Manual de Geografía - Primera mitad del Temario - PDF

Summary

This document is an introductory guide to the biodiversity and ecosystems of the Canary Islands. It explores the geological formation of the islands, biogeographical context, climate, plant life, ecological processes, and terrestrial and marine ecosystems. The author, Antonio Ramón Ojeda, presents the material for a first-semester geography class.

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U NIDAD DE A PRENDIZAJE 1 I NTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Presentación La unidad inicial de aprendizaje (UA1) es una aproximación al conocimiento del territorio canario. Por esa razón en su título se habla de introducción a la biodiversidad y a los...

U NIDAD DE A PRENDIZAJE 1 I NTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Presentación La unidad inicial de aprendizaje (UA1) es una aproximación al conocimiento del territorio canario. Por esa razón en su título se habla de introducción a la biodiversidad y a los ecosistemas. Se trata de un tema fascinante donde se abordan aspectos tan variados como la génesis geológica y formación de las islas, el marco biogeográfico, las estructuras del relieve, el clima y los condicionantes climáticos, los paisajes vegetales, los procesos ecológicos esenciales y, finalmente, los ecosistemas terrestres y marinos de Canarias. La formación de las islas Canarias ha suscitado gran debate y ha sido motivo de encendidas polé- micas entre especialistas. La localización del archipiélago en una posición de intraplaca (dentro de la placa litosférica africana) y alejada por tanto de la frenética actividad volcánica que se asocia con la dorsal centroatlántica, ha generado mucha literatura científica sobre las causas del volcanismo en las islas y qué teorías pueden explicar su existencia. El hecho es que están aquí, que llevan formándose más de 20 millones de año y que el proceso con- tinúa. Las islas constituyen un marco biogeográfico incomparable y un magnífico laboratorio natural. La insularidad confiere identidad a los ecosistemas, una singularidad que para comenzar a compren- derla es preciso no sólo adentrarse en los contenidos de esta unidad de aprendizaje (introducción), sino aventurarse más allá e indagar por propia iniciativa, profundizando en su conocimiento. Se trata, sin duda, de una materia que apasionará a sus futuros alumnos, de una enorme riqueza de contenidos y materias variadas con multitud de enfoques y matices. Tal compendio de materias resumidas en una única unidad de aprendizaje no puede más que expresarse de forma introductoria y sintética, esperando generar tanto curiosidad en el alumno, como ofreciéndole la posibilidad de profundizar en el autoaprendizaje. Objetivos Esta unidad didáctica tiene como objetivo básico exponer los aspectos más relevantes de los re- cursos que configuran el soporte medioambiental canario. Quiere ser una referencia no exhaustiva, didáctica e introductoria, que se complementa con sugerencias para profundizar de manera autó- noma en temas como la geomorfología insular, los aspectos climáticos de las islas y sus paisajes y ecosistemas. Son aspectos imprescindibles para conocer mejor la identidad del territorio y los ecosistemas que este alberga. Sin este conocimiento no se podría valorar la singularidad del marco insular y la necesi- dad de diseñar y establecer estrategias de conservación, aspecto que se aborda en la segunda unidad temática de este manual. La presente unidad de aprendizaje tiene los siguientes objetivos fundamentales y complementa- rios: Objetivos fundamentales: – Analizar y valorar las características de los recursos territoriales de Canarias (CB1 y CB5). – Ser capaz de identificar las características territoriales naturales más sobresalientes del archi- piélago canario (CB1, CB2 y ED17). – Reconocer los principales paisajes y ecosistemas naturales de Canarias (CB1, CB3 y ED17). Objetivos complementarios: – Identificar los elementos espaciales que participan en el territorio y los factores que propician su funcionamiento, con especial referencia a la geografía de islas. – Introducir al alumno en la práctica y comprensión de los ecosistemas insulares de Canarias. – Expresar de manera sintética los aspectos relacionados con la geología y geomorfología del archipiélago que constituyen el escenario de los principales procesos ecológicos. – Comprender la singularidad y las principales características del relieve insular como marco de desarrollo de los ecosistemas. – Exponer los condicionantes climáticos en relación con la formación de los principales paisajes vegetales y ecosistemas insulares. 22 – Conocer los recursos didácticos y saber cómo utilizarlos en los procesos de enseñanza- aprendizaje de las ciencias sociales. – Aportar referencias de estudios para poder profundizar en los temas desarrollados a lo largo de la presente unidad de aprendizaje. 23 Esquema de los contenidos Figura 1.1 Esquema de contenidos de la Unidad 1 24 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Exposición de los contenidos 1.1 Introducción. El hecho insular y la biodiversidad Para empezar por el principio, debemos hacerlo expli- cando qué es un ecosistema. Se trata de un término acuña- do por la ecología y con el que se trata de definir una parte de la biosfera, una región que reúne una serie de caracte- rísticas comunes que la distinguen de otros territorios. Por tanto, es un sistema natural formado por el medio físico (biotopo) o soporte donde se relaciona un conjunto de or- ganismos vivos (biocenosis). Ecosistema es un acrónimo o forma abreviada para referirse a un «sistema ecológico» formado por elementos abióticos, o no vivos, y elementos bióticos, o vivos. Un ecosistema queda definido tanto por el sustrato o soporte físico (el territorio), como por los seres vivos que lo habitan. En este sentido, el biotopo o parte inerte del ecosistema conforma el esce- nario de las relaciones que se establecen entre dicho soporte y los propios seres vivos o biocenosis. Por tanto, un ecosistema tendría dos componentes esenciales: la parte física o inerte (biotopo) y la parte biológica o viva (biocenosis): Tabla 1.1 Componentes de un ecosistema Un ecosistema lo forman dos tipos de componentes: 1. Físicos (Biotopo): Relieve, atmósfera, suelo. 2. Biológicos (Biocenosis): seres vivos. La noción de «ecosistema» fue aplicada por primera vez en 1935 por Arthur Tansley, quien los de- finió de la siguiente manera: «los ecosistemas (... ) son de diverso tipo y tamaño. Constituyen una categoría 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 25 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD dentro de los numerosos sistemas físicos del universo, desde el átomo hasta el universo en su conjunto» (Burel y Baudy, 2002: 6). Un ecosistema se comporta como una unidad territorial de la biogeografía, ciencia que estudia la distribución espacial de los seres vivos. En tanto que región geográfica de características similares los ecosistemas quedarán definidos según la escala de estudio y el nivel de detalle del análisis. La homogeneidad de una región geográfica depende de la escala a la que se la observe y se la represente. Por ejemplo, puede emplearse una escala general, como si observáramos el planeta desde el espa- cio, y distinguir sencillamente entre ecosistemas marinos (océanos) y ecosistemas terrestres (tierras emergidas, los continentes e islas), o bien descender en escala y detallar más el análisis diferenciando las grandes masas continentales y todos los ecosistemas terrestres que esta alberga. Todo depende de cuánto nos acerquemos y cuál sea la escala y el detalle de estudio. Por otro lado, la condición insular de un territorio es un factor de enorme relevancia en la carac- terización de sus ecosistemas. El aislamiento influye de forma muy importante en las características geográficas y bióticas, y condiciona la biodiversidad, razón por la que podría estar justificado realizar una distinción entre ecosistemas continentales y ecosistemas insulares. Cuando se estudia con un mayor grado de detalle, este ecosistema insular, individualizado y dife- renciado ya de las regiones continentales, puede a su vez ser dividido en subregiones de característi- cas ecológicas homogéneas y dar por tanto lugar a otros subsistemas de menores dimensiones, pero de mayor homogeneidad interna. Es a estos ecosistemas a los que dedicaremos la presente unidad didáctica. Llegados a este punto, cabría preguntarse qué es una isla. Si nos paramos a pensarlo, la propia definición de «is- la» resulta ambigua. Todos reconocemos en ellas porcio- nes de tierra totalmente rodeadas de agua, pero intuimos que sus dimensiones deben ser reducidas, aspecto éste que las diferencian de los continentes. No existe acuerdo sobre cuál debe ser el tamaño máximo de una isla. Australia, por ejemplo, es denominada con frecuencia el Continente-isla. Si excluimos Australia como isla por sus enormes dimensiones, Groenlandia, con 2.166.000 km2 , constituiría la mayor isla del planeta y podría marcar el umbral de referencia que distinga las islas de los continentes1. 1 Un listado habitual de las mayores islas del planeta recoge un total de 507 referencias, de donde se excluyen aquellas cuya superficie no alcanza los 500 km2. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 26 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Figura 1.2 Tipos de islas según su origen. En cuanto a su origen y formación, las islas pueden clasificarse como continentales u oceánicas (figura 1.2). Las primeras son fragmentos desgajados y dejados atrás por los continentes durante su movimiento de deriva y se asemejan mucho a su matriz de origen, de la que normalmente no suelen estar muy distantes. La ciencia suele referirse a ellas como fragmentos continentales. En cambio, las islas oceánicas se forman a partir de procesos eruptivos (archipiélagos volcánicos) o biológicos (archipiélagos coralinos), literalmente en medio del océano y, con frecuencia, muy alejados de las costas continentales, con las que no les une ningún origen común. Por tanto, las islas oceánicas nunca estuvieron unidas a un continente y en el momento de su formación carecen por completo de fauna y vegetación. Sólo después de un proceso de colonización biótica estos territorios comienzan a tener vida. Tenemos ya dos características que definen a las islas: su tamaño y el aislamiento geográfico, todo lo cual las convierten en fabulosos laboratorios biológicos, territorios que cuentan con ecosistemas singulares diferenciados respecto de los que podemos encontrar en ámbitos continentales. Además, las islas son territorios perfectamente definidos por sus costas, que constituyen una barrera natural para la evolución de los ecosistemas insulares y permiten acotar con facilidad el ámbito de estudio. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 27 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD 1.1.1. El archipiélago canario en su contexto. Las islas Canarias son un archipiélago oceánico de ori- gen volcánico que se localiza frente a las costas africanas, de las que apenas 100 km separan a Fuerteventura de Ca- bo Juby, el punto continental más próximo a Canarias. Su condición volcánica y el hecho de que nunca haya existi- do un puente de unión con el continente consiguieron que su evolución transcurriese por una línea independiente. Como ya advirtiera Alfred R. Wallace en su famosa obra Island life, este tipo de islas se caracterizan en cuanto a su fauna por la total ausencia de mamíferos, salvo quizás murciélagos y especies marinas. Figura 1.3 Canarias en el contexto atlántico. En sentido estricto, tan sólo de las islas oceánicas cabría decir que se formaron como tales, pues nunca fueron parte de una masa continental. Su origen aislado hace que la colonización biótica y el posterior proceso evolutivo de las especies que logran alcanzar las islas se desarrolle de forma autónoma. Si el tiempo transcurrido desde que se forma la isla resulta suficiente, se puede observar incluso una variedad genética en la fauna y flora insulares (diversificación de especies2 ), lo que acaba por diferenciarlas de sus congéneres continentales de los que originariamente proceden. 2 Se trata de un proceso evolutivo natural. En un momento dado, una determinada especie sufre una divergencia en la rama evolutiva y acaba por dar origen a dos especies (o subespecies) diferentes. Se puede producir, por ejemplo, cuando dos especies con un antepasado común quedan aisladas la una de la otra y evolucionan en entornos diferentes, adaptándose cada una de ellas a las condiciones ambientales propias de su hábitat. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 28 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS La colonización biológica de una isla está directamente relacionada con su edad, la proximidad o lejanía de los continentes, así como con el régimen eólico y de corrientes marinas dominantes, que constituyen las principales vías de transporte para las especies colonizadoras. En Canarias se da la circunstancia que tanto los alisios como la corriente marina tienen componente norte-noreste, circunstancia que se ha mantenido invariable al menos durante los últimos dos millones de años y que da lugar a un origen de nuestra fauna y flora eminentemente sahariano y mediterráneo. Figura 1.4 Edad estimada de las islas en millones de años. Lanzarote y Fuerteventura constituyen un único bloque o edificio insular. Fuente: Carracedo, 2008. Pero la cantidad de especies que logra alcanzar el archipiélago representa únicamente una porción mínima y sesgada del ecosistema continental de procedencia. La cantidad de especies por unidad de superficie es inferior en las islas que en los continentes. ¿Cómo es posible entonces que resulte tan atractivo desde un punto de vista científico el laboratorio insular? La respuesta es sencilla. Los ecosis- temas insulares, aunque incompletos y con nichos vacíos, son más simples y reciben una influencia externa menor que los ecosistemas continentales, de ahí que los científicos hayan tenido especial interés en el estudio de los archipiélagos. Son célebres los ejemplos de Hawái, Galápagos (archipié- lago Colón), Indonesia, Nueva Guinea o la propia Macaronesia. Todos ellos archipiélagos de origen volcánico. El debate sobre la ecoregión «Macaronesia» aún está abierto y no forma parte de los objetivos del presente manual profundizar en él. Lo realmente importante es que islas como las de Azores, Madeira y Cabo Verde y la franja costera del Sáhara comparten muchas similitudes bióticas con Canarias. Su fauna y vegetación son similares en muchos aspectos y esto es un hecho. Como también lo es que las islas Canarias son una región, independiente o dentro de la Macaronesia, rica en endemismos, muchos de los cuales se pueden definir como paleoendemismos que proceden de estirpes antiguas que han evolucionado de manera independiente en un contexto ecobiológico diferenciado: el marco insular. La biodiversidad es el término que define precisamente la diversidad biológica, animal y florística. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 29 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD Y la biodiversidad en un marco insular presenta un elevado número de endemismos y, por tanto, de rarezas y elementos singulares que los hace especialmente relevantes para los biólogos y científicos en general. De ahí la especial importancia de los ecosistemas insulares. 1.1.2. Factores condicionantes de los ecosistemas insulares. El elemento más definitorio de un ecosistema es su comunidad biótica, es decir, los animales y las plantas que lo componen. Por supuesto, las condiciones ambientales en las que se desarrolla dicha comunidad biótica tienen muchísima incidencia en el tipo de plantas y fauna que puedan estar presentes en el ecosistema en cuestión: los seres vivos se adaptan a las condiciones ambientales y crean comunidades de plantas y animales que tienen en común su grado de adaptación a dichas condiciones. Por tanto, los ecosistemas establecen una relación directa con el medio (por ejemplo, marino y terrestre) y con las condiciones bajo las cuales se desarrolla la vida: temperaturas, humedad y preci- pitaciones, presencia/ausencia de luz, u otras. Todo factor geográfico que influya sobre estos aspectos contribuye a definir los ecosistemas y su respectiva comunidad biótica. Los principales factores geográficos que inciden sobre las condiciones ecológicas son: en primer lugar, el propio medio (marino, terrestre, dulceacuícola... ) y luego ya el relieve y su influencia sobre las condiciones climáticas. Una vez delimitado el espacio insular terrestre, el relieve tiene una especial incidencia en las varia- ciones de aspectos ambientales básicos como pueden ser temperaturas, humedad y precipitaciones, grado de insolación, aridez, salinidad etc. De la misma manera que en el medio marino la profundi- dad es fundamental, sobre todo en cuanto al nivel de radiación solar (ecosistema fótico), también en el medio terrestre la altitud resulta un elemento que condiciona la vida. Tabla 1.2 Principales condicionantes de los ecosistemas. 1. Teórico. Alude al nivel de detalle del estudio y a la escala del análisis. Un ecosistema debe ser una región geográfica homogénea y dicha homogeneidad es un aspecto directa- mente vinculado a la escala de estudio. 2. Ambientales. Aquéllos que inciden en las variaciones de los principales parámetros de los que depende el desarrollo de la vida y entre los que podemos citar el medio (marino, terrestre, etc.) y los factores geográficos con incidencia sobre valores climáticos o ambien- tales con afección sobre el desarrollo de los seres vivos. 1.1.3. El relieve y los ecosistemas insulares. En los medios terrestres, el relieve constituye el sustrato o escenario en el que tienen lugar las diferentes relaciones que se establecen entre los seres 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 30 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS vivos. Es el marco geográfico de los ecosistemas insulares y tiene una influencia directa sobre las condiciones ambientales. Lo primero que debemos tener claro es que las islas Canarias se comportan como montañas oceá- nicas. Sus ecosistemas están directamente afectados por esta doble condición: la influencia marina y la topografía. Ambos aspectos tienen una notable incidencia sobre factores fundamentales de la vida como son la humedad, la temperatura y la salinidad y contribuyen a definir los ecosistemas insulares. Según ascendemos en altitud la temperatura del aire desciende del orden de 0,6 grados centígra- dos por cada 100 metros y las precipitaciones van incrementándose hasta una determinada cota (la de la inversión térmica y consiguiente formación del mar de nubes), para luego decaer por falta de nubosidad. Y en cuanto a la salinidad ambiental, es éste un factor de notable incidencia sobre los seres vivos y afecta casi exclusivamente a la orla costera, condicionando el tipo de vegetación en esta franja, pero con escasa o nula influencia sobre los ecosistemas de interior. En definitiva, puede con- cluirse que temperatura, humedad y salinidad son tres factores ambientales que están directamente relacionados con la orografía y proximidad del mar. Los tres tienen especial incidencia sobre los seres vivos y los ecosistemas. La observación de las áreas montañosas de todo el planeta nos demuestra que existe un escalona- miento de las formaciones vegetales en bandas altitudinales más o menos homogéneas (estratifica- ción altitudinal). Este escalonamiento de las formaciones vegetales que se produce con el ascenso en altitud da lugar a lo que se conoce comúnmente como pisos de vegetación. En Canarias podemos observar hasta cinco pisos diferentes: piso basal o costero, piso de transi- ción, pisos montano húmedo y montano seco, y piso de alta montaña. Lógicamente, la presencia o ausencia de la totalidad de los pisos de vegetación va a depender de la altitud insular. Por ejemplo, en Fuerteventura y Lanzarote sólo están representados los dos pisos inferiores, mientras que en La Palma y Tenerife aparecen incluso los paisajes vegetales de cumbres o alta montaña, por encima ya de los 2000 metros sobre el nivel del mar. La orientación del relieve es otro aspecto que resulta de sustancial importancia en la distribución de los ecosistemas. En el hemisferio norte, las montañas orientadas al sur reciben una mayor insolación y resultan más cálidas que las que miran hacia el nor- te. En Canarias, esta circunstancia es aún más notable si cabe debido a la presencia de los alisios, pues las fachadas insulares de orientación sur no sólo reciben más radiación solar, sino que disponen de menos humedad y el ambiente es mucho más seco. Esto origina diferencias notables entre los paisajes vegetales de las fachadas de barlovento (norte) y de sotavento (sur), según veremos más adelante. En definitiva, el relieve, tanto por su altitud, como por su orientación, da lugar a una distribución esca- lonada de la vegetación canaria en consonancia con el modelo teórico que se representa en la figura 1.5 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 31 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD Figura 1.5 Pisos bioclimáticos canarios según Ceballos y Ortuño (1976). Adaptado de Naranjo y Romero (en Morales, 1993). Habría que aclarar que este modelo altitudinal se ve sustancialmente afectado por particularida- des que alteran la homogeneidad de los pisos de vegetación. Como modelo, se tiende a la generaliza- ción, pero la realidad geográfica resulta mucho más compleja y la orografía insular, particularmente agreste en buena parte del archipiélago, hace que existan microclimas. Estos microclimas son islas dentro de otras islas. Están vinculados con varios factores: los cambios de orientación de las laderas, la mayor o menor insolación, los cortes que sobre el relieve representan los barrancos, las modifi- caciones de sustratos, los tipos de suelos, las condiciones de salinidad, y otras circunstancias que afectan a las condiciones ambientales. Una mayor variedad de microclimas hace que la riqueza flo- rística de nuestras islas sea particularmente interesante, más allá de la simplificación que supone el esquemático modelo de los pisos de vegetación. A TENER EN CUENTA: Piso de vegetación: estratificación altitudinal de las formaciones vegetales. En las montañas, la vegetación se distribuye escalonadamente formando «pisos» unos encima de otros. Al variar con la altitud las condiciones ambientales y ecológicas, el tipo de plantas que encontraremos en cada franja altitudinal será diferente, pues unas se adaptan mejor que otras a dichas condiciones. Recordemos que la temperatura desciende, de media, aproximadamente 0,65°C cada 100 metros de altitud. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 32 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Piso bioclimático: es un concepto más amplio que alude a la variación altitudinal de las condiciones ambientales (temperatura, oscilación térmica, precipitaciones, etc.) y biológicas (tipos de plantas y fauna) que se registra según ascendemos en altitud. La idea clave: la fauna y la vegetación de una región dependen de sus condiciones ambientales. Regiones con condiciones ecológicas similares tendrán ecosistemas semejantes. 1.1.4. El clima de Canarias. Cada ecosistema tiene unas características climáticas que lo dife- rencia de los demás. A su vez, los seres vivos se adaptan a estas condiciones, que están definidas principalmente por la humedad y la temperatura, magnitudes ambas que están en relación con el tipo de clima. El clima se puede definir como la sucesión de los tipos de tiempo atmosférico que se registran en un lugar concreto. A su vez, los tipos de tiempo dependen de las condiciones atmosféricas que pue- dan darse en un momento determinado y que se traducen en variaciones de temperatura, humedad, dirección e intensidad de los vientos, etc. El clima de Canarias está definido por dos tipos de factores: geográficos y atmosféricos (figura 1.6). Los factores geográficos pueden ser locales (como el propio relieve y, en particular su altitud y orientación), regionales (insularidad) y zonales, donde se incluyen aspectos como la proximidad de África, la latitud subtropical del archipiélago o la corriente fría de Canarias. Por su parte, los factores atmosféricos están relacionados con la circulación de las masas de aire del oeste en capas medias de la troposfera y la presencia del anticiclón atlántico en superficie. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 33 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD Figura 1.6 Principales factores climáticos de Canarias. Desarrollemos y aprendamos algo más de cómo estos factores afectan al clima de Canarias. 1.1.4.1. Factores geográficos. Se consideran factores climáticos de carácter geográfico aquéllos que están relacionados con la localización del archipiélago y las características y condiciones de su entorno inmediato. En este sentido, las islas ocupan una posición subtropical y se encuentran empla- zadas entre los paralelos 27° y 29° norte y los meridianos 14-18°oeste, en aguas del Atlántico, frente a las costas del Sáhara. Constituyen volcanes oceánicos en los que cada bloque insular es una unidad independiente con raíces en el fondo marino, alcanzando magnitudes y altitudes que están directamente relacionadas con la historia geológica de cada una de las islas y con aspectos tales como la intensidad de las erupciones, el volumen de magma emitido, la antigüedad o edad de las islas y el grado de desman- telamiento que cada isla ha sufrido según su edad. La más baja de todas es Lanzarote, cuya cumbre en Peñas del Chache alcanza los 680msnm3 , mientras que Tenerife es la más elevada con 3.718 me- tros. Las islas se distribuyen linealmente de este a oeste, alejándose progresivamente de las costas 3 msnm = metros sobre el nivel del mar. Expresión muy común en geografía para referirse a la altitud. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 34 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS africanas, de donde Fuerteventura se halla a apenas 97 km, mientras que La Palma dista más de cuatrocientos. En una u otra medida, todos estos aspectos condicionan el clima de Canarias según podremos comprobar seguidamente. El relieve Se trata de un factor geográfico de carácter local con el que están relacionados los microclimas in- sulares. Dos aspectos del relieve inciden directamente sobre las condiciones climáticas: la orientación y la altitud. Esta última resulta fundamental para entender el doble paisaje vegetal que caracteriza respectivamente las fachadas de barlovento y de sotavento. Que las vertientes que miran al norte resulten más húmedas depende tanto de la altitud de la isla como, y sobre todo, de las condiciones atmosféricas en esta parte del Atlántico. La distribución general de las células de altas y bajas presiones atmosféricas se caracteriza por un modelo que, de forma simplificada se puede representar con bajas presiones ecuatoriales, sendos cinturones de anticiclones subtropicales (en esta banda se encuentra Canarias), bajas presiones de zo- nas templadas y anticiclones polares (Figura 1.7). En esa posición subtropical en la que se encuentra Canarias existe una célula anticiclónica muy potente y constante: el anticiclón de las Azores. Este anti- ciclón emite continuamente vientos hacia las células de bajas presiones ecuatoriales convirtiéndose en el motor de los vientos alisios. Figura 1.7 Esquema general de la distribución mundial de altas y bajas presiones. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 35 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD En Canarias, los alisios son vientos del noreste que se caracterizan por presentar una doble es- tructura vertical: en superficie, son vientos que adoptan una dirección noreste-suroeste, provienen de latitudes más septentrionales y se desplazan en contacto con el océano, por lo que son vientos relativamente fríos y húmedos. Sin embargo, en altura cuentan con un viento de retorno de dirección opuesta (suroeste-noreste) más cálido y seco. La altitud a la que se encuentra el nivel que separa las dos capas del alisio no es permanente, pero se mantiene en torno a los 800-1.200 metros y se ma- nifiesta en los diagramas adiabáticos por medio de un ligero incremento de la temperatura (figura 1.8). Figura 1.8 Diagrama adiabático (muestra el descenso de temperatura según la altitud, teórico, y el gradiente térmico que se registra en condiciones habituales de alisio). Fuente: Marzol, 1988. Cuando los alisios chocan contra el relieve depositan la humedad que arrastran, de ahí que las fachadas que miran al norte sean más húmedas. Pero, además, el obstáculo que representa el relieve, especialmente si las islas superan el nivel de inversión térmica entre las dos capas de alisio (en todos los casos, salvo Lanzarote y Fuerteventura), se produce un nivel de condensación de la humedad y se forma el característico estratocúmulo que da lugar a lo que se conoce en Canarias como panza de burro. Este mar de nubes abre un parasol natural al norte de las islas en los días que sopla el alisio y contribuye a reducir los efectos de la insolación, afectando a las condiciones térmicas y de humedad. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 36 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Por si fuera poco, la masa de aire del alisio choca con el relieve y asciende para evitar el obstáculo. Durante el as- censo en contacto con el terreno, no sólo va transmitiendo su humedad a la vegetación (proceso denominado lluvia horizontal), sino que además experimenta un calentamien- to adiabático y va elevando su temperatura. Cuando su- pera la línea de cumbre, el aire resulta cálido y seco, dando lugar a un proceso de desecación ambiental que se conoce como efecto Foehn. Por tanto, la conjunción de factores climáticos y orográficos, en la posición subtropical en la que se encuentra localizada Canarias y sometidas las islas al régimen de alisios durante buena parte del año, es la razón fundamental del doble paisaje vegetal que puede observarse en las fachadas de barlovento y sotavento, particularmente en las islas de relieve superior a los 1.000 metros de altitud. Figura 1.9 Relieve y vientos alisios. Dos de los principales factores climáticos de Canarias. Fuente: Infografías Gobierno de Canariasa. a a https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/2016/02/12/infografia-el-mejor- clima-del-mundo/ La insularidad El océano juega un papel fundamental en el clima de Canarias. Contribuye a elevar la humedad ambiental y actúa sobre las temperaturas suavizando los registros, de manera que la oscilación tér- mica, tanto anual, como diaria, es muy baja. Además, aporta núcleos higroscópicos 5 que facilitan la formación de nubosidad. Asimismo, el océano tiene una relación directa con las masas de aire que se desplazan en contacto con su superficie, regulándolas térmicamente y transmitiéndoles humedad. Pese al efecto hidratante 5 Partículas minúsculas en torno a las cuales se condensa el vapor de agua. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 37 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD del mar, su acción atemperante logra enfriar las masas de aire y consigue con ello que dicha masa tenga un comportamiento por lo general estable. Además, y en relación directa con los ecosistemas insulares, el mar aporta una concentración salina a la atmósfera que se traduce en un tipo muy específico de vegetación, la halófila, que aprovecha precisamente las condiciones de elevada salinidad ecológica para subsistir en ambientes en los que otras especies no pueden competir. La corriente de Canarias En relación directa con la insularidad y la influencia marina sobre el clima se encuentra un ele- mento asociado a este sector del Atlántico, la corriente de Canarias, que constituye el ramal más meridional y oriental de la gran corriente marina del Golfo. Este flujo circular tiene una componente cálida y otra fría. En aguas del Golfo de Méjico esta corriente es cálida y asciende en dirección norte a lo largo de la costa atlántica de Estados Unidos, hasta Terranova. En el recorrido va enfriándose y desciende luego en dirección a Canarias, donde llega ya con una temperatura inferior a la del agua de su entorno. Desde el archipiélago se dirige nuevamente hacia aguas del Caribe en un desplazamiento paralelo al Ecuador durante el cual vuelve a tomar temperatura. Esta corriente probablemente sea el factor geográfico más importante para explicar por qué el clima de Canarias es particularmente estable. Mientras que archipiélagos en latitudes similares y al otro lado del Atlántico sufren periódicamente el azote de los huracanes, Canarias por regla general está libre de estos fenómenos climáticos. Esto se debe al efecto estabilizador de la corriente fría de Canarias sobre las masas de aire que entran en contacto con la superficie del océano. Pero al mismo tiempo, esta circunstancia contribuye a reducir las precipitaciones que, en otro caso, probablemente serían más abundantes. Figura 1.10 Debido a la corriente fría de Canarias, la temperatura del agua es, de media, 1°C más fría en las islas orientales. Leyenda: T° más fría (marzo) / T° Más cálida (septiembre) en El Hierro y Lanzarote. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 38 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Pero no sólo tiene efectos sobre la estabilidad atmosférica, sino que actúa también como regulador térmico, consiguiendo que nuestros veranos e inviernos no sean más extremos y suavizando en ge- neral las temperaturas. La corriente de Canarias es, por tanto, un factor de gran influencia climática en el entorno de Canarias. La proximidad del continente africano La cercanía del continente africano es otro aspecto relevante en el clima de Canarias, si bien só- lo se evidencia de forma especialmente clara en la llegada esporádica de masas de aire sahariano, especialmente seco y cálido. Coincidiendo normalmente con un debilitamiento transitorio del anticiclón de Azores, bien por- que este pierde intensidad, o bien porque se encuentra desplazado hacia el norte, se produce entonces la llegada al archipiélago de masas de aire de componente este-sureste procedentes del vecino con- tinente africano. Con frecuencia estas invasiones de aire sahariano vienen acompañadas por calimas que reducen de forma muy significativa la visibilidad, dificultan las conexiones aéreas y tienen efec- tos perjudiciales para las personas, en especial si tienen deficiencias respiratorias. Respecto a los ecosistemas, estos se ven sometidos a condiciones de estrés por el incremento brusco de las temperaturas, con frecuencia con valores que superan los 40°C y un descenso de la humedad relativa del aire que pasa de los habituales 50-70 % a situarse en valores por debajo del 40 %. Estas situaciones suelen ser esporádicas y de corta duración, pero supone una elevada exigencia para el conjunto de los seres vivos. 1.1.4.2. Factores atmosféricos. Los factores atmosféricos son aquellos directamente relaciona- dos con la estructura y circulación general de la atmósfera, en este caso en el ámbito de Canarias. Son factores intrínsecos a las condiciones climáticas del archipiélago que están asociados a la propia localización subtropical de las islas. En estas latitudes y respecto a la dinámica general de la atmósfera nos encontramos en una zona de contacto de dos dominios: el de las latitudes medias templadas y el de la proximidad del trópico de Cáncer. En este marco atmosférico el clima de Canarias se ve condicionado fundamentalmente por dos factores, uno, asociado al dominio templado, como es la denominada corriente en chorro o circulación del oeste y otro vinculado a la influencia de los anticiclones subtropicales. Circulación del oeste (en altura) En las latitudes medias del hemisferio norte la dinámica atmosférica se caracteriza por un doble desplazamiento de las masas de aire: una circulación del oeste en capas de la troposfera muy constan- te y con un desplazamiento latitudinal (paralelo al Ecuador), y una circulación norte-sur más débil y ondulante. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 39 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD Ninguna de estas circulaciones suele afectar de forma habitual a Canarias, pero en ocasiones se dejan sentir en latitudes próximas al archipiélago y generan situaciones de tiempo atmosférico anó- malas. La corriente en chorro o jet stream es un caudal casi permanente de masas de aire que se desplazan a gran velocidad de oeste a este por capas altas de la atmósfera. Suelen afectar a latitudes medias (40-50°), es decir, islas británicas, Bretaña y norte de la península ibérica. A esta corriente en chorro se le asocian las borrascas del denominado frente polar, pero su incidencia en Canarias es prácticamente nula. Sin embargo, en ocasiones este flujo pierde fuerza e intensidad y es entonces cuando encuentra más resistencia a su desplazamiento y comienza a fluctuar como si trazara meandros. En estos mo- mentos, cuando la circulación del oeste llega hasta Canarias, lo hace aportando en altura una masa de aire muy fría y húmeda. Esta incursión genera inestabilidad atmosférica y precipitaciones, que llegan a ser catastróficas cuando coincide con la confluencia en superficie de masas de aire tropical cálido y húmedo, generando lo que se conoce como gota fría o DANA. Bajo circunstancias como estas se producen aguaceros de gran intensidad horaria que suelen causar enormes destrozos. Por otra parte, cuando las condiciones atmosféricas permiten la formación de una vaguada o valle isobárico entre la península ibérica y el norte de África, normalmente asociado al desplazamiento en latitud del anticiclón de Azores, se produce una llegada de masas de aire polar de procedencia continental, muy frío y seco. Se registra entonces un descenso brusco de las temperaturas en las islas, días normalmente muy soleados y una atmósfera singularmente clara y limpia debido a la enorme estabilidad atmosférica que acompaña a la entrada de estas masas de aire polar. Las dos circunstancias comentadas son poco usuales, pero forman parte de las características cli- máticas del archipiélago, y los seres vivos, plantas y animales, deben estar preparados para resistir estas inclemencias esporádicas. Anticiclón atlántico (en superficie) El anticiclón de las Azores constituye una célula de altas presiones asociada al cinturón de antici- clones subtropicales que circundan el globo a latitudes próximas a los trópicos, tanto en el hemisferio norte, como en el sur. Es sin duda el elemento atmosférico definitorio del clima en todo este sector del Atlántico. Se trata de una célula dinámica de estructura compleja que ve agudizada su estabilidad por efecto del enfriamiento que le confiere el agua del océano con la que entra en contacto. Es tal su influencia sobre el clima del archipiélago que cualquier variación en su nivel de presión, o en su localización afecta directamente a las islas. Es bajo su influencia cuando Canarias se ve afectada por el habitual régimen de alisios, el tipo de tiempo más común y habitual. Mientras el alisio sopla con intensidad normal, hecho que ocurre durante más de 200 días cada año, la estabilidad atmosférica prácticamente 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 40 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS está garantizada. Pero nada es estático y mucho menos la atmósfera. Durante el invierno el anticiclón de Azores suele desplazarse hacia el sur, hasta ocupar una posi- ción casi en la vertical de Canarias, mientras que en verano se encuentra más al norte. En ocasiones se desplaza hacia el oeste, ingresando hacia el Atlántico. Esto último ocurre sobre todo en invierno y favorece la llegada al archipiélago de borrascas de aire templado que generan inestabilidad y preci- pitaciones. También ocurre en ocasiones que el anticiclón pierde intensidad y se debilita, remitiendo o incluso llegando a desaparecer el alisio. Bajo estas circunstancias se favorece la llegada de vientos del este o del sur con invasiones de aire sahariano. La influencia de esta célula de presión atmosférica es elevada en multitud de aspectos, climáticos y ecológicos, pero también económicos. Por algo los británicos denominan a estos vientos con el apropiado término de trade wings, o vientos comerciales, ya que durante el siglo XIX permitía a sus navíos realizar las travesías entre los distintos enclaves del imperio. Figura 1.11 Desplazamiento estacional del anticiclón de las Azores. Enero (izq.) y julio (dcha.). Fuente: IGN. 1.1.5. Los ecosistemas canarios. Los sistemas ecológicos canarios forman parte de un sistema mayor, igual que pueden subdividirse en fracciones menores intrainsulares que luego analizaremos. Ese sistema ecológico de rango inmediatamente superior lo conforma la región biogeográfica que conocemos como Macaronesia (concepto aún sujeto a debate por parte de biólogos y ecólogos, tal y como advertimos antes). Una región biogeográfica se define a partir de sus componentes bióticos o seres vivos, de forma que puede analizarse la distribución espacial de las especies y trazar así un ámbito geográfico común a todas ellas. Claro que para ello es necesario estudiar previamente la vegetación y la fauna naturales, las que han colonizado esa región sin contar con la intervención del ser humano. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 41 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD En este sentido y según los últimos estudios, se puede diferenciar en la Macaronesia un núcleo central, el que conformarían los archipiélagos de Madeira, Salvajes y Canarias, y una serie de ámbitos periféricos entre los que cabría incluir Azores, Cabo Verde, o incluso el enclave de la costa sahariana. Descontando este último, Canarias y Madeira (junto con Salvajes) constituirían el primer punto de colonización vegetal de la Macaronesia, un núcleo principal que habría actuado como centro de distribución hacia los archipiélagos más alejados de Azores y Cabo Verde (se justificaría así la menor biodiversidad de éstos). ¿Pero, y de dónde procede la vida de Macaronesia? Debieron confluir hasta cuatro corredores de poblamiento: uno, de origen sáharo-índico, muy antiguo y que aportaría el componente más xerófito, probablemente a través de Cabo Verde o Canarias; un segundo origen paleo-mediterráneo, posible- mente el más generoso, que habría entrado vía Madeira, pasando luego a Salvajes y Canarias, con muy poca presencia en Cabo Verde (estas islas distan 1300 km de Canarias); el tercer corredor sería atlántico-americano, que aprovechando las corrientes marinas habría efectuado una colonización de baja intensidad debido a la lejanía; y por último, existiría un corredor atlántico-siberiano post-glacial, apenas representado en Canarias (Fernández y Días, 2001). Tabla 1.3 Número de endemismos vegetales de plantas vasculares en diversos archipiélagos y en la Península Ibérica. (Tomado de Fernández y Días, 2001). Región Superficie Nº de especies Especies endémicas (km2 ) endémicas por km2 Canarias 7.447 584 0,078 Madeira 814 197 0,242 Azores 2.344 69 0,029 Cabo Verde 4.033 65 0,016 Macaronesia 14.638 1.058 0,072 Hawái 16.615 1.150 0,069 Galápagos 7.856 218 0,028 Nueva Zelanda 268.000 1.618 0,006 Nueva Caledonia 16.330 2.500 0,153 Baleares 5.010 156 0,031 Córcega 8.750 279 0,032 Islas Británicas 308.000 17 0,001 Península Ibérica 582.000 986 0,002 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 42 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Encuadrada la región ecogeográfica, queda por llevar el análisis a la escala insular, es decir, in- troducirnos para observar desde dentro los diferentes ecosistemas que existen en Canarias. En este sentido, la primera diferencia entre tipos de ecosistemas la establece el propio medio, en particu- lar en un archipiélago, donde resulta imprescindible distinguir entre los ecosistemas marinos y los ecosistemas terrestres. 1.1.5.1. Ecosistemas marinos. Aunque los mares representan algo más del 70 % de la superficie terrestre, curiosamente, son sistemáticamente olvidados cuando se hace una relación de los ecosis- temas insulares, pese a su elevada biodiversidad. Los fondos marinos próximos a Canarias poseen una gran riqueza, en muchos casos aún por descubrir. Sin aventurarnos a mucha profundidad, sí que repasaremos los ecosistemas intermareales y submareales más significativos. A pesar de contar con 1291 km de costa (ISTAC), las islas Canarias sólo poseen 2256 km2 de plata- forma litoral, es decir, de fondos oceánicos hasta los 50 metros de profundidad, donde la producción y riqueza biológica es mucho mayor que en mar abierto y fondos más profundos. Esto es así por- que son islas geológicamente jóvenes, donde la erosión no ha permitido conformar una plataforma continental extensa y el relieve insular se eleva desde los fondos oceánicos de forma abrupta. Figura 1.12 Atlas didáctico del IGN (producido por ESRI). Se observa con nitidez el relieve submarino y las plataformas costeras, más amplias en las islas más antiguas y casi inexistente en las más jóvenes. En efecto, los edificios insulares constituyen verdaderas pirámides cuya base se asienta sobre el fondo atlántico. Pero por encima o por debajo del nivel marino, todo constituye una misma unidad. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 43 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD Tan solo Lanzarote y Fuerteventura tienen un mismo basamento y conforman un mismo bloque insular. El brazo que las separa apenas si alcanza los 80 metros de profundidad. La variedad de «paisajes» submarinos es tan notoria como lo es en la parte emergida de las islas. En los fondos canarios podemos encontrar entre otros los siguientes ecosistemas: – Fondos arenosos abiertos – Fondos rocosos abiertos – Paredes, cuevas y grietas, – Fondos de confites – Sebadales Muchas personas piensan que las costas canarias son sobre todo arenosas. No es cierto. La costa es fiel reflejo del sustrato que podemos encontrar bajo el mar. La mayor o menor presencia de arenas dependerá de varios factores: corrientes, abundancia de foraminíferos y crustáceos (pequeños seres marinos de cuyos caparazones y esqueletos calcáreos proceden las arenas organógenas), anchura de la plataforma costera, morfología litoral, etc. Los fondos canarios son mayoritariamente rocosos. Los fondos rocosos intermareales y submareales hasta los 50 metros de profundidad constituyen ecosistemas ricos en algas de diferente género, siendo la Cystoseira una de las más abundantes. Se trata de algas macroscópicas, es decir, visibles sin necesidad de aparatos ópticos. Sus mareas resultan desagradables a los bañistas, pero forman un rico ecosistema, aportan gran cantidad de nutrientes, especialmente a especies herbívoras como la vieja o las lapas y constituyen además refugio de alevi- nes y juveniles. Son ecosistemas ricos en biodiversidad, donde especies pelágicas costeras y bentónicas interrela- cionan con asiduidad y es fácil observar muchos de los peces que luego llenan nuestros mercados: fulas, viejas, bogas y salemas, entre otros. Por su parte, los fondos arenosos, menos abundantes, con- forman llanuras y planicies pobres y de escasa o nula vegetación. Son los bancos de aporte de nuestras playas, pero no constituyen un ecosistema rico, sino más bien al contrario, y las especies que en él habitan son escasas, donde quizás la más conocida sea el tapaculo. En otras ocasiones la morfología marina es más quebrada. Los mismos riscos y cantiles que po- demos observar en nuestras costas se prolongan luego bajo el mar. Aquí dan forma a paredes de pendiente más o menos pronunciada, donde abundan las cuevas y grietas que sirven de refugio a una rica fauna. En las rocas intermareales podemos encontrar crustáceos herbívoros como lapas y burgaos, invertebrados filtradores, gorgonias, anémonas e incluso corales negros (Antipathes). 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 44 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Finalmente, cabe mencionar entre los ecosistemas marinos más destacados los fondos de confites y los sebadales. Los primeros son planicies más o menos llanas donde los confites, un alga calcárea, viven y mueren, formando un sustrato de cadáveres y restos donde sólo la capa más externa sigue viva y que conforman un espacio de campeo habitual de muchos juveniles de peces roqueros. Por su parte, los sebadales son praderas de sebas (Cymodocea nodosa), una fanerógama que es el hábitat natural de gran cantidad de alevines y juveniles de especies propias de los fondos rocosos abiertos, pero que tiene su propia fauna, entre la que destacan salmonetes, chocos y angelotes. Una función destacada de los sebadales es su labor como transmisores y exportadores de necromasa (materia orgánica detrítica) hacia zonas más profundas, acción de la que se benefician los corales que con fre- cuencia habitan más allá de la zona fótica (donde llega la luz) y tienen como único aporte este maná. Tanto sebadales como confites tienen su trasposición más allá de la frontera azul y se convierten en frecuentes topónimos de tierra adentro, particularmente conocidos en la ciudad de Las Palmas6. 1.1.5.2. Ecosistemas terrestres. Más allá del significado, los ecosistemas son fórmulas concep- tuales que permiten demarcar un ámbito territorial donde concurren determinadas características comunes, más o menos homogéneas, de forma que un ecosistema se distingue de otro por sus ca- racterísticas diferenciales. El umbral entre ambos rara vez constituye un linde claro, por el contrario, suele ser sutil, de manera que los límites entre ecosistemas a menudo se confunden e imbrican gene- rando una zona de transición (ecotono). Establecer los diferentes ecosistemas es un ejercicio intelectual con el que confeccionamos un mo- delo teórico que permite estudiar la realidad a partir de su generalización, simplificación y clasifi- cación. Es importante tener muy presente esta circunstancia, e incluso hacérselo ver así al alumno, pues es la única manera de poder echar una mirada posteriormente a nuestro entorno, a esos eco- sistemas que hemos determinado, sin extrañarnos porque no responden en esencia a los parámetros que previamente habíamos utilizado para definirlos y caracterizarlos en la teoría. Además, el concepto ecosistema es elástico, como generalmente ocurre con cualquier fenómeno geográfico, cuando es estudiado a diferentes escalas soporta diversos niveles de concreción. Llevado al marco insular canario, y aún sin considerar la variable antrópica que también modifica el modelo establecido, en las islas se pueden diferenciar los ecosistemas naturales que se desarrollan a conti- nuación. Ecosistema litoral y matorral costero (piso basal) Se corresponde este ecosistema con el denominado piso basal o costero y podemos encontrarlo 6 Si bien el nombre oficial de la ciudad es Las Palmas de Gran Canaria, en muchas ocasiones a lo largo del manual se ha preferido utilizar la designación abreviada con el fin de agilizar la lectura, especialmente cuando es manifiesto que se hace referencia a la capital grancanaria. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 45 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD distribuido a lo largo del litoral de todas las islas. Su paisaje vegetal se identifica con una vegetación halófila en la franja más próxima al mar (cinturón halófilo litoral), que puede ir desde la línea de marea, hasta los 50-100 metros, aproximadamente, y el cardonal-tabaibal, que aparece por encima de aquél, hasta más o menos la cota 300, en la fachada de barlovento y hasta los 500 metros de altitud en la de sotavento. Las condiciones ambientales bajo las que se desarrolla el ecosistema costero son de aridez, en ocasiones extrema, con precipitaciones que se sitúan normalmente por debajo de los 250mm anuales, con un rango ligeramente mayor a medida que aumenta la altitud o la costa pertenece a islas más occidentales (La Palma, El Hierro). En cuanto a las temperaturas, éstas se caracterizan por la moderación térmica, con medias que rondan los 20 grados y una reducida oscilación, tanto anual, como diaria. La insolación es elevada, pero mayor en las fachadas de sotavento, y la incidencia directa del mar de nubes es nula, sólo al norte tiene una cierta influencia al actuar como parasol natural y reducir de esta manera la evapo- transpiración que es, de todas formas, la más alta de todos los ecosistemas insulares canarios, sólo comparable a la que se registra en la vegetación de alta montaña. Los vientos, muy constantes y predominantemente del noreste, pueden llegar a alcanzar rachas moderadas a fuertes, sobre todo en las fachadas orientales, condicionando el crecimiento y porte de la vegetación. Todas estas condiciones ecológicas se conjugan para conformar un medio hostil y difícil para el desarrollo de la vida. Los suelos son por lo general pobres y las condiciones climáticas restringen el número de especies capaces de adaptarse a la pobreza pluviométrica y la aridez. Las plantas que aquí viven son aquéllas que han sido capaces de desarrollar mecanismos de adaptación a tan difíciles condiciones. Por si fuera poco, en la franja más próxima al mar el espray marino o maresía hace que la salinidad atmosférica y edáfica sea muy elevada, lo que dificulta aún más si cabe el desarrollo de la vida. Esta circunstancia contribuye a establecer una diferenciación ecosistémica dentro del ámbito de costa, de tal manera que es posible hablar, por un lado, de una vegetación litoral halófila bien adaptada a las condiciones de salinidad y, por otro, de una formación, el cardonal-tabaibal, que es más xerófita que halófila. Planta xerófita: aquella que se adapta a los ambientes áridos. Planta halófila: la que tiene adaptaciones genéticas para soportar ambientes salinos. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 46 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS La vegetación halófila de litoral En la primera franja de costa, la más próxima al mar y sujeta a su influencia, la vegetación que domina se compone de especies que han desarrollado mecanismos de adaptación a los ambientes salinos. Es una vegetación variada, pero pobre, por regla general de escaso porte, crasa y comúnmente rastrera, aunque aparecen en ocasiones pequeños arbustos, e incluso algunos bosquecillos de tarajales (Tamarix canariensis). Esta vegetación se diferencia a su vez según los sustratos que coloniza, pudiendo distinguirse al menos las siguientes formaciones vegetales: 1. Vegetación halófila costera 2. Vegetación psamófila 3. Saladares 4. Bosquetes de desembocadura de barrancos. 1. La vegetación halófila costera se desarrolla sobre cantiles y sustratos rocosos, o en el mejor de los casos sobre suelos pobres y salinos. Muestra una fisonomía rala y abierta de matorral achaparrado de plantas crasas y suculentas. La influencia de la maresía es constante y aún más palpable en las fachadas abiertas a los alisios. En éstas, donde las precipitaciones y la humedad son algo mayor que en el litoral de sotavento, dominan las comunidades de tomillo marino (Frankenia ericifolia), lechuga de mar (Astydamia latifolia), siempreviva de mar (Limonium pecti- natum) y perejil de mar (Crithmum maritimum). Por el contrario, en el sur y costas de sotaven- to, más áridas, las especies dominantes son la uvilla de mar (Zygophyllum fontanesii), tomillos marinos (Frankenia capitata y Frankenia ericifolia), siemprevivas (Lymoniun sp.), cerrajas de mar (Reichardia crystallina), piña de mar (Atractylis preauxiana) y en situaciones de máxima salinidad, el matomoro (Suaeda vera). 2. Vegetación psamófila. Sobre sustratos arenosos (entisoles) encontramos un tipo de vegetación muy particular que ha desarrollado los mayores mecanismos de adaptación, no ya sólo a las condiciones de salinidad y aridez, sino a vivir con los escasos nutrientes que este tipo de sus- trato es capaz de aportar. Esta vegetación que vive sobre arenas recibe el nombre de psamófila y comparte en gran medida las características de la vegetación halófila, pero con una varia- ción, suelen ser plantas estacionales que hibernan en forma de semilla en las temporadas más desfavorables. Sólo aparecen en las islas más orientales y en Gran Canaria y Tenerife, pues su presencia está lógicamente asociada a la existencia de sustratos arenosos de los que carecen el 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 47 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD resto de islas. Las especies características son el rábano marino (Cakile marítima), la lechetrezna (Euphorbia paralias), la babosa (Suaeda maritima) y la corregüela (Polygonum balanseae). Junto a ellas es frecuente encontrar comunidades vistosas de balancones (Traganum moquinii), una es- pecie vivaz que coloniza paisajes dunares fijando las arenas de forma casi permanente. Junto al balancón pueden observarse otras especies como el saladillo (Atriplex glauca), la ya mencionada uvilla de mar y, de forma cada vez más frecuente, aulagas (Launaea arborescens). 3. Saladares. En depresiones próximas a la costa donde suele haber filtraciones de agua salobre se desarrolla un tipo característico de vegetación conocida por el nombre de saladares. Aquí dominan plantas crasas y bien adaptadas a los suelos altamente salinos, que soportan el en- charcamiento temporal, siempre que encuentren una humedad más o menos permanente. Se observan en los saladares especies como el matomoro y la uvilla de mar, formando matorrales masivos y continuos, en ocasiones tan espectaculares como los del saladar de Morro Jable, en Fuerteventura. Constituyen ecosistemas de gran interés para la avifauna. 4. Bosquetes de desembocadura de barranco. Las formaciones de mayor porte de cuantas con- forman este ecosistema litoral son los denominados bosquetes de desembocadura de barranco. En estos enclaves, donde existe un mayor aporte de humedad freática, se desarrollan bosques galerías de tarajales (Tamarix canariensis), una formación casi monoespecífica con un muy re- ducido elenco de especies acompañantes. En Gran Canaria, Tenerife, La Palma y La Gomera, especies como el saladillo (Atriplex glauca) y la brusca (Salsola divaricata) suelen aparecer junto a los tarajales. En cambio, en Fuerteventura, la salinidad de las aguas de sus barrancos, que apenas aportan caudal de agua dulce, hace aún más difíciles las condiciones y el tarajal es casi la especie única, viéndolo en ocasiones colonizar zonas de interior a lo largo de los valles. Tabla 1.4 Especies más significativas de la vegetación litoral (según Naranjo, 2007) Nombre común Nombre científico Isla Porte Magarza de costa Argyranthemum frutescens HPGTCL Herbáceo Lechuga de mar Astydamia latifolia HPGTCFL Herbáceo Piña de mar Atractylis preauxiana TC Herbáceo Rábano marino Cakile marítima TCFL Herbáceo Perejil de mar Crithmum maritimum HPGTCF Herbáceo Juncia marina Cyperus capitatus PTCFL Herbáceo Lechetrezna Euphorbia paraiias GTCFL Herbáceo Continúa en la página siguiente 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 48 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Continúa de la página anterior Nombre común Nombre científico Isla Porte Tomillo marino Frankenia ericifoiia HPGTCFL Herbáceo Siempreviva de mar Limonium pectinatum HPGTC Herbáceo Corazoncillo Lotus kunkelii C Herbáceo Salado blanco Polycarpaea nivea HPTCFL Herbáceo Corregüela de mar Polygonum baiansae TC Herbáceo Cerraja de mar Reichardia crystallina TC Herbáceo Pincho Salsola kali TCF Herbáceo Saladillo Schizogyne glaberrima TC Subarbustivo Salado Schizogyne sericea HPGTCFL Subarbustivo Matomoro Suaeda vera GTCFL Subarbustivo Tarajal Tamarix canariensis PGTCFL Arbóreo Balancón Traganum moquinii GTCFL Arbustivo Uvilla de mar Zygophyllum fontanesii HGTCFL Subarbustivo H: El Hierro; P: La Palma; G: La Gomera; T: Tenerife; C: Gran Canaria; F: Fuerteventura; L: Lanzarote Cardonal-tabaibal Se trata sin duda de la formación vegetal más característica y reconocible del piso basal canario. Es un matorral xerófilo, adaptado a condiciones de aridez y escasas precipitaciones, pero que no soporta bien la salinidad, por lo que huye del ámbito de afección del espray marino. Las lluvias son escasas y con frecuencia torrenciales, concentrándose en unos pocos días al año y la vegetación se adapta a estas circunstancias, así como a una insolación que por lo general resulta elevada, sobre todo en fachadas de sotavento, donde el cardonal-tabaibal llega a alcanzar, e incluso superar, cotas de hasta 500 metros. El paisaje vegetal que ofrece esta formación es por regla general abierto y poco denso, aunque no faltan tabaibales que bajo condiciones favorables logran un grado de cubrición notable, en especial en sectores de barlovento. Pero la norma es encontrarse con condiciones poco favorables que suman a la falta de lluvias vientos frecuentes, suelos muy poco desarrollados, e incluso caliches que dificultan enormemente el desarrollo radicular, cuando no paredones y riscos en los que dominan los litosoles y las plantas aprovechan pequeños salientes y grietas en las que se acumula un precario sustrato en el que enraizar. Esta formación de aspecto estepario aparece en todas las islas, pero en cada una se manifiesta de 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 49 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD forma distinta, estableciéndose algunos hechos diferenciales entre ellas. El cortejo florístico es más amplio que el de la vegetación halófila litoral y el número de especies mayor, de ahí que no constitu- yan una formación homogénea, sino que pueden distinguirse al menos las siguientes comunidades dentro del cardonal-tabaibal: a. Cardonal b. Tabaibal dulce c. Tabaibal de tolda d. Tabaibal amargo e. Baleras. a. Cardonales. Normalmente se distribuyen por cotas superiores al tabaibal, donde existe algo más de recursos hídricos al aumentar ligeramente las precipitaciones. El cardonal suele ocupar sustratos pedregosos y suelos más bien pobres, no siendo infrecuente verlo colonizar glacis, coladas y acantilados. Es un matorral xérico de apariencia crasa. Como las tabaibas, el cardón (Euphorbia canariensis) es también una Euphorbia y en ambos casos su savia es una especie de fluido lechoso de textura pegajosa. Esta planta adopta una característica apariencia en forma de candelabro de múltiples brazos, carente de hojas y espinoso. Ofrece cobijo a otras especies, no sólo de la fauna, sino también de la vegetación, y plantas como el cornical (Periploca laevigata) a menudo se desarrollan en el interior o bajo los cardones, aprovechando el microclima que éstos generan. Es una formación singular que aparece en todas las islas, salvo en Lanzarote, y en cada una lo hace de forma diferente. En Fuerteventura, por ejemplo, está relegado a algunos de los relie- ves más inaccesibles de Montaña Cardones y Jandía. Es justo en esta península donde aparece un cardonal singular y único, formado por el denominado cardón de Jandía (Euphorbia handie- sis), un endemismo local de escaso porte y tremendamente amenazado, que ha visto cómo se reducía de forma drástica su población. En Gran Canaria y Tenerife los cardonales alcanzan extensiones notables casi por toda la isla en las franjas altitudinales inmediatamente superiores a la ocupada por el tabaibal. Pero en La Palma, La Gomera y El Hierro, aunque su distribución potencial también circundaba las respec- tivas islas, la situación actual es de extrema fragmentación y sólo quedan algunos manchones aislados. Además del ya mencionado cornical, el cardonal se ve frecuentemente acompañado de otras especies, como diversos tipos de tabaibas, aulagas, espinos, ramas (Salsola verniculata), 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 50 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS tasaigos, verodes, veroles (Kleinia nerifolia), tajinastes blancos (Echium decaisnei), esparragueras (Asparagus uumbellatus) y otras. El cortejo acompañante, junto a la desigual extensión, son dos aspectos que distinguen los cardonales de unas islas a otras. b. Tabaibal dulce. Formación dominada por la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera) que adopta una fisionomía de matorral bajo compuesto por especies adaptadas al estrés hídrico tales co- mo el verode (Kleinia neriifolia), el tasaigo (Rubia fruticosa), cardoncillo (Ceropegia fusca), espino marino (Lycium intricatum), jarilla (Helianthemum canariensis), así como otros tipos de euphor- biáceas y también aulagas (Launaea arborescens). En las dos islas orientales, la aridez ambiental y la planitud de sus relieves hacen que las forma- ciones del piso basal sean dominantes. Así, las especies propias del cardonal-tabaibal ocupan la práctica totalidad de la superficie insular, especialmente si también tenemos en cuenta los aulagares y otras especies propias del cortejo florístico que caracteriza al paisaje vegetal del pi- so infracanario. En Lanzarote, sobre sustratos lávicos recientes como el malpaís de La Corona ( 1.13), o en los islotes residuales de Timanfaya, así como en barrancos de ambas islas, las espe- cies de este piso constituyen formaciones que aún dominan su nicho ecológico potencial, si bien se trata de un paisaje vegetal profundamente alterado por la acción humana y su distribución espacial se ha visto muy mermada hasta llegar a la situación casi residual que se observa en la actualidad. A TENER EN CUENTA: Existen diferentes clasificaciones y, por tanto, distintas formas de denominar los pisos de vegetación de Canarias. La siguiente tabla es una síntesis que te ayudará a entenderlo mejor: Matorral de cumbre (piso de alta montaña) Supracanario y Orocanario Pinar (piso montano seco) Mesocanario Monteverde (piso montano húmedo) Termocanario húmedo Bosque termófilo (piso de transición) Termocanario seco Ecosistema litoral y matorral costero (piso basal) Infracanario En el siguiente enlace lo tienes todo muy bien explicado: https://floracanaria.com/canarias/pisos_vegetacion_canarias.html No debes confundir «piso de vegetación» con formaciones vegetales. Un piso de vegetación puede acoger diferentes formaciones vegetales. Un ejemplo: el piso ba- sal o costero incluye la vegetación halófila de litoral y el cardonal-tabaibal 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 51 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD Figura 1.13 Lámina 1. Ecosistema del Malpaís de La Corona. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 52 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Figura 1.14 Tabaibal dulce en el malpaís de La Corona. Lanzarote. En Gran Canaria, el ámbito potencial del tabaibal dulce circunda toda la isla. Pero al igual que ocurría en Lanzarote y Fuerteventura, se encuentra muy degradado y ha desaparecido en extensas superficies, hoy ocupadas por diferentes actividades humanas. En las islas más occidentales no existe una distribución del tabaibal dulce tan amplia y se relega sobre todo a las vertientes de sotavento, pues en las fachadas septentrionales a menudo entra en competencia con otras especies del termófilo seco, si bien existen algunas muestras interesantes en La Palma, al norte de Tazacorte. Además, la biodiversidad en estas islas es también menor, siendo más reducido el cortejo florístico que acompaña al tabaibal. c. Tabaibal de tolda. Esta euphorbiácea de aspecto xérico y ramas filiformes aparece distribuida por zonas acantiladas y andenes cercanos al mar, particularmente al norte de las islas bajo la influencia casi permanente de los vientos. Éstos le aportan una humedad extra, pero también una mayor salinidad que no parece perjudicar a la planta, sino más bien al contrario. La tolda es dura, soporta bien estos ambientes y así se libra de otras posibles competidoras más sensibles a los ambientes salinos. Con todo, sólo logra colonizar algunos enclaves septentrionales de Gran Canaria, Tenerife y La Gomera. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 53 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD La tolda (Euphorbia aphylla) es siempre la especie dominante en este matorral ralo y abierto, aunque suele aparecer acompañada de otras especies igualmente resistentes a la brisa marina que ya vimos antes: lechuga de mar, siemprevivas de mar, tomillo de mar, uvilla de mar, o incluso alguna tabaiba dulce y verodes. En este sentido, es casi una vegetación de transición entre los ambientes más salinos próximos al mar y el cardonal-tabaibal propiamente dicho. Existen ligeras diferencias interinsulares, especialmente relevantes en cuanto al cortejo florístico que acompaña a la tolda. Mientras que en Gran Canaria aparecen con frecuencias especies ha- lófilas como las que acabamos de comentar, en Tenerife es más habitual la presencia de tabaibas dulces, e incluso algunas especies más exigentes como el balo (Plocama pendula), el verol (Kleinia nerifolia) o el bejeque (Aeonium viscatum), plantas estas últimas característicamente rupícolas y que comentaremos más adelante al referirnos a los ecosistemas azonales. d. Tabaibal amargo. Sólo en algunas islas aparece un matorral de euphorbiáceas dominado por la tabaiba amarga (Euphorbia regis-jubae) que parece comenzar a recuperar el terreno en zonas donde se ha producido un abandono progresivo de la actividad agrícola. Es planta de zonas áridas, con pocos requerimientos higrófilos y que ha desarrollado mecanismos de adaptación a los ambientes secos. De forma natural se la ve en vertientes y zonas más o menos llanas de carácter estepario en las islas más orientales, acompañada por verodes y especies nitrófilas como el espino marino o la aulaga, entre otras de aparición más esporádica. e. Baleras. La formación de baleras es singular en este ecosistema árido. El balo (Plocama pendula) es una especie higrófila, que gusta de ambientes ricos en humedad freática. Es un superviviente, a la par que indicador de humedad edáfica en entornos por lo demás bastante secos. De ahí que se le vea colonizar los cauces de los barrancos, siempre a cotas de altitud bajas, por lo que de alguna manera se le puede incluir dentro de este ecosistema del piso basal, aunque casi roza el carácter azonal. Este matorral casi residual aparece exclusivamente en Gran Canaria, Tenerife y La Gomera, donde coloniza ramblas y cauces secos. Es un arbusto de fisionomía «llorona», con ramas caídas y presencia siempre verde. Esto último lo consigue gracias a su espléndido sistema radicular, capaz de obtener agua de los niveles freáticos profundos. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 54 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Tabla 1.5 Especies más significativas del cardonal-tabaibal (según Naranjo, 2007) Nombre común Nombre científico Isla Porte Verol o verode Aeonium percarneum C Subarbustivo Cardoncillo Ceropegia fusca PTC Herbáceo Guaydil Convolvulus floridus HPGTCFL Subarbustivo Tajinaste blanco Echium decaisnei CFL Subarbustivo Tolda Euphorbia aphylla GTCF Subarbustivo Tabaiba dulce Euphorbia balsamifera HPGTCFL Subarbustivo Tabaiba picuda Euphorbia berthelotii G Subarbustivo Cardón Euphorbia canariensis HPGTCFL Arbustivo Cardón de Jandía Euphorbia handiensis F Subarbustivo Tabaiba amarga Euphorbia lamarckii HPGTC Subarbustivo Tabaiba amarga Euphorbia regis-jubae CFL Subarbustivo Jarilla Helianthemum canariense HPGTCFL Herbáceo Verode Kleinia neriifolia HPGTCFL Subarbustivo Aulaga Launaea arborescens HPGTCFL Subarbustivo Espino marino Lycium intricatum PGTCFL Subarbustivo Leña buena Neochamaelea pulverulenta HGTC Subarbustivo Cornical Periploca laevigata HPGTCFL Subarbustivo Balo Plocama péndula HPGTCF Arbustivo Tasaigo Rubia fruticosa HPGTCFL Herbáceo Vinagrera Rumex lunaria HPGTCFL Subarbustivo H: El Hierro; P: La Palma; G: La Gomera; T: Tenerife; C: Gran Canaria; F: Fuerteventura; L: Lanzarote Bosque termófilo (piso de transición. También denominado termoesclerófilo) Algunos autores han cuestionado la existencia de un verdadero ecosistema termófilo y habitual- mente se suele clasificar este tipo de bosques entre las formaciones ecotónicas o de transición. Sin embargo, su extensión superficial actual, en franca progresión después de haber sido uno de los tipos de vegetación más maltratados, reafirman su entidad y presencia como ecosistema independiente. No obstante, se calcula que a día de hoy sólo ocupa una superficie inferior a la quinta parte de su potencial. Constituye el escalón entre el piso basal y la laurisilva o el pinar, según se trate de fachada de barlovento o de sotavento, respectivamente (la laurisilva únicamente aparece en fachadas húmedas 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 55 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD del norte, estando ausente en la vertiente de sotavento, donde el pinar ocupa una franja altitudinal mucho más ancha). La franja altitudinal característica del termófilo se sitúa entre los 300 y 600 metros al norte (barlovento húmedo), y los 500-900 metros al sur (sotavento seco). El bosque termófilo se compone de especies termoesclerófilas, de ahí su nombre. Se trata de plan- tas de porte arbustivo y arbóreo que necesitan para su desarrollo de temperaturas elevadas, o cuando menos, no soportan bien los descensos acusados de temperaturas y, mucho menos, las heladas. En cambio, sí se adaptan a la falta de lluvias, siempre que esta no sea extrema, y soportan bien períodos prolongados de sequía. Todas estas características climáticas responden a los estándares propios de un clima mediterrá- neo, con cuya vegetación está emparentado el termófilo canario. Las precipitaciones son algo mayores que las registradas en la costa, con valores que van de los 250 a los 450-500 mm anuales y temperatu- ras medias anuales que oscilan entre 15 y 19ºC, sin grandes oscilaciones. La morfología de esta formación es la de bosquetes y matorrales densos donde predominan las especies perennifolias y esclerófilas, presentando una biodiversidad mayor que la del piso basal. A menudo forma bosquetes más o menos específicos de sus especies dominantes: acebuche (Olea cerasiforme), lentisco (Pistacea lentiscu), sabina (Juniperus turbinata ssp. Canariensis), almácigo (Pistacea atlántica), palmera (Phoenix canariensis) o drago (Dracaena draco). En estos casos, el bosque termófilo recibe nombres locales según cuál sea la especie dominante: acebuchal, dragonal, lentiscal, palmeral, sabinar y otros, todos ellos muy frecuentes en la toponimia canaria de la zona de medianías. De entre todas las especies que componen el termófilo, probablemente sean la sabina y la palmera las que tienen una mayor presencia. La primera es particularmente abundante en vertientes del no- roeste de Tenerife, La Gomera y El Hierro, mientras que la palmera abunda en los barrancos de Gran Canaria y La Gomera. Las diferencias interinsulares son importantes, haciéndose necesario repasar someramente los termófilos de cada una de ellas para destacar sus particularidades. El termófilo de Lanzarote y Fuerteventura Es una formación relíctica, con muy escasa presencia. En Fuerteventura aparecen ejemplares ais- lados y algunos bosquetes abiertos y poco densos de acebuches, sin duda la especie más abundante. Su ámbito son las cresterías del macizo de Betancuria y escarpes y vertientes de Jandía. En ocasiones se puede observar algún almácigo, espino negro (Rhamnus crenulata), o incluso lentiscos, jazmines silvestres (Jasminum odoratissimum) y olivillos (Pryllirea angustifolia), especie esta última que distingue al termófilo de las islas orientales, pues solamente aparece aquí y en Gran Canaria. También habría que mencionar la palmera, asociada a los terrenos de cultivos, gracias al aprovechamiento tradicional que ha hecho de ella el agricultor de las islas. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 56 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS En Lanzarote el termófilo está desaparecido por completo. Como en Fuerteventura, debió tener una presencia mucho mayor, sobre todo en las vertientes más altas y expuestas a los alisios. Proba- blemente habría acebuches y lentiscos y el resto de especies que aún hoy logran sobrevivir en Fuer- teventura. El famoso palmeral de Haría, cuyo valle recibe el nombre de «Valle de las mil palmeras», es sólo una muestra antrópica de una especie singular del termófilo como la palmera. Gran Canaria El dominio del termófilo en esta isla debió ocupar todo un cinturón que circunvalaba el cardonal- tabaibal, pero que a día de hoy ha desaparecido casi por completo. Las mejores muestras actuales de bosque termófilo aparecen en las medianías de barlovento y, si en el pasado es probable que las formaciones arbóreas fueran dominantes, ahora es más frecuente encontrarnos con arbustos de distribución amplia como el tasaigo, el cornical, o incluso tabaibas y vinagreras (Rumex lunaria). Las especies dominantes en el termófilo de Gran Canaria son el acebuche, el almácigo y el lentisco, además de la palmera. La sabina es residual y apenas aparecen algunos ejemplares aislados en ver- tientes del suroeste. Como ámbitos destacados podemos citar los altos de Telde, donde aparecen aún algunos acebuchales en el barranco de los Cernícalos. En las medianías del Guiniguada, por la zona de Tafira, pueden encontrarse bosquecillos de especies como lentisco, almácigo y en menor medida, ejemplares aislados de dragos. Tenerife A medida que nos alejamos del continente africano las precipitaciones van siendo cada vez mayo- res. Incluso en cotas altitudinales similares, las lluvias son más abundantes que en las islas orientales. Los ecosistemas, aun siendo los mismos, evidencian esta circunstancia y muestran variaciones tanto a nivel de las especies que los forman, como de su densidad, morfología y riqueza. En Tenerife, dentro del ámbito del termófilo podemos encontrar bosquetes de sabinares, acebu- chales y almacigales, como especies más destacadas. Aparecen en ambas vertientes, entre cotas que van desde los 300 hasta los 400-500 metros de altitud. En todos los casos forman un bosque abierto, particularmente en las laderas de sotavento, donde suelen escalar a más altura y llegar hasta el pinar. A las especies arbóreas ya comentadas se suma a menudo un rico cortejo arbustivo que tanto apa- rece como formación independiente, como asociado a los bosquetes. Entre estos matorrales se pueden citar el espino negro, el jazmín silvestre, el granadillo (Hypericum canariensis), guaydil (Convolvulus floridus), hediondo (Bosea yervamora), tajinaste (Echium strictum), e incluso especies de otras bandas zonales como tabaibas, tasaigo y verodes. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 57 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD La Gomera, La Palma y El Hierro Tal y como ocurría en Tenerife, el hecho diferencial del bosque termófilo en las islas occidentales respecto a Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, es que la sabina domina con frecuencia el paisaje vegetal. Este es sin duda el rasgo más destacable, como también lo es que el cortejo florístico es mayor y que con frecuencia se imbrican especies de otros pisos de vegetación, hecho que ahonda aún más en el carácter ecotónico del bosque termófilo. En efecto, la sabina es la especie predominante del termófilo de La Gomera, La Palma y El Hie- rro. En esta última isla esta especie aparece salpicando la franja de medianías en ambas vertientes y alcanza una belleza singular en el sabinar de La Dehesa, donde ejemplares centenarios de sabinas muestran formas retorcidas a causa de los vientos. En La Gomera son de destacar sabinares como los de Hermigua, Agulo, Vallehermoso y Tazo, donde la sabina aparece con profusión en las laderas más expuestas a los alisios. Es sin duda en esta isla donde el sabinar tiene una mayor continuidad y extensión, con la entidad suficiente como para hablar de un característico «sabinar gomero». Este sabinar es florísticamente rico y el cortejo acompañante resulta más variado que en otras islas, apareciendo especies como tasaigo, tabaibas (en especial la tabaiba picuda), espineros, esparragueras (Asparagus umbellatus), jazmines, cornicales y, por supuesto, otras especies representativas del termófilo como el acebuche, el almácigo o la propia palmera. Por último, la isla de La Palma, debido a sus condiciones naturales, pero sobre todo a la presión demográfica, tiene una pobre muestra de termófilo, formación que se ha visto muy alterada por las actividades humanas, hasta el punto de que sólo quedan especies aisladas y pequeños enclaves de este tipo de formación. La sabina vuelve a ser la especie predominante y junto a ella podemos encontrar algún acebuche, higuerilla (Euphorbia lamarckii), espinero y otras especies comunes. Un hecho común a estas islas y también a Tenerife y Gran Canaria, es que con frecuencia aparece una vegetación de sustitución como estrato degradado del termófilo en general y del sabinar en particular. Cuando uno y otro desaparecen, su espacio lo pasa a ocupar un matorral de jaras, calcosas o vinagreras (Rumex lunaria), incienso, granadillo y tabaibas amargas. Los palmerales Hemos querido diferenciar los palmerales como una especie singular dentro del termófilo porque Phoenix canariensis, pese a ser una especia característicamente termoesclerófila, presenta un alto grado de adaptabilidad que le permite colonizar variados nichos ecológicos. Aunque su franja preferida es la que va desde los 50 hasta los 500 metros de altitud, es frecuente encontrarla fuera de estos rangos, incluso superando los 1000 metros. Por tanto, tiene un comportamiento propio de una especie azonal, aunque centrada mayormente en el ámbito del termófilo, entre cuyas especies debe contemplarse. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 58 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS La palmera tiene unas querencias higrófilas tan particulares que tiende a formar bosquetes densos y bien definidos cuando encuentra unas condiciones idóneas para su desarrollo, algo que ocurre sobre todo en los fondos de barranco. De ahí que no sea extraño que los principales palmerales los encon- tremos precisamente en Gran Canaria y La Gomera, las islas que cuentan con las más espectaculares muestras de este tipo de relieve. También aparece en su forma natural en Tenerife, Fuerteventura y La Palma, siempre sobre materiales de derrubio y próximos a los cauces y cárcavas. Tal y como ocurría con el balo, la palmera es también una especie freatófita que mediante un espectacular desarrollo radicular es capaz de alcanzar acuíferos más profundos que los que alcanzan otros competidores. Como el balo, es también un estupendo testigo para saber cuándo hay agua en niveles freáticos no demasiado profundos. Es una especie cuasi domesticada, acompañante habitual de los terrenos de cultivo tradicionales, donde ocupa posiciones periféricas a borde de parcela. El agricultor ha sacado no poco provecho de la palmera, que si bien no está dotada de una madera particularmente adecuada para trabajos de carpintería, ni ofrece frutos agradables al paladar7 , sí se utiliza para labores de cestería y para extraer el pírgano con el que elaborar cuerdas. Pero sobre todo, la palmera es un elemento vegetal significativo del paisaje canario, una seña de identidad del isleño que ha acabado por designarlo Símbolo Vegetal de Canarias mediante Ley parlamentaria de 19918. Tabla 1.6 Especies más significativas de la vegetación termófila y rupícola, (según Naranjo, 2007). Nombre común Nombre científico Isla Porte Hierba puntera Aeonium manriqueorum C Subarbustivo Verol Aeonium percarneum C Subarbustivo Pastel de risco Aeonium simsii C Herbáceo Madama Allagopappus viscosissimus C Herbáceo Cerraja de cumbre Babcockia platylepis C Herbáceo Moneda Camptoloma canariensis C Herbáceo Guaydil Convolvulus florid us HPGTCFL Arborescente Drago Dracaena draco subsp.draco HPGTC Arborescente Drago de Gran Canaria Dracaena tamaranae C Arborescente Góngano Greenovia aurea HPGTC Herbáceo Continúa en la página siguiente 7 La palmera hembra da támaras muy pequeñas y de poca pulpa que resultan amargas y ásperas, aunque comestibles. 8 Ley 7/1991, de 30 de abril. 2024 – A NTONIO R AMÓN O JEDA 59 1.1. INTRODUCCIÓN. EL HECHO INSULAR Y LA BIODIVERSIDAD Continúa de la página anterior Yesquera Heiichrysum gossypinum L Herbáceo Granadillo Hypericum canariense HPGTC Subarbustivo Jazmín silvestre Jasminum odoratissimum HPGTCF Arborescente Sabina Juniperus turbinata subsp. canariensis HPGTC Arborescente Acebuche Olea cerasiformis HPGTCFL Arborescente Palmera canaria Phoenix canariensis HPGTCFL Arbóreo Almácigo Pistacia atlantica PGTCF Arborescente Lentisco Pistacia lentiscus GTCFL Arborescente Espino negro Rhamnus crenulata HPGTCFL Arborescente Tasaigo Rubia fruticosa HPGTCFL Subarbustivo H: El Hierro; P: La Palma; G: La Gomera; T: Tenerife; C: Gran Canaria; F: Fuerteventura; L: Lanzarote Monteverde (piso montano húmedo) ¿Monteverde o laurisilva? Éste es un debate con el que iniciar la introducción a este nuevo piso de vegetación. Monteverde alude al carácter perennifolio de este tipo de vegetación que permanece verde todo el año. Laurisilva es un término más acotado, pues alude al bosque de lauráceas, por ser éstas especies habituales de esta formación arbórea. Fíjese que hemos empleado el término «especies habituales», y no dominantes, pues si algo ca- racteriza al monteverde es precisamente la diversidad biológica y un elenco de más de dos docenas de especies, donde, eso sí, las lauráceas tienen una presencia significativa. Y ahora fíjese que hemos aludido a este ecosistema por el término más genérico: monteverde, pues dejaremos el de laurisilva para designar un subtipo dentro de él. En todo caso, no podemos dejar de advertir que esta apreciación introductoria era necesaria, pues en lenguaje coloquial se usa de forma común ambos términos, casi de forma indistinta. Aquí tratare- mos de poner en evidencia que sí existen algunos matices. Por ejemplo, podemos definir la laurisilva tal y como lo hace Naranjo (Naranjo, 2005, 136): «bioma forestal de distribución subtropical, siempreverde por el color dominante y que se desarrolla favorecido por el aporte de humedad constante de las nieblas orográficas (mar de nubes). Está dominado por una amplia variedad de especies de múltiples familias pero que mayoritariamente presentan hojas con una morfología lauriforme (especies laurifolias) a pesar de que en algunas zonas participan ocasionalmente algunas coníferas». A conti- nuación, el mismo autor refiere los lugares donde podemos encontrar este tipo de bosque, citando: Texas, Florida, las selvas valdiviana (Chile) y misionera (Argentina), Sudáfrica, China meridional, Birmania, Nueva Zelanda y Australia. 46420 - E NSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA GEOGRAFÍA , HISTORIA Y NATURALEZA DE C ANARIAS 60 UNIDAD DE APRENDIZAJE 1. INTRODUCCIÓN A LA BIODIVERSIDAD Y A LOS ECOSISTEMAS CANARIOS Aquí en Canarias recibe indistintamente el nombre de laurisilva (término más empleado de forma coloquial) y monteverde (más utilizado en publicaciones y ámbitos biogeográficos). En cualquier caso, se trata de una formación boscosa, húmeda y que, en su estado óptimo, puede llegar a acoger hasta más de 30 especies diferentes de árboles. De hecho, la abundancia o limitación de variedad de especies es un magnífico indicador del estado de salud de este bosque de lauráceas. Cuantas más, mejor. En Canarias el monteverde se desarrolla sólo en las islas de mayor relieve, estando ausente por completo en Lanzarote y Fuerteventura. Es una formación directamente vinculada al mar de nubes y la denominada «lluvia horizontal u orográfica», que le transfi

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