Unidad Didáctica 9: La Gestión Educativa: Clima, Cultura y Relaciones - PDF

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Carmen Gallego Domínguez, Carmen Yot Domínguez

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gestion educativa clima escolar cultura escolar educación

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This document is a unit on educational management, focusing on school climate, culture, and relationships. The document discusses topics like school management, school climate, school culture, relationships between teachers, and family-school relationships. It also covers related theoretical and practical aspects of education management, addressing topics such as conflicts and improving the educational environment.

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Facultad, área de conocimiento Carmen Gallego Domínguez Carmen Yot Domínguez Máster en Problemas de conducta en centros educativos Principales problemas de conducta en el aula: causas y factores de riesgo Unidad didáctica 9 La gestión educativa: clima, cultura y relaciones Carmen Gallego Domínguez...

Facultad, área de conocimiento Carmen Gallego Domínguez Carmen Yot Domínguez Máster en Problemas de conducta en centros educativos Principales problemas de conducta en el aula: causas y factores de riesgo Unidad didáctica 9 La gestión educativa: clima, cultura y relaciones Carmen Gallego Domínguez Carmen Yot Domínguez La gestión educativa: clima, cultura y relaciones 3 1. La gestión escolar 3 2. El clima escolar 5 3. La estructura y cultura de la escuela 12 4. Relaciones de colaboración entre docentes 14 5. Relación familia-escuela 15 6. Conclusiones 18 Bibliografía 19 Unidad didáctica 9 La gestión educativa: clima, cultura y relaciones 1. Introducción El problema de la conflictividad escolar hay que verlo como un problema “sistémico”, es decir, como el problema de innumerables factores interrelacionados dentro de un marco mayor como es el de las estructuras de poder económicas, sociales y políticas. Hay que entender la conducta agresiva, conflictiva o violenta de los alumnos desde una perspectiva sistémica, en la que la escuela desempeña un papel importante (Cerrón, 2000). La mayor parte de los problemas de conducta pueden explicarse como un desajuste dentro de su contexto familiar o escolar. La incidencia de malas relaciones entre padres y profesores, el clima entre compañeros, las tensiones entre los diferentes miembros del centro, la actividad escolar escasamente motivadora, el autoritarismo, etc. convierten a la institución escolar en un espacio polémico. (Ayerbe y Aramendi, 2017, p.15) Es por ello por lo que la aparición de determinados conflictos está relacionada directamente con la organización de los centros. De ahí que sea necesario que los centros contemplen las medidas organizativas y de prevención de conflictos que permitan fomentar las buenas relaciones entre sus miembros como clarificar las normas de convivencia y exigir su cumplimiento, de modo que se pueda crear un clima favorable de trabajo y organización en las aulas y en el centro (Calvo, Marrero y García, 2002). La gestión democrática, basada en un modelo relacional y/o integrador, invita a favorecer el compromiso de todos los miembros de la comunidad educativa, coordinar medios y personas, etc. Y esto es imprescindible para fomentar la convivencia. 2. La gestión escolar Una institución educativa, además de educar, se encuentra condicionada por una serie de aspectos que tienen un carácter organizativo, pero también existen otros externos que afectan a la misma. Cuando hablamos de autonomía institucional nos estamos refiriendo a que los centros educativos como institución es capaz de identificar su ideología y su cultura con un proyecto específico de actuaciones y de desarrollo. En este sentido, cualquier organización que tenga una estructura va a tener también un proyecto donde se recogen los principios y las líneas generales con la finalidad de desarrollar de manera eficaz las actividades que en dicha estructura institucional se deban desarrollar e implementar. Este proyecto educativo del que estamos hablando se trata de un programa que especifica las orientaciones, la ideología y las propias acciones educativas de gestión de manera coherente y también coordinada (Antúnez y Gairín, 2009). Los equipos directivos y equipos de gestión de una institución educativa tienen como objetivo principal y primordial el de conseguir una buena y gran eficiencia de su escuela. Sus funciones están basadas en la gestión para poner en práctica acciones, ideas o proyectos (Gairín, 2004). Hablar de gestión incluye todo aquello que diariamente se va desarrollando en la escuela con la finalidad de lograr un objetivo o una meta. El objetivo de cualquier organización o institución educativa es el de proporcionar una educación de calidad. Por ello la institución va a trabajar a diario para hacer posible y real esa meta propia de la institución (del Solar, 2004). Pero debemos tener en cuenta que al hablar de gestión no solo estamos incluyendo acciones de tipo financiero o administrativo. La gestión escolar incluye diversas acciones y medidas que se desarrollan a diario en cualquier institución educativa. Estas acciones las presentamos a través de la siguiente figura y basándonos en la revisión de literatura que realizan Lavín y del Solar (2000): Unidad didáctica 9 Dimensión administrativa-financiera Referida a la distribución del tiempo y del espacio, así como a la administración de los recursos humanos, materiales y financieros de la institución escolar. Dimensión organizativa-operacional Se refiere a la estructura interna, contemplando desde el equipo directivo y sus funciones, al cuerpo docente, las familias, el alumnado, etc. Dimensión comunitaria Alude a las relaciones que establece la escuela con las organizaciones sociales, culturales, empresariales, etc. de la zona. Dimensión sistémica Concerniente a las relaciones que establece la escuela con otras instituciones del sistema educativo. Dimensión pedagógica-curricular Se refiere a los fines y objetivos específicos o razón de ser de la institución en la sociedad. Contempla las prácticas específicas de enseñanza y aprendizaje, de evaluación, etc. Dimensión convivencial Referida a las relaciones de convivencia, entre docentes, alumnos, administrativos, etc. Figura 1. Dimensiones de la gestión educativa. Fuente: Lavín y del Solar (2000: 45). El carácter de cuatro de estas dimensiones es relacional. Éstas son imprescindibles para que la escuela pueda cumplir sus objetivos y su misión como institución organizativa y educativa. Este carácter se refiere al estudio de la manera que tienen todos los actores y agentes implicados en la misma de relacionarse y cumplir todos los aprendizajes esperados. Para finalizar este apartado del tema e introducir el siguiente debemos hacer especial mención a la importancia de un clima escolar positivo y la relevancia de trabajar con una cultura propia de la escuela que sea colaborativa. Esta cultura colaborativa y un buen clima de convivencia va a permitir desarrollar todos los planteamientos y acciones que la organización educativa planifique. En este sentido, cuando hablábamos de un proyecto educativo, este será el medio necesario para poder llegar a conseguir los objetivos educativos que la organización pretenda utilizando la estrategia de trabajo colaborativo en la misma. Cualquier escuela como organización tiene el objetivo y también la necesidad de comprender cuál es la realidad de sus estudiantes e investigar qué estrategia es la más adecuada para responder a las necesidades individuales y propias de cada estudiante, así como conseguir y descubrir las estrategias que permitan responder a sus necesidades de aprendizaje sin olvidar las exigencias del propio sistema educativo y del entorno. Estos procesos de colaboración van a permitir que la institución educativa supere los obstáculos de aislamiento y todos trabajen apoyándose mutuamente en los momentos en los que encuentran dificultades en el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Esta colaboración estaría basada en el intercambio profesional y en la creación de redes de aprendizaje profesional (Gairín, 2004). Unidad didáctica 9 3. El clima escolar El clima escolar es un concepto que merece especial relevancia en este tema. El clima escolar nos va a permitir conocer cuál es la calidad de vida dentro de las organizaciones educativas. Podríamos por tanto considerarlo como un excelente indicador de la calidad de las escuelas en materia de convivencia (Mena y Valdés, 2008). En este sentido, también tenemos que mencionar que el clima escolar en ocasiones se asocia con la conformación de un ambiente que permite desarrollar de manera eficaz y eficiente el proceso de enseñanza y también el proceso de aprendizaje. Por ello que nos va hacemos en el estudio y revisión literaria que Sandoval en el año 2014 se realizó con el fin de conocer e identificar los componentes de este concepto. A continuación, enumeramos dichos componentes y añadimos una pequeña definición basándonos en este autor: Entorno acogedor, normas de convivencia claras, disciplina Planificación de consensuada, espacios actividades: diferentes para la participación. espacios de formación. Relaciones e interacciones: entre todos los agentes de la comunidad educativa. Figura 2. Componentes del clima escolar. Fuente: de elaboración propia. La siguiente figura recoge y muestra como la organización escolar o el centro educativo se estructura en un ambiente global en el que influyen factores físicos, personales, estructurales, culturales y funcionales. Todos estos factores están relacionados integrados de manera interactiva en un proceso dinámico muy específico que le da estilo propio a la institución y que a su vez condiciona los productos educativos (UNICEF, 2018). Unidad didáctica 9 Figura 3. Dinámica de interacción. Fuente: Fuente: UNICEF (2018, p. 5). En este sentido, las dimensiones del clima escolar pueden encontrarse organizadas de forma diferente en distintas aproximaciones teóricas. No obstante, hay una gran coincidencia en destacar ciertas dimensiones, que hacen referencia a aspectos académicos, sociales, físicos y afectivos. Es importante que las escuelas proporcionen un ambiente de aprendizaje positivo que brinde una medida de seguridad y apoyo que maximice la capacidad de los estudiantes para aprender habilidades sociales y emocionales, así como contenido académico. Darling-Hammond y Cook-Harvey (2018) recogen en su estudio los datos del The National School Climate Center’s 13 Dimensions of School Climate. Lo consideramos una Fuente de información muy enriquecedora para conocer cuáles son los aspectos del entorno relevantes para tener en cuenta y por ello que incluyamos dicha información en la tabla 1. Todos los aspectos del entorno escolar, desde la seguridad física y emocional y el mantenimiento físico del edificio escolar y los terrenos hasta las relaciones, el compromiso y el sentido de pertenencia. Muchas de estas construcciones también pueden considerarse "condiciones para el aprendizaje" que permiten el desarrollo de las habilidades socioemocionales de los estudiantes. Por ejemplo, los estudiantes necesitan apoyos sociales de adultos y compañeros que les ayuden a sentirse conectados con la escuela para que puedan desarrollar optimismo o una mentalidad de crecimiento. Del mismo modo, los estudiantes deben sentirse a salvo del abuso verbal y la intimidación para desarrollar una fuerte conciencia social y habilidades de relación y comunicación con otros. Unidad didáctica 9 Tabla 1. Aspectos para tener en cuenta en el clima escolar. DIMENSIONES INDICADORES SEGURIDAD Reglas claramente comunicadas sobre violencia física; reglas claramente comunicadas sobre NORMAS Y REGLAS abuso verbal, acoso y burlas; Aplicación y normas claras y consistentes para la intervención de adultos. Los estudiantes y los adultos se sienten a salvo SEGURIDAD FÍSICA de daños físicos en la escuela. SEGURIDAD SOCIAL Y EMOCIONAL Los estudiantes se sienten seguros del abuso verbal, las burlas y la exclusión. ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE Uso de prácticas de enseñanza de apoyo, tales como: estímulo y retroalimentación constructiva; variadas oportunidades para demostrar conocimiento y habilidades; apoyo a la toma de APOYO Y APRENDIZAJE riesgos y al pensamiento independiente; ambiente propicio para el diálogo y el cuestionamiento; desafíos académicos; y atención individual. Apoyo para el desarrollo de conocimientos, habilidades y disposiciones sociales y cívicas APRENDIZAJE SOCIAL Y CIVICO que incluyen: escucha efectiva, resolución de conflictos, autorreflexión y regulación emocional, empatía, responsabilidad personal y toma de decisiones éticas. RELACIONES INTERPERSONALES El respeto mutuo por las diferencias individuales (por ejemplo, género, raza, cultura, etc.) en RESPETO Y DIVERSIDAD todos los niveles de la escuela (alumno-alumno, adulto-alumno y adulto-adulto) y las normas generales de tolerancia. Patrón de relaciones de apoyo y cuidado con los adultos para los estudiantes, incluidas altas expectativas para el éxito de los estudiantes, APOTO SOCIAL Y DE ADULTOS disposición para escucharlos y conocerlos como individuos, y preocupación personal por los problemas de los estudiantes Patrón de relaciones de apoyo entre compañeros para los estudiantes, que incluyen: APOYO SOCIAL DE ESTUDIANTES amistades para socializar, para problemas, para ayuda académica y para nuevos estudiantes. ENTORNO INSTITUCIONAL Identificación positiva con la escuela y normas “ENGAGEMENT” A LA ESCUELA para una amplia participación en la vida escolar de los estudiantes, el personal y las familias. Unidad didáctica 9 ENTORNO FÍSICO Limpieza, orden y atractivo de las instalaciones y recursos y materiales adecuados. MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Sentir que los estudiantes se sienten seguros de daños físicos, abuso verbal, burlas, chismes REDES SOCIALES y exclusión cuando están en línea o en dispositivos electrónicos (por ejemplo, Facebook, Twitter y otras plataformas de redes sociales; por correo electrónico, mensajes de texto, publicación de fotos / videos, etc.) SEGURIDAD Administración que crea y comunica una visión LIDERAZGO clara, y es accesible y apoya al personal escolar y al desarrollo del personal. Actitudes y relaciones positivas entre el RELACIONES PROFESIONALES personal de la escuela que apoyan el trabajo y el aprendizaje juntos de manera efectiva. Fuente: The National School Climate Center’s 13 Dimensions of School Climate (p. 12) Llegados a este punto, detengámonos en analizar de manera rápida cuál es la realidad que Podemos observar en cualquier centro educativo. Podríamos llegar a una conclusión previa que las realidades de nuestras escuelas nada favorecen la convivencia. Por ejemplo, la excesiva automatización del currículo, la tendencia a desarrollar medidas sancionadoras para solucionar problemas, demasiada jerarquización en la práctica educativa, muy poca participación del colectivo de docentes, un cierto rechazo a la participación de los padres y de las madres en las escuelas o la ausencia de participación de los propios estudiantes en la misma (Bernal, 2011). Sin embargo, deberíamos de aprovechar el desarrollo de un buen clima escolar como base imprescindible para apropiarnos de conocimientos, actitudes y habilidades propias del currículum además de tener en cuenta buenas estrategias para aprender de la convivencia. La convivencia es la capacidad que tienen las personas para relacionarse con sus semejantes, es un marco idóneo para desarrollar acciones de respeto mutuo y de solidaridad (Sandoval, 2014). La convivencia en la escuela es un hecho muy valioso por sí mismo y una gran fuente de aprendizaje para la vida. Porque no solo es importante el logro académico o teórico. Convivir con un buen clima en la escuela debería ser uno de los objetivos principales de los proyectos educativos. Una buena convivencia un buen clima escolar va a implicar las interacciones entre los actores de la escuela bajo el soporte de acciones regulatorias que van a permitir que los individuos vivan y crezcan juntos. Cuando hablamos de convivencia o de clima escolar no nos estamos refiriendo únicamente al centro educativo o al aula, sino que está presente en cualquier espacio que conforme la escuela (Perales, Arias y Bazdresch, 2014). Para estudiar la importancia de la convivencia en las organizaciones educativas nos vamos a referir al artículo de Perales publicado en el año 2017 para enumerar dos acciones imprescindibles para justificar una buena convivencia en las escuelas: La convivencia debe ser adecuada para que se puedan desarrollar los procesos de aprendizaje. La violencia escolar y un clima que no sea apropiado para limitar el aprendizaje de nuestros estudiantes. La convivencia escolar es relevante y significativa y es por sí misma el objetivo o meta de la educación. La convivencia escolar como constructor y como concepto está recogido en la Unesco como aspecto imprescindible para aprender a convivir siendo uno de los cuatro pilares fundamentales de la educación a nivel mundial. Unidad didáctica 9 Para que el aprendizaje sea eficaz y eficiente las relaciones entre los agentes de la institución que comparten el día a día en la escuela deben conformar vínculos interpersonales basados en la convivencia. Estos vínculos deben de ir construyéndose día a día, mantenerse en el tiempo y renovarse también a diario. Una institución educativa debe de otorgar especial relevancia a la comunicación, el respeto mutuo, la participación y el diálogo para generar un clima favorable que posibilite el aprendizaje de todos Actualmente, contamos con una rica experiencia acumulada que nos permite afirmar que conocemos las claves para conseguir centros con una buena calidad en convivencia, medidas que podemos encuadrar dentro de lo que denominamos un modelo de gestión con carácter democrático de convivencia. Los dos principios básicos son la inclusión y la participación. Se trata de un modelo democrático porque subraya la participación de todos los miembros de la comunidad educativa, la cual se realiza desde el rol diferencial que cada grupo que compone la comunidad educativa tiene en el funcionamiento del centro escolar. El segundo principio subraya la idea que es posible conseguir un buen clima de convivencia sin renunciar a atender a toda la diversidad del alumnado. Las escuelas sostenibles en convivencia son aquellas que están ofreciendo respuestas contrastadas, articuladas y sólidas dentro de un modelo de gestión democrática de la convivencia. Son escuelas donde se aprende a convivir y se crean las mejores condiciones para que todo el alumnado pueda aprender y tener éxito académico. No renuncian a un marco normativo claro (Abad, 2010, p. 12). Figura 4. Escuelas sostenibles. Fuente: Abad (2010, p. 13). La convivencia en las escuelas necesita de un plan o Marco que regule las relaciones entre los agentes implicados para poder así garantizar la integridad de todos los miembros de esta y sus derechos. Asimismo, este plan de convivencia debe de incluir y considerar los intereses y las necesidades de todas las partes involucradas. Es necesario por lo tanto tener un Marco normativo de referencia que incluya el conjunto de los valores que se comparten en la organización y que van a guiar el desarrollo de una buena convivencia escolar. Por todo ello, el centro educativo va a ir trabajando con estas acciones y construyendo su propia manera de llevarlas acabo, siempre basándose en el proceso reflexivo e intencionado de incluir a todos. Es el aula donde se va construyendo la convivencia y, por lo tanto, nos basamos en las siguientes enumeraciones para poder definir dicho espacio (Ianni, 2003): o El primer espacio de vida: donde los niños y los adolescentes van a iniciar su vida pública. o El espacio donde se empiezan a construir las primeras relaciones sociales. Unidad didáctica 9 o Un lugar donde los alumnos empiezan a construir su identidad social y a tener valores y normas conjuntas. o Espacio donde se convive, se conversa y se construye. o Un lugar donde se desarrolla formas de convivencia a través de prácticas con carácter democrático. Llegados a este punto, y basándonos en la portación de Bisquerra (2008: 103), destacamos y definimos los diferentes niveles al respecto del clima escolar: Clima escolar: Se refiere a los diversos climas emocionales que pueden darse en una institución educativa. Incluye el clima de centro y el clima de aula. El clima escolar es el resultado de la interacción de una serie de factores: alumnado, profesorado, padres y madres, metodología, espacios, etc. Clima de centro: Es el que se genera en toda la institución escolar y está condicionado principalmente por la dirección, el profesorado, el alumnado, otros posibles agentes y el entorno físico del centro. Este clima afecta a todos los colectivos del centro. Clima de aula: Se trata del clima que se genera en el aula como consecuencia de la interacción entre el profesorado y el alumnado dentro del espacio del aula. Este clima incide en los procesos educativos y en el rendimiento académico. Sandoval (2014), por su parte, llegó a establecer el clima social como conjunto de diferentes y diversos microclimas. Especificó que dentro de una organización educativa pueden distinguirse dos de ellos que son principales y determinantes para el proceso de enseñanza y el proceso de aprendizaje. Éstos dos microclimas son: el clima profesional o laboral y el clima de la propia aula. El clima del aula es aquel que va a favorecer que la persona se desarrolle y donde los estudiantes van a hacer el apoyo de otros y solidarios también con sus profesores. Además, un buen clima de aula va a permitir crear la perfecta atmósfera para trabajar cooperativamente y colaborativa mente, permitiendo también así que los docentes se centren en las necesidades de cada uno de sus estudiantes para conseguir un buen desarrollo de la organización educativa. Para apoyar el logro y el comportamiento de los estudiantes, la investigación de Darling-Hammond y Cook-Harvey (2018) sugiere que las escuelas deben atender cuatro dominios principales: 1. Construir un clima escolar positivo tanto en las aulas como en la escuela en general. 2. Fomentar comportamientos positivos en los estudiantes a través del aprendizaje social y emocional. 3. Desarrollar estrategias de instrucción productivas que apoyen la motivación, la competencia y el aprendizaje autodirigido. 4. Crear apoyos individualizados que aborden las necesidades de los estudiantes, incluidos los efectos del trauma y la adversidad. Unidad didáctica 9 A continuación nos basamos en el Marco de Unicef (2018) para describir una serie de medidas propias para lograr un clima escolar positivo. Tabla 2. Medidas de UNICEF para lograr un clima positivo en la escuela. MEDIDAS ¿CÓMO CONSEGUIRLO? Claustro y Consejo Escolar: A principio de curso revisar el Reglamento de Organización y Funcionamiento en vigor y consensuar las normas generales del centro. Consejo Escolar: Valorar su funcionamiento realizando una evaluación con sus 1. Establecer límites a principio integrantes. de curso y disponer de normas Tutoría: efectivas. En septiembre, con el alumnado se debe elaborar normas en las aulas, analizar las normas generales del centro, y revisar el sistema de elección de delegados para que sea equitativo. Claustro: En octubre, aprobación e inclusión de las normas en el Plan de Convivencia y en el Plan de Acción Tutorial. Actitud de ayuda y accesibilidad hacia el alumnado. Empatía. 2. Relaciones de confianza con Conocer y comprender al alumnado y que se sienta todos los estudiantes. Estas comprendido. relaciones están basadas en el Ahondar en su percepción del profesorado. respeto y en la colaboración. Tutoría individual y colectiva para mostrar que el profesorado es un elemento de apoyo y ayuda de los estudiantes en su desarrollo personal. 3. Tener conocimiento de cuáles son los roles de los Realizar un sociograma para que el profesorado obtenga estudiantes e intentar que los información sobre la estructura interna del grupo-clase (líderes, mismos apoyen la convivencia y rechazos, grupos), y en función de los resultados realizar que no la perturben. Si este es acciones para intervenir en la mejora de los aspectos que sea el caso vamos a reconsiderar y necesario. a reconducir su actitud. Fuente: UNICEF (2018). Unidad didáctica 9 4. La estructura y cultura de la escuela En este bloque de contenidos vamos a trabajar conceptos como la estructura y la cultura en la escuela. La estructura de un centro educativo y como se configura es uno de los factores más influyentes en el tipo de clima que se esté desarrollando en dicha institución. Debemos considerar que algunas estructuras van a facilitar la integración Y las relaciones entre los docentes, pero hay otras estructuras que van a dificultar el desarrollo de un buen clima escolar. Esta es la principal justificación que la estructura y la cultura de la escuela es tan determinante y significativa cuando hablamos de conseguir un buen clima de convivencia. Además, entender como se estructura una organización educativa nos va a ayudar a configurar un Marco de acciones específicas para el desarrollo de esta (Murillo Estepa y Becerra Peña, 2009). Las organizaciones son parte de nuestra vida diaria y tratamos con diversos tipos. La estructura se refiere al entramado de carácter Formal de cualquier organización. Este entramado se sustenta bajo un andamiaje. Los centros escolares es el contexto organizativo en el cual se planifica y se implementa el currículum escolar, los aprendizajes de los alumnos y alumnas, así como la actividad de los profesionales de la educación. Las escuelas son organizaciones socialmente instituidas y están formalmente estructuradas. Cualquier escuela posee una estructura organizativa Formal pensada para coordinar la actividad que se lleve acabo en ella, así como las tareas para ir logrando los objetivos planteados en su proyecto. Ahora bien, las estructuras de las organizaciones educativas deben de construirse de manera autónoma según las estructuras de conexión y de relación que se van produciendo día a día. Es decir, a raíz de los intercambios, comunicaciones y sistemas social propios de una escuela, la misma se va desarrollando como un circuito de intercambio comunicativo, organizativo y con identidad propia (Murillo Estepa y Becerra Peña, 2009). Como ya adelantó Lorente (2006), la escuela se va constituyendo según las personas que están en ella, es decir, según la manera en la que se van produciendo los procesos de negociación y de interacción (que pueden ser internos y/o externos). Estos procesos interactivos se van desarrollando según la realidad organizativa y las creencias, los códigos profesionales, los roles, patrones de acción, etc. Es decir, según la cultura escolar y profesional. Por todo ello, las escuelas no son más que construcciones sociales que no pueden ser comprendidas al margen de los docentes, familias y estudiantes. Ellos son los actores y los agentes que conforman la organización, sus relaciones y también sus actuaciones. En este sentido, la cultura escolar es un aspecto esencial en cualquier mecanismo de cohesión dentro de la escuela. Se trata de un mecanismo de cohesión y de conexión ya que se identifican con la misma. Por esta razón, es necesario tener en cuenta la influencia que ejerce la cultura en el clima de la escuela en concreto (López y Sánchez, 2004; Murillo Estepa y Becerra Peña, 2009). La cultura escolar tiene una influencia totalmente directa con el hecho que se genere una buena convivencia en los centros de educativos o por el contrario la convivencia esté basada en el conflicto y en las faltas de respeto entre sus integrantes. Es por ello por lo que todos los aspectos que constituyen la cultura de una escuela estén clasificados, revisados, se reflexiones sobre ellos y se asuman con un espíritu participativo por parte de todos los agentes de la comunidad educativa (Jordán, 2009). Hace más de dos décadas que varios autores incluyeron en su artículo, y destacaron del mismo modo, dos dimensiones muy importantes dentro de la cultura escolar. Una dimensión fue el grado de autonomía de los docentes y la otra dimensión se refería al grado en el que compartían sus prioridades. Estos autores (Marcelo y Estebaranz, 1999) llegaron a la conclusión que plasmaron en la siguiente figura: Unidad didáctica 9 Figura 5. Esquema de dimensiones y cultura escolar. Fuente: Marcelo y Estebaranz (1999, p. 52). Las dos dimensiones importantes de la cultura: el grado de autonomía del profesorado (autonomía-control) y el grado en que se comparten las prioridades (consenso- conflicto), cuya mayor o menor fuerza da lugar a una tensión que se resuelve en algunas características que definen la cultura de cada escuela. Si existe autonomía y consenso, las relaciones serán de colegialidad; si en una situación predominan el control y el consenso es que hay un fuerte liderazgo; si se combinan un fuerte control con una situación de conflicto, seguramente la organización está dominada por las prescripciones; pero si dominan la autonomía y el conflicto, probablemente nos encontramos con una organización anárquica (Marcelo y Estebaranz, 1999, p. 52). Para finalizar este apartado, hay que destacar que las escuelas con un clima de convivencia positivo se caracterizan por desarrollar y promover relaciones cercanas y de confianza entre sus miembros. Por ello que una cultura escolar basada en el diálogo fluido y la comunicación constante, tanto en contextos formales e informales, son la base de la confianza. Unidad didáctica 9 5. Relaciones de colaboración entre docentes En los centros escolares se desarrollan numerosos tipos de relaciones que a su vez determina el estilo de vida de este. En unos casos encontramos centros en los que predominan relaciones de colaboración, en otros los patrones de relación profesional tienden hacia el individualismo o la fragmentación del centro en grupos. Una de las características que siempre se identifica y que está comúnmente admitida es la del individualismo de la profesión docente. Esta característica es propia de una organización de tipo celular con escasas oportunidades para realizar observaciones mutuas o en tipo red. Este tipo de organización tampoco se caracteriza por intercambiar experiencias, compartir recursos o estrategias ni tampoco se preocupa por mejorar la competencia del docente (Montero, 2011). Por su parte, Hargreaves diferencia el individualismo con carácter obligado o el estratégico. El primer tipo mencionado es aquel conocido como celular ismo y viene determinado por la propia estructura organizativa. El segundo tipo es el estratégico y es un mecanismo que los docentes utilizan poder resolver posibles problemas que tengan sus estudiantes. Esta doble interpretación es importante tenerlo en cuenta para poder diferenciar las fronteras entre el individualismo y la individualidad. Para poder desarrollar y trabajar con estructuras adecuadas necesitamos de la colaboración entre los agentes implicados y un trabajo colegiado. Constituir redes, equipos y unidades de trabajo van a ser fundamentales para poder complementar la estructura escolar con equipos estables de desarrollo democrático (Antúnez, 1999). Y es que la estructura de una organización escolar puede ser un obstáculo o puedes facilitar el trabajo colaborativo entre los profesores y las profesoras. Por ello que resulta fundamental tomar decisiones que favorezcan la implicación de los docentes y de todos los agentes relacionados directa o indirectamente con la institución escolar. Montero (2011) ya determinó en su revisión bibliográfica que una cultura de colaboración necesita relaciones de confianza y de apoyo mutuo entre los docentes de un centro educativo. Necesitan reflexionar y aprender de manera compartida para poder comprender la actividad de enseñar como una tarea de colaboración y de participación compartida con sus compañeros del centro y bajo la coordinación de los equipos de dirección y de gestión. Unidad didáctica 9 6. Relación familia-escuela Llegados a este punto no podemos olvidar la importancia del tipo de relación que se establece entre la escuela y las familias. La participación de las familias en la organización educativa va a producir sin lugar a duda un efecto positivo y duradero en el tiempo. Va a producir también consecuencias en el alumno tanto en el plano académico, como social y motivacional. Además, los beneficios para las familias y para los docentes serán muy positivos. Destacamos dos tipos de participación o variables que podemos observar según los aspectos comunicativos y colaborativos entre familia y escuela (Cabello y Miranda, 2016). - La participación formal: Es la forma de participación más utilizada por las familias. Podemos señalar el consejo escolar y las asociaciones de madres y padres de alumnos. Esta participación tiene un carácter institucionalizado y tiene cabida dentro del proyecto educativo del centro. - La participación informal: Este segundo tipo de participación no está reglada. Podríamos destacar los encuentros de carácter informal que tienen lugar en la puerta del colegio, al salir de clase, en la calle, etc. Bolivar (2006) reafirmó que la implicación, participación y responsabilidad de todos los actores y agentes de la comunidad educativa es imprescindible para el desarrollo del proyecto educativo de la escuela. Además, señaló una serie de estrategias que van a ayudar a incrementar las participaciones de las familias. A continuación, describimos y clasificamos las estrategias en dos grandes bloques: - Estrategias para incrementar las capacidades de la escuela para implicar a las familias: o Crear condiciones para un clima dinámico e interactivo o Medidas para apoyar la participación y las relaciones entre docentes y familias o Formar a los docentes para tener relaciones positivas y continuas con las familias. - Estrategias para capacitar a las familias y que se involucren: o Apoyar a las familias para que tengan un papel activo, un sentido positivo de eficacia y una percepción de que la escuela y los docentes desean su participación. o Ofrecer sugerencias de lo que pueden hacer y de lo importante que son para que sus hijos e hijas aprendan de manera exitosa. Para finalizar este tema, queremos recoger en la siguiente tabla la aportación que Perales ha hecho recientemente al mundo científico y académico. Se trata de un cuadro que incluye cómo podemos hacer que las familias participen a través de cuatro modelos de convivencia. Estos cuatros modelos son la alianza, la confrontación, la desvinculación y la colaboración. Tabla 3. Modelos de participación de las familias en la escuela. - Pequeños grupos de padres “confiables” y “responsables” actúan en concordancia con maestros y directores. Asisten a reuniones, colaboran económicamente y participan con trabajo MODELO ALIANZA manual y en cargos escolares. - Conformado por madres o abuelas jóvenes que no trabajan fuera de casa con más disponibilidad de tiempo. Generalmente tienen secundaria terminada y valoran a la escuela en términos de Unidad didáctica 9 movilidad social. - Familias acompañan a alumnos en trayectos escuela-casa, apoyan con tareas escolares y si se busca apoyo para rezago en caso de ser necesario. - Alumnos de estas familias suelen no ser responsables de “conflictos de convivencia” y si lo son, se da un diálogo informal entre padres y maestros. En estos casos, se suele aceptar recomendaciones de profesores. - Maestros confían en estos padres y alumnos, pero se limita su rol a ser “apoyo”. Padres implícita y explícitamente restringidos en términos de opiniones sobre prácticas pedagógicas y procesos escolares. - Modo se delinea a través de la comparación con las relaciones con los siguientes modos y con las características de las familias que comúnmente participan en ellos. - Relaciones se practican en espacios oficiales: salones, patio, oficina del director. - Algunas familias actúan en oposición con maestros, directivos y padres “aliados”. Interacciones son percibidas como “agresivas” o “conflictivas”. Participación en actividades escolares, contribución económica y apoyo de alumnos es intermitente. - Para “aliados”, miembros de familias en oposición se niegan a participar apropiadamente de la escuela, hacen reclamos inválidos y se aprovechan. - Familias en oposición identifican discursos encontrados presentes en la escuela (legalidad de las cuotas), y no están de acuerdo como recursos se distribuyen. Percepción de discriminación. MODELO DE CONFRONTACIÓN - Familias conformadas usualmente por padres jóvenes que trabajan tiempo completo. Atención a los alumnos se comparte con otros miembros de familia extendida, sobre todo abuelas y tías. Algunas de estas familias son catalogadas como “disfuncionales”. - Confrontación es evidente cuando alumnos son identificados como responsables de conflictos de convivencia. Partes en consideran que sus puntos de vista no son tomados en cuenta, se imponen perspectivas y no se llegan a acuerdos. - Relaciones se practican en la periferia: puertas de escuela y salones, pasillos. - Relaciones fuertemente separadas entre familias y actores aliados en términos de actividades, espacios, formas de comunicación y significados comunes sobre la escuela. Es el MODELO DE modo más prevalente. DESVINCULACIÓN - Actores “aliados” tienen poca expectativa de involucrar a estas familias. - Conformado generalmente por familias extendidas donde el cuidado principal de los alumnos es muchas veces Unidad didáctica 9 responsabilidad de la abuela o de tíos. Estas familias también son catalogadas como “disfuncionales”. - Estudiantes son el principal mediador entre escuela y familias. - Dos perspectivas de desconfianza caracterizan modo: a) familias creen que las demandas de la escuela son muy altas y no se apoyan sus necesidades, y b) familias creen que no se puede contribuir con escuela por falta de recursos, preparación o valía personal. - No hay sentido de pertenencia a escuela por parte de familias desvinculadas. - Temporalidad en relaciones fundamental para entender modo. Hay inestabilidad en las configuraciones de familias, cambios de escuelas por movimientos de residencia, cambios de profesores en los grupos, y un contexto general de incertidumbre derivado de la actual reforma educativa-laboral. Se dificulta establecer relaciones duraderas y significativas. - Presente solo en uno de los grupos. Asistencia, colaboración e iniciativa de familias en necesidades del grupo es continua. - Parte de relaciones basadas en el conocimiento de los diferentes actores y de hacer explícitos sentidos comunes sobre la escuela. MODELO DE - Situación del alumno se vuelve sentido común entre familias y COLABORACIÓN profesora. - Otras características comunes en ambas escuelas pudieran contribuir a este modo: accesibilidad de las partes, diálogo para conocer puntos de vista, certeza en los tiempos y demandas escolares, y altas expectativas de apoyo. Fuente: Perales (2017: 9-10) Unidad didáctica 9 7. Conclusiones La escuela es una organización, en suma, un sistema social. En ella se dan múltiples relaciones por lo que son espacios de convivencia. Esta convivencia se debe asentar en la participación democrática, la colaboración, el respeto, la inclusión… Es decir, debe estar dotada de carácter positivo. En primer lugar, porque es necesario aprender a convivir. Y lo que se vive y experimenta en la escuela contribuye a la formación de los futuros ciudadanos. En segundo, porque es imprescindible para que se de la enseñanza y el aprendizaje. Que lo haga depende de la capacidad de interrelación de todos los que componen la comunidad educativa. Y de las oportunidades que se les brinde. La gestión de la escuela conlleva atender, además de otras, una dimensión convivencial referida a las relaciones de convivencia. Se trata de implementar un modelo democrático de gestión de la convivencia. Para entender el tipo de relaciones que se dan en ella, hay que prestar atención a su cultura. Cada escuela desarrolla su propia cultura. La cultura explica lo que acontece en los centros: si prima el celuralismo o la colaboración, si existe autonomía o control… Unidad didáctica 9 Bibliografía Abad, J. V. (2010). 7 Ideas Clave. Escuelas sostenibles en convivencia. Barcelona: Graó. Antúnez, S. (1999). El trabajo en equipo de los profesores y profesoras: factor de calidad, necesidad y problema. El papel de los directivos escolares. Educar, 24, 89-110. Antúnez, S. y Gairín, J. (2009). La organización escolar. Práctica y fundamentos. Barcelona: Graó. Ayerbe, P. y Aramendi, P. (2017) (Coord.). Aprender a convivir: un reto para la educación secundaria obligatoria. Madrid: Wolters Kluver. Bisquerra, R. (2008). Educación para la ciudadanía y convivencia. El enfoque de la Educación Emocional. Bilbao: Wolters Kluwer. Bolivar, A. (2006). Familia y escuela: dos mundos llamados a trabajar en común. Revista de educación, 339, 119-146. Cabello, A. y Miranda, G. (2016). 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