crisis 1919-1939, op. cit., pp. 56-70, quien además ofrece explicaciones sobre ese camino a las dictaduras. Del auge y caída de la democracia liberal trata también MAZOWER, M.: La Europa negra… op. cit., pp. 17-48. 2 sistemática de la violencia política, pudo consolidar con cierta facilidad y rapidez esos regímenes autoritarios. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script A pesar MT del éxito en 17 puntos de gobiernos Brush Script autocráticos, MT la derecha enconsolidar pudo 17 puntosconBrush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. cierta facilidad regímenes autoritarios Lo cierto es que, antes de 1914, la democracia y la presencia de una cultura popular cívica, de respeto por la ley y de defensa de los derechos civiles eran bienes escasos, presentes en algunos como Francia y Gran Bretaña y ausentes en la mayor parte del resto de Europa. Tampoco los parlamentos gozaban de buena salud en países como Rusia, Italia, Alemania o España, donde, debido a la corrupción, al sufragio voto restringido y a la intervención de los monarcas en los gobiernos, aparecían ante intelectuales radicales y socialistas como instrumentos de gestión política al servicio de las clases dominantes. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script yMT la democracia en 17 puntos la presencia Brush civica de una cultura Script MT enpor17lapuntos de respeto ley y deBrush defensa G Script MT en civiles de los derechos 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. eran escasos. 3 Tras la Primera Guerra Mundial, la caída de las monarquías, la crisis económica, el espectro de la revolución y la extensión de los derechos políticos a las masas hicieron que un sector importante de las clases propietarias percibiera la democracia como la puerta de entrada al gobierno del proletariado y de las clases pobres. Como señala Mazower, escritor e historiador británico especializado en historia de Europa del siglo xx, a el sufragio universal amenazó a los liberales con un papel político marginal frente a los movimientos de la izquierda y a los partidos secundario católicos, nacionalistas y populistas de nuevo cuño. Temerosos del que ha ingresado recientemente a una profesión comunismo, se inclinaron hacia soluciones autoritarias, un camino en el que se les unieron «otros tipos de elitistas, los ingenieros sociales, empresarios y tecnócratas que deseaban soluciones científicas y apolíticas para los males de la sociedad y a quienes impacientaba la inestabilidad y la incompetencia de la gobernación parlamentaria»15. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush tras Scriptguerra la primera MTmundial, en 17 puntos Brush un sector Scriptde MT importante en 17proletarias las clases puntos Brush percibía la democracia G Scriptla puerta como MT en de 17 puntos entrada Brush Script al gobierno MT eny las del proletariado 17 clases puntos.pobres, y buscaron un camino alternativo al comunimo 15 Ibid., pp. 39-40 4 Ocurrió además que esos nuevos regímenes parlamentarios y constitucionales se enfrentaron desde el principio a una fragmentación de las lealtades políticas, de tipo nacional, lingüístico, religioso, étnico o de clase, que derivó en un sistema político con muchos partidos y muy débiles. La formación de gobiernos se hizo cada vez más difícil, con coaliciones cambiantes y poco estables. En Alemania ningún partido consiguió una mayoría sólida bajo el sistema de representación proporcional aprobado en la Constitución de Weimar, pero lo mismo puede decirse de Bulgaria, Austria, Checoslovaquia, Polonia o de España durante la Segunda República. La oposición rara vez aceptaba los resultados electorales y la fe en la política parlamentaria, a prueba en esos años de inestabilidad y conflicto, se resquebrajó y llevó a amplios sectores de esas sociedades a buscar alternativas políticas a la democracia16. 16Las coaliciones políticas y alianzas de clases que condujeron a la estabilidad o quiebra de la democracia liberal están bien exploradas en LUEBBERT, G. M.: Liberalism, Fascism, or Social Democracy. Social Classes and the Political Origins 01 Regimes in Interwar Europe, Oxford, Nueva York, Oxford University Press, 1991 (traducción al castellano en Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 1997). De sus argumentos y del contraste con otras interpretaciones traté en «Liberalismo, 5 T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush los Scriptde MT regímenes enépoca aquella 17 puntos Brush llevaron a una Script MT en fragmentación de 17 puntospolítica, la lealtad Brushlo que G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. llevó a la sociedad a buscar alternativas a la democracia Una buena parte de esa reacción se organizó en torno al catolicismo, la defensa del orden nacional y de la propiedad. La Revolución rusa, el auge del socialismo y los procesos de secularización que acompañaron hacer secular o laico lo que era eclesiastico a la modernización política hicieron más intensa la lucha entre la Iglesia católica y sus adversarios anticlericales de la izquierda política. La opción dictatorial de una buena parte de Europa recuperó algunas de las estructuras tradicionales de la autoridad presentes en su historia antes de 1914, pero tuvo que hacer frente también a la búsqueda de nuevas formas de organizar la sociedad, la industria y la política. En eso consistió el fascismo en Italia y a esa solución se engancharon en los años treinta los partidos y fuerzas de la derecha española. Una solución fascismo y clase obrera: algunas contribuciones recientes a la historia comparada de Ia Europa de entreguerras», Studia Historica. Historia Contemporánea, X-XI (1992- 1993), pp. 101-124. 6 al problema de cómo controlar el cambio social y frenar la revolución en el momento de la aparición de la política de masas. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. El acoso a la Segunda República Hasta que llegó la Segunda República, la sociedad española pareció mantenerse un poco al margen de las dificultades y trastornos que sacudían a la mayoría de los países vecinos desde 1914. España no había participado en la Primera Guerra Mundial y no sufrió, por lo tanto, la fuerte conmoción que esa guerra provocó, con la caída de los imperios y de sus servidores, la desmovilización de millones de excombatientes y el endeudamiento para pagar las enormes sumas de dinero dedicadas al esfuerzo bélico. Pero compartía, no obstante, esa división y tensión, que acompañó al proceso de modernización, entre quienes temían al bolchevismo y a las diferentes manifestaciones del socialismo, amantes del orden y la autoridad, y los que soñaban con ese 7 mundo nuevo e igualitario que surgiría de la lucha a muerte entre las clases sociales. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. La proclamación de la República trajo días de fiesta para unos y de luto para otros. La legislación republicana situó en primer plano algunas de las tensiones germinadas durante las dos décadas anteriores con la industrialización, el crecimiento urbano y los conflictos de clase. Se abrió un abismo entre varios mundos culturales antagónicos, entre católicos practicantes y anticlericales convencidos, amos y trabajadores, Iglesia y Estado, orden y revolución. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Las dificultades que en España encontraron la democracia y la República para consolidarse procedieron de varios frentes. En primer lugar, del antirrepublicanismo y posiciones antidemocráticas de los 8 sectores más influyentes de la sociedad: hombres de negocios, industriales, terratenientes, la Iglesia y el ejército. Tras unos meses de desorganización inicial de las fuerzas de la derecha, el catolicismo político irrumpió como un vendaval en el escenario republicano. Ese estrecho vínculo entre religión y propiedad se manifestó en la movilización de cientos de miles de labradores católicos, de propietarios pobres y «muy pobres», y en el control casi absoluto por parte de los terratenientes de organizaciones que se suponían creadas para mejorar los intereses de esos labradores. En esa tarea, el dinero y el púlpito obraron milagros: el primero sirvió para financiar, entre otras cosas, una influyente red de prensa local y provincial; desde el segundo, el clero se encargó de unir, más que nunca, la defensa de la religión con la del orden y la propiedad. Y en eso coincidieron obispos, abogados y sectores profesionales del catolicismo en las ciudades, integristas y poderosos terratenientes como Lamamié de Clairac o Francisco Estévanez, que con tanto afán defendieron en las Cortes constituyentes los intereses cerealistas de Castilla; y todos esos cientos de miles de católicos con pocas propiedades, pero amantes del orden y la religión. 9 T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Dominada por grandes terratenientes, sectores profesionales urbanos y muchos ex carlistas que habían evolucionado hacia el «accidentalismo», la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), el primer partido de masas de la historia de la derecha española, se propuso defender la «civilización cristiana», combatir la legislación «sectaria» de la República y «revisar» la Constitución. Cuando esa «revisión» de la República sobre bases corporativas no fue posible efectuarla a través de la conquista del poder por medios parlamentarios, sus dirigentes, afiliados y votantes comenzaron a pensar en métodos más expeditivos. A partir de la derrota electoral de febrero de 1936, todos captaron el mensaje: restablecer el orden exigía abandonar las urnas y tomar las armas17. 17 Las coaliciones políticas y alianzas de clases que condujeron a la estabilidad o quiebra de la democracia liberal están bien exploradas en LUEBBERT, G. M.: Liberalism, Fascism, or Social Democracy. Social Classes and the Political Origins 01 Regimes in Interwar Europe, Oxford, Nueva York, Oxford University Press, 1991 (traducción al castellano en Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 1997). De 10 T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Si, frente a la democracia, la derecha creía en el autoritarismo, la izquierda prefería la revolución como alternativa al gobierno parlamentario. La insurrección como método de coacción frente a la autoridad establecida fue utilizada, primero, por los anarquistas y detrás de sus sucesivos intentos insurreccionales –en enero de 1932 y enero y diciembre de 1933– había, esencialmente, un repudio del sistema institucional representativo y la creencia de que la fuerza era el único camino para liquidar los privilegios de clase y los abusos consustanciales al poder. Sin embargo, como la historia de la República muestra, desde el principio hasta el final, el recurso a la fuerza frente al régimen parlamentario no fue patrimonio exclusivo de los anarquistas ni tampoco parece que el ideal democrático estuviera muy arraigado sus argumentos y del contraste con otras interpretaciones traté en «Liberalismo, fascismo y clase obrera: algunas contribuciones recientes a la historia comparada de Ia Europa de entreguerras», Studia Historica. Historia Contemporánea, X-XI (1992- 1993), pp. 101-124. 11 entre algunos sectores políticos republicanos o entre los socialistas, quienes ensayaron la vía insurreccional en octubre de 1934, justo cuando incluso los anarquistas más radicales la habían abandonado ya por agotamiento18. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Esas insurrecciones, graves alteraciones del orden reprimidas y ahogadas en sangre por las fuerzas armadas del Estado republicano, hicieron mucho más difícil la supervivencia de la República y del sistema parlamentario, pero no causaron su final ni mucho menos el inicio de la guerra civil. Ésta empezó porque una sublevación militar debilitó y socavó la capacidad del Estado y del gobierno republicano para mantener el orden. El golpe de muerte a la República se lo dieron 18 El argumento de que en la España de los años treinta «casi no había opciones políticas que no vieran la fuerza como una alternativa posible a las urnas» está bien desarrollado por UCELAY-DA CAL, E.: «Buscando el levantamiento plebiscistario: insurreccionalismo y elecciones», en JULIÁ, S. (ed.): «Política en la Segunda República», Ayer, 20 (1995), pp. 49-80. Una crónica e interpretación de esas insurrecciones anarquistas puede verse en mi libro De la calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1931-1939), Barcelona, Crítica, 1997, pp. 102-131. 12 desde dentro, desde el propio seno de sus mecanismos de defensa, los grupos militares que rompieron el juramento de lealtad a ese régimen en julio de 1936. La división del ejército y de las fuerzas de seguridad impidió el triunfo de la rebelión, el logro de su principal objetivo: hacerse rápidamente con el poder. Pero al minar decisivamente la capacidad del gobierno para mantener el orden, ese golpe de Estado dio paso a la violencia abierta, sin precedentes, de los grupos que lo apoyaron y de los que se oponían. En ese momento, y no en octubre de 1934 o en la primavera de 1936, comenzó la guerra civil. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush S Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT. 13 T Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush S Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT. Unidad de lectura: TG Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT I Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush G Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos. Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush S Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT en 17 puntos Brush Script MT. FICHA BIBLIOGRÁFICA CASANOVA, J. (2004). «Europa en guerra, 1914-1945. La hora de las dictaduras», pp. 107-126. En: Ayer, revista virtual, No. 55/2004. España: Asociación de Historia Contemporánea. ISBN: 84-95379-97-X. 14