18. Factoring para PYMES

El factoring implica la cesión de créditos comerciales que una empresa tiene con sus clientes a una entidad financiera especializada (factor).

El factor se encarga de administrar y gestionar los créditos cedidos. Puede incluso asumir el riesgo de impago por parte de los clientes.

La gestión de los créditos, la contabilización, la recuperación de los pagos y la financiación son servicios comunes.

Aunque no existe una regulación específica, se considera un contrato de cesión de crédito con elementos de mandato y comisión mercantil.

Generalmente se establece una comisión por los servicios prestados, además de un interés por el anticipo de capital.

Proceso en el que una empresa de factoring adquiere las facturas de un cliente (cedente) para obtener efectivo inmediato. La empresa de factoring se encarga de la cobranza de las facturas al deudor.

Acuerdo legal donde el cliente (cedente) cede sus derechos sobre una factura a una empresa de factoring.

La empresa de factoring verifica que la factura cumpla con los requisitos legales y la documentación relevante.

La empresa de factoring notifica al deudor sobre la cesión de la factura y la responsabilidad de pago a la empresa de factoring.

La empresa de factoring proporciona financiamiento al cliente (cedente) al adelantar el pago de las facturas.

El deudor no paga la factura en la fecha acordada.

El proceso de factoring se realiza completamente en línea, utilizando plataformas digitales.

Países que cuentan con normas para regular el factoring electrónico.

Un contrato de e-factoring es un documento digital firmado con firma electrónica por el cedente y el factor. El cliente también firma electrónicamente el contrato. El deudor recibe la notificación de manera electrónica.

El e-factoring ofrece ventajas como mayor seguridad jurídica al disminuir las falsificaciones y agilizar el proceso, eliminando la necesidad de papel.

La factura electrónica juega un papel clave en el factoring al permitir un sistema de trazabilidad, reduciendo la morosidad y facilitando la transferencia de fondos.

La factura electrónica es obligatoria en las operaciones B2B (negocio a negocio) para empresas y autónomos, de acuerdo con la "Ley Crea y Crece". Las operaciones B2C (negocio a consumidor) se excluyen.

La "Ley Crea y Crece" busca combatir la morosidad en las operaciones comerciales mediante la trazabilidad de las facturas, simplificando la transferencia de fondos y la reducción de costes.

El servicio de financiación del factoring proporciona capital a corto plazo a las empresas, especialmente a las PYMES.

El factoring ofrece dos sistemas de liquidación de intereses: el sistema de cuenta, donde los intereses se calculan por el importe disponible, y el sistema de descuento, donde los intereses se cobran por adelantado.

La compañía de factoring se encarga de cobrar las facturas cedidas por sus clientes, gestionando el proceso completo: desde la verificación de los requisitos hasta la liquidación de las cuentas.

El factoring con recurso implica que la empresa que cedió la factura sigue siendo responsable del pago en caso de que el cliente no lo haga.

El factoring propio o sin recurso implica que la compañía de factoring asume el riesgo de impago del cliente.

El objetivo es controlar los créditos cedidos y proporcionar al cliente información actualizada sobre la situación de sus facturas.

Se realiza un análisis de los deudores para determinar su capacidad de pago y su nivel de riesgo.

La cobertura de insolvencia protege al proveedor en caso de que el cliente no pueda pagar debido a problemas financieros.

El factoring sin recurso es la forma más común, donde la compañía de factoring asume el riesgo del impago.

El factoring con recurso implica que la empresa que cedió la factura sigue siendo responsable del pago en caso de que el cliente no lo haga. La compañía de factoring solo cobra una comisión por la gestión del cobro.

El factoring es un servicio financiero que permite a las empresas obtener liquidez inmediata al ceder sus facturas a una entidad especializada (factor). El factor asume el riesgo de impago de los clientes y se encarga de la gestión y cobranza de las facturas.

El factor puede notificar al deudor sobre la cesión de las facturas, haciéndole responsable de pagar directamente al factor. Esto elimina la responsabilidad del cedente (empresa que cedió la factura) con respecto a la cobranza.

En este tipo de factoring, la empresa que debe el dinero (deudor) no es notificada sobre la cesión de la factura. El deudor sigue pagando a la empresa que originalmente le vendió el producto o servicio.

Este tipo de factoring implica que el factor solo actúa como intermediario, gestionando la cobranza de las facturas y no asumiendo el riesgo de impago. El cedente conserva la responsabilidad por el pago de las facturas.

El factoring internacional es un tipo de factoring que se utiliza para financiar las exportaciones. En este caso, el factor se encarga de cobrar las facturas a los clientes extranjeros, y puede incluso asumir el riesgo de impago por parte de estos clientes.

El factor suele cobrar una comisión por los servicios prestados, además de un interés por el anticipo de capital. El coste del factoring varía en función del perfil de riesgo del cedente, el plazo de anticipo y otros factores.

El Export Factor, que está en el país del cedente, se encarga de pagar al cedente el porcentaje acordado de la factura, descontando comisiones e intereses. Luego, se pone en contacto con el Import Factor, que está en el país del deudor, para gestionar el cobro de la factura.

El factor suele ofrecer diversos servicios, como la clasificación de los deudores, la gestión de cobros, la cobertura de insolvencia, la gestión de la contabilidad y la financiación. Estos servicios se traducen en un mayor control de la cartera de clientes y una mejor planificación de la tesorería.

El factoring puede mejorar los ratios financieros de una empresa, ya que permite reducir el plazo de cobro y el riesgo de impago. Esto resulta beneficioso para la gestión de tesorería y para el acceso al crédito.

El factoring puede ayudar a las empresas a mejorar su liquidez y a reducir las deudas. También puede ayudar a las empresas a acceder a financiación, lo que puede ayudarles a crecer su negocio. El factoring también puede ayudar a las empresas a gestionar el riesgo de impago.

El factoring puede ser una herramienta útil para las empresas que quieren mejorar su gestión financiera y reducir el riesgo. Sin embargo, es importante evaluar los costes y beneficios del factoring antes de tomar una decisión.