Resumen Parcial 2 Neurociencias II PDF
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Este documento resume la neuroanatomía del diencéfalo, incluyendo el hipotálamo y el tálamo, y sus diferentes funciones. Se describe la regulación hormonal, el control de la temperatura corporal y la relación con las emociones y el comportamiento.
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Diencéfalo Es un conjunto de estructuras que procesan mensajes sensoriales reenviándolos a los centros cerebrales superiores para su reelaboración. Tiene relación con los ciclos de sueño, las expresiones emocionales, estados de alerta y percepción subjetiva de los estímulos. Hipotálamo El hipotálam...
Diencéfalo Es un conjunto de estructuras que procesan mensajes sensoriales reenviándolos a los centros cerebrales superiores para su reelaboración. Tiene relación con los ciclos de sueño, las expresiones emocionales, estados de alerta y percepción subjetiva de los estímulos. Hipotálamo El hipotálamo es una estructura del sistema límbico que regula funciones vitales relacionadas con la supervivencia, como la búsqueda de alimentos, agua, sueño, sexo, y la conservación de energía. También está involucrado en las conductas de ataque y huida, la regulación de la temperatura corporal y ciertos aspectos de la memoria. Controla la glándula pituitaria (hipófisis), que es clave para mantener el equilibrio homeostático del cuerpo. El hipotálamo se encuentra en las paredes y el piso del tercer ventrículo, pesa solo 4 gramos y está separado del tálamo por el surco hipotalámico. En su parte inferior se localizan el quiasma óptico y la lámina terminal. Funciones Regulación hormonal: los vasos portales transportan factores hipotalámicos a la hipófisis anterior, lo que estimula la producción y secreción de hormonas como la prolactina, hormona del crecimiento y gonadotropinas. La hipófisis posterior secreta vasopresina (antidiurética) y oxitocina, que son esenciales para la regulación del agua y las conductas reproductivas. Control de la ingesta y eliminación de agua: la vasopresina regula la ingesta de agua al actuar sobre los riñones, mientras que el centro de la sed en el hipotálamo responde a los cambios en la concentración de solutos en sangre. Temperatura corporal: el hipotálamo actúa como un termostato, manteniendo la temperatura del cuerpo alrededor de 37°C. La fiebre es una respuesta a sustancias llamadas pirógenos. Comportamiento y emociones: el hipotálamo está involucrado en la regulación de la alimentación (hambre), el estrés (respuestas simpáticas) y la actividad parasimpática. También juega un papel clave en la expresión emocional, como la ira, el miedo y la orientación sexual. Ritmo circadiano: a través del núcleo supraquiasmático, el hipotálamo regula el ciclo circadiano, funcionando como un reloj biológico que responde a la luz y controla los ciclos de sueño y vigilia. Funciones reproductivas y maternales: la oxitocina facilita la contracción uterina durante el parto y la secreción de leche materna. También influye en las conductas de apego, tanto en humanos como en animales. Tálamo El tálamo es una estructura ovoide ubicada por encima del hipotálamo, que actúa como un centro de relevo y retransmisión sensorial. Aunque no tiene una única función específica, su rol principal es recibir las vías aferentes provenientes de la periferia y dirigirlas hacia diversas zonas del cerebro. A través de las radiaciones talámicas, estas señales se amplifican y se transforman en percepciones que pueden ser conscientes o no. El tálamo está compuesto por un conjunto de grupos de núcleos grises, en su mayoría independientes. Seis de estos núcleos, llamados núcleos de relevo, están recíprocamente conectados con áreas sensoriales y motoras del córtex cerebral. Además, existen otras conexiones talámicas que se vinculan con las áreas de asociación de la corteza cerebral. Clasificación anatómica de los núcleos talámicos Grupo anterior: se proyecta a la corteza cingulada, que es un área relacionada al procesamiento sensorial y emocional de la vida mental. Línea media: se encuentran debajo del tercer ventrículo y proyectan a cerebelo e hipotálamo. Núcleos mediales: se conectan a la corteza frontal con funciones de integración sensorial, motora y emocional. Núcleos laterales: conecta con la corteza motora y retransmiten impulsos sensoriales de cara y cuerpo. Los más importantes son el núcleo ventral posterolateral y ventral posteromedial. Núcleos posteriores: comprende el núcleo pulvinar el de mayor tamaño de todos que se conecta a las cortezas parietal y temporal. El geniculado medial que recibe vías acústicas y el geniculado lateral que recibe y retransmite impulsos visuales. Clasificación funcional de los núcleos talámicos Sensoriales: núcleos ventrales posteriores y los cuerpos geniculados. Modifican las señales sensitivas del cuerpo, rostro, retina, cóclea y papilas gustativas. El dolor, transmitido desde los receptores nociceptivos periféricos (en la piel y vísceras), llega a través del tracto espinotalámico, donde se decusan. Desde allí, las señales se dirigen hacia la corteza somatosensorial, donde se procesan los detalles más finos de las sensaciones. Motores: transmiten la información motora del cerebelo y globo pálido a la corteza motora, donde se programan los movimientos a nivel de la región frontal precentral. Límbicos: tienen que ver con el procesamiento emocional de las sensaciones y se conectan con corteza frontal, amígdala e hipotálamo. El más importante es el dorsomedial. Multimodales: como el pulvinar y posterolateral que se relacionan con áreas cerebrales de asociación. Subtálamo Es una estructura pequeña que está ubicada debajo del tálamo y se asocia al control de la actividad muscular. Sus principales componentes anatómicos son el núcleo subtalámico de Luys y la zona incierta. Tiene muchas conexiones con los ganglios basales, que son primordiales en la transmisión de información motora. Epitálamo / epífisis / glándula pineal Es una pequeña región del cerebro que se encuentra en la parte superior y posterior del diencéfalo, justo encima del tálamo. Su principal componente anatómico son los núcleos habenulares. Regula el ciclo de vigilia y sueño, al cual se conecta y también está implicado en los estados afectivos. Secreta melatonina que es un péptido cuya concentración es más elevada en la noche e induce el sueño. Ganglios basales Son las estructuras basales del cerebro anterior involucradas en el control del movimiento, formando así la vía extrapiramidal. Están muy vinculados a las áreas cerebrales y comprenden núcleos grises como el estriado (núcleo caudado, putamen y núcleo accumbens), globo pálido (segmentos medial y lateral), núcleo subtalámico, sustancia negra y núcleo rojo. Funciones y circuitos Circuito motor: controla movimientos rutinarios, comenzando en la corteza sensoriomotora y pasando por el cuerpo estriado, tálamo y corteza somatosensorial. La vía nigroestriatal facilita la activación motora. En enfermedades como el Parkinson, este circuito se ve alterado, afectando el control motor. Circuito cognitivo: comienza en el núcleo caudado y se proyecta a la corteza prefrontal, participando en la planificación de movimientos complejos y el aprendizaje de rutinas motoras, en coordinación con el cerebelo. Circuito oculomotor: regula los movimientos oculares sacádicos (de seguimiento), comenzando en los campos oculares frontales hacia el caudado. Circuito límbico: relacionado con las respuestas emocionales y comportamientos sociales, va de la corteza prefrontal al núcleo accumbens, luego al tálamo y regresa a la corteza prefrontal, influyendo en posturas emocionales como agresivas o sumisas. Sistema límbico El sistema límbico es una red de estructuras cerebrales clave, como el hipocampo, la amígdala y la circunvolución cingulada, que forman un anillo entre el diencéfalo y la neocorteza. A diferencia de la neocorteza, tiene menos capas celulares (4-5 en lugar de 6) y está estrechamente relacionado con el sistema olfatorio. Este sistema es esencial para gestionar emociones, motivación y comportamiento, y juega un papel crucial en las respuestas de supervivencia, como la defensa frente a amenazas. El hipocampo es clave en la memoria, especialmente en la consolidación de recuerdos. Forma parte del circuito de Papez, un circuito redundante que conecta varias estructuras cerebrales, como los cuerpos mamilares del hipotálamo y el tálamo, facilitando la integración de experiencias cognitivas y emocionales. Este circuito permite la convergencia entre funciones cognitivas y respuestas emocionales. Hemisferios cerebrales Los hemisferios cerebrales comprenden la corteza cerebral (con seis lóbulos: frontal, parietal, temporal, occipital, insular) y la sustancia blanca, junto con los ganglios basales (como el putamen, caudado, y la sustancia negra). La corteza tiene una superficie plegada, lo que incrementa su capacidad de procesamiento de información y abarca más de 2,320 cm². Este plegamiento es crucial para integrar información sensorial y generar respuestas complejas, esenciales para funciones como el lenguaje, la memoria, el aprendizaje y el razonamiento. Los hemisferios cubren el diencéfalo y el tronco encefálico, conectados principalmente por el cuerpo calloso. La corteza está organizada en surcos y giros, siendo los más importantes la cisura de Silvio (entre los lóbulos temporal, frontal y parietal), la cisura interhemisférica (que separa los hemisferios) y la cisura de Rolando (que divide los lóbulos frontal y parietal). Más del 50% de la corteza está oculta en los pliegues. Citoarquitectura y áreas de especialización funcional en el cerebro El cerebro tiene zonas especializadas que permiten funciones complejas como recordar y pensar. La corteza cerebral tiene un espesor de 2 a 4 mm, con más neuronas que células gliales, organizadas en una estructura laminar y columnar para procesar información. El neocórtex, que abarca el 90% de la corteza, tiene seis capas laminares que se distribuyen de la siguiente manera: Molecular: dendritas y axones. Granular externa: pequeñas células piramidales. Piramidal externa: neuronas de tamaño medio. Granular interna: células estrelladas que reciben señales del tálamo. Piramidal interna: grandes células piramidales que proyectan al estriado, tallo cerebral y médula espinal. Fusiforme: neuronas que envían axones al tálamo. Las columnas corticales son unidades funcionales que responden a estímulos específicos y tienen un diámetro de 50-100 micrómetros. Estas columnas están formadas por células piramidales, que son excitatorias y se relacionan con las vías motoras, como el tracto corticoespinal, y neuronas estrelladas, que son inhibitorias y utilizan GABA. Las vías aferentes a la corteza cerebral se divididos en: - Vías de asociación: conectan ambos hemisferios. - Vias comisurales: conectan ambos hemisferios. - Vías de proyección: transmiten información entre el cerebro y el tálamo, y llevan comandos motores a la médula espinal. Áreas funcionales del cerebro El cerebro tiene áreas funcionales especializadas que inician funciones como la visión, audición y planificación, pero su ejecución depende de la integración de múltiples áreas. Estas áreas se comunican de manera dinámica, actuando como nodos interconectados. El mapa de Brodmann, creado en 1909, divide el córtex cerebral en 47 áreas basadas en diferencias estructurales. Estas incluyen áreas sensoriales primarias (somática, visual, auditiva), un área motora primaria, y áreas de asociación unimodal (procesan una sola modalidad) y multimodal (integran información de varias áreas). Para localizar las funciones cerebrales, se utilizan técnicas como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional (fMRI), que miden la actividad cerebral a través del consumo de oxígeno y los cambios en la sangre, respectivamente. Áreas sensoriales Córtex somatosensorial (Áreas 3, 1 y 2): procesa las sensaciones corporales, con representación contralateral (excepto la cara). Lesiones pueden causar agnosia (pérdida de agudeza sensitiva). Áreas de asociación somatosensorial (Área 5): se relacionan con los movimientos dirigidos hacia un objetivo. Lóbulo parietal (Área 7): procesa información táctil y de propiocepción (posición) desde la piel, articulaciones y músculos. Lóbulo parietal inferior (Áreas 39 y 40): el giro angular (39) y el giro supramarginal (40) están asociados al lenguaje, especialmente en el hemisferio izquierdo, que es dominante en aproximadamente el 90% de las personas. Área somática sensorial secundaria: recibe información de dolor desde el tálamo cuando hay estimulación en la periferia. Corteza visual (Áreas 17, 18 y 19): ubicada en el lóbulo occipital, integra toda la información visual en imágenes. Corteza auditiva (Áreas 41, 42 y 22): localizada en el lóbulo temporal, elabora los estímulos auditivos y la decodificación de las palabras (Área de Wernicke, relacionada con la comprensión del lenguaje). Áreas motoras Área motora primaria (Área 4): ubicada en el giro precentral, controla el 80% del tracto piramidal, enviando comandos motores a la periferia. Tiene una representación contralateral, excepto en la cara. La mano, boca y lengua tienen una representación más grande en el homúnculo motor. Córtex premotor (Área 6): más grande que el área motora primaria, recibe señales cognitivas y coordina movimientos intencionales, especialmente en tareas que requieren integración de señales visuales o somáticas. Corteza suplementaria: se activa al planificar movimientos secuenciales. Es crucial para la iniciación del movimiento, y su lesión puede causar akinesia (dificultad para iniciar el movimiento). Corteza de campos oculares: controla los movimientos oculares, especialmente para seguir objetos en movimiento. Córtex prefrontal dorsolateral: es responsable de evaluar escenas visuales, tomar decisiones y planificar acciones motoras complejas. Corteza cingulada: parte del sistema límbico, involucrada en la toma de decisiones y la evaluación emocional de estímulos visuales. Emociones Definición El término emoción tiene diferentes significados, pero en el contexto científico, se refiere a las respuestas fisiológicas automáticas ante estímulos percibidos como amenazas o peligros, como la taquicardia o la tensión muscular. Las neurociencias se enfocan en esta definición, donde las emociones son respuestas inconscientes del cerebro a estímulos que requieren un ajuste en el entorno. Los sentimientos, por otro lado, son la percepción consciente de estas respuestas emocionales. Desde una perspectiva evolutiva, las emociones permiten a los seres vivos, especialmente a los mamíferos, responder de manera adaptativa al entorno. Los estímulos emocionalmente competentes (como el dolor o el placer) activan áreas del cerebro que envían señales a redes neurales que regulan las glándulas endocrinas, el sistema nervioso autónomo y el sistema musculoesquelético. Inteligencia emocional y conducta social La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer y manejar nuestras propias emociones, comprender las de los demás y gestionar las relaciones sociales con empatía, cooperación y tolerancia a la frustración. Esta habilidad es clave para adaptarse socialmente y alcanzar la autorrealización. Se complementa con la inteligencia cognitiva, y juntos permiten una mayor adaptabilidad y satisfacción en la vida. La cognición social se refiere a la capacidad de reconocer y anticipar comportamientos en contextos sociales. Implica mentalización, o la habilidad de ponerse en el lugar de otra persona. Esta habilidad se desarrolla alrededor de los 3 o 4 años. La neurociencia social estudia cómo el cerebro responde a interacciones sociales. La oxitocina, un neuropéptido, tiene un papel importante en la formación de vínculos sociales, modulando la actividad de áreas cerebrales como la amígdala y la circunvolución fusiforme. Ayuda a reducir la intensidad de las respuestas emocionales negativas, favoreciendo la integración social. Estructura cerebral e inteligencia emocional Según el modelo de Daniel Goleman, la inteligencia emocional abarca cuatro esferas genéricas. 1. Autoconciencia: reconocer y comprender nuestras propias emociones. 2. Conciencia social: reconocer y entender las emociones de los demás. 3. Autogestión: controlar y regular nuestras propias emociones. 4. Gestión de relaciones: manejar las interacciones de manera efectiva. Estructuras cerebrales Las neuroimágenes muestran las áreas del cerebro activadas en comp socialmente motivados. Las más relevantes según Goleman son: Amígdala derecha: está involucrada en la autoconciencia emocional, es decir, en la capacidad de ser consciente de nuestros propios sentimientos y comprenderlos. Córtex somatosensorial derecho: relacionado con la empatía y la conciencia de las emociones ajenas. La ínsula también desempeña un papel importante al detectar nuestro estado corporal, dándonos señales sobre cómo nos sentimos y ayudándonos a entender las emociones de los demás. Cíngulo anterior: se encuentra en la parte frontal del cerebro, rodeando el cuerpo calloso. Es clave para el control de impulsos y el manejo de emociones propias. Corteza ventromedial y orbitofrontal: consideradas el centro ejecutivo de la mente, están asociadas con la resolución de problemas, la modulación de relaciones interpersonales y la regulación de impulsos. El h. izquierdo se encarga de tareas lógicas y analíticas, como el lenguaje y el razonamiento. El h. derecho está más relacionado con la intuición emocional, la interpretación de expresiones faciales y la conducta emocional no verbal. La autorregulación emocional depende de la interacción entre el córtex prefrontal (que controla impulsos y toma de decisiones) y la amígdala (que maneja las respuestas emocionales). Un exceso de activación de la amígdala puede causar respuestas desproporcionadas, pero la corteza prefrontal ayuda a inhibir estas reacciones, manteniendo el equilibrio emocional y mejorando la adaptabilidad social. Neuropsicología La neuropsicología estudia la relación entre el cerebro, la conducta y las funciones mentales. A través de pruebas y diagnósticos, identifica alteraciones cognitivas y conductuales, investigando cómo las lesiones cerebrales afectan el funcionamiento mental. Su objetivo es diseñar terapias de neuro-rehabilitación para restaurar las funciones afectadas, mejorando la adaptación social y laboral de pacientes con trastornos causados por enfermedades cerebrovasculares o neurodegenerativas, como en clínicas de memoria. Funciones corticales superiores Son responsables de la comprensión, cognición y comunicación, controladas por diversas áreas de la corteza cerebral. Estas funciones son clave para lo que nos distingue como seres humanos, y cada lóbulo cerebral está especializado en una función cognitiva concreta. Lenguaje: controlado por el "cerebro ejecutivo", relacionado con razonamiento, planeación, autocontrol y solución de problemas. El área de Broca en el lóbulo frontal regula el lenguaje expresivo, mientras que la región de comprensión del lenguaje se localiza en el lóbulo temporal, conectada por el fascículo arqueado. Habilidad visoespacial: es la capacidad de coordinar movimientos con guía visual. Los lóbulos frontal y parietal son fundamentales para esta función, que permite manipular objetos e interactuar con señales visuales. Memoria: implica el almacenamiento y recuperación de recuerdos, gestionada principalmente por el hipocampo y áreas del lóbulo temporal. La memoria inmediata es breve, mientras que la memoria a largo plazo se conserva por años, gracias a procesos como la potenciación sináptica. Lectura: relacionada con los lóbulos parietales, su alteración se conoce como dislexia. Trastornos de las funciones corticales superiores Afasia: pérdida de la capacidad de hablar debido a lesiones cerebrales. Las más comunes son la afasia de Broca (dificultad para producir lenguaje) y la de Wernicke (dificultad para comprenderlo). Alexia: incapacidad para leer, que puede ir acompañada de agrafia (dificultad para escribir), especialmente relevante en el ámbito educativo. Agnosia: dificultad para reconocer o identificar objetos o personas debido a trastornos en la corteza cerebral. Apraxia: incapacidad para realizar movimientos o actos motores de manera correcta, a pesar de tener las funciones motoras y sensoriales intactas. Suele estar asociada a daño en la corteza frontal o en áreas subcorticales como los ganglios basales. Dominancia cerebral La dominancia hemisférica se refiere a la especialización de ciertos hemisferios del cerebro en funciones específicas. El hemisferio izquierdo controla el lenguaje y el habla, mientras que el derecho se encarga de la interpretación de imágenes. Esta lateralidad refleja diferencias anatómicas entre los hemisferios. El 91% de los diestros tienen dominancia en el hemisferio izquierdo. El 70% de los zurdos también tienen dominancia izquierda, mientras que el 30% restante tiene dominancia en el hemisferio derecho. Glosario 1. Disartria: dificultad para articular palabras debido a problemas en el control motor del habla. 2. Afasia literal y verbal: Literal: dificultad para pronunciar palabras correctamente (omisión o sustitución de sonidos). Verbal: Dificultad para elegir palabras adecuadas, generando errores en el habla. 3. Neologismo: creación de palabras sin significado real debido a daño cerebral. 4. Afasia global: pérdida severa de la capacidad para hablar y comprender lenguaje. 5. Afasia de conducción: dificultad para repetir palabras, aunque se conserva la comprensión y expresión espontánea. 6. Afasia anómica: dificultad para encontrar las palabras correctas al hablar, pero con buena comprensión. 7. Afasia transcortical: conservación de la repetición verbal, pero con alteraciones en la comprensión y expresión. Se divide en: Motora: Dificultad para iniciar el habla. Sensorial: Dificultad para comprender, pero repetición intacta. 8. Agnosia visual: incapacidad para reconocer objetos a pesar de tener visión intacta. 9. Astereognosia: dificultad para reconocer objetos mediante el tacto. 10.Prosopagnosia: incapacidad para reconocer rostros familiares. 11. Negligencia unilateral: ignorar estímulos del lado opuesto al daño cerebral. 12. Anosognosia: falta de conciencia de una propia deficiencia o enfermedad. 13. Apraxia ideomotora: incapacidad para realizar movimientos específicos, aunque se entiende la tarea. 14.Apraxia ideacional: dificultad para realizar secuencias de acciones complejas. 15. Síndrome de Gerstmann: trastornos como agnosia digital, acalculia y agrafia, generalmente por daño en el lóbulo parietal izquierdo. 16. Potenciación a largo plazo (LTP): fortalecimiento duradero de las conexiones neuronales, esencial para la memoria y el aprendizaje. 17. Epilepsia del lóbulo temporal: convulsiones originadas en el lóbulo temporal, asociadas con problemas de memoria y emociones. 18.Déjà vu: sensación de haber vivido previamente una situación actual, debido a un fallo temporal en el procesamiento de la memoria.