La Crisis de los Treinta Años (1914-1945) PDF
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Este documento analiza la crisis de los treinta años, específicamente el periodo entre 1914 y 1945. Se centra en las tensiones internacionales que llevaron a la Primera Guerra Mundial, incluyendo las rivalidades imperialistas, coloniales y las crisis balcánicas y marroquíes. El texto presenta las alianzas entre las potencias europeas y los eventos que desencadenaron el conflicto.
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3. LA CRISIS DE LOS TREINTA AÑOS (1914-1945) 3.1. LA “PAZ ARMADA” Y EL DESLIZAMIENTO HACIA LA GRAN GUERRA: LAS ALIANZAS INTERNACIONALES. Tras la dimisión y retirada de Bismarck en 1890, por desavenencias con el nuevo emperador Guillermo II, su sistema resultaba demasiado complicado para mantenerlo...
3. LA CRISIS DE LOS TREINTA AÑOS (1914-1945) 3.1. LA “PAZ ARMADA” Y EL DESLIZAMIENTO HACIA LA GRAN GUERRA: LAS ALIANZAS INTERNACIONALES. Tras la dimisión y retirada de Bismarck en 1890, por desavenencias con el nuevo emperador Guillermo II, su sistema resultaba demasiado complicado para mantenerlo. Aunque se mantuvo la Triple Alianza (Alemania, Austria- Hungría e Italia), sin embargo, el acuerdo ruso-alemán (Pacto de Contraseguridad) no fue renovado. Los franceses, en presencia de la Triple Alianza, no tardaron en aprovechar la oportunidad para formar su propia alianza con Rusia, la Alianza Franco-Rusa, firmada en 1894. Así pues, en 1894 los países europeos se dividieron en dos bloques militares: a) Triple Alianza (1882) de Alemania, Austria e Italia. La fidelidad de ésta última se tambalea pues establece acuerdos secretos con Francia reconociendo las actuaciones francesas en Marruecos a cambio de que Francia acepte la ocupación italiana de Libia (1912). b) El segundo bloque se formó en torno a Francia. Pues Mientras, Francia y Gran Bretaña superan sus diferencias en el norte de África (Francia cede Sudán y Egipto a Gran Bretaña y Gran Bretaña apoya la política norteafricana de Francia). En 1904 Francia y el Reino Unido crearon la una “entente cordiale”, pues el acercamiento británico a Alemania era imposible debido a: - el apoyo alemán a los bóers, - los recelos británicos ante el creciente poderío naval alemán. El poderío marítimo británico, se había mantenido durante dos siglos. Pero el programa naval alemán, en rápido ascenso, se convirtió en motivo de preocupación para los ingleses. Los alemanes insistían en que ellos necesitaban una marina de guerra para proteger sus colonias y para la seguridad de su comercio exterior. Los ingleses sostenían, con igual decisión que Inglaterra, una isla industrial densamente poblada, debía tener a toda costa el control del mar. En 1907 Rusia se incorpora a la Entente para defender sus intereses en los Balcanes frente Austria–Hungría poniendo fin a los enfrentamientos por cuestiones coloniales en Asia. Se forma así la Triple Entente con Francia, Rusia y Gran Bretaña para contener a Alemania. Francia aliada de Gran Bretaña y Rusia: es el fin de la idea de Bismarck de una Francia aislada. Características de la PRIMERA GUERRA MUNDIAL. A finales del siglo XIX y principios del XX, las rivalidades imperialistas, coloniales y geoestratégicas dominaban las relaciones internacionales de las grandes potencias europeas. En 1854-55 Francia y Gran Bretaña participaron en la guerra de Crimea para detener la expansión rusa, que amenazaba con el hundimiento definitivo del Imperio Turco. Rusia perderá esta guerra debido a su inferioridad militar por su insuficiente industrialización. Aunque Turquía perderá el control sobre algunos territorios, conseguirá sobrevivir gracias a la ayuda de Inglaterra y Francia. La guerra de Crimea, convenció a Europa de que en un mundo marcado por el capitalismo financiero y el aumento tecnológico auspiciado por la revolución industrial, un conflicto bélico directo entre las grandes potencias podía alcanzar proporciones gigantescas. Por esta razón, las grandes potencias se lanzaron a una política internacional destinada a asegurar su protección frente a sus posibles rivales (mediante un entramado de alianzas y una carrera armamentística) tanto como a salvaguardar sus intereses. Es el período que conocemos como Paz Armada. Sin embargo, existieron múltiples focos de tensión que amenazaron con romper el frágil equilibrio europeo, pero fueron las crisis balcánicas: presididas por un nacionalismo no satisfecho en la zona, el imperialismo turco (que dominaba el área pero demasiado débil para imponerse) y las apetencias de algunas grandes potencias por expandirse hacia los Balcanes (sobre todo de Rusia y Austria-Hungría); las que pusieron en marcha la red de alianzas gestada en los últimos años y encendieron la mecha de la Gran Guerra. El detonante principal lo supuso el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio Austro-húngaro, y su esposa en las calles de Sarajevo (Bosnia) en 1914. LAS CRISIS MARROQUÍES Los franceses habían penetrado en Marruecos. En marzo de 1905, Guillermo II desembarcó de un buque de guerra alemán en Tánger, donde pronunció un alarmante discurso en favor de la independencia marroquí. Lo que Alemania intentaba con esto no era mantener a Francia fuera de Marruecos, ni siquiera reservar Marruecos para la propia Alemania, sino romper el reciente entendimiento entre Francia e Inglaterra. Los alemanes demandaron y obtuvieron una conferencia internacional en Algeciras, pero la conferencia, que se reunió en 1906, apoyó las pretensiones francesas en Marruecos. Así pues, el gobierno alemán había creado un incidente y había sido desairado. Los ingleses apoyaban a los franceses cada vez con más fuerza. En 1911, se produjo una segunda crisis en Marruecos. Un barco de guerra alemán arribó a Agadir «para proteger los intereses alemanes». Los alemanes prometían no causar más trastornos en Marruecos, a cambio de que se les entregase el Congo Francés. La crisis pasó, obteniendo los alemanes unas insignificantes concesiones en África. LAS CRISIS BALCÁNICAS Mientras tanto, una serie de crisis sacudían los Balcanes. Allí, a comienzos del siglo XX, la situación era muy confusa. El Imperio Turco, en un avanzado estado de disolución, conservaba todavía una franja de territorio desde Constantinopla hacia el oeste, hasta el Adriático. Al sur de aquella franja, se encontraba una Grecia independiente. Al norte, a orillas del mar Negro, se encontraban una Bulgaria autónoma y una Rumania independiente. En el centro y al oeste de la península, al norte del cinturón turco, estaba el pequeño reino independiente de Serbia, sin salida al mar, colindante con Bosnia- Herzegovina y que pertenecía legalmente a Turquía, pero que había sido ocupado y administrado por Austria desde 1878. Dentro del Imperio Austro- Húngaro, lindando con Bosnia por el norte, estaban Croacia y Eslovenia Serbios, bosnios, croatas y eslovenos hablaban todos básicamente el mismo lenguaje. Con el incremento del nacionalismo, aquellos pueblos llegaron a tomar conciencia de que eran un solo pueblo por lo que tomaron la denominación de eslavos del sur o yugoslavos, con el deseo de formar un estado independiente propio. Esto significaba que un elemento de la población austro-húngara, es decir, croatas y eslovenos, querían abandonar el imperio y unirse a Serbia, que se convirtió en el centro de la agitación de los eslavos del sur. Esta situación empeoró cuando en 1908, el Imperio Austro-Húngaro aprovechando la revolución de los “Jóvenes Turcos”, se anexionó Bosnia- Herzegovina, territorio que administraba desde la Conferencia de Berlín de 1878. Esto era visto como una infracción del Tratado, lo que pone en marcha la red de pactos y alianzas. Rusia moviliza sus tropas mientras que Alemania apoya a Austria. Se llega al borde de la guerra, pero Francia no apoya a Rusia y Alemania presiona para impedir el conflicto. La primera crisis no tardó en desvanecerse, los rusos volvieron atrás; la influencia austríaca en los Balcanes parecía estar en auge; el nacionalismo de los eslavos del sur se vio frustrado y Rusia tuvo que retirarse humillada. El conflicto bosnio dañó irremediablemente las relaciones del Imperio austro-húngaro con Rusia y Serbia, de cara al futuro. En 1911, Italia declaró la guerra a Turquía, conquistando Libia y las islas del Dodecaneso. Con los turcos así entorpecidos, Bulgaria, Serbia y Grecia unieron sus fuerzas para su propia guerra contra Turquía, esperando anexionarse ciertos territorios balcánicos a los que creían tener derecho. Turquía no tardó en ser derrotada, pero los búlgaros reclamaron más territorios de los que los serbios querían cederles, de modo que la guerra balcánica de 1912 se vio seguida en 1913 por otra, en la que Serbia, Grecia, Rumania y Turquía derrotaron a Bulgaria También Albania era motivo de discordia. Los serbios ocuparon parte de Albania en las dos guerras balcánicas, pero los griegos también reclamaron una parte. Austria estaba decidida a impedir a los serbios el acceso al mar, que ellos querían obtener mediante la anexión del territorio albanés. Un acuerdo de las grandes potencias para mantener la paz (Tratado de Bucarest) dio origen a un reino de Albania independiente. Esto confirmó la política austríaca, mantuvo a Serbia apartada del mar y suscitó fuertes protestas en Serbia y Rusia. El expansionismo serbio de nuevo se vio frustrado. La tercera crisis balcánica resultó ser la fatal. Y fue fatal porque antes se habían producido las otras dos, que dejaron sentimientos de exasperación en Serbia y de humillación en Rusia. El día 28 de junio de 1914, Gavrilo Princip, un joven revolucionario bosnio miembro de la sociedad secreta serbia “Unión o Muerte”, generalmente conocida como la “Mano negra”, cuyo jefe, el coronel Dragutin Dimitrievic, dirigía también los servicios de inteligencia del Estado Mayor serbios, asesinó al heredero del Imperio Austro-Húngaro, el archiduque Francisco Fernando, y a su esposa en las calles de Sarajevo, capital de Bosnia. Pese a la importancia del magnicidio, la Primera Guerra Mundial que le siguió nunca podría ser interpretada como una simple respuesta a aquel hecho individualizado, sino como resultado de un largo proceso en el que las rivalidades entre potencias han llegado a un punto de imposible conciliación. El gobierno austro-húngaro vio en el atentado una prueba del peligro que para el imperio representaba el nacionalismo yugoslavo y trató de aprovechar el grave incidente para hundir a Serbia. El gobierno austríaco, tras consultar con el alemán, envió un drástico ultimátum a Serbia exigiendo, entre otras cosas, que se permitiese a funcionarios austríacos colaborar en la investigación y castigo de los autores del asesinato. Los serbios contaban con el apoyo ruso, incluso hasta el extremo de la guerra, considerando que Rusia no podría ceder de nuevo en una crisis balcánica sin perder su influencia en los Balcanes definitivamente. Los rusos, a su vez, contaban con el apoyo de Francia. Los serbios rechazaron el ultimátum como una intromisión en la soberanía serbia, y Austria, en consecuencia, declaró la guerra a Serbia. Rusia se disponía a defender a Serbia y, por lo tanto, a luchar contra Austria. Contando con que ésta sería ayudada por Alemania, Rusia movilizó su ejército hacia la frontera alemana, a la vez que hacia la austríaca. El gobierno alemán exigió que terminase la movilización rusa en su frontera, y, al no recibir respuesta, declaró la guerra a Rusia el día 1 de agosto. Convencida de que Francia entraría en la guerra al lado de Rusia, Alemania declaró la guerra también a Francia el día 3 de agosto, Inglaterra entraba en la guerra el día 4. Comenzaba así la Primera Guerra Mundial. EL DESARROLLO DE LA GUERRA A partir del mismo día del atentado, Austria-Hungría se decide a poner en marcha su proyecto de eliminar a Serbia y para ello va a contar con el pleno apoyo alemán. El ultimátum, de carácter inaceptable, buscaba deliberadamente el conflicto con Serbia. El 28 de julio, Austria-Hungría declara la guerra a Serbia y empieza a bombardear Belgrado, recibiendo el apoyo de Alemania. Rusia se moviliza parcialmente. Alemania estaba preparada para afrontar una guerra en el plazo más breve. Sus planes pasan por vencer rápidamente a Francia, sin dar opción a Gran Bretaña a intervenir, para luego volverse contra Rusia. En este sentido, debe interpretarse la presentación de un doble ultimátum a Rusia exigiéndole desmovilización, y a Francia. El 1 de agosto, Alemania decreta la movilización general, y antes de que Rusia haya respondido al ultimátum, le declara la guerra. El día 3 a Francia y el 4 se la declara Gran Bretaña a Alemania. En principio, los participantes en la guerra son, por un lado, los Imperios Centrales, el alemán y el austro-húngaro, que formaban un espacio geográfico compacto y poblado y, por el otro, la Triple Entente, Reino Unido, Francia y Rusia, con los inmensos recursos que garantizaban las colonias. Otros países fueron incorporándose a la contienda, algunos con carácter testimonial, pero otros con importante papel como Turquía y Bulgaria, junto a los Imperios Centrales, y Japón, Italia, Rumania y Grecia, junto a la Entente. Se suele establecer las siguientes fases en el desarrollo de la I Guerra Mundial: La guerra de movimientos (1914). La guerra de posiciones (1915-16). La crisis de 1917 y las grandes ofensivas finales (1918). 1. GUERRA DE MOVIMIENTOS (1914): La guerra comenzó con tácticas ofensivas en la búsqueda de una rápida resolución del enfrentamiento. Alemania atravesó Bélgica y Luxemburgo para penetrar en Francia en dirección a París (Plan Schlieffen), de manera que en seis semanas Francia habría capitulado y los efectivos alemanes se centrarían en el frente ruso. Mientras, los franceses atacaban Alsacia y Lorena. El plan alemán constituyó un éxito inicial mientras que los franceses resultaron un fracaso. Sin embargo, en la batalla del Marne fue paralizado el ataque alemán. Los ejércitos francés y británico frenaron el avance imperial, lo que acabó con las esperanzas de un conflicto breve y los franceses consolidaron sus posiciones defensivas, comenzó así una guerra de desgaste que duraría casi cuatro años. Mientras tanto, Austria-Hungría fracasó en su primer intento de tomar Belgrado. 2. GUERRA DE POSICIONES (1915-1916): Los ejércitos se atrincheran. Más de dos millones de hombres murieron en un frente occidental que apenas se movía. Estas circunstancias quebraron el entusiasmo patriota de los primeros meses de la guerra por una profunda desmoralización. En el frente oriental, sin embargo el avance alemán les lleva a ocupar una enorme franja en territorio ruso. En 1915, entraron en la guerra Italia, al lado de los Aliados, y Bulgaria junto a las Potencias Centrales, fundamental para la ocupación a Serbia. Tras la batalla del Marne, ambos bandos se habían atrincherado en una línea posiciones que apenas varió a lo largo de la guerra. Los diversos intentos por romper el frente fueron un fracaso. Las trincheras, el alambre de espino y la artillería constituyeron una perfecta defensa e impidieron los avances. Sin embargo, las condiciones para los soldados eran muy duras y las bajas elevadísimas. Sólo el empleo de mejoras tácticas, como el gas venenoso y los tanques. Permitió ciertas variaciones en el frente. La situación con Rusia era muy distinta. El ejército ruso era numeroso, pero estaba compuesto principalmente por campesinos mal equipados y formados. En las batallas de Tannenberg y de los Lagos Masurianos, en agosto y septiembre de 1914, respectivamente, los rusos sufrieron grandes derrotas. Austria-Hungría, en cambio, no pudo repeler la invasión. Una ofensiva rusa traspasa las líneas austrohúngaras. El Imperio mostraba una gran fragilidad. Sin embargo, la derrota de Rumanía compromete la posición rusa. El éxito de la ofensiva alemana provocó el movimiento del frente oriental que no conoció la guerra de trincheras. El fracaso de los aliados en Galípoli comprometía la participación rusa, que continuaba aislada, en la Gran Guerra. 3. OFENSIVAS FINALES (1917-1918): En enero de 1917, el ministro de Asuntos Exteriores, el alemán Zimmermann, envió un telegrama a su embajador en Méjico donde indicaba la conveniencia de un pacto con el presidente, para que participara en la guerra. A cambio, Méjico recuperaría los territorios anexionados por Estados Unidos por el Tratado de Guadalupe-Hidalgo. El telegrama fue interceptado por fuerzas de inteligencia británicas, lo que provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra. El presidente Carranza no aceptó la oferta. Estados Unidos entró oficialmente en guerra al lado de los aliados. Ante la opinión pública, el hecho que motivó el ingreso de Estados Unidos en la guerra fue el hundimiento del transatlántico Lusitania en 1915, donde murieron 123 estadounidenses, por un submarino alemán. En 1917 estalla la Revolución Rusa, los bolcheviques toman el control y acuerdan la Paz de Brest-Litovsk con los Imperios Centrales, en marzo de 1918, enormemente lesiva para Rusia que perdía territorios. Alemania dirige todos sus esfuerzos hacia el frente occidental e intenta obtener una victoria rápida, pero, tras sus fracasos en las segundas batallas del Somme y el Marne frente a los aliados, sostenidos ya por E.E.U.U.; el frente austro-alemán se derrumba. Las tropas alemanas no pudieron resistir y no consiguen su objetivo: París. Bulgaria y el Imperio Otomano se ven superados y piden el armisticio. Los italianos (que habían sido vencidos tan sólo un año antes en Caporetto) derrotan ahora a Austria-Hungría en la batalla de Vittorio Veneto y el imperio se hunde. En estas circunstancias, el Reich se encuentra en una situación desesperada: se ha quedado sin aliados y su ejército no puede dar más de sí. En noviembre se firma un armisticio. El káiser Guillermo II abdica y el emperador austríaco Carlos II huye ante la descomposición del Imperio. En 1919 comienzan las reuniones en París para realizar los tratados de paz. 3.2 Las consecuencias internacionales de la Gran Guerra: la emergencia de EEUU, como potencia internacional y el nuevo orden europeo. Los tratados de paz y la Sociedad de Naciones. La desmembración de los imperios. EL FIN DE LA GUERRA: LOS TRATADOS DE PAZ Tras la derrota de los Imperios Centrales, en 1919 los vencedores se reunieron en París para reconstruir el mundo. Durante 1919 firmaron 5 tratados: St. Germain con Austria, Trianon con Hungría, Neuilly con Bulgaria, Sèvres con Turquía, y, muy especialmente, con Alemania el Tratado de Versalles. El mundo miraba con respeto y expectación a un hombre, el presidente estadounidense Woodrow Wilson. Vencedores, vencidos y neutrales admitían que la intervención de EE.UU. habla decidido el conflicto. Los puntos de vista de Wilson eran bien conocidos; los había formulado, en enero de 1918, en sus Catorce Puntos, que eran los principios sobre los que, según él, había de establecerse la paz después de la victoria. Los Catorce Puntos exigían que se pusiera fin a los tratados secretos y a la diplomacia secreta; libertad de los mares; eliminación de las barreras y de las desigualdades en el comercio internacional; reducción de armamentos por parte de todos los países; reajustes coloniales; evacuación de territorios ocupados; autodeterminación de las nacionalidades y nuevo trazado de las fronteras europeas a lo largo de líneas nacionales; y como punto final, una organización política internacional para evitar la guerra. Veintisiete naciones se reunieron en París en enero de 1919, pero las sesiones plenarias no tuvieron interés. Las cuestiones se decidían en conferencias entre los cuatro grandes: Wilson por EE.UU., Lloyd George por Gran Bretaña, Clemenceau por Francia y Orlando por Italia. Wilson empezó librando una dura batalla por una Sociedad de Naciones, organismo internacional permanente en el que todas las naciones, sin sacrificar su soberanía, se reunirían para discutir sus disputas, prometiendo todas no recurrir a la guerra. Pocos estadistas europeos tenían confianza alguna en aquella Sociedad, pero aceptaron la propuesta de Wilson. La gran exigencia de los franceses en la conferencia de paz fue la de la seguridad contra Alemania. Proponían que la parte de Alemania al oeste del Rhin se estableciera como un estado independiente, pero los aliados se opusieron. Los franceses cedieron a cambio de una promesa de E.E.U.U. e Inglaterra de ir en su ayuda si eran atacados de nuevo por los alemanes. Francia obtenía el control de las minas de carbón del Sarre por 15 años; durante este tiempo una comisión de la Sociedad de Naciones administraría el territorio del Sarre y en 1935 se celebraría un plebiscito. Lorena y Alsacia volvieron a Francia. En el este, los aliados querían asentar fuertes estados amortiguadores contra el bolchevismo ruso. Las simpatías con Polonia eran profundas. Las partes del antiguo imperio alemán habitadas por polacos fueron asignadas al nuevo estado polaco. Esto daba a Polonia un corredor hacia el mar; pero, al mismo tiempo, separaba a la Prusia oriental del núcleo de Alemania. Danzig se convirtió en una ciudad libre. Alemania perdió todas sus colonias, que fueron conferidas a la Sociedad de Naciones que, a su vez, bajo "mandatos", las asignó a diversas potencias para administrarlas. Los aliados se adjudicaron la flota alemana, pero las tripulaciones alemanas, en lugar de rendirlas, las hundieron. El ejército alemán quedó reducido a 100.000 hombres: el tratado prohibía a Alemania tener artillería pesada, aviación y submarinos. Los franceses habían estipulado que Alemania debía pagar daños de guerra y los otros aliados formularon la misma exigencia. En la conferencia, Wilson quedó estupefacto ante el volumen de las facturas presentadas. En el tratado no se establecía ninguna suma total por reparaciones; quedó claro que la suma sería muy elevada pero su determinación quedó al arbitrio de una futura comisión. Fue con la concreta finalidad de justificar las reparaciones por lo que se incluyó en el tratado la famosa cláusula del "delito de guerra". Mediante aquella cláusula, Alemania explícitamente aceptaba la responsabilidad de todas las pérdidas y de todos los daños resultantes de la guerra. Los alemanes, ciertamente, no se sentían tan responsables como ahora se veían obligados a reconocer y consideraban que se ofendía a su honor como pueblo. La cláusula del "delito de guerra" inducía incluso a los alemanes más moderados a considerar el tratado como algo que sería necesario eludir, por una cuestión de propio respeto. El Tratado de Versalles se terminó en 3 meses. La ausencia de los rusos, la decisión de no conceder ninguna audiencia a los alemanes y la inclinación de Wilson a hacer concesiones a cambio de la obtención de la Sociedad de Naciones, permitió resolver problemas complicados con una considerable facilidad. Los alemanes, cuando se les presentó el documento terminado, se negaron a firmar. Los aliados amenazaron con una reanudación de las hostilidades y, finalmente, se vieron obligados a firmar. Los demás tratados redactados por la Conferencia de París, en conjunción con el Tratado de Versalles (St. Germain, Trianon, Neuilly y Sèvres), trazaron un nuevo mapa para la Europa oriental, y registraron la recesión de los imperios ruso, austriaco y turco. Ahora existían 7 nuevos estados independientes: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia. Rumanía se amplió mediante la agregación de áreas anteriormente húngaras y rusas; Grecia se amplió a expensas de Turquía. Austria y Hungría eran ahora pequeños estados, y no había conexión alguna entre ellos. El Imperio Turco desapareció surgiendo Turquía como una república reducida a Constantinopla y Asia Menor. Las iníciales pretensiones de Wilson, expresadas en sus 14 puntos y aceptadas por Alemania y Austria, para crear un nuevo sistema democrático que acabara con estructuras del Antiguo Régimen se vieron frustradas por negativa de Francia (Clemenceau), Gran Bretaña (Lloyd George) e Italia (Orlando) quienes gozaron de excesivo poder para decidir. Wilson se centró en creación de Sociedad de Naciones. Francia quería reducción del territorio de Alemania, desmilitarización y compensaciones económicas inasumibles. Convencieron a Gran Bretaña, sobretodo, en base a compensaciones económicas y comerciales. Se sentaron las bases de una nueva guerra. Tratado de Versalles (28 de junio de 1919): fundamental para evolución posterior de República de Weimar y ascenso del nacionalsocialismo en Alemania, ya en prolegómenos de II GM. Puntos principales, incluidas repercusiones para Alemania: * Declaración de responsabilidad unilateral de Alemania y sus aliados: indignó moralmente a alemanes: no eran partidarios de guerra antes de su inicio. Responsables políticos y militares, pero no conjunto de nación alemana. Esta cláusula, llamada de “delito de guerra”, se consideró prioritaria para poder establecer reparaciones con cierta base legal, pero ofendía honor del pueblo alemán y fue una de las banderas ideológicas que hitlerianos agitaron más tarde. Se declara Káiser criminal de guerra y no se permitirá a Ale participar en futura Sociedad de Naciones (hasta 1926). * Enajenación de todas colonias con consiguientes pérdidas económicas, así como prohibición de ejercer derecho de dominio colonial similar al que ostentaban Francia o Gran Bretaña: Imperio Británico sale reforzado en este aspecto: Suráfrica y Australia eran dominios suyos. Apertura del canal de Kiel e internacionalización de vías fluviales alemanas. Cesión de todo buque mercante superior a las 1600 toneladas. Reconocimiento nuevo mapa de Polonia a costa de territorios alemanes y austriacos. Pérdida de Sudetes y región alemana de Bohemia: Territorio alemán de Schleswig pasa a Dinamarca. Alsacia y Lorena: perdidas en 1870, pasan de nuevo a Francia; es una recuperación que supone la victoria francesa plena, pues ésta era su razón primordial para entrar en la guerra. Francia adquiere también derecho de exportación de minas alemanas del Sarre por 15 años. Reparaciones de guerra. Desarme de Alemania Tratado de Saint-Germain. Firmado con Austria (10/11/1919) y Tratado de Trianon, firmado con Hungría (4/6/1920): con pretexto del principio de nacionalidades del Presidente norteamericano W. Wilson se crean nuevos Estados y se refuerzan territorios de otros débiles, nacidos anteriormente al amparo de la descomposición del Imperio Turco. Reestructuración territorial intensa y afecta a: Territorios austríacos de Bohemia, Moravia y Eslovaquia forman nuevo Estado de Checoslovaquia: Francia principal valedora de su creación con intención de crear franja de separación entre Alemania y Austria y evitar sueños de unión en futuro. Territorios balcánicos de Serbia, Montenegro, Croacia y Dalmacia formaron Yugoslavia. Región de Galitzia pasa a Polonia, que resurge ampliada en mapa europeo. Frontera de los Alpes también modificada. Tratado de Sèvres. Firmado con Turquía (10/8/1920): Por este tratado queda desmembrado antiguo Imperio Turco. Consecuencias del Tratado: pérdida legal de territorios balcánicos, salvo zona de los Estrechos. Gran parte del área otomana pierde relativa autonomía colonial que había tenido. Cambios: Turquía cede a Francia y Gran Bretaña todos territorios de Oriente Próximo: Siria, Jordania, Líbano, Israel y Palestina. En zona del actual Israel, casi despoblada entonces, se inicia inmigración de judíos procedentes de países vencidos, afectados además por grave crisis económica, pero especialmente judíos rusos, por política antisemita del régimen soviético. Resultado también de negociaciones de sionistas europeos, iniciadas en 1900 y culminadas en su momento. A los judíos se les dan facilidades para instalarse como colonos agrícolas, modificando estructuras agrarias de zona. Así, irán entrando en conflicto abierto con tribus árabes del lugar. También pierde un amplio territorio balcánico que pasa a Grecia: Esmirna, islas del Mar Egeo, desde Creta hacia sus costas: cuna de civilización recupera parte de sus límites originarios, se inicia recuperación arqueológica del patrimonio perdido y un intenso movimiento migratorio, pactado entre Grecia y Turquía (a griegos del Asia Menor se les da opción de volver a Grecia y a turcos de ocuparlos). De este modo, Turquía se queda limitada a península de Asia Menor hasta Mar Caspio y Grecia renuncia a supuesta futura reivindicación histórica territorial en Anatolia. Región del Bósforo y Dardanelos se queda en poder de Turquía, aunque bajo régimen internacional: permite paso de buques de guerra y mercantes de cualquier nacionalidad entre Mar Negro y Mediterráneo (benefició a URSS en intento secular de tener salida a mares cálidos). Las islas del Dodecaneso en el Adriático pasaron a Italia. Tratado de Neuilly, firmado con Bulgaria (27/11/1919): Una de las grandes perdedoras de guerra, injustamente. Perdió toda su vertiente marítima sobre Mediterráneo, lo que le ahogó económicamente, pues no podía dar salida a su producción y tuvo que ceder también territorios a Rumanía y Yugoslavia, donde vivía población búlgara. Su complicada orografía y su aislamiento impidieron su desarrollo posterior. Tratado de Brest-Litovsk, firmado con la URSS (3/6/1918): Firmado antes del final de guerra en momento del inicio de revolución rusa. Significó grandes desventajas para Ru. Tuvo que ceder territorios del Oeste a Ale (en Polonia) y Turquía, pero más adelante recuperaría o pasarían a un tercero. La guerra fue una muy trágica “victoria de la democracia”. Triunfaron los regímenes democráticos frente a los monárquicos y aristocráticos que se hundieron. Lo mejor de los Tratados, la creación de la Sociedad de Naciones, un organismo con limitaciones, pero que planteaba un futuro, aparentemente alentador. CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO DE LA CONTIENDA Se produce un nuevo orden mundial en el que las que eran las grandes potencias mundiales se ven relegadas a un segundo plano. Las pérdidas humanas, materiales, la debilitación de los lazos con las colonias, que en muchos casos inician un largo proceso de descolonización, y la incapacidad de estas potencias de poner fin a un conflicto que ellas mismas han generado marcan el inicio del fin de la hegemonía europea en la esfera política mundial. Frente a este panorama europeo, dos países llevaron a cabo un fuerte despegue económico con sus préstamos y ventas a los países beligerantes: son Estados Unidos y Japón, que, con el hundimiento de Europa, se convierten en primeras potencias económicas. 4. LA REVOLUCIÓN SOVIÉTICA. 1. LA PERVIVENCIA DEL ZARISMO EN EL SIGLO XX Y OPOSICIÓN AL RÉGIMEN. A comienzos del siglo XX, Rusia era un país inmenso con más de 140 millones de personas y un sistema político (autocracia) de los más autoritarios del mundo. El poder absoluto del zar se apoyaba en una burocracia fiel, un ejército poderoso y la Iglesia ortodoxa (cuyo jefe es el zar). *La economía rusa estaba entre las más atrasadas del continente. La principal actividad era la agricultura tradicional y la tierra estaba en manos de unos cuantos terratenientes (la nobleza, la iglesia y el zar) trabajadas por una mayoría de población campesina que vivía en unas condiciones de vida miserables, a pesar del Decreto de abolición del régimen feudal y de la servidumbre (1861) y de la concesión de la libertad personal e igualdad civil, pues no mejoró la productividad de la tierra. Recuerda, la reforma fracasó por cómo se hizo. *A finales del s. XIX, se va a iniciar una tímida industrialización (minería, ferrocarril, concentración empresarial) muy localizada en el territorio (San Petersburgo, Moscú, áreas de Ucrania, Donetz y Bakú), apoyada por el Estado y con importantes inversiones extranjeras que llevarán al endeudamiento y aumento de la presión fiscal para pagar la deuda externa *País socialmente atrasado, de mayoría rural (85% de la población) aunque el desarrollo industrial dio lugar a ciertos cambios sociales con la aparición de nuevas clases: proletarios que vivían en condiciones miserables y clases medias. Pero la burguesía débil por el predominio de capital extranjero (francés sobre todo) en las inversiones industriales. La aristocracia, en cambio, seguirá siendo muy poderosa * La oposición al zarismo. En el régimen zarista los partidos políticos eran ilegales, existía la censura y una poderosa policía secreta (okhrana) para la represión política; la disidencia se castigaba con la deportación a Siberia. Pese a la prohibición de formar partidos políticos, en el seno de una reducida clase intelectual se organizó en la clandestinidad una oposición al zarismo (intelligentsia rusa) que reclamaba libertades políticas y cambios sociales y económicos. Esta minoría culta estaba aislada por falta de burguesía y proletariado al que enviara su mensaje En Rusia existían varias fuerzas políticas: a) En 1870 surgieron los populistas (narodniks), que consideraban al campesinado la fuerza revolucionaria por excelencia para destruir al zarismo y pedían la implantación de un socialismo agrario basado en la colectivización de la tierra. El populismo se dividió en: - anarquistas, que formaron una organización terrorista denominada La Voluntad del Pueblo que logró asesinar al zar Alejandro II en 1881; - otro sector creó el Partido Socialista Revolucionario (SR o eseritas, 1905), con gran influencia entre los campesinos y que mantuvo las tesis del socialismo agrario y la revolución campesina y no burguesa; pero creían que antes era necesaria una fase de desarrollo del capitalismo burgués. b) En 1898 se fundó en un congreso clandestino celebrado en Minsk el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), inspirado en los principios revolucionarios marxistas. En él pronto destacó la figura de Vladimir Ilich Ulianov, más conocido por el seudónimo de Lenin. En 1903 se produjo, en el seno del partido, la ruptura entre los mencheviques y los bolcheviques. - Los mencheviques defendían que Rusia debía pasar por una revolución burguesa y desarrollar una economía capitalista antes de emprender la revolución socialista. Concibieron el partido como una organización de masas abierta a militantes y a simpatizantes que seguía las directrices de la II Internacional. - Los bolcheviques tenían como objetivo derrocar al zarismo y establecer una «dictadura democrática revolucionaria provisional del proletariado y del campesinado». Concebían el partido como una organización minoritaria, férreamente disciplinada, cuyos militantes debían acatar el programa y dedicarse por entero a la revolución. c) Hacia 1905, la burguesía liberal formó el Partido Constitucional Demócrata o cadetes. Representaba a las clases medias y pretendía transformar el régimen absoluto zarista en otro liberal constitucional, en el que se respetasen los derechos individuales. 1.2. La revolución de 1905 y el fracaso de las reformas. El deterioro de las condiciones de vida de los obreros industriales y de los campesinos (empobrecidos y defraudados por la reforma agraria) se materializó en agitación social, huelgas y atentados. A ello se sumaron las derrotas rusas frente a Japón en 1905 que agravaron aún más la miseria miles de familias y provocó el descrédito del zar En enero de 1905 una manifestación pacífica de obreros ante el Palacio de Invierno terminó trágicamente: la guardia del zar abrió fuego contra los manifestantes dejando más de 300 muertos y mil heridos (domingo sangriento). La dureza de la represión provocó la condena internacional y fue el detonante de la revolución en Rusia. Espontáneamente se crearon los primeros sóviets o asambleas de obreros para organizar las huelgas. Participaron todos los grupos políticos enfrentados al sistema y parte del clero ortodoxo y el descontento se mostró también en el ejército (motín del acorazado Potemkin que regresaba de Extremo Oriente). La revolución obligó llevó al zar a anunciar en el Manifiesto de Octubre, una serie de medidas de carácter liberal. Esas promesas dividieron al movimiento revolucionario. Calmaron a los liberales y permitieron al zar reprimir la revuelta arrestando a los dirigentes del sóviet de San Petersburgo y Moscú y enviando al exilio a los líderes sindicales (Lenin en Suiza) Los gobiernos del zar Nicolás II emprendieron algunas tímidas reformas políticas y sociales que acabaron fracasando: * Limitada reforma política. La Duma legislativa, elegida por sufragio universal masculino, (Corporativo e indirecto para impedir el auge de las fuerzas opositoras) tenía poco poder: el zar tenía la iniciativa legislativa, el derecho a vetar cualquier ley y a disolverla cuando le interesaba. Enemigo del liberalismo, utilizará estas amplias prerrogativas para boicotear el funcionamiento de la Duma a la que considera una asamblea “consultiva”. La actitud cada vez más autoritaria del zar y el retorno a la represión política frustraron las expectativas abiertas con la revolución. - Fracasada reforma agraria (Stolypin, 1906). Se suprime el mir y el pago de rescate de las tierras lo que dará lugar a la distinción entre: - mujikcs: campesinos pobres con pocas y malas tierras seguían en la miseria pero que ahora pueden emigrar a las ciudades; - kulaks: campesinos acomodados que compraron buena parte de las tierras a los emigrados formando una cierta burguesía rural La mayor parte de las tierras siguieron en manos de corona, nobleza e Iglesia. La revolución de 1905 había creado grandes expectativas de profundas reformas que no se vieron satisfechas. Al desencanto provocado por el fracaso de las reformas de 1905 se sumará el empeoramiento repentino de la situación con el estallido de la Primera Guerra Mundial. La oposición comprendió que sólo la eliminación del zarismo podía cambiar la situación del país. 2. LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO. *La desastrosa coyuntura creada por la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial será el detonante de un nuevo estallido revolucionario de mayor envergadura. Causas: Desorganización económica del país ante el alargamiento del conflicto. Los productos de primera necesidad comenzaron a escasear, los precios subieron y la capacidad adquisitiva de los asalariados disminuyó. El desabastecimiento de las ciudades de alimentos, combustibles y materias primas se tradujo en hambre, frío y cierre de fábricas mientras proliferaban las manifestaciones por la carestía de la vida. b) Las derrotas militares ante Alemania y las consiguientes pérdidas territoriales. El ejército ruso estaba desabastecido (ni munición ni alimentos), deficientemente armado y mal dirigido. Las bajas entre los combatientes (la mayoría de las clases bajas) eran enormes y muchos soldados desertaban. c) El zar disolvió la Duma y el malestar político aumentó. La confianza en el zar se había hundido y el Estado se desintegraba. Los complots se sucedían en una corte en la que el monje Rasputín, un personaje muy discutido, tenía cada vez mayor influencia sobre la familia Romanov hasta que fue asesinado por un complot nobiliario en 1916. El desastre militar, la penuria económica y el descontento político condujeron a la revolución de febrero de 1917. La caída del zarismo: los cinco días (23 al 27 de febrero) El 23 febrero de 1917 (8 de marzo, según el calendario occidental) masas de mujeres trabajadoras de las fábricas se manifestaron en el centro de Petrogrado (nombre eslavo de San Petersburgo desde 1914) pidiendo paz, pan y el derecho al sufragio. A ellas se unieron multitud de obreros descontentos y hambrientos. Las protestas con las consignas de abajo la guerra y abajo la autocracia crecieron y se produjeron choques entre los manifestantes y la policía. El día 25 la ciudad quedó paralizada por la huelga general. Las huelgas y manifestaciones contra la guerra y las pésimas condiciones de vida siguieron y se extendieron a otras ciudades, como Moscú. Como ocurrió en 1905, en todo el país se formaron comités revolucionarios de obreros, campesinos y soldados (los sóviets) que agrupaban a las fuerzas revolucionarias (mencheviques, socialistas revolucionarios y bolcheviques) y que adquirieron gran protagonismo en la organización de la revuelta. El 26 de febrero, tras recibir un telegrama del zar (en el frente) exigiendo el cese de los desórdenes (“a cualquier precio”) se produjo una sangrienta represión en Petrogrado por parte del ejército (más de 200 muertos). Al día siguiente, las tropas de Petrogrado enviadas a reprimir las manifestaciones se amotinaron y se unieron a los manifestantes. Ese mismo día 27, una masa furiosa de obreros y soldados se dirigió al palacio de Tauride, sede de la Duma, en busca de líderes. El sóviet de Petrogrado, integrado por representantes de todos los partidos no burgueses elegidos por los obreros y a los que se sumaron algunos soldados, creó un Comité ejecutivo para defender los intereses de sus representados y consideraron la posibilidad de conquistar el poder. Sin embargo, decidieron limitarse a exigir reformas democráticas y el fin de la guerra a los dirigentes de la Duma, El 1 de marzo se formó un gobierno provisional, presidido por el príncipe Lvov, y cuyos miembros procedían en su mayoría del partido de los cadetes. En él también participó Kerenski, un socialista revolucionario, como ministro de Justicia. El sóviet se comprometió a darle su apoyo siempre y cuando asumiera los principios democráticos contra la autocracia. La actitud del ejército y la oposición de los liberales dejan sin apoyos al zar Nicolás II que el 2 de marzo abdicó. En Rusia se proclama la República. Pero el Gobierno provisional mantuvo sus compromisos militares con los aliados y, por tanto, la permanencia en la guerra pese a las demandas de paz. Al estar en el frente la mayor parte de la población no se podía celebrar elecciones y hubo que posponer reformas básicas, como la agraria, hasta el final del conflicto. La permanencia de Rusia en la Primera Guerra Mundial empezó a resquebrajar la unidad de las fuerzas políticas que habían derrocado al zar y enfrentó al Gobierno (de mayoría cadete) con los mencheviques, los socialistas revolucionarios y los bolcheviques, partidarios de una paz inmediata. Así, empezó a perfilarse entre marzo y octubre la existencia de dos poderes paralelos. El poder legal del Gobierno provisional, emanado de la Duma y que, con el apoyo de la burguesía y del socialismo moderado, aspiraba a convertir Rusia en una república parlamentaria democrática. Por otro lado, el poder de los sóviets, particularmente el de Petrogrado (con mayoría moderada menchevique y eserita) que exigía la retirada inmediata de la guerra pero apoyaba al gobierno provisional para consolidar las reformas democráticas. Solo los bolcheviques se oponían a cualquier colaboración con el gobierno. El Gobierno, débil, carente de un aparato policial, con un ejército en el que los soldados cuestionaban la autoridad de sus oficiales y acuciado por los problemas de la guerra, atravesó sucesivas crisis. El descontento se extendía por toda Rusia. Los gobiernos regionales y municipales actuaban como si fueran independientes. Las comunidades campesinas incautaban tierras y ganado, los obreros tomaban el control de las fábricas. Los soviets presionaban al gobierno para establecer un modelo de sociedad distinta a la burguesa. La crisis con los bolcheviques En abril, la llegada a Petrogrado de Lenin desde el exilio en un tren sellado facilitado por los alemanes, dio un giro a los acontecimientos. En sus Tesis de abril expuso el programa del partido bolchevique, el más radical de los revolucionarios. Para él, la revolución que acababa de producirse debía superar la fase liberal-burguesa que representaba el gobierno provisional y convertirse en una revolución proletaria, que acabase con el capitalismo y la burguesía y otorgara el poder a los obreros y campesinos (dictadura del proletariado) “¡Todo el poder para los soviets!” Lenin y sus colaboradores prepararon la insurrección de los sóviets y planificaron la toma del poder por los bolcheviques. En julio de 1917, ante la reanudación de las operaciones militares y en medio de una crisis gubernamental desencadenada por la dimisión de los ministros kadetes, multitud de soldados y obreros organizaron una manifestación armada dispuestos a derrocar al gobierno provisional. Tras ciertas dudas, los bolcheviques se unieron a los manifestantes pero Lenin no hizo ningún llamamiento a la rebelión. Los disturbios son reprimidos por tropas leales al Gobierno, que abren fuego de ametralladora contra los manifestantes. El partido bolchevique fue declarado ilegal y los bolcheviques son perseguidos y declarados “agentes alemanes”. El gobierno provisional ordena el arresto de Lenin quien huye a Finlandia mientras Trotski era encarcelado. El príncipe Lvov dimitió a favor de Kerenski, quien formó un nuevo gobierno de coalición (mencheviques y eseritas con los liberales). El nuevo gobierno aplicó un nuevo programa más autoritario que ya no estaba sometido a los principios del sóviet y convocó elecciones para reunir la Asamblea Constituyente en noviembre En agosto, el intento de golpe de Estado del general Kornilov para crear una dictadura militar y restablecer el orden fue frenado gracias a la ayuda que Kerenski recibió de los sóviets y de los bolcheviques (cuyos líderes fueron liberados) que se enfrentaron al general al llamamiento de “salvar la Revolución”. Los kornilovistas serán el núcleo fundacional del futuro Ejército Blanco. El intento de golpe de Estado de Kornilov reforzó la posición de los bolcheviques. Dominaban los soviets locales de toda Rusia. 3. LA CONQUISTA DEL PODER POR LOS BOLCHEVIQUES: LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE. El golpe de Kornilov debilitó al Gobierno provisional y la consecuencia fue un proceso de radicalización que se extendió por las principales ciudades industriales. Sus grandes beneficiarios fueron los bolcheviques que, a principios de septiembre obtuvieron sus primeras mayorías en los sóviets de Petrogrado, Moscú y otros sóviets urbanos del norte, del centro y del sudeste. Las condiciones de vida en Rusia empeoraron notablemente a causa del desabastecimiento y el caos administrativo. Lenin aprovechó el caos para tomar el poder inmediatamente. El 9 de octubre regresó clandestinamente a Petrogrado desde su exilio y el día 10, en una reunión secreta del Comité Central del Partido Bolchevique, convenció a sus compañeros para que adoptasen, por mayoría (diez contra dos), la resolución de la insurrección armada e inmediata. Trotski, presidente del sóviet de Petrogrado, coordinó las operaciones del recién formado Comité Militar Revolucionario y preparó la toma del poder. El día 24 de octubre Lenin dio orden de comenzar el levantamiento. En la madrugada del 25 de octubre, las tropas leales a los bolcheviques y la Guardia Roja ocuparon los bancos, las centrales telefónicas y las estaciones de ferrocarril. El día 25 asaltaron el Palacio de Invierno, sede del Gobierno provisional, y enviaron el crucero Aurora, que apuntó sus cañones hacia dicho palacio. Las tropas bolcheviques detuvieron a los miembros del Gobierno, excepto a Kerenski, que logró huir. Ese mismo día 25 se reunió el II Congreso de los Sóviets de toda Rusia y se le anunció la detención de los ministros de Kerenski. Mencheviques y socialistas revolucionarios protestaron ante lo que consideraron como un golpe de Estado de los bolcheviques y abandonaron la sala, lo cual posibilitó que la delegación del Partido Bolchevique contara con una clara mayoría por lo que el Congreso destituyó al gobierno provisional y aprobó la formación de un nuevo gobierno, al que se dio el nombre de Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom). El gobierno estaba presidido por Lenin y constituido por quince personas, entre ellas Stalin y Trotski. En los meses siguientes la revolución bolchevique se propagó por los principales centros urbanos de la Rusia europea pero extensos territorios siguieron bajo el poder de las antiguas autoridades. Fueron los prolegómenos de la Guerra Civil. 3.2. LA CREACIÓN DEL ESTADO SOVIÉTICO Las primeras medidas revolucionarias El nuevo ejecutivo decretó las primeras medidas revolucionarias: * El decreto sobre la paz con Alemania dio pie a las conversaciones que llevaron a la firma del tratado de Brest – Litovsk (1918) en el que se aceptaban todas las exigencias de Alemania, pierde Finlandia, Polonia, Ucrania y repúblicas bálticas. * Decreto sobre la tierra: abolición de la propiedad privada y expropiación de las tierras a los terratenientes de la corona y de la Iglesia y su entrega, sin indemnización, a los soviets campesinos * Control obrero sobre las grandes empresas y jornada laboral de ocho horas *Nacionalización de la banca *Supresión del ejército zarista *Reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos del Imperio. Con estas medidas Lenin intentaba asegurar el control político y consolidar el apoyo popular. Estaba decidido a aplastar toda oposición para defender la revolución. Para ello promulgó un decreto sobre la prensa que le autorizaba a clausurar todo periódico que publicara opiniones contrarias al II Congreso de los Sóviets y creó la policía política o Checa, encargada de controlar y eliminar a todos los opositores (liberales, mencheviques, socialistas revolucionarios y anarquistas). En noviembre de 1917 se celebraron las elecciones convocadas por el gobierno provisional para elegir una Asamblea constituyente mediante sufragio universal, en la cual los bolcheviques no obtuvieron la mayoría. Tras lo cual estos procedieron a la disolución de la Asamblea, y Lenin daba la espalda al sistema democrático parlamentario. El III Congreso de Sóviets se autoproclamó heredero de la Asamblea Constituyente y aprobó en 1918 la primera constitución soviética de la República Soviética Federal Socialista de Rusia. El Estado soviético se definía como dictadura del proletariado en la que el partido bolchevique, llamado desde 1918 Partido Comunista Ruso, acabó controlando el poder y desplazando a los soviets. Los bolcheviques limitaron la actividad de cualquier partido que no estuviese de acuerdo con su actuación. La Checa fue eliminando la oposición de anarquistas, eseritas y mencheviques. Estado y Partido fueron identificándose cada vez más. 3.3. LA GUERRA CIVIL (1918 – 1921). La revolución había triunfado pero los bolcheviques solo controlaban una amplia zona. Para hacer frente a la ofensiva blanca, Trotski será encargado de organizar un verdadero Ejército Rojo inicialmente formado por voluntarios. Será el primer ejército revolucionario. Basado en la disciplina y grados militares clásicos, tenía la novedad de que la ideología y entereza de los combatientes eran estimuladas y vigiladas por los comisarios políticos. El conflicto fue largo y cruel. Costó un elevado número de vidas y sumió en el hambre y la miseria a millones de personas. Al principio la presión del ejército blanco fue muy fuerte y ante el temor de que el zar pudiese ser rescatado por los blancos los bolcheviques detienen y asesinan al zar y su familia. La victoria final bolchevique (1921) fue posible por: - Incapacidad del Ejército Blanco de formar un frente común con los partidos antibolcheviques. - Levantamiento del bloqueo internacional; las tropas extranjeras se retiran - Apoyo del campesinado que rechaza la presencia extranjera y teme perder las tierras entregadas por los bolcheviques En 1921 acaba la guerra y en 1922 casi se habían reconquistado las antiguas fronteras del Imperio ruso. Durante la contienda se estableció el comunismo de guerra, política económica que supuso un estricto control de la economía por parte del Estado y una rígida vigilancia de la población. El objetivo era avituallar al ejército para ganar la guerra y acelerar la desaparición de la propiedad privada. El gobierno tomó medidas excepcionales produciéndose la colectivización de la economía del país: nacionalizaciones (empresas medianas y grandes, banca, transporte y de las tierras) militarización del trabajo (restricción de derechos sindicales, prohibición de la huelga y para mantener la productividad, se castigaba la indisciplina), se prohíbe el libre intercambio de bienes, se suprime el dinero y se fomentan los pagos en especie (impuestos, salarios,…) y se hacen requisas forzosas de productos industriales y de las cosechas. Estas medidas provocarán la resistencia de amplios sectores del campesinado y tuvieron que imponerse por la fuerza. 3.4. LA CRISIS DE 1921 El comunismo de guerra fracasó y llevó al país a la ruina. La producción se hundió y el desabastecimiento de las ciudades se hizo general. A pesar del triunfo bolchevique en la guerra civil, la desastrosa situación económica provocó la hambruna de 1921 en la que murieron 2 millones de personas. La falta de libertad y excesivo control político de los bolcheviques hizo que la revolución empezara a perder parte de sus antiguos apoyos: hubo levantamientos campesinos y la marinería del puerto de Krondstadt, desde 1917 apoyando a los bolcheviques, se rebeló contra el gobierno 3.5. LA NEP Y EL NACIMIENTO DE LA URSS. La crisis de 1921 tuvo consecuencias económicas y políticas pues llevó a Lenin a cambiar el rumbo de sus políticas. *Consecuencias económicas. Se establece una Nueva Política Económica (NEP1921 – 1928) que supone un retorno parcial a la economía de mercado (economía mixta o capitalismo de Estado) Se admitió la pequeña propiedad e iniciativa privada en el campo, las pequeñas industrias y comercio interior, se vuelve a la economía monetaria pero permanecen socializados y bajo control estatal la banca, industria pesada y comercio exterior. El objetivo era aumentar rápidamente la producción y mejorar las condiciones de vida de la exhausta población. Los resultados fueron positivos pues la expansión de la agricultura frenó el hambre y se suprimió el racionamiento y en 1927 la producción agraria e industrial superó los niveles de antes de la Gran Guerra. Pero los beneficios privados hicieron aumentar las diferencias sociales y volvieron a surgir pequeños empresarios, comerciantes y campesinos acomodados (kulaks) que gozaban de un cierto nivel de bienestar. *Consecuencias políticas: En 1922 se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Los territorios que se iban ganando en la guerra civil se federaban como repúblicas autónomas y en pie de teórica igualdad a la República Rusa surgida en 1918. La Constitución soviética de 1924 estableció un nuevo modelo de estado basado en los sóviets que negaba las elecciones libres y el parlamentarismo y que, reafirmado por Stalin, se mantuvo con pocos cambios hasta el fin de la Unión Soviética (1991) Pese a no estar citado en la constitución, el Partido Comunista de la Unión Soviética era quien ejercía el poder. Sólo aquellos que pertenecían al partido podían aspirar a ejercer cargos en los sóviets y en el Estado. El ejército y la temida policía política eran los garantes de la dictadura comunista. Una vez finalizada la I Guerra Mundial las ideologías comunistas tuvieron amplia dispersión entre los países, pero los gobiernos occidentales buscaron aislar a la URSS (quedó fuera de la Sociedad de Naciones) para evitar que su modelo se exportara, no obstante a lo largo de los años 20 se iría rompiendo este bloqueo y la URSS iría estableciendo relaciones con otros países como Alemania a través del Tratado de Rapallo de 1922. LA URSS BAJO LA DICTADURA DE STALIN. (1927-1953) Trotski, privado en 1925 de sus cargos y acusado de arrogante y egocéntrico, se debilitaba siendo expulsado de la URSS en 1929 y posteriormente asesinado en México en 1940 por orden de Stalin. Desde 1927, Stalin, secretario general, logró el dominio absoluto del Partico Comunista y, a través de él, del Estado soviético. La dictadura de Stalin se caracterizó por: *El culto a la personalidad del líder. Él era el guía y ejecutor. Se le consideraba infalible, su figura era casi venerada y sus decisiones y obedecidas ciegamente sin que ninguna crítica o disidencia pudiesen prosperar mínimamente. *Uso del terror para lograr la sumisión de la sociedad: deportaciones, asesinatos, juicios arbitrarios, etc. fueron una constante durante la época estalinista. El instrumento ejecutor de la política del terror era el NKVD y se aplicaba a través de: - Purgas: El objetivo era eliminar físicamente (mediante juicios o simulacros de juicios) a aquellos miembros destacados del Partido que se hubieran opuesto a él en algún momento y diezmar, preventivamente, a los considerados capaces de simpatizar con las víctimas o de crear núcleos de futuras oposiciones (1936 – 1939: procesos de Moscú) - Represión de civiles: gulag (campos de concentración y trabajos forzados, especialmente en Siberia). El sistema del terror generó una dinámica propia. El temor, la delación y la sospecha invadieron la sociedad soviética, en la que surgieron por doquier cómplices delatores. La URSS se convirtió en un estado policial. La dictadura se legalizó mediante la nueva Constitución de 1936. Aunque en teoría reconocía el sufragio universal masculino y femenino en las elecciones a diputados de los soviets sólo, podían ser candidatos los miembros del Partido Comunista. Las libertades democráticas se supeditaban a los intereses del proletariado, que eran determinados por el Partido. Para controlar el Estado y el Partido se potenció la burocracia y la nomenklatura, una reducida capa dirigente que tomaba de hecho las decisiones y se situaba por encima de la sociedad aunque por otro lado se postulase la igualdad de clases 4.2. LA ESTATALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA. Desde 1928 se abandona progresivamente la NEP y se impone una nueva política económica basada en: * La estatalización y centralización de la economía: el Estado controlaría a partir de entonces todos los medios económicos y establecería las directrices a seguir en todos los sectores de actividad económica. * La planificación. El gobierno, a través del Gosplan, proyectaba la actividad económica en períodos de cinco años, los planes quinquenales. Se trataba de una política económica dirigida y controlada por el Estado, que perseguía el mayor índice de crecimiento económico posible, en un espacio de tiempo determinado. En ellos se establecían las metas y las pautas a seguir. De 1928 a 1941 hubo tres planes, el último de los cuales quedó interrumpido por la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar la contienda los planes quinquenales volvieron a retomarse. El objetivo prioritario de la política económica estalinista era convertir la URSS en un país plenamente industrial y lograr la independencia económica, tecnológica y militar, en ellos se dio prioridad a la industria pesada, construcciones mecánicas y a la producción de energía e infraestructuras El proyecto partía de que el Estado consiguiese de otros sectores económicos pero, sobre todo, del campo el capital necesario para la creación de industrias. Para ello era necesario obtener excedentes que permitieran alimentar a toda la población y, mediante la exportación, se convirtiesen en divisas con las que importar la maquinaria que se precisaba. * Con el fin de conseguir este objetivo, se inició en 1928 la colectivización forzosa de la agricultura. Se eliminó la propiedad privada. Los propietarios debían aportar sus posesiones agrícolas y ganaderas a la colectividad. Los campesinos fueron forzados a integrase en dos formas de propiedad socialista: granjas colectivas explotadas como cooperativas (koljoses) y granjas estatales (sovjoses) cultivadas mediante asalariados. En ambas se potenció el uso de maquinaria y la aplicación de técnicas agrícolas avanzadas. El Estado controlaba la producción y la comercialización, los precios y los bajísimos salarios de los campesinos. Se consideró enemigos del pueblo a todos aquellos que se resistían al proceso o que no cumplían con los objetivos de producción que fijaba el Estado. En este sentido se procedió a la represión de los kulaks y deportación de los campesinos que no querían integrarse en las granjas a campos de trabajo en Siberia donde muchos perecieron. El balance de la colectivización de la agricultura fue negativo: - La desmoralización y la mala organización (fue forzosa y apresurada) provocaron que muchas granjas resultaran ineficaces lo que se tradujo en la reducción constante de las cosechas hasta mediados de los años treinta, si bien nunca creció al ritmo previsto por los planes lo que provocaba escasez y hambre (hambruna 1932) - Los campesinos fueron las víctimas de la planificación económica, siendo convertidos en meros instrumentos de financiación de la industria. Se fijaban precios agrícolas bajos para los agricultores y altos para el consumo, lo que permitió la formación de excedentes de capital para su inversión en la industria y en las ciudades, donde fue concentrándose una creciente población. Pero la planificación creó desequilibrios económicos: la agricultura y las industrias de consumo se supeditaron al desarrollo de la industria pesada. La industria de bienes de consumo quedó relegada, hecho que repercutió en el bajo nivel de vida de la mayoría de la población (colas para adquirir bienes de consumo básicos: productos de higiene, ropa,…) hasta la disolución de la URSS en 1991. Bibliografía: APPLEBAUM, Anne. Gulag. Historia de los campos de concentración soviéticos. Barcelona, Debate 2012. CASANOVA, Julián. La venganza de los siervos. Rusia 1917. Barcelona Crítica 2017, CARRÈRE D’ENCAUSSE, Hélène. Lenin. Madrid Espasa Calpe 1999 CLARK, Christopher. Sonámbulos. Cómo Europa fue a la guerra en 1914.. Barcelona Galaxia Gutenberg 2014. FITZPATRICK. Sheila. La Revolución Rusa. Siglo XXI, Madrid 2005. FITZPATRICK. Sheila. Los años más peligrosos de la Rusia soviética, de Lenin a Jrushchov. Barcelona Crítica 2016. HARRIS, James. El gran miedo. Una nueva interpretación del terror en la revolución rusa. Barcelona Crítica 2016. MCMEEKIN, Sean. Nueva historia de la Revolución rusa. Barcelona Taurus 2017. MEYER, Jean. 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Los extremismos se vieron reforzados por las dificultades internas de muchos países como consecuencia de la Primera Guerra Mundial y se agudizaron por la grave depresión de los años treinta. Causas de la crisis de la democracia a) Amplios sectores de la población creyeron que la democracia liberal parlamentaria era responsable de las tres grandes catástrofes de la 1ª m. del s. XX e incapaz de hacer frente a los nuevos y dramáticos desafíos de la posguerra: *Una larga y cruenta guerra: los valores de la razón, el progreso, la educación y la ciencia no la habían evitado. *La revolución social. Tras la guerra se desarrollaron nuevos partidos de masas de carácter más o menos radical. En un primer momento, la búsqueda de Gobiernos autoritarios se justificó por el deseo de evitar el contagio revolucionario tras la implantación en Rusia de un régimen comunista, por el estallido de revoluciones comunistas en Hungría y Baviera (Alemania) y por las oleadas de huelgas y reivindicaciones obreras en todo el occidente europeo, entre los años 1919 y 1920. Los sistemas constitucionales, que garantizaban los derechos y libertades fundamentales no detenían la revolución sino que animaban a las masas a exigir más derechos y libertades. * La crisis económica de la posguerra, que trajo consigo una enorme inflación. La depresión económica sin precedentes que acentuó la crisis social: Las tensiones sociales protagonizadas por una mayoría obrera y campesina (empobrecida y que había participado y sangrado en una guerra que no le reportaba nada), las medidas económicas liberales no fueron eficaces. Junto a ello La llegada de la depresión económica de los 30, de amplias consecuencias a nivel mundial. b) Mal funcionamiento de los regímenes parlamentarios debido a la ruptura del equilibrio de poderes. Por ejemplo: el Ejecutivo acaparaba funciones que correspondían al legislativo (abuso de decretos-ley) dando lugar a conflictos que se tradujeron en la inestabilidad de los gobiernos; abuso de procedimientos extraparlamentarios para lograr fines políticos y sociales: sindicatos y patronal consiguieron un creciente protagonismo en perjuicio de la labor de los diputados. Los principios liberales fueron cuestionados y un dramático retroceso político y cultural de los valores democráticos se extendió por todas partes: la democracia parlamentaria representaba un sistema político caduco Amplios sectores de población (clases altas y medias) defendieron el establecimiento de Gobiernos fuertes y autoritarios capaces de imponer la autoridad estatal sobre las masas y frenar la revolución mientras que gran parte de las clases bajas veían en la revolución la única salida a sus múltiples problemas. * Los cambios en el sistema parlamentario, que permitieron una mayor representación social y la aparición de nuevos partidos de amplio seguimiento (socialistas, comunistas…) así como de grupos radicales de extrema derecha (apoyados por burgueses e integrantes de las clases medias). Las clases medias, temerosas de la agitación social, y sintiéndose desamparadas por las instituciones de Estado, se arrojaron en brazos de grupos radicales de extrema derecha. Amparándose en la necesidad de frenar la revolución, el fascismo y el nazismo defendieron un nacionalismo exaltado y agresivo, el totalitarismo y el partido único como soluciones. Consiguieron de esta manera el apoyo de los sectores sociales más temerosos de la revolución (una importante proporción de los integrantes de los partidos de carácter fascista salieron de las filas de la pequeña burguesía) CARACTERÍSTICAS DE LOS FASCISMOS Fascismo En sentido estricto, este término se refiere a la doctrina y la dictadura implantada por Benito Mussolini en Italia en 1922 y que se caracteriza por una concepción totalitaria del Estado, nacionalismo exaltado y el rechazo del marxismo y la democracia liberal. Por extensión se aplica a todas las dictaduras del siglo XX que se inspiraron en mayor o menor grado en el fascismo italiano. Nacionalsocialismo (o abreviadamente nazismo): Movimiento y sistema político implantado en Alemania en 1933. Sus principios ideológicos son similares a los del fascismo, pero se caracteriza, además, por su exaltación de la superioridad de la raza aria y su antisemitismo. Totalitarismo: Régimen dictatorial basado en un Estado omnipotente y policíaco que recurre al terror sistemático para imponer su ideología y controlar todos los ámbitos tanto de la vida individual como colectiva. Todos los poderes se concentran en una persona (líder carismático) o un partido único que se identifica de forma absoluta con el Estado. Supone la existencia de un partido único que se identifica de forma absoluta con el Estado (Mussolini en Italia, Hitler en Alemania, Stalin en la URSS). Entre las características que definen los movimientos fascistas pueden destacarse que: 1. Es la reacción de un nacionalismo contra la humillación de la derrota o,en el caso de los vencedores,contra el despilfarro de la victoria.Es por eso que el fascismo encontró su medio de elección en el país vencido (caso alemán), pero también tiene lugar en algunos de los países vencedores, que estiman que la victoria no ha sido provechosa, que los sacrificios de los combatientes no han aportado todo lo que se esperaba (caso italiano). Los excombatientes se consideran depositarios de una misión: procurar que el sacrificio de sus camaradas y sus propios sufrimientos no hayan sido en vano. En los países vencedores defienden el respeto de los tratados, la ejecución de las cláusulas, y en los países vencidos encarnan el sentimiento nacional herido y humillado. Los movimientos de excombatientes desembocarán fácilmente en la agitación subversiva y serán un importante afluente del fascismo. El militarismo impregnó todas las esferas de la sociedad. Las distintas asociaciones; ya fueran laborales, juveniles, etc. adoptaban formas y valores inspirados en la vida militar. La demostración del orgullo patrio se manifestaba a través de desfiles que pretenden deslumbrar y del empleo de uniformes de temática militar en organizaciones civiles. Se perseguía con esto reforzar la unidad e identidad nacionales usando el nacionalismo extremo como arma política y originando un ambiente de xenofobia e intolerancia. 2. Es una reacción contra la democracia y la filosofía liberal. Considera que la democracia es incapaz de defender los derechos e intereses del país. Para ellos, es un régimen débil e impotente, que desacredita en el exterior y traiciona en el interior. Además, tiene el defecto de dividir. En lugar de hacer que todas las energías se unan en un objetivo común, la democracia mantiene las divisiones. Por ello, la existencia de un único partido fomentaba la unidad y fortalecía al Estado. 3. Es antiindividualista. El individuo no tiene derechos propios, no tiene más que los que la colectividad quiera otorgarle. El individuo encuentra su razón de ser en la subordinación al grupo. El fascismo exalta los valores del grupo, de la colectividad, de la comunidad nacional. El éxito del fascismo se debe, en parte, a la voluntad de formar una sola alma, en la exaltación de sentir, pensar, vivir y actuar juntos. Por ello, una de las primeras, medidas que adoptan es suprimir todo lo que diferencia, el pluralismo, los partidos políticos y sindicatos. La diversidad es sustituida por organizaciones unitarias, basadas en la fidelidad al régimen y al partido. 4. Es antiliberal. Está en contra de todas las libertades que puedan debilitar la autoridad y la cohesión del grupo nacional. Algunas de las primeras medidas serán la instauración de la censura en las informaciones, el control de las conversaciones, la vigilancia policial, todo ello acompañado, de un conjunto de sanciones e internamientos arbitrarios. Algunos de estos regímenes conservan un simulacro de asamblea representativa, pero que no representa más que al partido en el poder: el Reichstag alemán o la Cámara de los Fascios italiana. Pero estas asambleas no deliberan verdaderamente, sino que sólo son cámaras de ratificación destinadas a dar publicidad a los discursos de los jefes del régimen y aprobar las decisiones tomadas fuera de ellas. 5. Es anticapitalista. Financieros y banqueros fueron considerados un símbolo de la corrupción que asolaba a la nación. Para protegerla se llevaron a cabo medidas de corte social como la creación de la seguridad social o de sindicatos organizados desde el poder establecido como un medio de control social. Sin embargo, cuando era necesario se recurría a la financiación que sólo las organizaciones capitalistas podían aportar. 6. Su filosofía no es igualitaria, sino una filosofía elitista convencida de que una minoría de hombres está llamada a dirigir a los demás. Son élites forjadas por el partido, dirigentes que se han distinguido por su combatividad, su disciplina, su fidelidad hacia el jefe, su adhesión total al partido. La crisis de 1929 influyó en estos movimientos aportándoles las masas que les faltaban. La crisis económica, al sumir en la miseria y la angustia a millones de pequeños burgueses, empleados, obreros, hace crecer los efectivos del partido y del electorado fascista. 7. Aunque en esencia todos los movimientos fascistas son similares, algunos incorporan características peculiares. Así, el Nacionalsocialismo alemán añade un elemento nuevo, el racismo, que establece el Postulado de la desigualdad de razas y afirma que las razas superiores deben preservar su pureza biológica. Dentro de la jerarquía de razas, la prioridad pertenece a la raza aria y la nación germánica que desciende de ella. Esta teoría se convierte en una fe, en un dogma que inspira una política concreta, que dicta una legislación que llevará al exterminio a 6 millones de judíos. Los fascismos se convirtieron en un fenómeno muy extendido y llegaron al poder en países europeos como Alemania, Italia, España, Austria, Hungría, Rumanía, Bulgaria, o los estados balcánicos de Yugoslavia, Albania y Grecia. Entre 1919 y 1936 hubo movimientos fascistas en casi todos los países, pero no todos siguieron la misma suerte. Unos triunfaron, otros fracasaron. Varios elementos pudieron influir en su éxito o fracaso: *Las tradiciones intelectuales y políticas: en aquellos países en que el fascismo podía referirse a autores o escuelas que habían preparado el terreno, se encontraba una situación favorable para su expansión (caso alemán). *La posición internacional de los países donde el sentimiento nacional ha sido herido por la derrota (Alemania) o por la manera poco considerada en que fue tratado por los aliados (Italia). *Los trastornos sociales provocados por las crisis económicas: los éxitos de los fascismos son casi siempre proporcionales a la amplitud de las crisis. *La gravedad del peligro comunista: cuanto más próximo esté el peligro comunista, mayor es la violencia de la reacción fascista. Sindicatos y partidos de izquierda fueron acosados y más tarde ilegalizados. *Las dificultades de la democracia: cuanto mayores son las dificultades que Los fascismos se convirtieron en un fenómeno muy extendido y llegaron al poder en países De esta forma, la década de los 30 será testigo de un enfrentamiento a tres bandas entre distintas ideologías: la comunista (triunfante en la URSS), la democrática (en sus horas más bajas) y la fascista (cuyo ascenso tendrá funestas consecuencias) encuentra el sistema democrático, más fuerte es el desarrollo del fascismo. En este contexto, estas ideologías propugnan la unidad del Estado aún a costa de la libertad y defienden el bienestar del colectivo, entendido como un ente único, por encima del individual. En algunos casos, se convertirán en movimientos de masas y llegarán a alcanzar el poder imponiendo una idea unitaria del Estado en el que se condena todo desviacionismo respecto al ideario propuesto por el movimiento. Se emplea para ello, herramientas de control de la sociedad como la propaganda, la censura y la represión. El movimiento adquiere así con facilidad la forma de un partido único en torno a una figura carismática de poderes ilimitados cuya presencia impregna todos los aspectos de la vida social. En este sentido, el control de los medios de comunicación, la limitación de la libertad de opinión y el empleo masivo de la propaganda se vuelven fundamentales para afianzar la ideología en las masas. De esta forma, se impone la dictadura. La imagen que el régimen ofrece de sí mismo se convierte en un pilar esencial. Elementos como la historia, la raza o la religión se convierten en la columna vertebral de estos regímenes y actúan como símbolos de unidad y de diferenciación respecto a otras naciones. Serán usados sistemáticamente y reforzados, retorcidos y amoldados a las necesidades de la nación. 1.2. EL TRIUNFO DE LAS DICTADURAS. La democracia subsistió en los países en que estaba más asentada: Francia, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Países Escandinavos, Checoslovaquia o Suiza debido a que * El capitalismo se reformó * Se incrementó el papel económico del Estado * Se integró a los partidos socialistas en el juego parlamentario Aunque surgieron en ellos movimientos de índole fascistizante que desestabilizaron durante los años veinte y treinta las relaciones sociales y políticas (Partido Rexista belga, Unión de Fascistas Británicos, Cruces de Fuego en Francia,…) no liquidaron la democracia en esos estados, pues no lograron consumar el ascenso al poder. En el resto de Europa se impuso la derecha autoritaria. En los países de Europa central, oriental, balcánica y mediterránea, con escasa tradición democrática y que padecían una grave crisis económica y una gran inestabilidad social, el sistema parlamentario fracasó y se impusieron dictaduras nacionalistas radicales de derechas entre los años 1922 y 1939. En Austria, España, Hungría y Rumania las organizaciones fascistas llegaron a tener un papel importante. Pero solo en Italia en 1922 y en Alemania en 1933 se impusieron dictaduras plenamente fascistas. LA CRISIS DE LOS AÑOS TREINTA. Los años 30 del siglo XX serán testigos del ascenso de los movimientos fascistas e hipernacionalistas. La llegada al poder de dichos movimientos implicará la aparición de las dictaduras y los regímenes totalitarios. El fascismo y el nazismo implantarán una voraz maquinaria alimentada por un odio de tales proporciones que, una vez en marcha, sólo podía ser detenida mediante una guerra de dimensiones globales. Al final de la década la violenta actividad de estos regímenes derivará en la llamada Segunda Guerra mundial. LA SITUACIÓN EN LOS AÑOS TREINTA En los años 30 del siglo XX, la situación de Europa venía marcada por las condiciones impuestas por la Conferencia de Paz de París, de 1919. Pero ni Alemania, ni Italia, ni la URSS estaban satisfechas con aquellas condiciones; eran potencias revisionistas o descontentas; dispuestas incluso a recurrir a la guerra para imponer el cambio. Sin embargo, Gran Bretaña, Francia y EE.UU.; las grandes vencedoras de la Gran Guerra; eran potencias satisfechas puesto que las condiciones impuestas en la Conferencia les beneficiaban enormemente. Así que, mientras los dictadores se hacían con el poder en algunos países europeos y se volvían más beligerantes en el exterior, las democracias occidentales temían cualquier cambio en la dinámica internacional y se hallaban dominadas por un profundo pacifismo. En Francia, 1’4 millones de franceses habían muerto en la Primera Guerra Mundial y los franceses no podían concebir que tal holocausto pudiera repetirse. Por lo tanto, la estrategia francesa era defensiva y de escaso número de hombres. Si la guerra estallaba, los franceses esperaban sostenerla en unas bien construidas fortificaciones, llamadas la Línea Maginot, levantada en la frontera oriental con Alemania, mientras en el norte la zona boscosa de las Ardenas sería una barrera natural. Una situación similar predominaba en Gran Bretaña y EE.UU. Se recordaban las pérdidas y la matanza de la Gran Guerra, y todos sabían que otra guerra sería más terrible aún. Los gobiernos creían que podía encontrarse un medio de satisfacer o apaciguar las demandas de los dictadores. El gobierno de EE.UU., tras la debacle de la crisis económica fruto de la Gran Depresión, seguía en la práctica una política rigurosamente aislacionista. En cuanto a los gobernantes de la URSS, eran revisionistas y estaban insatisfechos en el sentido de que no aceptaban las nuevas fronteras de la Europa Oriental, ni las pérdidas territoriales sufridas por Rusia en la Gran Guerra. Estaban alarmados por los signos que mostraban las agresivas intenciones de Alemania; Hitler había declarado que se proponía destruir el bolchevismo y someter grandes extensiones de la Europa Oriental a Alemania. Los Soviets estaban interesados por la seguridad colectiva. En 1934 ingresaron en la Sociedad de Naciones y dieron instrucciones a los partidos comunistas para que trabajasen con los socialistas y con los liberales formando los llamados Frentes Populares. Ofrecieron ayuda para contener a los agresores fascistas, firmando pactos de ayuda mutua con Francia y con Checoslovaquia. Pero muchos pueblos desconfiaban de los motivos soviéticos, o pensaban que los dictadores fascistas podían ser desviados hacia el Este, contra la URSS, con lo que se salvarían las democracias occidentales 3.4 LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: LAS ALIANZAS INTERNACIONALES Y LAS CONVULSIONES TERRITORIALES DURANTE EL DESARROLLO DEL CONFLICTO. La crisis de los años treinta puso en evidencia las limitaciones del sistema de «seguridad colectiva» de la Sociedad de Naciones. El ascenso de Hitler al poder en 1933 señaló el comienzo de una nueva etapa en las relaciones internacionales, que se caracterizó por el creciente papel agresivo de los regímenes totalitarios fascistas. En 1935 Italia invadió Etiopía; en 1936 se formó el Eje Roma-Berlín y Alemania e Italia decidieron intervenir en la guerra civil española; en 1938 Alemania invadió Austria, y un año después, Checoslovaquia. La invasión de Polonia en septiembre de 1939 provocó la reacción de Reino Unido y Francia, y desencadenó la Segunda Guerra Mundial. La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto de mayores dimensiones que la Gran Guerra de 1914-1918. Se movilizaron todas las economías y todos los recursos humanos (más de 60 millones de personas lucharon en los frentes) y sus consecuencias humanas, materiales y morales dejaron una profunda huella. 1. ORÍGENES Y CAUSAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Durante los años veinte, pareció que se iban a consolidar las bases de una paz duradera que superara definitivamente los efectos de la Primera Guerra Mundial. Es el denominado espíritu de Locarno. Las relaciones internacionales pacíficas se basaban en unos principios de seguridad colectiva: - Paz por encima de todo - Arbitraje obligatorio en caso de conflicto - Conciliación entre posturas encontradas - Política de desarme. Los pasos hacia la reconciliación internacional fueron: En 1924 el Plan Dawes dio una solución al problema de las reparaciones, y Francia cedió y abandonó el Ruhr. En 1925, en la Conferencia de Locarno, se estableció un sistema de garantías mutuas entre Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido e Italia, por el que se comprometieron a respetar las fronteras occidentales de Alemania, así como a la desmilitarización de Renania. En 1926 se admitió a Alemania en la Sociedad de Naciones, lo que pareció congraciar a los antiguos enemigos. El Pacto Briand-Kellog de 1928 condenó la guerra como forma de resolución de los conflictos, aunque no impuso ninguna obligación a los firmantes 1.1. DETERIORO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES. Tres factores fueron en buena parte decisivos en el empeoramiento de las relaciones internacionales y los orígenes de la II Guerra Mundial: *La crisis de los años 30 rompió la colaboración y exacerbó los nacionalismos económicos. Provocó además una desconfianza en los principios políticos y económicos del liberalismo lo que la convirtió en un caldo de cultivo para los fascismos. *Las limitaciones de los medios coercitivos de la Sociedad de Naciones1, en la que las democracias liberales confiaban como instrumento de la seguridad colectiva. * El nacionalismo agresivo y expansionista impulsado por las dictaduras totalitarias que cuestionaban o rechazaban los tratados de paz de 1919–19202, frente al que hubo una débil respuesta de las potencias democráticas (Gran Bretaña, Francia y EEUU). En estos países era mayor el temor de buena parte de los políticos y de las clases más conservadoras a la revolución comunista que podía promover la URSS y frente a la cual los regímenes fascistas podían ser un freno. Cuando la mayoría de la opinión pública occidental fue consciente de que el peligro fascista era mayor que el comunismo ya era demasiado tarde para detener la guerra. Por otra parte, la crisis hacía que se preocuparan más de sus problemas internos que por la defensa de países lejanos como Checoslovaquia, Abisinia y China atacados respectivamente por Alemania, Italia y Japón. 1 La SDN nació muerta al no integrarse en ella la URSS y EEUU. En los años treinta la abandonaron Italia y Alemania. 2 Conviene recordar y destacar que una de las claves del éxito de Hitler en las elecciones, de su subida al poder, fue el hecho de que su política permitía a los alemanes recuperar el orgullo nacional maltrecho tras la humillación sufrida en el Tratado de Versalles El derrumbamiento del espíritu de Locarno trajo consigo el retorno a las tensiones de Versalles produciéndose desde1931 un grave deterioro de las relaciones internacionales que se plasma en los siguientes acontecimientos: El expansionismo japonés Profundamente afectado por la crisis económica, Japón fue el primer país que desafió al sistema de seguridad colectiva con la invasión, en 1931, de la provincia china de Manchuria y creación del estado-satélite de Manchukuo. Las potencias occidentales apenas reaccionaron. Esta falta de respuesta lleva a Japón a conquistar China y el sureste asiático para crear su propio “espacio vital”. Británicos y estadounidenses se limitaron a emitir protestas formales y abandonaron apresuradamente china. La Sociedad de Naciones ni declaró Estado agresor a Japón ni le impuso sanciones. El rechazo del Tratado de Versalles y el rearme alemán. La Conferencia de Desarme (Ginebra, 1932) acaba en fracaso (“Todo lo que salió de la Conferencia de Desarme fue el rearme alemán” W. Churchill) Al año siguiente Hitler accede a la cancillería en Alemania. Los objetivos de su política exterior serán: la revisión del humillante Tratado de Versalles, la reconstrucción de la unidad del pueblo alemán para crear un gran Estado nacionalsocialista de base racial, dotarlo de un espacio vital a través del expansionismo y la guerra y asegurar la hegemonía alemana, es decir, de la raza aria. En 1933 Alemania abandona la Sociedad de Naciones y, paso a paso, Hitler, con una clara actitud de enfrentamiento, va incumpliendo las cláusulas de Versalles: * 1934: intento frustrado de anexionar Austria * 1935: anexión del Sarre y anuncio del restablecimiento del servicio militar obligatorio y de la intención de incrementar los efectivos del ejército y crear una fuerza aérea (Luftwaffe). El ejército, cómplice del ascenso al poder de Hitler, se convertía en uno de los puntales del totalitarismo nazi. Como reacción se crea en ese mismo año una coalición antialemana, la Conferencia de Stressa (1935). El eslabón débil de la coalición antialemana fue Italia. * 1935–1936: conquista italiana de Abisinia (actual Etiopía) lo que supone el viraje de Italia de una política de acercamiento a las democracias occidentales contra Alemania (Stressa) (Conferencia de Stressa: Francia firmó un acuerdo con Italia y Reino Unido para asegurar la independencia de Austria y contra la política armamentista de Hitler. La red de alianzas se completó con otro pacto de asistencia mutua con la URSS en caso de agresión), a la formación de un Eje Roma- Berlín. La SDN condenó esta acción y decidió sanciones económicas contra Italia. Italia abandona la SDN. *1936: Hitler ordena la ocupación y remilitarización de Renania y construcción de la Línea Sigfrido en la frontera con Francia, lo que la dejaba desprotegida. El gobierno francés se planteó emprender acciones militares contra Alemania pero el Reino Unido no aprobó esta iniciativa pues sobrevaloraba la capacidad bélica alemana. Las democracias habían dejado pasar una ocasión para detener a Hitler. La pasividad que mostraron fue percibida por Hitler y Mussolini como una prueba de debilidad ante una política de hechos consumados. *La Guerra Civil española 1936- 1939 puso de nuevo en evidencia la debilidad de las democracias occidentales. El acuerdo de no intervención fue incumplido por Alemania, Italia (ayuda con tropas y material bélico a los militares sublevados) y la URSS (ayuda a la república con armas y técnicos). * En 1937 Alemania y Japón firman el Pacto Antikomintern contra la URSS al que se adhieren Italia y la España de Franco. Se completa el acercamiento entre los Estados fascistas. Como conclusión podríamos decir que estos conflictos localizados fueron el laboratorio experimental para alemanes y japoneses pues gracias a ellos pudieron comprobar la debilidad de las democracias occidentales y su escasa decisión de intervenir frontalmente contra sus intereses. Igualmente les permitió probar su material bélico y adiestrar a parte de sus tropas para lograr, en el caso alemán, que su ejército fuese superior al francés desde 1937. 1.2. LOS GOLPES DE FUERZA DE HITLER (1937 – 1939) Entre 1937 y 1939, Alemania amplió sus fronteras por la fuerza lo que provocó el estallido de la guerra. Golpes de fuerza hitlerianos: se trata de las acciones emprendidas por Adolf Hitler para ampliar sus fronteras que conducirán al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Cada uno de ellos fue más arriesgado y premeditado. Comenzaba un plan alemán preestablecido de recuperación de territorios para su espacio vital. En ambos casos la excusa era que se trataba de pueblos alemanes pero los Sudetes eran también una rica región en minas e industrias. * Anexión de Austria. En marzo de 1938 tropas alemanas entraron en Viena. Un plebiscito convocado por Hitler ratificó la anexión del país al III Reich (Anschluss) *Checoslovaquia. La excusa fue la llamada cuestión de los Sudetes, una región checoslovaca rica en minas e industrias en la que vivían unos tres millones de alemanes. El partido pronazi Partido Alemán de los Sudetes reclamó su anexión al Tercer Reich. Las amenazas de Hitler de intervenir surtieron efecto: los jefes de Gobierno de Reino Unido, Chamberlain, y de Francia, Daladier, con Mussolini como mediador, acudieron a la Conferencia de Múnich en septiembre de 1938, donde aceptaron la anexión de los Sudetes al Reich, sin el consentimiento de la misma Checoslovaquia. En marzo de 1939 tropas alemanas penetraron también en Bohemia, formándose un «Protectorado de Bohemia-Moravia» como Estado satélite del Tercer Reich, y en Eslovaquia. En el mismo año Mussolini ocupó Albania y Alemania estrechó relaciones con Italia con la firma de una alianza ofensiva, el Pacto de Acero. Estos golpes de fuerza contrastaron con la política de apaciguamiento de las grandes potencias democráticas en ese período y que Hitler interpretó como una carta blanca a su expansión. Las causas de esa actitud por parte de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos serían: *el agotamiento tras la IGM por lo que no desean otra guerra * retrasar el enfrentamiento permitiría prepararse para el conflicto intensificando la industria de guerra. *el aislamiento de EEUU de los asuntos europeos mientras está aplicando el New Deal *los tres países temen más a la revolución comunista que podía promover la URSS, como dijimos, y la consideración del fascismo como freno a ese peligro. Preocupación mayor por sus problemas internos *convencimiento de que logradas las reivindicaciones étnicas de reunificación germánica Hitler se detendría. Ante la política de apaciguamiento de las democracias, Hitler responde con el memorándum o protocolo Hossbach en el que establece que para alcanzar la autarquía y el rearme había que conquistar el “espacio vital”: nuevos territorios que proporcionarían materias primas para su industria y alimentos a su población aunque hubiera que recurrir a la guerra. También anunciaba sus objetivos iníciales: Austria y Checoslovaquia. 1.3. EL CAMINO HACIA LA GUERRA: el pacto germano-soviético. La anexión de Checoslovaquia puso en evidencia el fracaso de la política de apaciguamiento practicada por Reino Unido y Francia, que cambiaron de actitud. Las dos potencias acordaron ofrecer garantías a los Estados amenazados por el expansionismo germano-italiano. Ante las exigencias de Hitler sobre Danzig y el «corredor polaco», Reino Unido y Francia declararon su apoyo a la independencia de Polonia e iniciaron un acercamiento a la URSS. Pero las negociaciones se vieron entorpecidas por los recelos polacos a que tropas soviéticas pudiesen atravesar su territorio en caso de un ataque alemán y la desconfianza entre los soviéticos y los franco- británicos. Además, paralelamente, los soviéticos estaban negociando en secreto con los alemanes El 23 de agosto de 1939 se firmó el Pacto germano- soviético de no agresión, por el que ambos países dejaban de lado temporalmente sus conflictos y diferencias ideológicas. Hitler quería evitar una guerra en dos frentes en caso de conflicto con Francia y Reino Unido, asegurándose la neutralidad de la URSS. Stalin justificó el acuerdo por el «clima de evidente hostilidad de las potencias occidentales hacia la URSS» y con el fin de evitar el aislamiento y prevenir una posible agresión alemana. Dicho pacto contenía además un protocolo secreto por el que se preveía el reparto de Polonia entre alemanes y soviéticos, así como el reconocimiento de los derechos de la URSS sobre Finlandia, los países bálticos y Besarabia. Respaldada por el pacto, el 1 de septiembre Alemania invadió Polonia. Pero esta vez Reino Unido y Francia no cedieron y el día 3 declararon la guerra a Alemania. Así comenzaba la Segunda Guerra Mundial. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. EL INICIO DE LA GUERRA Y LA FORMACIÓN DE LOS BLOQUES En Asia, Japón también llevó a cabo una política expansiva ocupando Manchuria a comienzos de la década de los 30 e iniciando la invasión de China en 1937. Esta actividad japonesa en el continente asiático era mirada con desconfianza por su vecino ruso, que a pesar de sus ideologías contrapuestas llegó a un pacto de no agresión con Alemania (aliada de los japoneses) para el caso de entrar en guerra con la nación nipona y que implicaba que la URSS no entraría a formar parte de ninguna alianza contra Alemania. De hecho, esto permitió la existencia de una guerra no declarada entre ambas naciones asiáticas que acabó con la batalla de Jaljin Gol con victoria rusa y que obligaba a los japoneses a expandirse hacia el sur del continente, lejos de la frontera rusa. Alemania inicia la invasión de Polonia sin declaración de guerra previa tras un incidente falso en la frontera (Gleiwitz). El ultimátum lanzado por Francia y Gran Bretaña (apoyadas ambas por la Commonwealth y sus colonias), que exigía la retirada de las tropas alemanas de suelo polaco, fue ignorado por Hitler lo que derivó en la declaración de guerra. Ante la dubitativa actuación aliada Polonia se ve asediada por Alemania, que toma la capital con facilidad, y por Rusia que abre un frente en oriente, según lo estipulado en su tratado secreto con Alemania para el reparto del país. En occidente, Noruega, Dinamarca y los Países Bajos son invadidos ya en mayo de 1940. Tras esto, la guerra comienza en suelo francés que ve como las tropas alemanas atacan desde el norte mientras que Italia, que se une a la guerra en junio en el lado alemán, lanza una ofensiva desde el sur. El 22 de junio, Francia se ve obligada a firmar un armisticio y la mayor parte de su territorio se verá ocupado. Desde este punto de partida, Alemania planea la invasión de Inglaterra y se inicia una guerra aérea en la que ciudades inglesas serán bombardeadas aunque las fuerzas británicas resistieron. El Mediterráneo era vital para el Imperio Británico que necesitaba el canal de Suez para su comercio asiático por lo que el control del sur de Europa y el norte de África podía ser decisivo para el futuro de la guerra. Italia pasó a la invasión de Grecia desde Albania y luchó para controlar el Mar Rojo desde sus posesiones en Somalia y Egipto desde Libia. Alemania acudió a apoyar a su aliado en Grecia (desde Bulgaria) y en Egipto (desde Libia). En abril de 1941 las fuerzas del Eje invaden Yugoslavia. El 22 de junio Hitler, convencido de la debilidad rusa tras su desastrosa campaña contra Finlandia (Guerra de Invierno rusa) inicia la Operación Barbarroja mediante la cual el Eje pretendía la invasión de la Unión Soviética rompiendo el pacto de no agresión. De esta forma se abre el frente oriental europeo, el más sangriento y cruel de la guerra. Los países bálticos que hacían frontera con la URSS y Bielorrusia cayeron pronto bajo dominio alemán y se pasó a la invasión de Ucrania (en septiembre se produce la toma de Kiev). Ante la retirada soviética (con gran número de bajas) y la cercanía del frente a Leningrado y Moscú, el alto mando germano estaba confiado de una segura y rápida victoria pero el invierno se acercaba. Los soldados alemanes, que contaban con una rápida victoria, se encontraban mal suministrados y mal equipados para soportar el frío invierno ruso; y ahora debían soportar la estrategia de tierra quemada empleada por las tropas rusas. Al bombardeo de sus propias carreteras, cuya situación ya era mala por las lluvias y nevadas invernales, que dificultaba el avance de los tanques alemanes, había que unir la acción de los partisanos que atacaban las líneas de suministro alemanas y la acción de un ejército cuyos efectivos humanos no parecían acabar nunca a pesar de sus grandes pérdidas (la Unión Soviética era el país más poblado de Europa). Esta situación desquiciaba a los generales alemanes que por más que se reagruparan tras la extensión del frente no pasaban de estar a 30 km. de Moscú. Es más, la llegada de refuerzos rusos logró el retroceso alemán a más de 200 km. La batalla de Moscú revelaba el fracaso de la Operación