TEMA 6. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1931) PDF

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This document details the dictatorship of Primo de Rivera in Spain between 1923 and 1931. It covers the political context and events that led up to the dictatorship, including incidents in Morocco, and the actions of Primo de Rivera during his rule. It also details the social and economic conditions of the time and the measures taken during his rule.

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TEMA 6: LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1931) La dictadura de Primo de Rivera tuvo lugar entre 1923 y 1931. Fue un periodo que supuso el epílogo para el régimen de la Restauración. Coincidiendo con la llegada de Alfonso XIII a la jefatura del Estado (1902) el sistema de la Restauración comie...

TEMA 6: LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1931) La dictadura de Primo de Rivera tuvo lugar entre 1923 y 1931. Fue un periodo que supuso el epílogo para el régimen de la Restauración. Coincidiendo con la llegada de Alfonso XIII a la jefatura del Estado (1902) el sistema de la Restauración comienza a mostrar síntomas de crisis. Por un lado, la guerra de Marruecos, con eventos como el desastre del Barranco del Lobo, el desastre de Annual en 1921 y el expediente Picasso, un documento que puso de manifiesto la deficiente organización y preparación del ejército e implicaba a los altos mandos del ejército y al propio Alfonso XIII. Por otro lado, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) que había causado una inflación y descontento social, las crisis militar, política y social de 1917 y el fortalecimiento de la oposición republicana, nacionalista y obrerista. El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado que contó con el apoyo de la mayoría de unidades militares y de Alfonso XIII. Sus principales objetivos fueron garantizar el orden público, solucionar el problema marroquí, acabar con el sistema parlamentario y terminar con el separatismo. Primo de Rivera tenía valores tradicionales, desconfiaba de los políticos y odiaba a los partidos, además combinaba las ideas regeneracionistas con la influencia del fascismo italiano de Mussolini, a quien admiraba. El golpe de Estado contó con el apoyo del Ejército, de la burguesía catalana, de las élites económicas y de varios sectores de las clases medias y no encontró oposición entre los partidos dinásticos, ni los republicanos ni entre los socialistas. Poniendo como pretexto el restablecimiento de la paz social, se declaró el estado de guerra permanente, se suspendieron las cortes y las garantías constitucionales. Los Ayuntamientos y las Diputaciones fueron disueltos y se ejerció una férrea censura contra la prensa y la libertad de enseñanza. Entre 1923 y 1925 el Gobierno estuvo exclusivamente en manos de militares y presidido por Primo de Rivera. Se formó un Directorio Militar, todos los poderes fueron ejercidos directamente por las fuerzas armadas. El gobierno se centró en una dura represión contra el movimiento obrero, persiguiendo especialmente a anarquistas y comunistas. También se reprimió a los nacionalismos, en Cataluña se disolvió la Mancomunidad y se prohibieron los símbolos y en el País Vasco la persecución se centró en el nacionalismo radical, presentado por el PNV, mientras los carlistas gozaron de cierta tolerancia. En 1924 se fundó la Unión Patriótica, un intento de partido único similar al partido fascista italiano. Durante la etapa del directorio militar se resolvió la cuestión marroquí. Hubo un acuerdo con Francia, que también había sido atacada por las tropas de Abd-el-Krim. El resultado fue el Desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925, una acción exitosa que determinó la ocupación de todo Marruecos y marcó el momento de máxima popularidad del dictador. Con el propósito de consolidar el régimen dictatorial, y de situar en los puestos principales de la Administración a políticos capaces de abordar los problemas económicos, a finales de 1925 se formó el directorio civil, en el que las grandes cuestiones seguían en manos de militares pero la nueva dirección que tomaba la política, con un mayor intervencionismo estatal, planificación de grandes obras públicas y corporativización de las relaciones laborales, sería asumida por civiles de la Unión Patriótica. Destacaban Eduardo Aunós y José Calvo Sotelo. El poder ejecutivo siguió en manos de Primo de Rivera que tenía como mano derecha a Martínez Anido. Se constituyó la Asamblea Nacional Consultiva en 1927, un parlamento corporativo y autoritario compuesto sobre todo por miembros de la Unión Patriótica, cuyo cometido era elaborar una constitución para la institucionalización del régimen, que nunca llegó a ser aprobada. Se recurrió a un discurso regeneracionista, el propio dictador se veía como el “cirujano de hierro” del que hablaba Joaquín Costa y se potenció el nacionalismo español, prohibiendo símbolos de otros nacionalismos. Entre 1925 y 1930 Primo de Rivera emprendió un programa de economía dirigida (intervencionista), cuyo éxito viene determinado por los felices años veinte. La dictadura defendía la producción nacional frente a la extranjera. Se aprobó el Derecho de Protección de la Industria Nacional que promovía la concesión de monopolios. Se crearon las confederaciones hidrográficas para crear nuevos regadíos, mejorar la condición campesina y obtener electricidad. Las obras públicas se centraron en la infraestructura de comunicaciones, se emprendió la modernización de la red ferroviaria y la consolidación de la red de carreteras. En cuanto a las relaciones laborales, se buscaba reducir la conflictividad social a través del intervencionismo estatal, para ello, se crearon los Comités Paritarios que eran organismos oficiales compuestos por representantes de patronos y obreros y un representante del Gobierno. Desde 1926 la oposición no dejó de crecer: el anticatalanismo alejó al régimen de la burguesía catalana, el PSOE acabó imponiéndose a la postura contraria a la dictadura, incluso entre el Ejército y las élites liberales surgieron sectores discrepantes con las políticas del dictador, tal y como muestran las intentonas golpistas de 1926 y 1929. La oposición más férrea fue planteada por el anarquismo que había resistido en la clandestinidad la represión de la Dictadura, y los intelectuales, quienes habían sido perseguidos como en el caso de Miguel de Unamuno. Primo de Rivera fue incapaz de articular un nuevo modelo político más allá del autoritarismo. La fuerte oposición lo obligó a presentar su dimisión en enero de 1930 y a partir a París. La monarquía va a verse resentida y debilitada. Alfonso XIII decidió encargar al general Berenguer la configuración de un nuevo Gobierno, en un periodo conocido como la "Dictablanda”. El republicanismo se va a ver fortalecido debido a la firma del Pacto de San Sebastián en agosto de 1930 (por republicanos, socialistas y nacionalistas catalanes que acuerdan trabajar conjuntamente para derrocar la monarquía) y a la sublevación militar republicana. Berenguer dimitió y Alfonso XIII mandó formar Gobierno al almirante Juan Bautista Aznar, quien convocó elecciones municipales el 12 de abril de 1931 como primer paso para restaurar el régimen constitucional. El resultado de esas elecciones municipales fue el detonante para la marcha de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República española.

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