Programa de Dialectología del Español (PDF)
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Este programa de dialectología analiza el español en diferentes áreas geográficas, incluyendo América, África y Asia. Se enfoca en las normas y usos actuales, además de los principios de sociolingüística y sociología del lenguaje. El programa también se centra en el prestigio y el concepto de norma académica.
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16.09.2024 Programa: La dialectología clásica se basa en trazar isoglosas, líneas imaginarias que dividen un territorio en varias áreas no por fronteras políticas, sino por fenómenos lingüísticos. Nosotros vamos a analizar España, Américas, África y Asia. 1) La lengua española en América: normas...
16.09.2024 Programa: La dialectología clásica se basa en trazar isoglosas, líneas imaginarias que dividen un territorio en varias áreas no por fronteras políticas, sino por fenómenos lingüísticos. Nosotros vamos a analizar España, Américas, África y Asia. 1) La lengua española en América: normas y usos actuales: capitoli scelti 2) Lenguas y dialectos de España 3) Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje 4) Dialectología hispánica 5) Manual de Dialectología de Alvar 6) Sociolingüística y pragmática del español 7) El español de América I (Pronunciación) 8) El español de América II (Morfosintaxis y léxico) Para muchos fenómenos el estudio dialectológico puro en una lengua se queda corto, porque se debe tener cuenta cómo factores de tipo geográfico, social y demográfico influyen en la lengua. Estas cosas no se estudiaban mucho antes, pero ahora es determinante el estudio del prestigio, es decir, lo que los hablantes consideran prestigioso o desprestigioso, porque a partir de ahí un fenómeno se va a difundir o desaparece. Es un curso donde las definiciones de dialectología – como “las zonas del español” – se mezclan con características de los hablantes – “bajo nivel de instrucción”, “habla solo masculina” etc., es decir con la sociolingüística. Sociolingüística se entiende como de tipo variacionista, termino instituido por William Labov, que fue el primero en realizar estudios que relacionaban la heterogeneidad de la lengua con la heterogeneidad de la sociedad y su integración de la gramática. Hoy en día cuando hablamos de sociolingüística pensamos a Labov, aunque hay muchas más clases de sociolingüística: hay estudios de etnografía del habla, de antropología, de sociología del lenguaje; a nosotros nos interesa la corriente de Labov porque es la que se hace hoy en día en sociolingüística, y porque busca una explicación para entender la heterogeneidad de los registros de una lengua viendo cómo influye la heterogeneidad social y su integración de la gramática. Uno de sus trabajos más famosos, "La estratificación social del inglés en la ciudad de Nueva York" se centra en la /r/ rótica en posición intervocálica: Labov comprobó que los dependientes de grandes almacenes de Nueva York pronunciaban esta rótica de manera diferente según el tipo de cliente, y relacionó esto no tanto con la clase social del dependiente o de la dependienta que hablaba sino con el tipo de clientela. Este fue uno de los trabajos pioneros, porque a partir de ahí se establecieron muchos conceptos que ahora se usan muchísimo, como el concepto de prestigio lingüístico. El concepto de prestigio clasifica un fenómeno como estandarizado o estigmatizado. El prestigio lo determinan conceptos como la norma académica, es decir, una expresión lingüística o un sonido es prestigioso si se amolda a la norma académica desde varios puntos de vista: la corrección gramatical, si es un elemento que se considera correcto respecto al punto de vista normativo. si es adecuado pragmáticamente si es aceptable desde el punto de vista sintáctico-semántico: por ejemplo, me se* ha caído vs. se me ha caído es una corrección de tipo sintáctico, porque la norma prevé que se cambie el orden de los pronombres. La norma académica define el modelo de estándar, que es algo abstracto. Esa corrección gramatical, que determina el estándar, se basa en las normas cultas de los hablantes cultos sobre todo de centros urbanos. En el caso del español es una norma de tipo policéntrico porque tiene muchos centros: es la norma de todas las academias de la lengua de España y países americanos, que se comparte con todos los países que tienen como lengua el español: entonces hay una norma del español de centro-norte peninsular, pero hay también una norma prestigiosa de Sevilla (seseantes) y una norma prestigiosa del español de Buenos Aires. Estas son las normas de las grandes capitales, porque es donde hay más hablantes con un mayor nivel de instrucción (graduados). El prestigio lingüístico se basa en la norma: por ejemplo, la norma culta de Sevilla prevé que la oclusiva sonora intervocálica /d/ se debilite, y esto es prestigioso en esta zona: estado > esta’o; en cambio, en la zona centro-norte el fonema oclusivo sonoro se pronuncia. Importante es no tener prejuicios lingüísticos de ningún tipo: son los hablantes los que tienen prejuicios. Hay elementos lingüísticos que en algunos sitios son prestigiosos, mientras que en otros están estigmatizados. Por ejemplo, el fenómeno fonológico de la asibilación de la rotica del grupo /tr/, en el español andino es típico de hablantes de bajo nivel de instrucción y está estigmatizado, si lo haces eres marcado como hablante rural; en cambio, en Ciudad de México las señoras de clase medio-alta la utilizan como rasgo distintivo de su posición social. Este caso de la asibilación muestra cómo un mismo fenómeno lingüístico en determinadas circunstancias (zonas, comunidades lingüísticas) se ve de maneras distintas. Esto se va a ver mucho con el español que se habla en EE. UU.: gente universitaria de origen por ejemplo caribeño, con nivel de instrucción altísimo, cuando habla español, muy conscientemente utiliza rasgos que a lo mejor en México están estigmatizados, y los utilizan porque crean cohesión del grupo, porque hablan como su propria gente: eligen hablar de esta manera. Desde el punto de vista de la sociolingüística, Labov fue el primero en decir que el prestigio es algo que se posee, pero también es algo que se concede. Yo en mi comunidad de habla puedo aceptar un determinado fenómeno y hacer que se convierta en algo aceptable, prestigioso: esto se va a ver mucho, por ejemplo, en las cuestiones de la fricativa alveolar /s/, que tiene muchas pronunciaciones en las variantes del español. Por ejemplo, en algunos sitios la aspiración se considera prestigiosa, principalmente en el sur de América y en el sur de España, en otros sitios es muy común la elisión. La pronunciación de un determinado sonido puede depender también del género: por ejemplo, puede que un fenómeno como la aspiración de la /s/ se encuentre más en hablantes masculinos que en los femeninos, que son más conservadores, aunque esto está cambiando, porque la mujer ha empezado a participar más a eventos sociales después de la caída del Franquismo. Hay una cuestión relacionada con el prestigio que es el prestigio encubierto, que es el conjunto de valores ocultos que tienen determinados recursos lingüísticos que, sin embargo, no se ajustan a la norma. Esto ocurre por cuestiones de cohesión de grupo y no es una cuestión de tipo dialectal, sino de tipo sociolingüístico. Es prestigio encubierto, por ejemplo, cuando dos personas se saludan con insultos: este tipo de intervención de tipo pragmático, el uso de palabras marcadas como palabras soeces, crea cohesión en ese grupo social. Otro concepto importante es la acomodación lingüística, que consiste en que los interlocutores, cuando hablan, usan estrategias para reducir las distancias, para construir un entorno de simetría interaccional. Yo estoy hablando con alguien y para llevar a cabo de manera eficaz la comunicación intento reducir las diferencias. No solo hay estrategias de convergencia, sino también de divergencia, disociativas, para cuando se quiere marcar mucho la diferencia con el interlocutor; pero normalmente el hablante busca converger, y esta convergencia se puede dar hacia arriba o hacia abajo. Esto significa que si estoy hablando con un interlocutor que percibe que mi nivel de instrucción es superior, por ejemplo porque marco los participios en “-ado” sin debilitar la oclusiva, esta persona intenta adaptarse a mí, o al contrario yo intento adaptar mi sintaxis y mi léxico para que esta persona me entienda. Hay también procesos de acomodación a largo plazo, como en el caso de los latinos en España, que se mudaron durante la dictadura. La lengua es la misma, el código es el mismo, sus normas prestigiosas no, pero a poco a largo plazo convergen: por ejemplo, en el español de EE. UU., aunque todos quieran mantener su identidad, hay como una convergencia hacia la variedad mexicana, porque los hablantes mexicanos son más. Esta acomodación a largo plazo influye también en cómo algunas comunidades se van acomodando. En contextos plurilingües, hay casos de grupo de hablantes que abandonan un determinado sistema, como el caso de Filipinas, donde el español poco a poco ha ido desapareciendo y se estudia en pocos sitios. Hay otras cuestiones que tener en cuenta, como la lealtad lingüística y las actitudes frente a una lengua. La lealtad lingüística se encuentra en casos de personas que migraron a otros países y que mantienen rasgos lingüísticos que en la lengua principal pertenecen a dialectos o han desaparecidos, porque no quieren perder ciertos rasgos que eran de su gente, de su familia. Por ejemplo, parientes o familiares que se mudaron a EE. UU., Australia, lugares diferentes de su territorio de origen, y continúan a hablar una variedad de la lengua originaria que puede ser caracterizada por rasgos dialectales o que en la lengua hodierna del lugar de origen no se encuentran más. El contrario de la lealdad es la acomodación total al territorio. La actitud influye mucho en la percepción de la variedad de la lengua. Hay hablantes que piensan tener una variedad lingüística superior o inferior, y se trata de creencias que son muy arraigados en ciertas comunidades. Por ejemplo, los colombianos creen que hablan el mejor español de toda América. Desde el punto de vista geográfico, vamos a hacer grandes áreas dialectales, porque hay estudios de dialectología que dicen que estas áreas tienen sentido, pero hay muchas maneras para reagrupar estos fenómenos dialectales. Nosotros vamos a estudiar áreas dialectales desde el punto de vista de la percepción de otros hablantes, grandes zonas que agrupan o dividen los países. Las áreas de España: área andaluza – Sevilla, Málaga y Granada como centros de prestigio; área canaria – que tiene muchos puntos de contacto con América; área castellana – termino general, porque dentro del habla castellana hablaremos del español que se habla en áreas bilingües (País Vasco, Cataluña, Galicia, Valencia y Baleares): si un niño o una niña nace en Galicia y aprende a hablar un español que ya tiene una serie de elementos que se han consolidado como fruto del contacto de lenguas, ya no es sociolingüística sino dialectología, porque no es un contacto de un punto de vista sincrónico, sino que son generaciones que aprenden unas características del español de estas zonas que no se dan en otras. Las áreas de América Latina: área mexicana-centroamericana: se dice centroamericana porque se refiere a la zona central de las Américas: países como México, El Salvador, Guatemala, donde hay ciertas características debidas al contacto con poblaciones indígenas. área caribeña: el área del Caribe, donde se van a ver los usos de Porto Rico, Habana y Santo Domingo; área andina: las zonas del interior de América, es decir Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia (del interior); área austral: Argentina, Uruguay y Paraguay. Este último es más complicado, porque el guaraní, la lengua indígena más extendida, es oficial, entonces es difícil establecer si se trata de dialectología o contacto; español de Chile: es el único que coincide con un país; Chile es peculiar, es un país que está poblado más en el centro, tiene características más sociolingüísticas que dialectológicas por el tipo de territorio que hay. 17.09.2024 Vamos a empezar con las tendencias internas del sistema. Antiguamente muchas corrientes lingüísticas, cuando no sabían explicar un cambio lingüístico, siempre lo asumían al contacto de lenguas; esto en muchos casos es verdad, pero no siempre es así. El gran criterio y opinión de los lingüistas contemporáneos es que hay que buscar una explicación exterior a un cambio solo si no lo podemos explicar desde dentro del sistema. Todos los sistemas lingüísticos tienen unas tendencias que se reproducen diacrónicamente y que en algunos sitios se desarrollan y en otros no por cuestiones de prestigio: por ejemplo, la tendencia a la lenición. El español tiene una tendencia a la lenición de las oclusivas sonoras intervocálicas: sabemos que es una tendencia porque lo hemos visto a lo largo de la historia de la lengua y es una tendencia interna del sistema. En algunos sitios se produce y en otros no porque es una cuestión de prestigio: por ejemplo, en la comunidad de habla catalana es poco prestigiosa esta lenición, por lo cual el filtro cultural impedirá que los hablantes digan “he esta’o”. Lo que es prestigioso y lo que no depende de la comunidad de habla, no tiene criterios objetivos. En una zona como la Andalucía donde la lenición es algo que no está estigmatizado (no es lo mismo prestigioso que no estigmatizado), allí este filtro cultural, de tipo socio lingüístico, no se activa, así que en Andalucía puedo escuchar no solo “he compra’o” sino también “he vivi’o” “he comi’o” que, a diferencia de “-a’o”, no son comunes en la historia de la lengua. Entonces, el sistema tiene unas tendencias que se actualizan o no en determinados sitios y épocas de la historia de la lengua. Si tenemos en cuenta las tendencias internas podemos dividir el español en zonas innovadoras y conservadoras desde un punto de vista lingüístico (no es un juicio de valor y no tiene que ver con la norma). Estas zonas no se dividen por países en general, porque no coinciden con las fronteras políticas y regionales: por ejemplo, en España tenemos ambas zonas. Innovadoras: están más abiertas al cambio. Andalucía, Canarias, las Antillas (el Caribe) y todas las zonas de costa de sur América, lo cual tiene motivos históricos y geográficos. Conservadoras: se conservan más respecto a su diacronía. Castilla, las zonas altas y centrales de México, zonas altas de la región andina, zonas altas del interior de Colombia. ¿Cuáles son los fenómenos que caracterizan esta división? 1. El primer fenómeno que distingue las zonas conservadoras de las innovadoras es la conservación de los sonidos consonánticos en posición implosiva, que en zonas innovadoras se debilitan, se aspiran o se eliden. Esto pasa sobre todo con la fricativa alveolar sorda /s/, pero pasa también con la oclusiva dental sonora /d/, por ejemplo “Madrid”, que en Andalucía se pronuncia [ma 'ðriθ]. El seseo no es un fenómeno de debilitamiento de consonantes sino el resultado de un reajuste de las sibilantes, que se ensordecen reducen y simplifican en época medieval. 2. Otro elemento que sirve para distinguir las zonas innovadoras de las conservadoras es la pronunciación de los grupos consonánticos cultos, es decir, los que se han mantenido o recuperado en un momento posterior de un étimo latino, por ejemplo “pacto”, que en Andalucía se pronuncia “pato”. 3. La conservación de las oclusivas sonoras, por ejemplo “he cantado”, que en zonas innovadoras es canta’o. 4. Otro elemento importante es la pronunciación africada de la velar sorda, con la [x] marcada, mientras que en Sevilla es aspirada, y en América en general es más suave, aunque no llega a ser una aspiración; 5. Otro fenómeno es el mantenimiento de la africada alveolar sorda [tʃ], que en zonas innovadoras se mueve hacia la fricativa postalveolar sorda [ʃ]. Por ejemplo, coche > ['ko tʃe] vs. ['ko ʃe] 6. Otra característica es la no distinción o neutralización entre las liquidas, es decir la rótica y la lateral, en posición implosiva, por ejemplo ['al to] [arto]. 7. Por último, aunque ya cada vez menos, la neutralización de la palatal central y palatal lateral: /y/ e /ʎ/, que se conoce como yeísmo: esto era un factor principal hace algunos años, y los libros de dialectología hacían las divisiones entre zonas yeístas y no; en los últimos 40/50 años es inútil hacer esta división, porque somos todos yeístas, quedan algunos distinguidores en Baleares y Cataluña, pero el yeísmo se ha generalizado. Es un fenómeno que es dialectal pero también diastrático: un tiempo eran los jóvenes los que eran yeístas, pero ahora que son mayores, el fenómeno se ha generalizado. En Argentina y Uruguay hay una forma más evolucionada de yeísmo, el yeísmo rehilado, donde este sonido /y/ o /j/ puede dar las dos pronunciaciones [ʒ] o [ʃ]. Se trata también de una cuestión diastrática: en principio era una cuestión dialectológica, porque en Argentina y Uruguay se tendía a esta pronunciación de la palatal central; luego estos dos sonidos, que tenían una separación geográfica, porque en la costa ensordecía el sonido y en el interior se mantenía, se neutralizaron a partir del foco de irradiación del fenómeno, es decir, las grandes ciudades. Por ejemplo, si esto pasa en Buenos Aires, que tiene la mitad de la populación de toda Argentina, poco a poco el fenómeno llegará a otras zonas de Argentina y la gente lo adoptará porque lo considera prestigioso; luego, la gente joven que lo adoptó por moda lo mantiene en la ancianidad, portando a su generalización: por esto, en vez de decir [ʒo] se ha pasado a decir [ʃo]. Lo que estudiaremos es una división geográfica por zonas, con las diferentes tendencias de evolución que ha tenido la lengua en aquellas determinadas zonas. Antes estudiábamos fenómenos que iban más lentos y teníamos más tiempo para observarlos; pero ahora – con los medios de comunicación masivos y las redes sociales - cuando algo se pone viral, va a empezar aparecer en la lengua y quedar para siempre, no hay tiempo para estudiar los cambios. Entre estos grandes (y pocos) criterios para distinguir las zonas innovadoras y conservadoras, el seseo no está incluido porque no se considera un fenómeno dialectal, ya que todo el mundo es seseante excepto el área del centro-norte de España. Si la norma se basa en fonemas que comparten la mayoría de los hablantes, pues lo normal sería que la norma europea es la del seseo, pero no lo es (en América sí). Algo curioso es que en la zona de Andalucía, que hasta hace 60 años era básicamente seseante, las generaciones jóvenes ya no lo son: los estudios de tipo sociolingüístico recientes han mostrado que los hablantes con más de 35 años son seseantes, sobre todo en Sevilla, Cádiz, Huelva, es decir en Andalucía occidental, pero los jóvenes no, no porque el seseo se considere como poco prestigioso, considerando que grandes abogados y profesores universitarios son seseantes, al contrario, es un modelo prestigioso, pero los jóvenes no sesean y no es algo que se impone. La explicación es la globalización: por ejemplo, escuchan películas donde el doblaje no es seseante. La influencia geográfica Vamos a ver cómo la distancia, la demografía y las comunicaciones han influido en la separación en estas ocho grandes zonas. La zona hispanófona es enorme como extensión: comprende España, un país bastante extenso para el número de habitantes que tiene, y un continente como América. Cuanto menos contacto haya, menos capacidad de influencia hay, o al menos así era antes. Entonces, la cercanía o lejanía de los territorios, es decir la geografía, ha tenido importancia en que tengamos modalidades que se distinguen fácilmente, por ejemplo: El carácter montañoso de toda la zona norte de España hizo que aparecieran lenguas y variedades diferentes porque la oleografía lo permitió, aislando diferentes núcleos que han llevado al nacimiento de variedades como la catalana, la navarra, la aragonesa y la castellana; La amplitud en el centro de España, todo lo que es la zona de la Meseta, favoreció la difusión del castellano, porque cuando, durante la Reconquista, Castilla se iba expandiendo cada vez más y anexionaba terrenos, no solo por motivos religiosos sino también económicos, era fácil expandirse por el hecho de que el terreno no era montañoso; La gran barrera montañosa, la sierra que separa Andalucía de Castilla, explica cómo se forma la variedad andaluza respecto a la castellana; Las Canarias tienen muchos puntos de contacto con el español de América, porque cuando los barcos salían de España y volvían de América se paraban en las Canarias, y eran viajes de muchos meses durante los cuales la gente cambiaba su manera de hablar y se producían fenómenos de acomodación a otras variedades. La posición estratégica de Cuba, del puerto de Veracruz en México y de Cartagena de Indias en Colombia hace que tengan punto de contacto, que hablen igual los de Cuba y los de Puerto Rico, porque eran puertos muy importantes donde la gente iba y venía constantemente, entonces las modalidades innovadoras se iban renovando constantemente. El norte de México o el sur de Estados Unidos, que fue colonia española, eran zonas más difíciles de conquistar, muy agrestes, donde no llegaban los colonizadores. Para los colonizadores fue muy difícil también asentarse en las selvas de América Central y por esto al principio se asentaban en las zonas del Caribe. Era muy difícil, también, llegar a la región de los Andes y la zona de Amazonas, que se conquistó muy tarde. Esto llevó a situaciones de aislamiento y conservación de rasgos procedentes de las lenguas indígenas; los rasgos innovadores, en cambio, tardaron en llegar. Es lo mismo que la diferencia entre las ciudades y las zonas rurales: las innovaciones tardan más en llegar a las zonas aisladas rurales que a las grandes ciudades donde hay mucho movimiento de gente que viene de otros sitios. La importancia del aparato legislativo: por ejemplo, en Buenos Aires, cuando se permitía la llegada de inmigrantes de todo el mundo hasta el punto de que hubo un momento en que había más italianos que españoles, se mantuvo el español porque ya estaba asentado como lengua burocrática. Desde el punto de vista demográfico, el italiano podía haberse implantado perfectamente. Cuestiones técnicas de tendencias de la lengua Las tendencias internas de una lengua están ahí y las vemos a través de la historia de la lengua, pero para realizarse tienen que pasar diferentes filtros. Los filtros a que se someten los fenómenos de tipo geolingüístico/dialectal, son: filtro geolectal: el seseo es típico de determinadas zonas, pero en Castilla no lo es: esto es un filtro geolectal, es decir, el territorio no permea ese fenómeno; el seseo no lo voy a tener nunca en Castilla porque no es de esta zona; filtro sociolingüístico: por ejemplo, los hablantes cultos de una determinada zona no debilitan las sonoras intervocálicas. Pueden ser incluso cuestiones menos ligadas al dialecto y más ligadas al conocimiento de la norma, y están relacionadas con el género, edad, instrucción de los hablantes: por ejemplo, una persona de bajo nivel cultural dice “llega la pulicía*” mientras una persona de nivel cultural medio dice “llega la policía”; filtro estilístico: aunque un poco discutible, está relacionado con la variación diafásica. Elijo el registro más adecuado según el contexto, por ejemplo, cuando hablo con mi compañero de trabajo, uso “he hecho un montón de cosas”, mientras que con mi jefe de trabajo uso “he realizado muchas actividades.” Las tendencias de la lengua Las tendencias internas de la lengua suelen tener que ver con la posición de los sonidos, o sea dónde está el sonido, y con las relaciones entre los sonidos. En cuanto a la posición, la estructura silábica prototípica es ataque-núcleo-cola y el núcleo siempre tiene una vocal, entonces el esquema es consonante-vocal-consonante, y las dos consonantes pueden estar como no. Además, en español las consonantes tienen un comportamiento diferente según estén en posición de ataque o de cola. La posición de ataque tiende al refuerzo articulatorio, es decir que el sistema tiende a reforzar la pronunciación, la articulación. Por ejemplo, en “yo me llamo”, “yo” es más fuerte que “llamo”. Otro ejemplo es la palabra “huevo”, que hay gente que pronuncia[‘g'weβo]. Cuando escucho esto, ya estoy clasificando la persona como una que tiene bajo nivel de instrucción. Otro ejemplo son las consonantes antihiáticas: hay gente que toalla lo dice [to'βaʎa], porque este /oa/ no crea diptongo, y es común escuchar en personas de bajo nivel de instrucción “se riyó mucho” en lugar de “se rió mucho”, porque notan que hay dos silabas separadas y ponen otro sonido en el medio. Otro ejemplo es la conservación de la aspiración procedente de F latina, que es un refuerzo de este sonido, como en la palabra humo (h aspirada). La tendencia del sistema en la posición de coda, en cambio, es la debilitación, es decir que se tiende a debilitar la consonante final en posición implosiva, en posición final de sílaba. Esta tendencia procede de la necesidad de crear cadenas fónicas que sean “consonante-vocal-consonante-vocal” (cvcvcv), y el sistema busca esto porque tiene un ritmo en el habla que favorece la memorización de las palabras y disminuye la dificultad articulatoria: cuando tengo que poner un sonido consonántico en posición implosiva tengo que esforzarme más, mientras que el orden consonante-vocal-consonante-vocal facilita la pronunciación. Esta tendencia es lo que en la lingüística española se conoce como el principio de la sílaba abierta: la lengua española tiene la tendencia a crear sílabas abiertas, que no están trabadas por una consonante. Esto implica que todos los sónicos consonánticos en posición implosiva se van a debilitar, porque el sistema busca el orden consonante-vocal. El español puede abandonar en coda silábica algunos rasgos de tensión del sonido en posición implosiva porque no son rasgos distintivos, es decir que no impiden la comprensión del elemento. Si, por ejemplo, si en lugar de cuerpo ['kwerpo] digo ['kwelpo], se me va a entender igual. A esto, los lingüistas españoles de los años 60 lo llamaban la ley fonológica del español. El sonido que más frecuentemente se debilita es la fricativa alveolar, la [s]: puede debilitarse/relajarse simplemente, puede aspirarse, puede dar lugar a reduplicación del sonido (por ejemplo, basta> [‘bat:a]) o también elisión total del sonido. Veamos el sintagma “los pies”: con debilitamiento [los pjes]; con aspiración [loh pjeh]; con aspiración y reduplicación [loh’ppjeh]; solo reduplicación [lopp’je’]; o con elisión total [lo’ pje’]. Estas son tendencias que en las comunidades de habla no son todas igualmente prestigiosas. Viendo las diferentes zonas se notará como en algunas son más comunes y en otras menos, pueden depender también del género – como en el caso de las mujeres, que en general no eliden. Hay toda una serie de elementos no solo de dialectología sino también de sociolingüística. El debilitamiento no sucede solo con /s/, sino con muchos otros fonemas: Actor > [ak 'tor], da como resultados también [aθ'tor] – y suele pasar con mujeres de clase media en contextos informales, así que las mujeres no eliden, pero actúan con otros fenómenos. Otro ejemplo con la rótica: carne se puede encontrar como [‘kanne] (reduplicación, un debilitamiento que no lleva aspiración) o [‘kalne] o incluso [‘kainne], con vocalización. En Andalucía sucede también con los monosílabos, por ejemplo, con la palabra luz, “apaga la luz”> [a'paɣa la lu’]. Para los habitantes de Cádiz, su ciudad no se pronuncia ['kaðiθ], sino ['ka:i’], con elisión. El esquema del proceso de debilitamiento es: C > c > h > h > ∅, es decir de consonante > consonante debilitada > consonante aspirada > se debilita la aspiración > la consonante desaparece. 18.09.2024 Ayer vimos las tendencias internas más importantes, las que tienen más efecto en los cambios diacrónicos y dialectales, como el debilitamiento consonántico. Este debilitamiento fónico de las consonantes en posición final e implosiva da una serie de consecuencias que van desde el mantenimiento hasta la elisión. Se trata de un esquema para distinguir a las zonas innovadoras y conservadoras: una zona conservadora va a tener el mantenimiento de estos sonidos en posición de coda, y en zonas innovadoras puedo tener estas consecuencias: reduplicación, asimilación etc., hasta la elisión, que el grado máximo porque elidir un sonido puede afectar a la comprensión. La elisión no se debe solo a factores geográficos, sino también a factores sociolingüísticos (género de los hablantes, nivel de instrucción, etc.). Cuando tengo la elisión total de un fonema, estamos en una zona innovadora: dentro de esta zona innovadora, no todos los hablantes van a elidir; las consonantes van a tener debilitamiento, pero no todos van a elidirlas y no en todas las circunstancias, porque ahí entran factores de tipo sociolingüístico. Entonces, la elisión es más un factor social, mientras que el debilitamiento sí me da información de en qué área estamos. Cuando un sonido se debilita pueden pasar muchas cosas, como aspiración, debilitación de esta aspiración, hasta elisión: son diferentes grados de debilitación del sonido consonántico de coda. La sílaba abierta facilita la articulación y pronunciación de los sonidos, la comprensión; esto lleva a que se produzca a veces, en hablantes del muy bajo nivel social, la inserción de vocales paragógicas, porque el sistema tiende a tener cv-cv-cv. El ejemplo clásico es el de feliz-felice, donde se añade una “e” paragógica que facilita la comprensión y la articulación; En una zona innovadora, donde se tiende a debilitar el sonido consonántico en final de coda, feliz daría feli’, entonces con la vocal paragógica se facilita la comprensión; sobre todo, estos son fenómenos de tipo sociolingüísticos: una persona con un nivel medio de instrucción no lo hace. El principio de la sílaba abierta hace también que en algunos hablantes escuchemos metátesis consonánticas, que permite abrir silabas trabadas. Un ejemplo clásico es el verbo “persignarse” (=farsi il segno della croce), que es un verbo difícil de pronunciar desde el punto de vista de la articulación, requiriendo un esfuerzo importante. Por esto es muy fácil escuchar, en personas de bajo nivel de instrucción, “presinarse” (aquí hay también eliminación de la sonora). Dentro de las tendencias del sistema, son importantes también los procesos de lenición: ya no estamos hablando de la posición de cola, porque se trata del debilitamiento articulatorio de las consonantes intervocálicas: las sordas tienen a hacerse sonoras, las tensas tienden a relajarse, incluso se pueden elidir, como en el caso de la “d”, que, sin embargo, no siempre se elide: son todos fenómenos que están ahí, pero suceden solo en determinados contextos. Los contextos que facilitan la elisión de la “d”, por ejemplo, son los participios o adjetivos, o la presencia de una vocal “a” y luego una vocal “o”: todo esto lleva a formas como “he esta’o”, “he compra’o”. Esto ocurre también con las formas “todo”, “nada”, e incluso “cada”: ['toðo], ['naða], ['kaða] > ['to’], ['na’], ['ka’], sobre todo en la zona meridional de España, aunque en el caso de “cada” entran en juego también factores sociolingüísticos. Durante el curso vamos a ver fenómenos que claramente son dialectales y que no tienen ningún tipo de etiqueta desde el punto de vista del prestigio o del estigma; pero vamos a ver también casos como el de “cada”: la comunidad de habla acepta mejor to’ y na’, aunque sea el mismo fenómeno. Esto demuestra que los conceptos de prestigioso y estigmatizado son muy arbitrarios, y es la comunidad de habla que sanciona, etiqueta algo como positivo o negativo. Desde el punto de vista lingüístico, se trata en los tres casos de lenición, es el mismo fenómeno, pero desde el punto de vista sociolingüístico, la etiqueta que tienen es diferente, porque to’ y na’ en un contexto coloquial los escuchamos en las zonas meridionales, mientras ca’ está marcado como estigmatizado porque se percibe como rural. Desde el nuestro punto de vista de lingüistas, se trata de lo mismo: lo que influye es la percepción que tiene la comunidad de habla, lo que la comunidad de habla piensa de ese fenómeno. Dentro de las tendencias, otra cosa importante son las relaciones entre los sonidos, es decir, las relaciones de asimilación o disimilación: los sonidos de un segmento fónico, por motivos de contigüidad o cercanía, establecen relaciones entre sí. La asimilación es la acomodación de un sonido a otro más cercano, de manera que en el primero se produce un cambio por influencia del segundo. Por ejemplo, los pies [los pjes] > [lopp’ jeh], es un caso de reduplicación por asimilación. Los resultados de la asimilación pueden ser bastante llamativos: por ejemplo [lo’ θeoh]= los dedos, donde hay debilitamiento de la fricativa “s”, que se aspira y luego se elide. Al pasar la “s” por la aspiración, se produce asimilación de la dental que se aspira y se ensordece. Otro ejemplo con la velar: en las gatas [laz 'ɣa tas] > [la’'xa tah] se aspira la fricativa, y la velar sonora también se aspira y se ensordece. Otro ejemplo: los balones loh baloneh lo’ falones. La disimilación es cuando dos sonidos iguales o similares se hacen diferentes. Por ejemplo, conmigo > [kol 'mi ɣo]: separo dos sonidos cercanos. Esto pasa mucho con las liquidas y no ocurre solo dentro de una palabra, sino en todos los segmentos fónicos. Por ejemplo, cuando hay dos sonidos labiales cercanos, como en “volver”, hay hablantes que pronuncian la labial sonora, porque se tiende a esta disimilación: aquí otra vez estamos con el filtro sociolingüístico, porque son hablantes de bajo nivel de instrucción. Variación vocálica La dialectología del español se manifiesta básicamente en las consonantes, porque las vocales generalmente son muy estables, no producen grandes cambios. A veces, como consecuencia del debilitamiento consonántico, especialmente de la fricativa alveolar /s/, se puede producir una apertura en la vocal, por ejemplo, en los números “dos” y “tres” > [dɔ] [tɾɛ]. Primero tengo el debilitamiento y la aspiración que puede ir hasta elisión de la fricativa; entonces se puede producir la abertura de la vocal, porque esto indica que es plural. Esto pasa sobre todo en Andalucía. Una característica importante es la tendencia antihiática del español: el sistema tiende a la creación de diptongos. Por ejemplo, es bastante común escuchar, en vez de teatro, [tja’ tro]: paso del hiato /e-a/ al diptongo /ja/, por la tendencia del sistema a crear diptongos. Yo tengo la instrucción normativa que me dice que no se hace, pero los hablantes dependiendo de la zona y del nivel de instrucción, lo van a hacer más o menos: esto se escucha sobre todo en zonas rurales y es bastante común en zonas como México. El vocalismo átono a veces puede tener una serie de instabilidades también por motivos de nivel de instrucción (policía > pulicía), pero ahí es una cuestión de tipo sociolingüístico y no dialectal. Tendencias del sistema desde el punto de vista gramatical Las tendencias que hemos visto hasta ahora, que son de tipo fónico/fonético, son las más significativas, pero también las gramaticales tienen importancia. No son muchas y se explican normalmente por motivos de diacronía o por orden de palabras: por ejemplo, una cuestión relacionada con la diacronía, con el origen de la palabra, afecta al género de la palabra misma: lo normativo en España es “el calor”, pero mucha gente dice “la calor” porque diacrónicamente se usaba; también “el vinagre” vs “la vinagre”; “la sartén” en América es “el sartén”. Son casos que diacrónicamente o han cambiado género o tenían dos géneros por su origen etimológico, y en unas determinadas zonas se ha decantado por una forma o por otra. Luego, hay otras tendencias de tipo gramatical que son consecuencia de la tendencia a la regularidad del sistema, es decir, la analogía lingüística: todos los sistemas lingüísticos tienden a la regularidad, a la sistematicidad. Por ejemplo, “cliente” antes era usado para masculino y femenino, ahora se ha creado “clienta” por analogía. También “pariente” ha dado “parienta”, aunque ha tenido un cambio semántico, porque ahora indica de manera irónica la esposa. Estos son casos de cambio de género de léxico, pero esto lo vemos mucho sobre todo en los paradigmas verbales, por ejemplo “ayer andé* mucho”: “anduve” es lo correcto, pero “andé” es simplemente la aplicación de la tendencia hacia la regularidad del sistema (canté, hablé…). Esto lo hace todo el mundo, no tiene nada que ver con la instrucción. Otro ejemplo: en zonas rurales, en personas de bajo nivel de instrucción, es normal escuchar semos* (ser>semos) en lugar de somos. Otro ejemplo es la segunda persona del singular del pretérito indefinido: tu cantastes* vs. cantaste, por analogía con las otras formas de segunda persona singular. Otro ejemplo es la no diptongación de verbos como fregar, apretar (apreta, frega). Todo esto pasa porque hay una tendencia a la regularidad de la que los hablantes son inconscientes, y esta tendencia los lleva a producir enunciados que no son normativos. Es una tendencia intrínseca de la lengua que va contra la norma: los hablantes cultos saben que esto no lo tienen que hacer. Hay también razones discursivas o rítmicas, por ejemplo, me se* cayó vs. se me cayó, que es así solo por la norma. Características de las lenguas históricas La situación anterior a la latinización de España ya era muy fragmentada desde el punto de vista de las lenguas prerromanas, porque había grupos celtas, ibéricas, el vasco, etc.; la fermentación del imperio de Roma condujo a las que conocemos como variedades lingüísticas. Cada una de las variedades que surgieron como resultado de esta fragmentación tuvo un devenir más o menos importante: El gallegoportugués acabó siendo las lenguas de Galicia y de Portugal; El asturleonés y el navarroaragonés estaban restringidos a las zonas montañosas; El catalán se expandió hacia el sur y hacia el este; Las tierras de Castilla que se fueron expandiendo eran tierras que tenían fronteras cristianas, fronteras musulmanas y contactos con muchas lenguas: esto nos sirve recordarlo para entender las características del castellano. Dentro de lo que era al- Andalus antes de la Reconquista, se tenían muchos contactos lingüísticos, con el árabe clásico, el hebreo, el latín; son siempre situaciones de mucho contacto de variedades, que luego entran en contacto con otros grupos de variedades o de lenguas. De todas las lenguas históricas de los reinos de España, que – a parte del castellano – son el catalán, asturleonés, navarroaragonés y gallegoportugués, nos van a interesar el romance asturleonés y el aragonés porque hoy en día todavía persisten. El asturleonés El romance asturleonés (La noticia de Kesos) fue muy importante entre los siglos XI y XIII, pero no se consolidó como el castellano porque no tuvo un proceso de codificación, que consiste en convertir una variedad, una lengua incipiente, en una lengua de cultura, de la burocracia, que luego tiene una fijación ortográfica, léxica, etc. Si una lengua es solo oral, se pierde más fácilmente de una lengua que está codificada. Esto se produjo porque la importancia política de Castilla hizo que las clases dominantes abandonaran progresivamente el asturleonés a favor del castellano, sobre todo a partir del siglo XIV. Entonces el asturleonés, que había sido una de las lenguas históricas más importantes en España durante la época medieval, no se codificó y acabó cediendo el protagonismo al castellano, que sí se codificó con la cancillería de Alfonso X el Sabio, con el uso burocrático de la lengua, que la asienta y la fija en el tiempo. Hay rasgos del asturleonés que todavía perviven en algunas zonas: Uno de los más importantes y difundidos es el cierre de la vocal /o/ en /u/: lobo > lobu. Esto lo veremos cuando veamos las hablas de transición de Extremadura. Otro elemento importante es la conservación de la “f” latina no solo en posición inicial: ahogar > afogar. El castellano había evolucionado hacia el fonema velar sordo (p. ej. “junta”), pero en las zonas que todavía tienen influencia del antiguo asturleonés, en vez de la fricativa velar sorda se usa la postalveolar sorda (ʃ “schunta”). Otra característica del asturleonés son los sufijos en -ín/-ina, por ejemplo, en Asturias dicen “pequeñín”. Los sufijos son elementos importantes para reconocer la zona. En zonas rurales, el pronombre personal átono se evita al principio: me contó > contóme; En hablantes rurales y muy mayores, que no hayan tenido escolarización, se puede escuchar “to/tos” en lugar de los posesivos “tu/tus”. El aragonés Hoy en día no queda el dialecto histórico aragonés y el habla aragonesa se habla ahora solo en algunas zonas montañosas de Pirineos, en el norte de Aragón. Sus rasgos más llamativos son: El mantenimiento de la f inicial latina: hilo > filo; El articulo determinado por el masculino que, en vez de “el”, puede ser “lo” u “o”; Esto pasa con muy pocos hablantes de zonas rurales. El castellano Una de las características del castellano es que hay lingüistas que hablan de una especie de koiné del castellano, de un proceso de koneización del castellano, porque, por un lado, a medida que avanzaba la conquista de tierras, el castellano iba entrando en contacto con otras lenguas y era un sistema muy permeable a la incorporación de elementos; por otro lado, Castilla se convirtió en una potencia militar enorme y la lengua de la corte era el castellano. El prestigio de las lenguas va muy unido al poder económico y militar del país (en este caso reino) en que se habla. Este progreso militar y económico del reino de Castilla llevó a un enriquecimiento léxico muy importante y a la construcción de un modelo de referencia con textos para la ciencia, para la historia, con terminología etc. Elementos comunes del español castellano El elemento común más importante es la distinción entre la fricativa alveolar [s] y la fricativa dental [θ], casa > [‘kasa] ≠ [‘kaθa]. La fricativa alveolar tiene una característica particular, que es la pronunciación apicoalveolar de la /s/, es decir, la lengua en lugar de apoyarse en los alveolos se pone entre ellos y los dientes. Esta pronunciación es típica de la zona centro-norte peninsular; la zona meridional y toda América se caracterizan por una pronunciación predorsal de la s; Otra característica del castellano es la pronunciación tensa de la velar sorda [x]: caja > ['ka xa]; Es una zona conservadora desde el punto de vista fónico, entonces tenemos la tendencia a la conservación de los sonidos consonánticos en posición implosiva: por ejemplo, se mantienen los participios en “-ado” sin que pasen procesos de debilitamiento; Desde el punto de vista gramatical: Es zona de tuteo, es decir que se utiliza el pronombre “tú” para la segunda persona singular y para situación de cercanía entre los hablantes (hay zonas voseantes y ustedeantes). Para la distancia social se utiliza el “usted”. Es zona también de uso del pronombre de segunda persona de plural para las relaciones de cercanía, es decir que utilizan el “vosotros”. En toda América, en cambio, se utiliza “ustedes” tanto para las relaciones de cercanía como de distancia social (como el “voi” italiano). En América y en algunas zonas del sur de España no existe la forma “vosotros”. Uso no etimológico de los pronombres de complemento directo e indirecto. El leísmo de persona es normativo para el masculino. En zonas de Castilla avanza el uso del leísmo de cosa, por ejemplo “los libros les he puesto en la estantería”. Es interesante porque Castilla es zona conservadora (distinción entre fricativas, mantenimiento de consonantes…), pero de pronto tenemos algo que es totalmente innovador. A parte del leísmo de cosa, esta es zona de laísmo, mayormente en la parte occidental, por ejemplo “la he comprado unas flores”. Y también es zona de loísmo, mayormente en la parte occidental, por ejemplo “lo compré un regalo a Pedro”. El loísmo es muy rural, mientras que el laísmo no, incluso los hablantes cultos en Ávila y Valladolid son laístas y no son conscientes de ello. Esto nos permite reflexionar sobre el uso de las etiquetas: el laísmo no es normativo, pero no juzgo a un hablante porque sea laísta, en cambio el loísmo se etiqueta como habla de una persona de campo, de bajo nivel de instrucción, aunque el fenómeno realmente es el mismo. Otra cuestión de tipo gramatical es que hay estudios que muestran la preferencia por parte de los hablantes para utilizar las formas en -se de subjuntivo. En español de América, la gente tiende a utilizar más los subjuntivos en -ra que en -se; El español castellano se denomina así porque, desde el punto de vista de la dialectología, es es el habla de Castilla, pero hay muchos problemas de etiqueta debido a la mezcla de cuestiones políticas y sociales con la lingüística. En el estudio del castellano, vamos a distinguir el castellano norteño del castellano manchego (de La Mancha). Dentro del castellano norteño vamos a distinguir el norteño occidental (Burgos, Palencia y Ávila) del norteño oriental, y aquí vamos a poner también el castellano que se habla en zonas bilingües (Cataluña, País Vasco, Galicia, EE. UU.). ¿El castellano de las zonas bilingües es algo de sociolingüística, de contacto de lenguas? El castellano que se habla en las zonas bilingües de España, a partir de una primera o segunda generación de niños y niñas que nacen y ya escuchan un castellano con una serie de características diferentes al castellano de las zonas prototípicas, ya es una variedad dialectal, porque está en una zona geográfica y pertenece a una comunidad de habla, y tiene unas características comunes (como el uso del artículo delante de nombre propio de persona) que un niño aprende y utiliza por haber nacido en esas zonas. 23.09.2024 Los lingüistas, en general, dicen castellano a la variedad del español de Castilla, pero hay quien prefiere llamar castellano a la lengua general, y esto es por varias razones: Es la denominación histórica tradicional; En las zonas bilingües se prefiere castellano al español porque también las lenguas en estas zonas, como gallego, catalán o vasco, son lenguas de España; En América del Sur una parte prefiere denominarlo castellano porque el nombre ‘español’ tiene esta connotación imperialista, que gusta poco a estos países. Para nosotros, el castellano es el dialecto de español que se habla en la zona de Castilla, y lo demás es español; pero la lengua está relacionada con la identidad de las personas y las comunidades, y ahí es más una cuestión de tipo político. El castellano de las zonas bilingües Al inicio del curso hemos hablado de la existencia de zonas bilingües en España, justificando también la consideración del español de EE. UU. como variedad dialectal y no consecuencia de contacto, de transferencia: sin embargo, muchos libros de dialectología la consideran una cuestión de tipo sociolingüístico, porque cuando tengo transferencia de una lengua a otra, que puede o no producir cambios, es una cuestión de contacto de lenguas. Sin embargo, cuando hablamos de zonas bilingües es un caso más difícil: por ejemplo, la transferencia del castellano al gallego se ha producido en un momento dado, pero también es verdad que hay una serie de cambios que quedan tanto en el gallego que se habla en esa zona, por transferencia del castellano, como en el castellano que se habla ahí, por transferencia del gallego. Entonces la pregunta que debemos hacernos es: si un niño pequeño habla español con transferencias del gallego, ¿su habla es el fruto de las transferencias entre los códigos o es la modalidad dialectal que ha aprendido? Para responder, primero no debemos confundirnos con el idiolecto de un hablante: cada uno puede tener determinadas transferencias y maneras de mezclar los códigos, y esta sí es una cuestión de contacto de lenguas. En cambio, si tengo a generaciones que nacen en un determinado territorio, y que ya aprenden a hablar con estas características del territorio, algunas de las cuales son fruto de una transferencia pasada, estamos delante de una modalidad geográfica. Los individuos pueden ir haciendo cambios en los códigos como les parezca mejor (cambios de etiqueta, sintácticos, léxicos…) y esto es algo individual, pero cuando toda una población tiene unos mismos cambios que luego se transmiten de generación en generación, ahí ya no es el fruto de las interferencias sino una modalidad que da continuidad a unas características que ya forman parte de esa manera de hablar ahí. Castellano gallego El castellano gallero incorpora elementos de gallego y elementos de las tendencias generales del castellano. Todas estas características que vamos a ver no se encuentran en hablantes cultos, sino en situaciones de mucha espontaneidad (en un bar, con amigos, donde la gente no controla mucho cómo habla) o en hablantes rurales, de bajo nivel de instrucción. Desde el punto de vista fónico se caracteriza por: La tendencia a pronunciar la silaba tónica final con tono elevado; La tendencia a cerrar la vocal /o/ final átona: por ejemplo, poco>pocu; La tendencia a la asimilación vocálica, por ejemplo, repetir>repitir La reducción de los grupos cultos: por ejemplo, perfecto>perfeto, magnifico>manífico. No hay fenómenos de debilitamiento de los sonidos consonánticos: es una zona conservadora, totalmente coherente con la zona donde estamos. Desde el punto de vista gramatical: Una de las cosas más características de esta zona son los diminutivos en -iño/-iña; Hay una tendencia a usar los tiempos simples en lugar de tiempos compuestos. Por ejemplo, es característico el uso del pretérito indefinido vinculado al presente, como en “lo compré esta mañana”. La simplificación de los tiempos compuestos no afecta solo al preterido perfecto sino a todos los tiempos compuestos del castellano por calco del gallego: por ejemplo, en una subordinada de futuro, “cuando tu llegues yo habré salido” vs. “cuando tu llegues yo salí”, que es - desde el punto de vista de las normas del español - no normativo; La expresión de la polaridad positiva en respuesta a interrogativas totales, es decir que en vez de decir “sí” repiten el verbo: “¿llegaron los chicos? – llegaron”; Muy común es la ausencia de pronombres en construcciones pronominales, tanto en verbos pronominales como en construcciones donde simplemente el sistema español los pone: por ejemplo, se marchó Juan. > marchó Juan; voy a comprarme unos zapatos> voy a comprar unos zapatos; Hay una preferencia de uso por el indicativo respecto al subjuntivo, por parte de los hablantes de bajo nivel de instrucción. Castellano vasco La zona de habla euskera no es solo el País Vasco, sino también el norte de Navarra. Es verdad también que no todo el País Vasco es zona bilingüe. El vasco es una lengua con un origen controvertido, no indoeuropea y con características muy peculiares. En origen era una lengua sobre todo rural y fragmentaria, no estandarizada como ahora: todo esto fue toda una labor por parte de algunos lingüistas vascos. A los cuarenta años de dictatura, durante la cual no se podía utilizar de manera pública (en la enseñanza) otra lengua que no fuera el español, con la llegada de la democracia, se llevó a cabo un proceso de inversión lingüística en todos los territorios bilingües, es decir que cuando los niños empezaban a escolarizarse, estudiaban directamente en la lengua del territorio, con una inmersión total que permitiera recuperar la lengua. Esto dio resultados y en País Vasco también hubo un intento de recuperación del euskera, pero no toda la zona de País Vasco es bilingüe. El castellano vasco tiene una serie de características. Desde el punto de vista fónico: Algunos dialectólogos (como Manuel Alvar) dicen que todavía hay una distinción entre palatal central y palatal lateral, pero realmente es una cuestión diastrática más que dialectal: los jóvenes son yeístas en todas partes, hace años quedaban ancianos que distinguían, pero ahora ya no; Es bastante generalizada la pérdida de la oclusiva sonora intervocálica en los participios, que es una tendencia del sistema, pero aquí además en algunos hablantes la “o” se cierra, por ejemplo he estado> he estau; Descenso de entonación al final, al contrario de lo que pasa en gallego. En el audio escuchado en clase, se nota también la simplificación del diptongo en euskera> uskera. Desde el punto de vista gramatical: Uso intensísimo del leísmo, que es aceptado si es de persona y singular, pero aquí lo vemos en plural, por ejemplo “los chicos les vi”; Uso del condicional en vez del imperfecto de subjuntivo: por ejemplo, “María le dijo a Juan que comprara pan”> “Maria le dijo a Juan que compraría pan” o “le pidió que vendría”; La posibilidad de emplear “pronombres mudos” cuando los referentes son objetos inanimados: por ejemplo, “compró un coche, pero no lo usa”> “compró un coche, pero no ∅ usa.”. Esto no solo pasa con referentes tangibles, sino también con algo abstracto: “está tarde voy a comprar un libro, pero si no puedo hacer∅ hoy no importa”. Falta el pronombre que recoge un referente anafórico respecto a un referente inanimado, que puede ser un objeto o una acción, y esto se marca con el ∅; Otro elemento importante es el uso del marcador “pues” como partícula pospuesta en interrogativas parciales: por ejemplo, “¿Cuándo llamas pues?” o también, “¿Qué pasa pues?”; La anteposición de la información remática al verbo: “¿Qué tal el tiempo?” – “Frío hace” en lugar de “Hace frio”. Esto se produce en las respuestas, pero también en otras situaciones: por ejemplo, en lugar de “¿Le pongo cerveza?” se dice “¿Cerveza le pongo?”; En lugar de “por la mañana /tarde / noche” se varia la preposición: “a la mañana/tarde/noche”; El uso del adverbio “ya” con valor afirmativo: por ejemplo, “¿Sabes que van a cerrar pronto?” – “Ya sé.”. Esto parece ser un calco del euskera, que es una lengua aglutinante. Castellano catalán Características principales desde el punto de vista fónico: Los lingüistas dicen que es una zona de mantenimiento de la distinción entre palatal central [ʎ] y lateral [ʝ] porque el catalán tiene muchas palabras que terminan en palatal lateral; Tendencia al mantenimiento de las oclusivas sordas finales: por ejemplo, la palabra “carnet de conducir” mantiene la pronunciación de la dental sorda final, aunque la mayoría de los hispanohablantes la eliden (carné de conducir); Incluso, la oclusiva sonora se ensordece: por ejemplo, edad [e 'ðad] > [e’'ðat] o también Madrid [ma 'ðrid] > [ma 'ðrit]; Otra gran característica es la velarización de la liquida en posición final de palabra: [eɫ], la “l” livornese; Como en catalán existen las vocales abiertas, /ɛ/ y /ɔ/, a veces hay calco en la pronunciación de palabras en castellano. No hay datos sobre la frecuencia de este fenómeno, porque es algo muy personal, es un idiolecto personal; por ejemplo, alguien que considere que el castellano es la lengua de los invasores, evidentemente trasladará más rasgos del catalán al castellano cuando se vea obligado a usarlo; Neutralización entre la fricativa alveolar sorda y la interdental/dental, porque en catalán no existe: por ejemplo, zapato [θa 'pa to] > [sa 'pa to] – es decir, son seseantes; Sonorización de /s/ en [z], porque en catalán existe la diferencia entre “s” sorda y sonora. Algunas “s” en la cadena fónica se sonorizan, porque como en catalán existe la sonorización de la “s”, es normal este traspaso, sobre todo entre vocales, por ejemplo [los a 'mi ɣos] > [loz a 'mi ɣoz]; Se mantienen todos los sonidos consonánticos. Desde el punto de vista gramatical: El uso del “que” expletivo, es decir no necesario, que en catalán es normativo. Se trata del “que” como partícula interrogativa en las interrogativas totales: por ejemplo, “¿Qué está lloviendo?” en lugar de “¿Está lloviendo?”; El uso de los artículos indefinidos con antropónimos: por ejemplo, la María, la Berta, el Jordi, el Juan –, tanto con los nombres femeninos como con los nombres masculinos; Otra característica concierne a las oraciones subordinadas de futuro, que en español se construyen con el subjuntivo en la subordinada, mientras que en catalán se hacen con futuro + futuro, como en italiano normativo. Por ejemplo, en lugar de “cuando termine la clase, encontraré a Juan”, en la zona castellana- catalana escuchamos “cuando terminaré la clase, encontraré a Juan.”; La concordancia con los objetos en las oraciones impersonales con haber, por ejemplo, “habían muchas casas”. Este tipo de concordancia con el verbo impersonal en zonas bilingües catalán-castellano es muy normal porque en catalán es normativo, y lo encontraremos también en toda América; Construcciones pseudopartitivas: en las zonas de transferencia del catalán, donde el partitivo sí existe, podemos escuchar “de bolígrafos tengo pocos”, sobre todo cuando está en posición de tópico; “Tener de” en lugar de “tener que” en la obligación, porque en catalán la obligación es “haber de”. Son transferencias, pero tan fosilizadas ahí, que cuando uno nace ahí, ya las aprende porque no es una cuestión puntual de transferencias; Interesante es el uso del verbo tirar con el significado de echar: por ejemplo, “tira el arroz en la paella”; el uso normativo es “echa el arroz”. En el verbo “agradar” se trasfiere el significado “gustar” porque “gustar” es “agradar” en catalán; en castellano también es correcto, pero suena raro; Los verbos de movimientos suelen tener calcos de tipo semántico, porque tienen un uso deíctico como en italiano: por ejemplo, cuando tocan a la puerta, se emplea “¡vengo!” en vez de “¡voy!” porque el uso de ir y venir se transfiere a los hablantes de las zonas bilingües; Es muy generalizado el uso de “explicar” con el significado catalán de “contar”, pero “explicar” en castellano es “dar razonamientos sobre algo”, mientras que “contar” es “narrar”. 24.09.2024 (da sbobinare) Hoy vamos a ver las diferencias entre el castellano norteño occidental y el castellano norteño oriental. El castellano norteño occidental en algún libro de dialectología lo llaman castellano asturleonés, por la influencia de la lengua histórica asturleonesa. Está compuesto por las comunidades de Castilla y León, Asturias, Cantabria y La Rioja. El castellano norteño oriental se conoce también como castellano aragonés y las zonas son Aragón y Navarra. El norte de Navarra, que fue una parte de lo que es el País Vasco, es zona de habla euskera, es decir que es zona bilingüe. Castellano norteño occidental La zona occidental es una zona muy conservadora, entonces no va a haber fenómenos de debilitamiento, tenemos siempre conservados los sonidos consonánticos en posición implosiva, aquí la tendencia al debilitamiento la frena la variedad geolectal. Recordemos que varios elementos, como la zona geográfica, variedad diastrática, el estilo, pueden frenar las tendencias generales de la lengua. Desde el punto de vista fónico: Hay una tendencia a la dentalización o interdentalización de la oclusiva velar sorda /k/: por ejemplo, en vez de efecto [e'fek to] aquí escuchamos [efe’θto]; Encontramos el mismo fenómeno cuando la oclusiva dental sonora está en posición final: pared [pa 'red] > [pare’θ] o Madrid [ma 'ðrid] > [ma 'ðriθ] – esto se ha puesto muy de moda entre los jóvenes; Hay una tendencia a la neutralización de las liquidas, pero no es como en el Caribe o en Murcia, donde se produce en posición implosiva (alto/arto); en el castellano norteño occidental, y esto no es esperable respecto al sistema, la neutralización de liquidas la vemos en los agrupamientos consonánticos, es decir que aquí hay hablantes que en vez de decir planta dicen pranta, refrán> reflán. Se trata de hablantes rurales con muy bajo nivel de instrucción, entonces es difícil de escuchar de manera espontánea. Es un fenómeno que se produce solo en esta zona y no se da en posición de coda y es interesante porque en esta zona conservadora de pronto aparece un fenómeno innovador. Esto nos enseña que es necesario tener una visión flexible de las características de las lenguas dado que también variedades principalmente conservadoras pueden tener rasgos innovadores, no se pueden empaquetar variedades en únicamente innovadoras o conservadoras. Castilla también tiene fenómenos de este tipo, pensemos en el laismo, loismo y leismo: tampoco son rasgos etimológicos, han cambiado la diacronía, no son rasgos conservadores, pero se justifican con la tendencia a la simplificación del sistema (es una manera de simplificar los clíticos). Como es una zona de influencia del asturleonés histórico, es una zona donde vamos a tener cierre vocálico de la /o/ (bastante común en zonas rurales) y a veces, pero menos, de la /e/, p.ej Rocío> Rocíu, leche>lechi Desde el punto de vista gramatical: Los diminutivos son una manera también de dividir dialectalmente el español. Esta es zona de “-in, ina”. También, en la zona de Cantabria, es zona de diminutivos en “-uco, -uca”, p. ej. ventanuca; Uso del pretérito indefinido para acciones vinculadas con el presente: por ejemplo, “esta mañana estuve en el mercado y compré manzanas”; Hay un uso muy intenso de laísmo muy intenso, los hablantes no se dan cuenta de que son laistas, p.ej. “la compré una barra de pan”; Es zona de uso muy intenso de leísmo: la RAE acepta el leísmo de persona masculino singular. Es menos común el leísmo plural y el leísmo de cosa (“los esquís les compré el año pasado”), que en otras zonas de habla hispana son imposibles de escuchar. Es zona de empleo de perfectos fuertes que existían en diacronía, o sea que pertenecen a otros periodos diacrónicos anteriores, pero se han quedado fosilizados en algunos grupos de hablantes, como “dijon” en vez de dijeron, “puson” en vez de pusieron. Esto está totalmente desaparecido del estándar pero en esta zona se encuentra en hablantes de muy bajo nivel de instrucción, que no han ido o casi a la escuela y además viven en un entorno donde no está estigmatizado porque también los otros hablantes lo utilizan. Uso del neutro de materia en el habla popular, por ejemplo “la lana blanco”: tengo un elemento femenino, que está determinado por un artículo femenino, pero luego tengo un adjetivo que concuerda en masculino. Se utiliza en esta zona por hablantes de bajo nivel de instrucción y está relacionado con la categorización de los nombres en contables y no contables: este fenómeno ocurre con nombres no contables y siempre con elementos modificadores que van después, nunca ocurre antes, o sea que es imposible “el lana”, solo modificadores que modifican el sustantivo posteriormente, no puedo decir “la blanco lana”, si lo pongo delante concuerda. Es cuando lo pongo detrás cuando interviene este mecanismo cognitivo de identificar como algo no contable, y entonces lo modifico con un adjetivo que no es masculino sino neutro. Evidentemente en el español actual no tenemos el neutro, esto viene de antes. Otro ejemplo: “la buena leche fresco se toma templado”, todo lo que viene después se pone en neutro. No está nunca antes del sustantivo: si está ante del sustantivo, es un problema de concordancia (que pasa en América por el contacto con lenguas indígenas). Aquí no es un problema de contacto sino de diacronía, de mantener un neutro que no existe en la lengua actual. Va detrás del sustantivo y con nombres no contables. Es pregunta de examen. Otra característica es el uso de condicional por imperfecto del subjuntivo, p.ej. “si haría buen tiempo” en vez de “si hiciera buen tiempo”; Los dialectólogos dicen que es típico el uso de posesivos tónicos con adverbios: ej. detrás mío, delante tuya… Para la profe está bastante generalizado en el nivel medio de instrucción, no se escucha solo en esta zona; Muy rural es el uso de “dizque”, que es un marcador gramatical para indicar la fuente de información, comparable al toscano “dice che…”. Esto es muy rural en España, mientras que en América es bastante común como marcador de evidencialidad (categoría o gramatical o pragmática que indica la fuente de información, como “al parecer”, el uso del imperfecto…, ej. “iba a comprar el pan”); Desde el punto de vista léxico: El uso del verbo “caer” con el significado de “tirar”, es un uso causativo: por ejemplo, en lugar de “lo tiré yo”, “lo caí yo”; El uso de “quedar” con el significado de “dejar”, p. ej. “lo quedé yo encima de la mesa” = lo dejé yo. Audio: los temas de estos audios son siempre muy rurales, por ejemplo, se habla de la matanza del cerdo, de cómo se hacen los jamones etc. Hay un temario que es predefinido, para poder confrontar las variedades, en zonas rurales se encuentran rasgos que se han perdido por falta de escolarización. Otro elemento importante es que los hablantes a veces se limitan en el habla popular porque son conscientes de ser entrevistados e intentan hablar de una manera más estándar. Por eso, los entrevistadores hablan lo menos posible para no influenciar el habla de los entrevistados. Por los estudios de diacronía sabemos que el sistema del español tiende al debilitamiento, pero dialectalmente esta es zona de mantenimiento consonántico: en la señora del campo el filtro diastrático no ha frenado la tendencia de la lengua al debilitamiento porque la señora no ha tenido instrucción. El freno geolectal es muy importante, porque la señora mantiene todos los sonidos consonánticos, pero en algunos casos no, por ejemplo en “ado”, que es caso prototípico, no actúa el freno. Esto es para que aprendamos que cuando hay un fenómeno que no parece congruente con esa zona, hay que ver otros factores, se mezclan elementos dialectales con elementos sociolingüísticos. Los audios se pueden encontrar en el COSER – Corpus oral del Español Rural. Castellano norteño oriental Se da en la región de Aragón y buena parte de Navarra. Está vinculado al navarroaragonés como lengua histórico. Características generales Desde el punto de vista fónico: La entonación se caracteriza por un alargamiento de la vocal final y elevación del tono, por ejemplo “¿Dijiste algooo?”; es más atenuado en las ciudades; Es una zona conservadora, tendencia de conservación de los sonidos consonánticos, no hay debilitamiento; Desde el punto de vista gramatical: Con los diminutivos, es zona de -ico/-ica, por ejemplo pequeñico; Otro diminutivo muy extendido es en -ete/-eta: por ejemplo mozete, gallineta; Solo en hablantes de bajo nivel de instrucción, los gerundios formados sobre temas de perfecto, p.ej. haciendo> hiciendo, teniendo> tuviendo; El empleo del cuantificador mucho también para adjetivos y adverbios: por ejemplo, en lugar de “muy bonito” se encuentra “mucho bonito” o en lugar de “muy bien” se encuentra “mucho bien”; Cuando se usan los dos clíticos directo e indirecto, p. ej. “les dije a ellos una cosa”> “se les dije” en lugar de “se lo dije”, es un “se” aparentemente doblado. Otro elemento morfológico es el sufijo (rural) “-era” para formar el nombre de los arboles: en vez de “cerezo”, “cerezera” almendro> almendrera. Castellano de Madrid y manchego Es el castellano de la zona de Madrid y La Mancha (Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete). Ponerlo todo junto es bastante discutible, porque la zona de Madrid es la zona de la capital de España, centro de irradiación de corrientes lingüísticas y de normas, y no tiene nada que ver cómo hablan las personas de Madrid con los de Ciudad Real. Aunque el castellano general es un dialecto conservador, aquí vamos a ver muchos rasgos innovadores. La zona de Madrid o del castellano manchego en general, pero sobre todo Madrid, es una zona de yeísmo generalizado, aunque desde hace años esto ya se da en todas partes; Tendencia a la aspiración y asimilación de la fricativa alveolar en posición final de silaba. Incluso en zonas manchegas, y en Madrid también, tenemos realizaciones como velar sorda, no es solo debilitamiento de la fricativa, que se puede aspirar, sino que incluso la velarizo (fonema /x/), p. ej. es que> ehke o también las casas> lahk'ka sas; Tendencia a la sonorización del sonido oclusivo velar sordo /k/: por ejemplo, conozco [ko 'noθ ko] > [ko 'noθ go]. 25.09.2024 Vamos a ver el español meridional peninsular, es decir la zona de Andalucía, pero también las zonas de Extremadura y Murcia, que en dialectología se denominan hablas de transición, porque son zonas heterogéneas que tienen características de otras zonas. Español de Andalucía En primer lugar, hay que tener cuidado con las creencias comunes, que asocian los sonidos aspirados del andaluz al contacto con el árabe: en realidad, la tendencia a la aspiración es una tendencia del español, entonces no tiene nada que ver con el contacto con el árabe. Siempre que hay un fenómeno en una determinada modalidad, lo primero es buscar una explicación interna, en la diacronía; si no la encontramos, entonces podemos buscar una explicación en los contactos con otras lenguas. En realidad, si nos atenemos a cuestiones puramente históricas, en la zona de Toledo mucho más que en Sevilla había convivencia con hablantes de las diferentes modalidades árabes. Durante toda la extensión de las colonizaciones hacia el sur, muchos habitantes en general cristianos (los mozárabes) fueron hacia zonas como Toledo; entonces, toda esta convivencia y todo este contacto no fue tan intenso como hace unos años se pensaba. Además de esta expansión hacia las zonas de Coímbra, del Valle del Ebro, de Toledo, donde había un sistema social muy abierto hacia la cultura musulmana y judía, hubo muchas deportaciones de población mozárabe hacia el norte de África, entonces todo este contacto es muy discutible. Entonces, en la fonética no hubo influencia por parte del árabe: la mayor parte de los sonidos del andaluz se deben simplemente a la evolución de la lengua. Otra cosa es el léxico, porque en este caso sí hay una enorme cantidad de léxico que procede de modalidades árabes, porque durante los años del dominio de la población árabe y mozárabe se formó todo un caudal léxico relacionado con campos semánticos nuevos, como el tecnológico. Importante es la cuestión de las grandes ciudades y de los puertos, porque son los centros donde se producen los cambios lingüísticos más rápidamente, donde se crean los modelos de lengua, que siempre coinciden con modalidades urbanas y nunca con las modalidades rurales. Sevilla se incorporó al reino de Castilla en 1248 y era uno de los centros más importantes de Europa, una ciudad muy grande que se repobló rápidamente y, sobre todo, las personas que se mudaron ahí eran del norte de Castilla (Burgos, Valladolid), que es zona de influencia asturleonesa, pero también había personas que procedían de zonas de habla catalana o aragonesa y que iban a Sevilla porque se convirtió en un puerto de donde se partía hacia las ciudades americanas, entonces era una de las ciudades más ricas y poderosas económicamente; había también gente de Galicia, de Portugal, muchos genoveses e italianos en general, franceses, bretones, alemanes, además de mozárabes y judíos. Entonces, se trataba de una sociedad muy mezclada con modalidades del castellano y con otras lenguas, y esta amalgama de orígenes étnicos, geográficos y lingüísticos hizo que la población de Sevilla optara por la simplificación de la modalidad que se hablaba en la ciudad y por soluciones lingüísticas innovadoras. Esto pasa con cualquier lengua: en un espacio geográfico limitado, si encontramos personas que hablan una lengua de muchas modalidades (no era el castellano unificado de ahora), y al mismo tiempo personas de modalidades árabes, mozárabes, hebreas, y luego alemanes, bretones, genoveses, catalanes, aragoneses, personas que hablan todas lenguas distintas, esto va hacer que los hablantes de manera inconsciente vayan a converger hacia la simplificación del sistema y adopten con mayor facilidad las soluciones innovadoras. Así que el habla de Sevilla, que se convierte en modelo de lengua para todo el territorio andaluz, ya desde la Baja Edad Media era un tipo de modalidad que se distinguía de las modalidades del norte, que eran más conservadores. En la zona de Sevilla y toda su área de influencia, debido a esta amalgama de personas que procedían de diferentes sitios de Europa y de diferentes reinos de España, se convergió hacia una modalidad simplificada: no estamos hablando de un pidgin, porque ya había una modalidad que dominaba, el castellano, pero este castellano se va permeando de otras soluciones. Esta forma de hablar más innovadora tiene varias características: ya en la Baja Edad Media era ceceante, era yeísta (los otros reinos de España no), y ya tenía debilitamiento consonántico en posición implosiva y perdida de la oclusiva intervocálica. Estos rasgos los vamos a encontrar en algunas zonas de América: no son exclusivos de Andalucía, los vamos a encontrar en otras zonas del mundo hispánico. Esto es lo que ha llevado a que haya diferentes teorías sobre la formación del español de América. Una de las teorías es que, como la mayor parte de los colonizadores de América eran meridionales, llevaron esos rasgos ahí; otros opinan que esos rasgos se deben a los sustratos. Cuando llegan los primeros colonos en América, es verdad que había muchos meridionales, pero había muchos que venían de otros sitios, entonces otra posibilidad es que haya ocurrido lo que ya había ocurrido en Sevilla: hablantes de diferentes modalidades que convergen hacia una simplificación, una simplificación que está dentro del sistema, dentro de las tendencias de la lengua, es decir que no es nada raro. Esta modalidad se encuentra en Andalucía y en Canarias. Desde un punto de vista puramente lingüístico vamos a ver las características de Andalucía en general, pero vamos a ver también las hablas de transición, que son las hablas de Extremadura y de Murcia, zonas que tienen características lingüísticas muy heterogéneas que proceden de diferentes zonas, es decir que son zonas que tienen características que no son únicas, sino que son de diferentes territorios que están alrededor. Vamos a dividir el área de la modalidad andaluza (o meridional) en: Andalucía occidental – Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz Andalucía oriental – Málaga, Granada, Almería y Jaén Hablas extremeñas Hablas murcianas Características generales del andaluz La primera característica importante es el yeísmo generalizado; El seseo o ceceo. Desde un punto de vista fonético e histórico, seseo y ceceo son exactamente el mismo fenómeno: son el producto de la simplificación de sibilantes que ocurrió en época medieval. Se trata de una no distinción de fonemas debido a la cual en algunas zonas se opta por un fonema y en otras zonas se opta por otro. El problema es la actitud de los hablantes hacia ese fonema: el seseo es normativo en Sevilla, es prestigioso y no está estigmatizado (en el resto de la Península tampoco está estigmatizado, desde hace poco tiempo). El ceceo, en cambio, está estigmatizado, está mal visto y se percibe como rural, aunque no es así, porque hay ciudades donde los hablantes son ceceantes (ripassa semplificazione delle sibilanti, mette lei il file su moodle); Tendencia a la aspiración, asimilación o pérdida de la fricativa predorsal (s) en posición final de silaba; Tendencia a la perdida de la oclusiva sonora “d” sobre todo en los participios, no solo en contextos de “ado”, sino también en los verbos de otras conjugaciones (ej. “he veni’o”), es decir en todos los contextos; Otro fenómeno interesante es el heheo, que no es solo andaluz: por ejemplo, en vez de “sí” escuchamos “hí”. Se trata de una aspiración de la fricativa alveolar en posición explosiva, es decir en posición de ataque, y no tiene nada que ver con la tendencia al debilitamiento. A la fricativa cuando está en posición implosiva siempre le pasa algo: se asimila, se debilita, se elide, pero lo que no nos esperamos es que en posición inicial también lo haga. No es tan normal que ocurra esto, porque si cambio un sonido distintivo la gente no me va a entender: la única explicación posible a este fenómeno es la analogía, que en determinadas zonas se pasa el filtro social y geolectal y se produce. Es también una cuestión de tipo diafásico, porque un hablante culto conoce la variación de registros y no va a pronunciar “nohotroh” en una situación formal; Tendencia no solo a la perdida o debilitamiento de la fricativa en posición implosiva, sino de cualquier tipo de sonido consonántico en final: pared > pare’, virgen> virge’; La pronunciación fricativa (ʃ) de la africada sorda (ʧ): muchacho> mushasho, coche> coshe. En realidad, ahora los estudios sociolingüísticos dicen que los jóvenes ya no fricativizan tanto este sonido; Otro fenómeno que está bastante generalizado entre los jóvenes es que en contextos de fricativa predorsal con una “t” cambia el sonido: cristiano> critsiano; Aspiración de la velar sorda (x), más en la zona occidental que en la zona oriental: juguete> huguete; Las vocales son estables, pero hasta cierto punto, porque hay casos de apertura vocálica de la /e/ y de la /o/, que nos ayudan a distinguir los significados en el sentido del plural, por ejemplo, coches [ˈkoʧes] > [ˈkoʧɛ]. Desde el punto de vista gramatical: Es zona de tuteo para la cercanía; En Andalucía occidental se usa el pronombre “ustedes” con valor de cercanía (esto lo vamos a ver en Canarias y América). Los hablantes de bajo nivel de instrucción mezclan el pronombre de tercera persona con el verbo de segunda persona plural. Esto no pertenece a la norma culta, pero es bastante común. Los libros de dialectología hablan de ausencia de laísmo, loísmo y leísmo; pero esto ahora ya no es tan cierto. Loísmo y laísmo no están, pero lo que sí se percibe es un leísmo de persona cada vez más difundido sobre todo entre los jóvenes (por la influencia de los medios de comunicación, donde todo el mundo es leísta). 30.09.2024 Hablas extremeñas Geográficamente, Extremadura es una zona que ha estado muy relacionada con las hablas portuguesas, tiene una vinculación histórica con las modalidades leonesas antiguas (las que proceden del asturleonés), y vecindad a Andalucía occidental (toda la zona de Huelva); además, como delimita con Castilla, tuvo una comunicación más o menos subida con Castilla. Esto es del punto de vista de los territorios limítrofes, pero además la oleografía de los terrenos, el hecho de que haya cordilleras y montañas hace siglos condicionaba mucho la existencia o no de contacto con otras lenguas. Es una zona que tiene una oleografía que facilita el aislamiento, la Sierra Morena al sur y la Sierra de Gata al norte, cerca de León. Además, hay diferencias entre las zonas de Cáceres y de Badajoz, es decir entre las zonas costeñas y las zonas del interior. Características de las hablas extremeñas: La distinción de la fricativa: no son seseantes ni ceceantes. Como rasgos etimológicos, de la evolución del castellano, se mantiene la aspiración cuando hay una f- inicial latina, por ejemplo humo> fumo; Desde el punto de vista del asturleonés tenemos el sufijo -ino/-ina, que teníamos en las zonas de Asturias y Cantabria; El uso de “caer” por “tirar”, que hemos visto en castellano norteño; Otros rasgos del asturleonés – que ya no están tan difundidos – son los perfectos fuertes, que ya incluso en las zonas del castellano norteño occidental se está perdiendo, y aquí aún más. Cierre de algunas vocales: e y o (mozo > mozu), pero esto es muy poco frecuente ya; Como rasgos meridionales, por el contacto con Andalucía, tenemos el debilitamiento de la oclusiva sonora intervocálica (estado > esta’o); El manual de Alvar dice que hay yeísmo, pero que en la zona de Cáceres son distinguidores, pero esto ya no es así, si quedan distinguidores son muy mayores, porque el yeísmo es generalizado; Por influencia de las hablas andaluzas tenemos también la aspiración y luego la asimilación de algunos sonidos consonánticos en posición implosiva, como los balones> lo’ falones; Aspiración de la velar sorda, pero cada vez se escucha menos por los medios de comunicación que estandarizan a todos; Hay también neutralización de liquidas. En estas zonas – y también en Andalucía – se tiende sobre todo al rotacismo, por ejemplo alto > arto. Esto no quiere decir que no haya hablantes que tienden al lambdacismo, porque el fenómeno de no distinción está ahí, pero la tendencia más general es hacia el rotacismo. Tienen algunos rasgos de otras hablas, pero no todos, por esto se llaman zonas de transición: porque no es posible atribuirles unos rasgos propios distinguidores respecto a otras zonas, tienen algunas coincidencias con diferentes zonas. Hablas murcianas Fue un territorio que había sido provincia visigoda, y fue reino árabe hasta que en el siglo XIII el reino de Castilla lo ocupó: el hecho de que el reino de Castilla lo ocupara hizo instituir unos rasgos bastantes peculiares. La región de Murcia tiene contactos también con la zona valenciana, de Alicante, la zona andaluza y la zona castellana, tiene también influencias aragonesas, porque hubo movimientos de repoblación del territorio: cuando Castilla conquistó esta zona, la repobló con repobladores de la zona aragonesa y catalana sobre todo en los siglos XIII-XIV. Esto era debido a que demográficamente, la población musulmana era muy numerosa y para contrastar esto se repoblaron con personas de zonas aragonesa y catalana. Esto es la explicación del porqué encontramos ahí el sufijo “-ico/-ica”, que hemos encontrado en el castellano oriental, en la zona aragonesa. La mayoría de los rasgos fonéticos murcianos coinciden con la pronunciación andaluza: La apertura de las vocales finales por pérdida o debilitamiento de la vocal final, por ejemplo niños > niñɔ. Cuando se debilita un sonido consonántico en posición implosiva, pueden pasar muchas cosas: se debilita simplemente, se aspira, se elide, puede haber asimilación, pero en ocasiones esto afecta también a las vocales, a pesar de que el sistema vocálico del español sea muy estable; en algunos casos se compensa esa pérdida de un sonido consonántico en posición implosiva con la apertura de la vocal, siempre para tener una comunicación óptima y evitar problemas de comprensión; Debilitamiento de la oclusiva sonora /d/; Los dialectólogos dicen que todavía hay zonas de distinciones, pero el yeísmo ya es generalizado según la profesora; La pérdida en la posición final de otros sonidos consonánticos, no solo la fricativa alveolar, sino todos los sonidos consonánticos en posición implosiva, p.ej. pared> pare’ (como en Andalucía), y por supuesto la fricativa alveolar, que da lugar a fenómenos de asimilación; Neutralización de liquidas hacia rotacismo, por ej. falta > farta; Como rasgo meridional, se tiende a aspirar, pronunciar de manera menos tensa la velar sorda, pero los jóvenes cada vez menos; Respecto a los rasgos del aragonés, el sufijo -ico/-ica para diminutivos; Respecto a los rasgos castellanos, tenemos la distinción de la fricativa, p. ej. casa/caza y la pronunciación tensa de la velar sorda. No es una contradicción con lo dicho antes, los hablantes tienden a una pronunciación variada. Evidentemente, cuando hablamos de influencias de otras zonas, las influencias léxicas son las que pasan primero, entonces hay mucho léxico andaluz y aragonés. Audio: el hablante es incoherente porque en algunas palabras aspira, en otras marca la /s/. No hay fenómenos de acomodación al interlocutor, no es el entrevistador que hace que ella cambie, está hablando y cambiando ella sola, es un monólogo, y es una chica joven, es un fenómeno de acomodación hacia lo que se considera estándar, porque los medios de comunicación hablan así y entonces ella no es ni siquiera consciente de esto, pone la fricativa y luego la debilita. Norma canaria Hay dialectólogos que consideran Canarias como zona de transición, pero en los últimos años ya no es así, sino que se considera una variedad del español de Andalucía occidental, porque cuando se descubrieron las islas Canarias los nobles andaluces recibieron en dono por parte del rey trozos de las islas a condición de que las poblaran, entonces las Canarias se poblaron con una populación sobre todo andaluza. Se considera que la norma canaria ya desde el siglo XVII es diferente de la norma andaluza, es decir que ya en el XVII tenía las características que tiene hoy y esto se ve porque los pobladores que fueron a América ya llevaban estos rasgos. Otra cuestión para no considerarla zona de transición es la distancia, porque había mucha distancia para la época entre Canarias y España. Además, son 7 islas principales con características geográficas y demográficas diferentes (algunas pobladas y otras no) y esto influyó; influía también la cercanía con África. Rasgos de la norma canaria desde el punto de vista fonético: La aspiración de la /s/; La pérdida de la /d/ intervocálica; Pronunciación menos tensa de la velar sorda; La fricativa es predorsal; Zona de tuteo (como la Península); El fenómeno fonético de la “che adherente canaria”, que es la pronunciación menos tensa de la africada, por ej. muchacho [mu 'tʃa tʃo]> [mu’tjatjo] o [mu’jajo]. Otra cosa que lo distingue del andaluz es la prosodia: la prosodia canaria hace que las vocales se alarguen más que las vocales andaluzas, y ese tipo de entonación y de prosodia tiene más puntos en común con las hablas caribeñas. Desde el punto de vista gramatical: El uso del superlativo como “los más que…”, estos tipos de comparaciones con artículo + más/menos que + verbo, p. ej. los que más corren> los más que corren; Es zona de uso de los pronombres átonos con criterio etimológico; Es zona de tuteo. Es importante porque esta zona respecto a Andalucía es tuteante, pero utilizan solo la forma "ustedes" tanto para la forma de cercanía como para la forma de distancia social. Cuando habíamos visto Andalucía habíamos dicho que, en algunas zonas sobre todo de Andalucía occidental, también encontramos este fenómeno, o sea el uso de "ustedes" tanto para la distancia como para la cercanía social. Un ejemplo puede ser cuando hablo con niños pequeños y digo "ustedes se van a dormir ya", es exactamente el mismo fenómeno que en italiano contemporáneo tenemos con el "voi". La información de la distancia social la obtengo de las otras partes del discurso, no del pronombre con función de sujeto, mientras que en variedades del español del norte peninsular si quiero marcar la distancia social uso el "usted" en el singular y el "ustedes" en plural. Entonces, en Andalucía oriental no tanto, pero en Andalucía occidental sí, podemos encontrar hablantes que utilizan el ustedes con la tercera persona del plural tanto para la cercanía como para la distancia, pero no es algo general. En cambio, en Canarias es general y va a ser general en toda América: en América, cuando los niños van a la escuela y estudian gramática, en el paradigma no tienen vosotros. La cuestión pronominal es importante porque refleja las relaciones sociales de los hablantes. En Andalucía occidental en hablantes de bajo nivel de instrucción - o también puede ser una elección del hablante por cuestiones diafásicas, como la típica señora que habla con las vecinas del barrio de esta manera-, por ejemplo, en Huelva, podemos encontrar el "ustedes" con la segunda persona del verbo plural (y esto la RAE no lo acepta): por ejemplo, a los niños “ustedes os vais a la cama”. Es una mezcla del pronombre con función de sujeto y la forma del verbo, la persona del verbo. Una pregunta del examen puede ser: coincidencias y diferencias entre el español de Andalucía y el español de Canarias; hay que conocer el uso de los pronombres; algunos paradigmas verbales diferentes; la cuestión fonética. Desde el punto de vista léxico: Hay muchas voces de origen portugués y muchas voces americanas, porque los barcos que salían de Andalucía se paraban en Canarias y a la vuelta de Américas se paraban en Canarias. Por ejemplo, en Canarias escuchamos “papa” en vez de “patata”, como en toda América. Al ser esta zona de transición de los barcos, había palabras peninsulares que iban a Hispanoamérica y palabras americanas que volvían. Además de esto, los viajes que se hacían en América duraban muchos meses, meses de convivencia donde se escuchaban palabras de personas de otras zonas y daba tiempo a que los hablantes hicieran suyas algunas de estas, entonces estas personas asimilaron palabras que se han quedado en el léxico porque las personas son muy permeables sobre todo al léxico. Por esto tenemos caribeñismos léxicos: por ejemplo “atar los cordones (de los zapatos)”> en América es “amarrar los cordones”, “amarrar” viene de amarrar los barcos, el léxico canario está lleno de marinerismos. Canarias estaban en un sitio que era destino de los navegantes cuando salían de España y también cuando salían de Portugal, por esto hay también muchos portuguesismos en Canarias, aunque sabemos que con el Tratado de Tordesillas a final del siglo XV se repartieron los territorios y Canarias quedó al reino de Castilla. En una época antes de la colonización de los colonos nobles andaluces, allí los hablantes eran hablantes de lenguas bereberes. Estas lenguas bereberes han dado lugar a lo que se conoce como el guanche, que vemos en los nombres de las plantas y de los animales, la flora y la fauna. Hay unos cuantos términos de origen prehispánico atribuido a este guanche que sería la variedad que aglutinaba diferentes lenguas bereberes. Cuando hablamos de estas épocas se trataba de poblaciones que igual estaban en una isla y en otra, no había mucho contacto. 1.10.2024 Hoy vamos a hablar de los pueblos y de las lenguas de la América prehispánica porque nos interesa saber qué lenguas había allí cuando empezó la colonización y qué lenguas de aquellas u otra se siguen hablando hoy en día, porque están en contacto con el español y esto produce efectos. Cuando los europeos llegan a América, se encuentran con lo que en antropología se denomina los pueblos originarios, con niveles de desarrollo muy diversos y una población indígena de estos pueblos bastante numerosa. Según los historiadores, como Antonio Tovar, había 170 grande familias lingüísticas y 2000 lenguas: los hablantes de estas lenguas en el siglo XV eran una cifra entre 10 millones y 45 millones. Lo que ocurrió es que esta población quedó mermada en un porcentaje altísimo a causa de la violencia de la conquista y sobre todo de las enfermedades, no solo físicas (infecciones de bacterias que no existían ahí), sino que tuvo mucho peso la alienación, el choque cultural. Estos pueblos se huyeron hacia zonas donde no vivían (por ejemplo, de cerca de un río a las montañas) y no estaban acostumbrados a desarrollar su vida y costumbres, tuvieron que desarrollar nuevos recursos para sobrevivir, y esto también tuvo mucho impacto psicológico. Junto a esta gran variedad de pueblos indígenas originarios se encontraron con una gran variedad de lenguas. Los diarios de Colón tratan de su experiencia y hablan de cómo fue ese contacto. Una de las partes más ingenuas de estos diarios es que Colón se sorprende porque la gente no se entienda. Es curioso porque precisamente un genovés que vivía en España y estaba en contacto con muchas lenguas tenía una reacción muy infantil. En lingüística se habla de la atomización lingüística del territorio americano, o sea la fragmentación de lo que era esta América precolombina. Las situaciones de aislamiento en América eran lo normal debido a los factores geográficos, no había contacto entre unos pueblos y otros, con lo cual el aislamiento es una de las grandes características de estos grupos lingüísticos. A pesar de esta gran cantidad de lenguas que sabemos que existían, en realidad solo unas pocas fueron realmente mayoritarias e importantes, precisamente por la fragmentación del territorio y de los diferentes pueblos que había. Estas lenguas, que no llegan a la decena, fueron la fuente de los que conocemos como americanismos léxicos y todos los prestamos léxicos que se desarrollan durante la conquista. Hay elementos que son préstamos puros: cuando los conquistadores y colonizadores llegan allí y ven una realidad totalmente diferente que no saben cómo nombrar y cuando entran en contacto con la población indígena acuden a estos elementos léxicos para nombrar estas realidades. En los diarios de Colón ya hay muchos elementos léxicos que consideramos americanismos. Esto se ve mucho en todas las crónicas de los militares, de los historiadores, porque luego la Corona quería documentos sobre todo esto. Entre estas lenguas no se entendían y esto favorece que algunas de las lenguas mayoritarias se convierten en lenguas vehiculares para entenderse entre ellos, lo que en historia de la lengua se llama lenguas generales. El concepto de la lengua general viene de la lingüística misionera. La evangelización y cristianiza