Tema 5: Comunicación Interpersonal

Intercambio de información entre dos o más personas, usada para relacionarse, compartir ideas, sentimientos, e intentar lograr objetivos.

Componentes necesarios para que la comunicación ocurra. Incluyen: emisor, receptor, código, canal, retroalimentación y contexto.

Persona o entidad que envía el mensaje.

Persona o entidad que recibe el mensaje.

Sistema de signos y reglas para elaborar y descifrar mensajes (verbal, escrito, gestual, etc.).

Medio físico por el que circula el mensaje (aire, papel, teléfono, etc.).

Respuestas del receptor al emisor (preguntas, expresiones faciales, etc.).

Situación y condiciones que influyen en el significado del mensaje.

Una habilidad social que genera satisfacción para quien la practica y para quienes interactúan con esa persona.

Conjunto de destrezas que nos permiten relacionarnos eficazmente.

Medio para transmitir y recibir mensajes a través de las palabras y elementos paralingüísticos.

Medio para recibir información no verbal, como miradas y gestos, en la comunicación.

Forma de comunicación a través del contacto físico.

Medio comunicativo que utiliza los olores.

Distorsiones o interferencias que dificultan la comprensión de un mensaje auditivo.

Estilo de comunicación que busca imponer la voluntad propia sin considerar los sentimientos ni las necesidades del otro.

Sentimientos de culpa en el emisor y posibles respuestas agresivas (verbales o no verbales) del receptor.

Relaciones tensas, insatisfactorias y sin implicación emocional, imposibilitando relaciones duraderas.

Baja autoestima, sentimientos de inferioridad, necesidad de aprobación externa y poca tolerancia a la frustración.

Mensajes como "Harías mejor en...", "Haz...", "Ten cuidado", utilizando la imposición.

Mirada fija, voz alta, tono amenazante, postura intimidatoria.

La agresión puede ser directa e inmediata o sutil y disimulada, utilizando sarcasmo o ironía.

Estilo de comunicación que permite expresar pensamientos y emociones respetosamente, priorizando tanto el emisor como el destinatario.

Conjunto de aptitudes que permiten a los interlocutores utilizar el lenguaje de forma eficaz, teniendo en cuenta el contexto y las necesidades de la comunicación.

Características de la voz, como el volumen, la entonación y el ritmo, que ayudan a expresar emociones y actitudes del emisor.

Claridad y precisión con la que se transmite el mensaje, asegurando que el receptor comprenda el significado.

Factores que dificultan la atención y la capacidad de comprender el mensaje del interlocutor.

Factores ambientales o situacionales que impiden concentrarse en la conversación.

Factores internos al interlocutor que interfieren en su capacidad de escuchar atentamente.

Zona del cuerpo especializada en comunicar emociones y actitudes.

Forma básica y primitiva de comunicación que transmite afecto, amistad y relación.

La comunicación paradójica ocurre cuando hay elementos contradictorios que dificultan la comprensión del mensaje. Puede existir entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo verbal y lo no verbal, o dentro del mismo mensaje.

El mensaje manifiesto es lo que se dice explícitamente. El mensaje latente son las intenciones, necesidades y motivaciones que se esconden detrás del mensaje explícito.

La doble lectura ocurre cuando el mensaje se puede interpretar de dos formas diferentes, lo que lleva a confusión.

Las interferencias en el canal dificultan la comprensión del mensaje debido a elementos emocionales o experiencias pasadas del receptor.

En un entorno hospitalario, la comunicación puede verse afectada por factores externos al emisor y al receptor, como el ruido o la falta de privacidad.

Es fundamental utilizar un lenguaje claro y sencillo para que el paciente comprenda el mensaje. Evitar tecnicismos científicos y palabras con significados ambiguos.

Para evitarla, el profesional sanitario debe ser consciente de su propio lenguaje verbal y no verbal. Debe adaptar su comunicación al contexto del paciente y utilizar términos claros y cotidianos que eviten confusiones.

Un ejemplo es recomendar a un paciente que no fume, pero tener un cigarro en la mano. Otro ejemplo es dirigirse a un paciente recién ingresado y decirle que estará bien atendido, pero sin mirarlo y girando el cuerpo hacia otro lado.

Conductas que enfatizan el significado de las palabras, como decir "¡bien!" con las manos en alto. Ayudan a comprender el contenido, como describir una distancia con las manos, o incluso sustituyen el discurso.

Señales que revelan emociones, como puños cerrados o golpear algo. Aunque la expresión facial es la principal indicadora de emociones, estos gestos complementan.

Movimientos que controlan la comunicación, como asentir con la cabeza para mostrar interés, o mirar al interlocutor para indicar que se está escuchando.

Conductas inconscientes que surgen desde la infancia para satisfacer necesidades, controlar emociones o situaciones, como rascarse, frotarse, o manipular objetos.

Un autoadaptador, ya que se manipula el propio cuerpo para calmar o liberar tensión, generalmente en situaciones de nerviosismo.

Un adaptador dirigido a objetos, ya que implica la manipulación de un objeto externo.

Un heteroadaptador, ya que se dirige a otra persona. Se busca contacto físico para comunicar afecto, consuelo, o una intención de control.

Los gestos son importantes porque influyen en la cultura, complementan la comunicación verbal, expresan emociones, regulan la conversación y satisfacen necesidades. Ayudan a comprender el mensaje e incluso pueden reemplazar palabras.

La comunicación es el proceso de intercambio de información entre dos o más personas, sirve para conectar, compartir ideas y emociones, y alcanzar objetivos.

La entonación es el cambio en el tono de voz que adecua la elevación o descenso según el mensaje que se quiere transmitir, adaptándose a la persona a la que se dirige.

El tono emocional es la manera en que nuestras emociones se reflejan en nuestra voz, transmitiendo sentimientos como alegría, tristeza, enfado, etc. Se reconoce fácilmente por el interlocutor.

El tono tiene un gran impacto en la comunicación, dependiendo de cómo se use, puede convencer, tranquilizar, o incluso ofender.

La entonación emocional es influenciada por la altura de la voz, la energía, la duración de los sonidos, la naturaleza, la calidad de la voz (firme, suave, áspera, etc.).

La claridad en la comunicación se refiere a la precisión y sencillez con la que se transmite el mensaje, utilizando un lenguaje sencillo y directo para que el receptor lo comprenda fácilmente.

Un diálogo requiere un propósito definido, que el receptor no conozca la información a recibir y que ambos interlocutores se conozcan lo suficiente para poder establecer un intercambio comunicativo.

Las señales no verbales son cruciales para la comprensión del diálogo, mostrando actitudes y si el mensaje se está entendiendo. Esto permite al emisor ajustar su discurso, establecer pausas y cambiar de tono.

Tanto el emisor como el receptor utilizan procesos mentales, como la atención, percepción, memoria y razonamiento, para procesar la información del diálogo.

La eficacia del habla depende de una combinación de factores, tanto innatos como adquiridos a través del aprendizaje y la interacción social.

Es posible mejorar las habilidades del habla mediante la lectura, la escucha y la reflexión sobre el propio lenguaje.

Los hablantes tienen un propósito específico al iniciar un diálogo, como informar, aclarar una idea o expresar una emoción.

El diálogo presupone que el receptor ignora la información que va a recibir, pero sin que esto impida la comprensión del tema.

El diálogo implica un conocimiento previo del interlocutor, utilizando información compartida como punto de partida.

La retroalimentación no verbal es la respuesta del receptor al emisor durante el diálogo, a través de expresiones faciales, movimientos del cuerpo, etc.

La retroalimentación no verbal permite al emisor saber si el mensaje se está comprendiendo y si el receptor está interesado en la conversación.

La importancia del olfato en la comunicación varía entre culturas. En algunas culturas, el olfato se valora altamente, mientras que en otras, se considera menos significativo.

Los olores que captamos nos ayudan a formar primeras impresiones y expectativas sobre las personas y lugares.

El canal olfativo permite detectar olores solo cuando estamos cerca de una fuente. Esto lo convierte en un canal de proximidad en la comunicación.

Con la edad avanzada, el sentido del olfato puede deteriorarse, lo que puede afectar la capacidad de comunicación de los adultos mayores.

Son elementos que perturban o interfieren en el proceso de comunicación, dificultando el intercambio y la comprensión de mensajes.

Un cortocircuito en la comunicación ocurre cuando hay un fallo en la comprensión del mensaje debido a errores en la transmisión o interpretación.

El sobreentendido ocurre cuando el receptor asume que el mensaje contiene información no expresada explícitamente. El malentendido sucede cuando el receptor no comprende el significado del mensaje.

La comunicación asertiva trae beneficios tanto para quien emite como para quien recibe el mensaje. Genera respeto mutuo, satisfacción personal y relaciones basadas en la transparencia.

Las personas asertivas poseen autoestima, pensamientos positivos, asumen responsabilidades, aceptan a los demás y saben cuándo hablar y cómo hacerlo.

La comunicación asertiva se refleja en el lenguaje corporal. Se caracteriza por contacto visual directo, gestos firmes, habla fluida y respuestas directas.

La comunicación verbal asertiva utiliza frases en primera persona, que expresan pensamientos, sentimientos y deseos, buscando soluciones y la participación del otro.

La asertividad no elimina los conflictos, pero ayuda a gestionarlos de forma positiva. Aunque puede generar molestia en el otro, facilita la resolución sin dañar la relación.

La asertividad, aunque pueda causar malestar inicial, mejora las relaciones y reduce la posibilidad de conflictos a largo plazo. Genera confianza, comunicación honesta y desarrollo personal.

La comunicación asertiva se caracteriza por la expresión clara y honesta de pensamientos y emociones, respetando al interlocutor y buscando la comprensión mutua.

La comunicación asertiva es valiosa porque facilita la construcción de relaciones sanas, fortalece la autoestima, ayuda a resolver conflictos con respeto y promueve la claridad y la honestidad en la comunicación.

Los canales comunicativos son los medios por los que nos relacionamos con el entorno y con los demás. Permiten la transmisión y recepción de mensajes.

Se refiere a la comunicación que combina la palabra (auditivo) y los movimientos o imágenes (visual), como en una presentación con diapositivas.

El olfato, a través de los olores, infuence en nuestras primeras impresiones y expectativas. Indica proximidad y puede ser culturalmente variable.

Con la edad, el olfato puede debilitarse, lo que puede afectar la comunicación de los adultos mayores.

La asertividad genera relaciones más sanas, fortalece la autoestima, facilita la resolución de conflictos con respeto y promueve la honestidad.

El estilo asertivo es una forma de comunicación que utiliza la asertividad como herramienta principal para interactuar con las personas. Se basa en expresar los propios pensamientos y sentimientos con respeto y de forma clara, sin imponerse ni manipular a los demás.

La comunicación asertiva genera beneficios tanto para quien la utiliza como para el interlocutor. Permite expresar la propia opinión sin miedo, genera respeto, fomenta la resolución de conflictos y construye relaciones sólidas basadas en la honestidad.

Las personas asertivas poseen una buena autoestima, tienen una actitud positiva y aceptan a los demás. Conocen sus derechos y los de los demás, y son capaces de expresar sus pensamientos y emociones de manera adecuada.

El lenguaje verbal asertivo se caracteriza por el uso de la primera persona del singular (yo, me, mi). Se usan frases que expresan pensamientos, sentimientos y deseos de forma clara y directa, invitando a la colaboración y buscando soluciones conjuntas.

La comunicación no verbal asertiva se muestra con contacto visual directo, gestos firmes, habla fluida y respuestas directas. Proyecta seguridad y confianza, sin mostrar agresividad ni timidez.

El estilo asertivo no evita los conflictos, pero permite afrontar las situaciones con respeto y buscar soluciones en colaboración. Aunque puede generar malestar en el interlocutor, la comunicación asertiva facilita que la relación no se deteriore y que las consecuencias a largo plazo sean positivas.

La comunicación asertiva genera confianza, comunicación honesta y desarrollo personal. Aumenta la autoestima y mejora las relaciones a largo plazo, permitiendo construir relaciones constructivas y duraderas.

Es la presencia de elementos contradictorios en la comunicación que dificultan la correcta interpretación del mensaje.

Las contradicciones pueden ser en lo que se dice y lo que se hace, entre lo verbal y lo no verbal, o dentro del mismo mensaje.

Adaptar la comunicación al contexto del paciente, considerando su cultura, educación, y estado emocional.

Es el significado oculto en un mensaje, que surge de las intenciones y motivaciones del emisor.

Son distorsiones o obstáculos que dificultan la comprensión del mensaje, como emociones o experiencias previas del receptor.

La coherencia en el discurso consiste en transmitir un mensaje lógico, sin contradicciones, para que la idea sea clara y sin ambigüedades.

La coherencia no solo se refiere al mensaje en sí, sino también a cómo se adapta al contexto y a la relación entre los interlocutores (por ejemplo, hablar de la muerte con alguien que ha perdido a un familiar).

La naturalidad es la espontaneidad y fluidez con la que se transmite el mensaje, lo que genera credibilidad y predisposición del receptor a escuchar.

La escucha activa implica atención plena al interlocutor, comprendiendo el mensaje, los elementos no verbales y las connotaciones, lo que facilita la comprensión y el intercambio fluido.

La entonación es fundamental para que la comunicación sea efectiva. Ayuda a transmitir exactamente lo que se quiere decir, a que los demás entiendan nuestras emociones y a mantener su atención en lo que estamos diciendo.

El tono emocional es como un reflejo de nuestro estado de ánimo en nuestra voz. Las emociones como la alegría, la tristeza o la ira se perciben claramente en el tono que utilizamos al hablar.

La forma en que hablamos refleja nuestra emoción. El tono depende de la altura de la voz, la fuerza con la que hablamos, la duración de las frases y el ritmo. Influye cómo suena nuestra voz: firme, suave, áspera, etc.

Un diálogo es una conversación entre dos o más personas, en la que se intercambian ideas y opiniones. Se necesita que ambas partes tengan un objetivo en común, que el receptor no conozca la información y que ambos se conozcan lo suficiente para poder hablar abiertamente.

En un diálogo, las señales no verbales como el contacto visual, la expresión facial y los gestos son importantes para comprender lo que está sucediendo. Ayudan a entender si se está entendiendo o si hay interés en la conversación.