Secuencia 10: Revolución Trastámara PDF

Summary

Este documento proporciona un resumen de la secuencia 10 sobre la Revolución Trastámara en la historia de Castilla e incluye discusiones sobre la herencia política de Alfonso XI y el reinado de Pedro I, así como los conflictos y alianzas políticos. Contempla temas como el control de la nobleza, las enfermedades, la crisis dinástica y las tensiones con otras naciones.

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Secuencia 10: Revolución Trastámara 1) La difícil herencia de Alfonso XI [1312-1350] El control de la nobleza por las ciudades y de las ciudades por la nobleza Para hacer frente a las necesidades de la Corona, Alfonso XI creó un impuesto nuevo sobre las transacciones comerciales: la alcabala (un 10%...

Secuencia 10: Revolución Trastámara 1) La difícil herencia de Alfonso XI [1312-1350] El control de la nobleza por las ciudades y de las ciudades por la nobleza Para hacer frente a las necesidades de la Corona, Alfonso XI creó un impuesto nuevo sobre las transacciones comerciales: la alcabala (un 10%), aprovechándose del auge del comercio. Las ciudades se desarrollaron, creando un contrapeso a las tierras dominadas por un miembro de la alta nobleza. Las ciudades se protegieron con hermandades armadas. Para controlar el poder creciente de las ciudades, Alfonso XI creó regidores nombrados por el rey. Intentó así evitar disturbios en las ciudades cuyo gobierno era muy a menudo objeto de las ambiciones políticas de bandos familiares contrarios. Pero no evitó el monopolio de algunos linajes y clases. El peso de las enfermedades Alfonso XI murió de la Peste Negra y su hijo Pedro I también fue muy enfermo entre 1350 y 1351, lo que despertó ambiciones políticas en miembros de la nobleza que imaginaron que el trono iba a quedar pronto vacío. Responsable de la crisis dinástica Alfonso XI tuvo un hijo legítimo con su esposa María de Portugal: Pedro, futuro Pedro I [1350-1369]. Cuando murió Alfonso XI, tenía ya 16 años, pero no gobernó antes de los 18 por los problemas de salud que lo mantuvieron alejado del trono. Entre los miembros de la alta nobleza que pretendían impedir que reinara Pedro estaba el bando de la amante de Alfonso XI, Leonor de Guzmán, con quien Alfonso XI tuvo diez hijos. El primogénito era Enrique, futuro rey Enrique II [1369-1379]. Enrique se alzó contra el rey don Pedro en 1350. Derrotado, tuvo que huir. María de Portugal, esposa legítima de Alfonso XI, hizo encarcelar y ejecutar a Leonor de Guzmán en 1351, lo que desencadenó disturbios por parte de los hijos de la ex-amante del rey Alfonso XI. El privado de María de Portugal, Juan Alfonso de Alburquerque, optó por una represión sangrienta de las rebeliones nobiliarias. 2– Pedro I de Castilla [1350-1369] ¿El Justiciero o El Cruel? Esposas y amantes Juan Alfonso de Alburquerque entregó al rey Pedro I una esposa (doña Blanca de Borbón). Eso comprometió a Castilla en la Guerra de los Cien años. Le entregó a la vez una amante: María de Padilla, pensando así poder controlar al rey. Sin embargo, la alianza entre Pedro I y Francia gracias al casamiento con doña Blanca de Borbón no funcionó, porque Pedro I apreciaba mucho más a su amante, doña María de Padilla con quien ya tenía una hija cuando llegó doña Blanca para casarse con él. Alburquerque tuvo que huir a Portugal y empezó a fomentar la rebelión contra el rey, juntándose con los Guzmanes. Pedro I hizo anular su casamiento con Blanca en 1354, porque no había llegado a Castilla con la dote prometida y así pudo casarse con una nueva conquista: doña Juana de Castro. El Papa defendió a doña Blanca de Borbón y la alta nobleza aprovechó la ocasión para rebelarse. En 1361, Pedro I la hizo ejecutar, atrayéndose la enemistad de Francia. Abandonó también a Juana de Castro, lo que provocó la rebelión de la poderosa familia de Castro. Del «Justiciero» al «Cruel» En 1356, al rey lo sitió en Toro una coalición de nobles encabezada por hermanastros de Pedro I –los hijos de Leonor de Guzmán˗, su tía y propia madre. Consiguió vencer y asesinó a muchos de los nobles presentes; lo que le valió el apodo de «Cruel». Enrique de Trastámara, hijo de Leonor de Guzmán y de Alfonso XI, consiguió huir a Francia. En 1358, Pedro IV de Aragón [1336-1387] fomento una nueva rebelión contra Pedro I de Castilla – fue la guerra de los dos Pedros ˗ en respuesta de la cual Pedro I multiplicó los asesinatos de miembros de la familia real, bastardos y legítimos. Cuando murió María de Padilla en 1361, Pedro I juró que se había casado con ella secretamente. Fue reconocida como reina y su hijo Alfonso fue jurado por heredero legítimo. Pero Alfonso murió en 1362. Se reanudó entonces la lucha con Aragón. En 1363, las Cortes proclamaron a Enrique rey de Castilla y León. Pedro I tuvo que huir a Portugal, llevando consigo el tesoro real. Dicha ausencia de tesoro real retrasó el avance de Enrique II, cuya considerable fortuna apenas alcanzaba para comprar partidarios y asegurar lealtades. 3 - La «Revolución Trastámara» Guerra familiar, guerra europea El infante Enrique había sido casado por su madre Leonor de Guzmán con la hija de don Juan Manuel, la misma Constanza abandonada por Alfonso XI. Así se reforzaba su relación con la familia real, ya que Juan Manuel era nieto de Fernando III el Santo (1230-1252) y sobrino de Alfonso X el Sabio (1252-1284). Lo apoyaron bandos creados en muchas ciudades, a raíz de los descontentos de la política agresiva de Pedro I. También lo apoyó Pedro IV (1336-1387) de Aragón, porque le interesaba fomentar disturbios en Castilla. El sistema de alianzas superó los límites peninsulares ya que participó así en la Guerra de los Cien años [1337-1453]. El casamiento de Pedro I con Blanca de Borbón había creado una alianza con Francia, rota casi inmediatamente por la suerte que el rey castellano reservó a la infanta. Enrique II por su parte tuvo ocasión de refugiarse varias veces al reino vecino de Francia, y allí fue acogido con benevolencia Pedro I se unió con Eduardo de Gales, el «Príncipe Negro» y con Carlos II de Navarra «El Malo» Enrique II se alió con el rey de Francia y fue apoyado por las «compañías blancas» del caballero de Bretaña Du Guesclin. La oposición no podía ser más radical y sería fácil para los historiógrafos presentar a Pedro como el malo y a Enrique como el bueno. ¿Una verdadera revolución? A pesar del peso político y económico de las alianzas, Enrique tardó diez años en vencer a Pedro I. Con el asesinato de Pedro después de la batalla de Montiel, en 1369, accedió al trono una nueva dinastía. Los historiadores actuales tienden a mostrar que, sin dicho regicidio, Pedro estaba a punto de vencer a Enrique. Por otra parte, se está rehabilitando la figura de Pedro, muy maltratada por los poetas e historiógrafos que oficiaron en las cortes de los primeros reyes Trastámara. No se puede hablar de revolución total, puesto que no desaparecieron totalmente los antiguos linajes; parte de ellos pasaron a los nuevos por alianzas matrimoniales. No se creó la movilidad en la época Trastámara, sino que solamente se aceleró. Los reyes no fueron a buscar hombres villanos ni totalmente desconocidos sino miembros de la nobleza en plena ascensión desde la época de Alfonso X. Fue sin embargo una suerte de revolución porque fue el primer rey que realmente compartió el poder con una nobleza, pero con una nobleza nueva, que pudo llamarse suya. 4 - Enrique II de Castilla [1369-1379] Obtuvo su apoyo con las llamadas "mercedes enriqueñas", que consistieron en regalos y privilegios otorgados a los que le ayudaron a llegar al trono. También perdonó a los “petristas" y a los que pasaron a su bando en el último momento. Los concejos de las ciudades habían a menudo apoyado primero a Pedro I Aprovecharon muchas veces la lucha dinástica para arreglar cuentas locales. Aprovecharon luego el cambio de dinastía para hacer confirmar sus privilegios y obtener otros nuevos. Los nobles de señorío recibieron del rey mercedes que no les gustaron a las ciudades porque iban acompañadas de tierras y ciudades reales que pasan a ser señoriales. Las Cortes estaban compuestas de: - un brazo del clero (alta nobleza del clero), - nobleza (ricos hombres, infanzones e hidalgos y también nobleza pequeña de los caballeros (caballeros y escuderos fijosdalgo, novedad del siglo XIV). - un brazo de representantes de las ciudades (representantes de concejales y regidores y corregidores nombrados por Alfonso XI: nobleza local). Supo asociar las ciudades a su política. Reunió cortes para hacer aceptar las mercedes enriqueñas otorgadas a los nobles que le habían apoyado (incluso a Du Guesclin), a cambio de la confirmación de los privilegios y fueros de las ciudades. Las Cortes aceptaron tales medidas como consecuencias de la guerra civil. Sin embargo, las Cortes no tardaron en manifestar cierto descontento (ya en 1371) porque Enrique II, después de apoyarse en ellas, quería seguir con su propia política. Fue creada la Audiencia Real que creó puestos para la "nobleza de servicio" (jueces y secretarios). Hubo muchas quejas por la enajenación de impuestos municipales otorgados a nobles de servicio. Enrique II aceptó no otorgar nuevas mercedes y no nombrar a nuevos corregidores, pero no suprimió las mercedes anteriores El reinado de Enrique II bastante corto permitió salvar el equilibrio entre el rey, la alta nobleza y las ciudades (también representadas por nobles). Se favorece una nobleza "administrativa" en cargo del regimiento del país. Y después…

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