Resumen del Espacio Geográfico Español PDF
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Este documento describe el espacio geográfico español, destacando la diversidad geomorfológica y las características del relieve peninsular. Se examinan los tipos de unidades morfoestructurales, como zócalos, macizos antiguos, cordilleras y cuencas sedimentarias, y las dinámicas evolutivas de los paisajes a través del tiempo geológico.
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1. EL ESPACIO GEOGRÁFICO ESPAÑOL. LA DIVERSIDAD GEOMORFOLÓGICA. 1. El espacio geomorfológico español. España forma parte de Europa. Su superficie es de 505.994 km² y está situada en la zona templada del hemisferio norte. Comprende la mayor parte de la península Ibé...
1. EL ESPACIO GEOGRÁFICO ESPAÑOL. LA DIVERSIDAD GEOMORFOLÓGICA. 1. El espacio geomorfológico español. España forma parte de Europa. Su superficie es de 505.994 km² y está situada en la zona templada del hemisferio norte. Comprende la mayor parte de la península Ibérica, las islas Baleares y las Canarias, las ciudades de Ceuta y Melilla e islas y peñones en el norte de África y mar Mediterráneo. Se caracteriza por presentar una diversidad de paisajes naturales debido a su situación geográfica. 2. El relieve peninsular. 2.1. El relieve terrestre. El relieve es el conjunto de formas que presenta la superficie terrestre. Se organiza en unidades morfoestructurales, que son el resultado de la combinación de la estructura geológica o disposición del relieve y el modelado o erosión del mismo por los agentes externos (elementos atmosféricos, agua y seres vivos). 2.2. Características del relieve de la península Ibérica. Las características del relieve de la península Ibérica son las siguientes: Forma maciza y predominio de costas rectilíneas. Elevada altitud media (660 m.) por la existencia de cordilleras de gran altura y una meseta elevada (entre 600 y 800 m.). Disposición periférica del relieve montañoso que cierra la Meseta a la influencia del mar, lo que crea contrastes entre la costa y el interior. 1 2.3. Tipos de unidades morfoestructurales. Los tipos de unidades morfoestructurales son los zócalos, los macizos antiguos, las cordilleras de plegamiento y las cuencas sedimentarias. Zócalos. Son llanuras o mesetas formadas en la era primaria o paleozoico como consecuencia del arrasamiento por la erosión de cordilleras existentes. Los materiales predominantes son rocas silíceas muy duras (cuarcita, esquistos, granito y pizarra). Estos materiales son rígidos y en posteriores orogenias se fracturaron apareciendo graben o bloques hundidos y horts o bloques levantados. Macizos antiguos. Son montañas formadas en la era terciaria durante la orogenia alpina que provocó el levantamiento de bloques del zócalo. Sus materiales son del paleozoico. Presentan formas suaves por la erosión habida. Son macizos antiguos, partes del sistema Central, los Montes de Toledo, el macizo Galaico y la parte occidental de la cordillera Cantábrica. Cordilleras de plegamiento. Durante la era terciaria, la orogenia alpina levantó los materiales sedimentarios de la era secundaria o mesozoico formando grandes cordilleras. Predominan los materiales calizos. Presentan formas escarpadas, pues no ha dado tiempo a que la erosión las haya suavizado. Las cordilleras de plegamiento son de dos tipos: intermedias y alpinas. o Intermedias. Formadas a partir de materiales depositados por el mar en los rebordes del zócalo, caso del sistema Ibérico y la parte oriental de la cordillera Cantábrica. o Alpinas. Formadas a partir de materiales depositados en fosas marinas, caso de los Pirineos y las cordilleras Béticas. Cuencas sedimentarias o depresiones. Son zonas hundidas formadas durante la era terciaria. Se rellenaron con sedimentos arcillosos y calizos. Presentan formas horizontales o en cuesta. Las cuencas sedimentarias son de dos tipos: o Las cuencas de zócalo. Formadas por el hundimiento de un bloque de un zócalo, caso de la Meseta. 2 o Las cuencas o depresiones prealpinas. Formadas por la distensión habida después de la orogenia alpina, caso de las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. 2.4. Evolución geológica de la península Ibérica. La evolución geológica de la península Ibérica ha sido la siguiente: Era arcaica o Precámbrico (4.000-600 millones de años). Emergió del mar una banda montañosa arqueada NO-SE, formada por pizarras y gneis, en Galicia y puntos del sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena, que fueron arrasados y cubiertos por el mar. Era primaria o Paleozoico (600-225 millones de años). Tuvo lugar la orogenia herciniana con predominio de materiales silíceos (cuarcita, granito y pizarra). Aparecieron al oeste el macizo Hespérico, meseta inclinada hacia el Mediterráneo, el noroeste los macizos de Aquitania, Catalano-Balear y del Ebro y al sureste el macizo Bético-Rifeño, arrasados y convertidos en zócalos. Era secundaria o Mesozoico (225-68 millones de años). De calma orogénica, erosión y sedimentación de materiales calizos (caliza y margas) en áreas cubiertas por el mar, caso de las fosas pirenaica y bética. Hubo transgresiones marinas que sumergieron la parte oriental del macizo Hespérico bajo una gran cantidad de sedimentos. Era terciaria o Cenozoico (69-1,7 millones de años). Tuvo lugar la orogénesis alpina que provocó: o El levantamiento de las cordilleras alpinas (Pirineos y cordilleras Béticas). o La formación de las depresiones prealpinas (Ebro y Guadalquivir), primero ocupadas por el mar y luego ocupadas por sedimentos. o En sus bordes norte, oriental y meridional aparecieron sistemas montañosos (cordillera Cantábrica, sistema Ibérico y Sierra Morena). o La Meseta basculó hacia el oeste, se fracturó apareciendo bloques levantados (macizo Galaico-Leonés, parte occidental de la cordillera Cantábrica, sistema Central y Montes de Toledo) y bloques hundidos (las dos submesetas) y actividad volcánica (campo de Calatrava, Olot-Ampurdán y cabo de Gata). Era cuaternaria (desde hace 1,7 millones de años). Se han desarrollado dos fenómenos principales: o Glaciarismo en las altas montañas. Se distinguen glaciares de circo por la acumulación de hielo en la cabeza de los valles, excavan paredes y dejan lagos de montaña (ibones en 3 los Pirineo) y glaciares de valle o ríos de hielo que crean morrenas y valles en U (Pirineos). o Terrazas fluviales. Son franjas planas, elevadas y escalonadas en las márgenes de los ríos, producidas por la alternancia de periodos glaciales e interglaciales que provocan una erosión desigual en función del caudal del río. Las más llamativas están en los ríos Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro. 2.5. El roquedo de la península Ibérica. El roquedo peninsular presenta tres áreas: silícea, caliza y arcillosa. Silícea. Se localiza en el oeste de la península Ibérica con ramificaciones hacia la parte occidental de la cordillera Cantábrica, sistema Central, los Montes de Toledo y Sierra Morena y en áreas de los Pirineos, sistema Ibérico, cordillera Costero- Catalana y cordillera Penibética. La roca predominante es el granito, que se puede presentar en forma de galayo (cresta escarpada), canchal (acumulación de rocas rotas al pie de una montaña), domo (montículo redondeado), berrocal (acumulación de bolas de granito) y tor (apilamiento de bolas de granito). Caliza. Se localiza en forma de Z invertida que se extiendo por los Pirineos, Montes Vascos, parte oriental de la cordillera Cantábrica, sistema Ibérico, parte de la cordillera Costero-Catalana y cordillera Subbética. La roca predominante es la caliza, que por la erosión del agua se fractura y disuelve apareciendo el paisaje cárstico, que presenta las siguientes formas: lapiaz o lenar (surco o cavidad profundo y estrecho creado por la escorrentía), garganta o foz u hoz (valle estrecho y profundo con paredes abruptas causado por un río), poljé (depresión alargada de fondo horizontal entre vertientes abruptas recorrido por corrientes de agua que desaparecen por pozos, pueden inundarse), dolina o torca (cavidad donde se estanca el agua, pueden tener forma circular o de embudo), uvala (unión de dos o más dolinas), cueva (aparece por la infiltración del agua en el subsuelo, formando galerías, estalactitas y estalagmitas) y sima (abertura estrecha que comunica la superficie con una galería subterránea). Arcillosa. Se localiza en las dos submesetas, depresiones del Ebro y Guadalquivir y en las llanuras costeras mediterráneas. La roca predominante es la arcilla, de escasa resistencia ante la erosión. Da lugar a un relieve horizontal y crea dos tipos de 4 relieve: campiña (llanura ondulada formada por la erosión fluvial) y badland (área de surcos estrechos y profundos separados por aristas, cada surco recibe el nombre de cárcava, se encuentran en áreas donde se alternan largas sequías con lluvias torrenciales y no existe cobertera vegetal que proteja el suelo de la erosión). 2.6. Tipos de relieve de la península Ibérica. En las tres áreas anteriores se reconocen espacios que ofrecen relieves distintos producto de la erosión diferencial. Los tipos de relieve predominantes en la península Ibérica son el horizontal, la cuesta y el plegado. Horizontal o aclinal. Los ríos abren valles en áreas de estratos horizontales apareciendo un páramo, mesa o alcarria, que presenta una cima horizontal formada por un estrato duro sobre un estrato blando de caras cóncavas; a medida que avanza la erosión se convierte en cerro testigo, muela u otero, y más tarde en antecerro o colina al desaparecer el estrato duro superior. En los espacios de separación se forman campiñas. Se localizan en las dos submesetas y en las depresiones del Ebro y Guadalquivir. Cuesta o monoclinal. La erosión fluvial abre cuestas de escasa pendiente en áreas donde los estratos están apenas inclinados. Se distingue el dorso y reverso de la cuesta; el reverso presenta una cornisa coincidiendo con el estrato duro y un flanco cóncavo coincidiendo con el estrato blando. Se localizan en los bordes de las cuencas sedimentarias. Plegado. Si los estratos están plegados aparecen los paisajes apalachense y jurásico. o Apalachense. Sobre relieve herciniano plegado durante la orogenia alpina. Presenta crestas y valles. Se localiza en la parte occidental de la cordillera Cantábrica, Montes de Toledo y Sierra Morena. o Jurásico. Presenta anticlinales (pliegues convexos) y sinclinales (pliegues cóncavos). La erosión produce cluses (valles perpendiculares a los sinclinales) y combes (valles longitudinales dentro de los sinclinales). A veces deja sinclinales 5 colgados y anticlinales exhumados. Se localiza la parte oriental de la cordillera Cantábrica, Pirineos, sistema Ibérico y cordilleras Béticas. 2.7. Unidades morfoestructurales del relieve de la península Ibérica. El relieve de la península Ibérica se organiza en torno a la Meseta, llanura elevada dividida en dos por el sistema Central: la submeseta norte, llana, y la submeseta sur, accidentada por los Montes de Toledo. La Meseta está rodeada por sistemas montañosos por todos sus lados excepto el occidental; el macizo Galaico-Leonés y la cordillera Cantábrica al norte, el sistema Ibérico al este y Sierra Morena al sur. Hay dos depresiones exteriores a la Meseta: del Ebro al norte, cerrada al mar, y del Guadalquivir al sur, abierta al mar. Los sistemas montañosos exteriores a la Meseta son los Montes Vascos, Pirineos, cordillera Costero-Catalana y cordilleras Béticas. Las unidades morfoestructurales del relieve de la península Ibérica son: Meseta. Es una llanura elevada (500-800 m.). Se formó en el Paleozoico por la erosión del macizo Hespérico y durante la orogenia alpina fue deformada apareciendo en ella tres unidades: o Zócalo paleozoico. Es la penillanura zamorano-salmantina-extremeña. La erosión ha eliminado los materiales terciarios dejando al descubierto los silíceos primarios (cuarcito, granito y pizarra). El relieve está formado por penillanuras con montes isla y gargantas, arribes o tajos por la erosión de los ríos. o Sierras interiores. Son el sistema Central y los Montes de Toledo. Se formaron en la era terciaria por la orogenia alpina que levantó algunos bloques del zócalo paleozoico. Tienen formas redondeadas y cumbres aplanadas por la erosión. Los materiales son silíceos (granito, gneis y pizarra). El sistema Central divide la Meseta en dos y está formado de este a oeste por las sierras de Somosierra, 6 Guadarrama, Gredos, Peña de Francia y Gata, y los Montes de Toledo separa las cuencas del Tajo y el Guadiana y está formado por los montes de Toledo y las sierras de Altamira, Villuercas y Guadalupe. o Cuencas sedimentarias interiores. En las submesetas. Se formaron en la era terciaria porque la orogenia alpina hundió del zócalo paleozoico. Se convirtieron en lagos que se fueron colmatando de sedimentos durante la era terciaria. El relieve presenta páramos, campiñas y cuestas. Las submesetas están bordeadas por cordilleras excepto por el oeste; la norte es más alta (600-800 m.) y uniforme y está recorrida por el río Duero; la sur es más baja (500-700 m.) y está dividida en dos por los Montes de Toledo, que separa las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana. Rebordes montañosos de la Meseta. Son el Macizo Galaico-Leonés, la cordillera Cantábrica, el sistema Ibérico y Sierra Morena. Se formaron en la era terciaria por el levantamiento de bloques de la Meseta o por el plegamiento de sedimentos depositados en su borde oriental. o Macizo Galaico-Leonés. Bloque que levantó la orogenia alpina en el noroeste de la península Ibérica. Los materiales son paleozoicos. El relieve presenta montañas de poca altura, formas redondeadas y cortadas por fallas. Destacan las sierras de la Cabrera y los Ancares. o Cordillera Cantábrica. Se divide en los sectores Macizo Asturiano y Montaña Cantábrica. Macizo Asturiano. La orogenia alpina levantó materiales paleozoicos. En el extremo occidental aparecen cuarcitas y pizarras y en el oriental calizas con las que están formados los Picos de Europa. El relieve es apalachense. Montaña Cantábrica. La orogenia alpina levantó las calizas de la era secundaria depositadas por el mar en el borde de la Meseta. El relieve es jurásico. o Sistema Ibérico. Es una cordillera intermedia. La orogenia alpina plegó materiales calizos de la era secundaria y, en menor medida, materiales paleozoicos, depositados por el mar en el borde de la Meseta. Se distinguen dos sectores: el norte, de más altura (sierras del Moncayo, Urbión, Cebollera y de la 7 Demanda), y el centro y sur, con dos ramas, la castellana y la aragonesa, separadas por la fosa de Calatayud. o Sierra Morena. No es tanto una cordillera como un brusco escalón que separa la Meseta de la depresión del Guadalquivir. Se formó durante la era terciaria por el empuje desde el sur al levantarse las cordilleras Béticas. El roquedo es paleozoico. Destacan de oeste a este las sierras Aracena, Pedroches y Madrona. Depresiones exteriores de la Meseta. Son las del Ebro y Guadalquivir. Son fosas prealpinas de forma triangular formadas en la era terciaria a la vez que las cordilleras alpinas. Se rellenaron de sedimentos durante las eras terciaria y cuaternaria. Los relieves son horizontales. o Depresión del Ebro. Cerrada al mar por los Pirineos, sistema Ibérico y cordillera Costero-Catalana. Estuvo ocupada por el mar, se hundió y cerró al levantarse las cordilleras que la rodean y se convirtió en un lago hasta que el Ebro se abrió paso hasta el mar a través de la cordillera Costero-Catalana. Se colmató de sedimentos marinos y continentales, arrancados a las cordilleras que la rodean. Las formas del relieve son horizontales: en los somontanos o piedemontes aparecen mallos (torreones rocosos formados por fracturas verticales, mallos de Riglos) y hoyas (depresiones sobre materiales blandos, hoya de Huesca). o Depresión del Guadalquivir. Abierta al océano Atlántico entre Sierra Morena y las cordilleras Béticas. Primero estuvo ocupada por el mar, luego se convirtió en albufera y evolucionó a marisma por sedimentación de materiales erosionados. La forma de relieve dominante es la campiña, pero también hay cerros testigo. 8 Cordilleras exteriores de la Meseta. Son los Montes Vascos, Pirineos, cordillera Costero-Catalana y cordilleras Béticas. Las levantó la orogenia alpina durante la era terciaria. Predominan los materiales calizos. o Montes Vascos. Comunican la cordillera Cantábrica con los Pirineos. De formas suaves, baja altitud y roquedo calizo. o Pirineos. De estructura compleja. Se distinguen tres partes: Eje o zona axial. Antiguo macizo de Aquitania plegado por la orogenia alpina. Los materiales con paleozoicos. El relieve es abrupto debido a la acción del hielo. Hay cumbres que superan los 3.000 m. (Aneto, 3.404 m.). Depresión media. Es una depresión larga y estrecha entre la zona axial y los Prepirineos. Abundan las margas. Prepirineos. La orogenia alpina plegó calizas depositadas en la fosa marina pirenaica. El relieve es menos abrupto que el de la zona axial. o Cordillera Costero-Catalana. La orogenia alpina la levantó y separó de los Pirineos por un sistema de fallas. La mitad norte está formada por materiales paleozoicos de la era primaria y la mitad sur por calizas de la era secundaria. Se divide en una sucesión de sierras paralelas a la costa, de menos altura las cercanas al mar (Garraf) y de más altura las interiores (Montseny) y entre ambas una fosa tectónica de colinas suaves y valles. o Cordilleras Béticas. Formadas por dos sistemas montañosos y una depresión. Cordillera Prebética. Bordea la costa mediterránea. La orogenia alpina levantó el macizo Bético-Rifeño. El relieve es escarpado. Cuenta con los picos más elevados de la península Ibérica (Mulhacén, en Sierra Nevada, 3.479 m.). Los materiales son paleozoicos. Depresión Intrabética. Entre las cordilleras Prebética y Subbética. Está fragmentada en depresiones de extensión reducida (hoyas de Ronda, Antequera, Guadix y Baza). Aparecen badlands. 9 Cordillera Subbética. La orogenia alpina levantó materiales depositados en la fosa bética al acercarse la placa tectónica africana a la ibérica. Se alternan materiales duros (calizas) y blandos (margas), lo que provocó formas del relieve complejas como mantos de corrimiento y cabalgamientos. Destacan, de oeste a este, las sierras de Grazalema, Ubrique y Cazorla. 2.8. El relieve costero de la península Ibérica. El relieve costero peninsular se caracteriza por presentar una línea de costa bastante rectilínea y suave, excepto en Galicia. Las formas del relieve costero más frecuentes son: Cabo. Saliente profundo de la costa hacia el mar. Golfo, bahía y ensenada. Entrantes profundos del mar en la costa. Acantilado. Costa de fuerte pendiente, incluso vertical. La erosión del mar provoca cuevas, arcos marinos y farallones. Playa. Extensión costera, baja, plana o de poca pendiente, formada por arena, grava o guijarros. Se forman por sedimentos continentales y marinos. Rasa. Plataforma de erosión marina paralela a la costa que ha quedado elevada sobre el nivel del mar. Puede escalonarse en varios niveles en forma de sierra. 10 Ría. Entrante costero estrecho que resulta de la invasión por el mar del último tramo de un valle fluvial. Se debe al ascenso del nivel del mar o al hundimiento de la placa continental. Marisma. Llanura de fango que se forma en una bahía baja. Acumula sedimentos fluviales y marinos. Flecha litoral. Barra de arena que prolonga una costa rectilínea y arenosa hacia el interior de una bahía. Albufera. Lago costero salado separado del mar por un cordón de arena que cierra una bahía. Tómbolo. Barra de arena que une un islote rocoso a la costa. Delta. Saliente costero en forma de abanico formado por el aporte de sedimentos de un río en su desembocadura. Duna. Montículo de arena típico de las costas arenosas, formada por el transporte de arena por el viento y su acumulación, que queda fijada por la vegetación. Su perfil es asimétrico: la cara de barlovento tiene una pendiente suave y la de sotavento es abrupta y cóncava. La duna se orienta en función del viento predominante. En la costa atlántica se diferencian tres sectores: Costa cantábrica. Es rectilínea, pues presenta pocos cabos (Machichaco, Ajo y Peñas), golfos (Vizcaya) y rías, cortas y estrechas (Bilbao y Avilés). Abundan acantilados, rasas, playas arenosas y tómbolos (San Sebastián, Santander y Gijón). Costa gallega. Es la más articulada de España por presentar rías de hasta 35 km. de profundidad y cabos (Estaca de Bares, Ortegal y Finisterre). Las rías altas son las de La Coruña, Betanzos, El Ferrol y Ortigueira y las rías bajas las de Vigo, Pontevedra, Arosa y Muros y Noya. Costa atlántica andaluza. Presenta un amplio golfo (Cádiz), y cabos importantes (Punta de Tarifa). La costa es baja y arenosa con marismas (las del Guadalquivir), flechas (El Rompido) y dunas (Doñana). En la costa mediterránea se distinguen tres sectores: 11 Costa penibética. Desde Punta de Tarifa hasta el cabo de Gata. Es rectilínea con apenas cabos (Sacratif) y golfos (Almería), con acantilados y una llanura litoral muy estrecha. Costa levantina Desde el cabo de Gata hasta el delta del Ebro. Presenta amplios golfos (Alicante y Valencia), cabos (Palos y de la Nao). Son frecuentes las playas arenosas, albuferas (mar Menor y de Valencia), tómbolos (Ifach) y pequeños deltas (Vinalopó). Costa catalana. Del delta del Ebro hasta la frontera con Francia. Presenta cabos (Tortosa y Cruces), golfos (San Jorge y Rosas), costas acantiladas, pequeñas llanuras litorales en las que se abren playas y deltas (del Ebro y del Llobregat). 3. El relieve de las islas Baleares. Las islas Baleares están vinculadas a dos cordilleras alpinas peninsulares: Mallorca, Ibiza y Formentera forman parte de la cordillera Subbética y Menorca de la cordillera Costero-Catalana. Mallorca se divide en tres áreas: Sierra de Tramontana, al norte, abrupta y de roquedo calizo. Su mayor altura es Puig Mayor (1.455 m.). Sierras de Levante, de roquedo calizo y baja altura (menos de 500 m). Se sumergen en el mar para emerger en la isla de Cabrera. Depresión central, entre ambas sierras, de roquedo arcilloso y relieve suave. 12 Ibiza y Formentera se separaron en la era cuaternaria. El norte de Ibiza y este de Formentera son montañosos y el resto llano. Menorca presenta un relieve de baja altura y formas suaves. La costa de las islas Baleares se caracteriza por presentar cabos pronunciados (Formentor, en Mallorca), profundas bahías (Palma y Alcudia, en Mallorca), acantilados donde las sierras alcanzan la costa (norte de Mallorca), calas y playas arenosas y albuferas (Alcudia y Pollença, en Mallorca). 4. El relieve de las islas Canarias. Las islas Canarias son de origen volcánico. Aparecieron en la era terciaria, cuando la orogenia alpina fracturó el fondo del océano Atlántico facilitando la salida de rocas volcánicas. El relieve de las islas Canarias es muy variado y presenta las siguientes formas: Cono volcánico. Elevación cónica abierta en la cima, formada por la acumulación de materiales volcánicos. 13 Caldera. Gran cráter circular, originado por la explosión o hundimiento de un volcán. Malpaís. Terreno abrupto formado por la rápida solidificación de las coladas volcánicas. Dique y roque. Conducto de emisión de magma, relleno de lava solidificada. El dique tiene la apariencia de murete y el roque de aguja. Barranco. Valles estrecho, escarpado y de corto recorrido, creado por el encajonamiento de un torrente en terreno volcánico. En las costas de las islas Canarias predominan los acantilados sobre las playas. Los acantilados de más altura se encuentran en la isla de Tenerife (Los Gigantes, de hasta 500 m.). En las islas occidentales las playas son estrechas y con abundancia de cantos por ser estrecha la plataforma continental; sin embargo, en las islas orientales hay playas arenosas (llegándose a formar dunas, Maspalomas, en Gran Canaria) por contar con una plataforma continental mayor. 14