Infecciones Asociadas a Dispositivos Médicos

Las infecciones de dispositivos se producen cuando las bacterias se adhieren y proliferan en la superficie del dispositivo, formando un biofilm que dificulta el tratamiento.

El biofilm es una capa hecha de bacterias que se adhieren a la superficie del dispositivo y se protegen de los antibióticos.

Es importante identificar el tipo de bacteria que causa la infección para poder elegir el antibiótico adecuado.

Los hemocultivos son necesarios para identificar la bacteria en la sangre y saber qué antibiótico utilizar.

En ocasiones, las infecciones de dispositivos pueden ser causadas por infecciones urinarias que se han ido extendiendo.

Catéter venoso central transitorio o de corta duración (15 días) que se implanta quirúrgicamente. Se utiliza para tratamientos de larga duración como quimioterapia, nutrición parenteral y hemodiálisis.

Catéter venoso central que se coloca en el pecho y se conecta a una cámara de almacenamiento bajo la piel. Se usa para tratamientos de larga duración, como quimioterapia, nutrición parenteral y hemodiálisis.

Infección de un catéter venoso central. La infección puede manifestarse con síntomas externos como enrojecimiento y supuración en el punto de inserción, o con fiebre, escalofríos y bacteriemia.

Cultivo de sangre tomado de la sangre periférica y del catéter. Se realiza para diagnosticar una infección de catéter.

Tratamiento para la infección de cateter venoso central. Consiste en la aplicación de antibiótico tópico a base de mupirocina y el tratamiento antibiótico sistémico durante 7 días.

Tratamiento para la infección de cateter venoso central con bacteriemia. Consiste en la retirada del catéter infectado y la colocación de uno nuevo.

Técnica que consiste en sellar el reservorio del catéter con vancomicina. Se usa en pacientes oncológicos, trasplantados, o en cuidados paliativos que no pueden someterse a una cirugía para retirar el reservorio.

Infecciones del sistema nervioso central (SNC) son de las infecciones más riesgosas debido a su alta mortalidad y morbilidad. Para evitar secuelas neurológicas severas, un diagnóstico y tratamiento temprano son vitales.

La mayoría de los pacientes con infección del SNC presentan fiebre, dolor de cabeza (cefalea) y alteración en el nivel de conciencia (desorientación, somnolencia), o déficit neurológico focal (problemas de coordinación, debilidad en un lado del cuerpo).

El déficit neurológico focal debe ser investigado a fondo para determinar si está relacionado con alteraciones psiquiátricas, ya que estas pueden ser un síntoma crucial.

La meningitis es la inflamación de las meninges blandas (aracnoides y piamadre) que cubren el cerebro y la médula espinal. Puede tener origen infeccioso o no infeccioso. La inflamación se detecta por un aumento anormal de leucocitos en el líquido cefalorraquídeo (LCR).

La meningitis se clasifica según la duración de los síntomas.

Los pacientes con meningitis aguda presentarán fiebre, cefalea, alteración del nivel de conciencia y a veces meningismo (rigidez de cuello y espalda).

El signo de Kernig es una prueba utilizada para evaluar el meningismo. Si al extender la rodilla duele, es positivo.

La meningitis se puede clasificar en aguda, que dura menos de 5 días, subaguda, que dura > 5 días y < un mes, y crónica, que dura más de 30 días.

La meningitis es una infección importante que, dependiendo de su causa y tipo, puede conllevar consecuencias graves.

Un signo clínico que se observa en la meningitis, donde al flexionar el cuello del paciente, también se flexionan sus rodillas.

La inflamación de las meninges, las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal.

La causa más común de la meningitis aguda es una infección viral, principalmente por enterovirus, que afecta a niños durante el verano.

Las bacterias más comunes que causan la meningitis bacteriana son el neumococo, el meningococo y la listeria.

Es una bacteria que puede causar meningitis en pacientes con sistemas inmunitarios debilitados, como niños, mujeres embarazadas y mayores de 50 años.

El Haemophilus influenzae es una bacteria que puede causar meningitis, pero gracias a las vacunas, su incidencia ha disminuido notablemente.

Esta es una bacteria que puede causar meningitis en recién nacidos, pero gracias al control prenatal y el tratamiento con penicilina, es rara su aparición.

Un tipo de meningitis que se adquiere por contacto con entornos hospitales o médicos, es común en pacientes hospitalizados.

Las causas de la meningitis no infecciosas incluyen tumores (neoplásica), irritación (quimicos, farmaos), o enfermedades inflamatorias (sarcoidosis).