Primo de Rivera's Dictatorship (1923-1930)

Study Notes

Primo de Rivera's regime (1923-1930) was characterized by authoritarianism, with a strong emphasis on nationalism and anti-liberalism.
He abolished the Constitution of 1876 and established a corporatist state, where the state controlled the economy and society.
The regime was marked by a cult of personality, with Primo de Rivera presenting himself as a strong leader who would restore order and stability to Spain.

Primo de Rivera implemented a series of economic policies aimed at modernizing and industrializing Spain.
He invested in infrastructure development, including roads, railways, and public works projects.
The regime also implemented protectionist policies, imposing tariffs on imports to protect Spanish industry.
The economy experienced a period of growth during the 1920s, but it was largely fueled by foreign investment and did not benefit the majority of the population.

Primo de Rivera's regime was marked by political repression, with the suppression of political opposition and the restriction of civil liberties.
The regime banned political parties, trade unions, and other organizations deemed to be a threat to the state.
Political opponents were arrested, jailed, or exiled, and censorship was widespread.
The regime also used violence and intimidation to maintain control, with the use of paramilitary groups and the army to quell dissent.

Primo de Rivera's regime was characterized by a strong emphasis on militarism, with the army playing a central role in the regime.
The regime increased military spending, modernized the armed forces, and promoted a cult of the army as the defender of the nation.
Primo de Rivera himself was a military officer, and the regime was dominated by military personnel.
The regime used the army to maintain control and quell dissent, and military officers were appointed to key government positions.

El régimen de Primo de Rivera (1923-1930) se caracterizó por el autoritarismo, con un fuerte énfasis en el nacionalismo y el anti-liberalismo.
Abolió la Constitución de 1876 y estableció un estado corporativista, donde el estado controlaba la economía y la sociedad.

Implementó políticas económicas para modernizar y industrializar España.
Invertó en desarrollo de infraestructura, incluyendo carreteras, ferrocarriles y proyectos de obras públicas.
Impuso políticas proteccionistas, estableciendo aranceles para proteger la industria española.
La economía experimentó un período de crecimiento durante la década de 1920, pero fue principalmente impulsado por la inversión extranjera y no benefició a la mayoría de la población.

El régimen se caracterizó por la represión política, con la supresión de la oposición política y la restricción de las libertades civiles.
Prohibió partidos políticos, sindicatos y otras organizaciones consideradas una amenaza para el estado.
Opositores políticos fueron arrestados, encarcelados o exiliados, y la censura fue generalizada.
El régimen utilizó la violencia y la intimidación para mantener el control, con el uso de grupos paramilitares y el ejército para reprimir la disidencia.

El régimen se caracterizó por un fuerte énfasis en el militarismo, con el ejército jugando un papel central en el régimen.
Aumentó el gasto militar, modernizó las fuerzas armadas y promovió un culto al ejército como defensor de la nación.
Primo de Rivera era un oficial militar, y el régimen estuvo dominado por personal militar.
El régimen utilizó el ejército para mantener el control y reprimir la disidencia, y oficiales militares fueron nombrados para puestos clave en el gobierno.