Nutrición y Crecimiento en la Primera Infancia

Proceso de aumento de tamaño y desarrollo en la infancia, dividido en etapas con diferentes velocidades de crecimiento.

Alimentación adecuada para el crecimiento y desarrollo saludable durante la infancia.

Primer periodo del crecimiento infantil (0 a 3 años), caracterizado por un rápido crecimiento.

Periodo del crecimiento infantil entre los 3 y 12 años, con un crecimiento estable.

Etapa del crecimiento infantil (12-18 años), con un crecimiento acelerado y cambios hormonales importantes.

Alimento ideal para los primeros meses de vida, que cubre las necesidades nutricionales del bebé.

Proceso de introducción gradual de alimentos distintos a la leche materna.

Características personales que pueden aumentar la predisposición a enfermedades.

Enfermedades que se desarrollan gradualmente durante un periodo largo de tiempo.

Cantidad de energía necesaria para el correcto funcionamiento del cuerpo y actividad diaria.

Etapa de la vida (13-20 años) con altas necesidades proteicas, energéticas y de micronutrientes, caracterizada por un aumento de masa corporal, cambios en composición corporal y tendencia a los trastornos alimenticios.

Aumentan significativamente durante la adolescencia, debido al metabolismo basal, mantenimiento, actividad física y crecimiento.

Puede resultar en la detención del crecimiento y retraso en la maduración, siendo más severo cuanto mayor es la velocidad de crecimiento.

Produce avance moderado en el crecimiento y maduración ósea.

La carencia proteica prolongada puede inhibir el crecimiento.

La histidina y la cistina son importantes para el desarrollo cerebral en los bebés, actuando como precursores de la taurina.

Los requerimientos de histidina varían según la edad del lactante, disminuyendo gradualmente desde 1.9g/Kg/día en bebés de 0 a 3 meses hasta 1.1g/Kg/día en niños de 12 a 36 meses.

Los lactantes tienen las mismas necesidades de aminoácidos esenciales que los adultos. Sin embargo, la cisteína, la taurina y la tirosina pueden ser esenciales en prematuros.

Los recién nacidos poseen reservas limitadas de L-carnitina, una molécula esencial para transportar los ácidos grasos a las mitocondrias. Su aporte externo es crucial.

Se calcula la ingesta proteica sumando las pérdidas de nitrógeno por orina, heces y sudor, junto con las necesidades para el crecimiento y la renovación de tejidos.

Los bebés alimentados con leche materna tienen una ingesta proteica de 1,9g/Kg/día en los primeros 3 meses, disminuyendo a 1,73g/Kg/día entre 3 y 6 meses.

A partir de los 6 meses, los bebés amamantados deben recibir fuentes adicionales de proteína como el yogur.

Un exceso de proteína puede sobrecargar los riñones, aumentar la urea y ciertos aminoácidos, lo que podría causar acidosis metabólica e hiperaminoacidemia.

Tipo de bacteria que a menudo causa infecciones de la piel, del tracto urinario o de los pulmones.

Los agentes antiinflamatorios poseen propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antioxidantes, además de estimular el crecimiento del epitelio intestinal. También aumentan las defensas del cuerpo al producir más interferón-a-sérico.

Esta sustancia regula el crecimiento del epitelio intestinal y disminuye la motilidad gastrointestinal. La leche materna contiene más que la leche de vaca.

Es una proteína en la leche materna que se une al hierro, lo que ayuda a prevenir que las bacterias lo obtengan.

Enzimas que descomponen las grasas en ácidos grasos y glicerina, facilitando su absorción.

La leche materna proporciona nutrientes adaptados al bebé, protege contra infecciones, reduce el riesgo de alergias y ayuda a prevenir el embarazo.

Fórmula para bebés de 0 a 6 meses, diseñada para imitar la leche materna.

Fórmula para bebés de 6 meses en adelante, puede complementar la dieta con otros alimentos.

Los cereales se pueden introducir a partir del 4to mes, sin gluten o con gluten a partir del 6to mes, y se recomiendan a partir del 8vo mes.

Las hortalizas y legumbres NO se deben introducir antes del 6to mes. Evitar las verduras de hoja verde hasta el 9no mes por su alto contenido de nitratos.

La introducción de frutas, carne y yogures se recomienda a partir del 6to mes.

Debido a su capacidad antigénica, el pescado se recomienda introducir a partir del 10mo mes.

Los huevos, con alto contenido proteico, se introducen a partir del 11vo mes. La clara es más alergénica que la yema, por lo cual se administra siempre cocido.

La lactancia materna exclusiva es suficiente hasta el 6to mes. No existe riesgo de prolongarla.

Los alimentos NO lácteos no deben superar el 50% del aporte calórico total.

El esquema alimentario debe adaptarse al contexto sociocultural de cada país.

Los ácidos grasos esenciales son aquellos que el cuerpo no puede producir por sí mismo y deben obtenerse a través de la dieta.

Un ácido graso esencial que debe proporcionar aproximadamente el 3% de las calorías totales de la dieta. Es fundamental para el crecimiento y la salud de la piel.

Otro ácido graso esencial, aunque no se conocen con precisión las necesidades exactas. Se recomienda una proporción de 2-3 partes de ácidos grasos omega-6 (como el linoleico) por 1 parte de omega-3 (como el linolénico).

La NRC (National Research Council) recomienda que el consumo diario de colesterol no supere los 300 mg.

Durante los 6 primeros meses, se recomienda la lactosa como principal fuente de hidratos de carbono. A partir del 4º mes se puede introducir dextrinomaltosa y al 6º mes, la sacarosa.

El botulismo en los bebés se debe a la ingesta de miel y jarabe de maíz, que contienen esporas de Clostridium botulinum.

La ingesta de fructosa en los recién nacidos puede causar acidosis metabólica.

No es necesario el aporte de fibra en niños menores de un año.

Un exceso de sodio puede provocar deshidratación y aumentar el riesgo de hipertensión en la edad adulta.

Las necesidades de potasio aumentan a medida que aumenta la masa celular.

La leche materna aporta 300 mg de calcio al día, de los cuales se absorbe un 75%.

Un alto contenido de fósforo en las fórmulas infantiles puede causar desequilibrios minerales.

Los lactantes alimentados solo con leche materna necesitan una fuente adicional de hierro a partir de los 4 meses.

Los recién nacidos no tienen reservas de zinc y dependen de la dieta.

La leche materna es deficiente en vitamina D.