El Dato Científico: Estructura y Componentes PDF
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Este documento analiza la estructura y componentes del dato científico en la investigación psicológica. Explica cómo los datos se construyen a partir de un proceso circular y continuo, y cómo las definiciones conceptuales se traducen al lenguaje de los datos. Describe las unidades de análisis, las variables y los indicadores como elementos clave en este proceso.
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El Dato Científico: Estructura y Componentes Material de Cátedra Metodologías y Gestión de la Investigación en Psicología UNR El Dato Científico Si bien la palabra dato proviene...
El Dato Científico: Estructura y Componentes Material de Cátedra Metodologías y Gestión de la Investigación en Psicología UNR El Dato Científico Si bien la palabra dato proviene del vocablo latín “datum” que significa “lo dado”, en investigación es fundamental comprender que el dato es el resultado de un proceso circular y continuo de elaboración. Esto implica que el dato, lejos de ser algo dado, debe ser construido en el transcurso de ese proceso. En toda investigación científica los hechos o fenómenos que se pretende estudiar, deben ser organizados de manera comprensible mediante un esquema que opere como un conector entre la teoría y la empiria; esa es precisamente la función del dato. Es decir que las definiciones conceptuales que se encuentran contenidas en el problema, los objetivos y/o la hipótesis, deberán ser traducidas a un formato adecuado para su contrastación empírica; o dicho en otros términos, deben traducirse al lenguaje de los datos. Por ejemplo, si en una investigación se sostiene que “el consumo de alcohol se asocia fuertemente al tipo de alimentación”, será necesario que se establezca con precisión que se entenderá por “consumo de alcohol” y como va a ser medido; cuáles serán los sujetos que se tendrán en cuenta y qué se considera y cómo se cualificará o cuantificará el “tipo de alimentación”. Asimismo, el tipo de dato que se construya variará de acuerdo con el enfoque que el investigador adopte. No se construirán idénticos datos en un estudio que conciba el consumo de alcohol como “un estilo de vida de ciertos sectores de la población”, que si se lo hace en una investigación que lo aborde como “un problema social vinculado a las desigualdades socio-económico-culturales”. La operación de delimitar con precisión el aspecto en el cual se enfocará la investigación, se llama “construcción del objeto de estudio” debido a que el objeto no está dado de manera inmediata; sino que el investigador lo va construyendo a partir de sus decisiones y selecciones. La delimitación comienza desde el mismo momento en que se piensa el problema de investigación, pero termina de delimitarse cuando se logra pasar de esas definiciones iniciales al lenguaje empírico, al lenguaje de los datos. Puede decirse que el dato científico (o unidad de información) es la información resultante estructurada de acuerdo a un conjunto de operaciones cognitivas: Entificar: deben ser identificadas las entidades que serán abordadas de manera empírica (unidades de análisis) para evaluar en ellas los aspectos o características que se consideran relevantes en el estudio (variables). Clasificar: deberá identificarse el contenido o asunto de la variable y definir cuáles serán las clases o categorías (valores) en que serán clasificadas las entidades previamente identificadas. Operacionalizar: deberán definirse los criterios y procedimientos (indicadores) que serán utilizados para poder evaluar los distintos estados o clases a los que pertenece cada una de las entidades de acuerdo a la categorización seleccionada. Es decir que el dato científico es el valor que asume una variable en una unidad de análisis, obtenido a partir de la aplicación de algún procedimiento indicador. En tanto unidad de información, todo dato debe contener una entidad sobre la cual se habla, una propiedad o característica de esa entidad, un estado particular que presente la entidad al momento de ser observada o evaluada, un criterio y un procedimiento mediante el cual se determine qué estado le corresponde a esa entidad, en el momento en que se la evalúa. Este formato es el que se encuentra presente en todo dato construido en el marco de una investigación científica. Cambian los contenidos que conforman el dato, pero siempre se mantiene la estructura que los organiza. En el campo de la investigación científica se trata de reducir al máximo las ambigüedades en los términos que se utilizan, intentando que nada quede sometido a la libre interpretación; por eso es fundamental explicitar cuales han sido las variables seleccionadas; cuáles son las unidades de análisis en las que se medirán esas variables; qué sistema de valores será utilizado para clasificar a las unidades de análisis en esa variable y cuáles serán los criterios y procedimientos indicadores que se utilizarán para medir la variable. Unidades de Análisis Las unidades de análisis son las entidades en las que se focalizará la descripción; es decir, los elementos en los que se evaluará el comportamiento de la o las variables en estudio. Cuando se determinan las unidades de análisis de una investigación, se está indicando qué o quiénes serán evaluados (o medidos) en la variable. Cada unidad de análisis debe ser individualizable, pero también debe ser parte de un todo general o universo compuesto por otras unidades de su misma categoría. De acuerdo al tipo de investigación de que se trate, las unidades de análisis podrán ser sujetos, organizaciones, comunidades, textos, ideas, etc. Por ejemplo, en una investigación que busque describir “comportamientos de riesgos relacionados con la salud en jóvenes”, cada uno de los jóvenes constituirá una unidad de análisis; en cambio si lo que se busca es “conocer las condiciones habitacionales de los hogares de determinado distrito”, las unidades de análisis serán cada uno de los hogares de ese distrito. Las unidades de análisis definen el tipo de entidades con las que se trabajará en la investigación. En lo que respecta a los aspectos formales, la definición de las unidades de análisis se hace por referencia al tipo de unidad; pero la selección también supone identificar el número concreto de casos. Es decir, se especifican los criterios o características que deberán tener las unidades de análisis para identificarlas en tiempo y espacio; pero también deberán ser numerables o computables, de modo que el investigador informe el número concreto de unidades de análisis con las que efectivamente trabajará. Variables Ya hemos visto que las variables son propiedades o características que pueden fluctuar o variar y cuya variación es susceptible de ser medida u observada. Son atributos de las unidades de análisis que pueden asumir diferentes valores o cualidades. Refieren a rasgos relevantes que permiten conocer el perfil de las unidades de análisis a investigar, asumiendo distintos valores de unidad a unidad. Si no varían de una unidad a otra, dejan de ser variables y pasan a ser datos que contextualizan a las unidades de análisis. Las variables deben definirse conceptualmente y también deben describirse los criterios y procedimientos que se realizarán para percibir la existencia de la variable en mayor o menor grado. El concepto de variable alude a un campo de variación o a un sistema de clasificación, mediante el cual puedan ser clasificadas todas las unidades de análisis. En tanto sistema clasificatorio, definen un sistema de oposiciones; pero se trata de diferencias basadas en un eje de semejanzas. Por ejemplo, “público” aparece como opuesto a “privado”, pero sobre un eje común que es “ámbito de educación”. Una variable entonces, es un sistema de clasificación de algún tipo de unidades de análisis; más allá de cuales sean las unidades de análisis y cual sea el sistema de clasificación utilizado. Cada clase de ese sistema de clasificación constituye un valor potencial de la variable estudiada. Por ejemplo si la variable fuera “género”, lo “femenino” constituye una clase de ese sistema de clasificación. El sistema de “los géneros” hace referencia a todos los géneros que se puedan distinguir (o que se hayan previsto), pero como sistema (como variable) no coincide con ningún género en particular; solo define el sistema de variación entre ellos. Si se realiza una investigación en la cual las unidades de análisis fueran “sujetos”, éstos podrán variar entre unos y otros (o entre un momento y otro) en múltiples aspectos tales como edad, sexo, tipo de alimentación, consumo de alcohol, consumo de tabaco, etc. Si se considera el “consumo de alcohol” por ejemplo, podría decirse que algunos consumen mucho, otros poco, otros nada. Podrán variar según su consumo de alcohol, pero todos comparten el rasgo común de poder ser medidos o evaluados respecto del consumo de alcohol. Los criterios clasificatorios deben cumplir ciertos requisitos: Exhaustividad: esto implica que la clasificación debe contemplar el total de los rasgos posibles que puedan presentar las unidades de análisis para un mismo y único campo de variación. Debe ser posible ubicar/clasificar a cada unidad de análisis en algún valor o categoría de la variable; ninguna unidad puede quedar al margen de la clasificación. Por eso, la partición de clases debe ser lo más completa posible, cubriendo la totalidad de los valores en ese campo. Exclusividad: esto implica que cada estado particular que pueda asumir una unidad de análisis en el sistema de clasificaciones, debe excluir a los restantes. Ninguna de las unidades de análisis puede presentar simultáneamente, dos o más valores en una misma variable. Si por ejemplo la variable fuera consumo de alcohol y las unidades de análisis fuera sujetos; cada sujeto evaluado (medido) deberá tener un exclusivo y único valor en esa variable (mucho, poco, nada). Ninguna unidad de análisis podrá ser ubicada en el mimo momento en más de un valor de la variable (es decir el sujeto no podrá en el mismo momento consumir mucho y poco alcohol). Existencia de fundamento común: esto implica que para poder estimar el valor o alcance de cada una de las clases, es necesario disponer del sistema de clasificación en su totalidad. Lo cual requiere la existencia de un fundamento que vincule a los valores entre sí; sobre ese fundamento se distinguirán las diferencias. Cuando se trabaja con variables complejas, éstas deberán desagregarse en los atributos o propiedades que la componen. El estudio de cada uno de estos atributos por separado, brindará como resultado una faceta de la variable; pero ninguno dirá por sí solo el valor de la variable. Dicho valor será una inferencia, un salto de las partes a un todo. A estos componentes de las variables complejas se les llama subvariables o dimensiones de la variable y son aspectos parciales de la variable, que son relativamente independientes de otros aspectos y que en su conjunto constituyen su sentido total. Una vez dimensionada la variable se deberá hallar el procedimiento adecuado que aplicado a la dimensión estudiada, permita inferir el valor de la variable en la unidad de análisis. Por ejemplo si quisiéramos conocer el valor de la variable “comportamientos de riesgo relacionados con la salud” (variable compleja) deberíamos desagregarla en diversas dimensiones que nos permitan luego inferir su valor; dimensiones tales como consumo de alcohol, consumo de tabaco, tipo de alimentación, etc. Cada una de esas dimensiones se tomará como una nueva variable y requerirá un procedimiento específico para conocer su valor; deberán ser operacionalizadas a través de uno o más indicadores. El pasaje de la dimensión o subvariable al indicador hace un recorrido de lo general a lo particular; del plano de la teoría al plano de lo empíricamente contrastable. El valor del indicador no es lo mismo que el valor de la dimensión. Tampoco debe confundirse dimensión de la variable con valor de la variable. La relación entre las dimensiones es de naturaleza “conjuntiva” (una serie de muchas características que deben ser analizadas en forma conjunta), los valores en cambio son de naturaleza “disyuntiva” (si se percibe un valor de una variable o dimensión en una unidad de análisis, no puede percibirse otro). Valor El valor o categoría es una de las diferentes posiciones o alternativas que presenta la variable y adopta alguna unidad de análisis. Todas las variables tienen una escala de valores (variables cuantitativas) o un sistema de categorías (variables cualitativas) dentro de los cuales las unidades de análisis pueden adoptar un valor específico. El valor se puede expresar cualitativamente a través de una clasificación por presencia y ausencia, por jerarquía u orden o cuantitativamente a través de magnitudes (números). La escala de valores o sistemas de categorías son previamente definidas por el investigador, quien deberá garantizar que los criterios clasificatorios sean exhaustivos, exclusivos y conserven un fundamento común. El sistema de clasificación puede basarse en distintos tipos de presupuestos formales, cada uno de esos presupuestos define distintas maneras de medir o clasificar a las unidades de análisis. Medir no significa expresar numéricamente; significa ubicar a una unidad de análisis en una de las clases previstas para la variable. Indicadores Se llama indicador a algún tipo de procedimiento que aplicado a alguna dimensión de la variable, permita establecer qué valor en ella le corresponde a una unidad de análisis determinada, en un momento dado. Permite obtener los elementos necesarios para ubicar a cada unidad de análisis en la clase que le corresponde en la clasificación; son las propiedades básicas observables o medibles de la variable en estudio. Los indicadores tienen la función de conectar la teoría con la empiria. No se trata de una conexión directa: siempre se interpone alguna operación que hace posible la transformación de un plano al otro. No es posible considerar a los valores o a la variable sin considerar al mismo tiempo a la totalidad de los componentes del dato científico para poder tomar las decisiones sobre los procedimientos indicadores adecuados. El investigador es el responsable de decidir cuáles son los indicadores más adecuados para representar el concepto investigado. Lo que guía la elección del investigador, es la presunción de que existe cierta semejanza/correspondencia entre el indicador y la variable; es decir que la medida del indicador permitirá inferir la medida de la variable. Si se quisiera evaluar a un sujeto de acuerdo al consumo de alcohol, podría considerarse que la cantidad de mililitros que consume por día, constituye un indicador adecuado para medir esa variable. Definido el indicador, deberá especificarse también que aspectos se tendrán en cuenta y cuáles serán los procedimientos utilizados para evaluarlo. Se podría definir de manera operacional el consumo de alcohol como cantidad de mililitros que consume por día y el procedimiento podría ser preguntar o relevar esa información en los sujetos. La relación mililitros por día da el valor correspondiente al indicador. Se presume que la cantidad de mililitros de alcohol por día refleja el estado consumo excesivo – consumo no excesivo en el sujeto. Se deberá definir además, a partir de qué cantidad de mililitros por día se decidirá si corresponde ubicar al sujeto (unidad de análisis) como sujeto con consumo excesivo o sujeto con consumo no excesivo. El valor del indicador se proyecta así como valor de la variable. Se plantea de esta manera que si la unidad de análisis presenta cierto rasgo (500 mililitros al día, por ejemplo), corresponde a determinado caso (sujeto con consumo excesivo de alcohol). Si se tomara la variable “comportamientos de riesgo relacionados a la salud”, el consumo de alcohol podría considerarse una dimensión junto a otras tales como consumo de tabaco, tipo de alimentación, etc. Cada una de esas dimensiones tendrá un indicador con su respectiva clasificación de valores. Luego los valores de la variable comportamientos de riesgo relacionados con la salud podrán resumirse en una escala única (ninguno, pocos, muchos). Para poder hacer este pasaje (de las dimensiones a la variable) deberá asumirse un criterio que, o bien combine los valores de las dimensiones consideradas y fije una equivalencia entre esos valores; o bien adjudique una puntuación a cada una, para luego construir índices sumatorios, de acuerdo a los cuales se adjudique un valor a la variable según los diversos rangos resultantes de la sumatoria de los distintos valores. La relación entre indicador y variable es siempre relativa: aquello que en cierto momento de la construcción del dato es una variable, puede en una fase posterior transformarse en una dimensión o en un indicador. Raúl Gómez Alonso – Anabel Muñoz