Educación Inclusiva según Echeita y LOMLOE

La inclusión educativa es un proceso que integra a todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades o diferencias, en un mismo entorno educativo.

Es el marco legal que define cómo se debe aplicar la inclusión en el sistema educativo.

Es la crítica formulada por Echeita sobre la Ley LOMLOE, afirmando que esta no integra plenamente el concepto holístico y sistémico de la educación inclusiva.

Se refiere a los pasos que la legislación actual establece para atender a los estudiantes que necesitan apoyo adicional en su educación.

Se refiere a las consecuencias negativas que puede tener el proceso de categorización de estudiantes, afectando su autoestima, las expectativas de los compañeros, familiares y docentes.

Es un enfoque más amplio que busca abordar la diversidad de los estudiantes sin depender de etiquetas o diagnósticos.

La educación debería enfocarse en las necesidades individuales de cada estudiante sin etiquetar o patologizar, evitando buscar deficiencias.

Es la crítica a la LOMLOE que afirma que esta no integra un modelo holístico y sistémico de educación inclusiva, limitándose a un enfoque de asistencia a estudiantes con necesidades adicionales.

Se refiere al tiempo que se necesita la intervención educativa, puede ser por un periodo corto o de forma permanente.

Requiere una planificación que considera las necesidades del estudiante, el contexto educativo y la colaboración entre los profesores.

Es un modelo educativo que se basa en la inclusión de todos los estudiantes, sin importar sus necesidades especiales, en la misma aula.

Son las características culturales que influyen en la forma en que se implementa la inclusión educativa en un determinado contexto.

La evidencia muestra que los sistemas educativos que combinan alta calidad y equidad son los que mejor funcionan.

Se refiere a la capacidad de los estudiantes de alcanzar habilidades y conocimientos en función de su capacidad y esfuerzo, sin importar su origen socioeconómico.

Se basa en leyes que garantizan la educación para todos los estudiantes, incluyendo aquellos con necesidades especiales.

Es considerado un ejemplo de un sistema educativo que se ha transformado para ser más inclusivo.

Portugal convirtió la mayoría de las escuelas especiales en centros de recursos, ofreciendo apoyo a las escuelas regulares, lo que muestra un cambio hacia la inclusión.

Portugal ha implementado un plan piloto para que las escuelas adapten sus planes de estudios y enseñanza a las diferentes necesidades de aprendizaje, promoviendo la inclusión.

El Decreto-Ley 54/2018 busca responder a las necesidades de todos los estudiantes, creando una cultura inclusiva en las escuelas.

La Ley 54/2018 busca promover un ambiente educativo sin discriminación y garantizar que todos los estudiantes tengan oportunidades de aprendizaje.

El Decreto-Ley 54/2018 promueve la equidad y el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), asegurando la inclusión de diferentes necesidades.

La Ley 54/2018 exige equipos multidisciplinarios en las escuelas y establece centros de apoyo para facilitar la inclusión y la transición a la vida posterior a la educación.

Las leyes portuguesas se centran en garantizar la inclusión como un proceso que responde a las necesidades y capacidades de todos los estudiantes.

Las nuevas leyes abordan la inclusión como un proceso que reconoce la diversidad de necesidades y capacidades sin categorizar al alumnado.

El enfoque se centra en las respuestas educativas que se necesitan para los estudiantes, en lugar de etiquetarlos con categorías clínicas.

Se busca que las metas de la educación inclusiva se apliquen a todos los estudiantes, sin importar sus necesidades o diferencias.

La legislación portuguesa evita categorizar a los estudiantes para poder intervenir, apuntando a que todos pueden alcanzar un perfil de competencias.

El modelo educativo portugués se basa en el rendimiento de los centros escolares, no en el número de estudiantes con necesidades especiales.

El modelo portugués destaca la importancia de la colaboración entre docentes, familias y estudiantes, para crear un ambiente inclusivo efectivo.

La experiencia portuguesa demuestra que un enfoque inclusivo no solo promueve la inclusión, sino que también mejora el rendimiento académico.

La tasa de abandono escolar en Portugal ha disminuido significativamente, lo que indica una mejora notable en la inclusión educativa.

Los estudiantes de escuelas inclusivas en Portugal expresan orgullo por su pertenencia a un ambiente diverso, valorando la interacción con compañeros de clase con diferentes necesidades.

Un enfoque que busca entender la educación desde una perspectiva más amplia, cuestionando la forma en que se define y cómo nos afecta individualmente.

El objetivo es identificar deficiencias y alternativas en la epistemología de la educación, buscando crear un sistema teórico basado en la educación de la conciencia.

Temas considerados esenciales para la vida, como el amor, el autoconocimiento, la muerte, etc., que con frecuencia se omiten en la educación formal.

La idea de que incluir estos temas radicales en la educación, junto con los convencionales, podría lograr una formación más completa.

Un elemento fundamental del Enfoque Radical e Inclusivo, que reconoce la importancia de la conexión entre el desarrollo profesional y el desarrollo personal.

Un tipo de educación que transciende lo personal (emociones y análisis personal), y se adentra en un nivel más profundo de autoconocimiento y conciencia.

El enfoque propone una formación docente, que va más allá de lo personal, y se adentra en la educación transpersonal.

Es la formación del personal docente debe ir más allá de lo emocional o personal.

Se refiere a la idea de que la diversidad es una característica natural y enriquecedora de la vida, y que la igualdad se centra en brindar a todos las mismas oportunidades para desarrollar sus potenciales, independientemente de sus diferencias.

Se trata de reconocer que la diversidad en la educación no es simplemente un hecho observable, sino que también es una construcción social que puede ser influenciada por diversos factores, por lo que debemos tener cuidado al usar este concepto.

Propone que en lugar de enfocarse en la diversidad como una característica individual, la educación debería centrarse en la unicidad de cada persona como un ser complejo y único.

Plantea la necesidad de considerar las necesidades individuales de cada estudiante, sin centrarse en la categorización y la patologización de sus diferencias.

Se refiere a un enfoque que busca no priorizar unas condiciones sobre otras, permitiendo la incorporación de la mayor cantidad posible de factores que puedan afectar el desarrollo del estudiante.

Enfatiza la importancia de no limitarse a la clasificación y la etiqueta, sino de ir más allá, buscando comprender la esencia de la persona y sus necesidades.

Se refiere a que la educación debería enfocarse en la unicidad de cada persona y en la construcción de una sociedad más inclusiva, y no en las diferencias, que si bien existen, no deben ser el centro de la atención.

Sostiene que la educación del futuro debe ser más consciente y considerar la complejidad de cada individuo, valorando la unicidad y la conexión de los seres humanos.