Tema 5: Perfiles Criminales - Violación Adulta

Un tipo de agresor sexual en serie que utiliza la violación para expresar su hostilidad y rabia, generalmente relacionado con una decepción o conflicto con una mujer significativa en su vida. La violencia es un elemento central, utilizándola para humillar y degradar a la víctima.

Un tipo de agresor sexual en serie que busca satisfacer su deseo de poder y control. La agresión es instrumental, utilizando únicamente la fuerza necesaria para dominar a la víctima.

Un tipo de agresor sexual en serie cuyo objetivo es obtener placer sexual de infligir daño físico y psicológico a la víctima. La violencia física y la humillación son esenciales para la excitación sexual.

Un tipo de agresor sexual en serie que busca expresar su virilidad y masculinidad a través de la violación. No oculta su identidad y considera su comportamiento como un acto de depredación.

Las conductas antisociales y la depresión pueden contribuir al desarrollo de un perfil de agresor sexual.

El componente sexual puede ser parafílico, antisocial o una combinación de ambos. El grado de sadismo está relacionado con la satisfacción sexual o el uso de la violencia.

La violencia en los crímenes sexuales puede estar dirigida a humillar a la víctima, como una forma de venganza.

El objetivo del violador sádico es obtener placer sexual al causar dolor y sufrimiento a su víctima. Es el tipo de agresor más peligroso.

Un patrón de excitación erótica que involucra objetos inanimados, niños o adultos sin consentimiento, sufrimiento o humillación de la persona o pareja, y que causa daño.

Fantasías, impulsos y comportamientos sexuales recurrentes que involucran actividad sexual con niños prepúberes (menores de 13 años).

El inicio de una parafilia suele darse durante la adolescencia, es crónico, y aumenta por períodos y disminuye con la edad.

Tres procedimientos pueden ser responsables de la aparición de un patrón de excitación erótica en la parafilia: la ansiedad o trauma emocional, el reemplazo de un patrón de excitación por otro y un patrón de excitación con simbología o condicionamiento.

Las parafilias se clasifican en leves, moderadas y graves dependiendo de la frecuencia y la intensidad de los impulsos y de la actuación según estos.

La parafilia afecta la capacidad de sentir afecto e intimar emocionalmente con una pareja. Puede también afectar el ajuste personal y emocional del individuo.

La pedofilia, el frotteurismo, la necrofilia, la zoofilia, el voyerismo y el exhibicionismo son algunos ejemplos de parafilias.

Los delincuentes sexuales presentan características específicas que incluyen infancia difícil, problemas sexuales, matrimonio, clase media, inteligencia, reincidencia, múltiples víctimas, uso de violencia en el delito e historial laboral deficiente.

Los agresores sexuales utilizan perfiles personalizados para generar confianza y obtener información personal de sus víctimas.

Es una estrategia utilizada por abusadores online para obtener imágenes sexuales de menores, utilizando técnicas de seducción gradual y provocación.

El agresor busca material sexualmente explícito del menor mediante la persuasión, el chantaje o la amenaza.

Luego de obtener material explícito, el agresor amenaza al menor con divulgarlo si no cumple con sus exigencias.

Las imágenes de abuso sexual infantil son un delito grave, con consecuencias legales para quienes las producen, distribuyen o poseen.

Una persona que disfruta la excitación sexual a partir de niños prepúberes.

Motivación por la cual una persona descarga pornografía infantil, sin que necesariamente implique pedofilia, sino curiosidad o excitación por contenido nuevo.

Factores psicológicos que pueden contribuir a las tendencias pedófilas y comportamientos antisociales en los agresores sexuales.

Fantasías sexuales recurrentes e intensas con niños prepúberes o mayores, durante al menos 6 meses, que causan malestar o deterioro social, laboral o en otras áreas. La persona tiene al menos 16 años y es 5 años mayor que el niño o niña.

Personas que parecen normales, principalmente hombres de cualquier edad, cultura o ubicación geográfica.

Creencia falsa de que los niños disfrutan del contacto sexual, que es parte de una relación de cariño, y que la sociedad lo aceptará. También creen que la responsabilidad es del niño o que el contacto mejora la relación.

Agresión con violencia, negación del delito, rituales, evidencia de psicopatología, falta de motivación para tratamiento, escasos recursos personales.

Rechazo de la desviación y deseo de cambiar, aceptación de la conducta como un problema, delitos sin agresión física, ajuste en otros ámbitos de la vida, ausencia de psicopatología, capacidad de restablecer relaciones positivas y habilidades comunicativas.

El uso de internet para contactar y prepararse para abusar de menores, mediante la creación de perfiles falsos y la manipulación de los niños para obtener fotos o videos sexualmente explícitos.

El uso de webcams para mostrar actos sexuales con menores, en el contexto de ciberacoso sexual, con el objetivo de compartir contenido explícito con otros abusadores.

Es la sustitución de las visitas físicas por virtuales en abuso sexual, facilita la creación de perfiles falsos, el anonimato y aumenta la motivación del abusador.

La impulsividad, la falta de empatía y el consumo de sustancias son rasgos que pueden estar presentes en individuos que cometen delitos sexuales contra menores.

La exposición previa a material de abuso sexual infantil puede aumentar el riesgo de que una persona se involucre en este tipo de comportamiento.

Las distorsiones cognitivas, como la minimización del daño o la justificación del abuso, son comunes en personas que cometen delitos sexuales.

Los agresores duales son individuos que producen material de abuso sexual infantil y también abusan de los niños.

La violencia de género es una forma de abuso que se ejerce contra las mujeres debido a su sexo, con el objetivo de ejercer control y poder.

El agresor psicopático se caracteriza por su falta de empatía, remordimiento y capacidad para manipular y controlar a las víctimas.

La negación del maltrato es una forma de evitar la responsabilidad por las acciones abusivas.

La posesividad, la impulsividad, los cambios bruscos de humor y los celos son señales de alerta que pueden indicar un comportamiento potencialmente agresivo.