Teoría Ecológica y Factores de Riesgo

La idea de que un comportamiento es normal si está dentro de un rango estadístico promedio, ignorando casos fuera de este rango como capacidades altas.

La idea de que un comportamiento es normal si se ajusta a un ideal social establecido. Esto puede llevar a considerar que solo los comportamientos promedio son normales.

La idea de que la normalidad es un proceso dinámico donde la persona se adapta y encuentra equilibrio. Esto puede llevar a la sumisión a las exigencias sociales.

Un estado de funcionamiento normal del cuerpo y la mente, con un equilibrio entre bienestar físico y psicológico.

Un estado de funcionamiento anormal del cuerpo o la mente, con un desequilibrio o disfunción en el bienestar físico o psicológico.

Este enfoque ve la 'normalidad' como una categoría 'establecida' o 'definida' que categoriza a las personas como 'normales' o 'anormales', ignorando la complejidad de las variables individuales.

La idea de que no existe un límite claro entre lo 'normal' y lo 'patológico', y que los comportamientos se encuentran en un espectro continuo

Los problemas de comportamiento en el aula requieren una evaluación completa considerando diversos factores, incluyendo el entorno, la personalidad del niño, la interacción familiar, etc.

La relación entre los factores de riesgo no es como una línea recta (A causa B), sino que interactúan de manera compleja y en ambas direcciones (A afecta B y B afecta A).

La teoría de Urie Bronfenbrenner que explica cómo el contexto social y las distintas capas de relaciones influyen en el desarrollo del niño.

El entorno más cercano al niño, como la familia y la escuela, que interactúan directamente con él.

Las relaciones existentes entre los miembros del Microsistema, por ejemplo, la interacción entre la familia y la escuela del niño.

Elementos que influyen en el niño sin una relación directa con él, como el trabajo de los padres.

El contexto cultural más amplio en el que se encuentra el niño, como la religión o las tradiciones.

Análisis de los factores de riesgo que solo consideran una causa única, sin ver la compleja interacción entre ellos.

Evaluación de los factores de riesgo que considera las interacciones complejas entre ellos, sin buscar un único culpable.

La teoría de la "bondad de ajuste" propuesta por Thomas y Chess sugiere que los estilos de crianza deben adaptarse al temperamento del niño, favoreciendo su capacidad de regulación y socialización.

Los rasgos de personalidad son patrones de comportamiento estables, moldeados por el ambiente y la experiencia.

Eysenck identifica tres dimensiones principales de personalidad: extraversión, neuroticismo y psicoticismo, que juegan un papel en la conducta antisocial.

La extraversión se relaciona con una menor activación cortical, lo que podría dificultar la inhibición de comportamientos problemáticos.

La impulsividad, es un rasgo fuertemente asociado con la conducta antisocial y delictiva. Se caracteriza por actuar sin considerar las consecuencias.

El neuroticismo se caracteriza por una mayor reactividad emocional y ansiedad, lo que también puede estar relacionado con problemas de conducta.

Los factores individuales como los rasgos de personalidad juegan un papel en la conducta antisocial, pero no son únicos, otros factores como el entorno también influyen.

El autocontrol es importante para regular la conducta y evitar comportamientos antisociales. Una baja demora de la gratificación y la necesidad de gratificación inmediata son señales de riesgo.

Un trastorno neuroconductual que afecta a niños menores de diez años, caracterizado por dificultades de atención, hiperactividad e impulsividad.

Los niños con TDAH tienen más probabilidades de tener dificultades académicas debido a problemas de concentración, impulsividad y movimientos constantes.

El TDAH es más común en niños que en niñas, con una proporción de 10 a 1.

Los síntomas del TDAH pueden ser más notables en situaciones que requieren autocontrol y esperar, como en las clases o las actividades grupales.

La influencia familiar y ambiental juega un papel importante en el desarrollo y tratamiento del TDAH.

Es importante detectar temprano el TDAH para brindar la intervención adecuada y evitar problemas posteriores en el desarrollo del niño.

El TDAH puede ser un factor de riesgo para problemas de comportamiento, autoimagen negativa e incluso depresión en la infancia.

La intervención para el TDAH debe incluir tanto al niño como a su entorno familiar, con el objetivo de fortalecer las estrategias educativas y de manejo del trastorno.

Un estado emocional que se caracteriza por altos niveles de ansiedad, relacionada con la capacidad de realizar mejor las acciones y generalizar esa conducta.

Una dimensión de la personalidad que se refiere a la falta de empatía, culpabilidad y sensibilidad hacia los demás. Influye negativamente en el aprendizaje de la moral, aumentando el riesgo de comportamientos antisociales.

La búsqueda de emociones intensas, impredecibles y arriesgadas, incluso si implican actividades violentas. Se relaciona con una aversión por la rutina y un deseo de experiencias excitantes.

Un estilo de personalidad que se caracteriza por una baja reactividad al castigo, dificultando la creación de condicionamientos y limitando el aprendizaje de comportamientos adecuados mediante la disciplina.

La capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otros. Se relaciona con la capacidad de controlar la impulsividad y evitar acciones que puedan dañar a los demás.

La percepción de que los eventos externos controlan la propia vida, reduciendo el control personal y la responsabilidad sobre las acciones.

La imagen que tiene una persona de sí misma. Puede influir en cómo se relaciona con los demás y en la toma de decisiones.

Un factor de riesgo en el desarrollo de comportamientos antisociales. Se relaciona con dificultades para regular las emociones y controlar la impulsividad.

Los niños hiperactivos tienen problemas para concentrarse y controlar sus impulsos, especialmente en tareas largas y complejas. Suelen tener dificultades para aprender de manera efectiva.

Los niños hiperactivos pueden tener dificultades para mantener un esfuerzo sostenido y para planificar o analizar una tarea de manera efectiva. Esto les dificulta la resolución de problemas complejos y la toma de decisiones.

Los niños con déficit de atención pueden tener problemas para regular sus emociones y controlar su comportamiento en situaciones desafiantes. Esto se debe a una falta de desarrollo del autocontrol.

La falta de autocontrol en los niños hiperactivos puede generar problemas de comportamiento y socialización, ya que tienen dificultad para entender y seguir las normas sociales.

Los niños hiperactivos pueden necesitar ayuda para desarrollar su autocontrol. Un buen manejo de esto puede ayudarles a tener un comportamiento social adecuado.

La falta de autocontrol y la dificultad para aprender de manera efectiva pueden afectar el éxito escolar y social de los niños hiperactivos. Es crucial identificar y tratar los problemas que presentan.

El ritmo al que se presenta la información puede afectar la capacidad de aprendizaje de un niño hiperactivo. Se recomienda un ritmo más lento y adaptado a sus necesidades.

Los niños hiperactivos pueden responder mejor a las recompensas y el refuerzo positivo que a las reprimendas. Es importante utilizar estrategias positivas para motivar su aprendizaje y comportamiento.

Las relaciones entre la escuela y la familia pueden ser desafiantes debido a diferentes perspectivas sobre la educación. Los padres buscan resultados y calidad, mientras que la escuela se enfoca en el desarrollo y la socialización.

Los padres buscan resultados y calidad educativa, basándose en una lógica de consumo. Esperan beneficios concretos por su inversión en la educación.

Las exigencias de calidad de los padres no siempre se alinean con los enfoques pedagógicos de la escuela. Esto crea tensión y puede generar conflictos.

La tecnología facilita la comunicación y el acceso a la información. Esto ofrece nuevas oportunidades de aprendizaje y ayuda a resolver problemas de manera conjunta.

La escuela juega un papel crucial en la socialización de los niños, enseñándoles a interactuar con sus iguales y a seguir las normas.

La comunicación y la colaboración entre la escuela y la familia son esenciales para abordar los problemas de conducta y apoyar el desarrollo del niño.

Diferencias en los valores morales entre la familia y la escuela pueden crear confusión en el niño. Es importante mantener una coherencia para evitar contradicciones.

La disciplina y el orden son fundamentales para el aprendizaje académico y la transmisión de valores. Es importante establecer límites claros y coherentes.

Un rasgo de personalidad que se caracteriza por altos niveles de ansiedad, que Eysenck relaciona con una mayor ejecución conductual y facilidad para generalizar la conducta.

Una dimensión de la personalidad que se refiere a la falta de empatía, culpabilidad y sensibilidad hacia los demás. Se considera un factor de riesgo para el desarrollo del comportamiento antisocial.

Un rasgo de personalidad que se caracteriza por la tendencia a actuar de manera impulsiva, sin considerar las consecuencias de sus acciones.

Un estilo parental donde la comunicación afectiva se confunde con el control, lo que puede llevar a comportamientos conformistas, menos agresivos y menos dominantes en los niños. Este estilo puede tener efectos más duraderos si se inicia antes de los tres años de edad.

Un tipo de crianza que combina hostilidad con restrictividad, lo que puede generar timidez, retraimiento social, dificultades con los compañeros y una falta de confianza y motivación.

Un estilo de crianza caracterizado por la hostilidad y la permisividad, lo que puede conducir a comportamientos desafiantes, ansiosos y agresivos.

Un estilo de crianza que se caracteriza por la falta de afecto, la permisividad y el uso de castigos físicos o emocionales.

El TDAH es un trastorno que afecta la atención, la hiperactividad y la impulsividad. Su origen puede estar en una deficiencia en la producción de la dopamina y la noradrenalina, neurotransmisores importantes para la regulación del comportamiento.

Aunque el TDAH tiene una base neurológica, el desarrollo psicosocial del niño y su contexto familiar influyen en la expresión del trastorno. Familias con reglas y estructuras más claras pueden ayudar a reducir la intensidad de los síntomas.

El trastorno negativista desafiante, el trastorno de conducta y los trastornos de aprendizaje son dificultades que pueden confundirse con el TDAH, requiriendo así un diagnóstico diferencial preciso.

La intervención para el TDAH debe ser integral, incluyendo estrategias educativas y de manejo del trastorno para el niño, así como apoyo para la familia.

El TDAH se caracteriza por dificultades en la concentración, la organización y la planificación de tareas, lo que afecta el rendimiento escolar del niño.

La medicación estimulante se utiliza para tratar el TDAH. La respuesta positiva de los niños a estos fármacos apoya la teoría de la deficiencia en la producción de dopamina y noradrenalina.

aunque el TDAH es más común en niños que en niñas, la diferencia de género no implica que las niñas no puedan presentar el trastorno. La detección temprana es crucial para un diagnóstico y tratamiento adecuado.

Es necesario realizar un diagnóstico diferencial para determinar si el TDAH es primario o secundario a otro trastorno. La ansiedad y la depresión son dos condiciones que pueden generar problemas de atención similares.

Dificultad para mantener la atención, concentración y organización, lo que provoca olvidos frecuentes, desorden y problemas para completar tareas.

Resistencia a comenzar tareas que requieren esfuerzo mental sostenido. Evitar o mostrar poco entusiasmo por actividades que demandan concentración, como tareas escolares o laborales.

Pérdida de objetos esenciales para tareas o actividades. Se olvida con frecuencia de cosas importantes como materiales escolares, llaves o documentos.

Facilidad para distraerse, lo que afecta la concentración y el desarrollo de tareas. Los estímulos externos o pensamientos irrelacionados pueden desviar la atención.

Olvido de las actividades cotidianas, como hacer las tareas, pagar las facturas o ir a citas. La dificultad para recordar afecta el buen funcionamiento diario.

Jugueteo con manos o pies, inquietud y dificultad para mantener la calma en situaciones que requieren permanecer sentado, incluso correr o trepar inapropiadamente.

Incapacidad para jugar o participar tranquilamente en actividades. Mostrar dificultad para relajarse y disfrutar de actividades recreativas.

Se levanta en situaciones en las que se espera que permanezca sentado, como en clase o en el trabajo. No puede controlar el impulso de moverse.

La creencia de que uno puede lograr metas significativas a través de sus propias habilidades y acciones. Es similar al concepto de seguridad personal, pero se centra en la competencia personal para el desempeño eficaz en una actividad importante.

Los menores hiperactivos tienen dificultad para concentrarse en tareas poco atractivas, posponer la satisfacción inmediata y controlar sus movimientos y palabras.

Las órdenes constantes de control por parte de los profesores pueden aumentar el malestar de los niños hiperactivos, lo que lleva a intentos de escapar de la situación frustrante o a través de la imaginación o la transgresión de las normas.

Las características cognitivas y emocionales de los niños hiperactivos pueden dificultar su aprendizaje escolar. Esto suele llevar a experiencias de fracaso, lo que les hace pensar que no son tan capaces como sus compañeros.

Es esencial dotar a los niños hiperactivos de habilidades para el aprendizaje y ayudarles a construir su seguridad personal a través de pequeños éxitos que aumenten su sentido de competencia y eficacia.

Un modelo motivacional que busca explicar las diferencias en la estructura motivacional entre niños hiperactivos y no clínicos.

Los niños hiperactivos y no clínicos muestran diferencias significativas en el esfuerzo que dedican a lograr un rendimiento óptimo en una tarea. Esto se debe a que su procesamiento de información es diferente.

Son importantes las investigaciones sobre el procesamiento de información en psicopatología infantil para entender mejor las dificultades de aprendizaje y comportamiento en los niños hiperactivos. Esto permitirá desarrollar mejores estrategias de intervención.