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Universitat de València

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These notes cover criminal psychology, focusing on methods for evaluating witness credibility. They detail physiological methods, non-verbal analysis, and content analysis techniques. This document has information on testing for credibility, particularly relevant to legal settings.

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T6-PSICOLOGIA-CRIMINAL-.pdf claudiaperez21 Psicología Criminal 1º Doble Grado en Derecho y Criminología Facultad de Derecho Universitat de València Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. T...

T6-PSICOLOGIA-CRIMINAL-.pdf claudiaperez21 Psicología Criminal 1º Doble Grado en Derecho y Criminología Facultad de Derecho Universitat de València Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. Tema 6: La Evaluación psicológica de la credibilidad y la simulación 1. MÉTODOS DE EVALUACIÓN DE LA CREDIBILIDAD DE TESTIGOS El hecho de que la declaración de un testigo o víctima sea en muchas ocasiones la única prueba que permita inculpar a un sujeto por un determinado delito introduce una cuestión importante a valorar: la credibilidad de la declaración del testigo o víctima. Actualmente, es posible identificar tres tipos de métodos que permiten valorar la credibilidad de las víctimas o testigos: los métodos fisiológicos, el análisis de la conducta no verbal y el análisis del contenido de las declaraciones. A continuación, se revisarán los principales aspectos relacionados con estos tres métodos. 1.1. MÉTODOS FISIOLÓGICOS DE EVALUACIÓN DE LA CREDIBILIDAD Las técnicas poligráficas se dividen en dos categorías primordiales: tests de engaño, que se encuentran diseñados para evaluar directamente si una persona está mintiendo, y tests informativos, que pretenden determinar si una persona posee información concreta sobre un suceso criminal, lo cual supondría su participación en éste. El supuesto básico de este tipo de pruebas es que cuando una persona miente siente gran ansiedad o temor por ser descubierta, lo cual provoca una serie de alteraciones fisiológicas que son posibles de medir mediante el uso del polígrafo. El punto de partida de estas investigaciones reside en considerar que cuando una persona miente experimenta un fuerte temor a ser descubierta, lo que le llevará a experimentar una serie de cambios fisiológicos que ocurren automáticamente sin ningún posible control por su parte. Esta es una característica fundamental de la experiencia emocional. Las emociones negativas tales como el miedo, la ira o la depresión pueden ocurrir a pesar de los esfuerzos que hagamos para evitarlas. Así, la base del procedimiento no difiere en gran medida de la empleada en la antigüedad: la ansiedad que acompaña a la mentira produce una serie de alteraciones en la tasa respiratoria, respuesta psicogalvánica, etc. que, al ser recogidas por el polígrafo, permiten la detección del engaño. El problema de este método es el de los posibles errores en la detección: los falsos- inocentes y los falsosculpables. Es posible que un culpable no presente alteración fisiológica alguna. Este sería el caso de los psicópatas quienes presentan una ausencia de sentimientos de culpa y vergüenza. Así, rara vez se sienten culpables por mentir o con miedo a ser capturados, por lo que no experimentan y lógicamente tampoco expresan, alteración emocional alguna. El detector considerará sus respuestas como «sinceras» y a su autor como un falso-inocente. Más grave aún es el caso contrario: los falsos- culpables. Personas inocentes, pueden sentirse asustadas ante un interrogatorio, lo que los llevaría a presentar una respuesta emocional identificable con la alteración que produciría la emisión de una mentira, que el detector considerará como «engañosa». En los últimos años se han elaborado procedimientos que, si bien no eliminan completamente este riesgo, al menos hacen que resulte mínimo. Son los llamados tests informativos. Uno de estos métodos es el conocido como Test del Conocimiento Culpable desarrollado por Lykken (1960). El procedimiento consiste en elaborar, para cada caso, un cuestionario de aproximadamente 25 ítems que hacen referencia a circunstancias y hechos que sólo conocen la policía y la víctima, si ha sobrevivido. Sobre cada uno de ellos se realizan 5 preguntas. Por ejemplo, si se trata del arma del crimen, se podrían elaborar éstas: 1 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. El sospechoso debe contestar a cada una de las preguntas a medida que el entrevistador las va formulando. Supongamos que la víctima murió a consecuencia de un disparo. Si al contestar a cada una de las cinco preguntas, el presunto culpable sólo presenta una alteración en sus constantes fisiológicas al formular la referente a la pistola esto podría revelar que conoce cómo fue cometido el crimen. Si en los ítems referentes al lugar en que se encontró el cuerpo, la hora del crimen, etc. ocurre lo mismo: sólo aparecen alteraciones al formular la opción correcta, el resultado está más allá de cualquier posible explicación basada en el azar. Para algunos autores éste sería el único método válido de empleo del polígrafo. No obstante, con este método sólo se consigue conocer si el sospechoso tiene una amplia información sobre el crimen, pero no si lo ha cometido él. Los críticos de este tipo de técnicas han destacado los problemas de contramedidas físicas y mentales (intentos deliberados por distorsionar o frustrar la prueba poligráfica), tales como el uso de drogas, técnicas de relajación, hipnosis, entrenamiento y disociación mental en el contexto del examen. Investigaciones recientes han demostrado que la información combinada con entrenamiento específico de una persona en contramedidas físicas y mentales puede ser efectiva. En conclusión, podemos decir que una alteración de la respuesta fisiológica indica un cambio en el nivel de activación del sujeto, pero esto no significa necesariamente que esté mintiendo ( no hay un patrón de respuestas fisiológica asociado a la mentira). 1.2. ANÁLISIS DE LA CONDUCTA NO VERBAL Un segundo grupo de trabajos son los realizados sobre cambios conductuales asociados a la mentira. El punto de partida en este caso es similar al que asumía la investigación de las alteraciones fisiológicas: determinadas emociones negativas, como el miedo, son imposibles de controlar; pues bien, tampoco podemos controlar nuestra expresión cuando las estamos experimentando. Por otra parte no hay que olvidar que mentir no es algo sencillo, por el contrario, resulta una tarea muy demandante cognitivamente, lo que hace que el testigo que miente no pueda dedicar suficientes recursos al control de las conductas a las que dan lugar sus emociones. Entre las conductas tradicionalmente asociadas a la mentira están las siguientes: manos en continuo o nulo movimiento (muchos gestos o pocos gestos con las manos), aumento de los movimientos oculares, dilatación de la pupila, encogimiento de hombros, evitación del contacto visual, poca expresividad facial mientras hablan, signos de miedo, rabia o estrés en sus expresiones faciales, etc. Otras variables sensibles al problema de las diferencias individuales son las derivadas de los aspectos prosódicos del lenguaje: tardanza en responder a las preguntas, gran número de pausas al hablar (pausas cortas o largas entre palabras), errores en el habla, ir más de prisa y elevar el tono de voz. Paul Ekman (1985, 1989) plantea elementos para descubrir la mentira: cuando el mentiroso debe pensar en una respuesta creíble de inmediato, muchas personas muestran varios comportamientos: las pausas, la evitación de la mirada, los atascos, los manierismos, No son signos por sí mismos de estar mintiendo, pues no existe un signo comportamental propio de la mentira; pero si estos signos de estar pensando una respuesta ocurren en contextos en los que se debería conocer la respuesta sin tener que pensarla, pueden traicionar al mentiroso. 2 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. ¿El arma del crimen fue una pistola? ¿El arma del crimen fue una cuerda? ¿El arma del crimen fue un cuchillo? ¿El arma del crimen fue una media? ¿El arma del crimen fue un veneno? Psicología Criminal Banco de apuntes de la El encargado de descubrir el engaño debe estar alerta a sus posibles sesgos de cara a realizar la evaluación con objetividad. Entre éstos podrían estar rasgos de su propia personalidad, fuertes emociones, presiones hacia la captura de un culpable, información proporcionada por otras personas, o simplemente por la necesidad de reducir la incertidumbre. Cualquiera que sea la causa, ser consciente de nuestras preconcepciones en esta materia incrementa la posibilidad de descubrir la verdad. Aun así, persiste el hecho de que algunos mentirosos tienen éxito simplemente porque no cometen errores fácilmente detectables cuando están mintiendo. Aquí cabe hablar no sólo de los psicópatas, sino de personas que por una u otra razón llegaron a creerse sus propias mentiras. Por ejemplo, personas que utilizan mecanismos de defensa para ignorar información sobre sí mismo o sobre los demás, que les resulta dolorosa. La persona que se encargue de detectar el engaño debe tener presente que la ausencia de signos de engaño no implica sinceridad. Los errores debidos a estas características idiosincrásicas pueden ser reducidos basándonos en la observación de cambios en la conducta del sospechoso. Así, debe compararse su comportamiento usual antes de ser acusado y el que muestra después de estar bajo sospecha. Otro posible tipo de error es el que se conoce como error de Otelo. Se define como el producido por olvidar que una persona sincera puede estar asustada porque sospeche que no va a ser creída y confundir este miedo con el temor a ser descubierta. El error de Otelo recibe este nombre por la famosa tragedia de Shakespeare. En ella Otelo acusa a su esposa Desdémona de amar a Cassio a la vez que le advierte que confiese, ya que planea matarla por su infidelidad. Cuando Desdémona le pide que haga venir a Cassio para que testifique sobre su inocencia, Otelo le dice que acaba de asesinarlo. En ese momento Desdémona comprende que no podrá probar su inocencia y que Otelo va a matarla, así que rompe a llorar. Otelo interpreta su llanto como dolor por la muerte de su amante, con lo que se reafirma en su idea de infidelidad y la estrangula, Otelo falla al ignorar que si Desdémona es inocente, sentirá y expresará las mismas emociones. De hecho, Desdémona llora por su situación, por su vida y por la falta de confianza de Otelo, pero no por la muerte de un amante. El error de Otelo es un ejemplo de como las ideas preconcebidas pueden sesgar el juicio de una persona cuando debe decidir sobre la sinceridad de otra. Sean cuales fueran las precauciones que tome el encargado de descubrir el engaño, el riesgo de error es elevado. Según Vrij y cols. (2002) el comportamiento de un sujeto únicamente nos puede indicar que “algo está ocurriendo”, pero no exactamente “qué es lo que está ocurriendo”. Debido a ello, se hace preciso integrar este tipo de observación de la conducta no verbal con otro tipo de información que nos permita formular conclusiones más confiables. 3 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. No obstante, cuanto mayor es la sofisticación técnica con que se realizan estos estudios, más peso van adquiriendo las diferencias individuales en sus resultados. Así, algunas personas muestran sistemáticamente conductas típicamente asociadas a la mentira tanto si mienten, como si están siendo sinceras. No tener esto en cuenta llevaría al encargado de detectar el engaño a cometer lo que se conoce como error debido a la idiosincrasia del emisor. Así, antes de aceptar sin más estas claves como indicadores seguros de engaño, es necesario considerar cómo las personas varían en conducta expresiva independientemente de que estén mintiendo o contando la verdad. La técnica de evaluación de la validez de la declaración (SVA) tiene sus antecedentes en Alemania, en el contexto de un intento por diferenciar entre testimonios verdaderos y falsos de los niños víctimas de abusos sexuales. Fue Undeutsch en 1954 quien desarrolló un procedimiento que denominó “Análisis de la realidad de la declaración” (“Statement Reality Analysis”), que incluía ciertos criterios que permitían determinar la veracidad de un relato. El supuesto básico era que las declaraciones basadas en el recuerdo de hechos experimentados realmente eran cualitativamente diferentes de las declaraciones falsas, producto de la imaginación o la sugerencia de otros. Tras la primera descripción de criterios realizada por Undeutsch, otros autores publicaron criterios que permitían valorar la veracidad del relato. A partir de estos trabajos pioneros, los psicólogos Steller y Koenhken (1989) realizaron una ampliación y sistematización de la técnica de análisis de la realidad de las declaraciones y llevaron a cabo algunos de los primeros estudios empíricos sobre su validez. El procedimiento de análisis de la credibilidad de las declaraciones propuesto por Steller y Koenhken se compone de dos técnicas: la técnica CBCA (Análisis del contenido de las declaraciones basado en criterios) consta de 19 criterios enmarcados en cinco categorías y permite una valoración de la credibilidad de las declaraciones de los menores que presuntamente han sido víctimas de abusos sexuales. Por otra parte, la técnica SVA (Evaluación de la validez de la declaración) consta de 11 criterios incluidos en cuatro categorías y es un procedimiento de diagnóstico global que incluye los resultados del CBCA así como otros datos, tales como la información biográfica de la víctima, puntuaciones de tests, indicadores conductuales, etc. ELEMENTOS DE LA EVALUACIÓN DE LA VALIDEZ DE LA DECLARACIÓN (SVA) La técnica de la evaluación de la validez de la declaración se compone de tres fases: 1. Realización de una entrevista semiestructurada. 2. El análisis del contenido de la declaración a través de los 19 criterios del CBCA. 3. La evaluación de los resultados del análisis del contenido a través de los criterios del SVA. Tras realizar una entrevista semiestructurada, la segunda fase de la técnica de la evaluación de la validez de una declaración consiste en el estudio sistemático de la credibilidad de las transcripciones obtenidas durante la entrevista. Esta fase se llama análisis del contenido basado en criterios (Criteria- based Content Anlysis-CBCA). En esta fase el evaluador debe examinar las frases de la transcripción de la declaración en función de 19 criterios que son los siguientes: I. CARACTERÍSTICAS GENERALES. 1. Consistencia lógica. 2. Producción no estructurada. 3. Cantidad de detalles. II. CONTENIDO ESPECÍFICO. 4. Características del contexto. 5. Descripción de las interacciones. 6. Reproducción de las conversaciones. 7. Inesperadas complicaciones durante el suceso. 4 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. 1.3. ANÁLISIS DEL CONTENIDO DE LAS DECLARACIONES: LA TÉCNICA DE EVALUACIÓN DE LA VALIDEZ DE UNA DECLARACIÓN III. PECULIARIDADES DEL CONTENIDO. 8. Detalles inusuales. 9. Detalles superfluos. 10. Informe exacto sobre detalles no comprendidos. 11. Descripción de asociaciones externas. 12. Informe sobre el estado mental subjetivo. 13. Atribuciones sobre el estado mental del agresor. IV. MOTIVACIÓN RELACIONADA CON EL CONTENIDO. 14. 15. 16. 17. 18. Correcciones espontáneas. Admisión de lagunas mnésicas. Admisión de dudas acerca de su propio testimonio. Autoconcepto disminuido. Perdón al agresor. IV. ELEMENTOS ESPECÍFICOS DE LA OFENSA. 19. Detalles característicos de la ofensa. Además de la aplicación de los criterios de credibilidad del CBCA, es preciso utilizar otras fuentes de información para emitir un juicio de credibilidad final, lo cual es realizado mediante una valoración global de las declaraciones a través del listado propuesto por Steller (1989) denominado como SVA. El análisis del contenido de la declaración s 5 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. completa con el estudio de la validez de la misma, para ello se utilizan once criterios agrupados en cuatro categorías: Análisis de validez (Steller, 1990, 1994): Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. A) Características psicológicas: 1. Adecuación del lenguaje y el conocimiento. 2. Adecuación de la emoción o afecto inapropiado. 3. Susceptibilidad a la sugestión. B) Características de la entrevista: 4. Preguntas sugestivas, directivas o coactivas. 5. Adecuación global de la entrevista. C) Motivación para informar falsamente: 6. Motivos para informar. 7. Contexto de la revelación o el informe original. 8. Presiones para informar falsamente. D) Cuestiones de la investigación: 9. Consistencia con las leyes naturales. 10. Consistencia con otras declaraciones. 11. Consistencia con otras evidencias Cada criterio requiere un análisis individualizado considerándose su presencia y la dirección de la misma (criterios positivos o negativos). El informe psicológico permitirá clasificar la declaración en una de las siguientes categorías de credibilidad: - Muy probablemente. Probable. Credibilidad indeterminada. Improbable. Muy improbable. 6 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! 1.4. OTROS MÉTODOS Desde sus comienzos, la psicología clínica ha estado interesada por conocer los procesos que nos permiten diferenciar entre algo que está siendo percibido, algo que está siendo imaginado o algo que está siendo recordado. Estas investigaciones han sido el punto de partida de planteamientos más sugerentes para la psicología del testimonio. Así, en los últimos años, ha surgido una nueva línea de investigación dirigida al estudio de los procesos implicados en la diferenciación entre realidad percibida y realidad imaginada (Johnson y Raye, 1981). Johnson y Raye plantean una teoría y aportan evidencia para explicar los procesos que seguimos para distinguir entre el recuerdo de algo percibido (generado externamente) y el de algo imaginado (generado internamente). A la actividad de discriminar entre recuerdos primariamente derivados de sucesos externos de aquellos primariamente derivados de sucesos internos, la denominan: control de la realidad de los recuerdos. Según estas autoras, los recuerdos generados internamente (imagina- dos) difieren de los generados externamente (fruto de la percepción) en una serie de dimensiones. En primer lugar, los recuerdos generados externamente incluyen más información contextual (espacial y temporal), más detalles sensoriales (por ejemplo: colores, ruidos...), y más información semántica que los recuerdos imaginados (que son más esquemáticos). Por su parte, los recuerdos de algo imaginado (autogenerados) resultan de procesos mentales e imaginativos y por tanto incluyen más información idiosincrásica del sujeto (por ejemplo: yo estaba asustado, pienso que no debió ocurrir...). Así, podemos suponer que los contenidos de memoria generados internamente han de resultar más personales, más biográficos, basados en probabilidades subjetivas y más imaginativos que los contenidos de memoria generados a partir de una fuente externa. Pensemos ahora en dos declaraciones: una verdadera y otra falsa. Cuando un testigo declara la verdad, está recordando hechos que realmente ha percibido, mientras que si miente, su declaración está basada en sucesos que no han ocurrido y por tanto sólo existen en su imaginación: sucesos imaginados. Cuando llevamos esta hipótesis de control de realidad de los recuerdos al laboratorio, comprobamos que los resultados coinciden una vez más con el planteamiento de que las declaraciones falsas presentan contenidos que coinciden con los de los recuerdos no percibidos externamente (más alusiones a estados internos), mientras que las declaraciones verdaderas presentan contenidos que coinciden con los de los recuerdos generados externamente (más información contextual y más detalles sensoriales). En lo que respecta a las alusiones a procesos mentales y estados internos, los relatos falsos no siempre contienen más información que los verdaderos. La presencia de esta información en las mentiras parece estar especialmente relacionada con el grado de involucración de los testigos en la acción. A mayor involucración, más se cumple el supuesto. Hernández-Fernaud, y Alonso-Quecuty (1997) han propuesto un modelo de investigación: el control de la realidad de los recuerdos, que parece capaz de permitir diferenciar relatos verdaderos de relatos falsos. No obstante, las autoras señalan que el modelo está en fase experimental y que por consiguiente su uso en el contexto legal corre los mismos riesgos que cualquier otro intento de evaluación de la conducta engañosa. 7 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. MÉTODO DEL CONTROL DE LA REALIDAD DE LOS RECUERDOS Los interrogatorios y las entrevistas son procedimientos fundamentales a la hora de recabar información. Es de todos sabido que el éxito de dicha entrevista o interrogatorio va a depender de factores tales como la pericia del entrevistador, el grado de colaboración del entrevistado, el tiempo transcurrido desde el suceso, y evidentemente del tipo de entrevista (Arce y Real, ). Tradicionalmente, las entrevistas que realizan los jueces y la policía pueden presentar dos formas: - Entrevista narrativa. Al entrevistado se le pregunta ¿Qué ha pasado? y éste se limita a narrar los hechos tal y como los recuerda. Entrevista interrogativa. En ésta, el entrevistador tras preparar una serie de preguntas sobre los hechos pide al entrevistado que las conteste. Al examinar la utilidad de estas dos formas de recabar información varios autores, tal como recoge Loftus (1981), señalan que la forma narrativa de la entrevista permite obtener menos detalles de lo sucedido pero éstos son más exactos; por el contrario con la forma interrogativa se obtienen mayor número de detalles pero al mismo tiempo se incrementen los errores. Alonso-Quecuty (1993) señala como solución a esta paradoja la utilización conjunta de ambos tipos de entrevistas: en primer lugar la forma narrativa y posteriormente la forma interrogativa. El orden de utilización es importante, pues si se realizan primero las preguntas, puede dar lugar a que el testigo integre en su relato hechos que realmente no presenció y de los que solo tiene conocimiento gracias a los interrogadores, es lo que se denomina información post-suceso (Loftus y otros, 1978). Fisher, Geiselman y Raymond (1987), tras analizar el contenido de entrevistas policiales reales, identificaron tres problemas que inhibían la recuperación de información: - Frecuentes interrupciones en las descripciones de los testigos. Les formulaban demasiadas preguntas de respuesta corta. Una secuencia inapropiada de las preguntas. Las interrupciones traen como consecuencia negativa una reducción en la habilidad del testigo para concentrarse en el proceso de recuperación de la información con lo que adoptará acercamientos superficiales, resultando la información más vaga o más imprecisa. Del uso de preguntas de respuesta corta, estos autores advirtieron la derivación de dos problemas: a) este tipo de preguntas generan en el testigo una tasa inferior de concentración que las preguntas abiertas; y b) que la información obtenida se circunscribe únicamente a la solicitud formulada, perdiéndose así información disponible no solicitada. Finalmente, las secuencias de preguntas eran inconvenientes porque eran incompatibles con la imagen mental del crimen por parte del testigo. Las secuencias prototípicas del orden de los interrogatorios policiales eran tres: predeterminados, "de vuelta atrás" o arbitrario. - El recurso a un orden predeterminado tiene como inconveniente que carece de la flexibilidad requerida para ajustar las preguntas con el discurrir y la representación mental que el testigo tiene del crimen. 8 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. LA ENTREVISTA POLICIAL O ESTÁNDAR - - Las preguntas de "vuelta atrás" o de seguimiento traen como consecuencia interrupciones en el flujo comunicativo. En todo caso, estas preguntas deberían formularse inmediatamente después de que el testigo ha proferido una afirmación, y, tras el fin voluntario de la descripción de ese evento. Finalmente, un orden arbitrario en los interrogatorios implica que el testigo pierda la concentración, o interfiere el testimonio. Gieselman y Fisher, en 1985, como respuesta a la demanda de mejorar la entrevista policial por parte de los profesionales de la justicia, desarrollaron lo que conocemos como entrevista cognitiva, que se basa en las técnicas que facilitan la recuperación de la información de la memoria. Diferentes investigaciones han puesto de manifiesto que con este procedimiento se elicita entre un 25 y un 35% más de información que con la entrevista policial tradicional, lo cual la sitúa como una herramienta muy válida para obtener información de un testigo, facilitando así la labor policial. TÉCNICAS DE LA ENTREVISTA COGNITIVA La entrevista cognitiva comprende cuatro técnicas generales de recuperación de memoria: 1. Reconstrucción de las circunstancias. La primera técnica consiste en reconstruir mentalmente los contextos físicos y personales que existieron en el momento del crimen (o del hecho a recordar). Esto implica que al testigo se le pida que trate de situarse mentalmente en el lugar del suceso teniendo en cuenta: - Elementos emocionales, un ejemplo sería la sugerencia "trata de recordar cómo te sentías". - Elementos secuenciales: "piensa en lo que estabas haciendo en ese momento". - Características perceptuales: "Ponte de regreso en la escena del crimen y haz un dibujo de la habitación ¿Cómo olía? ¿Qué podías oír?”. La razón que subyace a esta primera técnica es el principio de codificación específica de Tulving, esto es, la información contextual de un suceso se codifica junto con el evento y se conecta de una manera asociativa (Tulving y Thompson, 1973). Y la recuperación verbal del suceso depende del grado en que los índices ambientales de la situación en la que se lleva a cabo el recuerdo se solapen con las propiedades previamente codificadas (Tulving, 1979). Esta primera técnica de la entrevista cognitiva es similar a la usada por parte de jueces y policía, la llamada reconstrucción de los hechos, pero la reconstrucción en la entrevista cognitiva, se realiza de forma mental. 9 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. 2. Complexión. La segunda técnica es pedirle al testigo que narre todo lo sucedido, incluyendo la información parcial; se le pide al testigo que informe absolutamente de todo, incluso de los detallas que considere banales para la investigación, porque esos pueden llevar a otros, asociados entre si en la memoria, que sí sean relevantes. Esta estrategia se presenta especialmente importante a la hora de combinar la información de diferentes testigos, los pequeños detalles, dependiendo del caso, pueden producir buenas pistas. “Alguna gente guarda información porque no están muy seguros de que la información sea importante. Por favor, no elimine nada en su relato, incluso las cosas que crea que no son importantes.” Con estas dos instrucciones, de imaginarse en la misma situación de nuevo y de recordar todos los detalles posibles, se obtiene una primera versión de lo sucedido. Esta declaración, por tanto, es de tipo narrativo, y al sujeto se le deja hablar, no se le interrumpe, y no se realizan preguntas. Es preciso señalar que en todo momento ha de procurarse un ambiente propicio para la concentración del testigo, sin ruidos ni personas que lo distraigan, y es obvio que el entrevistador ha de ganarse la confianza del testigo para que su declaración sea lo más sincera y productiva. 3. Cambiar de perspectiva. La tercera técnica trata de animar al testigo a que se ponga en el lugar de la víctima, o de otro testigo del suceso, o incluso del sospechoso, y que informe de lo que vio o hubiera visto desde esa perspectiva, si estuviera ocupando el lugar de esa persona. Esta técnica viene apoyada por los estudios de Bower (1967), quien señaló que los sujetos al imaginarse los personajes de una historia, recordaban más detalles propios de la perspectiva del personaje con quien se han identificado, que de otros personajes. De esta manera se obtiene una segunda versión de la entrevista, desde una perspectiva diferente. “Intente recordar el incidente desde distintas perspectivas que haya podido tener, o adopte la perspectiva de otros que estaban presentes durante el incidente. Por ejemplo, trate de ponerse en el papel de un personaje importante del incidente, y piense qué debe haber visto esa persona”. 10 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. “Intente reconstruir en su mente el contexto que rodeó el incidente. Piense cómo era el entorno circundante en la escena del crimen, habitaciones, la iluminación, el tiempo, cualquier olor y gente u objetos cercanos. Piense también en lo que entonces sentía y piense en su reacción ante el incidente. Mentalmente sitúese allí, en el momento en que el incidente tuvo lugar”. El último componente es la instrucción a intentar recordar desde diferentes puntos de partida, de un orden diferente a como se desarrollaron los hechos, esto es, desde el final al principio, o desde el medio, con el objetivo de recuperar pequeños detalles que pueden perderse al hacer una narración de los hechos siguiendo la secuencia temporal que estos tuvieron. Esta técnica intenta reducir el efecto que los conocimientos previos, las expectativas y los esquemas producen en el recuerdo y además puede ser efectiva para elicitar detalles adicionales (Memon y otros, 1993). No en vano como señalan Bower y Morrow (1990) tendemos a recordar el esquema o modelo mental que nos formamos de un evento más el evento mismo. “Es natural repasar el incidente de principio a fin. Sin embargo, también debe intentar repasar los sucesos en orden inverso. Como alternativa, intente empezar con la cosa que más le impresionó del suceso y después vaya a partir de ahí, tanto hacia delante como hacia atrás”. Además de las cuatro técnicas o instrucciones señaladas, la entrevista cognitiva utiliza otra serie de técnicas específicas que pueden usarse tras la fase narrativa de la entrevista, para elicitar información más específica sobre los sucesos. Las técnicas específicas son las siguientes: - Gimnasia memorística para la apariencia física como pueden ser preguntas del tipo: ¿Te recordó el intruso a alguien a quién conozcas? ¿Había algo inusual en su apariencia? “Piense si el sospechoso le recordaba a alguien que conozca. Si le recordó a alguien, intente pensar por qué. ¿Había algo raro en su apariencia física o vestimenta?”. - Nombres: "Trata de recordar la primera letra del nombre, recorriendo una a una todas las letras del alfabeto". - Objetos: "Describe los objetos que había dentro y fuera de la habitación, ¿Parecían que fueran pesados de llevar?" - Conversaciones y características del habla: ¿Se utilizaron palabras extranjeras o inusuales?, ¿hablaba el intruso con algún acento?, ¿Tartamudeaba?. - Nº de matrículas de automóviles: ¿Te recuerdan los números o las letras de la matricula a alguna cosa?, ¿Los números eran altos o bajos? El gran obstáculo de la entrevista cognitiva es la complejidad que presenta a la hora de aplicarla, se requieren entrevistadores expertos y bien entrenados, y conseguir ser un experto en esta técnica requiere horas de intenso entrenamiento antes de conseguir dominarla (AlonsoQuecuty, 1993). Fisher y colaboradores (1987) desarrollaron un procedimiento de entrenamiento de entrevistadores que esencialmente consistía en el orden de secuencia de la entrevista (dividían esta en 5 segmentos: introducción, recuerdo libre, cuestionario, repaso e informe), técnicas generales de entrevista (como por ejemplo, cómo formular preguntas) y ayudas de recuperación de memoria. 11 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. 4. Recordar en diferente orden. La entrevista cognitiva, en resumen, se nos presenta como un instrumento altamente válido a la hora de trabajar con testigos. Los resultados que con ella se obtienen pueden modificar considerablemente la declaración de un testigo y conducir de manera más eficaz una investigación policial, en donde los datos y detalles pueden esclarecer los hechos. Tabla 1.1 Criterios concernientes a las técnicas de comunicación y secuencia de la entrevista. 1. Cubrir los 5 pasos en la secuencia de la entrevista. 2. Primeramente, hacer preguntas generales y abiertas antes de hacer preguntasespecíficas. 3. Evitar interrupciones durante el informe del entrevistado. 4. Evitar preguntas sugestivas. 5. Hacer pausas después de las respuestas del entrevistado. 6. Escucha activa y evitar refuerzos no verbales. Tabla 1.2. Criterios concernientes a la ayuda de recuperación de memoria de laentrevista cognitiva: 7. Conducir la reintegración del contexto del principio al final de la entrevista. 8. Seleccionar preguntas compatibles con la imagen mental que el entrevistado tiene del suceso y concernientes a un segmento entero de suceso. 9. Si el entrevistado no recuerda un detalle se debe hacer otro proceso con una ayuda de recuperación de memoria (como por ejemplo recuerdo en diferentes órdenes, cambio de perspectiva). Finalmente, Fisher y Geiselman (1992) propusieron una versión mejorada que viene a ser una adaptación para la ejecución en un contexto como el judicial. No obstante, la efectividad y el procedimiento en términos cognitivos es el mismo. La Tabla 2 resume la estructura de la misma. 12 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. La siguiente lista de criterios define las habilidades demandadas al entrevistador: Tabla 2. Estructura general de la entrevista cognitiva mejorada. Fase 1. Presentaciones y personalización de la entrevista (presentación, usar nombre del entrevistado). Fase 2. Establecimiento de la comunicación (creación de atmósfera agradable, de confianza a través de la formulación de preguntas neutras). Fase 3. Explicación del propósito de la entrevista. Fase 4. Reinstauración de contexto. Fase 5. Recuerdo libre. Fase 6. Preparación para el interrogatorio (pedirle que se concentre intensamente; que diga lo que se le viene a la mente tal como llega sin “fabricarlo”; que puede decir “no comprendo”, “no sé”, “no recuerdo”, etc.; que active y contraste imágenes). Fase 7. Interrogatorio compatible con el testigo (cada testigo tiene una secuencia de memoria distinta del evento debiendo el interrogatorio ajustarse a esa secuencia). Fase 8. Recuerdo desde diferentes perspectivas Fase 9. Recuerdo en orden inverso. Fase 10. Resumen (realizado por el entrevistador en función de lo que el entrevistado ha informado). Fase 11. Cierre (desactivación emocional y de tensiones en el entrevistado). 1.5. EL NIÑO COMO TESTIGO Y/O VÍCTIMA La víctima, como testigo, hace frente al problema de su credibilidad, se duda de su testimonio precisamente cuando muchos delitos se producen en situaciones de intimidad en las cuales no hay otros testigos y no producen secuelas físicas objetivables y nos encontramos ante dos declaraciones contradictorias: la del acusado y la de la víctima (el famosos aforismo forense de “palabra contra palabra”). Prácticamente, los únicos casos en que se solicita el análisis del testimonio en la práctica forense son aquellos en los que la víctima /testigo ha sufrido una agresión sexual y siempre estas víctimas o son mujeres y/o menores de edad. Las evaluaciones del testimonio pueden convertirse en un nuevo factor de victimización secundaria, si no se realizan por profesionales especializados. El aumento durante los últimos años de los procesos por casos de malos tratos a la infancia y de abuso sexual de menores, y consecuentemente, la necesidad de que los menores se incorporen a estos procesos ha generado entre los profesionales una conciencia de los problemas que plantea la relación entre los menores y el sistema judicial. 13 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. La capacidad del niño como testigo depende del momento evolutivo del mismo y de sus capacidades cognitivas, pero las limitaciones de sus capacidades verbales dificultan enormemente la devolución, se produce un aumento de la pérdida de detalles por los errores de omisión, hay una gran dificultad para situar en dimensiones espacio- temporales, y un incremento de la interferencia de la memoria semántica. MÉTODOS DE EVALUACIÓN DEL TESTIMONIO INFANTIL La entrevista de evaluación de la credibilidad del testimonio posee una serie de criterios generales y unas fases ampliamente consensuadas y reconocidas en las guías clínicas, como los criterios recogidos en la Guía de Actuación del Psicólogo en el Abuso Sexual y otros malos tratos a la infancia (Alonso, Hernández y Petitbó, 1998) o, más recientemente, en el Protocolo del NICHD para las entrevistas de víctimas de abuso sexual. Versión 3.0 (Orbach y cols., 2000). Aunque la entrevista es la técnica principal, los cuestionarios y escalas aportan a la evaluación del abuso sexual y los malos tratos sus capacidades psicométricas (fiabilidad y validez). Entre los más admitidos y utilizados en nuestro contexto podemos citar Child Behavior Checklist (Achenbach, 1991), Child Sexual Behavior Inventory (CSBI, Friedrich, 1997) y el Trauma Symptom Checklist for Children (TSCC, Briere, 1996). Sobre la utilización de muñecos con características sexuales (anatomical dolls) hay un amplio debate, aunque el 80-90% de los profesionales que evalúan situaciones de abuso los utilizan (Canton y Cortés, 2000). Se ha de tener en cuenta que no son un test, y el juego con ellos no puede utilizarse como un criterio diagnóstico en abuso sexual infantil. La psicología cognitiva dentro del campo del testimonio ha estudiado los procesos de memoria y las características de testimonio asociadas a la realidad de la declaración. Como se indicó anteriormente, Undeutsch desarrolló la técnica de Análisis de la Realidad de la Declaración (Statement Reality Análisis) basado en la entrevista y en el análisis de la declaración obtenida se propone diferenciar entre los testimonios exactos (verdaderos) y los testimonios fabricados o autogenerador (falsos). 14 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. Como parte de la acción penal encontramos al niño en dos condiciones, como víctima o como testigo del delito. El niño no es una víctima cualquiera, es una víctima especialmente vulnerable, no sólo se enfrenta a las consecuencias que para él y su entorno genera el delito (victimización primaria) sino también al hecho de que ha de participar en todas las fases del procedimiento de investigación- enjuiciamiento con los elementos negativos que puede comportar (victimización secundaria). LA ENTREVISTA COGNITIVA A LOS NIÑOS TESTIGOS Uno de los hallazgos más consistente es que en situaciones de recuerdo libre los niños rinden significativamente menos información que los adultos, pero esta información no es necesariamente menos exacta. El nivel de detalles y exactitud con el que un suceso es recordado se incrementa con la edad (Davies et al., 1989; Parker, 1986). Ya que el principal objetivo de la entrevista cognitiva es aumentar la información recuperada, puede que sea el procedimiento más efectivo para utilizar con niños (Memon y Bull, 1991). No obstante, se han de modificar las instrucciones para que el niño comprenda lo que se le está pidiendo, por ejemplo, puede tener dificultades para entender las instrucciones de cambio de perspectiva y el relato de los hechos desde el punto de vista de "otro". Ray Bull (1997) ha creado un protocolo para el entrevistador de niños testigos. Previamente a la entrevista en sí, recomienda recabar información sobre el estado evolutivo del niño, nivel de lenguaje, y maduración física, social y sexual. Éste consta de cuatro fases que debe completar el entrevistador por este orden específico: a) b) c) d) Entendimiento y compenetración. Recuerdo libre. Interrogatorio. Conclusión. a) La primera fase, el entendimiento y compenetración con el menor, es de una importancia trascendental para el buen desarrollo del testimonio. De no conseguirse que el niño se relaje y sienta cómodo, no obtendremos un buen flujo comunicativo. Debe observarse que los niños generalmente están educados para no hablar con extraños. Para ello se recomienda iniciar la tarea a propósito de acontecimientos "neutrales", hobbies, amigos, colegio, etc. El entrevistador obtendrá de esta primera aproximación información sobre el nivel de lenguaje, y de desarrollo. El último fin de esta primera fase es informar al niño de lo que se espera que haga a partir de ese momento. El entrevistador debe tener una consideración especial con los niños que pueden sentirse culpables, que crean haber hecho algo malo. Por todo ello, es necesario insistir y dejar muy claro la necesidad de que digan la "verdad". b) En la segunda fase, el recuerdo libre, se le demanda al niño que cuente todo lo acontecido (por ejemplo, ¿hay algo que te gustaría contarme? ¿sabes por qué estamos aquí?). El entrevistador puede actuar como facilitador pero nunca hacer preguntas específicas. Un cuidado especial merecen las posibles cogniciones del niño: a) con cierta frecuencia creen que los adultos ya saben lo que ocurrió; o b) entienden que no deben proporcionarle el conocimiento de los hechos. A lo largo de la entrevista, el entrevistador debe adoptar una postura de escucha activa, controlándose de intervenir en las pausas y silencios largos. 15 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. Por lo que respecta a la utilización de la entrevista cognitiva, cuando los testigos son niños, hay que tener en cuenta varios hallazgos y matizaciones puestos de relieve por parte de algunos autores que investigan la memoria de niños. d) La cuarta fase, el cierre de la entrevista, constará de una recapitulación en la que se indagará, usando un lenguaje adaptado a la evolución del niño, sobre si lo obtenido en entrevista es correcto; y una clausura, en la que se pretende establecer un nivel de angustia y humor normalizados (al igual que al inicio de la entrevista se volverá a cuestiones neutras, se le agradece la colaboración, y se le hará saber que no ha fallado en sus respuestas). 2. LA SIMULACIÓN EN EL CONTEXTO LEGAL 2.1. INTRODUCCIÓN Al psicólogo forense acude el usuario por estar inmerso en un proceso penal, la demanda de intervención no es efectuada por la persona, sino que tiene su origen en las necesidades del procedimiento, en éste el ciudadano puede aparecer como: procesado o imputado (acusado de un delito), condenado (después de la sentencia judicial cuando se procede a la ejecución de la sentencia), perjudicado (víctima del delito) o testigo del acto delictivo. La condición legal puede ser determinante en la actitud del sujeto frente a la situación de evaluación. En el contexto forense existe el riesgo de que el sujeto distorsione sus respuestas. Rogers (1997) propone el término deception (engaño) como un concepto amplio donde se integra toda situación en que el sujeto distorsiona la información, de forma más o menos consciente o intencional. 16 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. c) La tercera fase, el interrogatorio, presenta el siguiente orden de prelación en la formulación de las cuestiones: a) preguntas abiertas; b) preguntas específicas pero no sugestivas; c) preguntas cerradas; y d) preguntas profundas. Una vez el entrevistador esté totalmente seguro que el recuerdo libre ha terminado puede formular, en su caso, preguntas abiertas a fin de que nos proporcione más información sobre algunos puntos no aclarados. Ahora bien, las preguntas con el formato "¿por qué?" pueden implicar para el niño, en determinados contextos, una culpabilización. En consecuencia, estas cuestiones es necesario tomarlas con precaución. Además, tanto la reformulación de preguntas como la solicitud de repetición de una respuesta deben evitarse sobre la base de que pueden interpretarlas como una crítica o una respuesta incorrecta, respectivamente. Las preguntas específicas tendrán como objeto la aclaración de algunos contenidos obtenidos previamente. En todo caso, es imprescindible controlar la posible "sugestión" de este tipo de preguntas, esto es, la pregunta no llevará implícita la respuesta. Del mismo modo, las preguntas con dos alternativas de respuesta bipolares (p. ej., "sí" o "no") tampoco tienen cabida en este momento de la entrevista. Los contenidos de las preguntas estarán mediados por el nivel de desarrollo del niño. Así de no tener aún adquirido un lenguaje y hábitos horarios, se obtendrá esta información con otros referentes como los recreos, comer, dormir, ver la T.V., jugar, etc. Las preguntas cerradas, por su parte, tendrán lugar si los modos anteriores no han dado los resultados, a nivel de información, apetecidos. Recordar, si es que no se ha instaurado previamente o si se tienen dudas sobre sí está presente, la opción de respuesta "no sé" o "no recuerdo". Finalmente, de considerarse imprescindible, el entrevistador puede formular preguntas "profundas". Son preguntas profundas aquellas que llevan implícita la respuesta. Podemos distinguir los siguientes estilos de respuesta (Ferrante, 19991, Rogers, 1977): 1. Simulación (malingering). El sujeto fabrica o exagera los síntomas físicos y/o psíquicos con clara conciencia tanto de la acción como de su intención de obtener un beneficio, por ejemplo, conseguir una eximente de la responsabilidad criminal o una indemnización por secuelas. 2. Disimulación (defensiveness). Se opone a la simulación. Al igual que en la simulación, la persona tiene conciencia de la acción (oculta, niega o minimiza síntomas) y de la intención (por ejemplo, obtener la custodia de un niño). 3. Desmotivación. Es un estilo de respuesta en el que la persona no está motivada por la exploración; por lo que puede dar respuestas irrelevantes o al azar. 4. Error o inexactitud. Nos encontramos ante un problema de capacidad; el sujeto está motivado para colaborar, es honesto, pero comete errores e inexactitudes por su déficit en el procesamiento de la información. 5. Respuestas mixtas o híbridas. Es la situación más habitual y compleja, nos encontramos ante una combinación de dos o más de los estilos de respuesta anteriores. Un problema con el que frecuentemente se encuentra el perito psicólogo es el de valorar la posible simulación del detenido, que trata de aparentar una carencia de imputabilidad. 2.2. LA SIMULACIÓN En el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales; APA, 1995) se clasifica la simulación dentro del apartado “Problemas adicionales que pueden ser objeto de atención clínica”, definiéndola como “la producción intencionada de síntomas físicos o psicológicos desproporcionados o falsos, motivados por incentivos externos como no realizar el servicio militar, evitar un trabajo, obtener una compensación económica, escapar de una condena criminal u obtener drogas”. Plantea además la posibilidad de que la simulación tenga lugar como un comportamiento adaptativo ante circunstancias adversas. Siguiendo este manual se debe sospechar que existe simulación cuando se cumple alguno de los siguientes criterios: 1. Se presenta en un contexto médico-legal (ej.: que la valoración médica se realice por petición de un fiscal). 2. Existe discrepancia entre la alteración manifestada por la persona y los datos objetivos obtenidos a partir de la exploración clínica. 3. El sujeto no colabora mientras se realiza la valoración diagnóstica y no cumple el régimen de tratamiento prescrito. 4. El sujeto presente un trastorno antisocial de la personalidad. 17 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. 2.3. INDICIOS DE LA SIMULACIÓN Dadas las posibles limitaciones que presentan los criterios diagnósticos propuestos por el APA para la detección de la simulación, hemos recogido las observaciones que diferentes autores (p. e., Vicary y Maloney, 1980; Resnick, 1997; Kane, 1999, citados en Arce) han recabado, a partir de sus estudios sobre simulación, acerca del comportamiento de los simuladores. Estas sugerencias pueden ser de enorme utilidad cuando nos enfrentamos a la evaluación de un posible simulador, y en el momento de descartar o confirmar la simulación. En este sentido, Jaffe y Sharma (1998) recogen una serie de aspectos propuestos por Vicary y Maloney en 1980, como indicadores de simulación: - Retención de información. Los simuladores tienden a ocultar datos al evaluador creyendo que esto puede favorecerles. Falta de cooperación durante la evaluación, por temor a que se descubra su engaño. Exageración en cuanto a los síntomas manifestados. Inconsistencia entre los síntomas que informa padecer y el comportamiento observado (cuando ignora tal observación). Afirmación de síntomas inconsistentes con el trastorno que pretende simular. Evidencia de engaños previos. Por su parte, Yudofsky (1985) confeccionó una lista de datos más completa y detallada que la anterior. Pueden ser indicios de “sospecha de simulación”: - Datos de la historia y la exploración no concordantes con las quejas del sujeto. Síntomas mal definidos o vagos. Dramatización de las quejas. Falta de colaboración o mala colaboración del sujeto en las exploraciones. El sujeto se resiste a aceptar un diagnóstico favorable. Presencia de lesiones probablemente autoprovocadas. Análisis toxicológicos positivos. Manipulación de historias clínicas u otros registros. Historia de frecuentes accidentes y heridas. Perspectivas de cobrar una indemnización o pensión. Petición de drogas. 18 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. Sin embargo, una gran cantidad de autores (p.e., Kroop y Rogers, 1993; Clark, 1997; Kane, 1999, citados en Arce), basándose en hallazgos de numerosas investigaciones (p.e., Grossman y Wasyliw, 1988; Novack, y cols., 1989; Rogers, 1991; Gothard y cols., 1995) critican la utilidad de estos criterios y plantean la necesidad de revisar y validar el esquema y las etiquetas diagnósticas del DSM- IV para determinar cuándo se da simulación. El origen de esta crítica es la gran diversidad de conductas engañosas que tiene lugar en la realidad clínica (Rogers, 1997). En otras palabras, existen muchos trastornos en los que el individuo miente, engaña o no coopera, y puede resultar difícil diferenciar entre simuladores y auténticos enfermos mentales. Así, en su obra Mental Health Experts and the Criminal Courts, Rogers (1991) planteó sus dudas con respecto a la validez de los criterios que el DSM establecía para el diagnóstico de simulación, afirmando que pueden llevarnos a clasificar como simuladores a sujetos con trastornos reales (falsos positivos). De facto, el mismo Rogers (1990) había observado, en un estudio de una muestra forense, que el 79% de los casos evaluados, siguiendo los criterios diagnósticos del DSM, resultaban ser falsos positivos. - El trastorno permite evitar actividades o situaciones desagradables. El trastorno puede exculpar de responsabilidades penales o del encarcelamiento. Existencia de personalidad antisocial previa. Finalmente, Resnick (1997) añade que se debe sospechar la simulación cuando no existan antecedentes familiares ni personales que puedan ser origen del trastorno manifestado por el individuo. Igualmente si el comienzo de la enfermedad es brusco y tiene lugar tras haber cometido un delito o aparece en tiempo próximo a la evaluación de su estado de salud. 2.4. SÍNDROMES PSIQUIÁTRICOS ASOCIADOS CON EL ENGAÑO El engaño acompaña frecuentemente a un amplio número de trastornos, tales como los trastornos de la alimentación, abuso o dependencia de sustancias, trastornos por dolor, trastornos de personalidad, facticios, somatomorfos, etc. Dada esta variedad de trastornos en los que se pueden dar conductas engañosas, es conveniente establecer un diagnóstico diferencial entre esos trastornos y la simulación. Nos centraremos en aquellas psicopatologías que plantean mayores dificultades a la hora de discriminarlas de la de simulación. TRASTORNOS FACTICIOS La motivación de este comportamiento es inconsciente; se trata de un trastorno caracterizado por la búsqueda de la enfermedad y la adopción del papel de enfermo. Los criterios diagnósticos que establece el DSM-IV para este tipo de trastornos son: a) b) c) Producción intencional o fingimiento de síntomas o signos físicos o psíquicos. La motivación de la conducta es asumir el rol de enfermo. No existen incentivos externos para esta conducta (por ejemplo: ganancias económicas, eludir responsabilidades legales, etc., como sucede en los casos de simulación). Así, al referirnos a los trastornos facticios estamos hablando de trastornos mentales, mientras que la simulación es más bien un problema de adaptación (Rogers, 1997). La presencia de las siguientes características puede llevarnos a pensar que la principal motivación en los trastornos facticios es el deseo de ser un paciente (Cunnien, 1997): a) b) c) d) La enfermedad permite la evitación de responsabilidades. Es necesario que esté presente un fuerte masoquismo. La enfermedad simboliza un conflicto con figuras de poder o autoridad. Los cuidados médicos o psiquiátricos satisfacen necesidades de dependencia. 19 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. - Sin embargo, la demostración de voluntariedad o intencionalidad no implica conciencia de la motivación; de facto, el individuo puede no comprender la motivación psicológica de su actuación (Rogers, 1997). NEUROSIS DE RENTA La Neurosis de Renta es un fenómeno en el que se dan un conjunto de síntomas, no atribuibles a ninguna anomalía orgánica demostrable objetivamente, ni a las consecuencias de una lesión física, y cuyo objetivo es la consecución de una indemnización, pensión o renta (Aldea, 1994; Cunnien, 1997). Cunnien (1997) sostiene que este término se emplea, con cierta frecuencia peyorativamente, para referirse a aquellos individuos que manifiestan una incapacidad que se prolonga más allá de lo esperable, o una serie de síntomas subjetivos que exceden los hallazgos clínicos. La actual clasificación de los trastornos mentales DSM-IV no incluye la neurosis de renta como una entidad clínica, proponiendo los trastornos facticios y la simulación para referirse a aquellos caracterizados por la producción intencionada de síntomas, pero con objetivos diferentes. La CIE 10 incluye la Neurosis de Renta dentro de los trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto, definiéndola como “la elaboración psicológica de síntomas somáticos”. Estos síntomas somáticos, compatibles con un trastorno, enfermedad o incapacidad física confirmadas, y originalmente causados por alguno de ellos, son exagerados o prolongados debido al estado psicológico del enfermo. Así pues, se produce como reacción secundaria e inconsciente a un trauma físico o psíquico- emocional. El sujeto exagera su enfermedad o las secuelas de su accidente para conseguir una indemnización sobrestimada respecto al daño objetivo causado. El accidente o trauma pasa a ser un pretexto en cuyo fondo se percibe el deseo de explotar la situación de lesionado, siendo llamativa la desproporción entre el traumatismo físico o mental y la marcada sintomatología (Aldea, 1994). Esta definición de la Neurosis de Renta la perfila significativamente distinta de la Simulación, pues se plantea como una reacción inconsciente del organismo. Aldea (1994) planteó, después de hacer una revisión de diferentes definiciones de la Neurosis de Renta, una serie de características definitorias del trastorno: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Se trata de una reacción psicógena. Existencia anterior de traumatismo físico o psíquico. Origen inconsciente de la perturbación. Desarrollo de actitudes reivindicativas. Desproporción entre las lesiones y las quejas funcionales. Etiopatogenia multifactorial. La reparación económica no lleva necesariamente a la resolución del conflicto. 20 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. Determinar el control voluntario de los síntomas por parte del sujeto es algo que entraña enormes dificultades. Recordemos, siguiendo a Overholser (1990), aquellos criterios que nos permiten valorar si el individuo controla la producción de síntomas: admisión del engaño o fraude por parte del sujeto, presencia de síntomas psicológicamente imposibles, evidencia observable, evidencia física, síntomas contradictorios con las evaluaciones objetivas, inexistencia de respuesta estereotípica al tratamiento. En suma, la Neurosis de Renta sólo podría confundirse con el tipo de simulación que pretende obtener beneficios de tipo económico, siendo la diferencia diagnóstica entre ambas el carácter consciente de la simulación. Por último y teniendo en cuenta que en la Neurosis de Renta los síntomas exageran o prolongan el trastorno o enfermedad que los ha originado realmente, un error en el diagnóstico podría llevarnos a confundirla con la Sobresimulación o con la Metasimulación, pero nunca con la Simulación propiamente dicha. 3. DETECCIÓN DE LA SIMULACIÓN DE TRASTORNOS MENTALES. INSTRUMENTOS MÁS DESTACADOS Lo que en ningún caso parece discutible es la idea de que no existe un instrumento capaz de identificar inequívocamente si un individuo está simulando un trastorno mental. Sin embargo, utilizando una combinación de diferentes estrategias, pautas de evaluación y métodos de medidas, que diversos autores nos proporcionan a partir de múltiples investigaciones desarrolladas en este campo, podemos obtener datos que nos ayuden a decidir si es o no probable que nos encontremos ante un caso de simulación. De este modo, sabemos, por ejemplo, que para llevar a cabo una correcta evaluación en aquellos casos en que se sospecha la simulación, debemos proceder con el sujeto como si se tratara de un auténtico enfermo, efectuando un examen profundo de su estado mental y considerando las circunstancias que rodean al individuo, para conocer si existe algún móvil o fin utilitario de su conducta. También se recomienda ser cuidadoso al entrevistar a aquellos sujetos sospechosos de estar simulando y dejar que expongan su discurso procurando no interrumpirlos. Cuando haya finalizado su exposición, podremos aclarar con preguntas específicas los detalles de interés. Estas preguntas deben ser formuladas evitando dar al sujeto pistas acerca de aquello que estamos preguntando o que puedan de algún modo facilitarle la elaboración de la respuesta (por ejemplo, si le preguntamos acerca de sus alucinaciones, evitar darle pistas acerca de la naturaleza de las auténticas alucinaciones). Lo más probable es que los simuladores no posean la sofisticación psicológica y médica que una correcta simulación requiere para fingir con éxito los síntomas. Además, debemos evitar mostrar expresiones de irritabilidad o incredulidad, pues esto puede provocar que el individuo se ponga a la defensiva. La entrevista debe ser prolongada ya que la fatiga reduce la capacidad del simulador para elaborar la falsificación de su informe, apareciendo contradicciones en su exposición a lo largo del tiempo. Realizar múltiples preguntas también aumenta la probabilidad de que el simulador se contradiga en sus respuestas. Podemos recurrir a diferentes estrategias, como plantear preguntas acerca de síntomas absurdos o incongruentes con aquello que simula y observar si el individuo los acepta incorporándolos a su elaboración. Tengamos en cuenta que, por lo general, los simuladores no asienten a todos los síntomas que de este modo se les plantean, pero sí suelen hacerlo cuando se trata de síntomas obvios de psicopatología, aunque no se relacionen directamente con aquello que el sujeto finge padecer. Como ya ha sido planteado al exponer los motivos de la simulación, rehuir la responsabilidad penal por un delito grave, alegando un trastorno o enajenación, que lo exima según las leyes recogidas en el Código Penal, puede llevar a un individuo a simular un trastorno mental. Rogers (1997) propone una serie de aspectos a tener en cuenta en la evaluación clínica de un acusado criminal, para determinar si está simulando algún trastorno mental con la pretensión de rehuir la responsabilidad penal por la comisión de un delito. Aconseja recabar toda la información 21 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. Es conveniente entrevistar a los miembros de la familia y los testigos del delito antes de llevar a cabo el examen clínico, para así conocer información relevante, tanto del individuo como del crimen, sin que el acusado llegue a saber que el perito posee tal información. De esta forma podrá valorar la veracidad del autoinforme del sujeto, comparándolo con esa información previa. El acusado debe ser evaluado tan pronto como sea posible, para reducir así la probabilidad de que elabore una historia falsa y para que las distorsiones de memoria sean menores. Debemos informar al acusado del propósito del examen clínico y de la falta de confidencialidad. Si el clínico se muestra empático y manifiesta apoyo, le resultará más fácil obtener una información más completa (Resnick, 1997). A modo de compendio, Sweet y cols. (1999) recomiendan el uso de diferentes estrategias en el intento por descartar o detectar simulación: aplicar medidas específicas que evalúen la falta de esfuerzo, como tests de elección forzosa, evaluar el exceso de inconsistencias, comparar datos de la evaluación con el comportamiento diario del sujeto, comparar el autoinforme del sujeto con información sobre su vida real, etc. El reciente interés por la detección de la simulación de trastornos mentales explica la multitud de estudios que evalúan la eficacia de numerosos instrumentos que podemos utilizar a la hora de evaluar a un posible simulador y la proliferación y desarrollo, en los últimos años, de nuevas escalas y métodos, que en muchos casos están siendo todavía validadas y perfeccionadas. 3.1. CUESTIONES DE PERSONALIDAD MMPI y MMPI-2 En 1994 Shuman afirmó que el MMPI (Minnesota Multiphasic Personality Inventory, de McKinley, Hathaway y Meehl, 1948) era el test psicológico más útil para la identificación de exageración o minimización de síntomas. Y, hasta este momento, continúa siendo el test más importante en la evaluación de la simulación, dada la utilidad de sus escalas de validez para la identificación de actitudes ante el test. El MMPI-2 es una versión revisada del original MMPI. Se trata, como su nombre indica, de un cuestionario de medida de la personalidad, compuesto por 566 ítems a los que el sujeto debe responder “Verdadero” o “Falso”. La evaluación de la personalidad se lleva a cabo a través de diez escalas clínicas, que miden Hipocondría, Depresión, Histeria, Desviación Psicopática, Masculinidad- Feminidad, Paranoia, Psicastenia, Esquizofrenia, Hipomanía e Introversión Social. Cuenta además con una enorme cantidad de escalas adicionales, que nos proporcionan información de diferentes características de la personalidad del sujeto (responsabilidad, control, dominancia, etc.), si bien la mayoría de ellas tienen escasa efectividad en la práctica, mientras no demuestren su utilidad y validez (Roig-Fusté, 1993). Como ya hemos comentado, el MMPI incluye una serie de escalas de control o validez, que nos permiten conocer hasta qué punto la información proporcionada por el sujeto es válida y fiable, y nos informan de la actitud que el sujeto evaluado adopta, por lo cual son de especial interés para nuestro trabajo. 22 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Plan Turbo - Eliminar los vídeos + 10 descargas sin publicidad por sólo 0,99€ / mes - Oferta limitada Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. posible a partir, por ejemplo, de informes policiales, declaraciones de testigos del delito, hallazgos de la autopsia, información psiquiátrica previa, declaración del acusado, etc. - La escala de interrogantes (?) recoge el número de ítems a los que el sujeto no contesta y aquellos en los que marca ambas opciones de respuesta. Un elevado número de omisiones (más de 30) invalida el cuestionario o, al menos, indica que debe ser considerado como altamente sospechoso (Roig-Fusté, 1993; Rogers, 1997). - La escala L, escala de Sinceridad o Mentira, indica, a medida que la puntuación aumenta, el grado de distorsión, generalmente con la intención de dar buena imagen. Está compuesta por 15 frases que hacen referencia a comportamientos socialmente aceptables, pero que pocas personas cumplen en todas las ocasiones. Hathaway y Mckinley (1943) describen esta escala en el manual del MMPI como método de validación de las puntuaciones, que pretende medir el grado en que un sujeto intenta falsificar sus respuestas, eligiendo siempre aquellas que responden a comportamientos socialmente aceptables. La escala L está compuesta por 15 ítems ligeramente indeseables, pero de alta frecuencia en la población general. Puntúan en la escala L cuando el sujeto contesta “FALSO”: Ejemplos de ítems: 45. No siempre digo la verdad. 90. De vez en cuando dejo para mañana lo que debería hacer hoy. 285. De vez en cuando me río de un chiste verde. - La escala F, escala de Validez o de Incoherencia, evalúa el grado en que el individuo se siente confuso o mal (Pope, Butcher y Seelen, 2000). Cuando la puntuación típica supera 70 se interpreta, entre otras posibilidades, como una probable simulación o un intento de dar mala imagen (Núñez, 1979; Lachar, 1974; Rogers, 1997). - El factor corrector (K), mide hasta qué punto el sujeto está a la defensiva o adopta una postura demasiado crítica, acentuando sus aspectos negativos. Se compone de ítems más sutiles que los de la escala L, permitiendo así detectar posturas defensivas incluso en individuos sofisticados en sus respuestas. Una puntuación baja en K (T menor a 40) se puede interpretar como un intento de simulación o de exageración de síntomas. Este factor se utiliza para corregir determinadas escalas clínicas (Roig-Fusté, 1993; Rogers, 1997). A modo de ejemplo, presentamos dos de estos ítems con la numeración del MMPI y la respuesta clave entre paréntesis: 30. A veces siento deseos de maldecir o jurar (F). 96. Tengo pocas disputas con las personas de mi familia (V). 23 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. Las principales escalas de validez son: A partir de las tres últimas escalas se perfilan dos configuraciones específicas que han mostrado tener un significado relevante, según Rodríguez y Ávila (1999): MALA IMAGEN: L (mentiras) y K (defensividad latente) bajas, alta F (mala imagen) y las escalas Sc (esquizofrenia) y Pa (paranoidismo). SIMULACIÓN: aumento de las escalas D (depresión), Pd (desviación psicopática), Pa (paranoidismo) y Sc (esquizofrenia). - El índice F-K fue desarrollado por Gough en 1950, para identificar perfiles de buena y mala imagen (Kane, 1999). Si este índice es inferior o igual a -8, podemos considerar que la persona no finge mientras que una puntuación superior a 25-30 indicará simulación o enfermedad fingida (Rogers, Sewell y Salekin, 1994). Samuel, DeGirolano, Michals y O’Brien (1994) encontraron que, personas implicadas en litigios por daño personal, dejaban más preguntas sin contestar que otras personas. Además, a menor tiempo transcurrido entre el daño y la evaluación, mayor probabilidad de que se produzca un perfil inválido (debido a un exceso de omisiones) (Kane, 1999). En el MMPI-2 el número de preguntas que los individuos dejan sin contestar es menor, debido a que, en esta nueva versión, se eliminaron cinco de los diez ítems del MMPI que con más frecuencia eran omitidos. - Otra escala desarrollada para la identificación de simulación es la escala Obvio- Sutil, de Weiner-Harmon, en torno a la cual durante años ha existido una controversia respecto a su eficacia (Kane, 1999). Según Rogers y cols. (1994) una puntuación de 74 o menor sugiere que la persona no simula, mientras que una puntuación de 190 o mayor indica que la simulación es extremadamente probable. Por su parte Greene (1997) considera que sólo una puntuación igual o superior a 250 advierte de una probabilidad alta de simulación. - La escala de simulación positiva (Mp), ha sido creada para conocer la defensividad del sujeto ante el MMPI. Diferentes investigaciones han encontrado que se trata de una escala muy efectiva (Caldwell, 1997; Greene, 1997). Nichols y Greene (1991) actualizaron esta escala para el MMPI-2, denominándola escala de otros engaños (O Decp). Una puntuación de 18 en esta última escala identifica al 90% de los simuladores mientras que una puntuación de 20 reconoce al 95% de los mismos. Por su parte, el MMPI-2 añade nuevas escalas de validez, de las cuales las más destacadas son: - Escala Fb, contiene 40 ítems con una frecuencia de respuesta extremadamente baja. Escala VRIN, mide la consistencia de respuestas, por medio de pares de ítems cuyo significado es muy parecido u opuesto. Escala TRIN, diseñada para identificar a personas que tienden a responder sin atender al contenido de los ítems. 24 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. BUENA IMAGEN: L (mentiras) y K (defensividad latente) altas, F (mala imagen) y escalas clínicas bajas. Aldea (1994) llevó a cabo una revisión de diversos trabajos para detectar población simuladora por medio de las escalas de validación del MMPI y MMPI-2, encontrando que los resultados de los “simuladores” en estas pruebas se corresponden con el siguiente patrón: a) b) c) d) e) Puntuaciones extremadamente altas en la escala F. Valores altos en el índice F-K. Perfiles clínicos elevados en las escalas 2, 4, 6 y 8 (Depresión, Desviación Psicopática, Paranoia y Esquizofrenia, respectivamente). Descenso de la escala ES (escala de la Fuerza del Yo). Puntuaciones mayores de 100 en la subescala Obvio-Sutil (diferencia entre la suma de puntuaciones T de Obvio y las de Sutil). La eficacia del MMPI y el MMPI-2 en la evaluación de simulación continúa siendo ampliamente reconocida por numerosos autores y confirmada por multitud de investigaciones que lo incluyen como instrumento de evaluación de exageración o fabricación de síntomas (p.e, Rogers, 1997; Lyons y Wheeler, 1999; Pope, Butcher y Seelen, 2000). Existe una última versión del MMPI, el MMPI-A, desarrollada para su aplicación a adolescentes de entre 14 y 18 años de edad, dado que el MMPI y el MMPI-2 están destinados a población adulta, si bien se ha demostrado que el MMPI puede ser usado con adolescentes desde los 13 años que posean al menos un nivel de estudios correspondiente al sexto curso de primaria (Kane, 1999). También con el MMPI-A, se constató la fiabilidad a la hora de detectar psicopatología fingida (Rogers, Hinds y Sewell, 1996). 3.2. ENTREVISTAS ESTRUCTURADAS Diferentes autores, bajo la hipótesis de que los clínicos se encuentran con enormes dificultades a la hora de evaluar a un posible simulador por medio de entrevistas no estructuradas, proponen tres alternativas (Rogers, 1997): 1. 2. 3. Complementar la entrevista tradicional con medidas estandarizadas. Incorporar a la entrevista tradicional preguntas clínicas, que sirvan como fuente adicional de datos. Investigar motivaciones o incentivos externos que puedan indicar la posibilidad de simulación. Por su parte, las entrevistas estructuradas nos ofrecen un método sistemático para la evaluación de síntomas y características asociadas a trastornos mentales, pues estandarizan la forma y secuencia de las preguntas clínicas y la cuantificación de los síntomas. En este contexto, el autoinforme del paciente puede ser examinado por la consistencia de los tres siguientes parámetros: a) b) c) Plantear preguntas idénticas en diferentes momentos. Realizar entrevistas colaterales a otros informadores. Utilizar la narrativa inestructurada o discurso libre del sujeto con preguntas estructuradas. 25 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. - Síntomas raros: el sujeto manifiesta un conjunto exagerado de síntomas extraños, que ocurren con poca frecuencia en pacientes con algún trastorno mental. Esta estrategia, una de las más robustas en detección de simulación, ha sido validada a través de las escalas F, Fb y Fp del MMPI-2 y la escala RS de la SIRS, que incluyen una serie de ítems poco frecuentes en la población general (se observaban en menos del 10% de la población). Se basa en la idea de que un auténtico paciente no admite más del 10% de sus experiencias o síntomas raros (Lewis y Saarni, 1993). - Agrupación indiscriminada de síntomas: en 1984 Rogers observó que algunos simuladores adoptaban la estrategia de “cuanto más mejor”, informando de una amplia lista de síntomas psicológicos y características asociadas. - Síntomas obvios o “descarados”: los simuladores tienden a manifestar una amplia proporción de síntomas que son indicadores obvios de psicopatología grave. - Síntomas improbables: algunos simuladores informan de síntomas fantásticos, absurdos o ridículos, tal como han observado diversas investigaciones con instrumentos como la SIRS o el Test M. Dos de las entrevistas estructuradas más investigadas y utilizadas en evaluación de sujetos simuladores son: - La Escala de Trastornos Afectivos y Esquizofrenia (SADS). La Entrevista Estructurada de Síntomas Informados (SIRS). 26 a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-6105135 ¿Por qué en el examen siempre cae lo que no te has mirado? ¡Destapa y descubre tu Mixtery Box! Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad. En 1990 Rogers propone un modelo que incorpora cuatro estrategias de detección de psicopatología fingida que resultan útiles en la clasificación de sujetos simuladores, motivo por el cual serían incorporadas en el desarrollo de diferentes instrumentos. Estas estrategias son:

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