Historia de los Medios (Tema 2: La Radio) 1ºCAV PDF

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historia de la radio comunicación tecnología medios de comunicación

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Este documento analiza la historia de los medios, enfocándose en la radio. Explica su origen, incluyendo los descubrimientos de Popov y Marconi, y su desarrollo en diferentes contextos, como el impacto social y propagandístico. También describe la relación con la innovación tecnológica.

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Historia de los Medios 1ºCAV Tema 2: La radio 1. Introducción Poco después de aparecer, la radio se volvió el medio doméstico de comunicación de masas más importante del periodo de entreguerras....

Historia de los Medios 1ºCAV Tema 2: La radio 1. Introducción Poco después de aparecer, la radio se volvió el medio doméstico de comunicación de masas más importante del periodo de entreguerras. No dejó de serlo hasta los años 50 con la consolidación de la TV. Los años 20 (por su rápido desarrollo) y los 30 y 40 (por su impacto social) constituyeron la Edad de Oro de la radiodifusión, que pronto se volvió un instrumento de socialización colectiva por antonomasia. Las características de la radio (rapidez, inmediatez o ubicuidad) le permitieron posicionarse como el elemento ideal para llegar a millones de personas a la vez, lo cual interesó a los gobiernos (democráticos o autoritarios) que la utilizaron como instrumento propagandístico. 2. Origen El 7 de mayo de 1895, el ingeniero ruso Aleksander Popov presentó su detector de ondas electromagnéticas y el 24 de marzo de 1896 transmitió el primer mensaje telegráfico entre 2 edificios de la Universidad de San Petersburgo. Con ello, Popov se convertía en el pionero de la radiodifusión, arrebatándole el mérito al teórico padre del nuevo medio, el italiano Guglielmo Marconi. Este se apresuró, sin embargo, a obtener la primera patente del mundo sobre la radio en 1896 y, un año después, montó la primera emisora de la historia en la isla de Wight (Gran Bretaña). En 1899, Marconi consiguió enlazar Reino Unido y Francia a través de la telegrafía sin hilos (nombre de la radio en sus inicios), y en 1901 logró unir las 2 orillas del océano Atlántico mediante la transmisión de un breve mensaje: la letra "S". Precisamente en EE.UU. otro de los pioneros de la nueva invención, Nikola Tesla, venía realizando desde 1893 sus primeras demostraciones de radiocomunicación en la ciudad de San Luis. Pese a ello, la oficina de patentes norteamericana no reconoció su autoría y adjudicó la patente de la radio a Marconi. Pero en 1943, el Tribunal Supremo de EE.UU. declaró que Marconi empleó patentes de Tesla y otros inventores. Aun así, a Tesla no le interesaba la radiodifusión, sino la transmisión eléctrica inalámbrica. De hecho, las pruebas de radiocomunicación («telegrafía sin hilos») suponían una excusa para conseguir financiación de J. P. Morgan (interesado en la transmisión de información a través de ondas, también financiaba a Marconi) y trabajar así en su interés: la transmisión de electricidad sin cables. Por tanto, por las dificultades para atribuir la radio a un solo inventor, los nombres de Popov en Rusia, Tesla en EE. UU. y Marconi en el Reino Unido aparecen irremediablemente unidos a ella. Los 3 partían de los mismos principios: los datos y experiencias que, sobre la luz, la electricidad y el magnetismo, habían propiciado los pioneros del s.XIX, Maxwell y Hertz. A ellos se suma la aportación realizada en el s.XX por Alexander Lee de Forest, el “padre de la electrónica”. Estos pioneros realizaron emisiones que hoy podríamos denominar de informativas: noticias sobre el tiempo, el primer y más duradero programa de la historia de la radio; o contenidos musicales. El objetivo de esas emisiones se limitaba a establecer algún tipo de ayuda y entretenimiento a los marineros de alta mar y a los iniciales radioaficionados. La rápida evolución de la radiodifusión permitió posicionar al invento como uno de los principales medios de comunicación de masas. Pero, como afirma el sociólogo y comunicólogo francés Patrice Flichy, era necesario contar con una producción industrial y comercialización adecuada. Esto se produjo por la implicación de las propias empresas radioeléctricas que apostaron económicamente por el proyecto, con el fin de incrementar sus ventas. La historia de la radio no sería la misma sin la participación de empresas como la británica Marconi's Wireless Telegraph, la alemana Telefunken o la norteamericana Radio Corporation of America, controlada por General Electric. o En la RCA, David Sarnoff tuvo un papel decisivo para el impulso de la radio, por su implicación con los negocios de la TV y por la explotación del cine sonoro (RKO). Sarnoff, a los 25 años, ruso y empleado de la American Marconi, realizó en 1916 un proyecto para la transmisión a distancia de sonidos que se considera la primera descripción del modelo radiofónico que conocemos. Es decir, un medio de comunicación centralizado, unidireccional (no como el teléfono o telégrafo) y que va a encontrar su rentabilidad económica en el consumo familiar y doméstico. Años más tarde, la General Electric (empresa más importante de electrodomésticos) que había absorbido American Marconi para crear la RCA, ofreció a Sarnoff el cargo de manager general de RCA. Sarnoff elaboró un plan financiero para desarrollar su primitivo proyecto. La creación de la RCA es un buen ejemplo de los intereses y expectativas que levantaba la radio a inicios del siglo XX. Una vez EE.UU. entró en la IGM en abril de 1917, las comunicaciones radiofónicas adquirieron valor estratégico. Los departamentos de Defensa y Marina pasaron a controlar patentes e instalaciones, y buena parte de la élite militar era partidaria de que se constituyese un monopolio gubernamental permanente de rango federal. A inicios de 1918, el Congreso de EE.UU. se opuso a esta idea. 3. Tras la II Guerra Mundial En noviembre de 1918 acababa la guerra, en un momento en que aún no estaba claro cómo se organizaría el futuro modelo de explotación de la radio norteamericana. Las autoridades de EE.UU. presionaron para evitar el control de firmas extranjeras. Por ello, el gobierno acabó promoviendo la creación de la RCA como holding de patentes y servicios radiofónicos. La empresa se creó en abril de 1919, por General Electric, que absorbió a American Marconi. La mayoría de las acciones de RCA se controlaron por General Electric, pero también participaron en su creación Westinghouse Electric y AT&T (American Telephone & Telegraph). Fue, en concreto, la compañía de George Westinghouse la responsable de la puesta en marcha, el 2 de noviembre de 1920, de la primera emisora con regularidad y carácter informativo, la KDKA, en Pittsburgh. Antes del fin de ese año eran ya 5 las nuevas estaciones y, a finales de 1921, sólo en EE. UU. se contabilizaron 32 emisoras de radio. Esa expansión, muchas veces carente de control, afectó negativamente a la calidad de la recepción de las señales, por lo que fue necesaria la intervención del Estado en casi todos los países, ya fuera: 1. Para regular las frecuencias 2. Para crear la infraestructura que permitiera a los oyentes acceder a los programas. El gobierno apostó por la primera opción, estableciendo desde 1912 la obligación de pedir licencias de emisión y creando en 1934, como resultado de la aprobación de la Radio Act de 1927, la FCC (Federal Communications Commission) para poner orden en la concesión de licencias. Pero el sistema radiofónico norteamericano siguió dependiendo de la iniciativa de las empresas privadas. Gracias a esa relativa libertad, pronto surgieron las primeras grandes cadenas. En 1926, la RCA constituyó la NBC (National Broadcasting Company), que un año más tarde contaba ya con dos redes diferentes: la azul y la roja. La intervención de la FCC, en un intento de evitar el monopolio al que iba dirigida la expansión de la NBC, le obligó a desprenderse de la cadena azul en los años 40, naciendo así la ABC (American Broadcasting Company). En 1927 se había fundado la CBS (Columbia Broadcasting System) y en 1934, por iniciativa de varias agencias de publicidad, la MBS (Mutual Broadcasting System). Estas cuatro grandes cadenas se repartieron el mercado radiofónico norteamericano de tal forma que, a la altura de 1945, la MBS controlaba 384 emisoras, la ABC 195, la NBC 150 y la CBS 145. 4. Dos modelos opuestos: EE.UU. y Europa Encontramos 2 modelos opuestos: Un modelo comercial de EE.UU, basado en la libre competencia y en los ingresos de la publicidad. Europa Occidental, tras unos años de iniciativa privada, optó por un sistema en el que primaba el control público sobre los intereses comerciales. Pese a ello, correspondería a las empresas privadas, aunque a instancias del gabinete, la creación en 1922 de la British Broadcasting Company como entidad en régimen de monopolio. Poco tiempo después fue nacionalizada, pasando a ser una asociación pública independiente de radiodifusión, con esos derechos de monopolio. Puede que por las implicaciones que tenía para la seguridad nacional, en la primera fase de desarrollo, la radio pasara de unas pocas compañías comerciales a manos de una autoridad pública. Según la Carta Real de 1927, su junta de dirección sería designada por el gabinete, pero la gestión efectiva estaría en manos de un equipo de profesionales de la comunicación. Esta nueva BBC contó con una amplia autonomía a pesar de ese carácter paraestatal y creó una tradición de independencia, tanto frente al poder político como a los intereses de las grandes corporaciones, que la convirtió en modelo de referencia en Europa. Frente al sistema de explotación estadounidense, la BBC renunció a los ingresos publicitarios y su financiación dependía de una tasa (canon) por tenencia de receptores. La vertiente informativa de la radio, de la que la BBC ha sido el mejor exponente, se consolidó en los años 30 por la colaboración entre prensa escrita y radio, al tiempo que surgían nuevos formatos, como seriales que atraían a un público cada vez más numeroso. La radio consolidaba su poder de penetración y aumentaba su credibilidad frente al deterioro sufrido por la prensa escrita por los excesos informativos realizados durante la Primera Guerra Mundial. Ejemplo de la fiabilidad de la radio es el 30 de octubre de 1938, cuando la compañía Mercury Theatre, dirigida por Orson Welles, adaptó La Guerra de los mundos de H.G. Wells. Presentada como programa informativo, la dramatización de la CBS confundió a miles de espectadores que llegaron a creer en una invasión alienígena. Miles de llamadas bloquearon las centralitas telefónicas de ayuntamientos y comisarías de la costa noreste de EE.UU. mientras familias abandonaban sus casas. Ese poder de convicción no podía escapar al interés político. En todos los países se recurrió a la radio como altavoz propagandístico, sobre todo en los años previos a la IIGM, cuando se convirtió en la protagonista de las campañas de información de los bandos enfrentados. 5. La radio española 5.1. Los inicios En España, Matías Balsera y Antonio Castilla, los pioneros de la radio española, realizaron pruebas de emisiones, como la retransmisión de conciertos; la instalación de equipos para fonía en buques de guerra; comerciales de Trasmediterránea y la transmisión pública, aunque irregular, de conciertos. Algo que define al sector radiofónico español es la convivencia pacífica entre el sector público y el privado. La implementación de la radio pública y la privada, que nacieron y se desarrollaron a la vez, ha devenido en un sistema oligopólico. La estación de radio pionera en España fue EAJ-1 Radio Barcelona, llamada “decana” por ser la más antigua. La nomenclatura EAJ-1 hace referencia a los códigos de los radioaficionados: E por España, AJ porque designa a las estaciones de telegrafía sin hilos y 1 por ser la primera. Sin embargo, las primeras emisiones radiofónicas en nuestro país fueron de Radio Ibérica de Madrid, a finales de 1923 (con motivo del Sorteo de Navidad) y principios de 1924, pero debido a su gran irregularidad, los analistas del medio prefieren situar el nacimiento de la radio en otro momento. La principal razón que explica estas irregularidades es que Radio Ibérica de Madrid fue fruto de la iniciativa de un grupo de personas dedicadas a la fabricación de aparatos. Eran técnicos que experimentaban con el medio, pero sin una programación continuada. o Asociación Radio Española (Federación Nacional de Aficionados, 1924) – relevancia en la financiación de las primeras emisiones regulares por medio de los aficionados Radio Ibérica surgió de la unión de la Compañía Ibérica de Telecomunicaciones y de la Sociedad de Radiotelefonía Española. Meses más tarde, Radio Madrid y Radio Libertad, haciendo uso de las infraestructuras de Radio Ibérica, emitían su programación, que se reducía a unos pocos espacios a la semana. No sería hasta 1924 cuando la radio en nuestro país empezara a emerger definitivamente, en plena Dictadura de Primo de Rivera. Este, como otros políticos, vio en la radio un canal de propaganda. Dada la situación que se estaba viviendo en relación con un nuevo sistema de comunicación que despertaba el interés de todos y se consolidaba a pasos agigantados, las autoridades decidieron poner orden convocando la “Conferencia Nacional de la Telegrafía Sin Hilos”, que durante meses (entre octubre de 1923 y enero de 1924) deliberó sobre el contenido del futuro Reglamento de Radiodifusión. Antes, el 13 de enero de 1920, se presentó un Real Decreto que supone el germen de la “Ley de Radio de 1923”, que servirá para aprobar la creación de infraestructuras radioeléctricas para usos científicos. Con la “Ley de Radio de 1923” comienza una nueva etapa de la radio en España, ya que es la primera que regula las futuras emisoras y diferencia los servicios de radiodifusión de los radiotelegráficos. No obstante, las expectativas de la sociedad se ven truncadas por el golpe de Primo de Rivera (finales de 1923). En junio de 1924 se impone un nuevo reglamento, con una orientación reguladora distinta, más sensible a los intereses privados de las empresas del sector. El cambio sustancial entre la Ley de la Radio de 1923 y el Reglamento de 1924 es la diferencia en cuanto a la figura gestora del Estado en el entramado radiofónico: mientras que la primera otorga el monopolio del control al Estado, el reglamento reconocía la libertad de los radioaficionados y empresas para instalar emisoras, renunciando el Estado a constituir una cadena que pudiera actuar en régimen de monopolio y únicamente regulando la concesión de emisiones. En 1924, los responsables de establecer la legislación de la radiodifusión española eran los Ministerios de Guerra, Marina, Gobernación, Instrucción Pública y Trabajo, aunque estaban asesorados por algunas entidades relacionadas de una manera u otra con la radio, como la Compañía Nacional de Telegrafía sin Hilos, la Compañía AEG, la Ibérica de Electricidad, la Compañía Radio Ibérica, las Compañías de Radiotelegrafía Francesa, la Federación de Radiotelegrafistas españoles, la Asociación de la Prensa, la Agrupación de Constructores de material eléctrico de España y el Radio Club España. En verano de 1924, tras aprobarse el Reglamento, se empezaron a otorgar las concesiones de emisión: EAJ-1 Radio Barcelona, EAJ-2 Radio España de Madrid, EAJ-3 Radio Cádiz, EAJ-4 Estación Castilla, EAJ-5 Radio Club Sevillano y EAJ-6 Radio Ibérica. Todo estaba ya dispuesto para que el 14 de noviembre de 1924 Radio Barcelona se inaugurara y comenzara sus emisiones, siete días después de que su hermana, Radio España, iniciara sus pruebas oficiales. El papel de las empresas que en los años 20 trabajaban con material radioeléctrico no se puede dejar de lado, porque fueron sujetos activos en el nacimiento y desarrollo de este medio en España. Su tarea no era solo impulsar las iniciativas que surgían, sino que eran responsables de que los receptores fabricados hicieran llegar a los ciudadanos las emisiones. Lógicamente, existía una intención empresarial: cuanto más desarrollada estaba la radio, más aparatos se podían vender. 5.2. Unión Radio – Cadena Ser Tanto es así que las compañías radioeléctricas de aquel entonces, como AEG- Telefunken, Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas (SICE) y Compañía Nacional de Telegrafía Sin Hilos, crearon su propia empresa de radiodifusión: EAJ-7 Unión Radio Madrid, que se inauguró el 17 de junio de 1925, aunque la constitución legal de Unión Radio S.A. tuvo lugar el 16 de diciembre de 1924, siendo su director general Ricardo Urgoiti. Antes de la aprobación del Reglamento, en las últimas sesiones de la Conferencia Nacional de TSH, la Compañía Nacional de Telegrafía Sin Hilos (Marconi), promotora de Unión Radio, trató de influir para que Primo de Rivera estableciese un modelo de explotación monopolístico, mediante un consorcio de empresas privadas que disfrutase de la licencia estatal para organizar emisiones. La reacción contraria a esta iniciativa de gran parte de la prensa, defensora de los postulados de una libertad de mercado, que también apoyaban los empresarios de Radio Ibérica, junto a otros industriales y radioaficionados, hizo fracasar esta idea. El régimen de Primo de Rivera, tras incorporar el modelo del consorcio en un primer borrador del Reglamento, finalmente adoptó una posición intermedia: estableció un régimen de igualdad para la tramitación de las frecuencias de emisión, pero incluyendo como una disposición especial, la posibilidad de constituir el consorcio en caso de que las emisoras se demostrasen incapaces de dotar al país de una radiodifusión de calidad. La compañía Unión Radio ambicionó hacerse con el monopolio de la radio en el país. Urgoiti era consciente del impacto negativo del modelo radiofónico anárquico, fragmentado y asimétrico, instaurado tras el Reglamento de junio de 1924, para el desarrollo económico del nuevo mercado en España. El director general de Unión Radio trabajó con 2 estrategias para conseguir el monopolio: 1. Lograr que, a través de influencias políticas y empresariales, el régimen de Primo de Rivera les concediese el consorcio de la radiodifusión. Esta pretensión fracasó ante la falta de voluntad del Directorio para adoptar una posición en favor de un régimen exclusivista y por la gran inestabilidad política del país en la última fase de la dictadura y la IIRep.. 2. La segunda se basaba en reorganizar el mercado radiofónico español a partir del potencial económico de Unión Radio. Para ello, se aprovechó una modificación del Reglamento que añadió el permiso para la compraventa de frecuencias. !!! Así, esta emisora pronto se convertiría en la primera cadena de radio española, y, poco a poco, iría transformando el panorama radiofónico en un monopolio. Para 1927, Unión Radio ya emitía en cadena para gran parte del país. No obstante, esta situación cambiaría con la Guerra Civil. En la Gran Vía de Madrid estaban los estudios de Unión Radio, que tuvo un estreno de lujo. Alfonso XIII la inauguró en la azotea. Por esta emisora pasó buena parte de la Historia de España, ya que escritores e intelectuales se enamoraron enseguida de este medio. El primer informativo radiofónico, Gaceta Radio, se emitió el 25 de febrero de 1925 por EAJ-7 Unión Radio Madrid. El 7 de octubre de 1930, Gaceta Radio dio paso al diario hablado La Palabra. o Compuesto por tres ediciones de 20 minutos, contó con las voces más importantes, como Josefina Carabias, estrella radiofónica de la época y primera mujer periodista en España, y Luis Medina y Carlos del Pozo. Tras la Guerra Civil, el 25 de septiembre de 1940, Unión Radio pasó a llamarse Sociedad Española de Radiodifusión (Cadena SER). Con la II República, el número de personas con un aparato receptor aumentó, y la audiencia del medio subía día tras día. Además, en esta época surgieron muchas estaciones locales, que engancharon a muchas personas a lo largo de todo el territorio español. Pero con el estallido de la Guerra Civil (18 de julio de 1936), las cosas empezaron a cambiar. La radio se convirtió en un medio de propaganda política que fue utilizado por ambos bandos para emitir sus arengas. La implantación de la dictadura de Franco supuso una larga temporada de dominio político sobre la radio. El 19 de enero de 1937 nació el germen de la radio estatal en Salamanca: comenzó a emitir Radio Nacional de España (también llamada Radio Salamanca), a la que se le otorgó el monopolio de la información, gracias a la promulgación de la Ley de Prensa de 1938. La radio pasó a ser monopolio del Estado, que creó su propia red de emisoras. Además, concedió licencias para la explotación de la radio a empresas privadas. Estas licencias fueron a parar a grupos políticos, económicos y religiosos que habían ayudado al ejército vencedor. En el resto de Europa, el modelo estaba basado en el monopolio público. Por tanto, con la herencia del proyecto de Unión Radio (Cadena SER) y el nacimiento de Radio Nacional de España (RNE), el franquismo refundó la radio en los años 40 en un régimen mixto de coexistencia pacífica entre lo público (RNE) y lo privado (SER). Esta situación desembocó en la instauración de la censura; es decir, las radios no podían programar nada que el poder político no quisiera. Los censores se ocupaban de revisar los guiones para que nada indebido se publicase, al tiempo que las radios comerciales (privadas) estaban obligadas a conectar siempre con RNE para emitir los servicios informativos que elaboraba el gobierno y que se conocían como “el parte”, porque durante los años de la Guerra Civil, el espacio informativo por excelencia era el parte de guerra. Las estaciones distintas a RNE sólo podían elaborar las noticias comarcales y locales, siempre bajo supervisión de la autoridad competente. Sin lugar a dudas, en ese momento, la información radiofónica era un baluarte importante que había que cuidar y vigilar, pero también era un medio de entretenimiento al que recurrían las familias españolas. Surgen las radionovelas, que, años más tarde (en los 50 y 60), se convertirán en un boom. Ej. Ama Rosa. De igual forma existían programas religiosos, humorísticos, etc. Llegados a los 40, en concreto en 1942, el gobierno crea la primera red estatal, la Red Nacional de Radiodifusión (REDERA), que supuso una mejora en el aspecto técnico y aspecto técinico también una mayor profesionalización de la RNE. Hasta entonces, el sistema estaba conformado por 3 tipos de emisoras: las estaciones locales, que tenían poca potencia, las comarcales (la mayoría pertenecían a lo que es hoy la SER), las que estaban dentro de la Sociedad Nacional de Radiodifusión: las de RNE, FET y JONS. En 1944 se creó el centro emisor de Arganda del Rey que permitió a RNE diferenciarse del resto. Esta década supuso también avances técnicos para los profesionales de la radio. En 1948, aparece la cinta magnetofónica, lo que favorecerá la mejora en la producción de programas. En 1951, se creó el Ministerio de Información y Turismo, iniciado por Gabriel Arias- Salgado y posteriormente impulsado por Manuel Fraga Iribarne. Este último estuvo muy ligado a la expansión y apertura de la radio, a partir de los años 50. En estos años, el número de receptores no dejó de crecer, siendo España uno de los países europeos con más radios por habitante. En concreto, según la Unesco, en 1955 había un receptor por cada 90 ciudadanos. Si los receptores aumentaban, también lo hacían las emisoras, especialmente las vinculadas política o ideológicamente al gobierno. Así, en 1954 se crea la cadena REM (Red de Emisoras del Movimiento), que integraba la cobertura provincial con el nombre de La Voz de … Por otro lado, surge la Cadena Azul de Radiodifusión, que nacionalmente se conoció como la Radio Juventud de … (o también las Estaciones Escuela del Frente de Juventudes, EFJ). El Sindicato Vertical también contó con la Cadena de Emisoras Sindicales (CES). Radio Juventud a pesar de ser pública tuvo una orientación comercial. El 28 de noviembre de 1958 se aprobó el Plan Nacional de Radiodifusión de la Iglesia, que permitió a la Conferencia Episcopal reorganizar sus emisoras, y que se materializó en los años 60 con la creación de COPE (Cadena de Ondas Populares de España). A finales de los 50 habían la radios diocesanas independientes, con una programación única y en el plano local, regional. Y en 1979 se crea Radio Popular S.A.(COPE) COPE, que adoptaría una programación única pero con desconexiones territoriales… La cadena SER se convirtió en el eje hegemónico de la radio española en los 60. En 1972, la SER empieza a emitir un programa informativo emblemático: Hora 25. Se trataba de un espacio que, bajo el formato de un magazine, comunicaba los últimos acontecimientos de actualidad. Así, tras la muerte de Franco en 1975, existían tres cadenas que configuraban una estructura informativa clara: RNE, Radiocadena Española, SER y COPE. La radio presentó un incremento de audiencia, pasando de 7 millones de oyentes en 1975 a 17 millones en 1982. Fue adquiriendo mayor libertad informativa y se convirtió en un poderoso instrumento al servicio de la reforma democrática, generando nuevos espacios de debate y dando voz a los líderes políticos. A partir de octubre de 1977, las emisoras comienzan a emitir sus propios espacios informativos y la radio comienza a parecerse al medio que hoy conocemos. De hecho, un año antes se aprobaría el Plan Técnico Transitorio de FM (Frecuencia Modulada): Hasta entonces solo existían las estaciones de OM (Onda Media). La FM además de tener mayor calidad técnica, ofrecía la posibilidad de llegar a localidades más pequeñas. Las licencias para emisoras de FM se adjudicaron a empresas privadas. Subsistieron los formatos del radio-entretenimiento y surgieron formatos nuevos (talk-shows nocturnos, la radio-fórmula musical), si bien la imagen institucional vino definida por la radio-información de la mano de periodistas profesionales. Las empresas privadas se beneficiaron de las licencias, pero debían ceder el 25% de las acciones al Estado. o En 1992, el gobierno socialista aprobó la venta de ese 25% a las emisoras. Sin embargo, los operadores no supieron sacar provecho a la FM, excepto la SER, que vio en ella la posibilidad de explotar un estilo de programa norteamericano basado en una lista de éxitos musicales, suponiendo el nacimiento de Los 40 Principales (18 de julio 1966). Además de estos cambios, en 1978 se incorpora al panorama radiofónico español una nueva cadena, la Radio Cadena Española (RCE). Surge a partir de la fusión de las existentes: REM (Red de Emisoras del Movimiento), CAR (Cadena Azul de Radiodifusión) y CES (Cadena de Emisoras Sindicales). Finalmente fue absorbida por RNE en 1989. El intento de Golpe de Estado del 23F de 1981 supuso una prueba para las emisoras, ya que fueron las encargadas de informar sobre lo que estaba aconteciendo. Esto dio lugar a «la noche de los transistores», puesto que durante largas horas toda España estuvo pegada a la radio. En la tarde de ese día de febrero, muchos ciudadanos pudieron escuchar en directo la entrada de los golpistas en el Congreso a través de la radio, ya que iba a tener lugar la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, tras la dimisión, un mes antes, de Adolfo Suárez. De vuelta a la democracia es cuando se constituye RTVE. Y a finales de los 70 se fraguaría también el futuro nacimiento de las emisoras autonómicas. Aprobada la Constitución de 1978, y dado el visto bueno para la división del Estado español en 17 C. Autónomas, se genera la necesidad de que cada una tenga su propia radio y su propia TV, lo que contemplará el Estatuto de Radio y TV. Esto permitirá que los ciudadanos de las distintas regiones puedan tener un contacto directo con lo que ocurre en su entorno, aunque sin perderse lo que sucede fuera de él. Las primeras comunidades con emisora propia son las “comunidades históricas”: Cataluña (1983), Galicia (1985) y País Vasco (1982). Canal Sur Radio daría inicio a sus emisiones en 1988. Esto determinará la creación de un sistema radiodifusor en el que se podrá distinguir distintas radios según su ámbito de cobertura territorial: las redes estatales, las autonómicas y las locales. A lo largo de 1980 se multiplicarían las licencias en FM por el gobierno central y por los autonómicos. Todo ello para romper el oligopolio establecido, dando entrada a nuevos actores y consiguiendo una mayor pluralidad informativa. Lamentablemente no fue así, y las grandes empresas de comunicación iniciaron una acción ya planificada por la cual, mediante empresas filiales, se acudiría a los procesos de concesión de frecuencias, y así acaparan un importante número de emisoras. La SER, que entre 1981 y 1984 (cuando entra en el Grupo Prisa) consigue 44 emisoras de FM: 3 propias, 13 asociadas y 28 donde participa con capital. La COPE inició este proceso y en 1982 inició la centralización de emisoras, fichó a Luis del Olmo, que venía de RNE, y otras grandes voces de la radio como Encarna Sánchez, José María García o Carlos Herrera. Así, entre 1984 y 1985, 50 emisoras locales de la COPE dejan de emitir programación local para pasar a la emisión en cadena. Fue la ampliación del espectro radioeléctrico la que posibilitó que los propietarios de medios de comunicación escritos se iniciaran en el terreno audiovisual: en muchos casos, la emisora de radio supone el primer paso para conseguir una licencia de TV, como fue el caso de Antena 3. En los años 90 la situación fue parecida y muchos pequeños empresarios que licitan para conseguir una licencia lo hacen para traspasarla luego al mejor postor. 6. Radios Municipales Una de las primeras experiencias en radio municipal fue Radio Arenys de Mar, que se creó en 1979. A finales de los 80 se consolidan las FM. Muchas nacen al calor de los ayuntamientos democráticos en la transición. Aun así, eran alegales: emitían sin el permiso de la administración central ni autonómica. El Real Decreto 169/1989 de 10 de febrero, por el que se aprueba el Plan Técnico Nacional de Radiodifusión Sonora en Ondas Métricas, asigna 1468 nuevas frecuencias, pero deja fuera a las municipales: se especifica que deben estar enclavadas en una banda de frecuencias en los 107 y los 107.9 Mhz. Los propietarios de emisoras privadas y de los grandes grupos de comunicación ejercieron mucha presión para terminar con las emisoras controladas por los ayuntamientos y colectivos de radios asociativas. Piden mayor control sobre las “radios piratas” argumentando que suponen una competencia desleal, ya que su financiación se realiza a través de los presupuestos municipales y la publicidad. Es en 1991 cuando se reconoce un estatus de legalidad para emisoras municipales con la Ley de Organización y Control de las Emisoras Municipales. o La Generalitat de Cataluña, por ejemplo, creó un decreto para intentar que las emisoras municipales alcanzaran un 80% de producción propia y una programación superior a 6 horas diarias. Además, las FM no podían emitir en cadena más del 10% del tiempo semanal de emisión. Pero las presiones ejercidas por distintos medios y partidos políticos hicieron que el proyecto se retirara. La administración tarda 10 años en reconocer estas emisoras, aunque son muchas las que no consiguen licencia definitiva, sino transitoria, lo que genera una situación de inestabilidad que facilitó el proceso de privatización de algunas de ellas. La concentración en la propiedad provoca una homogeneidad de formatos en la oferta programática, y esto da pie a una concentración de la audiencia en las grandes compañías. Analizando las audiencias, observamos que hay un predominio de una escucha de tipo generalista. A esto le sumamos el fenómeno de las estrellas de la radio, que consiguen una audiencia fiel que los sigue en sus cambios de hora e, incluso, de cadena. La radio pública en España depende de 3 administraciones: la estatal, autonómica y local. Hablando de RTVE, su presupuesto depende de las subvenciones de los PGE. Hasta 2010, TVE sumaba a estas subvenciones públicas ingresos por publicidad. Su situación financiera desde 1990 era muy delicada, en 1995 de quiebra técnica, ya que su deuda superaba el doble del valor de sus activos. Según un documento del Tribunal de Cuentas, esto se debió a 2 causas esenciales: o La competencia privada: supone una reducción a la mitad de su cuota de mercado. o El retraso en tomar medidas de ahorro de costes. Como, por ejemplo, el gasto de personal en el ente constituía el 76,6% de los costes operativos, mientras que en las cadenas privadas supone un 30%. En el caso de las autonómicas, también la financiación se obtiene por subvenciones de los gobiernos autonómicos y publicidad. o El intento de hacerlas rentables ha hecho que su diseño de programas esté basado en la atracción de publicidad. 7. La radio digital La radio digital permitía una mejora de calidad en el sonido, la ampliación del espectro radiofónico y una apertura a nuevos operadores que podrían desarrollar nuevos contenidos y servicios. En julio de 1999 se aprueba el Plan Técnico Nacional de la Radiodifusión Sonora Digital Terrenal, que sentaría las bases para la incorporación del Digital Audio Broadcasting (DAB). Es un sistema de radio digital creado por el European Telecommunications Standardisation Institute (ETSI) que supone la eliminación de posibles interferencias y la recepción sin ecos. Sin embargo, el DAB fracasó por varias causas: Resistencia cadenas radio y fabricantes Emisión radio en TDT Prioridad a 4Gg o 5G Radio por Internet En el 2000 se llegaron a conceder 10 licencias a grupos como COPE, SER, Antena 3 de Radio, pero no se podían hacer oír ya que apenas existían receptores para señales digitales. Así que lo que comenzaron a hacer fue utilizar la señal digital para su distribución por internet, como hizo Punto Radio (Grupo Vocento), que a su vez inició emisiones en analógico. El 20 de diciembre de 2018 entró en vigor el Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas (EECC), el cual deberá ser adoptado por los países de la UE en los próximos 2 años. El EECC establece que "cualquier receptor de radio de coche integrado en un vehículo disponible para la venta o alquiler en la UE deberá incluir un receptor capaz de recibir y reproducir los servicios de radio prestados a través de la radiodifusión digital terrestre". La penetración de la radio digital varía de un país a otro y de un continente a otro. En España, pese a ser uno de los países pioneros en su regulación, la radio digital no pasa de ser una mera curiosidad. De hecho, el Ministerio de Industria subastó la banda de frecuencias reservada a la radio digital para el desarrollo de la cobertura 4G. La digital permite emitir 8 canales en las frecuencias donde ahora solo hay uno de FM, mejora la calidad de recepción reduciendo ruidos, incluye textos e imágenes, se pueden hacer encuestas y, si la señal es débil, migra automáticamente a la radio online. Pero la característica más útil es que, en receptores móviles, sintoniza un programa en una frecuencia única sin que sea preciso cambiar de dial durante el trayecto cuando se cambia de territorio: ese fue el gancho que vendió el Gobierno cuando anunció el proyecto. A diferencia de lo que ocurrió con la TV digital terrestre, en la que el Gobierno impuso un apagón analógico, los plazos de implantación de la radio digital se dejaron en manos privadas. Actualmente, en España las emisiones de radio digital se limitan a Madrid y Barcelona.

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