Literatura Hispanoamericana Siglo XX PDF
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IES V Centenario
José María González-Serna Sánchez
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Summary
This document provides an overview of 20th-century Hispanic American literature. It explores historical and cultural contexts shaping the literature, discussing themes like the relationship between humans and nature, civilization vs. barbarity, and the coexistence of reality and fantasy. It explores key movements like Modernism and Postmodernism and literary figures. Focus is on poetic and narrative forms.
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Lengua y Literatura. 2º de Bachillerato de Adultos. La literatura hispanoamericana en el siglo XX 1. Contexto histórico y cultural En el siglo XX latinoamericano pueden observarse dos periodos bien diferenciados separados por la II Guerra Mundial (1939-1945). Durante la primera mitad del siglo el...
Lengua y Literatura. 2º de Bachillerato de Adultos. La literatura hispanoamericana en el siglo XX 1. Contexto histórico y cultural En el siglo XX latinoamericano pueden observarse dos periodos bien diferenciados separados por la II Guerra Mundial (1939-1945). Durante la primera mitad del siglo el fenómeno histórico determinante es el crecimiento demográfico del continente, fruto de la inmigración procedente de países europeos hacia la costa caribeña del continente y las regiones del sur, aunque también es importante el asentamiento de inmigrantes procedentes de Asia en la costa de los países andinos, especialmente en Perú. El despegue demográfico y las inversiones económicas de empresas multinacionales favorecieron la mejora de las condiciones económicas de las naciones americanas gracias al desarrollo de la agricultura, la minería y la ganadería. Sin embargo, del aumento de la riqueza solamente se benefició una parte mínima de la sociedad latinoamericana, lo que aumentó la desigualdad y, en consecuencia, el surgimiento de los primeros conflictos sociales. Durante las primeras décadas del siglo se reproducen las protestas de los campesinos indígenas en los Andes, así como las revueltas provocadas por la injerencia de las compañías comerciales norteamericanas en América Central. La segunda mitad del siglo se inicia en América con un importante crecimiento económico, fruto de la neutralidad de estos países en la II Guerra Mundial y del beneficio derivado del comercio y venta de productos de primera necesidad a las potencias beligerantes. También en las décadas de los cuarenta y cincuenta se produjo un gran desarrollo cultural de la zona gracias al asentamiento de intelectuales, artistas, científicos y profesionales cualificados procedentes de Europa. Este fenómeno fue muy significativo en México, Argentina y Chile, lugares donde el exilio republicano español tuvo un mayor impacto. Sin embargo, las buenas perspectivas sociales y económicas de los años cincuenta se frustraron en las décadas siguientes. Desde los años sesenta, la inestabilidad política se instaura en buena parte de los países latinoamericanos, se imponen sistemas dictatoriales y proliferan los intentos revolucionarios. Latinoamérica se convirtió en uno de los escenario del conflicto que enfrentó a los bloques capitalista y comunista entre la II Guerra Mundial y los últimos años del siglo XX, lo que produjo el estancamiento de las economías e impidió la mejora social. En este panorama convulso, no obstante, se consolida durante el siglo XX una literatura potente e innovadora en la que destacan algunos motivos temáticos recurrentes: a. La relación entre el hombre y una naturaleza ingobernable. b. El conflicto entre la civilización y la barbarie. c. La coexistencia de lo real y lo fantástico. d. El interés por las cuestiones sociales y políticas. La oposición entre civilización y barbarie se ha convertido en un lugar común de las letras hispanoamericanas desde su origen. Se refiere al choque entre el mundo occidental y sus valores de progreso, cultura y religión con el autóctono americano, caracterizado por el primitivismo, la violencia y el desorden. Esta concepción es la que ha predominado en las obras compuestas entre el siglo XVI y el XX; sin embargo, la literatura de la segunda mitad del XX y la actual ha vuelto sobre la oposición para mostrar cómo a menudo la barbarie reside también en los hombres e ideas que viven según los presupuestos occidentales. José María González-Serna Sánchez. Lengua y Literatura 2º Bachillerato de Adultos.— 1 IES V Centenario (Sevilla) 2. La poesía Con Rubén Darío y José Martí la poesía latinoamericana se ganó un lugar de privilegio en literatura de finales del siglo XIX. El Modernismo —como ya se estudió en la unidad 4— buscó alejarse del reflejo fiel de la realidad para atender al interior del individuo y poner de manifiesto el disgusto con un mundo que veían mediocre y excesivamente pragmático. A partir de la publicación en 1905 de Cantos de vida y esperanza, de Rubén Darío, el Modernismo evolucionó hacia una mayor concentración en la angustia existencial y la intimidad del poeta. En esta segunda fase, conocida como postmodernismo, se inscriben los poetas Leopoldo Lugones, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou o Alfonsina Storni. Tras la generación modernista, el vanguardismo de los años veinte se impuso en las letras americanas. El chileno Vicente Huidobro fue el iniciador del creacionismo, movimiento que apostó por la creación de poemas sin ninguna vinculación con el mundo real, llegando a inventar el lenguaje en que estaban escritos. El peruano César Vallejo, por su parte, se decantó por el surrealismo en unos poemas en los que aflora el caos interior del poeta y donde recurre a la metáfora sorprendente y a lo ilógico como medio de expresión. Pero la más peculiar aportación del vanguardismo americano se debe a la poesía negrista de Nicolás Guillén. El poeta cubano se interesa por la situación del negro en el mundo caribeño (atraso cultural, erotismo, marginación, primitivismo) e intenta reflejar en los poemas el habla y el ritmo de sus cánticos. En la segunda mitad del siglo XX la poesía de Latinoamérica sigue tres tendencias principales: a. Poesía experimental y metafísica, que reflexiona sobre el individuo, el fluir del tiempo, la soledad y la incomunicación con un lenguaje conciso y abstracto. El escritor más destacado es el mexicano Octavio Paz. b. Poesía social que denuncia la injusticia, la falta de libertad y la opresión política con un estilo directo y sencillo. La intención de estos poetas —como Ernesto Cardenal o Roque Dalton— es incitar al lector para que se rebele contra lo establecido. c. Poesía conversacional, de estilo fácilmente comprensible y alejado de la solemnidad, que aborda la vida cotidiana del poeta con ironía, además de cuestiones existenciales y sociales. En esta línea se sitúan escritores de la talla de Mario Benedetti o Nicanor Parra. 2.1. Pablo Neruda (1904-1973) El poeta chileno es perfecto ejemplo de la evolución sufrida por la lírica latinoamericana del siglo XX. Sus primeras obras —Veinte poemas de amor y una canción desesperada, como la más destacada— se sitúan en el postmodernismo intimista y se centran en cuestiones amorosas. Desde 1925, la poesía de Neruda se tiñe de pesimismo que expresa mediante elementos surrealistas en el libro Residencia en la tierra: asociaciones ilógicas, metáforas sorprendentes, referencia al mundo de los sueños, violencia verbal. A partir de 1935, el escritor se ocupará de cuestiones sociales y políticas en obras como Tercera residencia o Canto general; aunque también atenderá a la contemplación de lo cotidiano en Odas elementales, por ejemplo, y a la reflexión sobre su intimidad en Cien sonetos de amor y Los versos del capitán. La importancia de Pablo Neruda le fue reconocida con la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1971. José María González-Serna Sánchez. Lengua y Literatura 2º Bachillerato de Adultos.— 2 IES V Centenario (Sevilla) 3. La novela En conjunto, la novela latinoamericana es la narrativa más poderosa del siglo XX. Las principales tendencias que la integran, pese a confluir en ocasiones, se suceden en el tiempo. 3.1. La novela anterior a 1960 La novela de la tierra triunfa en las primeras décadas del siglo con narraciones en las que la naturaleza se convierte en el centro de las obras, funcionando como símbolo de la esencia de América. El tema principal de estos relatos es la lucha entre la civilización y la barbarie, asociadas al mundo de la ciudad y del hombre, la primera, y al espacio natural, la segunda. Los novelistas más destacados son José Eustasio Rivera, autor de La vorágine, Horacio Quiroga y Rómulo Gallegos. En la década de los treinta, se generaliza el cultivo de la novela social, en la que pueden encontrarse tres ciclos temáticos: a. La novela indigenista. Se inicia con la publicación de El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría, y de Huasipungo, de Jorge Icaza. Ambas obras se ocupan de la situación de la población andina con un esquema muy simple: el indio bueno es pisoteado por los terratenientes blancos, lo que conduce al enfrentamiento armado. La novela indigenista se transformará en la segunda mitad del siglo gracias a José Mª Arguedas y Manuel Scorza, que abandonaron la visión maniquea de la sociedad y el realismo simplista, combinando lo real y lo mágico. b. La novela de la Revolución mexicana. El ciclo temático comienza con Los de abajo, de Mariano Azuela, y se cierra con La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán. Las obras se centran en el relato épico y esperanzador de la revuelta, aunque Guzmán anticipa la idea del fracaso social del proceso revolucionario que desarrollarán posteriormente escritores como Juan Rulfo en Pedro Páramo y Carlos Fuentes en La muerte de Artemio Cruz. c. La novela del dictador. Las obras pertenecientes a este ciclo son compuestas a lo largo de todo el siglo XX. La razón de su existencia se debe a la situación política de muchas naciones latinoamericanas, sometidas a brutales dictaduras casi desde su nacimiento. Este hecho ha llevado a los novelistas de América a considerar al dictador como un elemento determinante de su realidad. El ciclo se inicia en el siglo XIX, pero es el español Valle-Inclán con Tirano Banderas quien sienta las bases para las posteriores: barbarie del tirano, deformación de la realidad, mezcla de realidad y fantasía, narración alejada del realismo decimonónico. Entre estas novelas deben citarse El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias; El reino de este mundo, de Alejo Carpentier; Yo, el Supremo, de Augusto Roa Bastos; El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez; y La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa. 3.2. La novela desde el «Boom» La publicación de La ciudad y los perros (M. Vargas Llosa, 1963) y de Cien años de soledad (G. García Márquez, 1967) da comienzo al llamado «Boom» de la novela latinoamericana. Se trata de un fenómeno editorial, ya que el éxito internacional de estas novelas abrió las puertas de todo el mundo a la narrativa escrita en Latinoamérica y posibilitó el conocimiento de los escritores jóvenes y de otros pertenecientes a generaciones anteriores. Aunque son numerosas las diferencias, los autores del «boom» comparten un conjunto de rasgos: a. Actitud positiva ante la Revolución cubana, aunque con el paso del tiempo se producen disensiones entre los escritores. b. Renuevan el realismo, asumiendo la influencia de la literatura innovadora anterior. c. Recuperan tendencias tradicionales en Latinoamérica: la naturaleza, el indigenismo, la Revolución mexicana o el tema del dictador. José María González-Serna Sánchez. Lengua y Literatura 2º Bachillerato de Adultos.— 3 IES V Centenario (Sevilla) d. Intentan reflejar la esencia de América, de su paisaje, su historia y su cultura, con la intención de explicar y denunciar la situación presente. En la novela del «boom» se advierten distintas tendencias que a menudo se combinan: a. El realismo mágico consiste en la fusión de realidad y fantasía, ya que se considera la única manera de abordar un mundo donde supersticiones y leyendas conviven con hechos reales sin que puedan delimitarse ambos planos. Entre los autores más destacados figuran Alejo Carpentier y Gabriel García Márquez. b. El realismo crítico se sirve de técnicas más tradicionales, aunque también recurre al uso de lo maravilloso. Son escritores preocupados por la cuestión social americana que analizan, explican e intentan transformar mediante la denuncia. Esta posición es la predominante en la obra de Mario Vargas Llosa, José Donoso o Carlos Fuentes. c. La novela existencial sitúa la angustia interior provocada por diferentes causas en el punto de mira. Así lo encontramos en las obras de Ernesto Sábato, Julio Cortázar o Juan Carlos Onetti. d. La narración fantástica es cultivada por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Para ellos, la fantasía no es un medio para explicar la realidad latinoamericana, sino una forma de acercarse a sus propios intereses culturales y, en algún caso, existenciales. Tras el «Boom» narrativo, nuevas promociones de escritores se han ido incorporando. Como rasgo común puede señalarse la recuperación de temas y tendencias a las que intentan dar nueva vida. Así, Laura Esquivel revitaliza el realismo mágico o Luis Sepúlveda vuelve a la novela de la tierra para denunciar la degradación del medio ambiente. También se ha desarrollado en los últimos años el cultivo de subgéneros narrativos, como la ciencia ficción o la novela policial. José María González-Serna Sánchez. Lengua y Literatura 2º Bachillerato de Adultos.— 4 IES V Centenario (Sevilla)