Relación entre Descartes y Hume

Las ideas innatas son conceptos que el ser humano posee desde su nacimiento, como la idea de alma, Dios, sustancia o mundo. Descartes argumenta que no provienen de experiencias, sino que son fundamentales para razonar y comprender nuestras vivencias.

Descartes cree que las ideas innatas son fundamentales para el razonamiento y para comprender las experiencias del mundo. Estas ideas nos permiten organizar e interpretar nuestras percepciones.

Hume sostiene que las ideas se originan en impresiones, que son percepciones intensas. Toda idea es una copia de una impresión o una combinación de ideas más simples que provienen de impresiones.

Para Hume, las ideas innatas de Descartes no son legítimas. Las ideas de causalidad, yo y Dios se originan en tendencias psicológicas, como la asociación de ideas, la similitud y la contigüidad.

Kant propone que la experiencia es determinada por el sujeto a través de las formas a priori de la sensibilidad y el entendimiento. Este es un punto medio entre el racionalismo de Descartes y el empirismo de Hume.

El cogito es la única certeza absoluta para Descartes, expresado en la frase "pienso, luego existo". Se basa en la imposibilidad de dudar de la propia existencia mientras se piensa.

Descartes busca un criterio de verdad que le permita distinguir entre lo verdadero y lo falso. Propone la idea clara y distinta como criterio de verdad, aquella que es evidente y no puede ser puesta en duda.

Descartes busca un punto de partida seguro para el conocimiento. Su método consiste en dudar de todo hasta encontrar un punto de apoyo incuestionable. El cogito, como la idea clara y distinta, es el punto de apoyo.

Es el primer paso del método de Descartes, que consiste en aceptar solo como verdadero aquello que no puede ser dudado.

Es el segundo paso del método de Descartes, que separa un problema en partes más pequeñas para comprenderlo mejor.

Es el tercer paso del método de Descartes, que busca comprender la relación entre las partes de un problema.

Es el último paso del método de Descartes, que consiste en revisar el proceso para asegurar que no se haya omitido nada.

Es una corriente filosófica que se basa en la duda y la crítica del conocimiento, surge durante el Renacimiento.

Es la corriente filosófica de Tomás de Aquino, que se centra en Dios y en la razón.

Es el proceso de dudar intencionalmente, de cuestionar incluso lo que parece seguro.

Descartes explora tres niveles de duda para alcanzar una certeza absoluta: Primero, duda de los sentidos ya que son engañosos. Segundo, duda de la realidad de la experiencia al dormir y despertar. Y finalmente, duda de todo al considerar la posibilidad de un 'genio maligno' que manipula nuestra percepción.

Descartes afirma que la existencia del 'yo' es la única verdad incuestionable, ya que dudar o ser engañado requiere que exista un 'yo' que duda o es engañado. La frase 'Pienso, luego existo' resume esta afirmación.

La claridad y distinción son las características que define una idea verdadera para Descartes. Una idea clara es aquella que es evidente en la mente, mientras que una idea distinta es aquella que es completa y no puede ser confundida con otra.

Descartes busca un argumento para demostrar la existencia de Dios, basándose en la idea de que lo superior no puede provenir de lo inferior. Si podemos concebir la perfección de Dios y somos imperfectos, entonces Dios debe ser la causa de esta idea de perfección, por lo que existe.

Descartes utiliza la analogía geométrica para ilustrar su argumento ontológico: Como las propiedades de un triángulo son inherentes a su definición, la existencia es una propiedad inherente al concepto de Dios. Por lo tanto, Dios existe.

Descartes apela a la bondad de Dios como creador para explicar la existencia del mundo exterior. Argumenta que Dios, al ser bueno, no nos habría creado con sentidos y razón engañosos. Por lo tanto, la información que recibimos de la realidad externa es confiable.

El solipsismo es una consecuencia potencial del argumento cartesiano, ya que sugiere que el 'yo' puede ser el único objeto real y todo lo demás puede ser producto de su propia mente. Descartes intenta evitar esta conclusión con su demostración de la existencia de Dios.