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Historia- Etapa Aborígen En la etapa aborigen de América, antes de 1492, se encontraban poblaciones como los Mayas, Aztecas e Incas en América Central (las dos primeras) y la región Andina (incas). En el territorio argentino, los grupos más evolucionados estaban en el nordeste y la zona andina, con...

Historia- Etapa Aborígen En la etapa aborigen de América, antes de 1492, se encontraban poblaciones como los Mayas, Aztecas e Incas en América Central (las dos primeras) y la región Andina (incas). En el territorio argentino, los grupos más evolucionados estaban en el nordeste y la zona andina, con influencia incaica. Por otro lado, grupos paleolíticos nómadas como Tobas, Matacos, Pampas y Tehuelches se dedicaban a la caza y recolección de frutos. Etapa Colonial 1942 Critóbal dió a conocer América a Europa Durante la etapa colonial en América, España exploró y colonizó la región en busca de riquezas, estableciendo ciudades en las zonas de Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán, Córdoba, y más. Esto se debió a la competencia con Portugal y la búsqueda de un paso que uniera el Atlántico con el Pacífico. Se destacaron tres corrientes de colonización: la del Río de la Plata - Asunción, la de Perú y Tucumán, y la del Oeste. Estas expediciones permitieron el establecimiento de ciudades estratégicas para la explotación de oro y plata y para frenar las ambiciones portuguesas. El Virreinato Del Rio de La Plata El Virreinato del Río de la Plata fue establecido por España en 1776 como una medida provisional debido a avances portugueses y británicos en la región. Fue el virreinato más extenso de América Española, organizado a través de intendencias nombradas por el Rey para funciones de justicia, hacienda, policía y guerra. La economía se basaba en la ganadería, que pasó por etapas de difusión (1600 se reprodujo por todo el territorio), vaquerías(1600-1750 comenzó la caza salvaje *solo cuero y sevo*), y estancias (1759-1810 aprovechamiento completo del ganado comenzaron a sacar la carne tambien). Los jesuitas jugaron un papel importante en la economía local antes de ser expulsados en 1767. Gran Bretaña realizó expediciones armadas en 1806 y 1807, pero no lograron conquistar la región. Durante ese tiempo, los virreyes en Buenos Aires tuvieron que enfrentar conspiraciones y una situación política inestable debido al caos en España causado por la invasión de Napoleón. El proceso de la Independencia El proceso de Independencia en el Río de la Plata surgió de la toma de conciencia de identidad y valores de sus habitantes. Comenzó en el siglo XVII con el debilitamiento de los lazos coloniales y se intensificó en el XVIII debido al control borbónico, que provocó el descontento de los criollos. Las causas incluyeron: postergaciones políticas, donde los criollos no accedían a altos cargos; problemas económicos por el monopolio comercial; nuevas ideas sobre igualdad y libertad; enfrentamiento entre las potencias europeas; el descenso de la supremacía española tras la renuncia de Fernando VII en 1808, permitiendo a los criollos elegir su propio gobierno. La revolución de Mayo de 1810 La Revolución de Mayo de 1810 fue impulsada por la desaparición de la Junta Central española. Tras intensas jornadas políticas, el 25 de mayo se formó la Primera Junta de gobierno patrio, liderada por figuras clave como Cornelio Saavedra, Mariano Moreno y Manuel Belgrano. Esta junta incluía representantes militares, intelectuales, eclesiásticos y comerciantes, con el objetivo de establecer un nuevo gobierno en el Río de la Plata. Los primeros gobiernos patrios (1810-1820) Los primeros gobiernos patrios (1810-1820) enfrentaron inestabilidad política tras la Revolución de Mayo, con diferentes ideas sobre la organización del nuevo Estado. Se sucedieron varios gobiernos: la Junta Grande (1810-1811), el Primer Triunvirato (1811-1812), el Segundo Triunvirato (1812-1814) y los Directorios (1814-1820). En 1816, la contrarrevolución española amenazaba, lo que llevó a convocar un Congreso en Tucumán, donde el 9 de julio se declaró la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se debatió entre establecer una república o una monarquía para lograr reconocimiento europeo. Entre 1817 y 1820, el Directorio trabajó en este proyecto. La separación de las provincias, 1820-1829 En 1820, después de la batalla de Cepeda, las fuerzas federales lideradas por Estanislao López y Francisco Ramírez derrocaron al Partido Directorial centralista, haciendo que Buenos Aires deje de ser la capital de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los caudillos de las provincias comenzaron a organizarse y a formar gobiernos provinciales, destacando líderes como José G. Artigas, Francisco Ramírez, Estanislao López, Juan B. Bustos, Facundo Quiroga, Manuel Dorrego y Juan Manuel de Rosas. Se firmaron tratados como el de Pilar, Benegas y Cuadrilátero para establecer la paz y cooperación entre las provincias. En 1824 se inauguró el Congreso Constituyente en Buenos Aires, que dictó la Ley de Presidencia y la Ley de Capitalización. B. Rivadavia fue nombrado presidente y se sancionó la Constitución de 1826, que estableció un gobierno unificado bajo la presidencia y un régimen representativo y republicano. Rivadavia implementó reformas inspiradas en el liberalismo, como garantías de libertades políticas, propiedad privada, integración al mercado mundial y limitación del poder de la iglesia. Su política económica se enfocó en la expansión de la ganadería a través del sistema de enfiteusis, entregando tierras públicas en arrendamiento a propietarios ricos. Rivadavia renunció a la presidencia en 1827 por diversas razones. Unitarios y Federales Desde 1810, en Argentina ha habido un debate constante sobre la organización política del estado. Dos posturas principales han protagonizado la política argentina hasta hoy: el régimen centralizado o unitario, que buscaba un gobierno fuerte y liberal a nivel nacional, y el régimen descentralizado o federal, que abogaba por estados autónomos con una estructura económica, social y política conservadora. Las ideas unitarias fueron más aceptadas en Buenos Aires, mientras que las federales predominaron en las provincias. Dos bloques se formaron: la Liga unitaria, liderada por José María Paz, y el Pacto Federal, encabezado por Juan Manuel de Rosas. Ambos bloques buscaban la unidad nacional, pero con enfoques diferentes. La lucha entre estas posturas marcó la política argentina durante muchos años. La época de Rosas(1829-1852) Durante la época de Rosas (1829-1852), este gobernó la provincia de Buenos Aires en dos períodos y se convirtió en la figura política más destacada del país. Se le otorgaron poderes especiales que ampliaban las atribuciones del Poder Ejecutivo y las provincias delegaron el manejo de las relaciones exteriores. También se le concedió la "suma del poder público", lo que le permitía tomar decisiones sin consultar a los otros poderes del Estado. Rosas restableció el orden en Buenos Aires y impuso su hegemonía sobre las demás provincias, apoyado por los sectores adinerados vinculados a la ganadería y el comercio. En el ámbito ideológico, consideraba que el gobernante ideal era aquel que ejercía un gobierno absoluto, pero protector con sus seguidores. En política exterior, tuvo conflictos con Francia e Inglaterra. Durante el bloqueo francés, los franceses rechazaban las medidas proteccionistas de Rosas y exigían la libre navegación de los ríos interiores argentinos. Tras vencer a los levantamientos unitarios, se firmó un acuerdo que reconoció los derechos de los franceses en territorio argentino. En el caso del bloqueo anglo- francés, Rosas defendió los intereses nacionales y resistió a las presiones extranjeras, logrando finalmente que se retiraran en 1847 y 1849, respectivamente. Rosas también enfrentó oposición interna de los unitarios exiliados y de una generación de jóvenes intelectuales que propugnaban una política intermedia entre federalismo y unitarismo. (sus enfrentamietos 1) “Bloqueo Franses” 2) Bloqueo Anglo-Franses) Buenos Aires y la conferencia Argentina: (1852-1862) Buenos Aires y la conferencia argentina: (1852-1862)Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros (1852) por el ejército de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, quien se oponía a la política de Rosas y organizó el Ejército Grande. Urquiza exigía una Constitución, la libre navegación de los ríos interiores y una política económica más liberal. Tras la derrota de Rosas, se estableció una nueva etapa para sentar las bases de la organización nacional. Hubo conflictos entre Buenos Aires, el Litoral y el Interior, además de inestabilidad económica y política. Para superar estas dificultades, Urquiza firmó protocolos y acuerdos con otras provincias (Acuerdo de San Nicolas) lo que permitió finalmente la creación de la Constitución de 1853 y la organización nacional bajo un sistema federal. Constitución Nacional de 1853 La misma estableció el sistema representativo, republicano y federal de gobierno, que garantizaba los derechos de los ciudadanos y las autonomías provinciales. Dispuso adema la libre navegación de los ríos y la distribución de las rentas nacionales. El 9 de julio de 1853 todas las provincias, menos Buenos Aires (que dicto su propia constitución), juraron la Constitución Nacional de 1853. Situación económica: La situación económica en Buenos Aires era sólida debido a su puerto, comercio activo, ingresos aduaneros y desarrollo ganadero. Por otro lado, la Confederación enfrentaba problemas económicos al no contar con ingresos aduaneros ni capitales extranjeros. La dependencia de recursos de la provincia de Entre Ríos y la falta de fondos dificultaban sostener al Estado Nacional. Tras la derrota de Mitre “mitre es de B.A” en la batalla de Cepeda (B.A battalla contra la Confederacion) en 1859, se firmó el Pacto de San José de Flores, donde Buenos Aires se unió a la Confederación. La aduana pasó al poder nacional, pero nuevos desacuerdos llevaron a la batalla de Pavón en 1861, donde Mitre salió victorioso y fue elegido presidente de la República Argentina. La consumación de la unidad nacional (1862-1880) Durante la etapa de la unidad nacional (1862-1880), se consolidó la construcción del Estado argentino, con figuras clave como Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Nicolás Avellaneda en la presidencia. Se buscó afianzar las instituciones del estado, integrar la economía al mercado mundial y conquistar nuevas tierras. Buenos Aires logró el consenso con el interior y el litoral. Se promovió la producción agropecuaria, se atrajeron capitales e inmigrantes, se desarrollaron los ferrocarriles y se conquistaron nuevas tierras. En 1880, la Liga de los Gobernadores logró el nombramiento de Julio Argentino Roca como presidente y se federalizó Buenos Aires con la capitalidad. La Generación del 80’ A partir de 1880, la Generación del 80 marcó el comienzo de la Argentina moderna con grandes transformaciones en lo político, económico, social y cultural. Se consolidó el Estado Nacional con un gobierno central fuerte, la federalización de Buenos Aires, un sistema fiscal y la delimitación de las fronteras. Además, se concentró el poder en la élite adinerada, se practicó el fraude electoral y se estableció un orden conocido como "El Régimen". En términos económicos, Argentina se incorporó al mercado mundial como productora de materias primas con el Modelo Agroexportador, generando inversiones extranjeras en infraestructura y producción, expansión de la red ferroviaria, cultivo de cereales, exportaciones de trigo y formación de colonias agrícolas. La sociedad se transformó con la llegada de más de 6 millones de inmigrantes, principalmente italianos y españoles, creando un sector social diverso. La crisis económica de 1890 provocó conflictos políticos y la renuncia del presidente Juárez Celman, surgiendo nuevos partidos políticos como la Unión Cívica Nacional y la Unión Cívica Radical que exigían reformas políticas y electorales. Finalmente, en 1912 se promulgó la Ley Electoral que estableció el voto universal, secreto y obligatorio, permitiendo a la Unión Cívica Radical acceder a la presidencia. El radicalismo en el poder (1916-1930) Durante el período de radicalismo en el poder (1916-1930), el presidente Irigoyen buscó reparar las injusticias del gobierno conservador anterior a través de la democratización política, elecciones limpias y sufragio universal. Sin embargo, enfrentó obstáculos debido a la mayoría conservadora en el congreso y el Poder Judicial ( o sea eran más los conservadores). El radicalismo era un movimiento político nacional aceptado en todos los sectores sociales. Durante este período, se destacaron la reforma universitaria de 1918, impulsada por estudiantes, y la semana trágica de 1919, una huelga que derivó en violentos enfrentamientos entre obreros y la policía. A pesar de lograr algunas demandas laborales (pedir 8 horas laborales y aumento salarial), la represión hacia los dirigentes obreros causó numerosas muertes. El impacto de la Primera Guerra Mundial en la Argentina: - La Primera Guerra Mundial impactó en Argentina, Yrigoyen mantuvo neutralidad y continuó abasteciendo a los aliados - Benefició a ganaderos con aumento de exportaciones de carne enlatada y frazadas, pero estancó exportaciones de maíz y carne refrigerada - Paralizó importaciones de bienes industriales y de capitales, el gobierno protegió industria para favorecer sustitución de importaciones - En 1922, se creó YPF por imposibilidad de importar combustible El impacto de la crisis económica mundial de 1929 disminuyeron las exportaciones, las reservas de oro, los salarios, aumentó el desempleo, los precios y las huelgas. Como resultado, hubo un golpe de estado en 1930 contra Yrigoyen. El golpe de 1930 y la restauración conservadora (1930- 1943) El golpe de estado de 1930 en Argentina destituyó a Yrigoyen y marcó el comienzo de la restauración conservadora, liderada por Uriburu. Se disolvió el Congreso, se destituyeron gobernadores y se instauró un gobierno conservador. Se implementaron medidas para controlar la economía, como la regulación de la producción y el comercio, así como la creación de nuevos impuestos. El tratado Roca-Runciman, firmado en 1933 entre Argentina e Inglaterra, garantizaba a Inglaterra acceso preferencial a la carne argentina y beneficios para sus empresas en el país, a cambio de aranceles reducidos para productos industriales. Este acuerdo dio a Inglaterra el monopolio del transporte de carne y en Buenos Aires. La década de 1930 se caracterizó por un gobierno excluyente, control económico estatal y acuerdos internacionales que beneficiaban a Inglaterra. El impacto de la Segunda Guerra Mundial en nuestro país: La Segunda Guerra Mundial impactó en Argentina bajo la presidencia de Roberto Ortiz, quien apoyaba a los aliados. Ante la expansión alemana, surgieron simpatías por el fascismo. Argentina se declaró neutral. La guerra aumentó el poder militar y dividió a conservadores y nacionalistas a favor del Eje, y radicales y socialistas a favor de los aliados. Durante el mandato de Ramón Castillo, se mantuvo la neutralidad por miedo al impacto en el comercio marítimo. La industria nacional creció debido a la disminución de importaciones. Además, se reprimió a los obreros y se formó la Confederación General del Trabajo en 1930. Los tiempos del peronismo (1943-1955) Durante los años del peronismo, entre 1943 y 1955, el Ejército argentino se convirtió en una fuerza política significativa. Dos corrientes internas surgieron: una mayoritaria que buscaba un gobierno liberal cercano a los Aliados, y una minoritaria que quería mantener la neutralidad y promover la industrialización. Esta última corriente se unió en el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), liderado por el coronel Perón. Tras un golpe de estado en junio de 1943, Perón emergió como figura destacada y ocupó diversos cargos en el gobierno, destacándose como ministro de Guerra y vicepresidente. Proponiendo una "revolución pacífica", Perón implementó medidas a favor de los trabajadores, como aumentos salariales y condiciones laborales mejoradas. Sin embargo, en 1945, enfrentó oposición de varios sectores que lo llevaron a ser destituido y arrestado. La histórica marcha del 17 de octubre de ese año, donde los trabajadores exigieron su liberación, marcó un hito para el peronismo. Perón organizó el Partido Laborista, que más tarde se convirtió en el Partido Peronista, ganando las elecciones de 1946. Su gobierno se basó en tres pilares: justicia social, soberanía política e independencia económica. Perón estableció políticas para redistribuir la riqueza, nacionalizar sectores clave de la economía y fomentar la industrialización. El apoyo principal del gobierno peronista provino de los sectores populares, especialmente a través del sindicalismo. Perón fue reelegido en 1952, pero enfrentó desafíos económicos y políticos, llevando a un crecimiento de la oposición. Las tensiones aumentaron hasta desembocar en el bombardeo de la Casa Rosada en 1955, seguido por un golpe de estado que obligó a Perón a exiliarse durante 18 años. Este período del peronismo dejó un legado de transformaciones sociales y económicas en Argentina, siendo recordado por su enfoque en la justicia social y la intervención estatal en la economía para promover el bienestar de la población trabajadora. La última dictadura (1976-1983) El período del Péndulo Cívico-Militar en Argentina abarca desde 1955 hasta 1976. Comenzó con un golpe de estado que llevó al poder al general Eduardo Lonardi, seguido rápidamente por el general P. E. Aramburu, un acérrimo opositor al peronismo. El objetivo de este nuevo gobierno, conocido como Revolución Libertadora, era eliminar la influencia del peronismo en la sociedad a través de medidas represivas y económicas. Durante la presidencia de Arturo Frondizi, se implementó un programa económico desarrollista que buscaba acelerar la industrialización del país, pero que terminó generando problemas económicos y sociales. Su mandato fue interrumpido por un golpe de estado en 1962, dando paso a una serie de cambios en el poder político y militar. El presidente Arturo Illia, elegido en 1963, buscó defender el mercado interno y el capital nacional, aunque su falta de apoyo del peronismo y de otros sectores clave provocó su destitución en 1966. A partir de entonces, se inició la "Revolución Argentina" bajo el gobierno autoritario de Juan Carlos Onganía, que implementó políticas represivas y económicas controvertidas que generaron resistencia y protestas, como el "Cordobazo" en 1969. Durante la década de 1970, surgieron diversos grupos armados de orientación ideológica diversa, como Montoneros y el ERP, que llevaron a una escalada de violencia y conflictos en el país. El gobierno de María Estela Martínez de Perón, tras la muerte de Juan Domingo Perón en 1974, enfrentó una profunda crisis económica que se agravó con medidas económicas impopulares, como el "Rodrigazo". La violencia política, la represión del gobierno y la división social llevaron a una situación caótica en Argentina a finales de la década de 1970, que culminó con el golpe de estado de 1976 y el inicio de la dictadura militar más brutal y represiva en la historia del país. El regreso de la Democracia (1983-2017) El regreso de la Democracia en Argentina comenzó en 1983 con la elección de Raúl Alfonsín como presidente, después de siete años de dictadura militar. Su gobierno se enfrentó a desafíos como la crisis económica heredada de la dictadura, marcada por una deuda excesiva y un mercado internacional deprimido. A nivel económico, implementó planes como el Plan Austral para estabilizar la economía, aunque la hiperinflación eventualmente llevó a su renuncia antes de completar su mandato. En 1989, Carlos Menem fue elegido presidente, implementando políticas como la convertibilidad del peso argentino con el dólar, privatizaciones y reformas estructurales. Su gobierno inicialmente trajo estabilidad económica, pero eventualmente condujo a problemas como el endeudamiento externo y la recesión. En 1999, Fernando de la Rúa asumió la presidencia y continuó con políticas de su predecesor, lo que llevó a una grave crisis económica y política, culminando en su renuncia en 2001. Tras la crisis de diciembre de 2001, hubo un período de transición con varios presidentes interinos antes de que Eduardo Duhalde asumiera la presidencia provisionalmente en 2002. Durante su mandato, se produjo el default de la deuda externa y una devaluación del peso, con medidas para intentar reactivar la economía y combatir la pobreza. En 2003, Néstor Kirchner fue elegido presidente, iniciando un período de doce años de liderazgo peronista, seguido por Cristina Fernández de Kirchner. Sus gobiernos se enfocaron en políticas de derechos humanos, industrialización sustitutiva de importaciones y mayor intervención estatal en la economía. Sin embargo, limitaciones económicas y financieras llevaron a desafíos como la inflación y la restricción externa. En 2015, la elección de un nuevo gobierno de la Alianza Cambiemos marcó un cambio en la orientación política del país, promoviendo un enfoque pragmático y pro-negocios. Se centraron en la liberalización económica, atrayendo inversión privada y capital extranjero. El nuevo gobierno buscó una reconversión productiva basada en la exportación y los servicios, con la esperanza de revitalizar la economía argentina. Geografia Agentina- Posición relativa de la Argentina En el mundo Argentina se encuentra en el cuadrante suroccidental del mundo, al sur del Ecuador y al oeste del Meridiano de Greenwich. Es bicontinental, abarcando parte de América y de la Antártida, con la Isla Grande de Tierra del Fuego en el centro. En el continente En Sudamérica, Argentina comparte frontera con Chile y ocupa el extremo sur del continente, considerado por algunos como una península. La posición geográfica del país ha sido analizada en términos de aislamiento para la defensa territorial, pero también como un obstáculo para las relaciones internacionales. Sin embargo, la globalización redefine las ideas tradicionales sobre territorio. Por ejemplo, Japón enfrenta aislamiento geográfico y superpoblación. Posición absoluta de la Argentina: Límites y fronteras: Límites y fronteras: Límite y frontera son conceptos diferentes: el límite es la línea que divide dos soberanías, mientras que la frontera es la porción del territorio que contienen al límite y que comparten esas soberanías. Estos conceptos pueden aplicarse a países, provincias/estados o departamentos/partidos. Los límites son artificiales y son dispuestos por el hombre, a menudo utilizando elementos naturales como ríos, montañas y mares, o líneas artificiales como paralelos y meridianos. Cuando las fronteras son permeables, hay libre tránsito de personas y bienes, lo que puede llevar a influencias políticas, económicas y culturales entre los países vecinos. Las fronteras se mantienen del mismo ancho si la influencia es similar, pero si un país tiene mayor influencia, la frontera puede extenderse más allá. En Argentina, se reconocen puntos extremos en cada dirección cardinal La República Argentina limita: al norte, con Bolivia, Paraguay y Brasil; al sur, con Chile y el océano Atlántico; al este con Paraguay, Brasil, Uruguay y el océano Atlántico y al oeste, con Chile, separada por la Cordillera de los Andes. La Antártida Argentina se halla comprendida entre el sector chileno, por el oeste, y un sector pretendido por varios países, por el este. División Política: La división política de Argentina ha experimentado cambios importantes en los últimos años, como la provincialización de Tierra del Fuego en 1991 y la jerarquización de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El país tiene soberanía absoluta sobre la parte continental, heredada de España, aunque la extensión original era mayor. Algunos territorios fueron perdidos por problemas de límites tras el desmembramiento del Virreinato del Río de la Plata. Porción oceánica: - La legislación sobre el Mar Argentino se basa en la III Conferencia Internacional del Mar - El Mar Argentino abarca la plataforma continental, perteneciendo a los mares epicontinentales - El mar territorial argentino se extiende 12 millas desde la costa y en dirección N - S desde el límite marítimo argentino-uruguayo - La Argentina tiene soberanía total sobre el mar territorial y patrimonial, que se extiende 188 millas marinasLa Zona Económica Exclusiva abarca 1420000 km2, donde solo la Argentina puede explotar - En el Mar Patrimonial, los buques extranjeros pueden realizar "paso inocente" - Más allá de las 200 millas, se encuentra el Mar Libre donde cualquier buque puede operar económicamente Porción Antártica: La Argentina no es soberana en la Antártida debido al Tratado Antártico, que prohíbe la explotación económica y protege el medio ambiente por 5 décadas más. Los países firmantes realizan estudios pero no pueden reclamar soberanía. Breve Historia de Misiones UBICACIÓN GEOGRAFICA DE MISIONES. Misiones se ubica en la Región Nordeste de Argentina, marcando sus límites con ríos y países vecinos como al este Brasil y al oeste Paraguay. Con una extensión de 29. 801 km2, su terreno montañoso favorece la forestación. Su clima subtropical húmedo con lluvias anuales de 1700 mm y temperatura media de 20º C la convierten en un punto clave de circulación tanto nacional como internacional. Organizada en diecisiete departamentos y 76 municipios, esta provincia es reconocida por su posición estratégica en la cuenca del Plata al ser limítrofe con la Provincia de Corrientes. Historia Regional. Las Misiones Jesuíticas Las Misiones Jesuíticas en la región fueron fundadas por miembros de la orden jesuita, quienes se encargaron de la evangelización a petición del Gobernador Hernando de Saavedra, en nombre del rey de España. La orden, liderada por Ignacio de Loyola, se caracterizaba por su disciplina militar y su obediencia al Papa, en contraposición a la reforma protestante que amenazaba el poder espiritual del papado. Dos jesuitas italianos, José Cataldino y Simón Maseta, lideraron la fundación de las reducciones de Guayra en 1610, siendo las primeras Nuestra Señora de Loreto y San Ignacio Mini. Posteriormente, el padre Antonio Ruiz de Montoya desempeñó un papel fundamental en la expansión y florecimiento de las Misiones en la región guaranítica, fundando numerosas reducciones entre 1622 y 1628. Sin embargo, las reducciones de Guayrá sufrieron ataques destructivos por parte de los bandeirantes luso-brasileños, quienes buscaban esclavizar a la población guaraní. Ante esta amenaza, Ruiz de Montoya lideró un éxodo de miles de guaraníes hacia el sur para protegerlos de los ataques. A pesar de las dificultades y pérdidas durante el éxodo, lograron reconstruir las reducciones de Loreto y San Ignacio Mini. Mientras tanto, en la región de Itatín, otros misioneros fundaron nuevas reducciones que también sufrieron los ataques de los bandeirantes. En respuesta a esta situación, el Provincial Diego de Boroa ordenó la formación de milicias guaraníes y envió a Ruiz de Montoya a España para defender el uso de armas de fuego en la defensa de las reducciones. A pesar de los desafíos y pérdidas sufridas, las misiones jesuíticas continuaron su labor evangelizadora en la región, enfrentando la amenaza constante de los bandeirantes y protegiendo a la población guaraní de la esclavitud y la violencia. La victoria de Mbororé En los primeros años, las bandeirantes buscaban esclavos en la región de San Pablo, pero los aborígenes lograban escapar gracias a su conocimiento de la selva. Sin embargo, la creación de pueblos misioneros les permitió capturar a miles de personas. A pesar del apoyo de españoles de Asunción, los guaraníes derrotaron a los paulistas en 1639 en Caazapá Guazú. Esta victoria marcó el inicio de las épicas victorias guaraníticas. En 1641, en Mbororé, los guaraníes se fortificaron con más de 4,000 guerreros para enfrentar a los esclavistas. Liderados por Abiarú y Ñeenguirú, los guaraníes combatieron por tierra y agua durante siete días, resultando en la derrota de los bandeirantes. Estos tuvieron que huir y fueron perseguidos hasta Chapecó, donde recibieron ayuda de otra maloca, pero fueron nuevamente aplastados por las milicias guaraníes. Las reducciones jesuíticas fueron clave para proteger a los guaraníes de los bandeirantes y los encomenderos españoles, quienes querían explotar su mano de obra. A pesar de los conflictos con otras órdenes eclesiásticas y autoridades españolas, los jesuitas defendieron los derechos de los guaraníes. La encomienda, abolida en 1718, fue utilizada abusivamente, aunque su objetivo era proteger a los indígenas y asegurar la población española en las colonias. Antonio Ruiz de Montoya marcó el fin de la primera etapa de las misiones jesuíticas en Paraguay. Tras su muerte, muchas reducciones fueron trasladadas a zonas más seguras. En Paraguay (8), Brasil 7) y Argentina (16) , se establecieron diversas reducciones, ofreciendo a los guaraníes una vida libre y mejorada. A pesar de los peligros de la esclavitud y la explotación, las misiones jesuíticas brindaron a los guaraníes una alternativa de vida más digna. Los Treinta Pueblos Los Treinta Pueblos, también conocidos como reducciones, constituían un conjunto de ciudades organizadas en torno a una plaza central. Cada misión tenía una iglesia, talleres de artesanos, huertos, residencias jesuitas y viviendas para los indígenas. Las casas seguían el modelo de las ogá, diseñadas para albergar entre cincuenta y doscientas personas. Las reducciones eran ciudades planificadas en lugares óptimos para la vida humana, con acceso a agua, tierras fértiles y madera abundante. En el centro de la plaza se erigía una estatua del patrono de la reducción, y la iglesia se ubicaba frente a ella, junto al colegio y el cementerio. El poder político residía en el cacicazgo y el cabildo indígena, donde se tomaban decisiones sobre los bienes comunes, las producciones agrícolas y las relaciones con otras tribus. El cabildo misional, de origen castellano pero adaptado a la cultura guaraní, representaba los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y estaba compuesto por autoridades como el corregidor, alcaldes, escribano, mayordomo y alcaldes de hermandad. Las elecciones de las autoridades se realizaban de manera democrática, con recomendaciones de los predecesores y aprobación de los sacerdotes. Junto a las autoridades indígenas, los jesuitas también tenían un papel importante en el gobierno de las reducciones, asumiendo funciones religiosas y políticas indirectas. La estructura gubernamental se complementaba con la producción económica basada en tres formas de trabajo comunitario: el Tupámbaé (bienes para la iglesia), el Abámbaé (propiedad familiar) y el Tavámbaé (propiedad del pueblo). Estas formas de producción reflejaban la experiencia precolombina guaraní y aseguraban el sustento de la comunidad. En resumen, la organización de los Treinta Pueblos se basaba en un sistema político y económico que combinaba las tradiciones indígenas con la influencia jesuita, resultando en un modelo único de convivencia y desarrollo comunitario. La guerra guaranítica En el siglo XVIII, la Guerra Guaranítica estalló debido a conflictos entre los guaraníes, los jesuitas y España. Portugal había avanzado sobre territorio español, incluida la Colonia del Sacramento, importante por el contrabando. Tras el Tratado de París en 1750, España recuperó la colonia pero entregó a los guaraníes a Portugal, obligándolos a abandonar sus pueblos. Los guaraníes se resistieron y, tras intentar negociar sin éxito, se revelaron. En 1753, patrullaron fronteras y se enfrentaron a autoridades españolas y portuguesas. Luego, autoridades portuguesas marcharon sobre pueblos guaraníes desde el este, y españolas desde el oeste, pero los guaraníes los obligaron a retirarse. Luego, ambos gobernadores se unieron para sofocar la rebelión. Los guaraníes resistieron en batallas como Bacacay y Caayabaté, donde murieron líderes como José Tiagarú. Más de dos mil guaraníes fueron masacrados. A pesar de sentir una victoria momentánea, los guaraníes perdieron la guerra frente a las fuerzas combinadas de España y Portugal. Los jesuitas esperaban en vano que Madrid reconsiderara su decisión y devolviera las tierras a los guaraníes. La expulsión y el ocaso: La corona española reconoció su error en la causa del Tratado de Permuta y la guerra contra los guaraníes en 1759, tras la muerte del rey Fernando VI. El sucesor, Carlos III, denunció el Tratado de Madrid por incumplimiento portugués y ordenó la reconquista de Colonia y la devolución de los pueblos orientales a sus legítimos dueños. En 1762, el gobernador de Buenos Aires, Pedro de Ceballos, ocupó la Colonia con guaraníes y reocupó los pueblos, reduciendo su población a la mitad. En 1767, Carlos III de España ordenó la expulsión de la Compañía de Jesús de todos sus territorios por supuestos motivos de orden público, influenciado por intereses políticos oscuros en la corte madrileña. Las misiones pasaron a ser administradas por autoridades civiles y los sacerdotes se encargaban solo de cuestiones espirituales. La expulsión se llevó a cabo en 1768 sin el uso de la fuerza. El gobernador Francisco de Bucarelli preparó a los caciques guaraníes para las nuevas circunstancias temiendo una resistencia. Sin embargo, la expulsión se dio sin resistencia. Comenzó entonces un proceso de decadencia en las misiones debido a la descomposición de la organización jesuítica solidaria. Las modificaciones introducidas por las autoridades españolas llevaron a la ruina de las misiones. Los guaraníes emigraron a diferentes lugares, dispersando su cultura y valores. Su cultura jesuítico-guaranítica se dispersó por la región, influenciando la cultura criolla y perviviendo más allá de las fronteras geográficas y políticas. ANDRES GUACURARI: Andrés Guacurarí, nacido en Santo Tomé o San Borja en 1778, fue un líder guaraní educado por el cura del pueblo. Conocido como Andresito, hablaba varios idiomas y fue adoptado por José Artigas en 1811, adoptando el nombre de Andrés Guacurarí y Artigas. Luchó contra fuerzas extranjeras, buscando autodeterminación y defendiendo el federalismo. CAMPAÑAS: En 1815, Andrésito lideró una campaña contra la invasión paraguaya en el río Paraná, recuperando los pueblos de Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio y Corpus. Siguiendo órdenes de Artigas, organizó una fuerza de 500 hombres de infantería y caballería para detener el avance paraguayo. Con el apoyo de fray José Acevedo y el capitán Manuel Miño, logró recuperar los pueblos después de enfrentamientos violentos. ANDRESITO GOBERNADOR DE MISIONES: Andresito fue el gobernador de Misiones en 1815 y se destacó por su gobierno justo y recto, siguiendo la orientación política Artiguista. Recuperó los pueblos misioneros sobre el Paraná y reactivó los cabildos indios para administrar estancias y yerbales. Estableció una fábrica de pólvora y hornos para fabricar chuzas. En 1816, lideró la Primera Campaña del Río Uruguay contra la invasión luso-brasileña, logrando victorias y recibiendo la adhesión de los naturales en la región. A pesar de su resistencia, fue derrotado por los luso-brasileños y se vio obligado a retirarse. En la Campaña de Corrientes en defensa del federalismo en 1818-1819, Andresito logró triunfos en Caá-Cati y Saladas, restableciendo la autoridad federal en la región. ANDRESITO GOBERNADOR DE CORRIENTES Andresito ejerció como gobernador (recordemos que el cargo que ocupaba Andrés Guacurarí y artigas, era de Comandante General designado por José Gervasio artigas, con facultades de realizar intervención en zona aledañas) de Corrientes desde agosto de 1818 hasta marzo de 1819, reorganizando el gobierno civil y liberando a indios y esclavos. En la Segunda Campaña del Río Uruguay contra la invasión luso-brasileña en 1819, lideró la resistencia pero fue capturado y llevado a prisión en Porto Alegre y luego a Río de Janeiro, donde fue liberado en 1821. Tras un intento fallido de regresar a su tierra, fue recluido nuevamente en las islas Das Cobras antes de ser finalmente liberado en julio de 1821. Existen dudas sobre su destino posterior, ya que se especula que podría haber sido envenenado en prisión o nunca haber salido de Río de Janeiro. Su detención representó la pérdida de uno de los mejores líderes de Misiones y la Liga de los Pueblos Libres en la lucha por un gobierno federal. Su legado permitió preservar la identidad y la historia de la provincia, convirtiéndola en parte de la Nación Argentina. Su desaparición también significó una pérdida personal para José Gervasio Artigas, quien perdió a un leal hijo y lugarteniente. LA OCUPACIÓN CORRENTINA: En 1832, Corrientes invade Misiones mientras su ejército lucha contra Brasil. El control de Misiones era crucial por su importancia estratégica, económica y militar. Asunción, Buenos Aires, Brasil y otras provincias argentinas disputaban su dominio. La región era rica en pastoreo, madera y yerba mate, siendo vital para el comercio atlántico del Paraguay. La ocupación paraguaya: La ocupación paraguaya en Misiones durante el siglo XIX se inició en 1838/40 con la construcción de la "Trinchera de los paraguayos" en Posadas, controlando la ruta comercial de Asunción a Porto Alegre. Esto se debió a que Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires, no reconocía la independencia de Paraguay. El conflicto llevó a la guerra de la Triple Alianza en 1865, donde el ejército argentino liberó Candelaria y la Trinchera de San José. Tras la guerra y el Tratado de Paz de 1876, Paraguay abandonó sus pretensiones sobre Misiones, estableciendo como límite el río Paraná de forma permanente. La Federalización: El 22 de diciembre de 1881, el Presidente Julio Argentino Roca decreta la ley de Federalización en Misiones, convirtiéndola en Territorio Nacional independiente de Corrientes. Esta medida buscaba afirmar la soberanía nacional, fortaleciendo la presencia del Estado Argentino a través de la educación, la justicia, la seguridad y obras de infraestructura. Durante la guerra con Paraguay, Posadas se convirtió en un centro comercial para abastecer a las fuerzas aliadas. Sin embargo, el gran desafío para Misiones en el siglo XIX era su baja densidad poblacional y la falta de desarrollo urbano y vial. Se implementó una política de inmigración europea para poblar la región. El primer gobernador fue el Coronel Rudencindo Roca, hermano del presidente de Argentina. LA CUESTIÓN MISIONES LIMITE CON CORRIENTES La década de 1880 fue un período de centralización y modernización institucional en Argentina, con un énfasis en las relaciones exteriores y la resolución de conflictos limítrofes con los países vecinos. La cuestión de límites entre Argentina y Brasil por el territorio de Misiones también estuvo relacionada con la federalización. La Provincia de Corrientes, que ejercía dominio sobre Misiones, se opuso al proyecto de federalización propuesto por el Presidente Roca. Tras intensos debates en el Congreso, finalmente se llegó a un acuerdo que establecía los límites entre Corrientes y el nuevo Territorio Nacional de Misiones. Esta negociación demostró la importancia de la colaboración entre el gobierno central y las provincias en la definición de las fronteras y la organización territorial del país. LA RESOLUCIÓN DE LA CUESTIÓN DE LÍMITES CON BRASIL Posterior a la federalización, se resolvió la disputa de límites con Brasil, resultando en una pérdida territorial significativa para Misiones. En 1895, el laudo de Cleveland determinó que Argentina cediera 1. 200 leguas de tierras a Brasil, incluyendo una región rica en recursos naturales. En 1876, la Ley de Inmigración y Colonización impulsada por Avellaneda promovió la llegada de colonizadores europeos a Argentina, enriqueciendo la diversidad racial, religiosa y cultural de la región. En Misiones, la colonización fue impulsada tanto por el gobierno como por particulares, dando forma a una sociedad plural con una variedad de confesiones religiosas y una arquitectura distintiva. I) La colonización oficial (1883-1927): se concentró en el sur de la provincia, con respaldo estatal y en lugares donde estaban los antiguos pueblos jesuitas. Los primeros inmigrantes eran polacos y ucranianos, provenientes de Galitzia, campesinos pobres en búsqueda de prosperidad en América al no tener acceso a la tierra en Europa. II) La colonización privada (1920-1945 Durante la colonización en Misiones, empresas alemanas promovieron la migración hacia Sudamérica después de la Primera Guerra Mundial debido a la grave situación económica en Alemania. Dos compañías destacadas fueron Eldorado Colonización de Adolf Schwelm y Alto Paraná Culmey y Cía. de Carlos Culmey. Estas empresas colonizaron y desarrollaron la región de Alto Paraná, creando ciudades como Eldorado y Montecarlo. También hubo colonización privada espontánea, con familiares y amigos de colonos establecidos migrando a ciudades como Oberá y Aristóbulo del Valle. A lo largo de los años, Misiones se convirtió en una provincia diversa, habitada por inmigrantes de diversas nacionalidades como Alemania, Rusia, Italia, España, Paraguay, Brasil, entre otros. Después de la Segunda Guerra Mundial, llegaron inmigrantes japoneses, y en la década de 1970, refugiados laosianos. En la década de 1990, familias de Corea del Sur y Taiwán se unieron a la sociedad misionera, enriqueciendo la historia y cultura de la región. Provincialización de Misiones: La provincialización de Misiones se logró en 1953 gracias a la Ley 14. 294 propuesta por el Presidente Juan Domingo Perón. A pesar de intentos fallidos entre 1915 y 1945, finalmente Misiones se convirtió en una provincia argentina con plena autonomía. CONSTITUCION DE LA PROVINCIA DE MISIONES: La provincia de Misiones, una de las más antiguas del Virreinato del Río de la Plata, tuvo un proceso institucional lento y difícil hasta recuperar la autonomía en 1881. Durante el gobierno de Juan Domingo Perón, se reformó la Constitución Nacional en 1949 para permitir la participación política de los territorios nacionales, incluyendo a Misiones. En 1953, se declaró la provincialización de Misiones y se establecieron las pautas para redactar su propia constitución. En 1954, se convocaron elecciones y se aprobó la primera Constitución provincial, inspirada en la Constitución Nacional de 1949. Sin embargo, en 1955, durante la "revolución libertadora", la Constitución de Misiones sufrió mutilaciones institucionales, al igual que la Constitución Nacional, lo que llevó a la necesidad de una reforma. Los convencionales tuvieron en cuenta la rica historia misionera al redactar la nueva Carta Provincial. LA CONSTITUCION: La Constitución es la Ley Fundamental que organiza estructural e institucionalmente el Estado, regulando los poderes y estableciendo los derechos y obligaciones de habitantes y autoridades. LA NUEVA CONSTITUCION DE 1958: La nueva constitución de 1958 fue establecida por el gobierno de facto después de derrocar a Juan Domingo Perón. La Junta Consultiva Provincial de Misiones apoyó la vigencia de la Constitución Provincial de 1954, pero fue derogada poco después. Una nueva convención constituyente se inició en 1957, basada en principios nacionales y provinciales. Los convencionales tuvieron que superar problemas, como el retiro de los convencionales de la Unión Cívica Radical Intransigente y la falta de recursos del gobierno. La Constitución Provincial se sancionó el 21 de abril de 1958 y entró en plena vigencia.

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