Evolución territorial de los reinos cristianos en la Edad Media PDF

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Summary

This document discusses the territorial evolution of Christian kingdoms in the Middle Ages, focusing on the resistance to Muslim invasions in the Iberian Peninsula, specifically in the areas of the Cantabrian Mountains and the Pyrenees. It details the consolidation of the Kingdom of Asturias-León, and the subsequent expansions and conflicts with the Muslim Caliphate.

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Julián Navarro Melenchón Tema 3. Evolución territorial de los reinos cristianos en la Edad Media Introducción La invasión musulmana no logró derrotar la resistencia cristiana en los agrestes valles de la Cordillera Cantábrica (Covadonga, 722) y de los Pirineos (732). La cons...

Julián Navarro Melenchón Tema 3. Evolución territorial de los reinos cristianos en la Edad Media Introducción La invasión musulmana no logró derrotar la resistencia cristiana en los agrestes valles de la Cordillera Cantábrica (Covadonga, 722) y de los Pirineos (732). La consolidación de esta resistencia fue superior en el sector occidental al unificarse en torno al Reino de Asturias-León, lo que le permitió resistir mejor al embate militar del califato durante el siglo X y conseguir avanzar la reconquista hasta el río Duero. Sin embargo, el sector oriental estuvo fragmentado, siendo más vulnerable a la presión del siglo X, lo que se tradujo en una parálisis de la reconquista en su zona. Desarrollo La resistencia de los núcleos cristianos (siglos VIII-X). Núcleos en la Cordillera Cantábrica. La resistencia la encabezan nobles hispano-godos y sus séquitos armados, que se refugian en los abruptos valles cantábricos, lugares estrechos donde los cristianos ocupan las partes altas, causando grandes pérdidas a los musulmanes. El emir envío una expedición de castigo contra los rebeldes de Asturias, siendo derrotado en Covadonga por Pelayo en el 7221. La consolidación del Reino de Asturias, desde Galicia a Vasconia, se produce con Alfonso I el Católico (739-57), que fortifica los pasos de montaña y atrae a los cristianos de las cuencas del Miño, Duero y Ebro. En el siglo IX, avanza la conquista hasta el río Duero y se fortifica la zona oriental fronteriza (condado de Castilla), para evitar las incursiones desde el Ebro. Alfonso II el Casto (783-842) refuerza el poder real con la legitimidad visigoda a través de los títulos palaciegos y de la legislación (Liber Iudiciorum) y robustece el catolicismo con el culto jacobeo, tras el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago (Camino de Santiago). Alfonso III el Magno (866-910) consolidó el Duero como frontera meridional: fortificando Toro y Zamora, derrotando a los musulmanes en Polvorosa (878). Se proclama “Hispaniae Imperator” y en la división patrimonial sitúa a su primogénito en la capital de León (Reino de León). En el siglo X, con el apogeo del poder califal de Abd al-Rahmán III, el Reino de León logró frenar su ofensiva en la batalla de Simancas (939), consolidando el control del valle del Duero. Sin 1Anbasa (721-725) organiza la 3ª Expedición a Asturias (722), siendo derrotado en Covadonga y Proaza. Envió un ejército al mando del bereber Alqama contra los rebeldes de Asturias y poner fin a la rebelión y establecer al gobernador de Gijón Munuza para la recaudación de tributos. Persiguió a las escasas tropas del rebelde Pelayo acorraladas en Covadonga, donde fue sorprendida el centro de la columna, matando a Alqama y haciendo prisionero al obispo Oppas. La vanguardia huye por los Picos de Europa hacia Liébana, despeñándose y siendo sepultados por desprendimientos, y la retaguardia huye con el gobernador Munuza y son derrotados en Proaza (río Trubia). -1- Julián Navarro Melenchón embargo, Almanzor convirtió las algaradas en sistemáticas, eran expediciones de castigo para desmantelar fortalezas, crear inseguridad para la repoblación y obtener botín de guerra capturando cristianos como esclavos (concubinas, eunucos). El Reino de León se debilitó, desgajándose el condado de Castilla. Núcleos en la Cordillera Pirenaica. La resistencia hispano-goda en los Pirineos logra derrotar a la expedición de castigo del emir en el 732. Pero será el reino Franco, tras derrotar la incursión musulmana en Poitiers (732) y expulsarlos de la Narbonense (759), cuando intenta crear una Marca Hispánica conquistando el valle del Ebro. Su fracaso en Zaragoza y el ataque que sufre en su repliegue (Roncesvalle, 778), la deja reducida al control de los pasos pirenaicos (Pamplona y Barcelona). En el siglo IX, las guerras civiles de los francos provocaron la desintegración en del Imperio Carolingio, lo que favoreció la sustitución de los nobles francos de la Marca Hispánica por los nobles hispanos en condados independientes: Íñigo Arista en Pamplona, Aznar Galíndez en Aragón y Vifredo el Velloso en Barcelona. En el siglo X, para hacer frente a las algaradas musulmanas del Califato, Pamplona y Aragón se unen por enlace matrimonial y el condado de Barcelona se vuelve a poner bajo vasallaje del reino Franco. Las islas Baleares, que seguían resistiendo bajo control romano (bizantino), caen en poder musulmán en el 902. La expansión y consolidación de los reinos hispánicos (siglos XI-XIII). El Reino de Navarra. Sancho III el Mayor (1000-1035) logra unificar Castilla, Navarra y Aragón a través de la política matrimonial y la fuerza militar. Pero, posteriormente, fragmenta el reino entre sus tres hijos: el reino en Castilla para Fernando I, Navarra para García III y Aragón para Ramiro I. La Corona de Castilla. En el siglo XI, Fernando I (1035-1065) conquista el Reino de León y reconquista toda la Cuenca del Duero hasta el Sistema Central. Alfonso VI (1065-1109) unifica la nueva división patrimonial de la Corona (1072) y reconquista Toledo en 1085. Pero con la invasión de los almorávides sufre las derrotas de Sagrajas (1086) y Uclés (1108), provocando el repliegue cristiano al Sistema Central, excepto Toledo que logra resistir. En el siglo XII, Alfonso VII (1126-1157) logra restablecer la frontera en el Tajo, pero la nueva división patrimonial de la Corona entre Castilla y León (y Portugal, 1143) y la invasión almohade paralizan el avance. Alfonso VIII el de las Navas (1158-1214) creará las órdenes militares para el control de la frontera: Alcántara, Calatrava y Santiago. Aun así, la derrota de Alarcos (1195) provoca un retroceso que lleva al asedio de Toledo, lo que alarma a todos los reinos cristianos. -2- Julián Navarro Melenchón En el siglo XIII, la cruzada papal y la alianza con los reinos cristiano logra la victoria en Las Navas de Tolosa (1212), que junto a la unión definitiva de la Corona de Castilla por Fernando III (1230), abren la reconquista del valle del Guadalquivir (Jaén, Córdoba y Sevilla, 1236-48) y Segura (Murcia, 1243). Por el Tratado de Alcaraz (1243), el emirato hudí de Murcia se ponía bajo el protectorado de Castilla, entregando las fortalezas y parte de los tributos a cambio del mantener el gobierno, las propiedades, la religión y las costumbres musulmanas. Se resistieron las fortalezas de Mula, Lorca y Cartagena, tomándose militarmente en 1244. En 1264, el emir nazarí Muhammad I de Granada impulsa la rebelión de los musulmanes (mudéjares) de Andalucía y Murcia (1264-66). El control de Andalucía lo realiza Alfonso X y el de Murcia su suegro Jaime I, siendo Murcia repoblada por cristianos, a los que se le otorga exenciones fiscales, privilegios a los caballeros e infantes para la defensa de la frontera y la organización del concejo (Fuero de Murcia). Corona de Aragón. En el siglo XI, no hay avances sobre el valle del Ebro, quedando reducida la reconquista a la toma de Huesca (1096) por Pedro I de Aragón y Navarra (1094-1104). En el siglo XII, Alfonso I el Batallador (1104-1134) conquista Zaragoza en 1118 y realiza una profunda incursión en territorio almorávide (1125-26) para recuperar a los mozárabes que estaban siendo perseguidos y deportados al norte de África. Su testamento produce la separación de Navarra y la unión de la Corona de Aragón con el matrimonio de Petronila (Reino de Aragón) y Ramón Berenguer (condado de Barcelona) en 1150, permitiendo la expansión hacia el este y el sur (Lérida, Tortosa y Teruel). Alfonso II (1164-1196) firma del Tratado de Cazola (Soria, 1179) con Castilla para repartirse la zona de reconquista hacia el sur, adjudicando el Reino de Murcia para Castilla. Pedro II (1196-1213) pretendió su expansión hacia el norte, hacia Occitania, a través de enlaces matrimoniales y su mediación en la herejía cátara, fracasando por la intervención francesa y papal (Batalla de Murat, 1213). En el siglo XIII, tras las Navas de Tolosa (1212), Jaime I conquista las Baleares (1229-35) y Valencia (1232-42), estableciendo en el Tratado de Almizra (1244) la frontera con Castilla en la línea entre Biar-Villajoyosa. Posteriormente, Jaime II conquista el reino de Murcia a los castellanos y revisa el pacto en el Tratado de Elche (1305): Villena, Alicante, Elche y Orihuela son incorporadas a la Corona de Aragón. La repoblación durante la reconquista. La repoblación durante la resistencia (VIII-X). La presura era la modalidad de repoblación de las primeras épocas de la Reconquista. El rey concedía tierras en propiedad al primero que las roturase y las mantuvieses cultivadas en un contexto militar muy inseguro. -3- Julián Navarro Melenchón La repoblación del siglo XI. En el sector occidental, la reconquista permitió disponer del valle del Duero para realizar la repoblación concejil en torno a los principales núcleos urbanos (Toro, Salamanca, Ávila, Segovia), repartiéndose las propiedades próximas al concejo según la participación en la algarada. Sin embargo, para favorecer la defensa del Sistema Central se realizó la repoblación señorial, asentándose señores laicos y eclesiásticos (órdenes religiosas) con mayor poder militar para hacer frente a las incursiones musulmanas. En el sector oriental (Pirineos) no hay avance territorial. La repoblación del siglo XII. En el sector occidental, la repoblación concejil se extiende por los valles del Tajo y Guadiana (Toledo, Badajoz) y la señorial por la frontera de Sierra Morena, pero la invasión almorávide y almohade convierten esta zona en “tierra de nadie”. Se logra reconquistar lentamente mediante repoblación señorial laica y eclesiástica (arzobispo de Toledo y órdenes militares de Alcántara, Calatrava y Santiago). Estos señores, ante la despoblación y las continuas algaradas, dedican sus enormes propiedades a la ganadería lanar, ya que necesita poca mano de obra y es fácil de transportar en caso de guerra. En el sector oriental se sigue el modelo: repoblación concejil en el valle del Ebro (Zaragoza, Tortosa) y señorial en la frontera (orden del Temple y Hospital), quedando la población mudéjar, ya que no hubo embestida de almorávides y almohades, como sí ocurrió en la Meseta Sur. La repoblación del siglo XIII. En el sector occidental se repite el modelo original, repoblación concejil en el valle del Guadalquivir y Segura y señorial en la frontera de los Sistemas Béticos, pero la rebelión mudéjar de 1264 obliga a la represión militar, huyendo los mudéjares hacia Granada. Se asegura el control del territorio despoblado entregando grandes dominios a los señores laicos y eclesiásticos (obispos y órdenes militares). En el sector oriental, en los valles del Júcar-Turia y las Baleares, repoblación concejil, y en la frontera Bética, repoblación señorial. No se produce rebelión mudéjar, quedando así una fuerte minoría y no produciéndose la gran concentración de la propiedad ni el monocultivo ovino del sector occidental. Conclusiones El sector occidental siguió manteniendo la iniciativa militar durante la expansión cristiana de los siglos XI al XIII, y sobre todo, al lograr frenar el empuje de las invasiones bereberes del siglo XII (almorávides y almohades) y conseguir dominar las insurrecciones de los mudéjares en el territorio reconquistado durante siglo XIII. El sector oriental, al quedar rezagado en el frente de guerra, pudo mantener una repoblación más equilibrada, concejil en los valles y señorial en las montañas, con una economía más diversificada y la presencia de una minoría mudéjar en los reinos de Aragón y Valencia. -4- Julián Navarro Melenchón -5- Julián Navarro Melenchón -6-

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