Atención Centrada en la Persona

La dignidad es un valor inherente a cada persona, independientemente de su edad, condición o circunstancias. Se basa en el reconocimiento del valor intrínseco de ser humano.

Modelo de atención que prioriza las necesidades, preferencias y decisiones de cada persona, especialmente las mayores.

La dignidad es la base fundamental de la atención centrada en la persona, ya que reconoce el valor y el derecho al respeto de cada individuo.

Las personas mayores en situación de fragilidad y dependencia tienen mayor riesgo de sufrir falta de respeto a su dignidad. Es importante prestar especial atención a sus necesidades.

El término "dignidad" deriva de la palabra latina "dignus", que significa "valioso". Es decir, la dignidad reconoce el valor intrínseco de cada persona.

La dignidad no es un concepto absoluto, sino que está en constante evolución, influenciada por los consensos sociales, la legislación y las creencias de cada persona.

La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona como valiosa por el simple hecho de ser humana, independiente de sus características.

El respeto a la dignidad es un derecho fundamental de todos, independientemente de su edad, condición o situación social.

La atención sociosanitaria surge para atender de forma integral a las personas mayores, especialmente cuando necesitan cuidados a largo plazo debido a enfermedades crónicas o dependencia.

Modelos que buscan integrar instituciones sanitarias y sociales para brindar una atención unificada al paciente.

Modelos que fomentan la colaboración entre servicios de salud y servicios sociales, sin necesariamente fusionar sus estructuras.

Brindar cuidados y servicios en el lugar donde se necesite y cuando se necesite, sin importar la ubicación del paciente.

Asegurar que los servicios médicos y sociales trabajen juntos para satisfacer las necesidades cambiantes del paciente.

Las necesidades de las personas mayores son diversas y evolucionan con el tiempo. La atención sociosanitaria debe ser flexible para ajustarse a estos cambios.

Enfermedades que afectan a una persona durante un largo periodo de tiempo.

Situación en la que una persona requiere ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria.

Un enfoque para brindar atención personalizada que integra recursos de la comunidad para satisfacer necesidades individuales.

La gestión de casos puede variar en sus objetivos, métodos, roles de coordinación y la participación del cliente.

Modelo que identifica las necesidades y dirige a los usuarios a los servicios, pero no acompaña a la persona o familia en el proceso.

Modelo que se centra en las fortalezas y deseos de las personas, con el objetivo de aumentarlas.

Programa que utiliza un enfoque asertivo comunitario para gestionar síntomas, mejorar funciones y fortalecer la dinámica familiar.

Modelo que prioriza las metas del cliente sobre las metas del sistema.

Factores clave para aplicar modelos de cuidados continuados.

La segmentación de la población permite identificar las necesidades de diferentes grupos.

Conjunto de estrategias y técnicas que facilitan una intervención personalizada con enfoque en la persona, sus necesidades y capacidades.

Modelo de atención que busca mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas mayores, fomentando su autonomía e independencia.

El respeto por la dignidad de cada persona como base fundamental para la atención centrada en la persona.

La persona mayor, a través de su propia decisión, es el eje central de las intervenciones y la organización de los servicios.

Las unidades de convivencia son entornos que promueven relaciones interpersonales positivas entre residentes, personal y familiares.

Las unidades de convivencia permiten a las familias participar activamente en la vida de los residentes.

El objetivo de las unidades de convivencia es ofrecer un ambiente familiar para personas en situación de dependencia.

Las unidades de convivencia buscan brindar cuidados de salud y apoyo para que los residentes tengan una vida plena y digna.

Es fundamental que los profesionales que trabajan en las unidades de convivencia sean competentes en la promoción de relaciones interpersonales positivas.

Las familias pueden participar en actividades con los residentes, ya sea organizándolas, colaborando o simplemente compartiendo momentos.

Las unidades de convivencia brindan a las familias la oportunidad de realizar actividades similares a las que podrían realizar en el hogar de los residentes.

La organización de las unidades de convivencia permite una mayor integración de las familias en el proceso de atención.

El modelo de atención centrada en la persona (ACP) se enfoca en las necesidades, preferencias y decisiones de cada persona, especialmente las mayores. Se basa en el reconocimiento de su dignidad y autonomía.

La ACP reconoce que cada persona es única y tiene sus propias necesidades, preferencias y deseos. Promueve la participación activa de la persona en la toma de decisiones sobre su propio cuidado.

Respetar la privacidad, intimidad y confidencialidad de cada persona atendida. Ser sensibles a la información personal y proteger su privacidad.

Reconocer la importancia de las experiencias y valores personales de cada persona. Incluir sus propios objetos, rutinas o actividades significativas en la atención.

Incorporar la familia en el cuidado de la persona mayor, considerando su rol en la toma de decisiones y el apoyo emocional.

Promover la autonomía y la independencia de la persona, apoyando su participación en actividades y decisiones según sus capacidades.

Adaptar la organización del centro a las necesidades del modelo ACP. Esto implica redefinir roles, colaborar entre profesionales y optimizar recursos.

Los profesionales que aplican el ACP necesitan nuevas habilidades para trabajar con las personas mayores, como la comunicación empática, la escucha activa y el trabajo colaborativo.