Tema 3: Desarrollo Físico, Sensorial, Perceptivo y Psicomotor PDF
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Universidad de Jaén
María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz
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Este documento explora el desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor en la infancia, desde el periodo prenatal hasta los 6 años. Se analizan temas como el crecimiento físico, el desarrollo psicomotor, la evolución de la conducta psicomotriz, el esquema corporal, la lateralidad, la noción de espacialidad y temporalidad, así como el desarrollo sensorial y perceptivo. Se incluyen los fundamentos teóricos y los principales cambios en cada etapa.
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Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. TEMA 3 DESARROLLO FÍSICO, SENSORIAL, PERCEPTIVO Y PSICOMOTOR. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 1 ...
Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. TEMA 3 DESARROLLO FÍSICO, SENSORIAL, PERCEPTIVO Y PSICOMOTOR. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 1 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. TEMA 3 DESARROLLO FÍSICO, SENSORIAL, PERCEPTIVO Y PSICOMOTOR. 1.- El crecimiento físico. 1.1.- Período prenatal. 1.2.- El crecimiento físico durante la infancia y niñez temprana. 1.2.1.- Período neonatal (nacimiento – 4 semanas). 1.2.2.- Infancia temprana y tardía. 1.2.3.- Desarrollo físico y crecimiento en la niñez temprana. 1.3.- Factores que influyen en el crecimiento y el desarrollo físico. 1.3.1.- Mecanismos biológicos. 1.3.2.- Influencias ambientales. 2.- El papel del desarrollo psicomotor en el desarrollo global humano. 2.1.- Bases, principios o leyes del desarrollo psicomotor. 2.2.- La organización psicomotriz del neonato: el comportamiento reflejo. 3.- La evolución de la conducta psicomotriz hasta los 6 años. 3.1.- Psicomotricidad gruesa. 3.2.- Psicomotricidad fina. 3.2.1.- Desarrollo de la grafo-motricidad. 4.- El esquema corporal. 5.- La lateralidad. 6.- La noción de espacialidad. 6.1.- La orientación espacial. 6.2.- La estructuración espacial. 7.- La noción de temporalidad. 7.1.- La orientación temporal. 7.2.- La estructuración temporal. 8.- El desarrollo sensorial y perceptivo. 8.1.- La visión. 8.1.1.- La agudeza visual. 8.1.2.- La percepción del color. 8.1.3.- La percepción de la cara. 8.2.- La audición. 8.3.- El gusto, el tacto y el olfato. 9.- Referencias bibliográficas. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 2 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. 1.- El crecimiento físico. 1.1.- El período prenatal. Los nueve meses que preceden al nacimiento dan cuenta de la etapa de crecimiento más rápida y la transformación más grande de toda la vida. El proceso de cambio desde un cigoto unicelular hasta un futuro bebé abarca 3 grandes períodos: el período celular (concepción – 2ª semana); el período embrionario (3ª – 8ª semana) y; el período fetal (9ª semana – nacimiento). En el período celular, a las pocas horas de la concepción, el cigoto unicelular se desplaza por El período celular se caracteriza por el proceso de división y diferenciación celular las trompas de Falopio hasta el útero, lugar en el (placenta y embrión) y por la que se inicia la división celular. Una semana implantación o acoplamiento de las después de la concepción se inicia el proceso de células externas en la pared interna del útero. diferenciación celular por el cual las células se dirigen hacia un lugar concreto separándose en dos grupos distintos: las células exteriores formarán un cinturón que dará lugar a la placenta, mientras que las células interiores crearán una especie de núcleo que se convertirá en el embrión. La función principal de las células exteriores es la de lograr la implantación, es decir, acoplarse a la pared interna del útero materno construyendo una red de vasos sanguíneos que conecten a la madre con el organismo en desarrollo (la implantación no es un proceso automático; 58% de fracasos sin conocer la mujer que fue concebida). Si la implantación se lleva a cabo con éxito se producen una serie de cambios hormonales en la mujer que provocan el cese de la menstruación, una ligera elevación de la temperatura corporal y un mayor aporte sanguíneo a los pechos (la naturaleza es sabia y se muestran náuseas ante el humo del tabaco y un sabor más amargo del café). El proceso de implantación supone el inicio de la interacción que llevará a cabo la madre con su futuro hijo/a, interacción que va a depender también de factores tales como la relación de pareja, el nivel socioeconómico y la edad de la madre. El período embrionario se inicia en la El disco embrionario es una estructura tercera semana tras la concepción, momento en el compuesta por tres capas distintas cuál, las células internas del organismo forman (ectodermo, mesodermo y endodermo) a una estructura plana denominada disco partir de las cuales se formarán todos los embrionario que está compuesta por 3 capas; la órganos y sistemas vitales. más externa llamada ectodermo dará lugar a la formación de la piel, uñas, dientes y sistema nervioso del bebé; la capa intermedia llamada mesodermo formará los huesos, músculos, el sistema circulatorio, excretor y reproductor; la más interna conocida como endodermo constituirá el sistema digestivo y respiratorio del futuro bebé. En estos instantes se produce un pliegue en el ectodermo (capa externa) que da lugar a la aparición del tubo neural que se convertirá en el sistema nervioso central del organismo en desarrollo (cerebro y médula espinal). Desde el período embrionario hasta la edad preescolar el desarrollo se produce de acuerdo con 2 leyes fundamentales: la ley céfalo-caudal (desde la cabeza hacia los pies) y la ley próximo-distal (desde el eje central corporal hasta los extremos), de manera que los órganos vitales del cuerpo se desarrollan antes que las extremidades. Siguiendo estas leyes, hacia la cuarta semana comienza el desarrollo de la cabeza y de los vasos sanguíneos y, lo que es un primitivo corazón produce sus primeros latidos, por © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 3 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. lo que el sistema circulatorio es el primero en funcionar. Al final del primer mes se inicia la formación de los ojos, oídos, boca, nariz y aparecen unas estructuras que se convertirán en los brazos y piernas, así como una especie de cola que dará lugar a la columna vertebral. Durante este primer mes también se produce La placenta es un órgano compuesto por un desarrollo importante de la placenta, órgano diferentes vasos sanguíneos que permite compuesto por vasos sanguíneos que conecta el conectar el sistema circulatorio de madre sistema circulatorio de la madre y el embrión a y embrión por medio de una membrana través de una membrana que impide que los dos que impide que los dos torrentes sanguíneos se mezclen. El embrión se une torrentes de sangre se mezclen. Así, el embrión a la placenta por medio del cordón tiene su sangre independiente y puede obtener el umbilical. alimento de la madre y excretar los productos de desecho (se puede decir que la madre come, respira y orina por los dos). El embrión se une a la placenta por medio del cordón umbilical que contiene tres vasos sanguíneos (uno lleva el alimento y dos eliminan los productos de desecho). El movimiento de la sangre a través del cordón es similar al agua a presión que hay en una manguera, lo que impide que el cordón se anude o se aplaste por más vueltas que realice el bebé en gestación. Al inicio del segundo mes aparecen los antebrazos, brazos, manos y dedos de las manos, así como las piernas, pies y los dedos de los pies. Al final de este segundo mes los dedos de la mano y de los pies comienzan a separarse ya que hasta ese momento habían permanecido unidos. Tras la octava semana el embrión tiene un peso aproximado de 1 gramo y una longitud de 2,5 cm. Todos sus sistemas se encuentran desarrollados a excepción de los órganos genitales. En el período fetal, concretamente al inicio del tercer mes, se produce el desarrollo óseo y muscular al tiempo que se completa la formación de los órganos vitales (riñones, corazón, pulmones). Durante este tiempo comienza una progresiva diferenciación de los órganos sexuales femeninos y masculinos que no se completará hasta el final de este tercer mes. A esta edad, el feto se puede mover y dar patadas, se chupa el dedo y abre y cierra los ojos. Además, es capaz de tragar líquido amniótico y su propia orina con lo que prepara el funcionamiento de su sistema digestivo para la futura alimentación. A partir del segundo trimestre comienza a En el segundo trimestre hay un importante formarse tanto el pelo como las pestañas y cejas, desarrollo a nivel cerebral. La actividad junto con las uñas de los dedos de manos y pies cerebral se hace evidente y es un factor y los brotes para los dientes. La atención se crítico para que tenga lugar la edad de la centra en el pleno funcionamiento de los viabilidad (momento temporal en el que un feto puede vivir fuera del útero sistemas circulatorio (latidos del corazón), materno con ayuda especializada). digestivo y excretor. El desarrollo más importante se produce a nivel cerebral ya que desde el inicio hasta el final de este segundo trimestre el cerebro aumenta 6 veces su tamaño y se pueden captar señales de actividad cerebral a través de un electroencefalograma, actividad que además de regular la respiración y el ciclo sueño-vigilia, parece ser un factor crítico para que el feto alcance la edad de la viabilidad (20-26 semanas), entendida como el momento en el que el feto tiene algunas posibilidades de sobrevivir fuera del útero materno con ayuda especializada. En esta supervivencia también juega un papel importante el peso del feto (p.e.: a las 20 semanas hay un 20% de posibilidades de supervivencia y el feto pesa unos 600 gramos, mientras que, a las 26 semanas, hay un 80% de probabilidades de supervivencia y el feto pesa alrededor de 900 gramos). © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 4 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. En el tercer trimestre se producen avances importantes en los sistemas respiratorio (el feto contrae y expande los músculos pulmonares utilizando líquido en lugar de aire) y circulatorio (las válvulas del corazón maduran lo que le permiten un funcionamiento autónomo del sistema en el momento del nacimiento). El desarrollo cerebral también es notable ya que la actividad eléctrica registrada permite diferenciar los ciclos de sueño y vigilia. Finalmente, se produce un aumento de peso (3,500 kilogramos) al final de este período, parte del cual obedece a un acopio de grasa que proporcionará un aislamiento térmico cuando el niño se encuentre en el mundo exterior. A partir del séptimo mes comienzan a funcionar los sistemas sensoriales del feto ya que Atiene partir del séptimo mes de vida prenatal lugar el funcionamiento de los abren los ojos y son capaces de percibir la luz sistemas sensoriales, particularmente, la solar difundida a través del vientre materno. visión y la audición. Asimismo, el oído parece desarrollado ya que muchas madres afirman que el bebé se calma mientras se le canta una nana, o bien, dan fuertes patadas ante la presencia de un sonido estridente (golpe fuerte de una puerta o el escape de una motocicleta). Además, los investigadores han descubierto que los fetos, además de oír, son capaces de reconocer, una vez nacidos, los sonidos que escuchaban en el vientre materno prestando más atención a la voz de la madre que narra un cuento que a la voz de otra mujer extraña (De Casper y Spence, 1986). 1.2.- El crecimiento físico durante la infancia y la niñez temprana. El proceso de crecimiento en los dos primeros años de vida postnatal es sorprendente. El pequeño pasa de ser una criatura indefensa y sedentaria a convertirse en alguien activo y autónomo. El crecimiento físico ejerce una influencia importante influencia en el desarrollo motor (por ejemplo, el tamaño de la cabeza afecta a la estabilidad y equilibrio, el tamaño de los dedos incide en el modo de explorar y manipular los objetos, así como el desarrollo de la fuerza en las extremidades inferiores determinará el inicio de la locomoción). 1.2.1.- Período neonatal (nacimiento – 4 semanas). El período neonatal comprende desde el nacimiento hasta la cuarta semana de vida. La longitud media de un recién nacido oscila entre 48 y 53 centímetros, si bien solo la cabeza supone una cuarta parte de esa longitud, dificultando la estabilidad del bebé. Existe una mayor variación en cuanto al peso de los recién nacidos, hecho que puede deberse a factores genéticos y ambientales (por ejemplo, estatus socioeconómico o salud de la madre). Un crecimiento óptimo requiere una nutrición adecuada, un buen estado de salud y un ambiente favorable. No obstante, los bebés con bajo peso al nacer o los bebés que nacen prematuros se equipararán en esta dimensión a bebés de la misma edad si sus deficiencias no son demasiado graves y se llevan a cabo estrategias correctivas apropiadas. Si un niño no recibe una alimentación adecuada o está enfermo, la tasa de crecimiento disminuirá, pero, posteriormente, en cuanto la dieta mejore o la enfermedad cese el ritmo de crecimiento se acelerará hasta recuperar su trayectoria normal. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 5 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. 1.2.2.- Infancia temprana y tardía. Durante el primer año de vida se producen rápidos incrementos en peso y altura. El peso del nacimiento se duplica hacia el sexto mes y se triplica al final del primer año. La altura incrementa hasta unos 75 centímetros al final del primer año. Hacia el sexto mes, la región torácica es mayor que la cabeza y continua incrementando con la edad. El crecimiento físico durante el segundo año de edad continúa siendo rápido, pero, tiene lugar a un ritmo menor que el observado en el primer año. En este período, la altura promedio de los pequeños se sitúa entre los 86 y 90 centímetros y el peso ronda entre los 12 y 13 kilogramos. Debido a que el crecimiento sigue los principios céfalo-caudal y próximo-distal, el incremento en el tamaño de las diversas partes del cuerpo es desigual. El crecimiento de la cabeza disminuye desde la infancia, mientras que el crecimiento del tronco acontece a una tasa moderada. Por el contrario, el de las extremidades es rápido y el de las manos y pies es el que tiene lugar con mayor rapidez. 1.2.3.- Desarrollo físico y crecimiento en la niñez temprana. La niñez temprana se caracteriza por un incremento constante en altura, peso y masa El desarrollo durante la niñez temprana se caracteriza por una cierta estabilidad. La muscular. El crecimiento no es tan rápido como tasa de crecimiento decelera durante esta el observado durante la infancia y disminuye etapa. gradualmente hasta que se produce el estirón adolescente. Hacia los 4 años de edad, el pequeño ha duplicado su estatura con respecto al momento del nacimiento. La cantidad total de peso ganada entre los 2 y los 5 años de edad es menor que el incremento observado durante el primer año tras el nacimiento. El incremento anual en altura hasta la pubertad es de 5 centímetros, mientras que en relación al peso este incremento es de aproximadamente 2,5 kilogramos por año. La niñez temprana supone un intervalo temporal ideal para el desarrollo y dominio de una amplia variedad de tareas motoras, especialmente, los movimientos fundamentales (correr, saltar, lanzar, atrapar,…). Las diferencias en peso y altura entre chicos y chicas son mínimas. No obstante, los chicos suelen ser más altos y pesados, tienen más masa muscular y ósea que las chicas, pero, ambos muestran un descenso de grasa corporal a medida que progresan durante la niñez temprana. El cerebro alcanza un 75% de su peso adulto hacia el tercer año de edad y casi el 90% durante el sexto. El cerebro medio está casi plenamente desarrollado en el nacimiento, pero, no será hasta el cuarto año cuando lo esté la corteza cerebral. El proceso de mielinización que, facilita una conducción más rápida de los impulsos nerviosos, no se completa hasta el final de la niñez temprana. La motricidad es más compleja cuando concluye el proceso de mielinización del cerebelo. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 6 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. Tabla número 1: Características del desarrollo físico y motor en la niñez temprana. Características del desarrollo físico y motor. 1.- Chicos y chicas pasan de 84 a 120 centímetros de altura desde el inicio hasta el final de este período. Respecto al peso, tendrá lugar un incremento desde los 11,5 hasta los 24 kilogramos, aproximadamente. 2.- Las habilidades perceptivo-motoras se desarrollan con rapidez, aunque aún existe confusión en relación al conocimiento corporal, nociones espaciales, temporales y direcciones. 3.- El control de esfínteres se ha establecido, si bien, pueden acontecer ciertos accidentes. 4.- Chicos y chicas desarrollan durante este período un gran número de habilidades motoras con rapidez. 5.- Chicos y chicas son muy activos y enérgicos (corren más que andan) y necesitan períodos de descanso. 6.- El desarrollo de las habilidades motoras hace que el niño comience a aprender actividades tales como vestirse por sí mismo, si bien, necesita cierta ayuda para lograrlo. 7.- La estructura corporal de chicos y chicas es similar. La observación desde una perspectiva trasera apenas refleja diferencias. 8.- El control motor fino no está aún bien establecido, aunque el control motor grueso se desarrolla con rapidez. 1.3.- Factores que influyen en el crecimiento y el desarrollo físico. El desarrollo físico es resultado de una interacción compleja entre las fuerzas de la naturaleza y la crianza. Mientras la herencia genética establece los límites, los factores ambientales (nutrición, actividad física, cuidados) desempeñan un importante papel en determinar hasta qué punto se alcanzan tales límites. 1.3.1.- Mecanismos biológicos. Efectos de la genética compartida y la genética propia. Es evidente que los factores biológicos ejercen una influencia importante en el crecimiento. Aunque no todos los niños crecen al mismo ritmo, la secuencia de la maduración física y del desarrollo motor es muy similar entre diferentes individuos. Parece ser que la secuencia de maduración, compartida por todos los seres humanos, es un atributo específico de la especie resultado de una herencia genética común. Además de los lazos genéticos que compartimos como miembros de una especie, cada uno de nosotros heredamos de nuestros progenitores una combinación única de genes que afecta a nuestro crecimiento y desarrollo físico de una forma particular. Por ejemplo, los resultados obtenidos en estudios familiares revelan que la estatura es un atributo heredable: los gemelos idénticos (correlación de.95) son más parecidos en estatura que los gemelos fraternos (correlación de.59), con independencia del momento en el que se tomen medidas. Asimismo, el ritmo de maduración también se ve influido por la herencia genética. James Tanner (1990), informa que las gemelas idénticas alcanzan la menarquía con una diferencia de dos a tres meses de edad, mientras que las gemelas fraternas presentan una diferencia típica de alrededor de 10 meses. ¿Cómo influye el genotipo en el crecimiento? Aunque la respuesta no es definitiva, parece que los genes regulan la producción de hormonas, las cuales tienen efectos importantes en el crecimiento y desarrollo físico. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 7 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. Influencias hormonales. Las hormonas afectan a nuestro desarrollo Las deficiencias en la glándula tiroides físico incluso antes del nacimiento. En el (tiroxina) pueden provocar deficiencias cuarto mes de vida prenatal la glándula mentales o crecimiento enlentecido en función tiroides se ha formado y comienza a producir del momento temporal en el que aparezcan dichas deficiencias. tiroxina, una hormona esencial para que el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y periférico (resto de nervios) se desarrollen de forma adecuada. Los bebés que nacen con deficiencia tiroidea pueden sufrir incapacidad mental si esta anomalía avanza sin ser detectada y tratada. Aquellos niños que pudieran presentar esta deficiencia más adelante (a partir de los 6 años de edad) no sufrirán daño cerebral debido a que el desarrollo del cerebro prácticamente se ha completado, si bien, crecerán a un ritmo muy lento. Este hecho indica la necesidad de contar con unos niveles óptimos de tiroxina para que el crecimiento y desarrollo tengan lugar de forma adecuada. La más importante de las glándulas La hipófisis es la glándula endocrina endocrinas (las que secretan hormonas) es la encargada de controlar y regular la hipófisis, “glándula maestra” localizada en la producción de hormonas por parte del resto base del cerebro, responsable de la regulación de glándulas, así como la responsable de producir la hormona del crecimiento. y liberación hormonal de las restantes glándulas endocrinas. Además de regular el sistema endocrino, la hipófisis produce la hormona del crecimiento. Esta hormona es liberada en pequeñas cantidades varias veces al día. Cuando los padres dicen a sus hijos que dormir mucho les ayudará a crecer grandes y fuertes están en lo cierto ya que esta hormona se vierte al torrente sanguíneo entre una hora y hora y media después de iniciarse el sueño. Esta hormona es esencial para que tenga lugar un crecimiento y desarrollo normalizado. 1.3.2.- Influencias ambientales. Dos de los factores ambientales que ejercen una mayor influencia sobre el crecimiento y el desarrollo físico son la alimentación y la calidad de los cuidados infantiles. Nutrición. La dieta es la influencia ambiental más El crecimiento de recuperación es aquél poderosa para el crecimiento y desarrollo período de crecimiento acelerado en el que los físico del ser humano. Los niños mal nutridos niños que han experimentado deficiencias crecen muy despacio, si es que lo hacen. El alimenticias crecen con mayor velocidad cuando la dieta recupera su nivel adecuado. dramático efecto de la desnutrición sobre el desarrollo físico se observa al comparar las estaturas de niños y niñas antes y durante periodos de guerra en los que el alimento es escaso. Si una deficiente alimentación no es muy prolongada en el tiempo o muy severa, los niños suelen recuperarse creciendo mucho más rápido de lo normal una vez que su dieta vuelve a ser adecuada. Tanner (1990), considera este crecimiento de recuperación como un principio básico del desarrollo físico. No obstante, la desnutrición prolongada tiene un efecto más severo, en especial si se produce durante los primeros cinco años de vida, periodo en el que acontece un notable crecimiento físico y cerebral. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 8 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. Comer en exceso es otra forma de nutrición El término obeso describe a todas aquellas deficiente que acontece particularmente en las personas que tiene al menos un 20% más de sociedades occidentales y que puede tener su peso ideal dada su estatura, edad y consecuencias negativas a corto y largo plazo. género. El efecto más claro sobre los niños es la obesidad así como otros riesgos adicionales entre los que se encuentran una posible diabetes, hipertensión, problemas cardíacos, hepáticos y/o renales. Además, los niños obesos tienen dificultades para hacer amigos entre los compañeros de la misma edad, quienes, en ocasiones, suelen burlarse de ellos por su estructura corporal. Una predisposición genética no es el único Alguno de los elementos causantes de la factor asociado a la obesidad. Los niveles más obesidad infantil son una predisposición altos se producen en niños que ingieren una genética, un mal hábito alimenticio generado dieta elevada en grasas y que no hacen el en las etapas tempranas de la vida y la falta ejercicio necesario para quemar las calorías de inactividad. consumidas. Los malos hábitos alimenticios adquiridos a una edad temprana también producen obesidad. Algunos padres alimentan en exceso a los bebés debido a que casi siempre infieren que un bebé molesto debe tener hambre. Otros padres usan el alimento como reforzador o premio para que sus hijos realicen comportamientos deseables (por ejemplo, “limpia tu cuarto y podrás comer un poco de helado”) o sobornan a sus hijos para que tomen alimentos que no desean (por ejemplo, “no tomarás helado hasta que no te comas las lentejas”). Desafortunadamente, los niños pueden atribuir un significado al hecho de comer distinto al de su verdadera función de reducir el hambre si son alentados a considerar la comida como una recompensa. Es más, el uso de postres como recompensa puede hacer creer a los niños pequeños que los alimentos saludables que deben ingerir mediante sobornos (frutas y verduras) son auténticas porquerías. Además de sus hábitos alimentarios deficientes, los niños obesos son menos activos que sus iguales de peso normal, inactividad que contribuye a la aparición de la obesidad. La cantidad de tiempo que emplean los niños en actividades sedentarias (ver la televisión o jugar a videojuegos) es uno de los mejores pronosticadores de la obesidad infantil y juvenil futura. No solo los niños tienden a comer bocadillos mientras ven la televisión de forma pasiva, sino que los alimentos anunciados son, en su mayor parte, productos de alto contenido calórico consumidos por niños estilizados que parecen disfrutar con esos alimentos. Las dietas forzosas para niños obesos son Aplicar una dieta forzosa puede ser contraproducentes. Las restricciones contraproducente (restricción afecta a alimenticias severas pueden interferir con el desarrollo cerebral, óseo y muscular desarrollo del cerebro, los músculos y los temprano, además, de provocar un efecto contrario al deseado como es participar en huesos al comienzo de la vida. Por su parte, los comilonas). niños mayores con dietas restrictivas pueden sentirse privados, rechazados e inclinados a participar en comilonas cuando dispongan de la más mínima oportunidad. Los tratamientos más eficaces contra la obesidad han sido los enfoques conductuales que involucran tanto a los pequeños como a sus padres. Epstein y cols. (1990), llevaron a cabo un programa en el que se enseñó a padres e hijos a reflexionar sobre sus hábitos de alimentación y ejercicio, a acatar el seguimiento de un régimen dietético y a estimular a otros miembros de la familia a realizar ejercicio y a comer más sano. Además, los niños hacían contratos con sus padres en los que podían © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 9 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. ganar recompensas por la pérdida de peso. Los niños obesos que recibieron este tratamiento familiar intensivo no solo perdieron más peso que otros niños obesos que no formaron parte de él sino que, además, mantuvieron la pérdida cuando fueron observados cinco años más tarde. Estrés emocional y falta de afecto. Los niños sanos que sufren mucho estrés y reciben pocas muestras de afecto tienen una El fracaso no orgánico del crecimiento es un trastorno infantil provocado por la falta mayor probabilidad de sufrir un retraso en el de atención y afecto que origina un retraso crecimiento físico y motor, con respecto a sus o detención del crecimiento físico. iguales no expuestos a estrés. El fracaso no orgánico del crecimiento es un trastorno que aparece hacia los 18 meses de edad en el cual, los niños y niñas que lo padecen dejan de crecer de forma súbita sin que exista una enfermedad o causa biológica que lo explique. A menudo, los bebés afectados no se alimentan debidamente, aunque, la comida es accesible para ellos. Pero, ¿por qué un niño sano con acceso a la comida tiene problemas de alimentación? Una posible explicación reside en los comportamientos que los pequeños exhiben ante sus cuidadores (son apáticos, retraídos y no suelen sonreír en sus interacciones con los adultos). ¿Por qué? Porque sus cuidadores son fríos, impacientes e incluso hostiles con los pequeños. Por ello, aunque los cuidadores ofrezcan suficientes alimentos, su impaciencia y hostilidad provocan que los pequeños se aíslen y se retraigan hasta el punto de alimentarse mal. El enanismo por privación es otro trastorno El enanismo por privación es un trastorno del crecimiento ocasionado por la privación del crecimiento infantil desencadenado por emocional y la falta de afecto. Aparece más privación emocional y que da lugar a una tarde (entre los dos y los quince años de edad) y disminución de la secreción de la hormona del crecimiento, un crecimiento lento y una se caracteriza por una estatura baja e índices de baja estatura. crecimiento reducidos, aun cuando los niños no parecen desnutridos y por lo general reciben una atención adecuada. Lo que se supone que falta en sus vidas es una vinculación positiva con sus cuidadores principales (madres y padres) quienes, a su vez, pueden estar deprimidos por un matrimonio infeliz, penurias económicas o algún otro problema laboral o personal. Se sospecha que estos niños crecen muy despacio debido a que su privación emocional deprime el sistema endocrino cesando la producción de la hormona del crecimiento. Cuando estos pequeños son apartados de sus hogares y comienzan a recibir afecto (por ser criados en alguna institución o con familias adoptivas), la secreción de la hormona del crecimiento se reanuda y muestran un crecimiento de recuperación con la misma dieta con la que antes no podían crecer. 1.3.3.- A modo de síntesis sobre el crecimiento físico. A modo de síntesis, podemos señalar que el crecimiento físico es un proceso que sigue una secuencia ordenada. En los primeros momentos de la vida está fuertemente canalizado (mayor influencia de los factores biológicos con objeto de garantizar la supervivencia del pequeño). Posteriormente, los factores biológicos pierden peso en favor de los factores ambientales. Si bien el desarrollo es un proceso más o menos continuo, existen unos momentos específicos en los que es más sensible a determinadas influencias que pueden alterar su curso. Estos momentos se denominan períodos © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 10 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. sensibles en alusión al intervalo temporal en el que determinados hechos ambientales tienen un mayor impacto sobre el organismo en desarrollo. La existencia de períodos sensibles no implica la irreversibilidad del proceso. Asimismo, el ambiente también influye en el desarrollo a través del conocido como “rango de reacción”. Este término se refiere al hecho de que la herencia genética no determina un valor fijo para ciertos aspectos del desarrollo (p.e.: la altura), sino que solo establece una potencialidad cuya concreción final estará sujeta a la influencia de factores externos (p.e.: talla definitiva condicionada por elementos externos tales como alimentación, higiene y prevención de enfermedades). 2.- El papel del desarrollo psicomotor en el desarrollo global humano. La palabra psicomotricidad hace referencia a la conexión entre lo psicológico y el movimiento controlado y voluntario. Los estudios sobre el desarrollo motriz de niños y niñas se han centrado en tres aspectos: el control postural, la locomoción y las habilidades manipulativas. a) Control postural: adopción de posturas cada vez más autónomas gracias a la adquisición progresiva de tono muscular en los diferentes segmentos corporales, favoreciendo así el reconocimiento y toma de conciencia del propio cuerpo. b) Locomoción: realización de ajustes posturales que permiten desplazamientos con mayor autonomía (reptación, arrastre, gateo…) gracias a la adquisición de un tono muscular adecuado. c) Manipulación: habilidad que nos diferencia de otras especies. Estos aspectos son la base de la que debemos partir si queremos entender de forma coherente La adquisición de habilidades motrices no solo es cuestión de maduración biológica. cómo evoluciona la motricidad del niño. Sin También depende de las oportunidades que embargo, han sido numerosos los intentos de se conceda al niño para practicar y de la organizar la motricidad humana lo que ha cantidad de estimulación recibida. llevado a la propuesta de diversas clasificaciones que establecen una secuencia temporal en la adquisición de las habilidades motrices sin tener en cuenta que el momento de su aparición no solo va a depender de una cuestión madurativa, sino también, del ambiente en el que crezca el niño y del tipo de estimulación recibida (oportunidades para la práctica). El intento de clasificar las habilidades motrices conduce a interpretar erróneamente la motricidad como algo parcelado en compartimentos estancos, sin relación de unas habilidades con otras. Esta interpretación también nos puede llevar a errores metodológicos al hacernos excesivamente analíticos a la hora de trabajar estas habilidades, sin considerar que la motricidad es un todo y que, por ello, una vez que entendamos sus partes, deberemos volverlas a unir para trabajarlas conjuntamente. Esta consideración metodológica comulga con el principio de globalización. Pero hemos de ir más allá, dado que la meta del desarrollo psicomotor es el logro del control del propio cuerpo hasta conseguir sacar de él todas las posibilidades de acción para las que esté capacitado. Así pues, la motricidad no solo influye en el desarrollo psicomotor, sino que el movimiento se relaciona con el desarrollo global del individuo, influyendo en la © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 11 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. adquisición de la autonomía personal y la adquisición de multitud de aprendizajes (como por ejemplo los escolares). 2.1.- Bases, principios o leyes del desarrollo psicomotor. Sin maduración de base no es posible el progreso psicomotor del niño, pero la maduración por sí misma no basta. Además de la maduración, el niño necesita situaciones que estimulen el aprendizaje de habilidades y su práctica posterior. Si observamos el comportamiento del niño de pocas semanas, vemos que sus movimientos son incontrolados y no coordinados. Al final de la primera infancia el niño muestra una imagen totalmente diferente, es decir, sus movimientos son voluntarios y coordinados, controla la posición de su cuerpo y de los segmentos corporales más importantes, (piernas, brazos, tronco) y es capaz de andar y corretear. El progresivo dominio del control corporal está dirigido por las siguientes leyes: céfalo-caudal, próximo-distal, actividad en masa frente a específica y, ley de desarrollo de flexores-extensores. a) La ley céfalo-caudal: Debido al cumplimiento de esta ley, se controlan antes las partes más próximas a la cabeza, extendiéndose posteriormente el control a las partes más alejadas de la misma. Por ello el control del cuello se alcanza antes que el control del tronco y el control de los brazos antes que el de las piernas. b) Ley próximo-distal: Por imperativos de la misma se controlan antes las partes más cercanas al eje corporal (línea imaginaria que divide al cuerpo en dos partes simétricas de arriba hacia abajo). Por ello el hombro se controla antes que el codo y éste antes que la muñeca y los dedos. c) La ley de las actividades en masa a las específicas: Tendencia a pasar de la utilización de los músculos grandes a los más pequeños. De esta forma, los movimientos masivos que hace el bebé van cediendo paso a movimientos más perfeccionados del pulgar y el índice. d) La ley del desarrollo de flexores-extensores: Primacía de los movimientos de los músculos flexores sobre los extensores. Por ello, el niño es capaz primero de agarrar objetos que de soltarlos, lo que explica la lentitud con la que adquiere una destreza digital fina. Como consecuencia del desarrollo de estas leyes el niño va integrando, con el paso del tiempo, un mayor número de grupos musculares favoreciendo así la ejecución de movimientos más especializados y complejos. 2.2.- La organización psicomotriz del neonato: el comportamiento reflejo. La primera conducta motora que se observa en los bebés son los reflejos infantiles, es decir, las respuestas involuntarias ante estímulos concretos. Como seres humanos disponemos de varios desde el momento del nacimiento, algunos de los cuales serán necesarios para la supervivencia (reflejo respiratorio, reflejo de succión, reflejo de búsqueda), mientras otros servirán de fundamento para la motricidad voluntaria posterior. En referencia a estos últimos, los reflejos posturales primitivos, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre si hay una continuidad entre la acción refleja y el movimiento voluntario, o bien, si existe un hueco temporal que se prolonga © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 12 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. durante unos meses entre la inhibición de estos reflejos y el inicio de la acción voluntaria. El estudio de los reflejos infantiles permite La reacción diferencial a cada lado del conocer la evolución neurológica del niño cuerpo en un reflejo bilateral, la ausencia durante los primeros meses de vida. Es completa de movimiento reflejo y, sobre precisamente en las características de las todo, la persistencia de la acción refleja acciones reflejas en las que se basa el más allá del momento temporal en el que debiera desaparecer son criterios que diagnóstico de normalidad o anormalidad del pueden indicar la presencia de algún tipo desarrollo. De este modo, la asimetría o de daño a nivel cerebral. reacción diferencial a cada lado del cuerpo cuando el reflejo tiene un carácter bilateral, la ausencia de ciertos reflejos iniciales o arcaicos y, en especial, su no desaparición en el tiempo estipulado para ello (aspecto último de mayor gravedad), figuran entre los criterios más sólidos para sospechar la posible presencia de lesión orgánica cerebral desde los primeros meses de vida. En los tres primeros meses la actividad motriz del bebé está controlada, esencialmente, por los centros subcorticales (tronco cerebral). A partir de este momento se observará la desaparición progresiva de algunos de estos reflejos. La razón fundamental reside en que la corteza cerebral se desarrolla y madura para asumir, paulatinamente, la responsabilidad en el control del movimiento voluntario e intencional. Reflejos de supervivencia (etapa fetal hasta primer año de vida). Reflejos bucales. a) Reflejos de succión y deglución: La estimulación de los labios, encías o lengua ya sea con un objeto (por ejemplo, un dedo, un chupete, la tetina de un biberón), o bien, con el pezón materno provocará un movimiento de succión (reflejo de succión) en un intento de obtener el alimento. La conducta de succión desaparece como acción refleja hacia el final del tercer mes de vida postnatal para persistir, posteriormente, como una respuesta voluntaria. b) Reflejo de los puntos cardinales: Movimiento de la cabeza y la boca en dirección a cualquier objeto que estimule diferentes zonas alrededor de la boca del bebé. Este reflejo ayuda a que la boca del bebé contacte con el pezón materno, entrando en juego posteriormente los reflejos de succión y deglución. El reflejo se aprecia mejor cuando el bebé está hambriento o cuando se encuentra en la posición natural de toma de alimento. Está presente desde el nacimiento y perdura a lo largo del primer año de edad. Reflejo de Moro: Este reflejo se provoca situando al bebé en posición “supina” (tumbado boca arriba). Tras ello, se le da un pequeño golpe en el abdomen o se le genera un cierto sentimiento de inseguridad/inestabilidad al retirarle su base de apoyo (por ejemplo, dejando caer la cabeza del bebé hacia atrás y deteniéndola súbitamente de inmediato). También se puede inducir mediante un fuerte ruido o debido al estornudo del propio bebé. La respuesta refleja tiene lugar en dos fases. En la primera se produce un movimiento de extensión de las extremidades superiores en el que los brazos se abren y los dedos se separan (en ese momento la cabeza está echada hacia atrás y la espalda en completa extensión). Durante la segunda fase, los miembros superiores vuelven a una posición flexionada junto al cuerpo, hecho que sirve para que reciba la denominación de “reflejo del abrazo”. Es difícil de observar después de los tres meses y © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 13 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. suele desaparecer hacia el sexto mes de vida. La persistencia del reflejo más allá del sexto mes puede ser indicativa de un daño neurológico. Reflejo de Sobresalto: El reflejo de sobresalto es muy similar al reflejo de Moro excepto en tres aspectos. En primer lugar, se observa una flexión de los brazos sin que se produzca una extensión previa. En segundo lugar, este reflejo aparece en un momento temporal más tardío que el de Moro, pero, ya no desaparece a lo largo de nuestra vida. Una última diferencia reside en que mientras el reflejo de Moro puede ser provocado de forma repetida o reiterada en el tiempo, el reflejo de sobresalto requiere un tiempo de recuperación (descanso) para ser provocado de nuevo. Reflejos oculares. a) Reflejos de parpadeo: Consiste en un parpadeo o cierre de los ojos ante la presencia de diversos estímulos. Así, el reflejo cócleo-palpebral está producido por la presencia de un ruido estridente; el reflejo viso-palpebral tiene lugar cuando un haz de luz brillante se dirige hacia las pupilas del bebé, mientras que el naso-palpebral se elicita por medio de un pequeño golpe en el puente de la nariz. b) Reflejo de ojos de muñeco: Si se mueve la cabeza del bebé hacia uno u otro lado (desplazamiento izquierda-derecha) o, en la dirección arriba-abajo, se observa que los ojos se deslizan en sentido contrario al movimiento de la cabeza. El reflejo suele darse en los primeros días tras el nacimiento y desaparece conforme se desarrolla la fijación ocular (en el primer mes de vida). Al igual que sucede con otros reflejos su persistencia puede revelar la existencia de daño cerebral. Reflejo de Babinski: La estimulación de la parte lateral de la planta del pie produce una extensión de los dedos. La persistencia del reflejo de Babinski más allá del sexto mes puede ser indicador de un retraso evolutivo. Posteriormente, la misma estimulación provocará una flexión de los dedos del pie. Reflejo de prensión/agarre plantar: Consiste en la contracción o flexión de los dedos tras la estimulación de la planta del pie. Reflejo de prensión/agarre palmar: Consiste en el cierre de la mano (flexión de los dedos a excepción del pulgar), cuando un objeto estimula la palma de ésta. El agarre llega a ser tan poderoso que el pequeño es capaz de soportar su propio peso cuando se encuentra suspendido en el aire. Además, el agarre con la mano izquierda suele ser más fuerte que el realizado con la mano derecha y se incrementa durante la succión (Von Bernuth y Prechtl, 1968). Como acción refleja aparece en el momento del nacimiento y persiste hasta el cuarto mes de vida. Reflejo Tónico Asimétrico del Cuello: Se provoca cuando el niño se encuentra en posición supina (tendido boca arriba). Si la cabeza del niño se gira hacia cualquiera de los lados se observa que el brazo y la pierna de ese mismo lado se extienden mientras que los miembros del lado contrario se flexionan (postura del esgrimista o el espadachín). Suele desaparecer hacia el segundo o tercer mes de edad. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 14 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. Reflejos posturales (se relacionan con el movimiento voluntario posterior y permiten que el pequeño mantenga la posición vertical respecto al medio). El reflejo de laberinto: Se elicita cuando el bebé se mantiene en posición vertical suspendido en el aire y sujeto por la cintura. A partir de aquí, el pequeño puede ser inclinado hacia delante, hacia atrás o hacia cualquiera de los lados (derecho o izquierdo). La respuesta refleja tiene como objetivo mantener la cabeza en una posición vertical con respecto a una superficie de modo que, la mueven en sentido opuesto hacia el que se ha producido la inclinación. Por ejemplo, si el bebé es inclinado en una posición prona (hacia adelante), responderá elevando la cabeza (flexión de cuello). El reflejo del laberinto persiste hasta el sexto mes de vida. El reflejo de corrección óptica: Es similar al anterior excepto en que se observa que los ojos siguen la dirección ascendente o descendente de la cabeza. Reflejo de paracaídas: Se provoca sujetando al niño por los costados en suspensión vertical e inclinándolo repentinamente hacia una superficie. La respuesta provocada es la extensión de los brazos hacia delante para protegerse o amortiguar la posible caída. El reflejo de paracaídas hacia atrás se observa cuando el bebé se mantiene en una posición vertical y, rápidamente, se inclina hacia sus espaldas. Los miembros inferiores se extienden y se tensan. Este reflejo de carácter protector requiere estimulación visual y no se suele producir en la oscuridad. Aparece alrededor del cuarto mes, pero, no se observa en los niños con parálisis cerebral. Reflejos de sostén o apoyo lateral y posterior: Cuando el niño se encuentra en la posición de sentado y se le empuja desde un lado o posición delantera con objeto de que pierda el equilibrio extiende los brazos (del lado contrario al que recibe el empujón) en busca de apoyo en el intento de anticipar y protegerse de la inminente caída. Reflejo de enderezamiento: Si se mantiene al niño en posición vertical, con las plantas de los pies apoyadas en una superficie plana, se observa un enderezamiento (extensión) progresivo de los miembros inferiores implicando también al tronco. Desaparece hacia el tercer mes de vida. Reflejo de salto: Cuando el niño se encuentra en posición vertical si el dorso de uno de sus pies roza el borde de una mesa, se observa que la pierna se eleva (flexión) y se coloca encima de ésta. Desaparece hacia el cuarto mes de vida. Reflejo de Landau: Si se mantiene al niño suspendido en el aire en posición prona se observa que el tronco se endereza, la cabeza se eleva y los brazos y piernas se extienden. Si a continuación se le flexiona la cabeza, se consigue una flexión del tronco y de las piernas. Comienza a producirse hacia el tercer mes y persiste hasta la finalización del primer año de vida. Reflejo de gateo: Se observa cuando el niño se sitúa en una posición prona y se aplica una ligera presión en la planta de sus pies. De un modo reflejo gateará utilizando para ello tanto sus miembros superiores como inferiores. La presión sobre la planta de un solo pie produce una respuesta de extensión de la pierna opuesta. El reflejo de gateo se presenta en el momento del nacimiento y desaparece alrededor del tercer o cuarto © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 15 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. mes. Hay un hueco temporal entre el reflejo del gateo y el gateo voluntario que se observa, generalmente, hacia el séptimo mes. Reflejo primario de marcha: Se provoca sujetando al niño en posición vertical sobre una superficie de modo que las plantas de los pies presionen contra ésta. La reacción consiste en la aparición de movimientos alternos de flexión y extensión de los miembros inferiores en una especie de marcha. Su desaparición se produce hacia el quinto mes de vida. Reflejo natatorio: Movimientos rítmicos de los brazos y de las piernas cuando se introduce al niño en el agua. Puede persistir hasta el sexto mes de vida. Los movimientos están bien organizados y parece, de todos los reflejos posturales, el más avanzado. A pesar de lo expuesto, no está claro el papel que desempeñan los reflejos en el desarrollo. La desaparición progresiva de la acción refleja es un hecho indicativo de que la Sea como fuere, se piensa que la desaparición corteza cerebral está madurando y progresiva de los reflejos pone de manifiesto el asumiendo el control del movimiento de carácter voluntario. control creciente de la corteza cerebral sobre los distintos centros nerviosos inferiores (tronco cerebral) y, de esta forma, las acciones pasan de ser automáticas y reflejas a maduras y controladas. No obstante, la persistencia de un reflejo más allá de la edad a la que debiera haber desaparecido (mayor gravedad), la completa ausencia de reflejos, las respuestas desiguales cuando el reflejo es bilateral o las respuestas reflejas demasiado fuertes, pueden ser indicadores de perturbaciones neurológicas, por lo que estos movimientos tempranos aportan información importante para el diagnóstico evolutivo del niño. Asimismo, los reflejos protectores como el parpadeo, el bostezo, el sobresalto o el estornudo, una vez presentes ya no desaparecen a lo largo de toda nuestra vida. 3.- La evolución de la conducta psicomotriz hasta los 6 años. 3.1.- Psicomotricidad gruesa. La ley céfalo-caudal nos muestra la secuencia del dominio de la motricidad gruesa que incluye el control postural y la locomoción. Los avances más importantes en cuanto al desarrollo psicomotor hasta los cuatro meses de edad se producen en el control postural. Aunque existe una amplia variabilidad entre unos niños y otros, la evolución normal es la siguiente: a) Control de la cabeza: Las primeras conquistas motrices se manifiestan en el control muscular de la cabeza y de la zona del cuello, organizándose también los primeros patrones motores que ponen en relación la mano y boca del bebé. A los pocos días de nacer los bebés pueden mover la cabeza de un lado a otro cuando se encuentran en posición supina y un poco más tarde elevarla cuando se encuentran en posición prona. Hacia el tercer o cuarto mes de edad la mantienen verticalmente cuando adoptan la posición de sentados y, por último, la elevan en posición supina. b) Tono muscular: Evoluciona durante los primeros meses desde el estado de flexión corporal característico de los primeros días. La mayoría de los niños consigue sentarse con apoyo a los 4 meses de edad, pero, no será hasta los 8 meses cuando sean capaces © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 16 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. de mantenerse solos en esta posición. De acuerdo con el principio céfalo-caudal del desarrollo, el tono muscular va aumentando en zonas cada vez más alejadas de la cabeza, extendiéndose desde la zona dorsal hasta la lumbar y los glúteos. Por ello, a esta edad, el niño comienza a ser capaz de mantenerse sentado sin ningún tipo de apoyo, ni siquiera el de las manos, lo que le permite una mayor libertad manipulativa. Sin embargo, no se trata todavía de una postura sólidamente afianzada, por lo que son frecuentes las pérdidas de equilibrio. Estas pérdidas de equilibrio en posición de sentado enriquecen los reflejos de caída. c) La fase de suelo se desarrolla aproximadamente entre los 4 y los 12 meses de edad. Se inicia cuando el niño es capaz de darse la vuelta por sí mismo pasando de la posición boca abajo a la posición boca arriba y viceversa. Esta fase esencial en el desarrollo psicomotor recibe tal denominación porque el suelo se convierte en el ámbito primordial de las experiencias y descubrimientos así como, en un espacio coloquial y afectivo. En esta fase se construyen la mayor parte de los esquemas posturales. Es una fase importante para niños y niñas con trastornos en el desarrollo de la adquisición del tono muscular, es decir, para niños que presentan hipotonía (bajo tono muscular) e hipertonía (rigidez muscular), como son los niños con síndrome de Down o quienes padecen parálisis cerebral. La fase de suelo debe tener un alto sentido terapéutico. Entre los 8 y 10 meses se aprecian logros importantes a nivel locomotor. Los niños gatean adelante y atrás apoyándose sobre las manos y las rodillas, se arrastran sobre los glúteos cuando están sentados utilizando como ayuda los brazos y las piernas y, por último, se desplazan en cuadrupedia (apoyo en palmas de las manos y plantas de pies). No todos los bebés gatean. Algunos consiguen la movilidad rodando una y otra vez, o bien, lanzándose sobre sus pies y avanzando de un lugar a otro sujetándose a los objetos o personas que encuentran. El gateo permite al pequeño explorar su entorno (objetos, peligros), pero, a veces interrumpe su exploración para mirar a los padres y comprobar si aprueban o desaprueban su conducta, lo que relaciona aspectos del desarrollo físico con aspectos del desarrollo socio-emocional. Hacia los 10 meses de edad se mantienen de pie con ayuda y poco tiempo después (12 meses) se inician en la marcha, primero con el apoyo de otros y más tarde en solitario. Desde los 2 a los 5-6 años el niño perfeccionará la marcha e iniciará habilidades como la carrera, el salto, la subida y bajada de escaleras. Tabla número 2: Logros motores gruesos durante los años de educación infantil. Logros motores gruesos entre los 3 y 5 años de edad Lanza la pelota por debajo Atrapa bolas lanzadas. Golpea un balón en del brazo. movimiento. Pedalea en un triciclo. Lanza y atrapa una pelota. Salta alternando pies. Atrapa pelotas de gran Recorre una distancia corta y Tiene la capacidad de montar tamaño. se detiene. en un patinete. Completa, con ayuda, una Empuja un carro o cochecito Salta a la comba. voltereta hacia delante. de muñecas. Salta desde una altura de 30 Da 4 saltos consecutivos Lanza bola para derribar centímetros. sobre un pie (“pata coja”). bolos. Da 3 saltos consecutivos con Patea una pelota hacia un Monta en bicicleta con ambos pies. objetivo. ruedas pequeñas. Da pasos sobre huellas Transporta objetos de hasta 5 pintadas en el suelo. kilogramos de peso. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 17 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. 3.2.- Psicomotricidad fina. La ley próximo-distal es la responsable de que el control de la motricidad fina sea posterior al de la motricidad gruesa. Inicialmente la prensión manual es refleja dado que los dedos se flexionan de forma automática cuando un objeto establece contacto con la palma de la mano. A los dos meses, el bebé trata de coger un objeto con toda la mano, pero, el acto motor es muy impreciso. Lo consigue, en la mayoría de los casos, hacia el cuarto mes de edad. A partir de los nueve meses empieza a utilizar la pinza digital (índice y pulgar), algo específicamente humano y, además, ya no necesita realizar un control visual del movimiento del brazo hasta el objeto puesto que la acción es muy precisa. 3.2.1.- Desarrollo de la grafo-motricidad. El progreso en las habilidades motoras finas junto a otras capacidades, como la coordinación óculo-manual, se muestra en los dibujos y en la escritura de los niños. La evolución del dibujo es resultado de la interacción entre diversos factores como la motricidad, la capacidad cognitiva (por la atribución de significado que se hace de lo representado), la afectividad y la propia experiencia (dibujan lo que les gusta y conocen). La interacción social es fundamental en el desarrollo de estas habilidades pues se aprenden, básicamente, a través de la imitación y el modelado explícito. La evolución de la habilidad grafo-motora tiene lugar de la siguiente forma. A los 18 meses aproximadamente aparecen los primeros trazos (el niño observa cómo al utilizar el lápiz se dejan unas huellas permanentes sobre el papel). De inicio se aprecian trazos rectos, pero, más allá de los dos años se observa la aparición de formas circulares una vez que el pequeño es capaz de articular la muñeca. Entre los 2,5 y los 3 años de edad, estos trazos evolucionan hacia garabatos. Los garabatos son dibujos que, en la mayoría de los casos, se interpretan a posteriori y cuya atribución de significado (etiqueta) va cambiando conforme se les pregunta por ello. A veces, incluso añaden detalles al ver el parecido con la realidad. A los 3-4 años ya podemos hablar de dibujos propiamente dichos al ser representaciones intencionadas de objetos y personas. El niño todavía no tiene el control motor suficiente y su atención aún es discontinua, centrándose en los aspectos de la realidad más llamativos. Esto hace que sus representaciones sean esquemáticas: un coche representado por dos ruedas grandes y una línea horizontal o, los cabezudos, (representación de la figura humana con una cabeza muy grande de la que salen directamente líneas o trazos que representan los brazos y piernas). Hacia los 5 años se observa el inicio de una etapa conocida con el nombre de “realismo intelectual”. En esta etapa realizan dibujos o imágenes según lo que saben de ellas y no según lo que ven. Así, por ejemplo, pueden pintar dibujos transparentes (los dedos del pie dentro del zapato) o separando detalles para mostrar su importancia (los pelos aislados unos de otros). También mezclan perspectivas, representando un cuerpo de frente (tronco y extremidades) con los pies o la cabeza vistos de perfil. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 18 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. Tabla número 3: Logros motores finos durante los años de educación infantil. Logros motores gruesos entre los 3 y 6 años de edad Dibuja círculos. Ata y desata cordones. Dibuja la silueta de su mano. Corta papel con tijeras. Corta siguiendo una línea. Dibuja distintas figuras geométricas. Pega, empleando el dedo Copia figuras simples. Corta pedazos de papel índice. interiores. Construye un puente con tres Construye un puente con Utiliza ceras de colores bloques. cinco bloques. apropiadamente. Construye una torre de ocho Vierte líquidos en diferentes Reproduce algunas letras. bloques. recipientes. Dibuja “0” y “+”. Escribe su nombre. Es capaz de copiar dos palabras breves. Viste y desviste muñecos. Dobla papeles en mitades y cuartos. 4.- El esquema corporal. El cuerpo del niño es el canal más utilizado y El esquema corporal se refiere al también el más adecuado para comunicarse con conocimiento que poseemos sobre nuestro el mundo exterior. Podemos definir el esquema cuerpo, las partes que lo componen y la corporal como la intuición global o relación que mantienen entre sí, así como la existente con respecto al medio externo y conocimiento inmediato de nuestro cuerpo, ya los objetos. sea en estado de reposo o movimiento, de las partes que lo componen y la relación existente entre ellas y, sobre todo, de su relación con el espacio y los objetos que le rodean (Le Boulch, 1977). Gracias a las sensaciones táctiles (apreciación de las cualidades de los objetos a través de los órganos receptores situados en la piel), kinestésicas (percepción del movimiento y de la posición de los diferentes segmentos corporales gracias a los receptores situados en articulaciones, músculos, tendones,...), propioceptivas (procedentes de los receptores sensoriales situados en las vísceras que recaban información del propio organismo) y visuales (receptores que informan del color, tamaño, situación de los objetos y de las partes del propio cuerpo) que el pequeño experimenta, a los movimientos que realiza y al reconocimiento de las diferentes partes corporales, niños y niñas adquieren paulatinamente una noción precisa de sí mismos. El proceso de adquisición de esquema La percepción del cuerpo de otros, la corporal tiene lugar de la siguiente forma. percepción del propio movimiento, las Inicialmente, el bebé percibe los elementos del acciones y sus resultados, así como el rostro de sus cuidadores (primero cabello, lenguaje son factores que contribuyen a la adquisición de la noción de esquema frente, cejas y ojos y, algo más tarde, nariz y corporal. boca) y es capaz de atribuir significado a las expresiones faciales de madres y padres. Poco después es capaz de percibir el propio cuerpo al relacionar la visión de sí mismo (manos y pies) con la experiencia táctil (se los lleva a la boca y los chupa). Más tarde comprende que los distintos miembros o segmentos pertenecen a un todo unitario que es el propio cuerpo. Esta evolución es lenta (si al bebé le duele algo es incapaz de localizar de forma precisa la fuente del dolor). Así, la percepción del propio cuerpo se elaborará gracias a la percepción del cuerpo de los otros, la experiencia de su propio movimiento y las consecuencias que se derivan del mismo. Por ejemplo, si un niño imita el movimiento de la mano cuando su madre le canta “Cinco lobitos” y obtiene risas y juego es probable que vuelva a repetirlo, lo que © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 19 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. facilitará el conocimiento de esa parte concreta del cuerpo (su mano, en este caso). El lenguaje también influye en la adquisición del esquema corporal incluso antes de que el niño pueda emplearlo. Por ejemplo, durante actividades tales como el baño o la alimentación es frecuente que la madre realice monólogos o interrogue a su hijo: “Vamos a limpiar los ojitos, la boca, hay que secar la orejita”. “¿Dónde tiene mi niño la nariz? ¿Y las manitas? ¿Y las orejitas?”. A través de estas experiencias el niño no solo aprende a localizar ciertos elementos de su cuerpo, sino, además, a nombrarlos. En el tercer año todos los niños “normales” son capaces de identificar ojos, orejas, boca, nariz, manos, pies, brazos y piernas, lo cual implica un grado de desarrollo lingüístico. Hacia los 3 años y medio de edad los niños La representación pictórica del cuerpo escolarizados son capaces de representar tiene lugar entre los 3 y los 6 años de edad, monigotes con una gran cabeza que contiene si bien, el uso del dibujo de la figura ojos, nariz y boca, de la que suelen colgar humana como instrumento evaluador brazos y piernas sin manos ni pies. Si a los tres puede ser controvertido (dibujar es algo más que una habilidad psicomotora). años un niño no identifica los elementos de su cara, ya sea señalándolos o nombrándolos, podemos pensar en la existencia de un retraso de la elaboración del esquema corporal. Igualmente se puede aventurar este retraso si al finalizar la etapa de Educación Infantil no reconociera en sí mismo los elementos que componen su cuerpo o si no fuera capaz de representarlo con cierta fidelidad. Entre los 5 y 6 años ya se tiene un esquema corporal bastante preciso. Puede representarlo gráficamente con bastante detalle, pero, tendrá que enriquecerlo con el dominio de conceptos espacio-temporales con los que pueda situarse adecuadamente en relación al espacio, al tiempo y a los objetos: “Lo cojo con la mano izquierda. La nariz está encima de la boca. Ayer me arañé la rodilla. Me escondo detrás de la puerta…”. El dibujo de la figura humana ha sido uno de los instrumentos más utilizados para evaluar el esquema corporal. Sin embargo, el dibujo es un acto no solo grafo-motor, sino, también, afectivo e intelectual, de modo que el análisis del dibujo es algo complejo. La razón de esto es que un niño cualquiera puede tener una adecuada representación cognitiva del propio cuerpo, pero, ser incapaz de reproducirlo en el papel debido a una falta de maduración manipulativa e incluso afectiva. El esquema corporal no queda totalmente elaborado durante el periodo de la Educación Infantil, aunque sí en su mayor parte. Ésta es la causa de que ciertas dificultades motoras generales puedan originar dificultades en la adquisición del esquema corporal y, a su vez, que un deficiente esquema corporal ocasione dificultades en otros aspectos de la psicomotricidad. 5.- La lateralidad. La lateralidad es un aspecto que preocupa a padres y profesores debido a la relación que mantiene con aprendizajes tan importantes como la escritura y la lectura. Esta inquietud puede ser algo mayor si el niño/a parece inclinado hacia el uso de su mano izquierda (zurdo) ya que este hecho ha tenido connotaciones negativas a nivel político y religioso. Además, la vida cotidiana está dispuesta para una población preferentemente diestra (sillas con palas que se encuentran en el lado derecho, visor de cámaras fotográficas que se sitúan al lado derecho, marchas del coche ubicadas en el lado derecho…). La persona zurda, por tanto, suele sufrir incomodidades por el hecho de serlo. Por añadido, debemos considerar el posible problema de la escritura que, en nuestra cultura, se realiza de izquierda a derecha con lo que ha de forzar la posición de © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 20 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. su mano, rotar la muñeca y el papel para poder desarrollar la actividad, amén de que mientras escribe suele ir ocultando lo previamente escrito. El hecho de que unas personas sean diestras La preferencia de uso de los segmentos o zurdas obedece a un proceso denominado corporales diestros o zurdos (dominancia lateralización. Un niño estará homogéneamente lateral) se encuentra relaciona con la lateralizado a la derecha (será diestro), si usa dominancia hemisférica (predominio del consistentemente los elementos de ese lado del lado derecho o izquierdo del cerebro). La dominancia cerebral derecha da lugar a cuerpo y, estará homogéneamente lateralizado a una preferencia lateral izquierda y la izquierda (será zurdo), si la parte del cuerpo viceversa. que emplea es sistemáticamente la izquierda. En el caso de que la ejecución con su mano derecha sea tan hábil como la mostrada con la izquierda recibirá la etiqueta de ambidextro. Por el contrario, si la ejecución con ambas manos es pobre recibe la etiqueta de ambilateral. El proceso de lateralización se relaciona con la dominancia hemisférica. Ante una dominancia hemisférica izquierda se da una dominancia lateral derecha, mientras que una dominancia hemisférica derecha se asocia con una dominancia lateral izquierda. Este hecho es particularmente cierto cuando de manos y pies se trata. El cuerpo humano se caracteriza por la presencia de cierta simetría anatómica que no se La lateralidad es el predominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro que se traduce a nivel funcional debido a que usamos manifiesta en el uso preferente de preferentemente segmentos de uno u otro lado elementos corporales concretos para de nuestro cuerpo para realizar ciertas realizar ciertas actividades. actividades (escribimos, levantamos pesos o pisamos un bote con una mano o pie determinado y nos acercamos el teléfono a un oído concreto en mayor medida que al otro). Así pues, la lateralidad puede quedar definida como el predominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro y se manifiesta en la preferencia de utilizar selectivamente un miembro determinado (mano, pie, ojo, oído) para realizar actividades concretas. Es difícil precisar tanto el momento en el El establecimiento de la preferencia lateral cual un niño se convierte en zurdo o diestro parece debido a la interacción entre como, la influencia de la herencia y del factores hereditarios y ambientales. aprendizaje. Se da una especie de consenso en Asimismo, su definición tiene lugar en el período comprendido entre el 3º y 6º año de la consideración de la interacción de los vida. factores herencia y medio aunque ninguno de ellos por separado es determinante. A raíz de los estudios de Zazzo (1960), Hacaen y Ajuriaguerra (1963), se puede concluir que es hacia los 4 años cuando se establece la dominancia manual. Sin embargo, Mora y Palacios (1990), señalan que la adquisición de la lateralidad se produce entre los 3 y 6 años de edad. Algunos autores como Gesell y Ames (1947), piensan que es posible determinar la dominancia lateral desde el nacimiento. Los anteriores comprobaron una relación entre el lado hacia el que giraban los bebés la cabeza cuando estaban tumbados sobre su espalda y la futura dominancia lateral; si la giraban hacia el lado derecho resultaban ser diestros y si la giraban hacia el izquierdo, zurdos. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 21 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. Un último aspecto a considerar se deriva del No se ha de confundir lateralidad hecho de que la lateralidad (preferencia en el (preferencia de empleo de partes del uso de unos elementos corporales sobre otros) cuerpo) con el reconocimiento de la tiende a veces a confundirse con la comprensión distinción izquierda-derecha (en sí o en otros). El segundo logro sucede entre los 5 y o reconocimiento de los conceptos derecha – 8 años de edad. izquierda. No es lo mismo estar homogéneamente lateralizado o no tener una preferencia lateral establecida que dominar las nociones espaciales izquierda – derecha en sí mismo o en los otros. La preferencia lateral manual se establece entre los 3 y 6 años de edad, mientras que el concepto derecha – izquierda se configura entre los 5 y 8 años; a los 6 años los niños son capaces de ubicar derecha – izquierda en las diferentes partes de su cuerpo y solo a los 8 años logran distinguir entre izquierda y derecha en la parte que tienen frente a sí. Por tanto, si un niño de 5 años no tiene todavía definida su lateralidad podremos pensar en la necesidad de comenzar a reconducir la misma hacia el lado o mano con la que parezca más hábil o preciso. Sin embargo, no deberíamos pensar que está mal lateralizado porque no reconoce cuál es su mano derecha o su pie izquierdo. Ni siquiera tendría un retraso en la adquisición de la distinción espacial derecha – izquierda. Ante la inquietante pregunta paterna Los “zurdos contrariados” (tendencia relacionada con lo apropiado o no de tener un natural a emplear la mano izquierda, pero, hijo zurdo, no hay ninguna razón para pensar son corregidos para utilizar la derecha) que éstos puedan tener una mayor probabilidad pueden presentar ciertos problemas como tartamudez, tics, dislexia o enuresis. de presentar trastornos de aprendizaje, de lenguaje o de inteligencia que los diestros (no se han observado diferencias en el cociente intelectual “C.I.” de diestros y zurdos). La zurdera tampoco es síntoma de falta de destreza. Los zurdos son tan hábiles como los diestros con la mano preferida y aún mejor que ellos cuando emplean la mano no dominante. El problema surgirá en aquellos niños que tienen como tendencia natural utilizar su mano izquierda, pero, la familia o la escuela se lo prohíben por lo que, generalmente, escriben y comen con la derecha y realizan el resto de actividades con la mano, ojo y pie izquierdos. Son los zurdos contrariados quienes tienen una lateralidad mal establecida que se ha asociado con la aparición de diferentes trastornos (tartamudez, dislexia, problemas del carácter, enuresis, tics,…) pero con los que no se ha podido establecer una relación causal. Asimismo, si se pretende establecer un cambio desde la manualidad izquierda a la derecha hemos de tener en cuenta una serie de aspectos importantes. Este cambio solo es recomendable si se dan los siguientes requerimientos: que el niño tenga menos de 6 años; que utilice sus manos indiferentemente (ambidextro); que el niño acepte el cambio; que el período de adaptación no conlleve la aparición de trastornos secundarios y, por último; que el nivel de inteligencia del pequeño sea normal o elevado. En conclusión, solo un beneficio para el mismo niño justifica un cambio en la preferencia manual. Nunca deberían ser los gustos personales del padre o profesor. En torno a los cinco años, cuando empiezan en preescolar con el aprendizaje de la pre-escritura debe favorecerse la utilización de una mano, dado que se consigue una mayor eficacia manual. Recomendaríamos la dominancia lateral de la izquierda o derecha dependiendo de con qué mano presente mayor habilidad o eficacia, ya que los mejores test de detección precoz de la lateralidad son los que apuntan a la habilidad y precisión del movimiento. En el caso de que se compruebe que no presenta mayor precisión con la mano izquierda se recomienda, por cuestiones prácticas, que se le © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 22 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. ayude a afianzar su dominancia lateral hacia la derecha. El entrenamiento debe seguir las mismas pautas que el desarrollo motor: en primer lugar, afianzaremos los movimientos globales para pasar, posteriormente, a los movimientos más finos de la mano y a la escritura. 6.- La noción de espacialidad. La espacialidad se define como “el conocimiento o toma de conciencia del medio y La espacialidad se define como la toma de conciencia de sí mismo, de la posición que sus alrededores; es decir, la toma de conciencia se ocupa en el espacio y de las posibles del sujeto, de su situación y de las posibles ubicaciones que tanto la persona como los situaciones que tanto él como otros objetos objetos podrían ocupar en dicho espacio. El podrían ocupar en el espacio”. La educación de concepto de espacialidad se adquiere en la percepción del espacio es capital para el niño paralelo al de esquema corporal, en lo referente a su motricidad, desarrollo lateralidad y temporalidad. intelectual, desarrollo afectivo y aprendizajes escolares (lectura, escritura, etc.); y supone una relación entre el cuerpo y el medio exterior. Es fundamental que todo niño conozca su cuerpo, pero, además, es necesario que lo estructure y lo mueva en relación a su mundo exterior. De esta manera, la adquisición de la espacialidad corre paralela a la adquisición del esquema corporal (hasta que no conozca las partes esenciales de su cuerpo no podrá situarlas delante- detrás, arriba-abajo, izquierda-derecha). Este último concepto de izquierda y derecha, nos lleva a la idea de que espacialidad y lateralidad también están relacionadas. Asimismo, a esta relación entre cuerpo y espacio, debemos sumarle el concepto tiempo, ya que espacio y tiempo son indisociables (todas las acciones se despliegan en un tiempo y espacio determinado). En resumen, la espacialidad se relaciona con: el esquema corporal; la lateralidad y; la temporalidad. 6.1.- La orientación espacial. La orientación espacial se define como la capacidad para localizar el propio cuerpo en función de los objetos así como, la capacidad de situar los objetos en función de nuestra propia posición. La orientación espacial se basa en la idea de espacio perceptivo que permite establecer relaciones espaciales simples a través de puntos de referencia subjetivos, es decir, creados por el propio individuo. A estas relaciones espaciales simples, existentes entre la persona y los objetos se las denomina relaciones topológicas. Entre éstas citamos las siguientes: relaciones de orientación y o dirección (derecha-izquierda, arriba-abajo, delante-detrás); relaciones de situación (dentro-fuera, encima-debajo, interior-exterior); relaciones de superficie (espacio lleno o vacío); relaciones de tamaño (alto-bajo, ancho-estrecho, grande-pequeño) y; relaciones de distancia (lejos-cerca, junto-separado). 6.2.- La estructuración espacial. La estructuración espacial se define como la capacidad para situar objetos y personas dentro de un espacio tridimensional. La estructuración espacial se relaciona con el espacio representativo que permite elaborar relaciones espaciales más complejas a través de puntos de referencia objetivos, es decir, externos al propio cuerpo (a partir de los 7 años de edad). Estas relaciones espaciales de mayor complejidad son las denominadas relaciones proyectivas y relaciones euclidianas. En las relaciones © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 23 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. proyectivas, el niño descubre las dos dimensiones del espacio (largo y ancho) y, por tanto, el concepto de superficie. Las relaciones proyectivas responden a la necesidad de situar los objetos en relación con los demás. En las relaciones euclidianas aparece la capacidad de coordinar los objetos entre sí, dentro de un sistema de tres ejes de coordenadas, donde el niño descubre las tres dimensiones del espacio, aprendiendo nociones de volumen, profundidad, perpendicularidad,… La espacialidad en el niño evoluciona de la siguiente forma. Durante el primer año el conocimiento del niño se reduce al espacio próximo en el que desarrolla sus movimientos. Entre el segundo y quinto año se afianza el conocimiento del espacio topológico donde puede establecer relaciones espaciales de distancia, de situación o de tamaño. Entre los seis y los nueve años, se origina el conocimiento del espacio proyectivo que incorpora la noción de relación entre diferentes objetos. Por último, entre los siete y los doce años, aparece la representación espacial, la proporcionalidad y el descubrimiento de las operaciones de medición (relaciones euclidianas o métricas), culminándose de esta forma la maduración espacial. 7.- La noción de temporalidad. El concepto de temporalidad puede ser definido como la toma de conciencia o conocimiento de los cambios que suceden durante un período determinado (el futuro se convierte en presente y, después, en pasado). Muchas de las dificultades en los aprendizajes se relacionan con insuficiencias en la estructuración del tiempo, motivo por el que ha de ser favorecida desde las primeras edades. Hacer comprensible el concepto de tiempo durante la educación infantil es una tarea compleja por tres razones: a) la noción temporal es difícil de asimilar por el niño ya que no es algo perceptible por los sentidos (el organismo humano no posee receptores para el tiempo); b) no es hasta los 7 años cuando el niño adquiere nociones objetivas de orden temporal y; c) la organización temporal no aparece aislada sino que se coordina con la noción espacial dando lugar a la organización espacio-temporal. La percepción temporal no puede separarse de la espacial ya que todo movimiento tiene lugar en un espacio y tiempo determinado. Para entender el fenómeno temporal debemos diferenciar entre tiempo subjetivo y tiempo objetivo. El tiempo subjetivo es el vivido por cada sujeto, aquél que se crea a partir de las propias impresiones y que varía en función de cada individuo y de la actividad que se realice en cada momento. Por otro lado, el tiempo objetivo se limita al período de duración en el que se lleva a cabo una acción cualquiera. Es el tiempo matemático, rígido, objetivo e inalterable. Es fácil encontrar a niños de 6 años que presentan errores temporales, ya que la temporalidad depende de varios factores como son: la maduración del sistema nervioso, la experiencia adquirida en la acción sobre los objetos, las interacciones y las transmisiones sociales y la autorregulación del sujeto producto de una construcción cognitiva del individuo. Todos estos factores van madurando y se van consolidando a partir de experiencias de ensayo y error. Tres son los elementos principales que conforman la temporalidad en su conjunto: la orientación temporal; la estructuración temporal (orden y duración) y; la organización temporal (ritmo). Veamos seguidamente los dos primeros: orientación y estructuración temporal. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 24 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. 7.1.- La orientación temporal. La orientación temporal es la forma de plasmar el tiempo. Dado que la orientación temporal no se puede visualizar debemos recurrir a una serie de conceptos significativos para orientarnos en el tiempo (años, estaciones del año, meses del año, días de la semana, horas, día-noche, mañana-mediodía-tarde,...). Así, para trabajar la orientación temporal propondremos actividades donde se vean reflejados los conceptos comentados, elaborando un vocabulario temporal adecuado a sus edades o realizando seriaciones temporales de sus propias actividades. 7.2.- La estructuración temporal. Puede definirse como el conocimiento de que los sucesos o acontecimientos ambientales están ordenados y presentan una cierta duración. Para distinguir los cambios o hechos que suceden durante un tiempo determinado es fundamental llegar a los conceptos de orden y duración. El orden se define como la “distribución cronológica de acontecimientos sucesivos” (aspecto cualitativo del tiempo). Esta noción descansa sobre la clasificación de sucesos durante un período de tiempo en el que los términos “antes” y “después” son referencias obligadas. De otro lado, la duración será “el tiempo físico, medido en minutos, segundos, etc., que separa dos puntos de referencia” (aspecto cuantitativo del tiempo). En resumen, el orden define la sucesión entre los acontecimientos que se producen unos a continuación de otros, mientras que la duración es el intervalo temporal que separa dos puntos de referencia, el principio y el fin de un acontecimiento (Rigal, 1987). La percepción de la duración depende de varios factores: la edad (la estimación de la duración mejora con la edad y no se estabiliza hasta la adolescencia); las características del sujeto (la motivación, la atención que dedica a la tarea o el nivel de inteligencia pueden influir en la evaluación del tiempo real) y; las características de la tarea (el tiempo parece subestimarse cuando las tareas son realizadas por uno mismo, tienen una dificultad asequible y son de nuestro interés; por el contrario, el tiempo se sobreestima ante un trabajo o tarea de gran complejidad). 8.- El desarrollo sensorial y perceptivo. Entre percepción y acción existe una estrecha relación. Los niños deben coordinar continuamente la información perceptiva con la conducta motora para alcanzar objetos, mantener el equilibrio o moverse por distintas superficies. Los avances en el ámbito perceptivo conducen a la realización de acciones motoras más efectivas y la actividad motora proporciona a los niños medios esenciales para explorar y aprender sobre el mundo que les rodea. Pero, ¿qué perciben los bebés a través de los sentidos y cómo cambia la percepción con la edad? En primer lugar, es importante realizar una distinción entre sensación y percepción. Se La sensación se produce cuando algún sistema sensorial detecta un estímulo, produce una sensación cuando nuestro sistema mientras que la percepción se produce sensorial detecta un estímulo, mientras que la cuando nuestro cerebro procesa y es percepción surge cuando nuestro cerebro consciente de dicho estímulo. procesa ese estímulo, de modo que somos conscientes de él (p.e.: si en alguna ocasión has escuchado música mientras estudias, habrás podido comprobar cómo solo pudiste © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 25 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. darte cuenta de haber oído algunas de las canciones, pero, no todas ellas). Esta situación permite distinguir entre sensación y percepción dado que, el sonido nunca cesó, siempre hubo sensación, pero, no siempre fuiste consciente del sonido de las canciones menos interesantes y, consecuentemente, no siempre hubo percepción. Desde el nacimiento, los bebés son capaces de experimentar sensaciones y percepciones (oyen, ven, huelen, tienen gusto y responden al movimiento y la temperatura), aunque las respuestas se producen ante un número de estímulos muy pequeño. El estudio de la percepción y de la discriminación entre estímulos parecidos en los La habituación puede definirse como el descenso en la cantidad de atención que un bebés se ha realizado mediante el procedimiento bebé dispensa a un objeto que ha sido de habituación. A través de este método, un mostrado en repetidas ocasiones, descenso experimentador presenta una figura mientras que indica que ya le resulta conocido hasta el punto de que le aburre su continua que una cámara especial o un observador presencia. humano proporcionan pruebas de que los ojos del bebé casi siempre se fijan en unas partes de la figura en vez de en otras. Si en un primer ensayo se presentan dos figuras o imágenes novedosas simultáneamente se puede apreciar que el bebé dedica aproximadamente la misma cantidad de tiempo a observar cada una de ellas. En ensayos posteriores el experimentador muestra pares de figuras donde una de ellas se mostró previamente mientras que la otra cambia en cada presentación, es decir, el par está formado por una figura nueva y una conocida en cada ensayo. A medida que aumentan los ensayos, el bebé dedica más tiempo a mirar la figura nueva, como si se hubiese aburrido de la figura constante. Podríamos decir en términos más técnicos que el bebé se ha “habituado” a ella. Otras conductas como expresiones faciales, cambios en el ritmo cardíaco y cambios en la frecuencia o intensidad con la que succionan un chupete han servido para explorar el universo perceptivo del bebé. 8.1.- La visión. En primer lugar hay que señalar que, al contrario de lo que se pensó en épocas pasadas, todos los sentidos son funcionalmente operativos desde el momento del nacimiento. La vista, al igual que los demás sentidos, también lo es. La córnea, la pupila, el cristalino, la retina, el nervio óptico y las zonas del cerebro encargadas de la visión entran en acción ante la estimulación visual y permiten al niño ver, si bien es cierto que todas estas estructuras irán madurando a lo largo del primer año de vida. 8.1.1.- Agudeza visual. La agudeza visual puede definirse como la capacidad del bebé para percibir o distinguir los La agudeza visual se define como la capacidad que muestran los bebés para detalles de los objetos observados. Los percibir detalles precisos en los objetos. investigadores han estimado que la agudeza visual del recién nacido (mayor frecuencia espacial que puede ser detectada) es aproximadamente 6 / 150 (es decir, la nitidez con la que ven un objeto situado a 6 metros es similar a la imagen que detectaría un adulto si dicho objeto estuviese situado a 150 metros de distancia). Hacia los 12 meses de edad, la agudeza visual del bebé es prácticamente similar a la del adulto y, ello se debe a cambios cerebrales en mayor medida que a cambios oculares. © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 26 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. Asimismo, los recién nacidos carecen de La percepción de la profundidad se define convergencia ocular, es decir, no pueden como la capacidad que desarrollan los enfocar ambos ojos en el mismo punto y no bebés para juzgar la distancia que existe podrán hacerlo hasta el segundo mes de vida. entre los objetos, o bien, entre sus propios cuerpos y los objetos dentro de un mundo Esta carencia limita la percepción de la tridimensional. profundidad. Esta habilidad (percepción de profundidad) se define como la capacidad que desarrollan los bebés para juzgar la distancia que existe entre los objetos o, entre los objetos y nuestro cuerpo. Esta habilidad es indispensable para conocer cómo están distribuidos los objetos a lo largo del ambiente y para guiar la actividad motora. Los bebés tienen alguna idea sobre la profundidad para alcanzar objetos. Después, cuando aprenden a gatear, la percepción de la profundidad ayuda a prevenir que tropiecen con los muebles y se caigan por las escaleras. Los primeros estudios de la percepción de la profundidad emplearon el procedimiento de investigación llamado “abismo visual”. Consiste en una mesa cubierta por un cristal con una plataforma en el centro. Hay un diseño de tablero de ajedrez en una parte de la plataforma (la poco profunda), justo debajo de la superficie de cristal. En el otro lado (la parte profunda), el tablero ajedrezado está a varios centímetros debajo del cristal. Los investigadores pusieron a niños gateando en la plataforma y les pidieron a sus madres atraerlos, llamándolos y tendiéndoles juguetes. Aunque los niños cruzaron la parte poco profunda, todos menos unos pocos reaccionaron con miedo a la parte profunda. Los investigadores concluyen que la mayoría de niños que empiezan a gatear, distinguen las superficies profundas de las que no lo son y evitan pendientes que parecen peligrosas. Al parecer las claves visuales para percibir la profundidad se desarrollan durante los cuatro a seis meses. 8.1.2.- La percepción del color. Al igual que los adultos, los niños pequeños ven el mundo en color. Y, lo que es aún más interesante, ven el color enmarcado en categorías tal como lo hacemos los adultos. Esto significa que perciben diferencias entre unos colores y otros en función de la longitud de onda de tales colores. Aunque naturalmente aún carecen de etiquetas para designarlos, ya en su primer mes de vida los niños distinguen unos colores de otros, por lo que parece poder concluirse que la visión en color es una cualidad innata a nuestro sistema perceptivo visual (en un primer momento distinguen entre negro y blanco debido al alto contraste que existe entre estos colores). Los bebés pueden diferenciar el rojo del verde casi en el momento de nacer (Adams, 1989). A los 2 meses de edad, todos los receptores sensoriales del color están en funcionamiento (Teller y Bornstein, 1987). A los 3 meses, los bebés prefieren el amarillo y el rojo al azul y el verde (Adams, 1987). 8.1.3.- La percepción de la cara. ¿Qué aspectos del entorno pueden tener las consecuencias más importantes para un bebé? ¿Qué estímulos son los más relevantes para él? Sin lugar a dudas, no hay nada tan crucial para un bebé como sus cuidadores primordiales, lo que en la mayoría de los casos en nuestra cultura significa la madre: de ella depende para su alimentación y comodidad, ella le coge, acuna, arrulla, mira, etc. Por otro lado, el rostro humano es un magnífico compendio de las características estimulares que atraen la atención del bebé: © María José Justicia Galiano y Manuel J. de la Torre Cruz. Página 27 Tema 3: Desarrollo físico, sensorial, perceptivo y psicomotor. brillo en los ojos, contraste entre la línea del pelo y la frente, contraste entre ojos y boca, color, movimiento, etc. Por si necesitara algún atractivo adicional del rostro humano, concretamente de la boca, sale el estímulo auditivo que más atrae a los niños: la voz humana. Algunos investigadores han empleado aparatos electrónicos e informáticos para grabar exactamente dónde miran los bebés en las caras reales de personas. Los bebés de 1,5 meses de edad tienden a mirar cerca de los bordes de la cara, donde se encuentra el pelo. Sin embargo, los bebés de 2 meses pasan la mayoría del tiempo mirando a los rasgos internos de la cara, especialmente los ojos. La fijación en estos rasgos puede reflejar una nueva organización perceptiva de la cara como un conjunto en vez de como una serie de elementos independientes. Curiosamente, cuando el adulto del experimento comenzó a hablar, los bebés mayores miraron aún más a los ojos del adulto que a su boca. Como a los adultos les gusta el contacto visual, y a los bebés que les hablen, esta tendencia puede aumentar una interacción positiva continuada entre padre e hijo. 8.2.- La audición. Los datos de fetos y bebés prematuros indican que el sistema auditivo empieza a funcionar varias semanas antes del nacimiento. Sin embargo, hay dos razones por las que no sabemos qué oye el feto dentro de su mundo uterino o cómo se escuchará cualquier sonido. La primera de estas razones señala que los sonidos del exterior tienen que atravesar los tejidos del cuerpo de la madre y el líquido amniótico antes de alcanzar los oídos del feto. Bajo estas condiciones, los sonidos pueden proporcionar estimulación vibratoria a la piel del feto lo mismo que al sistema auditivo. En consecuencia, una reacción conductual del feto a un sonido está siempre abierta a la interpretación de que, en realidad, el feto “sintió” algo en lugar de que “escuchó” algo. La segunda razón se refiere a que datos recientes indican que el nivel del ruido ambiente en el útero materno es sorprendentemente alto (85 decibelios que, se equipara con el sonido de una fábrica ruidosa). Sin embargo, no deberían hablar alto después del nacimiento. Los estudios conducidos sugieren que el umbral auditivo del recién nacido solo es de 10 a 20 decibelios más alto que el de un adulto (Aslin y cols., 1983); esta es la pérdida de oído producida por un catarro adulto. Hay también datos que afirman que incluso los recién nacidos pueden localizar sonidos, al menos hasta el punto de discriminar si viene del lado izquierdo o el lado derecho. Es decir, si la cabeza se sujeta de forma adecuada de modo que sea fácil moverla, los bebés volverán la cabeza hacia la derecha cuando oigan un sonido que viene de la derecha, y hacia la izquierda cuando oigan un sonido que viene del lado izquierdo (Aslin y cols., 1983). Los sonidos favor