Defectos de la Madera PDF
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Summary
Este documento presenta un resumen de los diferentes defectos que pueden aparecer en piezas de madera, clasificándolos en naturales y artificiales. Se analizan las causas de cada tipo de defecto, incluyendo detalles sobre la rapidez de crecimiento, nudos, desviaciones de fibras, bolsas de resina, rajaduras entre otros. Se explican, además, los problemas técnicos que provocan estos defectos en el proceso de fabricación.
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DEFECTOS DE LA MADERA DEFECTOS DE LA MADERA NATURALES ARTIFICIALES Rapidez de crecimiento. Inclinación de la fibra Nudos Gemas Desviaciones en la dirección de fibras...
DEFECTOS DE LA MADERA DEFECTOS DE LA MADERA NATURALES ARTIFICIALES Rapidez de crecimiento. Inclinación de la fibra Nudos Gemas Desviaciones en la dirección de fibras Fracturas o rajaduras Bolsa de resina Pudrición y decaimiento Rajaduras, reventaduras y grietas Defectos producidos por volteo del árbol y por deficiencias del estibado y secado DEFECTOS NATURALES Rapidez de crecimiento. La edad de la madera y su velocidad de crecimiento influyen en las propiedades mecánicas, así se puede decir que una madera de crecimiento rápido o joven es de resistencia menor que una de crecimiento lento o madura. La edad se puede determinar por el número de anillos de crecimiento que presenta un tronco en corte transversal y en países, como el nuestro, los anillos de la época lluviosa y los de la época de verano son difíciles de demarcar, esto sirve para establecer una medida visual para la selección de piezas fuertes y duras “ Regla de densidad, que sugiere la American Society for Testing and Materials, dice: “ Calcúlese el promedio de anillos de crecimiento, el cual no debe ser inferior a 2.5 anillos de crecimiento por centímetro (6 anillos por pulgada), las piezas cuyo promedio sea menor a 2.5 anillos de crecimiento por cm. (6 por pulgada), podrán ser aceptadas si tienen el 50% o más de madera de verano o estación seca” DEFECTOS NATURALES Nudos: La causa de este, es por el nacimiento o brote de una rama en el tronco de un árbol y es el defecto más común. Su efecto es la reducción de la resistencia al corte y a la compresión, Un nudo reduce el área afectiva que resiste una carga y las áreas adyacentes al mismo, porque rompe la continuidad de las fibras, disminuyendo la cantidad de material resistente y presenta distorsiones en la fibra y depende de su tamaño y localización en la pieza. DEFECTOS NATURALES Desviaciones en la dirección de fibras: Las desviaciones de la fibra pueden ser a causa de un aserrado diagonal o por la fibra torcida o espiral en el tronco. “Es limitada de acuerdo con su efecto en la resistencia, su efecto varía según el ángulo de inclinación de la fibra respecto al eje de la pieza… Para piezas en flexión la inclinación de la fibra es importante en las caras superior e inferior en el tercio medio de la luz. “ Este defecto puede causar pandeo, provocando unísonamente grietas radiales cuando es secada una pieza, incide principalmente en el esfuerzo de tensión paralela. DEFECTOS NATURALES Bolsa de resina: Son cavidades paralelas o entre los anillos de crecimiento que contienen resina, ya sea sólida o líquida. Por lo general, estas no inciden fuertemente en la resistencia estructural, pero si afectan cuando se localizan en planos sometidos a esfuerzos cortantes altos y deberán rechazarse las piezas de madera que tengan muchas bolsas de resina. DEFECTOS NATURALES Rajaduras, reventaduras y grietas: Estos defectos se producen durante el crecimiento de un árbol, y se generan por esfuerzos internos. Pueden ser radiales cuando es una hendidura longitudinal que atraviesa los anillos de crecimiento, y anulares cuando se da una separación a lo largo de las fibras entre los anillos de crecimiento. Reducen la resistencia al esfuerzo de corte horizontal en miembros que estén sometidos a flexión, en vigas principalmente en los apoyos. Hay restricción de uso en piezas que presentan una grieta en el eje neutro o sea en el centro del peralte por ser un punto muy alto al esfuerzo de corte. En miembros sometidos a compresión o tensión es poca la incidencia de estos defectos y usualmente se evita por cuestiones de apariencia o prevención a penetración de insectos o agua. DEFECTOS ARTIFICIALES Inclinación de la fibra: Anteriormente se mencionó a éstos, cuando son naturales, queda anotar entre los artificiales que se deben por un mal aserrado efectuado en forma diagonal, porque no siempre es posible hacer cortes paralelos a la fibra. Gemas: Son los llamados descantillado y consisten en la ausencia de material leñoso en cualquier esquina de una pieza, se debe a causa de querer aprovechar lo más posible del tronco cuando es aserrado, causando pérdidas de resistencia por tener una sección menor y dificultad cuando se necesita una superficie para poder clavar o por razones de apariencia. Se evita pidiendo que se conserven todas las aristas con los ángulos rectos Fracturas o rajaduras: Son fallas en la fibra de la madera por la acción del viento o proceso de crecimiento, troncos de árboles apeados o piezas aserradas que ocasionan esfuerzos de compresión y tensión excesivos. Estos defectos son totalmente prohibidos en cualquiera de los grados estructurales de las maderas. En este segmento, nos referimos a las rajaduras ocasionadas durante el secado y formadas por las contracciones en los 3 sentidos que se presentan en la madera, estas se acentúan cuando el secado se efectúa con mucha rapidez. Ver incisos anteriores DEFECTOS ARTIFICIALES DEFECTOS PRODUCIDOS POR VOLTEO DEL ÁRBOL Y POR DEFICIENCIAS DEL ESTIBADO Y SECADO: Alabeo: Son deformaciones de las contracciones provocadas por el secado, en una forma desigual y excesiva; y a la vez a la exposición de la madera al sol y viento, influyendo la orientación de las fibras. Los tipos de alabeo que se producen en las maderas. Colapso: Se produce cuando se extrae la humedad de las células leñosas demasiado rápido, en estufas o cámaras de secado con temperaturas muy elevadas. Apanalamiento: Semejante al anterior, se produce cuando el secado dentro de una estufa o cámara es demasiado rápido y se caracteriza porque se forman cavidades internas en sentido perpendicular a las fibras. Agujeros: Por lo general es a consecuencia de la caída de nudos secos (muertos) a la hora de hacer los cortes en el aserrado de los troncos, algunas veces son provocados por los instrumentos que se utilizan en el manejo de las trozas. Sus efectos y medición se hacen de la misma forma que los nudos. DEFECTOS ARTIFICIALES Pudrición y decaimiento: La pudrición es la desintegración de la substancia leñosa causada por la acción de hongos, la parte afectada se vuelve blanda, esponjosa o se desborona. Siendo los factores que contribuyen a ello, el aire, la humedad y una temperatura favorable para el desarrollo de los hongos. La forma de evitar estos dos defectos son: a) la protección de los elementos estructurales a la intemperie, y b) la utilización de preservativos, (esto se verá más adelante); aunque también debe escogerse la madera estructural a emplear de acuerdo a su durabilidad. Es difícil analizar a que grado puede afectar la pudrición, por lo cual; ésta no debe tolerarse en ningún elemento estructural de madera. DURABILIDAD Y PRESERVACIÓN Se destaca que la durabilidad de las estructuras de madera dependerá de varios factores, que el diseñador deberá tomar en cuenta: Durabilidad natural de la especie elegida, necesidad de preservación (o no) e impregnabilidad de la misma; Tipo de uso en servicio, clima y CHE; Protección por el diseño. Ataques biológicos La madera por ser un material orgánico y natural, constituido principalmente por celulosa y lignina, si es sometida a ciertas condiciones de humedad, temperatura y oxígeno puede ser degradada. A dichas condiciones ambientales pueden invadir ciertos sectores de la madera, como: Ataque de hongos xilófagos (pudrición), mohos y hongos cromógenos (atacan la madera con contenido de humedad superior al punto de saturación de las fibras (27 a 32% de CH). Insectos xilófagos Agentes destructores de la madera Los agentes destructores de la madera son: Hongos xilófagos: son aquellos capaces de desintegrar las paredes celulares, y por lo tanto, sus características físicas, químicas y mecánicas, ocasionando la pudrición de la madera. Mancha azul: no genera en sí una pudrición, puesto que no ataca directamente las paredes celulares. Sin embargo, puede ser el inicio de una pudrición verdadera. La mancha azul o azulada como también se la conoce, presupone la presencia de agua o humedad mayor al 24 %. Insectos xilófagos Existe gran variedad de insectos xilófagos, que en forma casi exclusiva atacan la madera. Hacen perforaciones, especialmente en la albura, porque el duramen tiene generalmente una resistencia mayor al ataque y a la penetración. Las perforaciones producidas contribuyen a acelerar el proceso de pudrición ocasionado por esta clase de hongos Durabilidad natural La durabilidad natural de la madera depende principalmente de la especie y de la zona del tronco de donde ha sido extraída (clima, suelo, etc.). Generalmente el duramen contiene sustancias tóxicas coma las fenólicas por ejemplo, que rechazan a los agentes biológicos que quieran invadirla. En su estado natural la albura se considera no durable. A fin de determinar la relación que existe entre la durabilidad natural y la tratabilidad de una madera, se han establecido 5 categorías, las cuales se basan en porcentajes de pérdidas de peso por la acción de los hongos. Las 5 categorías de durabilidad natural (determinadas mediantes ensayos de campo), son las siguientes: 1. Altamente resistentes, 2. Resistentes, 3. Moderadamente resistentes, 4. Muy poco resistentes, 5. No resistentes. Se precisa que mediante ensayos de laboratorio, se puede determinar la durabilidad relativa, que clasifica la misma característica tal como sigue: 1. Muy resistentes 2. Resistentes 3. Moderadamente resistentes 4. No resistentes 5. Muy susceptibles Preservación Para evitar el ataque de organismos biológicos degradantes, la madera sin durabilidad natural, puede ser tratada mediante la impregnación de sustancias preservantes, y mediante un buen diseño. La durabilidad natural se puede aumentar mediante procedimientos artificiales, mediante un simple secado o por tratamientos preservadores especiales. Clasificación de los preservantes De acuerdo a su origen o naturaleza, los preservantes para madera se clasifican básicamente en: Creosotas (ordinaria, liquida, mezclas) Oleosolubles o orgánicos (pentaclorofenol, pentaclorofenato de sodio, naftenato de cobre o de zinc) Hidrosolubles o inorgánicos (sal simple, sal doble, multisal tipo CCA o CCB) Preservantes oleosolubles Son de gran toxicidad para los agentes biológicos, y presentan cualidades muy importantes, como: no son corrosivos, tienen gran poder de penetración y no son inflamables una vez que el solvente se ha evaporado. Preservantes hidrosolubles El agua presenta varias ventajas como solvente para los preservantes de madera. Se destacan su buena penetración en la madera, su ausencia de peligro ante el fuego, y además, no es perjudicial para la salud. Entre los principales preservantes hidrosolubles, se pueden mencionar las sales de C.C.A. Es un compuesto de cobre, cromo y arsénico. Estas sales son muy eficaces en la protección de la madera en contacto directo con el suelo y bajo condiciones de mucha humedad. Sin embargo se debe tener presente su alta toxicidad para seres vivos. Ventajas del CCA: es tóxico para hongos e insectos; eventualmente puede tratarse madera en estado húmedo; el solvente (agua) es barato y no es inflamable; la madera puede recibir pintura después de tratada; su aplicación es bastante más rápida en relación a los preservantes oleosos. Puesto la alta toxicidad del producto, se prestará especial atención a las condiciones de reutilización o reciclaje de las maderas tratadas con CCA. En particular, se prohíbe usarla como combustible, o simplemente quemarla. Productos caseros ineficientes Existen varios productos caseros que utilizan ciertos madereros y constructores como preservantes de madera, entre los cuales, se encuentran: el aceite quemado, el diesel, incluso la gasolina, y otros, que suelen emplearlos con este fin. Siendo de reconocida ineficiencia, no pueden ser empleados como preservativos de la madera Métodos de preservación Los procedimientos por osmosis y difusión necesitan que la madera conserve toda la humedad posible para lograr la incorporación de los preservadores salinos. Todos los otros métodos exigen que la madera esté seca, es decir, con un CH entre 15 y 25%. Todos los cortes o perforaciones que se tengan que hacer a la madera, para colocarlas en obra, se deben practicar antes del tratamiento. Cuando se tiene maderas que resultan difíciles de preservar, por ser impermeables, se pueden hacer incisiones superficiales, con máquinas apropiadas, para lograr una penetración lateral aceptable, o una mejor distribución del preservador para formar un verdadero anillo protector. Por Io general, las incisiones se practican en la zona crítica de la madera, es decir, en la zona de empotramiento, que es por donde se inician las pudriciones. No es raro hacer incisiones a lo largo de toda la pieza de madera que haya mostrado deficiencias en la distribución de los preservadores. En general, los métodos de preservación se pueden dividir en tratamientos sin presión y tratamientos con presión. Métodos sin presión De estos procedimientos, los más conocidos son aquellos en que se aplica el preservante con brocha, por aspersión, por inmersión, y por difusión. Con brocha y por aspersión. Mediante estos dos procedimientos, apenas una pequeña cantidad del líquido preservativo penetra en la madera. La ligera absorción que ocurre con este tipo de tratamientos, se debe, en parte, a la resistencia natural de la madera a la penetración, pero también influye la escasa cantidad de preservante que realmente aprovecha. Inmersión prolongada. Este tratamiento se hace en frío. Se lo emplea generalmente, para tratamientos de madera destinada a la elaboración de ventanas, marcos de puerta, vigas y otros trabajos en que no se halle la madera en contacto directo con el suelo. El tratamiento consiste, en sumergir la madera por espacio mínimo de 24 horas, y un máximo de 48 horas, en que, prácticamente, ya no absorbe más. Inmersión momentánea. La efectividad de este tipo de preservación, es muy limitada y no se recomienda para tratamientos de madera que luego estará en contacto directo con el suelo o expuesta a la intemperie. No obstante, dicho procedimiento se lo ha utilizado satisfactoriamente en tratamientos de ventanas, puertas, marcos y otros trabajos de carpintería. El tratamiento consiste en sumergir la madera dentro del producto preservativo por espacios de tiempo muy cortos, que van desde varios segundos hasta 10 a 15 minutos. Para ello, obviamente, la madera debe estar seca. Tratamiento por difusión. Este tratamiento tiene como fundamento aprovechar el desplazamiento de la sabia a través de la madera. Para ello se utiliza madera rolliza, preferentemente de pequeño diámetro, recién cortada y descortezada. Uno de los extremos se lo sumerge en un preservante hidrosoluble. Se puede preparar una solución, mezclando 4 Kg de sales en 100 L de agua. Métodos a presión Los métodos a presión que se utilizan para impregnar preservantes en la madera al interior de cilindros cerrados herméticamente; básicamente son dos: el de célula llena y el de célula vacía. Son, indudablemente, los más efectivos pero también los más costosos. De célula llena o de Bethell. Con este tratamiento se trata de retener en la madera la mayor cantidad posible del líquido preservativo, permitiendo de esta manera que se produzca una absorción máxima en el material tratado. De célula vacía. Con este procedimiento se pretende recuperar parte de la solución inyectada a presión en la madera. Este método da buen resultado cuando se trata de lograr una penetración bastante profunda pero con una escasa absorción final del líquido Método Boucherie Es un procedimiento de tratamiento de la madera basado en el reemplazo de la sabia por un preservante hidrosoluble, cuyos componentes tengan similar velocidad de difusión. Como condición principal se requiere que los elementos a tratarse se encuentren en estado verde, es decir, con un contenido de humedad de por lo menos el 30 %, debiéndose mantener la corteza durante el tratamiento. Para el funcionamiento del proceso, se requiere 1 atmósfera de presión, que se la consigue por diferencia de niveles a una altura de aproximadamente 10 metros. La madera rolliza, al momento del tratamiento se la coloca en posición inclinada, a fin de facilitar el desplazamiento del preservante a través de los sistemas de conducción de la sabia. Los elementos van sujetos en su extremo superior, mediante un casquete de caucho. Proceso de curado de la madera https://www.youtube.com/watch?v=yhSpXeYXFPs&t=181s https://www.youtube.com/watch?v=yqTce1aWNMA Secado de la madera a preservar La madera que va a ser destinada a tratamientos de preservación, a través de procedimientos, como: a presión, inmersión en frío, requiere de un previo secado hasta alcanzar el contenido de humedad de equilibrio, el que normalmente se encuentra entre el 11 y el 16 % en nuestro medio. Contenidos de humedad mayores al 20 % no son recomendables para este tipo de tratamientos. La práctica más usual para secar madera que se la destina a la construcción (postes, tablas, tablones, etc.) consiste en armar pilas al aire libre, con dos objetivos fundamentales: 1. Reducir al máximo los daños causados por hongos e insectos, 2. 2. Acelerar el proceso de reducción del contenido de humedad Secado de la madera Secado de la madera Antes de la construcción, la madera deberá secarse a un contenido de humedad apropiado y tan parecido como sea práctico al contenido de humedad en equilibrio promedio de la región en la cual estará la estructura. Se debe secar la madera hasta un CH% lo más próximo posible al contenido de humedad de equilibrio con el medio ambiente (humedad de servicio). La madera estructural debe tener un CH inferior a 19%. La madera a ser laminada debe tener una humedad de 12%, al momento de ser procesada. El secado puede ser natural (con buenas prácticas de apilado, ventilación, etc.) o artificial (se aconsejan hornos o cámaras de secado). Se recomienda de manera general referirse a las especificaciones y recomendaciones del Manual de Maderas (tabla con datos sobre el comportamiento del secado de maderas aptas para construcción, así como una descripción gráfica de los defectos de secado más comunes). La comprobación del contenido de humedad se puede hacer mediante el uso del xilohigrómetro o medidor eléctrico de humedad. Recomendaciones Recomendaciones para ponerla a una madera en servicio: 1. Si no se sabe de antemano en qué localidad va a ser empleada una determinada madera, la misma deberá ser secada hasta un porcentaje de humedad menor al contenido de humedad de equilibrio que registre esa zona. 2. Prácticamente, toda madera que vaya a ser empleada en interiores (pisos, revestimientos, muebles…), se aconseja secarla al horno. 3. La madera secada al aire es apropiada para ser utilizada en elementos en los que las variaciones dimensionales no sean importantes. 4. La madera verde debe limitarse a ser empleada donde se mantenga un alto grado de humedad, o donde la contracción hubiera sido considerada al momento de realizar el proyecto de una construcción. Técnicas de secado de la madera Secado natural Se lo lleva a cabo exponiendo la madera aserrada al aire libre en un patio de secado. Este proceso se desarrolla normalmente, excepto cuando la humedad relativa del ambiente es demasiado alta. El objeto de secar al aire libre es llegar al menor contenido de humedad que permita las condiciones climáticas de una determinada localidad. No se debe exponer la madera directamente al sol Secado artificial de la madera El secado artificial de la madera se lo lleva a cabo, básicamente, por las siguientes razones: Reducir su peso y los gastos que implica el transporte; Evitar la mancha azul de la madera, las manchas producidas por hongos xilófagos (propios de la madera); Evitar el ataque de insectos. Protección ante la humedad Por ser higroscópica y porosa la madera absorbe agua en forma líquida o de vapor. Si la humedad se acumula en la madera, afecta sus propiedades mecánicas, se convierte en conductora de electricidad y sobre todo, queda propensa a la putrefacción por el ataque de hongos. La madera puede humedecerse por capilaridad, por lluvia o por condensación, por lo que debe protegerse como se indica a continuación: La madera por contacto con el suelo o con alto riesgo de humedad debe ser preservada de acuerdo a la norma establecida. El diseño mismo puede evitar la exposición directa de la madera a la lluvia; si esto no se logra, debe protegerse con sustancias hidrófugas o con superficies impermeables. Todo elemento estructural expuesto a la intemperie debe apoyarse, con barreras anti capilaridad, sobre zócalos o pedestales de hormigón, metálicos o madera, de tal forma que no permanezcan en contacto con el agua estancada y debe ser protegido, lo mismo que los elementos de madera de recubrimiento de muros exteriores, por medio de aleros y deflectores. Para prevenir la condensación es necesario evitar los espacios sin ventilación, especialmente en climas húmedos. En aquellos ambientes que por su uso estén expuestos al vapor, como baños y cocinas, además de suficiente ventilación, deben protegerse las superficies expuestas con recubrimientos impermeables. Acción capilar Se diseñará con atención lo que trata de la relación al suelo, de la estructura a las cimentaciones, o aun contacto entre elementos de madera y otros mineral (mampostería, adobes, hormigón…), en particular respeto al drenaje, a las barreras de humedad (cartón asfaltico, polietileno, brea, etc.), goterones, inclinación de elementos exteriores de madera, etc. Condensación Se evitará mediante buena ventilación (natural en particular). Lluvia En el caso de zonas climáticas muy húmedas, usando maderas que no tengan la durabilidad adecuada, se aconseja un método de preservación, si posible en vacio-presión. Los elementos de madera deberán estar a una distancia mínima de 200 mm del suelo. La madera exterior en contacto directo con las intemperies debe tener una inclinación mínima de 10°. Ningún extremo o cabeza debe exponerse hacia arriba. Se puede también colocar una capa de protección selladora. Protección contra los hongos Las soluciones ante tal riesgo combinan el uso de una madera adecuada (durabilidad natural o preservación por vacio-presión) y un buen diseño (respecto a los riesgos de capilaridad, condensación y lluvia). Protección contra el fuego Los materiales de construcción se clasifican de acuerdo: A su reacción al fuego (capacidad de favorecer la propagación): se clasifica la madera como combustible A su resistencia ante el fuego (representa el tiempo que pueden desempeñar su papel con toda seguridad) De acuerdo a su resistencia ante el fuego es conveniente anotar que la resistencia mecánica de la madera cuando se quema disminuye solo en función de su destrucción progresiva, es decir, a menor dimensión de la pieza, menor resistencia. Las grandes piezas de madera sufren una combustión lenta, debido a que su mala conductividad térmica impide expulsar rápidamente la mayor parte de sus gases combustibles, Io cual ocasiona una carbonización superficial. Esta capa de carbón a su vez, empieza a actuar como aislante que protege térmicamente las capas interiores, retardando aun más su destrucción. La velocidad de combustión de la madera vale en promedio 0.7 mm/min. Para el diseño debe tenerse en cuenta que la madera es un elemento combustible que se inflama a una temperatura aproximada de 270 °C, aunque algunas sustancias impregnantes o de recubrimiento pueden acelerar o retardar el proceso. Recomendaciones Se recomienda lo que sigue: No deben utilizarse elementos de calefacción que aumenten la temperatura de los ambientes peligrosamente. Las paredes próximas a fuentes de calor deben aislarse con materiales incombustibles. Las edificaciones adyacentes construidas con madera, deben separarse como mínimo 1.20 m entre sus partes salientes. Si la distancia es menor, los muros no deben tener aberturas y su superficie debe estar recubierta de materiales incombustibles con una resistencia mínima de 1h de exposición. Si están unidas, el paramento común debe separarse con un muro cortafuego de material incombustible. Este muro debe sobresalir en la parte superior por lo menos 0.50 m y en los extremos por lo menos 1.00 m medidos a partir de los sitios que más sobresalgan de las construcciones colindantes. La estabilidad de este muro no debe sufrir con el colapso de la construcción incendiada. Las piezas estructurales básicas deben sobredimensionarse 3 y 5 mm en su espesor. En sus caras expuestas. Deben evitarse acabados que aceleren el desarrollo del fuego, tales como lacas y barnices óleo soluble. En el diseño de las instalaciones eléctricas debe tenerse en cuenta, un claro y fácil acceso a los tableros de circuitos y de control. En edificaciones de uso comunitario: escuelas, centros de salud, oficinas, comercios y hoteles, por su tamaño y dada la gran velocidad de propagación del fuego en las estructuras de madera, se debe considerar las siguientes recomendaciones: o Acceso rápido y señalizado a las fuentes más probables de incendio. o Distribución de extinguidores según las recomendaciones técnicas pertinentes. o Salidas de escape suficientes, de fácil acceso y claramente señalizadas. o En las edificaciones de varios pisos deben proveerse escaleras exteriores de escape. Sistemas automáticos de detección, ya sea por humo o calor. Los depósitos para combustible de estufas y calentadores deben localizarse fuera de las edificaciones y deben rodearse de materiales incombustibles o retardadores del fuego. Mantenimiento Mantenimiento Toda edificación de madera aunque está bien construida requiere de revisiones, ajustes y reparaciones durante su existencia. Al poco tiempo de construida probablemente debe ser necesario arreglar fisuras en las uniones de las maderas, desajustes de puertas y ventanas y apretar tornillos o tuercas de pernos para corregir los desajustes debidos al asentamiento del terreno y a la acomodación de la madera a la humedad del ambiente. Posteriormente debe ser necesario efectuar revisiones periódicas y ejecutar los arreglos necesarios. Reclavar los elementos que por la contracción de la madera, por vibraciones o por cualquier otra razón, se hayan desajustado; y, apretar las tuercas en uniones hechas con pernos y tornillos. Si se encuentran roturas, deformaciones o podredumbres en las piezas estructurales, se debe dar aviso al constructor. Repintar las superficies deterioradas por efectos del viento, de la humedad y del sol. Si la madera ha sido tratada con inmunizantes colocados con brocha, aplicar un nuevo tratamiento con la periodicidad y las precauciones que recomienda el fabricante del producto que se use. Revisar los sistemas utilizados para evitar las termitas aéreas y subterráneas. Fumigar por lo menos una vez al año para evitar la presencia de insectos domésticos y ratas. Mantener las ventilaciones de áticos y sobre cimientos sin obstrucciones. Inspeccionar posibles humedades que puedan propiciar el crecimiento de hongos y eliminar las causas. Limpiar y, si es necesario, arreglar canales y desagües de los techos. Verificar la integridad de la instalación eléctrica. Verificar los sistemas especiales de protección contra incendios cuando existan. En caso de construcciones sobre pilotes, se debe revisar el apoyo homogéneo de la estructura, su nivelación y el estado de ella.