Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación - PDF

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Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez

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family participation education school socialization

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This document examines the role of family participation in the educational process. It covers aspects such as the relationship between family and school, participation models, and the legal framework that guides this involvement. The document also discusses issues like economic factors and scheduling that can affect family participation.

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Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación ESQUEMA DE LOS CONTENIDOS LA PARTICCIPACIÓN DE LA FAMILIA EN EL CENTRO EDUCATIVO Relación entre familia y escuela como contexto de desarrollo La cooperación entre las instituciones educativas: fam...

Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación ESQUEMA DE LOS CONTENIDOS LA PARTICCIPACIÓN DE LA FAMILIA EN EL CENTRO EDUCATIVO Relación entre familia y escuela como contexto de desarrollo La cooperación entre las instituciones educativas: familia-centro educativa Marco normativo que regula la participación de la familia en el centro educativo Modos de participación de la familia en la escuela Aspectos claves en la cooperación familia y escuela La relación informal Niveles de participación La relación formal La participación individual La participación colectiva 65 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación EXPOSICIÓN DE LOS COTENIDOS 1. RELACIÓN ENTRE FAMILIA Y ESCUELA Puesto que la familia es el primer agente de socialización, la escuela es otro agente socializador donde el alumnado comienza a relacionarse con sus iguales y a interactuar con otras personas que no son miembros de su familia, por ello ambas deben cooperar para favorecer el desarrollo de las capacidades del niño/a. Todo cometido del centro educativo puede resultar enriquecedor como consecuencia de la colaboración entre familias y profesorado. La familia y la escuela tienen un papel importante en el desarrollo global de los menores, son los primeros entornos en los que éstos van a ir desarrollando todas sus capacidades. La participación de las familias en el medio escolar se ha considerado un principio básico en las prácticas curriculares de las etapas de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria. Esta participación es muy importante, pues se facilita por un lado, la transferencia y generalización de lo trabajado en el centro y por otro, impulsa en la familia un aumento en el sentimiento de competencia que influye positivamente en el desarrollo del alumnado. Esta institución colabora con la escuela de diferentes formas que se verá más adelante, sin embargo, debido a los cambios actuales (sociales y económicos), hay factores que impiden el mismo grado de colaboración (Hernández y López, 2006):  La situación económica de las familias, por ejemplo, cuando se solicita la provisión de materiales escolares a sus hijos e hijas, hay familias desfavorecidas económicamente que no pueden aportar a la escuela esos materiales.  La disposición del tiempo suficiente es otro factor que resta a la participación de los padres y madres, in situ en los escenarios escolares. Hay familias que no pueden asistir a las actividades programadas que requieren de su participación por no disponer de ese tiempo. Además, habría que añadir que la falta de tiempo libre hace que muchos padres dejen la responsabilidad como primer agente educativo a otras personas o a la 66 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación propia escuela. En algunas zonas geográficas las convocatorias a las familias, para la asistencia al centro, apenas tienen éxito debido a la baja participación. Las familias asisten cada vez menos al centro educativo, aunque sólo sea para hablar con el profesorado o asistir a las reuniones que son convocadas por el equipo educativo, ya sea para informar sobre el progreso de sus hijos o compartir ideas.  Las propias familias pueden desempeñar determinadas acciones que pueden afectar a la educación de sus hijos: La protección excesiva que limita su autonomía; un exceso de perfeccionismo que puede llevar a la inhibición de conductas o la excesiva permisividad, con la ausencia de patrones de conducta apropiadas de la edad. Los centros educativos deben, por tanto, considerar estos factores en el momento de la elaboración del programa de las acciones a realizar con las familias. Los aspectos a tener en cuenta pueden ser:  Ampliar el campo de relaciones con otros adultos, que suelen asumir la responsabilidad del alumnado, distintos a sus padres.  Adaptación del calendario de actividades con las familias a la disponibilidad de éstas.  Crear una red de contacto entre centro y familia y viceversa, que asegure la trasmisión de información. 2. MARCO NORMATIVO QUE REGULA LA PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN EL CENTRO EDUCATIVO Como ya se ha visto en las unidades de aprendizaje anteriores, la garantía de calidad educativa escolar requiere de un compromiso de todas las personas e instituciones en la tarea educativa y en el proceso enseñanza-aprendizaje. Por tanto, la participación de la familia en centro educativo es necesaria por no ser sistemas independientes que actúen por separado, sino sistemas interdependientes cuyas consecuencias no son explicables de forma aislada. Esta participación es un derecho recogido en la normativa vigente. En España, han sido las sucesivas leyes orgánicas (LODE., 1985; LOGSE, 1990; LOPEGCE, 1995; LOCE, 2002 y LOE, 2006) las que desarrollaron la intervención de 67 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación los diferentes sectores de la comunidad educativa, y por tanto, de la familia. En esta apartado se analizará los diferentes niveles de participación permitidos por la actual ley educativa en España, Ley Orgánica de Educación (LOE). El preámbulo de dicha ley resalta las virtudes de la educación para la persona y los beneficios que aporta a un país y a sus ciudadanos una buena educación. Y en el mismo preámbulo, en uno de los principios que fundamenta esta ley, insta a que todos los componentes de la comunidad educativa participen para conseguir una educación de calidad a todas las personas de ambos sexos y en todos los niveles del sistema educativo. La ley resalta que la combinación de calidad y equidad que implica el objetivo anterior exige necesariamente la realización de un esfuerzo compartido tanto del alumnado individualmente, como también de las familias que habrán de colaborar estrechamente y deberán comprometerse con el trabajo diario de sus hijos y con la vida de los centros docentes; el profesorado, los centros docentes, las Administraciones educativas y, por último, de la sociedad en su conjunto. La participación de las familias en el gobierno de los centros, se recoge en el Título V, artículo 118 de esta ley, donde se exige a las Administraciones educativas en el ámbito de su competencia, el ejercicio efectivo de esta participación, adoptando medidas que promuevan e incentiven la colaboración positiva entre la familia y la escuela. Estas medidas se concretarán en los centros, promoviendo compromisos educativos entre las familias o tutores legales y el propio centro, y recogiendo en el proyecto docente las actividades que familiares, profesorado y alumnado se comprometen a desarrollar para mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Otro medio de participación de las familias en los centros educativos es a través del Consejo escolar, órgano colegiado de gobierno de los centros, y por medio de las asociaciones de padres y madres. Se pide a las Administraciones educativas que favorezcan la información y la formación dirigida a estos organismos. La importancia que se le da al ámbito familiar en esta ley queda manifestada en el Capítulo I y Capítulo II del Título II, que desarrolla la Educación infantil y Educación primaria respectivamente. En el artículo 12, sobre Educación infantil, se solicita a los centros educativos cooperar estrechamente con las familias, con el objeto de respetar la responsabilidad fundamental que tienen sobre sus hijos. El artículo 17 habla de los 68 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación objetivos de la Educación primaria. Uno de estos objetivos hace referencia a la adquisición de las habilidades para la prevención y para la resolución de conflictos, que les permitan desenvolverse con autonomía en el ámbito familiar y doméstico. Las familias deben de estar informadas y orientadas sobre el proceso de enseñanza – aprendizaje de sus hijos. En el artículo 21 se insta a los centros educativos a que los padres o tutores se les informe de los resultados de las distintas evaluaciones realizadas al alumnado. En lo que respecta al profesorado, en el Título III, artículo 91, donde se menciona sus funciones, se propone a las familias a colaborar con el profesorado en la tutoría del alumnado, la dirección y orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo. Y es obligación de este profesorado el informar periódicamente a las familias sobre el proceso de aprendizaje de sus hijos, así como dar pautas orientativas que faciliten la cooperación en el mismo. La LOE dedica todo un capítulo al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo, en el artículo 71, incita a las Administraciones educativas a garantizar su escolarización, regular y asegurar la participación de los familiares en las decisiones que afecten a la escolarización y a los procesos educativos de este alumnado. Y adoptar las medidas pertinentes para que los padres de este alumnado reciban el conveniente asesoramiento individualizado, así como la información necesaria que les ayude en la educación de sus hijos. La LOE da un paso más en los derechos de las familias, en relación con la educación de sus hijos, con la modificación de la Ley orgánica 8/1985, de 3 de julio, que regula el Derecho a la Educación. En esta modificación se destaca: 1. El derecho de sus hijos a recibir una educación, con la máxima garantía de calidad, conforme con los fines establecidos en la Constitución, en el correspondiente Estatuto de Autonomía y en las leyes educativas. 2. Derecho a escoger centro docente tanto público como distinto de los creados por los poderes públicos. 3. Derecho a que reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. 4. Derecho a estar informados sobre el progreso del aprendizaje e integración 69 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación socio-educativa de sus hijos. 5. Derecho a participar en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos. 6. Derecho a participar en la organización, funcionamiento, gobierno y evaluación del centro educativo, en los términos establecidos en las leyes. 7. Derecho a ser oídos en aquellas decisiones que afecten a la orientación académica y profesional de sus hijos. Además, como primeros responsables de la educación de sus hijos, les corresponde:  Acogerse a las medidas necesarias, o rogarse a la ayuda correspondiente en caso de dificultad, para que sus hijos cursen las enseñanzas obligatorias y asistan normal a clase.  Facilitar, en la medida de sus disponibilidades, los recursos y las condiciones necesarias para el progreso escolar.  Motivarles para que lleven a cabo las actividades de estudio que se les recomienden.  Participar activamente en las actividades que se establezcan en virtud de los compromisos educativos que los centros establezcan con las familias, para mejorar el rendimiento de sus hijos.  Conocer, participar y apoyar la evolución de su proceso educativo, en colaboración con los profesores y los centros.  Respetar y hacer respetar las normas establecidas por el centro, la autoridad y las indicaciones u orientaciones educativas del profesorado.  Fomentar el respeto por todos los componentes de la comunidad educativa. 3. LA COOPERACIÓN ENTRE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS: FAMILIA-CENTRO EDUCATIVO La necesidad de cooperación entre el centro educativo y las familias se justifica por ser complementarias en el proceso enseñanza-aprendizaje. Las familias deben conocer las similitudes y diferencias que se dan en dicho proceso, entre los dos ámbitos educativos (Comellas, 2009): Entre las similitudes se podría hablar de: 70 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación  Los dos contextos son agentes educativos.  En el hogar se continúa con muchos de los aprendizajes iniciados en el centro.  Los dos contextos son los agentes principales del proceso de socialización.  Ambos contextos comparten los objetivos generales: el desarrollo integral del alumnado. En cuanto a las diferencias:  En el centro educativo se amplía el campo de relaciones con sus iguales y con otros adultos.  Son diferentes los objetivos educativos. En el centro educativo se persigue la adquisición de competencias básicas como: lectura, escritura, cálculo; y otros conocimientos científicos. Mientras que en el contexto familiar tienen que asegurar su buen comportamiento y actitudes favorables que anteceden a la escuela.  El tipo de relaciones que se fijan en ambos entornos educativos es diferente. En la familia es más frecuente una relación uno a uno entre el adulto y el niño/a, mientras que en el centro estas relaciones son menos duraderas y más impersonales.  Son ambientes educativos con diferente organización, diferentes funciones y son diferentes las personas que intervienen.  Son distintos los estilos de comunicación y el procedimiento de transmisión de información.  Mientras que en el contexto familiar el estilo de aprendizaje más utilizado es la observación e imitación, a través de las demostraciones. En el aula es más frecuente el canal verbal. 3.1 Aspectos claves en la cooperación familia y escuela Analizadas las similitudes y diferencias que se dan en el proceso educativo en los ámbitos de la familia y la escuela, es preciso una cooperación entre estas dos instituciones que permita compartir la respuesta a las necesidades educativas del alumnado. Para Comellas (2009) esta cooperación se centra en dos aspectos: 71 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación  La confianza en el proceso educativo y en la acción de los adultos en relación directa con el alumnado, evitando discursos de traspasos de culpabilidad, por los resultados educativos, entre las familias y la escuela, generando un distanciamiento, en algunos casos indefensión y desanimo entre las dos instituciones. Para evitar estas situaciones es conveniente coordinar el discurso educativo de forma global y especialmente en los aspectos que establecen y condicionan la cotidianidad.  El consenso y especificidad ante los criterios educativos, lo que precisa consensuar el modelo educativo que pueda guiar las respuestas en el ámbito familiar, coherentes con las actuaciones en la escuela. Obligando, por tanto, a fortalecer el diálogo entre los dos sectores educativos para clarificar y llegar a un acuerdo en los criterios prioritarios. En este proceso de establecimiento de criterios educativos conviene, a ciertas edades, implicar al alumnado con el fin de aumentar su responsabilidad y favorecer su autonomía. Con estas acciones se pretende paliar los problemas existentes y prevenir futuros conflictos a través de una planificación de las diferentes estrategias a seguir. Una de estas acciones debe abordar el modelo de comunicación y formación entre la familia y el centro educativo, con la colaboración de otros servicios (Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógicas y Servicios Sociales) que ayudaran a conocer el contexto en el que viven las diferentes familias. Un modelo que se caracterice por ser completo e interactivo entre las dos instituciones, que permita construir unas pautas de relación y unos criterios que serán la base de la tarea educativa en la familia. 4. NIVELES DE PARTICIPACIÓN Según De la Guardia y Kñallinsky (2007) la participación en la escuela puede tener distintos grados de intensidad como la implicación de los participantes y el peso de la autoridad de la dirección institucional. La participación presenta un abanico muy amplio de posibilidades que van desde la simple información hasta la autogestión, pasando por otros niveles de distinta intensidad. Estas autoras hablan de participación en cuatro niveles, según las decisiones que tomen los participantes: 72 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación 1. Determinación de objetivos, elaboración de políticas y economía escolar. 2. Elaboración de programas y preparación de proyectos. 3. Ejecución o desarrollo de los programas y proyectos educativos. 4. Control de los resultados. Sánchez de Horcajo hace una clasificación en seis niveles según la influencia de administradores y administrados en la toma de decisiones y Gento Palacios plantea siete niveles según el peso que tiene la dirección del centro sobre los participantes. A continuación se observa los gráficos con los que han ilustrado ambos autores su planteamiento: Gráfico 1. Niveles de la participación Fuente: De la Guardia y Kñallinsky (2007) 73 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación Gráfico 2. Niveles de la participación Fuente: De la Guardia y Kñallinsky (2007) La descripción de los niveles está relacionado entre ambos autores: Información: los participantes son informados de una decisión tomada por la dirección sin que haya habido consulta. Consulta: se solicita la opinión de los participantes aunque la decisión final queda en manos de la dirección. Sánchez de Horcajo distingue entre consultación facultativa y obligatoria según sea ocasional o si los afectados tienen derecho durante un período fijado a emitir sus opiniones. Elaboración de propuestas: los participantes toman parte en la formulación, el análisis y la evaluación de opciones, argumentando a favor o en contra pero es la dirección quien decide aprobando, modificando o rechazando las propuestas formuladas. Delegación o poder delegado: existe una delegación de atribuciones. La persona delegada tiene completa autonomía, puede tomar sus propias decisiones, si bien la autoridad definitiva recae en el delegante. Codecisión: la decisión es tomada por todos los participantes por lo que hay una influencia directa en la elección o rechazo de los proyectos propuestos. Cogestión: la participación se da no sólo en la toma de decisiones sino también en la puesta en práctica de las mismas. Autogestión: no hay autoridad externa, los participantes actúan con total autonomía 74 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación eligiendo las opciones, los medios y controles que decidan. Los últimos niveles son los menos utilizados. Los equipos directivos y equipos educativos suelen resistirse a compartir la gestión educativa con las familias y es muy difícil que acepten que éstas se constituyan en una instancia autónoma. Se puede afirmar, por tanto, que la participación de las familias, se limita a los niveles más bajos. Esto no excluye que existan experiencias en las que aparezca la cogestión e incluso la autogestión en algunos aspectos, aunque son aisladas y totalmente minoritarias. 5. MODOS DE PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LA ESCUELA En los centros educativos existen dos maneras de relacionarse con las familias:  Una es el trato informal a través de eventos organizados por el centro y los encuentros fugaces a la entrada a la salida del centro con el profesorado. En esta categoría se incluye los intercambios de información con otras familias, donde se puede generar información proveniente de rumores.  La segunda comporta una relación formal a través de reuniones con el profesor tutor o con el equipo educativo o por medio de los órganos de gobierno con representación de las familias (consejo escolar) o las asociaciones de madres y padres (AMPAS). 5.1 La relación informal Este canal de comunicación alternativo debe evitarse en la medida de lo posible, ya que puede generar versiones parciales o contrapuestas a la oficial, además de interferir en la comunicación eficaz y diluir toda iniciativa que se precise de adaptarse a una realidad concreta. Los rumores son lanzados a las familias, donde se retroalimentarán entre los demás padres o tutores. Son descargas de tensión emocional con salida verbal, donde la persona proyecta su estado de ánimo, distorsionando el contexto donde se desarrolla por su carácter subjetivo. Si bien hay un poco de verdad en los rumores, esta se va diluyendo en las fantasías, exageraciones y otras medias verdades, creando una situación ficticia que se aleja de la realidad, hasta llegar a un punto de no comprenderla y actuar en consecuencia. El rumor se base en una información confusa y que resulte atrayente tanto para quien la difunde como para los receptores. Se recomienda no 75 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación 5.2.1. La participación individual Esta participación individual de las familias en el centro educativo se centra en dos acciones: tutorías de padres y la participación en actividades puntuales. La atención tutorial tiene efectos positivos en el proceso educativo del alumnado, siempre y cuando ésta se desarrolle en un marco comunicativo libre y sincero entre el docente y la familia. El profesor tutor es el encargado de mediar en las relaciones entre el equipo educativo y las familias; informándoles de los resultados académicos de sus hijos/as, de su actitud en el centro y de otros aspectos tan relevantes como: el rendimiento escolar, aprovechamiento de las clases, cualidades y limitaciones, carácter, relaciones con otros compañeros del centro, actividades que realiza en el tiempo de recreo, etc. En estos encuentros la familia proporciona información importante de acontecimientos que se dan fuera del centro y que afectan a sus hijos, y el tutor orienta a las familias en medidas que debe tomar en el hogar, con el fin de reducir tensiones y estados de angustia derivadas de su falta de preparación para educar a sus hijos en ciertos aspectos. Para que la acción tutorial sea eficaz se debe facilitar los medios materiales y organizativos necesarios. En cuanto al profesor tutor, se recomienda que establezca un calendario de tutorías flexible, tres a lo largo del curso escolar pueden ser suficientes, con el fin de facilitar estas tutorías a las familias con dificultades en el horario. Independientemente de que se llame a las familias para tratar otros temas que así lo requiera. Además, la participación de las familias puede ser a través de la ayuda que presta los familiares en las tareas escolares diarias que tienen que hacer sus hijos/as en el hogar; y la colaboración en las actividades organizadas por el centro educativo. Como se ha mencionado en apartados anteriores, el nivel de participación individual se ve afectado por la falta de tiempo que dispone las familias. 5.2.2 La participación colectiva La participación colectiva de familias y centro educativo, se realiza por medio de: los Consejos Escolares, las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS), las Reuniones de Familia y las Escuelas de Familia. 77 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación Consejos Escolares Este órgano de gobierno de los centros se constituye a partir de la aprobación de la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE) en 1985. Los centros educativos mantenidos con fondos públicos cuentan con un consejo escolar constituido por representantes del profesorado, representantes de las familias, representantes del alumnado, representantes del personal de servicio y administración y representantes de los ayuntamientos. Entre las funciones del consejo escolar se halla la elección del director, la aprobación de la programación general del centro, la resolución de los conflictos, la decisión sobre la admisión del alumnado y establecer el proyecto educativo del centro. Proyecto educativo del centro Es el modo de plasmar la educación del alumnado, los valores en los que va a centrar su educación, los principios pedagógicos que guían la actividad escolar diaria, los cauces de participación de las familias en la educación de sus hijos/as y los planteamientos del centro que les afecta. Se ha comentado que la labor educativa de las familias se complementa en el centro educativo. Por tanto, es preciso que las familias recapaciten a la hora de escoger el modelo de centro educativo que quieren para sus hijos/as, que queda reflejado en el proyecto docente. Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado (AMPAS) Estas asociaciones dan la oportunidad a las familias de una mayor participación en la actividad diaria del centro educativo. Aunque tiene un carácter voluntario, su buen funcionamiento repercutirá en el logro final de los objetivos propuestos en el proyecto educativo. Por ello, los equipos directivos de los centros y el claustro del profesorado deben facilitar la integración de las AMPAS en la vida de las escuelas. Hernández (2006) propone una serie de medidas que mejorarían el funcionamiento de las AMPAS:  Crear comisiones en el ceno de las AMPAS, a fin de organizar mejor el trabajo.  Establecer un horario semanal de atención a las familias.  Planificar y difundir desde el ceno del AMPAS un plan anual de actividades. 78 Juan Carlos Martín Quintana y José Luis Mesa Suárez Familia y Escuela en la Sociedad de la Comunicación  Preparar las reuniones estableciendo un orden del día y con un horario de inicio y fin determinado. Reuniones de familias Los temas de estas reuniones suelen estar relacionados con el rendimiento del alumnado, algunas veces suele tener un carácter informativo y formativo y en otras ocasiones se buscan soluciones a conflictos en el aula. Es el momento en que el profesorado y familia se transmiten información, comparten criterios, se comprometen, discrepan y se conocen, bajo un clima de tolerancia y respeto. Se recomienda mantener al menos dos reuniones conjuntas en el curso escolar. Estas reuniones deben ser comunicadas con bastante antelación, con duración predeterminada, en un espacio acondicionado para esta actividad, en un ambiente agradable y con temas de interés general. Para concluir con respecto a este módulo, se debe aclarar que no toda colaboración de las familias es beneficiosa. Hay padres y madres con buenas intenciones educativas hacia sus hijos/as, pero sus actuaciones favorecen una competitividad perjudicial para las interrelaciones con su grupo de iguales. Otros padres y madres tienden a preocuparse por los avances en la adquisición de conocimientos, olvidándose de otras áreas del desarrollo como puede ser la emocional o la creatividad, y otros huyen del reconocimiento de las limitaciones y dificultades de sus hijos e hijas, exigiéndoles o ayudándoles excesivamente o haciéndoles independientes. 79

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