SM4 Anatomía y Función del Aparato Estomatognático

El aparato masticatorio es el sistema responsable de la masticación y está formado por los dientes, los maxilares, la articulación temporomandibular (ATM), los músculos de la masticación, la lengua, los labios y las mejillas.

El aparato estomatognático está diseñado para soportar grandes fuerzas y movimientos repetitivos durante la masticación. Esto se logra gracias a la forma y la función de los dientes.

La función principal de los molares es triturar los alimentos.

Los incisivos cortan los alimentos mediante movimientos de protrusión.

Los caninos sirven para desgarrar los alimentos y proteger la lateralidad mandibular.

Las cúspides de los dientes permiten la correcta interdigitación oclusal, es decir, el encaje perfecto entre los dientes superiores e inferiores.

Las superficies inclinadas de las cúspides sirven para cortar los alimentos durante la masticación.

La superficie de masticación de los dientes está diseñada para aumentar la eficiencia al triturar los alimentos. Esta superficie rugosa aumenta el área de contacto entre los dientes.

La base genética que determina el tipo y las características de la oclusión individual con una morfología facial y anatomía dentaria que puede predisponer hacia la maloclusión o a la normoclusión.

El crecimiento y desarrollo craneofacial que afecta a la posición y relación de las bases óseas maxilares donde está implantada la dentición.

El funcionalismo orofacial que repercute en el tamaño, forma y disposición del aparato estomatognático determinando a lo largo del crecimiento el tipo de relación interdentaria y la configuración oclusal.

Mecanismos que ayudan a mantener la oclusión estable a lo largo del tiempo. La dentición debe soportar y amortiguar las fuerzas masticatorias.

El diente funciona como elemento rígido con una capa extremadamente resistente.

El periodonto sujeta y presta cierta movilidad al diente contribuyendo a la elasticidad funcional del conjunto.

El contacto interproximal bloquea la jación dentaria que aumenta en el momento de máxima oclusión, la musculatura elevadora de la mandíbula participa en este proceso adaptativo amortiguando la interdigitación cuspídea, distribuyendo el impacto masticatorio.

Los maxilares contribuyen por la rigidez ósea a la estabilidad de la dentición, la destrucción de hueso en una enf. periodontal avanzada destruye el alveolo y el diente pierde jación. Incluso la base mandibular parece tener cierta capacidad de deformación.

La unidad estructural que conforma la boca es capaz de resistir fuerzas gracias a la relación entre los dientes, huesos de la mandíbula y la musculatura. Cada elemento está diseñado para soportar y adaptarse a la masticación.

Los incisivos superiores tienen una leve inclinación hacia afuera, lo que facilita el contacto durante la masticación. La forma triangular de las raíces les da resistencia contra los movimientos hacia adelante.

Los incisivos inferiores están sujetos por el contacto con los superiores y la lengua, evitando que se desplacen hacia adelante o hacia dentro.

Los molares, tanto superiores como inferiores, tienen una superficie más ancha por un lado, lo que los ayuda a soportar mejor las fuerzas de masticación. El molar superior tiene tres raíces para mayor estabilidad.

Debido a su posición, los caninos están sujetos a fuerzas de diferentes direcciones. Su forma circular permite que estas fuerzas se contrarresten y se equilibren, manteniendo su posición.

La forma de arco de la dentadura es ideal para soportar las tensiones de la masticación.

Los huesos de la mandíbula cuentan con “arbotantes” y refuerzos óseos para canalizar las fuerzas de la masticación.

Las líneas de fuerza son las vías por donde se transmiten las fuerzas de la masticación a través de los huesos de la mandíbula .

Las fuerzas masticatorias que actúan en dirección posterior, intentando mover los dientes hacia atrás. Estas fuerzas son más fuertes porque provienen de la acción muscular.

Las fuerzas que actúan en dirección anterior, impulsando los dientes hacia adelante. Estos provienen del desarrollo natural del maxilar y la inclinación mesial de los dientes.

Es el equilibrio dinámico entre las fuerzas de componente distal y mesial, que mantiene la posición estable de los dientes.

Este vector actúa sobre los dientes inclinados hacia mesial, intensificando su inclinación y movilizándolos hacia adelante.

La parte anterior de la fuerza compensa las fuerzas de componente distal, estabilizando la posición de los dientes.

La eminencia canina es una estructura ósea ubicada en la parte externa del maxilar superior. Responsable de transmitir fuerzas al hueso frontal.

Las apófisis malares son proyecciones óseas localizadas en el maxilar inferior. Funcionan como pilares de soporte para los primeros molares.

Estructura que conecta el maxilar con el esfenoides. Canaliza las fuerzas hacia estos huesos.

La línea oblicua externa y la oblicua interna son estructuras óseas en la mandíbula que funcionan como arbotantes para canalizar las fuerzas masticatorias.

La sínfisis mandibular es la unión ósea en la parte frontal de la mandíbula. Es el punto de convergencia de las fuerzas masticatorias.

El conjunto orbiculo-buccinador está formado por los músculos orbicular de la boca y buccinador. Ofrece soporte interno al arco dental.

La lengua y el conjunto orbiculo-buccinador trabajan en conjunto para mantener la integridad de la arcada dental. La lengua proporciona soporte interno, mientras que los músculos bucales proporcionan soporte desde afuera.

Hipótesis que relaciona la forma del arco dental con las fuerzas musculares. Tomes propuso que, a lo largo de la superficie externa de los dientes, actúan fuerzas musculares que mantienen la forma de la arcada.