El Arte de Caminar - Resumen

Practicar meditación mientras se camina, con lentitud y relajación, con una ligera sonrisa.

Sensación de seguridad y tranquilidad que se experimenta caminando con consciencia.

Estar atento a lo que sucede en el momento actual, evitando la distracción por el pasado o el futuro.

Estado mental de atención a las actividades diarias, sin juzgar.

La idea de que la felicidad se encuentra en la experiencia presente y no depende de eventos futuros.

La palabra en budismo que se refiere a la ausencia de propósito o deseo.

La acción de caminar con calma y consciencia influye en el bienestar personal y en la paz interior.

Conciencia en cada acción (sentarse, andar, comer) para alcanzar plena armonía con el momento.

Un patrón de respiración donde se inhala durante 3 pasos y se exhala durante 3 pasos.

Frases o palabras que se repiten mentalmente durante la meditación caminando, alineadas al ritmo respiratorio.

El momento actual en el que estamos plenamente vivos sin divagaciones mentales.

Repetir las palabras o frases para guiarse durante la meditación caminando.

Utilizar las líneas de un poema para meditar caminando.

El momento presente, donde se encuentra la paz y la serenidad.

Sentimientos de culpa o tristeza por acciones pasadas.

Prestar atención a la inhalación y exhalación, observando cómo se llena y vacía el pecho con el aire.

Mientras caminas, cuenta los pasos durante la inhalación y exhalación para sincronizar los movimientos con la respiración.

Dejar que el cuerpo respire de manera espontánea, sin forzar la inhalación ni exhalación.

Conteo de pasos dados durante la inhalación y exhalación, que se modifica con la inclinación del terreno.

Adaptar el ritmo del conteo de pasos a las inhalaciones y exhalaciones.

El conteo de pasos durante la inhalación y exhalación puede variar al subir o bajar.

Al meditar caminando, el número de pasos durante la inhalación y exhalación suele igualarse.

Aceptar el ritmo natural de la respiración y la sincronización con los pasos, sin forzar un patrón específico.

Sentimiento de afecto y preocupación por el sufrimiento de los demás, que puede impulsar el deseo de ayudar.

Realizar la meditación caminando sin formalidades, en un ambiente natural o cotidiano.

Imaginar un tigre caminando con lentitud y majestuosa calma para inspirar la propia postura y ritmo al meditar caminando.

Mantener un ritmo de caminata lento y natural, evitando llamar la atención o distraer a otros. No se trata de un paseo rápido ni de un objetivo definido.

Reservar tiempo adicional para la meditación caminando, incluso si significa llegar un poco antes a un lugar.

La práctica de meditación caminando nos ayuda a abrir los ojos a las diferentes realidades del mundo, tanto las hermosas como las dolorosas.

La verdadera naturaleza de la existencia, la cual se puede percibir a través de la práctica de la meditación caminando.

Al caminar con plena consciencia, la respiración, los pasos, la cuenta y la sonrisa se integran en un estado de armonía.

Es fundamental mantener la atención en la respiración durante la meditación caminando para evitar distracciones y mantener la consciencia del momento presente.

Concentrase en la respiración para estar presente en cada momento. Ayuda a mantener viva la experiencia sensorial.

Al exhalar, añadir un paso más a la respiración normal (2-2). Esto permite una respiración más profunda y expulsa más aire viciado.

Ayudar a una respiración más profunda y eficiente, mejorando la circulación del oxígeno.

Aumentar la duración de la inhalación y exhalación a tres pasos. Esta técnica se utiliza para generar un mayor flujo de oxígeno.

La práctica de la meditación caminando se lleva a cabo en grupo en Plum Village, Francia.

Es una práctica que se realiza en cada desplazamiento, ya sea corto o largo.

Caminar con la intención de disfrutar del presente, sin fijarse en un objetivo final.

Caminar con tranquilidad y paz interior, sin apresurarse ni preocuparse.

Conectar con la tierra con cada paso, mostrándole amor y respeto.

La tierra siempre está ahí para recibirnos, sin importar cuánto tiempo pasemos lejos.

El camino que recorremos nos acompaña en nuestro viaje interior, brindándonos apoyo y paz.

Tus pasos son como el sello de un emperador, guiándote hacia el presente.

La vida se experimenta plenamente en el aquí y ahora, sin aferrarse al pasado ni al futuro.

Un sentimiento de bienvenida a la propia consciencia, tras un periodo de distracción o sufrimiento.