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IES Saavedra Fajardo
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Summary
Este documento presenta un resumen de la historia de la Península Ibérica desde la Prehistoria hasta la caída de la monarquía visigoda en el año 711. Explica los diferentes periodos históricos, las sociedades, las culturas y las interacciones entre los pueblos. Se enfoca en la cultura, la sociedad, economía y las organizaciones políticas.
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BLOQUE 1. LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA LA DESAPARICIÓN DE LA MONARQUÍA VISIGODA (711) EPÍGRAFE 1.1: SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN EL PALEOLÍTICO Y NEOLÍTICO. LA PINTURA RUPESTRE Los primeros pobladores peninsulares (Atapuerca, 1.200.000-800.000 a. C.) eran depredadores y basaban...
BLOQUE 1. LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA LA DESAPARICIÓN DE LA MONARQUÍA VISIGODA (711) EPÍGRAFE 1.1: SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN EL PALEOLÍTICO Y NEOLÍTICO. LA PINTURA RUPESTRE Los primeros pobladores peninsulares (Atapuerca, 1.200.000-800.000 a. C.) eran depredadores y basaban su supervivencia en la caza, pesca y recolección. Practicaban el nomadismo, vivían en pequeños grupos y presentaban una organización social colectiva. Hacia el 5.500 a.C. surgen en la Península las primeras comunidades neolíticas iniciando la producción de alimentos (agricultura y ganadería) y la elaboración de cerámica y tejidos. Se inicia así el sedentarismo y las estructuras sociales se hacen más complejas como resultado de una organización del trabajo más diversificada. El hallazgo de objetos de prestigio en las tumbas desde el Neolítico indica la existencia de una cierta diversificación social. La Península Ibérica posee un gran número de cuevas o abrigos naturales que conservan pinturas y grabados paleolíticos. Se pueden diferenciar dos tipos de arte rupestre por su cronología, distribución geográfica y estilo: el arte cantábrico, característico del Paleolítico Superior (35.000-10.000), concentrado en el área cantábrica destaca por las figuras animales aisladas (bisontes, ciervos, caballos) pintadas en el interior de la cuevas con una técnica naturalista y efectos de volumen y movimiento conseguidos a partir del uso de la policromía y del aprovechamiento del relieve de la roca (Altamira). El arte levantino, característico del Epipaleolítico y el Neolítico (10.000-5.000) se extiende por la costa levantina. Representa escenas de carácter narrativo (figuras humanas y animales), con colores planos y una estilización que tiende al esquematismo (Cogul). EPÍGRAFE 1.2: LOS PUEBLOS PRERROMANOS. LAS COLONIZACIONES HISTÓRICAS: FENICIOS Y GRIEGOS. TARTESSOS. En el primer milenio antes de Cristo, la Península Ibérica constituía un mosaico de pueblos de distintas características y desarrollo cultural. En el Suroeste aparece tempranamente el reino mítico de Tartessos (IX-VII a.C.) con una economía basada en una agricultura bastante avanzada, en la actividad minera (cobre, plata y oro) y un activo comercio de metales con los fenicios. Los íberos eran un conjunto de pueblos con rasgos comunes que ocuparon la costa mediterránea a partir del siglo VI aC. Se agrupaban en tribus independientes y su sociedad estaba muy estratificada. La economía se basaba en la agricultura, la ganadería, la minería y un activo comercio con los pueblos colonizadores (dama de Elche). Los celtas y celtíberos habitaban el centro y la parte occidental de la Meseta y en la franja cantábrica. De economía más atrasada conocían la metalurgia del hierro, practicaban la ganadería y la agricultura cerealista. Vivían en poblados amurallados y se organizaban en clanes gobernados por una aristocracia guerrera. Griegos y fenicios llegan a la península a lo largo del primer milenio atraídos por su riqueza en metales preciosos. Los fenicios establecieron enclaves comerciales por todo el sur del Mediterráneo (Gadir, IX aC). En torno a las factorías fenicias se produjo un gran desarrollo socio-económico y cultural. Los fenicios introdujeron la metalurgia del hierro, el torno cerámico, nuevas técnicas agrícolas y cultivos (vid y olivo), el urbanismo, nuevas creencias religiosas y el inicio de las escritura. Los griegos fundaron colonias en la costa mediterránea a partir del siglo VI aC (Rosas, Ampurias, Sagunto) que estimularon el desarrollo de las poblaciones íberas. 1 EPÍGRAFE 1.3: CONQUISTA Y ROMANIZACIÓN DE LA PENÍNSULA IBÉRICA. PRINCIPALES APORTACIONES ROMANAS EN LOS ÁMBITOS SOCIAL, ECONÓMICO Y CULTURAL A diferencia de las colonizaciones anteriores, los romanos acabaron implantando su dominio en el conjunto de la Península Ibérica convirtiéndola en una provincia más de su imperio. El proceso de conquista se prolongó más de doscientos años debido a la falta de un plan específico. Se diferencian tres etapas: 1. Ocupación del litoral mediterráneo y los valles del Guadalquivir y Ebro (218-170 aC). La derrota cartaginesa en la Segunda Guerra Púnica permite la entrada romana en los territorios más desarrollados de la Península. 2. Penetración en la Meseta (170-133 aC). En esta área los romanos hallaron resistencia por parte de la población indígena. Destacan dos conflictos: las guerras celtibéricas y las guerras lusitanas (154-133 aC). 3. Sumisión de la franja cantábrica (29-19 aC). La dificultad de conquista de un territorio tan abrupto obligó al propio emperador Augusto a tomar parte directa en la conquista. Por romanización se entiende la asimilación a los modos de vida romanos por parte de los pueblos colonizados. Esta transformación no se dejó sentir con la misma intensidad en toda la Península, fue más acentuada en las zonas del sur y este peninsular y más débil en las regiones montañosas del norte. Entre los procesos que contribuyeron de forma conjunta a la romanización de Hispania se destacan los siguientes: La organización territorial y administrativa (división en provincias); la urbanización y las obras públicas (calzadas, puentes, acueductos, embalses, arcos conmemorativos, trazado de ciudades, alcantarillado, etc); la integración de la economía peninsular a la imperial (activo comercio mediterráneo); el triunfo del latín (sustrato de de las futuras lenguas romances); la implantación del derecho romano (base sustancial de nuestro ordenamiento jurídico) y, finalmente, la expansión del cristianismo que tras la caída del Imperio sería uno de los pocos elementos comunes que darían unidad a la cultura occidental. EPÍGRAFE 1.4: LA MONARQUÍA VISIGODA En el siglo V se producen las invasiones de los bárbaros que ponen fin al Imperio romano de occidente. En Hispania penetran suevos, vándalos y alanos. Los visigodos ocupan la Galia y parte de Hispania (reino de Tolosa), pero la presión de los francos (batalla de Vouillé en 507) les obliga a replegarse sobre Hispania. Entre el 509 y el 569 los visigodos afirmaron su presencia en la península Ibérica, aunque como unidad política, el reino visigodo perdió toda entidad a causa de frecuentes revueltas y guerras internas. Esta situación fue aprovechada por los bizantinos para instalarse en el sur de Hispania. A partir de 568, con Leovigildo se comienza a crear un auténtico estado con soberanía territorial. 1. Formación del Estado: Para esta tarea Leovigildo aseguró un ámbito territorial, favorecer la fusión entre hispano-romanos y visigodos y establecer la uniformidad legislativa y religiosa. 2 Ámbito territorial: una serie de campañas militares dieron como resultado el sometimiento de diversos pueblos hispanos que vivían en estado de independencia, el arrinconamiento de los vascones en su territorio, la anexión del reino de los suevos (noroeste de la Península) y la contención de los francos por el norte. Finalmente, entre el572 y 628, tuvo lugar un lento proceso de conquista de la franja costera controlada por los bizantinos. Unidad jurídica: con Leovigildo se ponen las bases de la unidad jurídica, los mismos jueces para las dos comunidades, aunque manteniendo códigos distintos. Será en 654 con Rescenvinto, cuando se produzca la fusión de los códigos con el Liber Iudiciorum (libro de los juicios). Fusión entre hispano-romanos y visigodos: se admitieron los matrimonios mixtos, aunque eso no era sino reconocer una situación que se venía produciendo desde hacía mucho tiempo. Será Recaredo, hijo de Leovigildo, quien en el IIIº Concilio de Toledo (589), se convertirá al cristianismo junto con una parte de la nobleza abjurando del arrianismo. 2. La estructura del aparato estatal: Hasta Leovigildo el título rex gothorum sólo quería decir juez supremo y jefe militar de los godos, después el rey visigodo trató de ser un monarca al estilo de los emperadores de Bizancio. Se adoptan símbolos de autoridad: diadema, manto, cetro, trono, monedas con la efigie de los reyes… Conde de los escribientes Toledo Monarquía (electiva) Oficio palatino Conde de los establos Conde del tesoro Oficio palatino Aula Regia Nobles importantes Concilios (reunión de obispos presididos (Consejo asesor) Cargos eclesiásticos por el rey) Para gobernar dejan de contar con la asamblea de los hombres libres, con los jefes de los clanes al estilo de los antiguos reyes germanos. Ejercerán el poder solo con la ayuda de órganos de gestión y asesoramiento radicados en la corte: El Officium palatino: formado por los órganos de gestión al frente de los cuales están el conde de los escribientes, el conde de los establos, el conde del tesoro Aula regia: era el consejo asesor del rey formado por los altos funcionarios del Officium, nobles importantes y altos cargos eclesiásticos. 3 Concilios: los reyes visigodos intentaron controlar las asambleas de los obispos proclamándose su presidente y obligando a que se celebraran en Toledo. 3. Organización social: el prefeudalismo. En la Hispania visigoda predominaba el mundo rural. En el campo destacaban las villas, grandes explotaciones de la nobleza o la Iglesia, cuyo trabajo realizaban los colonos. En aquella sociedad fueron tomando fuerza las relaciones de carácter personal. Los reyes se apoyaban en los nobles que consideraban más adictos a su causa, los llamados fieles del rey o gardingos, que eran una especie de vasallos personales. A su vez, los nobles tenían como encomendados a bucelarios3 y saiones4, a los que concedían tierras a cambio de apoyo militar. En el medio rural se van poniendo los cimientos del régimen señorial ( feudal), al acaparar los señores funciones públicas como administrar justicia o cobrar tributos, que ejercían sobre los colonos que trabajaban las tierras de los señores o aun siendo suyas se ponían bajo la protección de estos a cambio de impuestos o trabajo para el señor. 3 Persona que por carecer de medios de subsistencia se encomendaba a un patrón a cambio de medios de subsistencia y armas, con las que debía acudir en defensa del patrón. 4 Oficiales subalternos a las órdenes del rey o de los señores. A veces actuaban como ejecutores de la justicia o recaudadores de tributos. 4. Crisis de la monarquía visigoda A finales del siglo VII, las luchas internas por el poder entre la nobleza son continuas. Además, la crisis social y económica, llevaron al reino visigodo a una situación límite. El rey Wamba sucesor de Recesvinto, combatía a los vascones en el norte de la Península cuando surgió una nueva rebelión en la Septimania (Sureste de Francia), pero consiguió apaciguarla. Su reinado acabó por una conspiración, fue depuesto tras administrarle una bebida narcótica, quedó sin sentido, y le tonsuraron, con lo cual consiguieron que no pudiera seguir siendo rey (entre los visigodos era condición inexcusable que el monarca tuviera larga cabellera). Las contiendas se generalizaron durante los últimos reinados , como el caso de Witiza. Cuando el último rey, Rodrigo alcanzó el trono, sus rivales, los partidarios de Witiza se aliaron con el líder musulmán norteafricano Tariq, y traicionaron al ejército de Rodrigo, pasándose los witizanos al bando musulmán, quien, tras su victoria en el año 711 en la batalla de Guadalete, inicia la invasión de la península ibérica. Entre los años 716 y 725, los musulmanes conquistan la Septimania, última provincia visigoda, poniendo fin al reino visigodo de Hispania e inaugurando el período islámico en la historia de España y Portugal. Ahora bien el dominio musulmán no logró imponerse por igual en toda la península, la historia reconoce que se creó un núcleo de resistencia (batalla de Covadonga 722) en Asturias, con Don Pelayo, noble visigodo como líder y futuro primer rey de Asturias. En torno a él se unieron parte de la nobleza visigoda y población visigoda que lograron huir hacia el norte, tras la derrota del año 711; también lo hizo la población autóctona, los astures, de origen celta, que ante la grave situación olvidaron sus antiguos enfrentamientos con los visigodos. 4 HISTORIA DE ESPAÑA RESÚMENES EPÍGRAFES BLOQUE 2 BLOQUE 2. LA EDAD MEDIA: TRES CULTURAS Y UN MAPA POLÍTICO EN CONSTANTE CAMBIO (711-1474) 2.1 Al Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba. 2.2. Al Ándalus: reinos de taifas. Reino nazarí. 2.3. Al Ándalus: economía, sociedad y cultura. 2.4. Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de repoblación. 2.5. Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental. 2.6. Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al final de la Edad Media. EPÍGRAFE 2.1: AL ÁNDALUS: LA CONQUISTA MUSULMANA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA. EMIRATO Y CALIFATO DE CÓRDOBA La presencia musulmana en la Península Ibérica puede explicarse a partir de dos factores históricos simultáneos: la crisis interna de la monarquía visigoda y el movimiento expansivo del Islam desde el año 634. La monarquía visigoda estaba dividida por una disputa de bandos entre el rey Roderico (el Don Rodrigo de las crónicas), y Agila o Egila hijo del rey anterior llamado Witiza. Según algunas crónicas los “witicianos” pudieron solicitar la ayuda de los musulmanes asentados al norte de África para recuperar el trono. Tarik, lugarteniente del gobernador musulmán del norte de África, Muza, venció fácilmente al rey Rodrigo y con él a la monarquía visigoda en la Batalla de Guadalete (711), iniciando la conquista de la Península Ibérica. Comienza así el Emirato Dependiente (714-756). En este periodo, Al- Andalus fue un valiato o provincia del Califato Omeya de Damasco. Fueron años de gran inestabilidad política por enfrentamientos internos y con los cristianos (Covadonga, año 722 y Poitiers (732)). A mediados del siglo VIII los Omeyas de Damasco son víctimas de la revolución Abassí aunque uno de sus miembros logra escapar y proclamarse emir de Al-Andalus en el 756. Se trataba de Abd-al-Rahman I, con quien comienza el Emirato Independiente (756- 929), un periodo de reorganización y consolidación del poder musulmán en Al-Andalus. En el 929 se proclama califa Abd-Al –Rahman III con lo que se inicia el Califato de Córdoba (929-1031). Corresponderá al periodo de máximo esplendor político, cultural y artístico de la presencia musulmana en la Península. A lo largo del siglo X se sucederán varios califas hasta que con Hixem II, su primer ministro, Almanzor, ejercerá el poder directamente. La muerte de Almanzor (1002) abrió un periodo de guerras civiles que terminará con la destitución del último califa Hixem III y la desaparición del califato de Córdoba en 1031. En su lugar surgió un mosaico de pequeños reinos, llamados de taifas. EPÍGRAFE 2.2: AL ÁNDALUS: REINOS DE TAIFAS. REINO NAZARÍ Entendemos por Al Ándalus el territorio peninsular dominado por los musulmanes entre el 711 y el 1492. En el 1031 tras una serie de conflictos civiles desaparece el Califato de Córdoba que queda disgregado en multitud de Reinos de Taifas. La división en taifas no supuso su declive económico, cultural, o científico, aunque sí una gran debilidad política y militar frente a los reinos cristianos del norte. Se distinguen tres periodos de taifas que se alternan con la dominación de poderes norteafricanos (almorávides y almohades): Primer periodo de taifas: La debilidad de los primeros taifas hizo posible el avance cristiano durante el siglo XI. En el año 1085 Alfonso VI conquista la taifa de Toledo lo que provoca en los taifas la solicitud de ayuda a los almorávides (pueblo bereber ultraortodoxo) que detienen el avance cristiano e incorporan Al-Álandus a su imperio entre 1090 y 1145. Eran una minoría ruda e intolerante, ajena a la sociedad y a la cultura HISTORIA DE ESPAÑA RESÚMENES EPÍGRAFES BLOQUE 2 de Al-Andalus y acaban fragmentándose dando inicio en 1145 al segundo periodo de taifas. De forma similar al periodo anterior, la presión cristiana desde el norte se suma ahora a la presión musulmana de un nuevo poder en el norte de África: los almohades. Este grupo era aún más integrista que el anterior. Volvieron a reunificar Al-Andalus y contrarrestaron el avance cristiano (Alarcos, 1195), pero en el 1212 varios reinos cristianos (Castilla, Aragón y Navarra) se unen y les vencen en las Navas de Tolosa lo que supondrá el principio del fin de los almohades. El debilitamiento almohade favoreció la formación de los Terceros taifas en Al Ándalus que ya no pudieron parar el avance cristiano y acabarían sucumbiendo poco a poco. Sólo el reino de Granada conseguiría sobrevivir a partir de 1238 gracias a su relación vasallática con Castilla y a su estrategia comercial. A pesar de esta fortaleza económica, irá paulatinamente perdiendo territorios frente a la corona de Castilla hasta su definitiva desaparición tras la guerra de Granada (1482-1492). EPÍGRAFE 2.3: AL ÁNDALUS: ECONOMÍA, SOCIEDAD Y CULTURA Al-Andalus se insertó plenamente en el mundo económico del Islam. Ello supuso que la economía del territorio musulmán, a diferencia de lo que sucedía en los territorios del Norte, fuera esencialmente urbana y de gran dinamismo. La base de la economía radicaba en la agricultura y esta, a su vez, se basó en la explotación de latifundios, donde se cultivó la trilogía mediterránea (vid, olivo, ceral). Introdujeron nuevos sistemas de riego (norias, canales, acequias de derivación…) y cultivos (cítricos, el arroz, el algodón, la caña de azúcar, el azafrán, etc). La industria manufacturera destacó la producción textil—especialmente la seda—, la cerámica, armas, papel, vidrio, marroquinería y orfebrería. Se comerciaba tanto con Europa como con el resto peninsular cristiano y con Oriente (especias, oro y esclavos). La sociedad de Al-Andalus se dividía principalmente en musulmanes (árabes, sirios, bereberes y muladíes), no musulmanes (mozárabes y judíos) y esclavos. Los árabes eran una minoría y constituían el sector dominante de la sociedad posición por la que rivalizaban los bereberes y en menor medida los muladíes. A los mozárabes y judíos se les permitía conservar prácticas religiosas a cambio del pago de tributos. Los judíos gozaban de gran tolerancia lo que contrastaba con la época visigoda. En lo que a la vida intelectual, científica y artística se refiere Al Ándalus se convirtió en un espacio cultural de enorme prestigio tanto en el mundo islámico como en la Europa medieval cristiana. Especialmente durante el Califato, Córdoba se convirtió en un referente cultural en el que prosperaron las matemáticas, la astronomía, la botánica, la medicina, la historia, la geografía y la literatura. La cultura andalusí adquirió gran originalidad a partir de los taifas con reyezuelos que actuaron como mecenas. Destacan figuras como Ibn Hazm (“El collar de la Paloma”, siglo XI), Averroes, Maimónides, y Abentofail (XII) e Ibn Jaldún (XIV). Mención aparte habría que hacer de su arte, donde destacó una arquitectura austera en el exterior y muy rica en el interior, de rápida construcción y con materiales pobres (el ladrillo, el yeso). La mezquita y el palacio son sus principales edificios (mezquita de Córdoba y La Alhambra). EPÍGRAFE 2.4: LOS PRIMEROS NÚCLEOS DE RESISTENCIA CRISTIANA. PRINCIPALES ETAPAS DE LA RECONQUISTA. MODELOS DE REPOBLACIÓN Tras la desaparición del Reino Visigodo, sólo las zonas montañosas del norte de la Península se mantuvieron libres de la dominación musulmana. En la Cordillera Cantábrica surgieron los primeros núcleos de resistencia tras la batalla de Covadonga (722): Reino Astur-Leonés del que surgirá la fronteriza de Castilla que acabará logrando la independencia. En los Pirineos, tras la fragmentación de la Marca Hispánica carolingia, el Reino de Pamplona logó su apogeo en el siglo XI con Sancho III el Mayor, que unió a su corona, Castilla y Aragón. El Reino de Aragón osciló entre la influencia franca, musulmana y navarra. Los Condados catalanes HISTORIA DE ESPAÑA RESÚMENES EPÍGRAFES BLOQUE 2 formaban parte de la Marca Hispánica establecida por los francos y logrará su independencia con el Conde Borrell II en el siglo X. Tras la temprana resistencia cristiana se inicia la Reconquista en tres etapas: 1) Avances sobre los valles del Tajo y Ebro (XI-XIII). El cambio radical en la correlación de fuerzas entre cristianos y musulmanes divididos en reinos de taifas, facilita el avance cristiano (Toledo, 1085) que es detenido por los almorávides en la segunda mitad del XI. 2) Las grandes conquistas (XIII): El creciente poder de los musulmanes almohades (batalla de Alarcos, 1195), provoca la reacción de los reinos cristianos y la rotunda victoria de las Navas de Tolosa en 1212, tras la que el avance cristiano se hace imparable. 3) La Baja Edad Media (siglos XIV y XV). No había quedado más que un reino musulmán, el reino nazarí de Granada, declarado tributario de Castilla, hasta ser definitivamente sometido en 1492 tras una guerra y la entrega por capitulación de Granada. De forma paralela al fenómeno reconquistador asistimos también a un proceso repoblador que implica tanto la llegada de nuevos moradores a las áreas reconquistadas como la organización administrativa de los nuevos territorios. Dependiendo del número de efectivos demográficos disponibles y de la peligrosidad del territorio a ocupar se distinguen 4 modelos demográficos que se van sucediendo en el tiempo y en el espacio: Repoblación por presura o “aprisio” (VIII- X); repoblación concejil (XI-XII) mediante “Fueros” y “Cartas Puebla”; repoblación por Órdenes Militares (1ªmitad del siglo XIII) y Repoblación por Repartimientos (2ª mitad XIII) divididos en donadíos y heredamientos. 2.5. LOS REINOS CRISTIANOS EN LA EDAD MEDIA: ORGANIZACIÓN POLÍTICA, RÉGIMEN SEÑORIAL Y SOCIEDAD ESTAMENTAL A inicios del siglo XI los reinos cristianos se distribuían en tres grandes bloques políticos: el reino de León, del que surgirá el de Castilla, y el reino de Pamplona, que bajo el reinado Sancho III ejerció la hegemonía, al oeste, y los condados catalanes y aragoneses al este. Entre los siglos XI y XIII la expansión territorial de la reconquista y las disputas entre los reinos hicieron que esta organización política se modificara. Así, al finalizar el siglo XIII, los territorios cristianos abarcaban ya toda la Península excepto el reino musulmán de Granada y presentaban una división política que no cambiaría hasta los Reyes Católicos: la Corona de Castilla (Castilla y León), la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares), el reino de Portugal y el Reino de Navarra. El modelo político era la monarquía feudal. El rey era el primero entre iguales (Primus inter pares), con respecto a la alta nobleza. El rey actuaba con una concepción patrimonialista repartiendo el territorio entre sus herederos o uniéndolos por matrimonio. Por ejemplo, a la muerte del rey Sancho III de Navarra en 1035, su reino fue repartido entre sus hijos Fernando I que se proclamó rey de Castilla y Ramiro I, rey de Aragón. Y en el siglo XII, se unieron Aragón y Cataluña formando la Corona de Aragón y en el siglo XIII, de forma definitiva, Castilla y León formando la Corona de Castilla. El organismo más importante era la Curia Real, un consejo integrado por la alta nobleza y el alto clero. A partir de 1188, a la nobleza y al clero se le unieron los representantes de las ciudades, así nacieron las Cortes Medievales en el reino de León, convocadas por el rey y en las que estaban representados los tres estamentos sociales, nobleza, clero y estado llano. Eran consultivas y aprobaban los impuestos extraordinarios o subsidios. El modelo de sociedad feudal se consolidó a lo largo de toda la Península con sus instituciones típicas como los señoríos territoriales y jurisdiccionales. Lo fundamental era la percepción de la renta de la tierra por parte del señor (desde el pago directo en especie, dinero o trabajo o por gravamen de servicios de obligado uso: pontazgo, portazgo, bosques, ríos, molinos, etc). Sólo las tierras de realengo quedaban liberadas de la presión señorial, aunque su señor es el monarca. Durante los siglos XIV y XV presión fue tan fuerte que los campesinos acabarían HISTORIA DE ESPAÑA RESÚMENES EPÍGRAFES BLOQUE 2 rebelándose en numerosos movimientos de signo antiseñorial (“guerras irmandiñas” en Galicia, “remensas” en Catañuña, “forans” en Mallorca…). La sociedad medieval estaba articulada en torno a 3 estamentos: la nobleza y el clero constituían los grupos privilegiados, mientras el estado llano estaba formado por el campesinado y una incipiente burguesía de las ciudades. Los privilegiados basaban su poder en la posesión de tierras, estaban exentos del pago de impuestos y sometidos a leyes especiales. Los campesinos mantenían una situación heterogénea dependiendo de la zona geográfica pero todos ellos tenían obligaciones hacia sus señores. Además también encontramos minorías religiosas y étnicas marginadas: los judíos, mayoritariamente urbanos, y los mudéjares que vivían en el campo. 2.6. ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LA CORONA DE CASTILLA, DE LA CORONA DE ARAGÓN Y DEL REINO DE NAVARRA AL FINAL DE LA EDAD MEDIA. Durante los siglos XIV y XV asistimos a una pugna entre la nobleza y el monarca y, a la larga, a un fortalecimiento de la autoridad real en Castilla a costa de la nobleza. En el proceso de consolidación real surgen nuevas instituciones y otras se fortalecen: Las Cortes que reunían a representantes de la nobleza, del clero y de las ciudades (tercer estado); eran convocadas por el rey y, no tenían desempeño legislativo, su función principal era la aprobar el “servicio”. El Consejo Real que era un órgano de carácter técnico, formado por representantes del clero, nobleza y juristas, que asesoraba al rey en todo tipo de decisiones. La audiencia se creó como un órgano supremo de justicia que dependía totalmente del monarca y con competencias en todo el reino. Las Contadurías y nuevos impuestos como la alcabala contribuyeron a hacer más eficaz la recaudación para la corona. A nivel local desaparecen los concejos abiertos y se imponen las figuras del regidor y el corregidor. La estructura política de la C. de Aragón difería de la castellana en dos aspectos esenciales: 1) Era una confederación de territorios, cada uno de ellos con leyes e instituciones propias (Cataluña, Aragón y Valencia) y 2) La relación entre gobernantes—el rey—y gobernados se mantuvo dentro del concepto feudal del pacto entre el señor y sus vasallos Las instituciones reflejan estas peculiaridades: los virreinatos: representantes del rey en territorios en los que este no residía. Las cortes tenían función legislativa y ejercían, en cada reino, de contrapeso a la autoridad del rey, de forma que lo que acordaban era un pacto entre la corona y las cortes. Las diputaciones: Velaban por el cumplimiento de lo acordado en las Cortes. El Justicia de Aragón: fue un cargo específicamente del Reino de Aragón para la defensa de sus fueros. Los municipios en la Corona de Aragón, fueron cayendo progresivamente bajo el control de las oligarquías urbanas. El modelo político de Navarra era semejante al de Aragón. El Consejo Real actuaba como órgano asesor del rey. Las Cortes tenían un importante papel legislativo y ante ellas debía jurar el rey los Fueros del Reino. En el siglo XIV se crea la Diputación de los Tres Estados cuya función principal era la de recaudar los subsidios aprobados por las Cortes. En cuanto a la estructura municipal mantenían merindades y concejos semejantes a los castellanos.