Psicología: Trastorno Depresivo Mayor

La teoría que apunta a que los niveles elevados de cortisol en el cuerpo, producidos por el estrés, juegan un papel crucial en el desarrollo del trastorno depresivo mayor (TDM).

Esta teoría sugiere que la falta de serotonina, dopamina y noradrenalina en el cerebro es la causa principal del TDM.

Propone que la inflamación en el cerebro, causada por la liberación de sustancias químicas como las citoquinas, podría contribuir al desarrollo del TDM.

Identifica la influencia de los genes y la epigenética en la susceptibilidad a desarrollar TDM.

Propone que la depresión puede estar relacionada con cambios en la estructura y funcionamiento del cerebro, especialmente en áreas como el hipocampo y la amígdala.

Situaciones que ocurren durante la infancia y pueden aumentar el riesgo de depresión, como la separación de los padres, el abuso físico o sexual, la falta de cuidados o la sobreprotección.

El divorcio en sí mismo no causa depresión, sino el conflicto continuo entre los padres.

Abusos físicos o sexuales, que pueden ser inespecíficos y aparecer en otros trastornos.

Tanto la falta de atención como la sobreprotección pueden ser perjudiciales para el bienestar del niño.

La madre experimenta una depresión después del parto, afectando su capacidad de cuidar a su bebé.

Una teoría que sugiere que algunos genes relacionados con la depresión, como el gen de la serotonina, no se expresan debido a la metilación de las histonas.

Estos son importantes en la patología de la depresión porque muestran que hay un desequilibrio en la comunicación entre las neuronas.

Estado emocional caracterizado por tristeza intensa, desinterés y falta de energía, que dura al menos dos semanas. Se caracteriza por su duración y su intensidad, que no se corresponde con las emociones normales de la vida diaria.

Incapacidad para experimentar placer o interés en actividades que una vez fueron agradables.

Pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio. Estas ideas pueden ir desde pensamientos pasivos sobre la muerte hasta planes específicos para suicidarse.

Sentimientos excesivos de culpa y inutilidad, desproporcionados a la realidad. Estos sentimientos pueden agudizarse en personas con pensamientos suicidas.

Pérdida de energía y fatiga constante. Puede manifestarse como una falta de energía física o como una disminución de la motivación.

Dificultades para concentrarse y prestar atención. Es común tener problemas para seguir una conversación o recordar información.

Conviction de que se ha hecho algo mal en el pasado, que es un castigo merecido y que no se podrá recuperarse.

Creencia de que se está enfermo o que se va a morir, sin evidencia médica.

Creencia de que se está arruinando económicamente a causa de errores del pasado.

En los pacientes con depresión, se produce un cambio en la función de los neurotransmisores, como la serotonina y la noradrenalina, y en la capacidad de respuesta al estrés. Estos cambios afectan a la transducción de la señal, la capacidad de las neuronas de crecer y formar nuevas conexiones.

Los factores neurotróficos actúan como "abono" que permite a las neuronas crecer y formar conexiones. En la depresión, la reducción en la producción de estos factores, debido al estrés y a la alteración en los neurotransmisores, impide el crecimiento neuronal adecuado.

En la depresión, el hipocampo, una región del cerebro importante para la memoria y el estado de ánimo, experimenta cambios en la estructura y la función de las neuronas. Las células neuronales se debilitan, presentando dendritas más pequeñas y menos conexiones entre ellas.

El triptófano es un aminoácido que juega un papel crucial en la producción de serotonina, un neurotransmisor fundamental para el estado de ánimo, el sueño y la función cognitiva. Las alteraciones en la vía del triptófano pueden contribuir a la depresión.

La vía de la quinurenina se activa cuando la vía de la serotonina falla. Esta vía produce efectos inflamatorios y neurotóxicos en el cuerpo, lo que podría explicar la mayor susceptibilidad a enfermedades en personas con depresión.

La depleción de triptófano, mediante una bebida sin este aminoácido, puede provocar una disminución en el estado de ánimo, especialmente en personas con predisposición a la depresión.

La depresión se asocia a un peor estado de salud en general. Esto podría estar relacionado con los cambios en la respuesta inmunitaria y los efectos neurotóxicos de la vía de la quinurenina.

Algunos pacientes con depresión pueden tener un deseo excesivo por alimentos ricos en azúcares y grasas, como el chocolate y los pasteles. Esto podría estar relacionado con un intento del cuerpo de obtener más triptófano para producir serotonina y mejorar el estado de ánimo.

El triptófano es uno de los aminoácidos neutros grandes que se obtienen a través de la alimentación. Una vez en sangre, el triptófano atraviesa la barrera hematoencefálica para llegar al cerebro y cumplir su función.