Libro PDF: El Tiempo y las Enfermedades del Alma - 19th Century

Summary

El documento presenta un fragmento de una obra literaria, probablemente una novela, que narra la vida de un personaje llamado Ramírez y sus experiencias en el siglo XIX. Destaca el contexto histórico y social de la época, abordando temas como la pobreza, el estudio y la superación personal. Es un extracto interesante que ofrece una mirada a la vida de un individuo en un periodo de cambios.

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Aquí está el documento en formato markdown: ## 11 El tiempo es el gran médico de las enfermedades del alma; atenúa, cuando no borra, las peores heridas. Ramírez sintió esa benéfica mano tan suave, tan insensible en la manera de obrar y pasados dos años del terremoto, en el cual había perdido famil...

Aquí está el documento en formato markdown: ## 11 El tiempo es el gran médico de las enfermedades del alma; atenúa, cuando no borra, las peores heridas. Ramírez sintió esa benéfica mano tan suave, tan insensible en la manera de obrar y pasados dos años del terremoto, en el cual había perdido familia, fortuna y gran parte de su vigor moral y de la fe en el porvenir propio, fue relegando a un rincón de su memoria los penosos recuerdos de entonces. A poco del cataclismo, regresó a Quito a continuar los estudios, único porvenir que le quedaba; pues el patrimonio con que antes contaba la familia, una tienda de comercio, había desaparecido en la catástrofe. Difíciles fueron los días que atravesó en Quito; con una mengualidad de diez pesos, ¡mandada necesario vivir!; con esa exigua sumapagaba el miserable cuartucho y la ruín comida que le daban en un figón, y muchas veces faltaba la hedionda vela de sebo para poderse dar le las lecciones. Haciendo prodigios de economía y guardando centavo a centavo, podía comprar la pobre ropa que necesitaba para poder asistir a los cursos. Todas las expansiones propias de la juventud le estaban absolutamente vedadas y los amigos que podían ayudarle y ser a veces un recurso inapreciable para las luchas de la vida, eran para Ramírez de pura etiqueta; pues él, cohibido con la pobreza y su carácter huraño y triste, nunca intimó con nadie. Concluyó, empero, los estudios: atenta su notoria pobreza y teniendo en cuen. ta la aplicación y aprovechamiento notables, los derechos de exámenes y grados le fueron dispensados. ¡Con cuanta emoción recibió de una pequeña suma de dinero destinada a comprar la levita y el sombrero de copa para el grado!. Este fue lucido y obtuvo una votación sobresaliente ¡Cuanta vergüenza tuvo el nuevo doctor, al no tener con qué comprar una mala botella de vino para invitar a los profesores y condiscípulos, como es de costumbre en estos casos! Solo, huraño, avergonzado, con la muerte en el alma, dirigióse, concluido el examen, a su pobre cuartito, testigo de tantas miserias y amarguras y de tanto tesón y buena voluntad, sin tener a quien comunicar el triunfo obtenido, sin que hubiese una madre llorosa de placer ni un padre emocionado de contento que acogieran al nuevo abogado. Esa noche, que para tantos otros estudiantes, es de alegría, de goces mil, de esperanzas, fue para Ramírez, de lágrimas. Poco a poco ganó algunas sumas de dinero en pleitos de asuntos de menor cuantía, hasta que la defensa que hizo ante un consejo de guerra de un pobre artesano acusado de con spirador, dióle con el triunfo, merecida fama de elocuente y conocedor de la ley. Luego vinieron otras causas más complicadas, en el despacho de los juíciosing anduvo acertado, y su reputación de abogado ganó bastante terreno. Esta ba pus, libre de la miseria y con el porvenir asegurado.

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