Presupuestos metafísicos para una antropología personalista PDF

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UNSTA

2007

G. Medina, M

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metaphysics philosophy religion anthropology

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This document, Presupuestos metafísicos para una antropología personalista, explores metaphysical presuppositions for a personalist anthropology. It examines different philosophical views on the creation of the world, including concepts of God, the world, and human nature. It draws examples from religious and ancient views on origins.

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Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I Unidad 2 2.1. Cosmovisiones. Creacionismo...

Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I Unidad 2 2.1. Cosmovisiones. Creacionismo G. MEDINA, M. Síntesis filosófico-teológica de la cultura católica Imp. DEL PLATA, Mar del Plata, Argentina, 2007, pp. 21-23. Toda cultura expresa una concepción del mundo como totalidad. Intenta explicar el origen de todas las cosas, la estructura, el dinamismo fundamental del mundo y su destino final. Desde los comienzos, la fe cristiana se ha visto confrontada a respuestas distintas de las suyas sobre la cuestión de los orígenes del mundo. Así, en las religiones y culturas antiguas encontramos numerosos mitos referentes a los orígenes. [Veamos algunas de las postulaciones filosóficas: Los que plantean que todo es Dios, que el mundo es Dios, o que el devenir del mundo es el devenir de Dios (panteísmo); Quienes afirman que el mundo es una emanación necesaria de Dios que brota de esta fuente y retorna a ella (emanatismo); Otros han afirmado la existencia de dos principios eternos, el bien y el mal en lucha permanente, de los cuales deriva todo lo que existe (dualismo, maniqueísmo). Otros admiten que el mundo ha sido hecho por Dios, pero a la manera de un relojero que, una vez que lo ha elaborado, lo habría abandonado (Deísmo); PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I Finalmente, están quienes no aceptan ningún origen trascendente del mundo, sino que ven en él el puro juego de una materia que ha existido siempre (materialismo).] Todas estas tentativas dan testimonio de la permanencia y de la universalidad de la cuestión de los orígenes. Esta búsqueda es inherente al hombre. Comencemos ahora a considerar el Dato fundamental desde el cual parte la comprensión del mundo en la cultura católica: La acción creadora de Dios […]. La idea de que todo ha salido de las manos de Dios se coronó con precisión metafísico- teológica: Dios ha hecho todas las cosas a partir de la nada (en latín: ex nihilo). Si bien esto no aparece expresamente en el relato del Génesis, se contiene en su sentido; y más adelante, otro autor bíblico lo explicitará […]: “te ruego hijo, que mires al cielo y a la tierra, y al ver todo lo que hay en ellos sepas que a partir de la nada lo hizo Dios, y que también así el género humano ha llegado a la existencia” (2 Mac 7,28). [Lo que sí queda claramente establecido en el Génesis, es el orden de todo lo visible hasta indicar el rango ontológico del hombre]: “Dijo Dios: hagamos al ser humano a nuestra imagen como semejanza nuestra y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos y en las bestias y en todas las alimañas terrestres y en todas las sierpes que serpean por la tierra”. […] [En el mundo estrictamente material están los minerales, las plantas, los animales. El hombre aparece inserto en ese mundo material, pero posee además un “soplo de vida” dado por Dios, es decir, el espíritu, por el que participa de los “cielos y está destinado a la perfección de los espíritus creados”]. [Con la finalidad de procurar caminos de fundamentación de la fe a través de la razón, como sabemos, el pensamiento cristiano de los primeros siglos (de San Agustín de Hipona) ha incorporado nociones de la filosofía griega para hacer más accesible al “mundo pagano” lo revelado en las Sagradas Escrituras. De este modo, el cristianismo] asumió la filosofía antigua para inculturarla1, adquirió de ella algunas nociones acerca de las cosas del mundo insertándolas en el edificio teológico [de lo revelado]. [Así el mundo, y por supuesto el hombre en él incluido, manifiesta el sello de la creaturidad: el carácter de lo pre-pensado y lo pre-querido por una Inteligencia y un Amor Infinitos. Por ser creación, el mundo natural tiene el carácter de lo proyectado. Y si quisiéramos hacer una analogía entre la creación del mundo por parte de Dios y las “creaciones” humanas, notaríamos de inmediato que en ambos casos, la existencia de alguien que de antemano piensa y pone en el ser una realidad 1 Esto quiere decir “introducirla en la cultura cristiana”. Nota del docente. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I (natural en un caso, artificial en el otro) se muestra en sus efectos producidos: su cognoscibilidad y su amabilidad]2. A continuación, vamos a desarrollar los fundamentos metafísicos para pasar luego a los que refieren al orden natural de los entes corpóreos (filosofía de la naturaleza). 2.2. Fundamentos metafísicos de la persona humana MAZONNI, M. Ética Fundamental Universidad FASTA, Mar del Plata, 20063, pp.37-41. 1. Lo real El término realidad comprende un doble sentido […]: En primer lugar, realidad se refiere a realis: lo real es lo que existe en sí mismo, independientemente del conocer y querer, lo objetivo, el ob-iectum, lo puesto enfrente del sujeto por ser diferente de él. Así, un ente real se distingue de un ente de razón (por ejemplo, un número, un concepto). Real es para el hombre su naturaleza ya determinada con la indicación de lo que constituye su bien. […] lo bueno es lo adecuado a la realidad objetiva. En segundo lugar, real es lo actual, actualis: aquello que tiene una perfección adquirida [existe aquí y ahora]. Un ente real, en acto, es lo opuesto a un ente en potencia, a la mera posibilidad. Así, en este sentido, lo bueno es la actualización de las potencias naturales ordenadas, es el tender hacia la propia realización. La realidad en su conjunto es considerada ya por los antiguos griegos como un cosmos, esto es, como un todo ordenado, con belleza y armonía. En efecto, la abrumadora experiencia de que cada ser tiene un sentido, un logos, una ley […] racional que lo rige, lleva al asombro y al filosofar […] Y la existencia de este orden [… sólo] es explicable por la presencia de una Inteligencia, una Mente, un Nous (en griego) que sea causa. 2 M. Mazonni, Ética Fundamental, Universidad FASTA, Mar del Plata, 20063, p. 38. 3 En este apartado, seguimos fundamentalmente a este autor. Sin embargo, por razones pedagógicas hemos incorporado algunos subtítulos que no se encuentran en el texto original y citado algún otro pensador, en cuyo caso se hará la referencia correspondiente. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I 1.1. Propiedades de la realidad Refiriéndonos al mundo natural creado, debemos entonces considerar la verdad y el bien de todas las cosas. Estas son propiedades “trascendentales”, que le corresponden a todo ser. La verdad y el bien a los que nos referimos son ontológicos. 1.1.1. Toda realidad es verdadera En tres grandes sentidos utilizamos el término verdad: I. La verdad ontológica [es aquella de orden trascendental, en consecuencia, se halla en todo ser]. La verdad ontológica es una propiedad de las cosas mismas […] la capacidad que tiene todo ser de poder ser captado por una inteligencia […]. II. La verdad lógica es la adecuación o conformidad entre el intelecto y la cosa […]. A esta verdad se opone la falsedad lógica (la no conformidad entre el juicio del entendimiento y la verdad de la cosa conocida). III. La verdad moral, por su parte, es la adecuación entre lo que uno dice y lo que piensa, sabe, cree o siente. Su opuesto es la mentira. Tanto la verdad lógica como la moral dependen de la verdad de las cosas [ontológica]; esta las funda. ¿Por qué son [ontológicamente] verdaderas todas las cosas? Por tener el carácter de lo pre-pensado, de lo proyectado. La verdad se encuentra entre dos intelectos: uno que lo piensa de manera creadora y otro que lo reproduce. Así como las cosas artificiales, producto de la inteligencia y la voluntad humana, responden a un modelo, a un pensamiento previo de su fabricante y por eso existen determinadas con un modo de ser, con una “verdad” ante los otros seres humanos, así también las cosas naturales, producto de la Inteligencia y Voluntad infinitas del Creador, están ya determinadas en su esencia, previamente a nuestro conocimiento y aceptación. Pero mientras que la verdad de las cosas artificiales por ser pensada por una inteligencia humana finita es agotable por otra inteligencia humana finita, la verdad de las cosas naturales, en cambio, es para nosotros inagotable, misteriosa, insondable, ya que quien las ideó es la Inteligencia [Divina]. ¿Qué postula el relativismo? Los relativistas, de antes y de ahora, niegan la existencia de una verdad objetiva en las cosas mismas, haciendo del sujeto el único parámetro y la fuente de la verdad. Santo Tomás dice al PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I respecto: “No porque nosotros sintamos o sepamos algo por eso es así en realidad; por el contrario, porque es así en la realidad, por eso nosotros pensamos y sentimos verdaderamente algo”. [El peligro de este relativismo es que si no hay verdad ontológica, no hay verdad moral, pues no hay nada objetivo en el cual todo se funde. En consecuencia, toda norma moral universal podría llegar a ser vista como represiva pudiendo proponerse, en sentido contrario, que cada uno intente ser feliz como le parezca]. […] También la negación explícita de un orden real, de la verdad de las cosas por parte de los Modernos, quienes exaltan la autonomía humana, en especial la de la razón y la libertad da lugar a constantes e infructuosos intentos de fundar una moralidad sin referencia al ser objetivo, a lo verdadero. [Así, por ejemplo, para Kant y Nietzsche es imposible conocer las esencias; Kant establece que el hombre responde sólo a un “deber ser” sin fundamento racional mientras que, para el segundo, sólo existe la voluntad de poder del hombre]4. Importante: relativo no significa subjetivo5 El mundo es una compleja red de conexiones entre hechos, objetos y personas que se relacionan en el espacio y en el tiempo. En este sentido es correcto afirmar que todo es relativo: relativo a un antes, a un después […], cerca, lejos, dentro, fuera. Relativo, sobre todo, al encadenamiento de causas y efectos que todo lo ata. Pero relativo y relativismo no significan lo mismo. Más bien son conceptos opuestos, porque lo relativo también es objetivo: [cada uno de nosotros es hijo y eso es objetivo, como también es objetivo que somos estudiantes y que tenemos amigos con los cuales establecemos una serie de relaciones. Con cada uno de ellos es necesario un trato objetivo: a mi padre no lo puedo tratar como al profesor y al profesor como un compañero, etc.] El relativismo, por el contrario, tiende a identificar la realidad con el deseo; lo objetivo con “lo que a uno quisiera que fuese” [en este caso particular, sustituye la relación real por una de conveniencia]. Todo es relativo porque todo está relacionado; y al mismo tiempo todo es objetivo en cuanto que es real, no subjetivo ni arbitrario. [Mientras que el relativismo lleva a un subjetivismo arbitrario respecto de lo que es bueno o no, haciendo imposible toda ética universal]. 1.1.2. Toda realidad es buena Bondad se dice en dos sentidos: 4 Cf. M. Mazonni, M. Ética Fundamental, Universidad FASTA, Mar del Plata, 20063, p. 40. 5 Esta consideración es tomada de J. Ayllón, Ética, Casals, Barcelona, 2010, p. 10-11. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I I. Bondad ontológica: El bien trascendental, es una propiedad intrínseca de todas las cosas. Es el ente considerado en cuanto apetecible, amable […]. Es la capacidad [que poseen las cosas] de despertar un amor por tener una perfección. Y la perfección radica en el acto del ser: porque son, todas las cosas son buenas […]. II. Bondad Moral: es aquella que deriva del obrar libre del hombre, cuando este opera conforme a su naturaleza. ¿Por qué son [ontológicamente] buenas todas las cosas? El bien es la perfección correspondiente a una naturaleza. Y cuanto mayor es la perfección de algo, mayor es su bondad […]. Sostener […] un grado, mayor o menor, pero siempre real de bondad en toda cosa implica simultáneamente la imposibilidad de que exista algo ontológicamente malo […]. El mal no es en sí mismo, [no tiene entidad, es carencia de algo que corresponde por naturaleza a una realidad]. [Finalmente, la bondad ontológica] es independiente de nuestro querer. Y así, como sostiene San Agustín, las cosas son amables porque son buenas y no buenas porque las queremos. CONCLUSIÓN Estos dos aspectos trascendentales de toda realidad, la verdad y el bien ontológicos, son convertibles entre sí. Todo lo verdadero es bueno y lo bueno es verdadero. Esto significa que quien conoce algo de la verdad de una cosa está descubriendo simultáneamente en qué consiste su bien. Por lo tanto: La realidad es algo dado […]; Las creaturas tienen una naturaleza a partir de la cual obran ya que esta es cognoscible aunque inagotable para la inteligencia humana […]. Todo lo que existe es bueno, por tanto, el hombre es un ser ontológicamente bueno, “este” hombre concretamente […], como unidad substancial [existente]. Esto se traducirá a nivel del obrar moral en el reconocimiento de un orden interior a partir del cual el hombre debe desarrollarse, orden ya señalado por el Autor de la naturaleza. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I 2. El “ser”6 Según el modo de aplicarse, un término (que es la expresión de un concepto) puede ser unívoco, equívoco o análogo: Unívoco es aquel término que se emplea siempre en el mismo sentido; cuando digo “reloj”, por ejemplo, significa lo mismo [al aplicarse a un único tipo de objeto]. Equívoco, en cambio, es aquel [término] que se emplea en sentidos totalmente diversos. Así, el término “vela”, puede aplicarse a la vela de un barco [o a una de cera, que sirve para iluminar]. Análogo es aquel [término] que se refiere a cosas diversas, pero no totalmente heterogéneas, sino derivadas de una significación original. [En otras palabras, un término análogo refiere a realidades diferentes que comparten algo en común y se distinguen en otros aspectos (la palabra “tutor” se aplica tanto a lo que se coloca junto a una planta para que crezca recta, como a la persona que acompaña a los alumnos de un curso, para que avancen correctamente en sus estudios)]. La noción de ser no debe concebirse como unívoca, ni como equívoca, sino como análoga. “Ser -dice Aristóteles- se dice de muchas maneras”. 2.1. El ser en la metafísica tomista7 El aporte fundamental de la metafísica tomista, aquello que constituye su legado imperecedero a la historia del pensamiento humano, es su descubrimiento del ser (esse) como lo más íntimo y lo más perfecto de cada cosa […]. En efecto, el Aquinate –Santo Tomás de Aquino– llega a proponer que hay diferentes clases de entes, en cuanto todos poseen el ser, pero análogamente: a mayor acto de ser, menor potencialidad poseen. Habrá entonces un ser que sea Puro Acto de ser (ESSE) y de Él y en Él participarán del ser todos los otros, que poseerán el acto de ser cada uno a su medida, y por ello son existentes (ex 6 La clasificación de los términos ha sido extraída de R. Gambra, Historia sencilla de la Filosofía, Riapl, Madrid, 1986, p. 30. 7 El contenido del presente subtítulo ha sido tomado de M. Caponetto, Santo Tomás de Aquino. Aproximación a su pensamiento, Staurós, Paraná, 2017, pp. 357-363. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I - sistir). A modo de esquema podemos sintetizar que el ser puede darse de dos modos, según de qué entidad se trate: ESSE: aquello que tiene el ser por sí mismo (Dios, en cuanto incausado). EXISTENCIA (“ex”: desde afuera, “sístere”: ser): aquello que tiene el ser desde afuera, dado por otro, que poseen los entes causados. La existencia, por tanto, es el modo de ser en el mundo de los seres finitos]. En Dios, por tanto, se identifican la esencia y el ser, [esto significa que posee] la máxima e infinita perfección porque este ser de Dios, subraya Tomás, es de tal condición que no se le puede añadir nada y por su misma pureza es un ser distinto de todo otro ser. [De esta manera], solamente en Dios, en la unidad simplísima de su ser, se identifican el ser y la esencia; en las creaturas no hay absoluta simplicidad, sino que en todas ellas hallamos algún grado o modo de composición, el ser (que en las creaturas es recibido por participación) se haya limitado o coartado por la esencia la que respecto del ser se encuentra en relación de potencia a acto. En consecuencia, el modo de existir de todas las cosas naturales (entes finitos) es una mezcla de acto y potencias que han de ser actualizadas en el tiempo, y en esto consistirá según Aristóteles el movimiento, el cambio, el dinamismo de los seres. A continuación vamos a desarrollar los distintos modos de ser que poseen las realidades corpóreas. 2.3. Principios que rigen toda realidad corpórea8 José Gay Bocacha señala que los primeros filósofos fueron cosmólogos, pues lo que primeramente se conoce es el mundo material, es decir, el Cosmos. Lo primero que aparece ante los sentidos son los fenómenos naturales, como el cambio de estaciones, los cambios atmosféricos, etc. y lo que intentan es dar una explicación [por las causas], de todas las realidades que les asombraban. Así, la filosofía de la naturaleza tiene por objeto material la diversidad de cuerpos materiales, es decir, todos los seres que constituyen el universo. Mientras que su objeto formal es el ser de dichos entes corpóreos. 8 El contenido expuesto en adelante ha sido elaborado a partir de los siguientes textos: J. Gay Bocacha, Curso de Filosofía Fundamental, Rialp, Madrid, 1987, pp. 81-121; R. Gambra, Historia sencilla de la Filosofía, Rialp, Madrid, 1986, pp. 73-85; G. Medina, Síntesis filosófico-teológica de la cultura católica, Imp. Del Plata, Mar del Plata, 2007, pp. 21-31. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I 1. El problema del devenir Tradicionalmente, [la Filosofía de la naturaleza] tomó como punto de partida el análisis del movimiento de los cuerpos, en otras palabras, del devenir [de los fenómenos naturales]. Así surge la filosofía presocrática que desemboca en el problema del devenir. En contraposición] surge el problema de la ciencia, que sólo es posible cuando se refiere a lo “estable” a lo “permanente”. Por tanto, hay una oposición entre lo mudable y el devenir de la naturaleza y lo estático propio de la ciencia. Estas dos posturas han dado lugar en la Historia de la Filosofía a los llamados “sistemas monistas”. Sus dos primeros exponentes son Heráclito y Parménides. [Heráclito de Efeso postula que] todo está en perfecta mudanza: “todo cambia”, “todo fluye”. Nada de cuanto existe “es”, al momento siguiente, igual a sí mismo. Ni el mundo ni nosotros somos permanentes. Dice que la existencia es como la corriente de un río en cuyas aguas mismas no podemos bañarnos dos veces. Parménides, por su parte, postula que para que algo fluya es preciso que haya antes ese algo, es decir, un ser en sí (un sustrato permanente). La razón nos pone en contacto con ese algo, con la inmutabilidad de las ideas; pero ante todo con la idea que es base de las demás: la idea de “ser”. El “ser” es inmutable y, para Parménides, ese ser con esas características es Dios y fuera de Él nada hay. Cae así en el panteísmo: cuanto existe es sólo una manifestación de una única substancia, un solo ser que es Dios. Y la existencia de los individuos y de la mutación de las cosas son mera apariencia. Es Aristóteles9 quien] une las dos posturas irreconciliables de Heráclito y Parménides. Explicará el problema del movimiento, pero partiendo de una “filosofía del ser”, es decir, del ser tanto estático como dinámico, y por ello arrancará del “ser” como un concepto análogo, por el que son reales tanto los entes mudables como los estáticos. Gambra señala que Aristóteles en una de sus obras destacadas, la Metafísica (que ahora nos compete), condensa la “filosofía del ser”. Para el Filósofo, en la realidad sólo existen] las cosas individuales, concretas, lo que él llama substancias. Pero estas substancias realizan, cada una a su manera, un universal o modo de ser general, la esencia, aquello que la cosas es, y cuyo ser comparte con los demás individuos de una misma especie. Así, por ejemplo, sólo existen real y 9 Aristóteles fue, sin duda, el fruto intelectual más elevado de la filosofía griega. No poseyó altas condiciones literarias como Platón, pero supo continuar la obra de su maestro con rigor y profundidad. Siguiendo los pasos platónicos logró fundar el Liceo, institución en la que ejerció su fecundo magisterio. Entre sus obras más destacadas se encuentra la Lógica (que él llamó Organon), esta compleja ciencia estudia la estructura interna del pensamiento; fue descubierta y expuesta casi en su totalidad por Aristóteles, sin que toda la humanidad posterior haya podido añadir más que leves detalles o aspectos (Gambra, 1986: 73-74). PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I separadamente hombres concretos, diferentes, pero todos realizan en mismo universal hombre, que es su esencia común. Esta individualidad y esta universalidad que se dan unidas en las cosas materiales concretas se explican, según Aristóteles, por principios físicos. A continuación, vamos a destacar los aportes de dicho pensamiento; para ello, vamos a tematizar los puntos más destacados]. 2. Composición hilemórfica del mundo visible Dicho principio sostiene que la composición fundamental del mundo material consiste en “materia” y “forma“. La forma es un “principio universal, causa de las perfecciones específicas de un ser, y origen de inteligibilidad”. La forma -hombre, caballo, justicia-, hacen que este hombre, ese caballo, aquel acto justo, sean lo que son: hombre, caballo, justicia. En otras palabras, las cosas tienen diferentes modos de ser, según cuál sea el acto unitario y real que la perfeccione (forma substancial) y, por medio de ella, es posible comprender las cosas (universalmente). Es importante destacar que las substancias entre sí guardan cierto orden de jerarquía, según el cual las formas superiores contienen a las inferiores. No obstante, la forma substancial en sí misma no admite grados de intensidad (por ej., el hombre no es más o menos hombre según la edad que posea). La materia prima10 es, en cambio un “principio pasivo, inerte, origen de la individuación”. Por la materia los seres se individúan, se hacen esta cosa concreta, diferente, ella misma. La materia fundiéndose con la forma, da lugar al ser existente o substancia. Materia y forma son las dos primeras causas del ser, por tanto, son los principios primeros del ser corpóreo. G. Medina expresa que la genialidad de Aristóteles en este punto consistió en advertir que: Las cosas son múltiples porque diversas cantidades de materia pueden recibir la misma forma (como la forma de una mesa en diversas maderas). La materia se comporta como ente en potencia, respecto de la forma. Ej. La madera como materia de trabajo del carpintero, está en potencia para recibir una forma mediante la acción 10 Desde la mirada filosófica, materia prima es el sustrato común, un algo indeterminado, incognoscible por principio, que, penetrándose con la forma, depara al ser que existe en su concreción individual (Gay Bocacha, 1987, 76). Al no ser conocida por ningún sentido, no es sensible ni imaginable, sino únicamente inteligible, por tanto, se conoce solamente en relación a la forma substancial. La materia prima no se puede generar ni corromper, y es absolutamente pasiva en el sentido de que sufre la adquisición y la pérdida de formas substanciales, pero a su vez no genera ninguna actividad (Gay Bocacha, 1987, 98). PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I del carpintero. La forma, en cambio, se comporta como acto, dando a la materia un ser determinado. Ej. La forma de mesa da a la madera el “ser mesa”, y no ya puerta. La materia limita a la forma como la potencia limita al acto. Ej. la calidad de la mesa dependerá del material que se use para darle esa forma. La materia ejerce siempre una limitación sobre la forma, por lo que ésta, al hallarse inmersa en la materia, está siempre coartada, sin poder ser completamente ella misma en su pureza. No existe, por ejemplo, la blancura absoluta, sino que ella estará siempre limitada por la materia que la soporta). Esta composición adopta muy diversos modos, siendo a veces una composición que constituye una substancia (y se hablará entonces de “forma substancial” y “materia prima”), o una composición de la substancia ya existente, con otra realidad a modo de realidad accidental. 3. Principio de individuación Siguiendo el esquema expositivo de Gay Bocacha, el autor señala: aunque lo que conocemos son las formas, lo que existe en la realidad es el ente individual. Por tanto, la experiencia nos dice que es un hecho la existencia de individuos singulares. Por otra parte, los individuos tienen propiedades comunes. Por ejemplo, todos los perros son iguales en cuanto participan de la naturaleza canina, pero los perros entre sí se distinguen y esto obedece al principio de individuación, que no es otra cosa que la materia prima, ya que la forma sitúa a la substancia dentro de una especie. La materia recibe la forma y la individúa, constituyendo el individuo concreto. En consecuencia, lo que realmente “es”, es el “compuesto substancial” (unión de materia y forma), sólo de él podemos decir que se genera o corrompe. Ni la materia ni la forma se generan ni se corrompen, sino sólo el compuesto substancial. 4. Predicamentos (substancia y accidentes) Aristóteles realiza una división del ser en grandes grupos, en los que se distribuye toda la realidad. A esta división le da el nombre de categorías o predicamentos -son propiedades del ser en particular-. Con ello, las cosas se dividen en substancia y accidentes. Substancia: es o existe en sí misma. Es el núcleo primero y permanente de una cosa, que tiene existencia propia (por ejemplo, todo animal constituye en sí una substancia con existencia propia, es decir, que no existe ‘en otra cosa’, como parte de ella, sino que existe en sí). Las propiedades que posee la substancia son: PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I Toda substancia posee esencia: esto quiere decir que posee en sí misma un núcleo unitario que le da carácter propio. Cabe aclarar que, mientras la substancia tiene un significado primariamente existencial, la “esencia” expresa más las notas que definen al ente. Como substrato de accidentes: la substancia es capaz de sustentar o sostener accidentes. Como lo que subsiste: la substancia tiene la capacidad de “ser en sí y no en otro”. Accidente: requiere de otro para existir en él. Son realidades que inhieren en la substancia, es decir, existen en ella o brotan de ella, pero no se identifican absolutamente con ella (por ejemplo, el color dorado de la piel por efecto del sol: ni la piel ni el hombre son una y la misma cosa con el color). Ahora bien, este puede significar para una substancia un perfeccionamiento o una degradación. G. Medina, siguiendo al Filósofo, describe los accidentes del siguiente modo: La cantidad: es un accidente derivado de la materialidad del ente corpóreo, ya que esta implica la división en partes o elementos (ej.: tamaño o número de calzado). La cualidad: es una forma que complementa o modifica intrínsecamente a la sustancia, (ej.: los hábitos de las personas, una mesa que es barnizada y la protege). En este accidente cabe diferenciar la cualidad misma que posee el objeto, de la sensación que produce dicha cualidad en el sujeto que la conoce (la sensación puede variar dependiendo de cada sujeto, aunque la cualidad de la cosa sea la misma en sí). La relación: es una simple referencia de un ente a otro (ej.: la paternidad; relación entre compañeros de equipo). La acción: es el acto que el sujeto produce comunicando algo de sí mismo. Se denomina agente al sujeto que produce la acción (ej.: una persona que poda un árbol). La pasión: es un accidente correlativo de la acción e implica potencialidad en el sujeto que recibe la acción (ej.: el árbol que es podado). El lugar: accidente que determina desde fuera del sujeto (ej.: estar en el patio entre otros objetos). Es la localización o presencia de la substancia en un espacio físico. La posición: también es un accidente que se determina desde fuera del sujeto y en correlación al lugar, pero añade el orden con otros cuerpos (ej.: estar sentado). El tiempo: es un accidente que se determina desde fuera del sujeto como medida de su movimiento, según un antes y un después (ej.: tener 20 años). La duración temporal de los entes es su permanencia en el ser. La posesión: accidente más extrínseco de todos. Es una cosa con existencia distinta de la sustancia, pero que se añade en ella a modo de adorno, o vestido, acompañando al sujeto. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I Un ejemplo completo puede ser el siguiente: Juan (substancia) pesa muy poco (cantidad), aunque es muy sano (cualidad), y 10 horas por día (tiempo) trabaja (acción) en su taller (lugar) cubierto por su guardapolvo (posesión), inclinado sobre la mesa (posición) y fatigándose mucho (pasión), para sostener a sus hijos y esposa (relación). Retomando lo postulado por G. Bocacha respecto al conocimiento, nuestros sentidos no llegan a lo que es la substancia, puesto que lo que conocen son las cualidades y las cantidades (por ejemplo, la cantidad de años, el sabor de una comida, el peso, etc.). En consecuencia, sólo se puede conocer lo que es una substancia si antes se ha percibido por los sentidos sus accidentes. En cuanto a la relación entre la substancia y los accidentes, es posible decir que estos últimos no influyen del mismo modo. Algunos de ellos, aunque se diferencian de la substancia, son propiedades necesarias de ella (por ejemplo, el espacio en todo cuerpo material); en cambio, hay otros accidentes que son propiedades contingentes (por ejemplo, el espejo retrovisor de un auto, el cual no deja de ser tal aunque pierda dicho espejo). Las propiedades necesarias son importantes porque para la definición de una substancia se recurre a ellas. 5. Principio de causalidad Para explicar el ser corpóreo, es necesario dar cuenta de las causas que han intervenido en su existencia, entendiéndose por tal “aquello a partir de lo cual algo procede de algún modo”; esto nos coloca ante el Principio de Causalidad, según el cual todo lo creado está ordenado causalmente, es decir, todo ente se haya determinado por cuatro causas: Intrínsecas al sujeto: porque actúan desde dentro para producir el ser. Implica la “causa material” (aquello a partir de lo cual algo se hace y que permanece intrínsecamente en la cosa hecha) y la “causa formal” (aquello por lo cual algo tiene determinado modo de ser). Extrínsecas al sujeto: actúan desde fuera para producir el ser. La “causa eficiente”, es un agente que hace o produce la cosa, ejerciendo la educción de una forma a partir de una materia. La “causa final” es aquello por lo cual algo se hace, es decir, el fin que está en la mente del que obra, desde el comienzo. Vamos a ilustrar este principio con un ejemplo: Imaginemos la escultura de la Piedad. La causa formal es la idea de Piedad que poseía en su intelecto el escultor y que imprimió en el mármol; la causa material es el mármol mismo, sin el cual no habría estatua; la acción del escultor (Miguel Ángel) que con su martillo y su escoplo saca a la materia de su indeterminación, es la causa eficiente; por último, el fin que el escultor se propuso para hacer la estatua (agradar a quien contemple la obra) constituye la causa final. El mismo Aristóteles postula también que la causa final no sólo está presente en la acción del ser inteligente, sino que también se haya impresa en la naturaleza de las cosas. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I 6. La naturaleza Este concepto puede ser entendido en dos sentidos: Sentido físico: es el conjunto de los entes que componen el universo. Sentido metafísico: naturaleza es la “esencia considerada como principio de operaciones”. En este sentido, según cuál sea la esencia de algo, será la capacidad que tenga para operar (ej. en la naturaleza del hombre no está contenida la capacidad para volar). Por su parte, Gambra advierte que la forma de los entes tiende en ellos a su propia perfección, abriéndose paso a través de la limitación, de la imperfección que le impone la materia y la individualidad. Por ello, los seres poseen tendencias naturales, en razón de una ley universal de armonía (naturaleza) que preside al Cosmos. Ahora, mientras unos tienden a su fin ciegamente, como acontece en las afinidades químicas de los cuerpos, otros responden instintivamente, como los animales, conociendo su objeto, pero no la razón de su apetito. Finalmente, los hombres racionalmente, libremente, conocen la razón por la que algo es apetecible y, por tanto, pueden decidir que les apetece más o, viceversa, les provoca rechazo. 7. Potencia y acto Vinculado a los principios de materia y forma, también se encuentra la teoría de la potencia y el acto: todos los seres de la naturaleza contienen una mezcla de potencia y acto; poseen un ser actual (acto) y una multitud de disposiciones (potencias) que serán, o no, actualizadas (realizadas) durante su existencia. Potencia: “capacidad real de recibir un acto”, esto quiere decir que la perfección que se recibe tiene que estar previamente en potencia. Acto: es la perfección alcanzada de aquello que estaba en potencia. Por tanto, el movimiento es el tránsito de la potencia al acto, la actualización de la potencia. Es el modo de existir de todas las cosas naturales por razón de su mismo ser, que es mezcla de acto y de potencias que han de ser actualizadas en el tiempo. PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I Se trata de acto primero cuando se considera el acto como perfección estable (ejemplo, el alma en los seres vivos), y de acto segundo, a la operación (ejemplo, la posibilidad de pensar, que tiene toda persona). 8. Cambio substancial y accidental Retomando a Gay Bocacha, también las creaturas corpóreas están sujetas a multitud de cambios; son substancias que se generan y se corrompen, o que son modificadas o afectadas por muchos accidentes que las cualifican o degradan. Estos sucesos son denominados por Aristóteles “Cambios substanciales” y “cambios accidentales”. Hay cambio substancial cuando: Una substancia es generada (a partir de un material previo) o Una substancia se corrompe, transformándose en otra diferente (destrucción total). Generación y corrupción, son procesos que van unidos puesto que la generación de una substancia supone la corrupción de otra. En el caso de la materia inorgánica el cambio es radical, y la nueva substancia supone necesariamente la corrupción de la anterior (ej. El bronce, calentado a determinada temperatura se descompone en cobre y estaño, dejando de ser bronce). En cambio, en los seres vivos (salvo la muerte y la alimentación) una substancia no se corrompe, sino que engendra otra. Todas las substancias corpóreas están sujetas a cambio substancial, ya que son compuestas, es decir, que su subsistencia depende de la unión de la materia con la forma. En la generación de una substancia corpórea, se hablará de ‘materia prima y forma substancial’ (por ejemplo, los órganos y las partes del cuerpo humano constituyen la ‘materia prima’; el alma humana su forma substancial). El alma de los vivientes es ‘acto primero’ y por medio de ella se da el ser y la especie a la substancia. Cuando los cambios no arrojan como resultado el surgimiento o desaparición de la substancia, sino que la modifican, sea para perfeccionarla o para afectarla en algún modo, se hablará entonces de “materia segunda o forma accidental” (por ejemplo, el color de piel de una persona). G. Medina señala que los principales cambios accidentales son: a- alteración (cambio de cualidad), b- crecimiento o disminución (cambio de cantidad), c- traslación (cambios de un cuerpo en el espacio: lugar, posición). Por su parte Gay bocacha destaca que todo cambio substancial es preparado por una serie de transformaciones accidentales (ciertas alteraciones) que preparan a la materia para recibir la PAGE \* Departamento de Formación Humanística Formación Humanística I nueva forma y la indisponen para seguir con la forma actual. El cambio substancial es instantáneo, aunque los cambios previos cualitativos se desarrollen en ciertos períodos de tiempo. Esto no nos debe llevar a pensar que el mundo es puro cambio. Se trata de un mundo lleno de orden, que tiende a la realización de algo perfecto. Llegamos al final de la unidad habiendo presentado los principios que rigen toda realidad material y, por tanto, también la humana. Tener conocimientos de estos aspectos del ser corpóreo, y saber aplicarlos, permite dar sólidas respuestas -que se han sostenido en el tiempo- a un sin números de interrogantes antropológicos y éticos que inquietan a la sociedad actual. PAGE \*

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