Resumen Capítulos I, II, III y XV El Príncipe PDF
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Nicolás Maquiavelo
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Este documento resume los capítulos I, II, III y XV de "El Príncipe", de Nicolás Maquiavelo. El libro explora la adquisición y el mantenimiento del poder, centrándose en las diferencias entre principados hereditarios y nuevos. Analiza cómo conservar los estados y cómo los príncipes deben gobernar.
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**El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, es uno de los libros de teoría política más importantes de la historia, y el primero en hacer un análisis teórico de la adquisición y mantenimiento del poder.** **Cualquier resumen que se haga de él, le priva de un valioso contenido que solo Maquiavelo podría de...
**El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, es uno de los libros de teoría política más importantes de la historia, y el primero en hacer un análisis teórico de la adquisición y mantenimiento del poder.** **Cualquier resumen que se haga de él, le priva de un valioso contenido que solo Maquiavelo podría desarrollar, sin embargo se puede intentar sintetizar como se leerá a continuación.** **[CAPÍTULO I:]** Cuántas son las formas de principado y cómo se adquieren (Quot genera principatum et quibus modis acquirantur). Maquiavelo hace una separación entre estados: repúblicas o principados. Dentro de los principados tendríamos dos cauces, un principado heredado o nuevo. Los nuevos se adquieren porque nace el estado de la separación de otro y ahí se da el principado, y en el caso de los hereditarios como su nombre indica por herencia familiar. En el primer capítulo, que es extremadamente corto, Maquiavelo sienta las bases de su visión estructural del estado. Para él solo existen dos opciones en las que se puede organizar un ente soberano: (a) o un estado es una república, (b) o un estado es un principado. Todos los estados, todas las soberanías que tienen o que han tenido autoridad sobre los hombres, han sido y son, o repúblicas, o principados. Hecha esta primera división, los principados pueden también subdividirse en pares: (a) o los principados provienen de una familia real antigua, (b) o los gobierna un príncipe nuevo. Y estos principados nuevos, (a) o son totalmente nuevos, (b) o son nuevos por entrar a formar parte de un principado más antiguo, siendo nuevos solo respecto al príncipe. Y estos últimos, a su vez, pueden (a) tener autonomía, (b) o no tener autonomía. Esta clase de estados, o viven bajo el dominio de otro príncipe, o gozan de entera libertad; y para adquirirlos, pueden emplearse armas propias y ajenas, o abandonarse a la fortuna, o hacer alarde del oro, del talento o del valor. **CAPÍTULO II:** Los Principados hereditarios (Principatibus hereditaris). Se centra en los principados, la manera de conservación y de gobierno que pueden tener. Por una parte se hace mención a los estados hereditarios, él considera que son mucho más fáciles de conservar que en el caso de los nuevos, porque tan sólo tienen que seguir los pasos de su linaje y no alterar la ordenación establecida por sus predecesores, así evitará el nuevo príncipe problemas con sus predecesores. Este capítulo es importante para entender el desarrollo de todos los capítulos siguientes de la obra, pues, aunque El Príncipe sea una referencia, sobre el gobierno de un estado, solo aborda ─irónicamente─ el gobierno en las monarquías. Maquiavelo se niega a desarrollar en extensión el gobierno dentro una república, tanto, porque esta obra debía ser leída por un príncipe, Lorenzo de Médici, como porque el había abordado este tema ─que era en realidad su favorito─ en la mayoría de sus otras obras, como en Los Discursos de la Primera Década de Tito Livio. Dicho esto, el tema central del segundo capítulo es sencillo: los más fáciles de conservar, de todos los principados, son siempre los principados hereditarios. Esto, porque (a) las gentes están ya acostumbradas a que las gobierne un príncipe, y además (b) a un príncipe de una familia concreta; por lo que verán en él, no solo al príncipe, sino a toda una institución de tradiciones, ligadas a este. Pero, pueden dilucidarse otras dos ideas a favor del príncipe que hereda un principado, y es que (c) existen ya personas poderosas, cuyo poder deviene de la institución dinástica que representa el príncipe, y que no consentirían un cambio de régimen, que trae siempre algún desastre consigo. Y que (d) este príncipe hereditario, tiene más oportunidades de que el pueblo lo amo, tanto porque la gente suele amar lo que ya les propio, como porque él no tiene motivos ni necesidad de hacerle daño a un pueblo que ya lo mantiene. **[CAPÍTULO III:]** Los Principados mixtos (De Principatibus mixtis). Maquiavelo en este capítulo hace mención a los principados mixtos, es decir, un principado que no es completamente nuevo, sino una especie de apéndice a añadido a un principado antiguo que se posee de antemano. Por tal reunión se le llama principado mixto, cuyas incertidumbres dimanan de una dificultad, que es conforme con la naturaleza de todos los principados nuevos, y aquí empieza la envidia y la disputa por el poder, a aquellos que lo ayudaron a llegar al poder tiene que corresponderles con algún cargo público como en la actualidad, y de no hacerlos solo se generaran más conflictos y tendrá más enemigos, al igual que los de oposición que se negaban a que llegara al poder. Así le ocurrió al rey Luis XII que ocupando Milán fácilmente la perdió al poco tiempo porque los ciudadanos vieron defraudada la imagen que tenían del Rey, así como las esperanzas que habían concebido para lo futuro, y no podían soportar ya la contrariedad de poseer un nuevo príncipe. Dichos Estados nuevamente adquiridos se reúnen con un Estado ocupado hace mucho tiempo por el que los ha logrado, siendo unos y otro de la misma provincia, y hablando la misma lengua, o no sucede así. Cuando son de la primera especie, hay suma facilidad en conservarlos, especialmente si no están habituados a vivir libres en república. Para poseerlos con seguridad basta haber extinguido la descendencia del príncipe que reinaba en ellos, porque, en lo demás, respetando sus antiguos estatutos, y siendo allí las costumbres iguales a las del pueblo a que se juntan, permanecen ampliamente relacionados, como lo estuvieron Normandía, Bretaña, Borgoña y Gascuña, que fueron anexadas a Francia hace mucho tiempo. Aunque existan algunas diferencias de lenguaje, las costumbres se asemejan, y esas diversas provincias viven en buena armonía. En cuanto al que hace tales adquisiciones, si ha de conservarlas, necesita dos cosas: la primera, que se extinga el linaje del príncipe que poseía dichos Estados; y la segunda, que el príncipe nuevo no altere sus leyes, ni aumente los impuestos. Con ello, en tiempo brevísimo, los nuevos Estados pasarán a formar un solo cuerpo con el antiguo suyo. Por su ambición los príncipes llegan a conquistar, se crea en ellos una idea de expansionismo y por lo cual empiezan a conquistar territorios para establecer posteriormente un orden público distinto al que ahí se contiene en las reglamentaciones originales del pueblo. Maquiavelo, hace aquí una exposición, de cómo mantener el control de territorios conquistados, que no son parte del estado que un príncipe ha heredado, sino que se adicionan a su gobierno. Por lo que no son, ni plenamente nuevos, ni plenamente tampoco antiguos, sino más bien mixtos. Hacerse con el control por medios civiles Evitar los enemigos poderosos de alrededor Respetar las costumbres de los locales Lo que debe hacer el príncipe son tres cosas: (a) primero, debe hacerse con el control efectivo del territorio por medios civiles, y cesar el uso de los militares, que son reservados para la guerra. Ya sea, trasladando al nuevo territorio su residencia, o creando en él, una colonia de nobles fieles de su estado antiguo, que le sirvan allí. Sobre esto, será también beneficioso que lo que les de a los nobles fieles que asienta en un nuevo lugar, se producto del despojo de nobles poderosos e inconforme de allí, para que, tanto le da a uno algo que cuidar a nombre propio, como se quita un enemigo. Pues una persona empobrecida, no es enemigo para un príncipe. Luego, los otros dos factores a tener en cuenta son: (b) debe evitarse a toda costa enemigos fuertes en los estados cercanos al territorio conquistado, y hacerse aliado de todos aquellos que sean suficientemente débiles, como para no representarle una amenaza. Y finalmente (c) debe respetar las costumbres locales, como si no hubiese habido en aquel territorio la mudanza de un príncipe, pues con esto, se afecta poco el diario vivir de las personas corrientes, que lo poco se les recuerda, fácilmente olvidan. **[CAPÍTULO XV:]** Cualidades por las que los hombres, y especialmente los príncipes, son loados o criticados (De his rebus quibus homines et praesertim principes laudantur aut vituperantur). Los príncipes, por hallarse colocados a mayor altura que los demás, se distinguen por determinadas prendas personales, que provocan la alabanza o la censura. Según el interés con el que desempeñen la función pública. En este capítulo, se nos plantean dos ideas centrales, por las cuales sería recordado Maquiavelo posteriormente: (a) primero, la dicotomía entre lo que debe ser y lo que es, y quizá el primer escrito que lo adopta como un planteamiento esencial para el gobierno. Lo que es no siempre es lo que debería ser El buen príncipe sabe mostrarse como le conviene De aquí que sea llamado nuestro autor como el fundador de la ciencia política moderna, pues este mismo planteamiento fundamenta la realpolitik. Y segundo (b) la desmitificación del príncipe-filósofo que desde el mundo griego había sido el eje de un gobernante ideal, por la de un príncipe-estratega. Así por ejemplo, Maquiavelo no recomienda al gobernante hacerse de cuanta virtud exista, sino de cuanta virtud o defecto le ayude a mantenerse con sus dominios, y a poder dominar otros. Por ejemplo, si le es menesteroso parecer cruel o avaro para lograr que los enemigos le huyan o no se cuente en extorsionarlo, el príncipe debería de parecerlo, pues eso le representa mantenerse con sus posesiones.