Textos de poesía y prosa en la Edad Media PDF
Document Details
Uploaded by Deleted User
Tags
Related
- Resumen de la Comunicación y Escritura de GÉMINAS 4.D SOOUHRN PDF
- Resumen de GEMING 4.D SOOUHRN PDF
- Medieval Criticism in Focus PDF
- Tema 5 (Libro de texto) | La lírica y la prosa medieval | PDF
- Literatura: La Lírica y la Poesía Narrativa en la Edad Media PDF
- El teatro medieval: ¿rituales o conjunto de textos parateatrales? (Literatura I) - PDF
Summary
This document provides an overview of medieval literature in Spain. It discusses the historical and cultural context, different literary genres such as lyric poetry, narrative poetry, and prose, and important literary topics of the time. Notable figures and influential works from the period are also mentioned.
Full Transcript
Textos de la Edad Media. 1.La Edad Media: marco histórico y cultural Se entiende por Edad Media un periodo de casi mil años situado entre dos etapas de espléndido desarrollo cultural: la Antigüedad clásica grecolatina y el Renacimiento. Tradicionalmente, se han señalado dos acontecimientos históri...
Textos de la Edad Media. 1.La Edad Media: marco histórico y cultural Se entiende por Edad Media un periodo de casi mil años situado entre dos etapas de espléndido desarrollo cultural: la Antigüedad clásica grecolatina y el Renacimiento. Tradicionalmente, se han señalado dos acontecimientos históricos que marcan el comienzo y el fin de la época medieval: la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 476, y el descubrimiento de América, en 1492. El nombre fue dado para señalar la etapa intermedia entre la Edad Antigua y la Edad Moderna. Este dilatado periodo se divide en dos etapas: la Alta Edad Media, hasta el siglo XII; y la Baja Edad Media, de los siglos XIII al XV. 1.1. La Alta Edad Media La Alta Edad Media estuvo marcada por el estancamiento cultural, al irrumpir los pueblos bárbaros en el Imperio Romano, y por el aislamiento geográfico entre los diversos reinos surgidos tras la fragmentación del Imperio. En España se consolidó el reino visigodo. La sociedad era rural y la vida de los campesinos y vasallos giraba alrededor del castillo del señor feudal, cuya actividad principal era la guerra. La cultura se refugió en los monasterios, donde los monjes realizaban la lenta tarea de recopilar los saberes en libros manuscritos. La enseñanza se impartía en las escuelas monacales. 1.2 La Baja Edad Media En la Baja Edad Media se mantuvo la estructura social -nobles, religiosos y campesinos-, pero surgió un nuevo grupo -la burguesía— dedicado a la artesanía y al comercio, que prefería vivir en villas y ciudades. Al mismo tiempo se produjo un renacimiento cultural que coincidió con la creación de las primeras universidades europeas, (Salamanca, Oxford, Cambridge, Sorbona y Bolonia) y la influencia de Oriente. 2. La literatura medieval. Consideraciones generales La literatura medieval aparece en España a partir del siglo X supeditada a una serie de circunstancias: Dispone de una lengua arcaica, formada tras la fragmentación del latín vulgar en los diversos territorios del antiguo Imperio romano. Por ello, la historia de la literatura medieval es en gran medida también el proceso de creación de un idioma cada vez más flexible, rico y eficaz. La transmisión es oral, debido a que a la mayoría de la población era analfabeta y al carácter restringido y carísimo del libro. La literatura se daba a conocer a través de la audición colectiva de los textos literarios. Hay dos tipos de literatura: literatura popular y literatura culta. Cada uno de los estamentos sociales- nobles, clero y pueblo- se identifica con un espacio concreto y proyecta sus ideales en cada uno de los tres géneros literarios más importantes de la Edad Media. -Los nobles, ocupados en el ejercicio de las armas tenían su espacio natural en el castillo o en el campo de batalla. Su mundo aparecía reflejado en la poesía épica; se cuentan allí las hazañas de héroes apreciados por todos y predominan sentimientos como la caballerosidad y los comportamientos heroicos. -Los religiosos, dedicados a la tarea intelectual y a la predicación de la religión cristiana, vivían en los monasterios y más adelante transmitieron su saber en las primeras universidades. Para ello se valían de una modalidad de la poesía narrativa denominada mester de clerecía, una literatura en la que destaca la intención moral y la propaganda religiosa. -El pueblo llano vivía del cultivo de la tierra; su espacio natural era el campo o la plaza del pueblo. Sus penas, alegrías e ilusiones aparecen en la lírica tradicional, en la que se manifiestan sentimientos naturales y sencillos como el amor, la nostalgia del ser amado o canciones que acompañaban las tareas del campo. Así pues, en la Edad Media hay dos tipos de literatura: La literatura popular, transmitida de forma oral por los juglares entre el pueblo, caracterizada por un lenguaje rico y expresiones cercanas al habla coloquial. La literatura culta, que se cultiva en las cortes y monasterios está concebida para un público mucho más reducido; su estilo refinado resulta en ocasiones un tanto artificioso. Teocentrismo y didactismo. El hombre medieval considera a Dios como centro y referencia última de cualquier actividad humana. Como resultado de este teocentrismo, el hombre medieval no distingue entre actividad mundana y actividad religiosa o trascendente. En consecuencia, las manifestaciones literarias importantes para los hombres de la época son aquellas que tienen una finalidad didáctica y moral. Por el contrario, las formas populares (romances, poemas líricos), que tienen una finalidad lúdica o de entretenimiento, se consideran de menor valor. 3. Los géneros literarios en la Edad Media La consolidación de los géneros literarios en la Edad Media constituye un proceso laborioso. Los hitos principales son los siguientes: Poesía lírica. Hay dos tendencias: Lírica tradicional: trata asuntos amorosos y folclóricos en poemas breves: jarchas, villancicos, canciones de siega y de romería. Lírica culta: aparece en el siglo XV y sigue tres vertientes: cancioneril, en la línea del amor cortés, con estilo artificioso (Cancionero de Baena); moral, con reflexiones sobre la vida y la muerte y estilo llano (Coplas de Jorge Manrique); satírica, con críticas sobre la situación política y estilo popular (Coplas de ¡Ay, Panadera!). Poesía narrativa; Cumple una misión esencialmente informativa y presenta dos escuelas: Mester de juglaría: cantares de gesta o poemas épicos que tratan asuntos heroicos en versos de arte mayor; eran recitados por los juglares ante el pueblo. Mester de clerecía: temas religiosos y vidas de santos en versos medidos y rimados. Mezcla estilo popular y culto. En el siglo XIII domina la persona- lidad de Berceo (Milagros de Nuestra Señora) y en el siglo XIV, Juan Ruiz (Libro de Buen Amor). Teatro. Tiene escaso cultivo en la Edad Media. Presenta una doble vertiente: Teatro religioso: se representaban escenas del nacimiento o de la muerte de Cristo en los pórticos de los monasterios. Teatro profano: en el XV junto a la vertiente religiosa aparecen representaciones con temas pastoriles y amorosos, escenificadas en los salones de los nobles. Prosa. Su despertar es más tardío que los otros géneros literarios, pues durante casi toda la Edad Media la lengua para transmitir el saber científico, filosófico o literario seguía siendo el latín. He aquí las principales modalidades: Libros históricos: Alfonso X y sus colaboradores sientan las bases de la prosa castellana durante la segunda mitad del siglo XIII en la Estoria de España y la General Estoria. Relato breve: alcanza su madurez en el XIV con El conde Lucanor, de don Juan Manuel, si bien ya antes existían colecciones de cuentos como el Sendebar o Calila e Dimna. Libros de viajes: arrancan con la Fazienda de Ultramar, recreación del itinerario a Tierra Santa. Novela: surge con fuerza a partir del XV y entre sus modalidades figura la novela sentimental (Cárcel de amor). Poco a poco la novela de caballerías se va convirtiendo en el género de moda (Amadís de Gaula). 4. ¿QUÉ SON LOS TÓPICOS LITERARIOS? Un tópico o “lugar común”, aplicado a la literatura, puede definirse como aquel esquema del pensamiento y de la expresión ya prefijados; es decir, que podemos rastrear en sus orígenes e influencias. La mayoría de ellos proceden de la literatura clásica grecolatina. A continuación aludiremos a algunos de estos tópicos, clasificados por épocas literarias. Tópicos propios de la Edad Media. Ubi sunt? (o "¿dónde están?", "¿qué se hicieron?"). Lamenta la desaparición de las grandes glorias pasadas a través de la ruina de sus monumentos o el olvido de sus grandes hombres y hazañas. Se pregunta dónde están ahora aquellos grandes hombres de la historia, que la muerte se ha llevado, a pesar de su poder, riquezas y fama. Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre toca este tópico, formulando una serie de preguntas retóricas sobre el destino de caballeros, damas, galas, amores, músicas, bailes: todo desaparece. Este "ubi sunt" se convertirá en uno de los tópicos más célebres. Los versos a los que aludimos son "¿Qué se ficieron las damas, sus tocados, sus vestidos, sus olores? ¿Qué se ficieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores?" Puer senex (o "niño viejo"). Un joven pide consejo a un sabio anciano y experimentado y lo sigue con gran beneficio. El Conde Lucanor, por ejemplo. El hombre como microcosmos o espejo del macrocosmos o universo. Aristóteles dijo que el hombre era como un universo pequeño, pues en él se reflejaban las mismas características que en el universo mayor. Así, está compuesto de cuatro humores de la misma manera que el universo de cuatro elementos; tiene siete aberturas que corresponden a los siete planetas, su cabeza es el cielo y su cuerpo la tierra, etc... Sobre este tópico Francisco Rico compuso un libro, ‘El pequeño mundo del hombre’. Nihil novum sub sole (o “nada nuevo bajo el sol”). Tiene origen bíblico y alude a la repetición constante, a que en realidad todo es siempre lo mismo. Libro divino de la naturaleza. Según los escolásticos, Dios compuso dos libros: la Biblia y la Creación. Así pues, no sólo se puede alcanzar a Dios leyendo las escrituras, sino que a través de la contemplación de la perfección de la naturaleza y sus criaturas puede el hombre elevarse mediante ese conocimiento o ciencia hasta Dios. Psicomaquia ( o "batalla del alma", Prudencio). Combate de las virtudes contra los vicios. Las virtudes o sentimientos de un modo alegórico, como personajes humanos, entablan batalla contra los vicios, también personificados. Muchos de los autos sacramentales de Calderón de la Barca son psicomaquias. Homo viator (u "hombre caminante" o peregrinaje ). La vida es un viaje que nos va cambiando y purificando transformándonos en otras personas más sabias y maduras conforme atravesamos por diversas experiencias y desengaños. Es el “todo pasa y todo queda” de Antonio Machado o la referencia de Berceo en la introducción a los Milagros de Nuestra Señora, en que compara al hombre con un romero o peregrino. Vita flumen (o “la vida como río”). Una variante del anterior. Es la idea de entender la vida como un río que desemboca en el mar, que es la muerte. Las resonancias son manriqueñas (“Nuestras vidas son los ríos que van a dar…”) y es un tópico muy hermoso que el propio Machado empleó alguna vez. La muerte igualadora. En la Edad Media, sobre todo en las danzas de la muerte, se veía a ésta como la gran niveladora de las diferencias sociales en vida insalvables, pues hacía tabla rasa "desde el Papa hasta el que no tiene capa". El hecho de que todos seamos iguales ante la muerte lo podemos ver en la Danza general de la muerte, del S. XV. Magister dixit ("el maestro ha dicho" o argumento de autoridad). En la Edad Media las opiniones escritas se respetan no por su verdad intrínseca, sino por el prestigio de quien lo ha afirmado; no se discute lo que han dicho las grandes figuras, porque no existe sentido crítico. El sentido crítico aparecerá en el Renacimiento cuando la imprenta vulgarice la lectura y multiplique el número de los libros y, por tanto, el número de contradicciones y de opiniones divergentes. Todo compuesto, según peso y medida. La mayor parte de las obras medievales poseen una curiosa superstición por la composición según números, cuyo caso más visible es la Divina comedia, compuesta en tres partes por tercetos (estrofas de tres versos) y con tres personajes principales, entre otras curiosidades. Asimismo, todos los poemas de Berceo siguen una estructura tripartita, existe una superstición artística por el número áureo, etc. Vanitas vanitatum (o "vanidad de vanidades, y todo es vanidad", Eclesiastés). Nada merece la pena o el esfuerzo por conseguirlo, porque no es posible alcanzar satisfacción, todo se reduce a polvo. Se intenta ser más de lo que se puede ser, y eso es hincharse de dolor y angustia, y tanto más cuanto más se desea, pues todo está vacío de contenido y no merece la pena que se toma por conseguirlo. Cuando uno consigue su deseo desea más y nuestro insaciable orgullo nunca se satisface, así que nuestro orgullo es un tormento y está vacío de toda satisfacción. Este tópico describe el carácter engañoso de las apariencias, que exige el rechazo o renuncia de toda ambición humana, por considerarla vana. Militia amoris (o el amor como “contienda bélica). Procede de Ovidio (Amores, I 9). Flamma amoris (o el amor como “llama de fuego”). De origen clásico. Fortuna imperatrix mundi (la fortuna es la emperadora del mundo) o rueda de la fortuna. La fortuna todo lo trastoca: eleva al malvado y arroja a la miseria al virtuoso; este tópico nace del De cosolatione Philosohiae de Boecio. Captatio benevolentiae (o captura de la bienquerencia ). El autor empieza modestamente (excusatio propter infirmitatem) fingiendo inseguridad o simulando torpeza y escaso saber para ganarse la benevolencia del lector. Es propia de los prólogos y comienzos de obras. La Poesía Narrativa en la Edad Media (1) 1. La poesía narrativa en La Edad Media El deseo de contar o escuchar historias constituye un rasgo común del ser humano a lo largo de las distintas épocas y civilizaciones. En la cultura grecolatina y en las literaturas de Occidente, esta necesidad se satisfacía a través del género épico o narrativo, que en sus orígenes se valía del verso, dando lugar a las epopeyas y los cantares de gesta. Veamos los rasgos más significativos de la poesía narrativa medieval. Carácter histórico: surge a partir de acontecimientos históricos como batallas, vidas de héroes o santos y tradiciones locales. Función informativa o noticiosa: estos relatos cumplían una misión semejante a la de los modernos medios de comunicación de masas, al informar a los habitantes de pueblos y ciudades de los acontecimientos más relevantes ocurridos en su entorno. Intención propagandística: en favor de empresas políticas (independencia de Castilla, lucha contra los musulmanes) o religiosas (peregrinaciones a determinados monasterios o exaltación de algún santo). Expresiones y recursos literarios de carácter popular, utilizados para acercahngjr los textos a un público amplio. Transmisión oral: la poesía épica era recitada en público por los juglares -tanto en la plaza de los pueblos como en las salas de los castillos- ante un auditorio generalmente analfabeto. Dos escuelas u oficios: dentro de la poesía narrativa medieval hay que distinguir dos escuelas bien definidas, los denominados mester (la palabra proviene del latín ministerium ='oficio') de juglaría y mester de clerecía, dependiendo de que sus composiciones hubieran sido escritas por juglares o por clérigos. Entre ambas corrientes, junto a analogías evidentes, se advierten las diferencias que se sintetizan en el cuadro siguiente: MESTER DE JUCLARÍA MESTER DE CLERECÍA Aparece en el siglo XII Aparece en el siglo XIII Las obras son anónimas. Existe un autor culto y conocido. Se emplea una métrica irregular, Se emplea una métrica regular. Se aunque predominan los versos usa la estrofa llamada cuaderna vía, entre 13 y 16 sílabas que consta de cuatro versos alejandrinos (14 sílabas) con la misma rima en consonante. Trata asuntos heroicos o Se inspira en asuntos religiosos o legendarios, con base histórica. ascéticos, procedentes de la Biblia o de la tradición latina. En el lenguaje Junto al lenguaje popular, aparecen fórmulas típicas de la aparecen palabras nuevas expresión oral. y cultismos. Se busca una cierta propaganda Se pretende el adoctrinamiento política religioso. El juglar era el artista de entretenimiento medieval. Además de recitar historias, cantaba y tocaba instrumentos. 1.1. EL mester de juglaría El oficio de los juglares consistía en recorrer villas y pueblos, en cuyas plazas y ante el público recitaban de memoria composiciones en verso, en las que se relataban hazañas de conocidos héroes, batallas famosas o acontecimientos legendarios de interés para la comunidad. Con el tiempo, estos textos -que los recitadores modificaban a su antojo, dependiendo del gusto de los oyentes- se reunieron, dando lugar a lo que se conoce como cantares de gesta. De éstos sólo se conserva casi completo El Cantar de Mío Cid (Lectura 1) y algunos fragmentos de otros: Cantar de Roncesvalles, Cantar de los siete infantes de Lara... Temas. La épica castellana se desarrolló en torno a tres núcleos temáticos: Ciclo de los Condes de Castilla, cuya figura principal es el conde Fernán González -promotor de la independencia castellana con respecto al reino de León-, aunque también incluye la leyenda de los siete infantes de Lara. Ciclo del Cid, al que pertenece el único poema \ épico conservado íntegro: el Cantar de Mio Cid, así v como un fragmento del poema titulado Las Mocedades de Rodrigo. Ciclo francés, surgido a ambos lados del Pirineo y centrado en la figura del Emperador Carlomagno, el héroe Roldan y la batalla de Roncesvalles. Estilo. Los cantares de gesta o poemas épicos usaban una métrica irregular a base de series de versos de arte mayor con rima asonante, cuya posterior fragmentación por la cesura (pausa central) dará lugar al verso de ocho sílabas propio del romance. Otros rasgos del lenguaje épico son: Uso de fórmulas fijas, que facilitaban la memorización del poema por parte de los juglares: el Cid es el que en buen hora nació, Doña Jimena, la mi mujer tan cumplida. Epítetos épicos que sirven para caracterizar rápidamente a un personaje: el buen Campeador, el burgalés cumplido.. Frecuentes enumeraciones, en las que predomina el intensivo tantos / tantas. Apelaciones al público para hacerle participar en la narración: veríais tantas adargas horadar y pasar. A medida que la Edad Media avanza hacia su final, los largos poemas épicos se fragmentan en composiciones más breves e intensas denominadas romances. Su conjunto -a mitad de camino entre la lírica popular y la poesía narrativa- forma el Romancero, del que nos ocuparemos en la próxima unidad. Este fragmento del poema épico Roncesvalles -del que se conserva apenas un centenar de versos- recoge el lamento del emperador Carlomagno por la muerte del héroe francés Roldán en la batalla contra los musulmanes. Observa la peculiar morfología de la lengua medieval: El rey cuando lo vido, oit lo que faze: arriba alzó las manos por las barbas tirare, por las barbas floridas bermeja sallía la sangre: esa ora el buen rey oit lo que dirade, diz: «-Muerto es mío sobrino, el buen de don Roldane! ! Aquí veo atal cosa que nunca vi tan grande; Yo era pora morir, e vos pora escapare, Tanto buen amigo vos me soliádes ganare; por vestra amor arriba muchos me solían amare; pues vos sodes muerto, sobrino, buscar me han todo male. Asaz ved una cosa que sé que es verdade: que la vuestra alma bien sé que es en buen logare; mas atal viejo mezquino, ¿agora que faráde? 1. El Cantar de Mio Cid A lo largo de sus casi cuatro mil versos, se narra el proceso de recuperación de la honra y posterior ascenso social por parte del caudillo militar burgalés Rodrigo Díaz de Vivar (1043 - 1099), calumniado por sus enemigos ante el rey Alfonso VI, quien lo destierra de Castilla. Gracias al Cantar, el Cid se convertirá en el héroe por antonomasia de las letras españolas, su presencia se mantiene constante desde la Edad Media al siglo XXI en los tres géneros literarios, de la mano de dramaturgos y poetas. Autor y fecha El Cantar debió de componerse a comienzos del siglo XII, cuando aún se mantenían en la memoria popular las hazañas del héroe castellano. Su redacción se atribuye a dos juglares procedentes de la zona de Medinaceli (Soria) y de San Esteban de Gormaz (Burgos). La versión que se ha conservado es la que llevó a cabo un copista llamado Per Abbat en el siglo XIV. Argumento Se divide en tres partes o cantos: 1.Cantar del destierro. Tras ser expulsado de su tierra por el rey Alfonso VI, el héroe sale de Burgos , se despide de su familia a la que ha dejado en el monasterio de Cardeña y va obteniendo , Castilla abajo , una serie de triunfos militares ante los moros , que culminan con la conquista de Valencia. 2.Cantar de las bodas. El rey perdona al héroe, que le habla entregado Valencia. El Cid ha recuperado su honor; sus dos hijas se casan con los infantes de Carrión, nobles ambiciosos y cobardes, cuyo comportamiento deshonroso se evidencia durante el tiempo que viven en Valencia , en el palacio del Cid. Su cobardía queda patente cuando en el castillo se escapa un león que estaba enjaulado, produciendo pavor en los infantes ante el regocijo de los presentes. 3.Cantar de la afrenta de Corpes. En el viaje de regreso desde Valencia a sus tierras, los infantes envidiosos y resentidos con el héroe y su corte - maltratan y abandonan a las hijas del Cid en el robledal de Corpes. Rodrigo pide justicia al rey y las cortes de Toledo se reúnen bajo la presidencia del rey para reparar su honra. Allí los de Carrión son batidos en duelo y las hijas del protagonista se casan con los infantes de Aragón y de Navarra. Tema El Cid representa el ascenso social de la baja nobleza castellana - los infanzones - frente a la alta nobleza leonesa, representada por los Condes de Carrión. Por eso, los temas centrales del poema son la recuperación del honor del héroe, y su ascensión social al emparentar con reyes. Estilo El Cantar de Mio Cid muestra todos los rasgos expresivos propios de la épica castellana: epítetos épicos que definen de inmediato a un personaje (el burgalés cumplido); abundantes enumeraciones (tantas lanzas... tantas adargas... tantos pendones...); uso de fórmulas fijas ( el que en buena hora ciñó espada ). Hay que destacar, además, la presencia de la afectividad del juglar mediante comentarios de conmovedora subjetividad: Salía el sol, Dios qué hermoso аpuntaba. El Cid, personaje histórico Rodrigo Díaz de Vivar (1043 1099) pertenecía a la baja nobleza de Burgos. Casó con Jimena Díaz, nieta de reyes. Sirvió a Sancho II de Castilla y, a su muerte, al rey Alfonso VI. Su frío destierro y después de numerosos éxitos militares (llega a conquistar Valencia) volvió a congraciarse con el rey. HACIA EL DESTIERRO El Cid acaba de entrar en Burgos; allí se encuentra con la desagradable sorpresa de que nadie lo recibe a causa de la prohibición el Rey: Aunque de grado lo harían, a convidarlo no osaban. El Rey don Alfonso, saben, ¡le tenía gran saña! Antes que fuese la noche en Burgos entró su carta, con órdenes muy severas, muy requetebién sellada ; mandaba en ella que al Cid nadie le diese posada, y aquel que a tal se atreviese, supiese , por su palabra, que perdería lo suyo y aun los ojos de la cara, y además de cuanto digo, con la muerte amenazaba. Gran dolor el que sentían aquellas gentes cristianas. Y escóndense así del Cid , sin osar decirle nada. El Campeador, entonces, se dirigió a su posada y en cuanto llegó a la puerta se la encontró bien cerrada; mandatos del Rey Alfonso pusieron miedo en la casa , y si la puerta no rompe , no se la abrirán por nada. allí las gentes del Cid con voces muy altas llaman. Los de dentro , que las oyen , no respondían palabra. Aguijó el Cid su caballo y a la puerta se llegaba; del estribo sacó el pie , y con fuerte golpe llama. No se abre la puerta , no, pues estaba bien cerrada. Nueve años tiene la niña, que ante sus ojos se planta: - ¡ Campeador, en buen hora, que habéis ceñido la espada! Orden del Rey lo prohíbe, anoche llegó su carta, con prevenciones muy grandes, y venía muy sellada. A abriros nadie osaría, nadie os acoge, por nada. Si no es así, lo perdemos, lo nuestro y lo de la casa, y además de lo que digo , los ojos de nuestras caras. Ya veis, Cid, que en nuestro mal vos no habéis de ganar nada, pues el Criador os valga con toda su gracia santa. Esto la niña le dijo y se entró para su casa. Ya lo ve el Cid que del Rey no cabía esperar gracia. IV. El Cantar de Mio Cid : "Encuentro en Valencia" ENCUENTRO EN VALENCIA Tras una serie de brillantes triunfos militares el héroe logra conquistar la capital del reino musulmán de Valencia; a continuación envía ricos presentes al rey Alfonso VI, el cual decide perdonarlo, además de permitir que se reúnan allí con él su esposa e hijas. El encuentro en Valencia representa uno de los momentos más bellos del Cantar, al simbolizar de forma muy clara el triunfo del Cid. Recibidas las señoras con honra muy alta, el obispo don Jerónimo adelante entraba , ahí dejaba el caballo , para la capilla andaba ; con cuantos él puede que las horas cantaran , sobrepellices vestidas y con cruces de plata , recibían a las señoras y al bueno de Minaya. El que en buen hora nació no lo retrasaba : vistiose el sobregonel, larga trae la barba ; ensíllanle a Babieca , coberturas le echaban , mio Cid salió sobre él, armas de fuste tomaba. El caballo llamado Babieca cabalga , hizo una carrera, ésta fue extraordinaria , cuando hubo corrido todos se maravillaban [... ] Al fin de la carrera mio Cid descabalgaba , se dirigió a su mujer y a sus hijas , ambas ; cuando lo vio doña Jimena a sus pies se le echaba. «Merced, Campeador, en buen hora ceñisteis espada, El Cantar de Mio Cid, Castalia, col. Odres Nuevos "La ofensa a sus hijas" LA OFENSA A SUS HIJAS En los dos episodios anteriores, hemos podido comprobar la profunda humanidad del héroe. El episodio siguiente, que presentamos en una versión en prosa, es quizá el más dramático de la obra. Tras despedirse del Cid en Valencia, los infantes de Carrión parten para sus tierras con sus esposas doña Elvira y doña Sol, las hijas del Cid. La cobardía que habían demostrado en algunas batallas en Valencia y en el episodio del león que se escapó en el palacio del héroe, los tiene resentidos contra su suegro y su corte. Por ello , en cuanto se alejan de Valencia someten a sus esposas a terribles vejaciones: Los infantes de Carrión empiezan a golpearlas. Sin compasión descargan sobre ellas las cinchas corredizas y las espolean donde más les duela. Así les rasgan las camisas y con ellas las carnes; escurría tiñendo los briales, la hermosa sangre. Ya muerde el dolor sus corazones. ¡Oh sin igual ventura si plugiese al cielo que apareciese de pronto el Cid Campeador! Tanto las maltratan que yacen desfallecidas, ensangrentadas las camisas y paños. Ya se han hartado ellos de herirlas, probando a cuál pegarían mejor. Ya doña Elvira y doña Sol no pueden hablar. Por muertas las dejan en el robledo de Corpes. Las han despojado de sus mantos y sus pieles de armiño, yacen, las tristes, sin más abrigo que los briales y las camisas, expuestas miserablemente a las aves del monte y a la voracidad de las fieras, por muertas las dejaron, que no por vivas. ¡Oh, sin igual ventura , si asomara ahora el Cid Ruy Díaz ! Poema del Cid, texto y traducción, prosificación moderna por Alfonso Reyes, Espasa-Calpe, col. Universal V. El mester de clerecía El mester de clerecía surge como consecuencia del deseo que sintieron los religiosos de utilizar la lengua romance para poner su doctrina de forma más directa al alcance del pueblo; para ello, nada mejor que valerse de algunos recursos literarios y comunicativos propios del oficio de los juglares. El propio Gonzalo de Berceo lo expresa en estos versos, rematados por la campechana petición de un vaso de vino en premio a sus servicios: Quiero hacer una prosa en román paladino, en la cual suele el pueblo fablar con su vecino; pues no soy tan letrado para hacerlo en latino. Bien valdrá, como creo, un vaso de buen vino. 1.Caracteres. Conviene, sin embargo, no olvidar las diferencias entre dos modalidades de poesía narrativa medieval. Tres características definen la creación poética de los clérigos: 1. La consideración artística de su propia labor, bien expresada en estos versos del Libro de Alejandro: Traigo un mester hermoso, no es de juglaría es mester sin pecado, pues es de clerecía hacer frases rimadas por la cuaderna vía con sílabas contadas, lo que es gran maestría. 2. El empleo de una estrofa característica, de compleja elaboración: la cuaderna vía, formada por cuatro versos de catorce sílabas con la misma rima consonante. 3. La procedencia libresca culta de sus textos, basados en fuentes latinas y religiosas, como crónicas, vidas de santos, historia sagrada, etcétera. 2.Estilo. En cuanto al lenguaje, se observa la presencia esporádica de cultismos y referencias librescas de origen latino. Sin embargo, abundan los rasgos juglarescos, con los que trataban de acercarse a receptor popular. He aquí algunos de ellos: - Fórmulas y epítetos épicos. - Vulgarismos, localismos diminutivos: pastorciello, serraniella... - Comparaciones y metáforas que se refieren a elementos de la vida agrícola cotidiana: no vale un higo, más bella que el pan de trigo... 3. Autores. Entre ellos destaca, en el siglo XIII, el fraile riojano Gonzalo de Berceo, primer escritor español de nombre conocido. Junto a numerosas biografías de santos casi siempre relacionados con los monasterios en los que él vivió, Berceo nos ha dejado los deliciosos Milagros de Nuestra Señora, colección de veinticinco cuentos en los que la ingenua exaltación de la Virgen sirve para trazar un animado cuadro de la existencia medieval. Al margen de la predicación religiosa, se sitúan dos originales obras anónimas del siglo XIII, procedentes ambas de lejanas tradiciones latinas: El Libro de Alejandro cuenta la vida del mítico Alejandro Magno, rey de Grecia, conquistador de Asia y héroe legendario de la Antigüedad, presentado aquí como ejemplo de valor, dignidad y sabiduría; en suma, como modelo del caballero medieval. Tras la muerte de Alejandro Magno, sus conquistas inspiraron una tradición literaria que lo convirtió en héroe legendario. El Libro de Apolonio es un breve y entretenido poema que -al estilo de lo que luego serían, las novelas bizantinas- cuenta las accidentadas peripecias de este personaje, rey de Tiro, convertido también aquí en modelo de conducta para los nobles. Pero la culminación del mester de clerecía llega con Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, quien en el siglo XIV escribió uno de los textos más originales y divertidos de la literatura medieval: el Libro de Buen AMOR. Gonzalo de Berceo: Milagros de Nuestra Señora. "El labrador avaro" V. Gonzalo de Berceo: Milagros de Nuestra Señora 1.Autor y obra Gonzalo de Berceo fue un monje riojano que ha pasado a la historia como el primer autor de la literatura española preocupado por firmar sus obras. Vivió en la primera mitad del siglo XIII y se sabe que ejerció su ministerio en el monasterio de San Millán de la Cogolla, del cual hizo notable propaganda en varios de sus textos. Es probable que cursara estudios en la primera universidad fundada en España: los Estudios Generales de Palencia. Por ello, su vida transcurrió siempre cerca del camino de Santiago, principal vía de introducción de la cultura europea en la Península. La producción literaria de Gonzalo de Berceo es toda de carácter religioso. Tradicionalmente se divide en dos núcleos: Cuatro vidas de santos relacionados o próximos al entorno riojano: Vida de San Millán de la Cogolla, Vida de Santo Domingo de Silos, Vida de Santa Oria y Martirio de San Lorenzo. * Tres obras de exaltación de la Virgen María: Loores de Nuestra Señora, Duelo que hizo la Virgen y Milagros de Nuestra Señora, sin duda su obra más conocida y cercana al lector moderno. 2. Tema. Los Milagros de Nuestra Señora constituyen una colección de 25 relatos breves en verso -la estrofa utilizada es la cuaderna vía, propia del mester de clerecía- , inspira dos en fuentes latinas, en los que se elogia la devoción a la Madre de Dios y los beneficios que Ella ofrece a los que la veneran. Los especialistas distinguen tres tipos de milagros de María a sus fieles: Milagros en los que la Virgen premia o castiga a los hombres: son once; uno de los más conocidos es La casulla de San Ildefonso. Milagros del perdón: son ocho, en los que la Virgen encubre o disculpa el pecado cometido por alguno de sus fieles, como en el caso de El sacristán impúdico. Milagros de la conversión o crisis: en estos seis milagros, la Virgen ayuda a salir de algún apuro a los que la rezan; es lo que ocurre en El milagro de Teófilo... 3. Estructura. Cada historia presenta un esquema muy semejante: El poeta presenta y sitúa al personaje, marcado siempre por su profunda devoción a la Virgen. Este protagonista se encuentra en alguna dificultad, peligro o crisis. o Para salir del apuro, invoca a María, aunque no faltan las ocasiones en que Ella acude espontáneamente hasta su devoto. o El problema se soluciona. El autor aprovecha para insistir en la bondad de la Virgen y en la conveniencia de cultivar su devoción. 4. Personajes. Hay once milagros protagonizados por religiosos, frente a trece cuyo personaje principal es un seglar. Son catorce los que cuentan la historia de un pecador y el resto narra las peripecias de personas virtuosas. Lo que puede llamar la atención es la libertad con la que Berceo muestra las debilidades de aquellos consagrados al servicio divino: un clérigo borracho, otro ignorante, un sacristán impúdico y un fraile ladrón, entre otros. 5.Estilo. La aparente sencillez e ingenuidad del estilo de Berceo atrajeron pode- rosamente a los escritores de la generación del 98 -como los hermanos Machado, Azorín o Juan Ramón Jiménez-, que le dedicaron páginas entrañables. Sin embargo, el clérigo riojano fue un autor culto y con plena conciencia de su estilo y su condición de escritor. Entre los recursos que menudean en sus versos destacan las repeticiones, el uso de diminutivos y la abundancia de comparaciones, que en muchas ocasiones aluden a elementos de la naturaleza, de la agricultura y del mundo rural, el entorno habitual de los destinatarios de sus versos. Este milagro -uno de los más breves- figura con el número XI en la colección y muestra con claridad los rasgos que definen la creación del fraile riojano. El labrador avaro Había en una tierra un hombre labrador que usaba el arado más que otra labor; él amaba la tierra más que al Creador, era de muchos modos un hombre enredador. Hacía una vileza -sucieja en verdad- cambiaba los mojones para ampliar su heredad; hacía toda clase de agravio y falsedad; tenía mala fama entre su vecindad. Aunque malo, quería bien a Santa María, oía sus milagros y bien los acogía, saludábala siempre, decíale cada día: «Ave gracia plena que pariste al Mesías». Murió el arrastrapajas, de tierra bien cargado; en cuerda de diablos fue luego cautivado; lo arrastraban con sogas, de coces bien sobado, le hacían pagar el doble del pan que dio mudado. Doliéronse los ángeles de esta alma mezquina, porque se lo llevaban diablos con inquina, quisieron socorrerla, ganarla por vecina, mas para hacer tal pasta faltábales harina. Si le decían los ángeles de bien una razón ciento decían los otros, malas de perdición. Los malos a los buenos tenían en un rincón, el alma, por sus culpas, no salía de prisión. Levantándose un ángel, dijo: «Yo soy testigo, verdad es, no mentira esto que yo os digo: el cuerpo que llevó esta alma consigo fue de Santa María su vasallo y amigo. Siempre la mencionaba al comer y a la cena, decía tres palabras: Ave gratia plena; boca de donde sale tan santa cantilena, no merece yacer en tan mala cadena». En cuanto que este nombre de la Santa Reina oyeron los diablos, escapáronse aína, derramáronse todos como una neblina, desampararon todos a esta alma mezquina. Los ángeles que la vieron quedar abandonada, de manos y de pies con sogas bien atada, estando como oveja que yace enzarzada, fueron y la llevaron dentro de su majada. Gonzalo de Berceo, Poemas, Zeus Arcipreste de Hita: Libro de Buen Amor VI. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita: Libro de Buen Amor 1.El autor Nos han llegado pocos datos biográficos de Juan Ruiz. Se sabe que nació en Alcalá de Henares hacia 1283, que estudió en la ciudad de Toledo y que ocupó el cargo eclesiástico de arcipreste en el pueblo de Hita (Guadalajara). A partir de la lectura de su obra, puede deducirse que fue un hombre de amplia cultura, con sólidos conocimientos de derecho, astronomía, filosofía y teología. Puede intuirse también que no era un clérigo normal, sino un individuo aficionado a la buena vida y los placeres terrenales; ello pudo ocasionarle esa estancia en prisión a la que el autor alude al comienzo del Libro de Buen Amor. 2. Obra Su única obra conocida, el Libro de Buen Amor, posee una compleja estructura, con ingredientes muy diversos, presidida por la autobiografía amorosa del protagonista. Estos son los elementos principales: * Composiciones líricas: los «Gozos de Santa María». * Episodios narrativos: la historia amorosa entre don Melón y doña Endrina. Las aventuras que le suceden al protagonista cuando viaja por los montes y se topa con las serranas, mujeres recias y hombrunas que entonces se dedicaban a guiar a los viajeros por los peligrosos pasos de sierras y montañas. * El relato alegórico de la batalla entre don Carnal y doña Cuaresma, típico ejemplo de literatura festiva y carnavalesca. * Un amplio conjunto de fábulas que utiliza el protagonista y sus interlocutores para justificar sus comportamientos y acciones. * Divertidas sátiras acerca de las costumbres de la época. 3. Tema El sentido profundo del Libro de Buen Amor parte de la contraposición entre dos amores: El buen amor: espiritual, a Dios, a la Virgen, frente al loco amor: carnal, a las mujeres, pecaminoso. La poderosa originalidad de Juan Ruiz radica en la deliberada ambigüedad de su mensaje moralizador, ya expresada en estos versos del comienzo. En general a todos dedico mi escritura; los cuerdos, con buen seso, encontrarán cordura, los mancebos livianos guárdense de locura; escoja lo mejor el de buena ventura. Son, las de buen Amor, razones encubiertas; medita donde hallares señal y lección ciertas, si la razón entiendes y la intención aciertas, donde ahora maldades, quizá consejo adviertas. El Arcipreste defiende el buen amor, pero la alegre picardía y el gran conocimiento que despliega para describir el pecado pueden inducir a él a los oyentes menos avisados. Por otro lado, el conocimiento de las debilidades humanas, la atención a los detalles realistas concretos y la prodigiosa frescura de su lenguaje convierten el Libro de Buen Amor en un verdadero retablo de la vida medieval durante el siglo XIV. 4. Estilo Lo que convierte al Libro de Buen Amor en una obra cumbre de la literatura medieval es la incomparable viveza de su lenguaje, caracterizado por los rasgos siguientes: Variedad de versos: la cuaderna vía, típica del mester de clerecía se combina con estrofas populares de arte menor. Riqueza verbal, marcada por la acumulación de sinónimos y enumeraciones que aportan realismo y colorido. Juegos de palabras cargados de intención humorística. Diminutivos que acercan el lenguaje al receptor popular. Refranes y frases coloquiales. Arcipreste de Hita. Comentario del texto poético. VI. TEXTO DE CÓMO, SEGÚN LA NATURALEZA, HOMBRES Y ANIMALES QUIEREN TENER COMPAÑÍA CON LAS HEMBRAS. Aristóteles dijo, y es cosa verdadera, que el hombre por dos cosas trabaja; la primera, por el sustentamiento, y la segunda era por conseguir unión con hembra placentera. Si lo dijera yo, se podría tachar, mas lo dice un filósofo, no se me ha de culpar. De lo que dice el sabio no debemos dudar, pues con hechos se prueba su sabio razonar. Que dice verdad el sabio claramente se prueba; hombres, aves y bestias, todo animal de cueva desea, por natura, siempre compaña nueva y mucho más el hombre, que otro ser que se mueva. Digo que más el hombre, pues otras criaturas tan solo en una época se juntan, por natura; el hombre en todo tiempo, sin seso y sin mesura, siempre que quiere y puede hacer esa locura. Prefiere el fuego estar guardado entre ceniza, pues antes se consume cuanto más se le atiza , el hombre cuando peca, bien ve que se desliza, mas por naturaleza, en el mal profundiza. Yo, como soy humano y, por tal, pecador, sentí por las mujeres, a veces, gran amor. Que probemos las cosas no siempre es lo peor; el bien y el mal sabed y escoger lo mejor Hace tiempo una dama me tenía prendado, todo mi amor le di, rendido,entusiasmado; ella hablaba y reía conmigo, de buen grado; Otra cosa jamás conseguir me fue dado. Era una dama en todo y de damas señora, no podía estar solo con ella ni una hora; de los hombres se guardan allá donde ella mora con más afán que guardan los judíos la Tora. Arcipreste DE Hita, Libro de Buen amor. Castalia, col. Odres Nuevos | Tora: libros sagrados de la religión judía. 1. Localización Este texto figura inmediatamente después del que acabamos de leer acerca del griego y el romano. Seguimos, pues, en los mismos inicios del Libro de Buen Amor, en los que el Arcipreste intenta explicar sus intenciones al escribir la obra, da pistas para la interpretación de la misma y justifica su proceder con respecto a las mujeres. Además podemos observar cómo las ideas del autor se engarzan con los episodios amorosos que constituyen la columna vertebral del Libro. Señala el momento en que se produce el paso de la argumentación a la narración. 2.Tema e ideas Como obra perteneciente al mester de clerecía, el Libro de Buen Amor tiene una finalidad didáctica: en este caso, advertir de los riesgos del amor humano ilícito, frente a las bondades del amor espiritual. La obra se convierte así en una especie de tratado en el que -incluso desde el punto de vista estructural- prima la argumentación: abundan las fábulas y los ejemplos para defender una u otra tesis en torno a ese amor humano que representa la principal afición del protagonista. El fragmento desde el comienzo adelanta una tesis categórica: Preguntas Localiza esta tesis y resume su sentido. Señala la diferencia que establece el autor entre seres humanos y animales en relación con el amor. Para ello el Arcipreste se apoya en la autoridad de Aristóteles, uno de los más grandes filósofos de la Antigüedad. Luego glosa y apoya las ideas del maestro para relacionarlas a continuación con su propia existencia. Pregunta: Localiza en el texto el momento en que las ideas generales se aplican al propio autor. 3. Organización y composición El Libro de Buen Amor se sitúa en la vertiente culta de la poesía narrativa medieval, correspondiente al mester de Clerecía. La obra ofrece una notable riqueza métrica. Junto a combinaciones de carácter popular, hay un claro predominio de la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo, la estrofa típica del oficio de los clérigos. Ésta es justamente la que aparece en el texto. Pregunta: Examina, sobre las dos primeras estrofas del texto, los rasgos que definen la cuaderna vía: número de versos, medida de cada verso y rima. El fragmento posee tres partes bien marcadas: a) enunciado de la tesis: la afición a las mujeres como algo común a todos los seres vivos, tanto hombres como animales; b) justificación empírica de esa afirmación; c) a partir de aquí, Juan Ruiz da inicio a su continuado peregrinaje en pos de distintos personajes femeninos. Separa cada una de esas tres partes dentro del texto. Resume brevemente el contenido de cada una. En el texto se aprecia una alternancia entre la presencia del yo poético (si lo dijera yo...) con experiencias apoyadas en otros elementos de la realidad, que confirman la tesis del autor: Aristóteles, el fuego, el hombre. Coloca en columnas paralelas los predicados atribuidos al yo frente a los de otros elementos. 4. Lenguaje y estilo En su momento hemos señalado la ambigüedad como uno de los rasgos más originales del Libro de Buen Amor; esta ambigüedad lleva al autor, a lo largo de la obra, a defender una tesis y más adelante aparentemente la contraria. Para ello se vale con frecuencia de un lenguaje argumentativo, dotado de los rasgos estilísticos habituales en esta modalidad del discurso: sintaxis compleja, abundancia de cláusulas subordinadas, contraposiciones, recapitulaciones. __________________________________________________________________ Pregunta : Comenta ejemplos de estos rasgos estilísticos presentes en el texto. Como habrás podido observar, la tesis se defiende a través de: Argumento de autoridad: Aristóteles. Argumento de experiencia: elementos de la realidad. Pregunta :Subraya su presencia en el texto 5.Valoración e interpretación En definitiva el texto muestra con claridad la alternancia de reflexiones o consejos y anécdotas o experiencias que configuran la estructura del Libro de Buen Amor. Conviene tener en cuenta que el Arcipreste de Hita en estos versos viene a expresar a su manera la idea de que Eros y Tánatos son los instintos fundamentales del ser humano, algo desarrollado luego por Sigmund Freud y la moderna psiquiatría a comienzos del Siglo XX. VII- La poesía lírica en la Edad Media Lírica Tradicional: Los textos son casi siempre anónimos. Las primeras manifestaciones, las jarchas, aparecen en el siglo XI. Son canciones breves escritas en versos cortos, llenas de sencillez y expresividad. Las composiciones tienen dimensión colectiva: se cantan en grupo o a coro Se desarrollan en un ámbito rural: campo, aldea, plaza. Los temas son el amor, el trabajo en el campo, la llegada de la primavera, la noche de San Juan o la vendimia. Lírica Cortesana Hay un autor culto y conocido. Su apogeo se alcanza en el siglo XV en Castilla. Se trata de composiciones extensas, cargadas de refinamiento, artificiosidad y palabras cultas. Se expresa un interés o punto de vista individual. El marco es típicamente cortesano castillo, palacio. El tema gira en torno al amor cortés: el poeta manifiesta su devoción a la dama, aunque no espere ser correspondido. 1.La lírica tradicional Las composiciones de la lírica tradicional reciben el nombre de cancioncillas. Surgen y se desarrollan entre el pueblo, se transmiten de forma oral mediante el canto, el baile o la recitación colectiva, y sólo al cabo de los siglos se recogen por escrito en los denominados cancioneros (Lectura 1). Posteriormente -como en el caso del Romancero Nuevo- muchos autores cultos (Gil Vicente, Lope de Vega, Góngora y, en la época contemporánea, García Lorca o Alberti) escribirán poemas siguiendo el estilo de la lírica tradicional. Veamos sus características principales. 2. Temas. La lírica tradicional sirve de expresión a sentimientos o situaciones sólidamente arraigados en la existencia colectiva. Cabe distinguir cuatro núcleos temáticos: el amor, el trabajo, la muerte y la celebración del paso de las estaciones, especialmente la llegada de la primavera y del verano. Así pues, ninguna canción popular existía porque sí, sino que respondía a una función social: había canciones que se cantaban en las bodas y en los bailes, al ter- minar la siega, en carnaval, en Navidad, en la recogida del heno y en los entierros. Tampoco las canciones amorosas existían al margen de ciertas ceremonias habituales: los paseos vespertinos por la aldea, el canto bajo las ventanas de las muchachas o el noviazgo suponían ritos colectivos, y en estos ritos las canciones tenían su sitio establecido. Atendiendo a ello, se distingue algunos subgéneros : Canciones de amor: la mujer expresa su amor o su dolor por la ausencia del amado. Tuvieron extraordinario desarrollo entre los trovadores gallegos, dando lugar a una modalidad específica: las cantigas de amigo. Albadas o alboradas: recrean el momento del amanecer como hora de separación o encuentro de los enamorados. Cantos de bodas, de vela o de cuna: surgidos con motivo de los ritos del matrimonio, la vigilia o el cuidado de recién nacidos. Planto o endecha: expresión del dolor por la muerte de un ser querido. Canciones de trabajo: entonados al tiempo de la siega, la vendimia o la recogida de la aceituna. Marzas y mayas: para recibir la llegada de los meses de primavera y verano. 3. Ámbito geográfico. El inmenso caudal de la lírica popular surgió -con algunas peculiaridades- en todas las grandes áreas lingüísticas de la España medieval. Sin embargo, es preciso destacar tres corrientes importantes: Las jarchas: poemillas en lengua romance integrados en canciones árabes, surgen en Andalucía y en el territorio ocupado por los musulmanes. Se rata, en general, de canciones de amor en boca de una mujer. Lírica galaico-portuguesa: escrita en gallego. Su expresión más característica es la cantiga de amigo, en la que una mujer enamorada se lamenta de la ausencia del amado. Lírica tradicional castellana: escrita en el primitivo idioma castellano y en los crecientes territorios de la Castilla medieval. 4. Métrica y estilo. Las notas que define esta poesía son: métrica, conseguida a base de versos de arte menor; rima casi siempre asonante, y extrema brevedad. Mención especial merece la estrofa llamada zéjel o villancico, cuya disposición destaca alternancia entre partes variables cantadas por el solista (mudanza) frente al invariable estribillo, interpretado por el coro. Este carácter popular y oral se manifiesta también en el lenguaje: a)abundancia de palabras concretas que nombran elementos de la naturaleza (flores del campo, olas del mar, estrellas,) b)diminutivos, c)exclamaciones afectivas, d)repeticiones y paralelismos que facilitan la recitación o el canto, e) y escasez de elementos ornamentales y descriptivos. Pese a ello, pocos textos igualan a la lírica tradicional en capacidad de sugerencia e intensidad expresiva. Buena prueba de ello la tenemos en esta breve composición a la llegada de la primavera. En la poesía popular medieval aparecen constantemente los árboles y las flores como elementos asociados al amor y al cortejo. Ya florecen los árboles, Juan : ¡mala seré de guardar! Ya florecen los almendros y los amores con ellos, Juan, mala seré de guardar. Ya florecen los almendros, Juan, ¡mala seré de guardar! En la siguiente cantiga de amigo de Martín Codax, la enamorada pregunta a las olas del mar de Vigo si han visto a su enamorado, por quien suspira y sufre: Ondas do mar de Vigo i si vistes meu amigo! e ai, Deus, si verrá cedo! Ondas do mar levado, si vistes meu amado! e ai, Deus, si verrá cedo! Si vistes meu amigo, e por que eu sospiro! e ai, Deus, si verrá cedo! Si vistes meu amado, por que eu gran cuidado! e ai, Deus, si verrá cedo! La Lírica tradicional en la Edad Media VIII. Lírica Tradicional Castellana. Textos seleccionados Lírica Tradicional castellana La riqueza y variedad de la lírica popular se observan en estos breves poemilla, cuya sencillez expresiva no impide espléndidos resultados literarios. Empezaremos con dos jarchas, en las que se aprecia la mezcla de lengua romance con palabras árabes: 1 ¿Qué faré, mamma? Meu-l-habib est'ad yana. (¿Qué haré, madre? Mi amado está a la puerta.) 2 ¡Ven, ya sahhara! Alba k'est con bel vigore, cando ven pidi amore. (¡Ven, hechicero! Alba que tiene bello vigor, cuando viene pide amor.) 3 En las riberas del Tajo vi sentada a una pastora, ¡ay. Dios, y cómo enamora! 4 Enviárame mi madre por agua a la fonte frida: vengo del amor ferida. 5 Entra mayo y sale abril; tan garridico le vi venir. Entra mayo con sus flores, sale abril con sus amores, y los dulces amadores comienzan a bien servir. 6 Tres morillas me enamoran en Jaén: Axa, Fátima y Marién. Tres morillas tan garridas iban a coger olivas, y hallábanlas cogidas en Jaén, Axa, Fátima y Marién. Y hallábanlas cogidas, y tornaban desmaídas y las colores perdidas en Jaén, Axa, Fátima y Marién. Tres morillas tan lozanas, iban a coger manzanas, y cogidas las hallaban en Jaén, Axa, Fátima y Marién. 7 En Ávila, mis ojos dentro en Ávila. En Ávila del Río mataron a mi amigo, dentro en Ávila. 8 Llorad las damas, si Dios os valga, Guillen Peraza quedó en La Palma, la flor marchita de la su cara. No eres palma, eres retama, eres ciprés de triste rama, eres desdicha, desdicha mala. Tus campos rompan tristes volcanes, no vean placeres sino pesares, cubran tus flores los arenales. Guillen Peraza, Guillén Peraza, ¿dó está tu escudo, dó está tu lanza? Todo lo acaba la malandanza. 9 ¿Por qué me besó Perico, por qué me besó el traidor? Dijo que en Francia se usaba y por eso me besaba, y también porque sanaba con el beso su dolor. ¿Por qué me besó Perico, por qué me besó el traidor? Lírica española de tipo popular: Edad Media y -Renacimiento, Cátedra 9. El Romancero A mitad de camino entre la lírica popular y la poesía narrativa de los juglares se encuentran los romances, que representan una de las manifestaciones más genuinas de la literatura española. 1. Orígenes. Al final del periodo medieval (siglos XIV y XV), decayó el interés por los largos poemas épicos, en los que se contaban por extenso las hazañas de los héroes legendarios. Sin embargo, los oyentes seguían disfrutando con fragmentos breves en los que se concentraba la tensión narrativa, y así se lo exigían a los juglares. Se produce entonces la fragmentación del verso épico cercano a las 16 sílabas, monorrimos con rima asonante, a través de la pausa central, dando lugar a series de versos octosílabos con rima asonante en los pares: ¡Mal haya la cinta verde causadora de mi mal! Que siendo pequeña y niña quise a un pulido galán; lo quise dentro del alma, lo quise y lo supe amar; los parientes lo supieron y lo mandaron marchar. ¡Mal haya la cinta verde causadora de mi mal! Que siendo pequeña y niña quise a un pulido galán lo quise dentro del alma, lo quise y lo supe amar; los parientes lo supieron y lo mandaron marchar. Maximiano Trapero, Romancero tradicional canario El conjunto de romances primitivos, anónimos y transmitidos de forma oral, recibe el nombre de romancero viejo o tradicional, y surge a partir del siglo XIV. Más adelante, la popularidad de esta estrofa favorece su uso por parte de escritores cultos, dando lugar al romancero nuevo en los siglos XVI y XVII; de esta forma, figuras de la talla de Lope de Vega, Quevedo o Góngora -y, más cerca de nuestros días, el duque de Rivas, Zorrilla, García Lorca o Gerardo Diego- cultivaron el romance enriqueciéndolo con nuevos temas y formas. 2. Temas. En un principio, los romances viejos tienen un carácter histórico o legendario, pues giran en torno a los cantares de gesta españoles y franceses. Con el tiempo, no tardan en aparecer creaciones cada vez más alejadas del espíritu épico, con predominio del tema amoroso, argumentos fantástico o acercamiento a la figura del musulmán, en caballerosa lucha con el cristiano durante la Reconquista; de este modo surgen las variedades siguientes Romances líricos: en los que juega un papel importante la expresión de los sentimientos y, a menudo, del amor. Romances novelescos: que acentúan los elementos fantásticos y alejados de la realidad histórica. Romances moriscos o fronterizos: que desarrollan temas relacionados con la convivencia idealizada y respetuosa entre moros y cristianos a lo largo de la frontera común durante la Reconquista. Representan el germen de lo que en el siglo XVI será la novela morisca. o 3. Estilo. Está presidido por la sencillez y espontaneidad propias de toda la literatura popular. o 4. Destacan, además, algunas características singulares: o El fragmentarismo obliga a que el texto se concentre en lo sustancial, eliminando los antecedentes y dejando el final abierto a la imaginación del oyente. Es lo que se conoce como “final truncado”. Observa un ejemplo en el precioso “Romance del Infante Arnaldos”: […] Allí habló el infante Arnaldos, bien oiréis lo que dirá -Por tu vida, el marinero, dígasme ora ese cantar. respondióle el marinero, tal respuesta le fue a dar: -Yo no digo esa canción sino a quien conmigo va. La transmisión oral favorece la abundancia de paralelismos, repeticiones, exclamaciones e, incluso, fórmulas y epítetos épicos. La frecuencia del diálogo y el estilo directo se explica por la necesidad de captar la atención con recursos próximos a la representación teatral. La alternancia de tiempos verbales para narrar la misma acción aparece como uno de los rasgos más típicos de los romances. Se justifica por el deseo de romper con la monotonía de hablar siempre de hechos ocurridos en el pasado. Un ejemplo, tomado del “Romance de Abenámar”: ¿Qué castillos son aquellos? ¡Altos son y relucían! Numerosas llamadas de atención a los oyentes, que se convierten de esta forma en espectadores privilegiados de la acción: …bien oiréis lo que dirá. Variantes: la transmisión oral favorece que el mismo romance tenga distintas versiones argumentales y expresivas en los diversos dominios de la lengua española, tanto en la Península como en Canarias, en Hispanoamérica e, incluso, en el norte de África. 9. El Romancero A mitad de camino entre la lírica popular y la poesía narrativa de los juglares se encuentran los romances, que representan una de las manifestaciones más genuinas de la literatura española. 1. Orígenes. Al final del periodo medieval (siglos XIV y XV), decayó el interés por los largos poemas épicos, en los que se contaban por extenso las hazañas de los héroes legendarios. Sin embargo, los oyentes seguían disfrutando con fragmentos breves en los que se concentraba la tensión narrativa, y así se lo exigían a los juglares. Se produce entonces la fragmentación del verso épico cercano a las 16 sílabas, monorrimos con rima asonante, a través de la pausa central, dando lugar a series de versos octosílabos con rima asonante en los pares: ¡Mal haya la cinta verde causadora de mi mal! Que siendo pequeña y niña quise a un pulido galán; lo quise dentro del alma, lo quise y lo supe amar; los parientes lo supieron y lo mandaron marchar. ¡Mal haya la cinta verde causadora de mi mal! Que siendo pequeña y niña quise a un pulido galán lo quise dentro del alma, lo quise y lo supe amar; los parientes lo supieron y lo mandaron marchar. Maximiano Trapero, Romancero tradicional canario El conjunto de romances primitivos, anónimos y transmitidos de forma oral, recibe el nombre de romancero viejo o tradicional, y surge a partir del siglo XIV. Más adelante, la popularidad de esta estrofa favorece su uso por parte de escritores cultos, dando lugar al romancero nuevo en los siglos XVI y XVII; de esta forma, figuras de la talla de Lope de Vega, Quevedo o Góngora -y, más cerca de nuestros días, el duque de Rivas, Zorrilla, García Lorca o Gerardo Diego- cultivaron el romance enriqueciéndolo con nuevos temas y formas. 2. Temas. En un principio, los romances viejos tienen un carácter histórico o legendario, pues giran en torno a los cantares de gesta españoles y franceses. Con el tiempo, no tardan en aparecer creaciones cada vez más alejadas del espíritu épico, con predominio del tema amoroso, argumentos fantástico o acercamiento a la figura del musulmán, en caballerosa lucha con el cristiano durante la Reconquista; de este modo surgen las variedades siguientes: Romances líricos: en los que juega un papel importante la expresión de los sentimientos y, a menudo, del amor. Romances novelescos: que acentúan los elementos fantásticos y alejados de la realidad histórica. Romances moriscos o fronterizos: que desarrollan temas relacionados con la convivencia idealizada y respetuosa entre moros y cristianos a lo largo de la frontera común durante la Reconquista. Representan el germen de lo que en el siglo XVI será la novela morisca. o 3. Estilo. Está presidido por la sencillez y espontaneidad propias de toda la literatura popular. o 4. Destacan, además, algunas características singulares: o El fragmentarismo obliga a que el texto se concentre en lo sustancial, eliminando los antecedentes y dejando el final abierto a la imaginación del oyente. Es lo que se conoce como “final truncado”. Observa un ejemplo en el precioso “Romance del Infante Arnaldos”: […] Allí habló el infante Arnaldos, bien oiréis lo que dirá -Por tu vida, el marinero, dígasme ora ese cantar. respondióle el marinero, tal respuesta le fue a dar: -Yo no digo esa canción sino a quien conmigo va. La transmisión oral favorece la abundancia de paralelismos, repeticiones, exclamaciones e, incluso, fórmulas y epítetos épicos. La frecuencia del diálogo y el estilo directo se explica por la necesidad de captar la atención con recursos próximos a la representación teatral. La alternancia de tiempos verbales para narrar la misma acción aparece como uno de los rasgos más típicos de los romances. Se justifica por el deseo de romper con la monotonía de hablar siempre de hechos ocurridos en el pasado. Un ejemplo, tomado del “Romance de Abenámar”: ¿Qué castillos son aquellos? ¡Altos son y relucían! Numerosas llamadas de atención a los oyentes, que se convierten de esta forma en espectadores privilegiados de la acción: …bien oiréis lo que dirá. Variantes: la transmisión oral favorece que el mismo romance tenga distintas versiones argumentales y expresivas en los diversos dominios de la lengua española, tanto en la Península como en Canarias, en Hispanoamérica e, incluso, en el norte de África. Romances Seleccionados. Romance del prisionero La sencillez de este romance realza su carácter lírico y el tratamiento de la naturaleza lo acerca a las composiciones de la lírica tradicional. Que por mayo era, por mayo cuando hace el calor, cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor, sino yo, triste, mezquino, que yago en esta prisión, que ni sé cuando es de día ni cuando las noches son sino por una avecilla que me cantaba al albor; matómela un ballestero; ¡déle Dios mal galardón! Romancero del Cid. Romance en que doña Urraca recuerda cuando el Cid se criaba con ella en su palacio de Zamora. En medio del cerco de Zamora por el rey don Sancho, ayudado por el Cid, doña Urraca -dueña de la plaza y hermana del monarca- reprocha al héroe su ingratitud por haberse olvidado del tiempo que pasaron juntos en la corte. Observa el fragmentarismo y el tono dialogado: Romance en que doña Urraca recuerda cuando el Cid se criaba con ella en su palacio de Zamora -¡Afuera, afuera, Rodrigo, el soberbio castellano! Acordársete debería de aquel buen tiempo pasado que te armaron caballero en el altar de Santiago, cuando el rey fue tu padrino, tú, Rodrigo, el ahijado; mi padre te dio las armas, mi madre te dio el caballo, yo te calcé espuela de oro porque fueses más honrado; pensando casar contigo, ¡no lo quiso mi pecado!, casástete con Jimena, hija del conde Lozano; con ella hubiste dineros, conmigo hubieras estados; dejaste hija de rey por tomar la de un vasallo. En oír esto Rodrigo volvióse mal angustiado: -¡Afuera, afuera, los míos, los de a pie y los de a caballo, pues de aquella torre mocha una vira me han tirado!, no traía el asta hierro, el corazón me ha pasado; ¡ya ningún remedio siento, sino vivir más penado! Romance de Abenámar Este romance fronterizo es el primer texto europeo que adopta la imagen de una mujer para representar a la ciudad sitiada: ¡Abenámar, Abenámar, moro de la morería, el día en que tú naciste grandes señales había! Estaba la mar en calma, La luna estaba crecida; moro que en tal signo nace no debe decir mentira. -No te la diré, señor, aunque me cueste la vida. -Yo te agradezco, Abenámar, aquesta tu cortesía. ¿Qué castillos son aquellos? ¡Altos son y relucían! -El Alhambra era, señor, y la otra, la mezquita; los otros, los Alixares, labrados a maravilla. El moro que los labraba, cien doblas ganaba al día, y el día que no los labra otras tantas se perdía; desque los tuvo labrados, el rey le quitó la vida porque no labra otros tales al rey del Andalucía. El otro es Torres Bermejas, castillo de gran valía; el otro Generalife, huerta que par no tenía. Allí hablara el rey don Juan, bien oiréis lo que decía: -Si tu quisieras, Granada, contigo me casaría; darete en arras y dote a Córdoba y a Sevilla. -Casada estoy, rey don Juan, casada soy, que no viuda; el moro que a mí me tiene muy grande bien me quería. Hablara allí el rey don Juan, estas palabras decía: -Échenme aquí mis lombardas doña Sancha y doña Elvira; tiraremos a lo alto, lo bajo ello se daría. El combate era tan fuerte que grande temor ponía. X. La Lírica Cortesana y sus variedades principales. X. La Lírica Cortesana A diferencia de la popular, la lírica cortesana fue escrita casi siempre por autores cultos, en tanto que su ámbito de difusión discurría entre una nobleza, que ya no solo disfrutaba de las viejas leyendas épicas, sino que se mostraba cada vez más abierta al cultivo de las letras y la cortesía. Dos marcos culturales favorecen el desarrollo de la lírica culta medieval. 1. El amor cortés´ Un elemento imprescindible para entender la lírica culta en la Edad Media es el concepto de cortesía o amor cortés, originado en las aristocráticas cortes de Provenza, en el sur de Francia, durante el siglo XII de la mano de poetas cultos, empeñados en la exaltación de un amor humano concebido como el servicio incondicional a la mujer. Escribían en una lengua romance-el provenzal-muy cercana por entonces al catalán, por lo que en la lírica catalana medieval, en su vertiente culta, aparece directamente vinculada a la estética provenzal. Se establece así un verdadero código moral, según el cual el poeta o trovador se convierte en perpetuo servidor de la dama, a la que dedica con respeto y veneración sus artificiosas composiciones. En ellas expresa, bajo distintas fórmulas, la intensidad de ese amor imposible, en ocasiones, debido a la integridad de la mujer- casada con el señor feudal- y a la diferencia social entre ambos. Otras veces se produce la exaltación del amor adulterino, pues se parte de la idea de que el matrimonio entre la nobleza era producto de conveniencias e intereses, mientras que el amor cortés surge de la libre elección de los amantes. En cualquier caso, la pasión amorosa hacia la dama ennoblece al caballero, convirtiéndolo en modelo de virtudes como la lealtad, la elegancia, la finura e incluso, la valentía. 1. El Prerrenacimiento Dentro de la Baja Edad Media se conoce como Prerrenacimiento al movimiento cultural y artístico de transición hacia el Renacimiento que se produce a lo largo del siglo XV. Es preciso mencionar los rasgos siguientes: -Consolidación de una nueva clase social: la burguesía urbana. -El cambio en las formas de vida de la nobleza, cuyos castillos armados van convirtiéndose en palacios cortesanos donde se desarrollan las artes. -Al lado de la arquitectura religiosa, surge una rica arquitectura civil- lonjas, palacios y alcázares- de la que quedan muestras en Valencia y Barcelona. -Surge el concepto de autor individual- en lugar de la creación colectiva-, que busca y disfruta de la fama. -La literatura deja de tener un sentido didáctico o propagandístico para acercarse a los modelos grecolatinos y tratar temas antes olvidados, como el amor humano, el dolor por la muerte o las veleidades de la Fortuna. Otro elemento necesario para entender la lírica culta en la Edad Media es el movimiento llamada Prerrenacimiento, cuyo máximo desarrollo se produjo en el siglo XV, anticipando ciertos rasgos que definirían la concepción del mundo renacentista durante la siguiente centuria. He aquí los más importantes: 1.Desarrollo de las ciudades, aumento del comercio y consolidación de la burguesía mercantil. 2. La nobleza se hace cada vez más cortesana, interesándose por las letras y las artes. 3.Influencia italiana, sobre todo de la figura de Dante en su magno poema alegórico titulado Divina Comedia. 4. Progresiva recuperación de la tradición literaria grecolatina. 5.Exlatación de la fama aquí en la tierra, lo que anima al artista a darse a conocer y reivindicar la autoría de sus obras. 6. Aprecio creciente por la figura del intelectual o escritor, que se siente orgulloso de su labor frente al autor anónimo de la época medieval. 7. Crisis de los valores morales y religiosos imperantes en la Edad Media, lo cual se traduce en la literatura a través de sentimientos de crisis e inseguridad, cuya manifestación genuina llegará a La Celestina, de Fernando de Rojas. 8. La concepción de un mundo regido por la Providencia divina deja paso al culto a la Fortuna como dueña del destino humano; precisamente la Fortuna protagonizará numerosos poemas alegóricos en el siglo XV. Observa en el cuadro siguiente las variedades principales de la lírica culta: Poesía Temas Estilo Autores Cancioneril Amor cortés: Cargado de Cancionero de Baena. homenaje poético a la artificiosidad verbal, dama, que se muestra hipérbatos, Cancionero de como un objeto contraposiciones Estúñiga. inalcanzable. y reiteraciones. Juegos de palabras. Moral La muerte que afecta Estilo llano, imágenes Jorge a todos por igual. La sencillas, lenguaje Manrique: Coplas. fugacidad de la vida. claro. Danzas de la Muerte (Anónimo) Alegórica Los caprichos de la Artificiosidad, Juan de Mena: Fortuna y el destino incierto. uso de cultismos de El laberinto de origen latino. Fortuna. Marqués de Santillana: Comedieta de Ponza, El infierno de los enamorados. Satírica Crítica social y Estilo llano, Coplas del política. Provincial (Anónimo) Ironía y expresiones coloquiales. Jorge Manrique: Coplas a la muerte de su padre Sin duda las Coplas a la muerte de su padre el Maese don Rodrigo, de Jorge Manrique (1440/1479), representan la culminación de la poesía castellana medieval, además de figurar entre los poemas más famosos escritos en lengua española. Su autor respondía al ideal del caballero en los albores del Renacimiento: perteneció a una familia de acreditada nobleza. Dominaba el arte de la cortesía palaciega, como lo evidencian sus numerosas composiciones amoroso-cortesanas. Fue, además, un valiente soldado que perdió la vida al servicio de los Reyes Católicos. La obra maestra de Jorge Manrique consta de cuarenta coplas de pie quebrado- llamadas luego manriqueñas en su homenaje-. Se trata de una estrofa compuesta por dos sextillas; cada una de ellas tiene a su vez seis versos de distinta medida: el 1º,2º,4º y 5º son octosílabos; el 3º y 6º, tetrasílabos. Jorge Manrique fue también un fino poeta amoroso, como se advierte en este fragmento que entra de lleno en la lírica cancioneril y cortesana. Diciendo qué cosa es amor. Es amor fuerza tan fuerte que fuerza toda razón; una fuerza de tal suerte, que todo seso convierte en su fuerza y afición; una porfía forzosa que no se puede vencer, cuya fuerza porfiosa hacemos más poderosa queriéndonos defender. II Es placer en que hay dolores, dolor en que hay alegría, un pesar en que hay dulzores, un esfuerzo en que hay temores, temor en que hay osadía; un placer en que hay enojos, una gloria en que hay pasión, una fe en que hay antojos, fuerza que hacen los ojos al seso y al corazón. Jorge Manrique: Coplas a la muerte de su padre. 1.Vida y personalidad: Jorge Manrique nació en Paredes de Nava (Palencia) en 1440 en el seno de una familia perteneciente a la nobleza. Su padre- el homenajeado en las Coplas- llegó a ser Maestre de la Orden de Santiago y su tío, Gómez Manrique, fue uno de los principales dramaturgos del teatro religioso medieval. Envuelto en los sangrientos conflictos políticos surgidos a la muerte del rey Juan II, participó en numerosos hechos de armas. Murió en 1479 como consecuencia de las heridas recibidas frente al castillo de Garci Muñoz (Cuenca), mientras defendía los derechos de la reina Isabel la Católica frente a los partidarios de Juana la Beltraneja, hija del difunto rey Enrique IV. Fue también caballero cortesano, como lo prueban sus composiciones amorosas cultas, en la línea de la artificiosa lírica cancioneril. 2.Tema: Surgidas como consecuencia del dolor por la muerte de su padre, el destacado caballero don Rodrigo Manrique, las Coplas ofrecen dos aciertos fundamentales: Resumen los conceptos de vida y muerte vigentes a lo largo de la Edad Media: Paso del tiempo. Fugacidad de la vida. Igualación de todas clases sociales y personas ante la muerte. Importancia de la vida eterna frente a la terrenal. El estilo, a medio camino entre lo culto y lo popular, está presidido por la naturalidad, la emoción honda, ajena a todo artificio, que se manifiesta a través de una serie de imágenes de insuperable calidad- como las que figuran en el fragmento seleccionado- capaces de hablar a hombres y mujeres de todas las épocas. 3.Estructura: La obra consta de 40 estrofas de pie quebrado y tradicionalmente se ha divido en tres partes: En la primera parte (las tres coplas iniciales) se incluyen consideraciones generales y abstractas sobre la muerte y el paso del tiempo. En la segunda parte (estrofas 4 a 24) hay un desarrollo de ideas de lo general a lo particular; las reflexiones anteriores se ejemplifican con casos concretos: ¿dónde están ahora los reyes poderosos, las damas, los duques y los marqueses, la hermosura o la belleza? Conclusión: la vida terrenal resulta efímera y perecedera. La tercera parte (a partir de la copla 25) se centra en la figura del difunto don Rodrigo, de quien se hace un retrato idealizado, igualando sus virtudes con las de los grandes personajes de la Antigüedad. Al final asistimos a su diálogo sereno con la muerte. Su padre goza ya de la vida eterna, y entre hombres permanecerá su otra vida, larga e imperecedera: la de la fama y el honor. 4.Estilo Lo que ha convertido a las Coplas en el clásico más importante del siglo XV castellano y uno de los más conocidos poemas en lengua castellana ha sido el uso de un lenguaje austero, sencillo y directo, capaz de emocionar a los lectores de los siglos siguientes. Destaca el empleo de las alegorías, comparaciones y metáforas de extraordinaria plasticidad, así como la presencia de ciertos arcaísmos léxicos (“recordar” por despertar) y sintácticos (derechos a se acabar), que contribuyen a dotar al texto de un carácter intemporal y permanente. Coplas a la Muerte de su padre: Estrofas seleccionadas. Lee con atención las siguientes estrofas seleccionadas. Observa el número que las preceden para orientarse en la temática que desarrollan dentro las partes en que las hemos dividido. Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplado Coplas a la Muerte de su padre: Estrofas seleccionadas. cómo se pasa la vida, como se viene la muerte an callando; cuán presto se va el placer, cómo después de acordado, da dolor; cómo a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor. Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado. Coplas a la Muerte de su padre: Estrofas seleccionadas. no se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de pasar por tal manera. Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se cabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos; allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos. Coplas a la Muerte de su padre: Estrofas seleccionadas. Este mundo es el camino para el otro que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar, partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que, cuando morimos, descansamos. Decidme: la hermosura y gentil frescura de la tez de la cara, la color y la blancura, cuando viene la vejez, ¿cuál se para? las mañas y ligereza Coplas a la Muerte de su padre: Estrofas seleccionadas. y la fuerza corporal de juventud, todo se torna graveza cuando llega el arrabal de senectud. ¿Qué se hizo el rey don Juan? Los infantes de Aragón, ¿qué se hicieron? ¿Qué fue de tanto galán, qué de tanta invención como trujeron? Las justas y los torneos, paramentos, bordaduras y cimeras, ¿fueron sino devaneos? ¿Qué fueron sino verduras de las eras? XI-La prosa en la Edad Media Don Juan Manuel es el prosista más característico del siglo XIV. Ya en el siglo XIV el infante don Juan Manuel (1282-1349)- de familia real y amplia formación literaria- sentó las bases de lo que sería la prosa narrativa castellana. En este sentido, entre su variada producción escrita nos interesa (El conde Lucanor), libro en el que el autor aprovecha la rica tradición de las colecciones de cuentos medievales con intención moral- como El Calila e Dimna- para construir algunos relatos magistrales, que ejercen una influencia en la literatura posterior. Sin embargo, su tarea en la formación de la prosa literaria castellana se manifiesta en otros libros de carácter expositivo, que sintetizan la mentalidad señorial de su tiempo: En el (Libro de Caballero y del escudero) un viejo caballero transmite a un joven todos sus conocimientos acerca de lo que se consideraba el ideal masculino de la época. El (Libro de los Estados) ofrece un mayor componente narrativo: un pagano pretende que su hijo crezca sin conocer el dolor, pero la contemplación de un entierro le plantea una serie de interrogantes que un consejero irá explicando, hasta provocar la conversión de padre e hijo al cristianismo. El (Libro de la caza) desvela los secretos del principal pasatiempo de la clase nobiliaria en la Edad Media: el arte de la cetrería. El infante don Juan Manuel: (El conde Lucanor) Autor: EL infante don Juan Manuel 1282-1349 perteneció a la alta nobleza de Castilla, pues era nieto del rey Fernando III el Santo y sobrino del rey Alfonso X el Sabio. Fue un señor hábil e interesado en defender y ampliar sus privilegios, lo que le llevó a pactar o enfrentarse con otros señores e incluso con los propios reyes castellanos. Su esmerada educación y amplia cultura se manifestó en una variada producción escrita, de la cual hoy interesa, sobre todo, (El conde Lucanor), libro en el que el autor aprovecha la rica tradición de las colecciones de cuentos medievales como el (Calila e Dimna) con intención moral para construir algunos relatos magistrales, de amplia influencia en la literatura posterior. Estructura: La obra consta de medio centenar de cuentecillo, cuyo vínculo de unión es el diálogo entre el conde Lucanor y su criado Patronio. Cada una de estas cincuenta unidades narrativas ofrece una estructura semejante: El conde expone a Patronio un problema de gobierno En lugar de ofrecerle la solución inmediata, el criado cuenta una historia. Patronio aplica luego el sentido del cuento al problema del conde. El autor (Don Juan Manuel) confirma la solución del problema tras la aplicación del consejo. Un pareado final resume la moraleja del relato. Temas: los cuentos proceden, en general, de la tradición popular o de fuentes latinas; los hay protagonizados por animales, por figuras históricas o por simples individuales de la época. En las moralejas, el autor revela su carácter orgulloso y señorial: mensajes sobre la defensa del honor, la conveniencia de afirmar los propios derechos frente a los demás o la necesidad de desconfiar y de ser prudente. Estilo: Los rasgos que caracterizan el estilo de don Juan Manuel son la claridad, la sencillez y la concisión. EL autor se centra en la acción del cuento, eliminando las copiosas descripciones que aparecen en otros textos medievales; además sabe utilizar con habilidad el estilo directo y el diálogo entre los personajes. Algunos de estos cuentos reaparecerán luego de la mano de autores como Cervantes, Shakespeare, los fabulistas del siglo XVIII O Alejandro Casona. Otra vez habló el conde Lucanor con Patronio, su consejero, del siguiente modo: Patronio, un hombre me ha aconsejado que haga una cosa, y aún me ha dicho cómo podría hacerla y os aseguro que es tan ventajosa que, si Dios quisiera saliera como él lo dijo, me convendría mucho, pues los beneficios se encadenan unos con otros de tal manera que al fin son muy grandes. Entonces refirió a Patronio en qué consistía. Cuando hubo terminado, respondió Patronio: -Señor conde Lucanor, siempre oí decir que era prudente atenerse a la realidad y no a lo que imaginamos, pues muchas veces sucede a los que confían en su imaginación lo mismo que sucedió a doña Truhana. El conde le preguntó qué le había sucedido. -Señor conde –dijo Patronio-, hubo una mujer llamada doña Truhana, más pobre que rica, que un día iba al mercado llevando sobre su cabeza una olla de miel. Yendo por el camino, empezó a pensar que vendería aquella olla de miel y que compraría con el dinero una partida de huevos, de los cuales nacerían gallinas, y que luego con el dinero en que vendería a las gallinas, y que luego, compraría ovejas, y así fue comprando con las ganancias hasta que se vio más rica que ninguna de sus vecinas. Luego pensó que con aquella riqueza que pensaba tener casaría a sus hijos e hijas e iría acompañada por la calle de yernos y nueras, oyendo a las gentes celebrar su buena ventura, que la había traído a tanta prosperidad desde la pobreza en que antes vivía. Pensando en esto se empezó a reír con la alegría que le bullía en el cuerpo, y, al reírse, se dio con la mano un golpe en la frente, con lo que cayó la olla en tierra y se partió en pedazos. Cuando vio la olla rota, empezó a lamentarse como si hubiera perdido lo que pensaba haber logrado si no se rompiera. De modo que, por poner su confianza en lo que imaginaba, no logró nada de lo que quería. -Vos señor conde Lucanor, si queréis que las cosas que os dicen y las que pensáis sean un día realidad, fijaos bien en que sean posibles y no fantásticas, dudosas y vanas, y, si quisiereis intentar algo, guardaos muy bien de aventurar nada que estiméis por la incierta esperanza de un galardón de que no estéis seguro. Al conde agradó mucho lo que dijo Patronio, hízolo así y le salió muy bien. Y como don Juan gustó de este ejemplo, lo mandó poner en este libro y escribió estos versos: En las cosas ciertas confiad y las fantásticas evitad. Este texto es muy característico de la literatura didáctica o educativa que predomina en el siglo XIV. Corresponde a una época en que los grandes temas épicos y religiosos del período anterior van siendo sustituidos por una literatura más realista y más satírica, como corresponde a la nueva clase social, la clase mercantil. En su libro (El conde Lucanor), joven protagonista que es aleccionado por su ayo o profesor Patronio, por medio de apólogos, es decir cuentos que contienen una enseñanza de carácter moral. Así explica las desventuras de la ambición desmesurada, en la persona de doña Truhana, quien imagina el beneficio que obtendrá cuando venda la olla de miel que lleva al mercado, pero que se le rompe, dando al traste con sus fantasías. El conde Lucanor constituye una obra didáctico-moral. El libro es una colección de apólogos, con los que el joven Lucanor es aconsejado por su prudente ayo Patronio. (Apólogo): cuento que contiene una enseñanza de carácter moral. (Cuento marco): es una técnica narrativa según la cual existe un cuento marco que contiene otro cuento o más de uno, mayoritariamente lleva una moraleja y se escribe con fines didácticos. (Pareado): Estrofa de 2 versos, de igual o diferente medida, que riman entre sí en consonante o asonante. Existen ejemplos de pareados desde la Edad Media hasta la actualidad. Por su sencillez se usan en refranes, proverbios, máximas, estribillos, etc.