Práctica 6 Electrolitos Séricos PDF

Summary

Este documento presenta información sobre la práctica de electrolitos séricos, incluyendo su importancia para mantener el equilibrio de fluidos corporales, valores normales, alteraciones, y método de análisis. Se enfoca en determinar los valores de sodio, potasio, cloruro y bicarbonato en una muestra de sangre.

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PRÁCTICA NÚMERO 6 ELECTROLITOS SÉRICOS INTRODUCCIÓN: Se define como electrolito a toda sustancia con iones libres, capaz de conducir la corriente eléctrica y que se encuentra en forma de sólido o presente en una disolución. En el cuerpo humano, los electrolitos están disuelt...

PRÁCTICA NÚMERO 6 ELECTROLITOS SÉRICOS INTRODUCCIÓN: Se define como electrolito a toda sustancia con iones libres, capaz de conducir la corriente eléctrica y que se encuentra en forma de sólido o presente en una disolución. En el cuerpo humano, los electrolitos están disueltos en los espacios extra e intracelular, sus variaciones provocan movimiento de agua entre los compartimientos, manteniendo un equilibrio de los fluidos en las células. Dentro de los iones con mayor importancia para mantener este equilibrio se encuentran los cationes: sodio (Na +), potasio (K+), calcio (Ca++) y magnesio (Mg++), y los aniones: cloruro (Cl-), bicarbonato (HCO3-) y fosfato (HPO4-). El catión de mayor concentración en el líquido extracelular es el Na +, mientras que el K+ es el de mayor concentración del líquido intracelular junto con el Mg2+. De esta manera, cada compartimento tendrá su propia composición electrolítica, la cual es medida en miliequivalentes (mEq) que indican el número de cargas iónicas o uniones electrovalentes en la solución ionizada. El riñón es el encargado principal de regular la concentración de electrolitos y agua a través del Sistema Renina- Angiotensina- Aldosterona. Normalmente, el adulto ingiere entre 5 y 10 g diarios de Na +, de los cuales, 45% se localiza en el líquido extracelular, 7% en los músculos y el resto en el tejido óseo. Su concentración normal en la sangre está comprendida entre 137 y 145 mEq/L. La hiponatremia, es la disminución de sodio plasmático, por debajo de los 135 mEq/L, por ejemplo, en un proceso diarreico intenso, administración excesiva de soluciones hipotónicas, falla renal o secreción inadecuada de la hormona antidiurética. La hiponatremia, puede manifestarse clínicamente con náuseas, vómito, cefalea, obnubilación y convulsiones. La hipernatremia es el aumento de sodio plasmático por arriba de los 145 mEq/L, y puede corresponder a un aumento del ingreso de sodio al organismo, a una disminución de ingesta de agua, deshidratación aguda, algunos tipos de lesión cerebral o quemaduras. El K+ es el principal catión intracelular, el 70% predomina en las células del músculo estriado. Sus niveles séricos oscilan entre 3.5 y 5.1 mEq/L. La hipopotasemia o hipokalemia es frecuente en la clínica y se presenta cuando hay pérdidas por la vía digestiva, bien sea por diarreas profusas, vómitos intensos, deshidratación, o por insuficiencia renal. Las manifestaciones clínicas de esta condición son arritmias, debilidad muscular y mialgias, letargia, irritabilidad, náuseas y vómito. La hiperpotasemia o hiperkalemia se presenta cuando los niveles de potasio son mayores a 5.1 mEq/L. Los valores elevados de potasio se producen cuando se efectúa una infusión rápida de potasio, en la nefropatía terminal, en los casos de hemólisis, traumatismo, acidosis metabólica, inanición aguda y lo más importante arritmias cardiacas que amenazan la vida. Las manifestaciones clínicas son parestesias y disartria, parálisis ascendente flácida, dolor abdominal e íleo paralítico. Cuando sus niveles pasan de 7.1 mEq/L, puede considerarse como grave ya que incide su concentración sobre la fibra miocárdica, puede producir fibrilación ventricular y muerte. El Cl- es el anión predominante del espacio extracelular, mantiene la integridad celular a través de la influencia de la presión osmótica y responde directamente a la influencia de la concentración de sodio y potasio. Este ion se absorbe casi completamente en el intestino y se excreta por la orina y sudor. Su concentración normal en la sangre está comprendida entre 98 y 107 mEq/L. La hipercloremia se puede presentar por administración excesiva de cloruro de sodio al 0.9%, consumo de agua de mar, fiebre y sudoración. Se torna grave cuando los niveles sobrepasan la cifra de 125 mEq/L. La hipocloremia es producida por hipoventilación, vómitos abundantes y repetidos, lavados gástricos, sondas permanentes, diarreas copiosas, sudoración profusa y dietas ricas en grasas. El cloruro también disminuye en la sobrehidratación, la acidosis respiratoria crónica, la nefritis con pérdida de sal, la alcalosis metabólica y la insuficiencia cardíaca congestiva. El HCO3- interviene en la regulación del equilibrio ácido-básico del organismo. En la regulación del pH del líquido extracelular el sodio es equilibrado eléctricamente por los aniones Cl - y HCO3-. Las determinaciones de este se usan juntamente con algunos datos clínicos y de laboratorio (pH, pCO2) para evaluar el equilibrio ácido- base. De acuerdo con la Guía de Práctica Clínica para el diagnóstico y tratamiento del desequilibrio ácido- base, los valores normales de bicarbonato son de 22-26 mmol/L. El bicarbonato disminuye en acidosis metabólica; ocurre en diabetes no controlada, insuficiencia renal, y en caso de pérdida excesiva de líquidos intestinales (p. ej., diarrea, colitis). Además, con el uso de diuréticos que inhiben a la enzima anhidrasa carbónica en el riñón, ya que esta se encarga de mediar la reabsorción de bicarbonato. El bicarbonato aumenta en alcalosis metabólica, la ingestión de grandes cantidades de álcali, como las que podrían ocurrir en pacientes sujetos a tratamiento por úlcera péptica. Este tipo de alcalosis ocurre mucho más a menudo como una consecuencia de obstrucción intestinal alta (como en la estenosis pilórica), después del vómito prolongado de contenido ácido del estómago, o después de eliminación excesiva de secreciones gástricas que contienen ácido clorhídrico (como en la succión gástrica). La brecha aniónica plasmática (BAp), conocida también como anión restante, anión gap o diferencia aniónica, es el resultado de la diferencia matemática entre el catión mayor del plasma; el sodio y los aniones mayores que lo acompañan en el líquido extracelular, cloro y bicarbonato. Hay dos fórmulas de expresarla: BAp =[Na+] - [Cl- + HCO3-] BAp = [Na++ K+] - [Cl- + HCO3-] La diferencia aniónica incluye el fosfato, el sulfato, las proteínas y los aniones orgánicos como el lactato, el citrato, el piruvato, el acetoacetato y el - hidroxibutirato. Entonces se considera que la diferencia entre los aniones y cationes no medidos es igual a la BAp. En una persona sana, la diferencia aniónica es de 8-16 mEq/L. Sin embargo, puede aumentar varias veces en condiciones donde los aniones inorgánicos y orgánicos se acumulan, por ejemplo, en la insuficiencia renal o en la cetoacidosis diabética. De aquí la importancia clínica que presenta. OBJETIVOS: 1. Que el alumno pueda identificar los valores normales de los electrolitos séricos. 2. Que el alumno pueda identificar los trastornos hidroelectrolíticos, así como, del equilibrio ácido-básico (utilizando la brecha aniónica). DETERMINACIONES INCLUIDAS: 1. SODIO 2. POTASIO 3. CLORURO 4. BICARBONATO 5. BRECHA ANIÓNICA (forma indirecta) MATERIAL: 1. Tubo Vacutainer (tapón oro con activador de coagulación). 2. Suero (no hemolizado o lipémico). REACTIVOS: 1. Slide Fujifilm Na+. 2. Slide Fujifilm K+. 3. Slide Fujifilm Cl-. 4. Slide Fujifilm CO2. APARATOS: Fujifilm Centrífuga clínica. METODOLOGÍA: 1. En condiciones antisépticas, extraer una muestra de sangre con el tubo vacutainer (tapón oro o rojo los cuales contienen activador de coagulación) y homogeneizar por inversión de 8 a 10 veces. Posteriormente centrifugar a 3500 r.p.m. durante 10 minutos. 2. Analizar la muestra en el equipo FUJIFILM, siguiendo las instrucciones correspondientes. 3. Descargar los resultados obtenidos en el siguiente formato. BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA FACULTAD DE MEDICINA LABORATORIO DE BIOQUÍMICA ELECTROLITOS SÉRICOS FECHA: NÚMERO DE MATRÍCULA: SODIO, mEq/L 137 – 145 POTASIO, mEq/L 3.5 – 5.1 CLORURO, mEq/L 98 – 107 BICARBONATO, mEq/L 22 – 30 BAP, mEq/L 8 -12 ANÁLISIS DE RESULTADOS: CUESTIONARIO: 1. ¿Cuál es la utilidad diagnóstica de la brecha aniónica? 2. ¿Describe ampliamente el mecanismo del Sistema Renina Angiotensina Aldosterona? Caso clínico: Paciente de 82 años con antecedentes de tabaquismo e hipertensión arterial. Refiere haber comenzado hace tres días con intolerancia digestiva, vómitos y diarrea acuosa. En las últimas 24 horas ha efectuado quince deposiciones y al momento de su ingreso el paciente se encuentra somnoliento, obedece órdenes y presenta sequedad de mucosas. La TA es de 90/60 mmHg y FC 110 lpm. Los estudios de laboratorio manifiestan una urea 122 mg/dl; glucemia 100 mg/dl; natremia 155 mEq/l; calemia 4,6 mEq/l; cloremia 122 mEq/l, ión bicarbonato 24 mEq/L y creatinina 1,8 mg/dl. De acuerdo con el caso anterior: 1. ¿Qué alteración hidroelectrolítica presenta? 2. ¿Explique la causa que origina esta alteración clínica? 3. ¿Cuál es el valor del anión GAP? Bibliografía: 1. Allan Gaw, et al., (2013). Bioquímica Clínica, Textos y Atlas en color. 5a edición. Editorial ELSEVIER 2. Jacques Wallach. (2013). Interpretación clínica de las pruebas de laboratorio. 4a edición. Editorial MASSON.

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