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B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ?????????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje Academic l...
B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ?????????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje Academic library spaces in the new learning ecosystem Nieves González-Fernández-Villavicencio González-Fernández-Villavicencio, Nieves (2017). “Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje”. Anuario ThinkEPI, v. 11, pp. 109-118. https://doi.org/10.3145/thinkepi.2017.14 Publicado en IweTel el 20 de febrero de 2017 Resumen: Los espacios físicos de las bibliotecas universitarias se están transformando para adecuarse a las distintas modalidades de aprendizaje, al mismo tiempo que las colecciones físicas de las bibliotecas, de nulo o escaso uso, son objeto de expurgo o traslado a espacios marginales o externos a la biblioteca. Se describen las causas de estas transformaciones de los espacios bibliotecarios y sus consecuencias en las nuevas formas de almacenamiento de las colecciones y en la oferta variada de espacios de aprendizaje, sin limitar el acceso a la información. Palabras clave: Espacios físicos de las bibliotecas; Depósito externo; Aprendizaje; Colecciones físicas; Espacios de silencio. Abstract: Academic library spaces are transforming to adapt to new forms of learning, while at the same time the library print-collections, with reduced or zero use, are being moved to library marginal zones or to sites that are external to library buildings. The causes of transformation to library spaces are described, as well as the consequences that this transformation implies in new forms of collection storage, and the supply of new and diverse learning spaces, without limiting access to information. Keywords: Physical library spaces; Off-site storage; External storage; Learning; Print-collections; Quiet spaces. 1. Introducción Desde los inicios de la era digital, la sostenibilidad de los espacios físicos de la biblioteca está cuestionada (De-Jager, 2015). Aunque el interés por estos espacios sigue siendo marginal en el contexto universitario, desde mediados de los 90 ha ido creciendo debido al cambio que las tecnologías de la información han producido en las funciones bibliotecarias. En este sentido sobresalen dos conceptos (Mehtonen, 2016): - la biblioteca como espacio de aprendizaje: orientada más a bibliotecas universitarias; - la biblioteca como lugar: orientada a bibliotecas públicas, pero no de forma exclusiva. El término “tercer lugar”, acuñado por Ray Oldenburg, describe “cualquier entorno exterior de la casa y el lugar de trabajo (primer y segundo lugar, respectivamente), donde la gente se reúne para una conexión interpersonal más profunda” (Alonso-Arévalo; Rojas-González, 2016). La biblioteca es ese tercer lugar, un espacio de ocio donde se busca el encuentro con los iguales de forma colectiva, un espacio de aprendizaje en distintas modalidades (Gallo-León, 2017). La importancia de este tema se refleja en su inclusión en los planes estratégicos de las bibliotecas universitarias. En el trabajo de Saunders (2015) se indica que, en la mayoría de los planes revisados en su estudio, las áreas prioritarias son las colecciones, los espacios físicos, la colaboración y la formación. El espacio físico era una prioridad en el 94,2% de los planes revisados, tras las colecciones. Saunders destaca que, aunque las colecciones eran la prioridad, muchos de estos planes estratégicos se centraban en la reducción del espacio físico dedicado a las colecciones, para ampliar los espacios de trabajo en grupo y de forma colaborativa, y con tecnologías de la inforAnuario ThinkEPI 2017 109 B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ??????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio 110 mación. Estas instituciones estaban centrando su interés en los recursos electrónicos y considerando los compactos y los depósitos externos de los recursos poco usados, para liberar espacio con los fines antes mencionados. En el caso de las bibliotecas universitarias, Rebiun (Red de bibliotecas universitarias españolas) se plantea la necesidad de crear nuevos servicios personalizados y espacios bibliotecarios, en su Plan estratégico 2020 (Rebiun, 2011) Los espacios de biblioteca constituyen cada vez más un tema trascendental para las bibliotecas universitarias que están llevando a cabo un proceso común, la reducción de los espacios físicos dedicados a libros impresos y el aumento de los espacios dedicados a los estudiantes y sus diversas formas de aprendizaje. En un reciente informe de Primary Research Group sobre rediseño de bibliotecas académicas (PRG, 2017) se constata la tendencia en la mayoría de estas bibliotecas a la reducción del espacio dedicado a la colección impresa: el 70% aproximadamente de los encuestados había disminuido los espacios dedicados a la colección impresa en un 10%, el 25% había mantenido el mismo espacio y un 5% lo había incrementado. Los espacios de la mayoría de las bibliotecas universitarias fueron dimensionados para albergar, proteger y facilitar el acceso a grandes colecciones físicas de documentos. Las monografías y, por extensión, los espacios que las almacenan, han sido la fuerza viva del desarrollo y la organización de los espacios bibliotecarios. Muchos recordamos el dimensionamiento de los espacios por el crecimiento de la colección a 25 años vistas. A comienzos de los 90, esa previsión hizo que no se construyeran muchas bibliotecas por lo exorbitado de los números, por la cantidad de metros cuadrados que exigía su construcción. Sin embargo, con el avance de la tecnología, la información y la mayor parte de los recursos se encuentran online y las bibliotecas universitarias no necesitan tanto espacio para sus colecciones. Los dispositivos de acceso a la Red se han convertido en la puerta de acceso a los recursos de la biblioteca en cualquier tiempo y lugar (Andrews; Wright; Raskin, 2016). “Atrás han quedado los días en que las bibliotecas acaparaban el mercado de la información a través de la entrega de valor casi exclusivamente como proveedores de contenido” (Alonso-Arévalo; Rojas-González, 2016). “El libro ya no es el canon al que ajustarse, sino que las bibliotecas se proyectan para acoger usuarios y darles los servicios que necesitan en el entorno más atractivo y acogedor posible” (Gallo-León, 2017). Anuario ThinkEPI 2017 Sin duda estamos ante una realidad que comenzó hace ya bastantes años (González-FernándezVillavicencio, 2011). En España esta tendencia quedó representada bajo el paraguas del concepto CRAI, (Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación), impulsado por Rebiun, que se está imponiendo en las normativas y reglamentos de las bibliotecas universitarias españolas. Sin embargo, este modelo de biblioteca “requiere de un cambio más profundo que la mera adaptación terminológica” (Casal-Reyes, 2011) En la encuesta llevada a cabo por Rebiun en 2014 sobre nuevos servicios innovadores en las bibliotecas universitarias españolas (Rebiun, 2014), gran parte de las que respondieron hicieron referencia a la adaptación de sus espacios al modelo CRAI, ofreciendo diversidad de espacios de estudio y trabajo en grupo así como zonas para talleres y aulas de formación, aunque esta situación no incluye a la totalidad de las bibliotecas universitarias españolas, existiendo aún un gran desequilibrio entre las bibliotecas centrales y las bibliotecas de área. “Los learning commons son la cara más visible de las bibliotecas hoy día, y múltiples informes reconocen el nivel de satisfacción de los estudiantes con estos nuevos espacios” 2. Causas del cambio de uso de los espacios bibliotecarios Esta tendencia de reducción de los espacios bibliotecarios dedicados a la colección impresa y su transformación en espacios de aprendizaje, está motivada por diferentes causas. 2.1. Cambios en el modelo de aprendizaje Los bibliotecarios son conscientes del cambio en los modelos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes hacia un modelo más activo, de aprendizaje en grupo, flipped classroom (modelo de aprendizaje de aula invertida), etc. Esta situación se convierte en una oportunidad para las bibliotecas de contribución al éxito escolar de los estudiantes y apoyo al sistema docente, que afecta al propio diseño de los espacios de las bibliotecas. Los bibliotecarios, viendo los cambios en la enseñanza y el aprendizaje en sus instituciones, intentan adaptarse a estos cambios y asegurar que sus espacios, servicios y recursos respondan convenientemente a estas nuevas exigencias, ofreciendo de esta forma espacios de apoyo a las actividades de aprendizaje de los alumnos fuera del aula (Boosinger et al., 2016). B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ?????????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio 2.2. Aumento de la colección digital de la biblioteca al tiempo que se estancan o disminuyen los impresos Estamos ante una realidad conocida por todos. Las colecciones impresas son caras y voluminosas, los procesos de expurgo se suceden y los espacios dedicados a la colección impresa se reducen. Además, cada vez hay menor separación en la oferta de recursos impresos y electrónicos de las bibliotecas que conviven en los espacios físicos y virtuales. En la web de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla puede verse una aplicación de las nuevas adquisiciones de libros impresos y electrónicos. https://goo.gl/hxPgua Esta situación obliga a replantearse los espacios de las bibliotecas, sobre todo ante la demanda de nuevas formas de estudio. 2.3. Cambios en los comportamientos de estudiantes y profesores en el uso de la colección impresa La facilidad de uso de las colecciones electrónicas y de los recursos accesibles a través de la Web, facilitan la realización de las tareas académicas y reducen las visitas a la biblioteca física para encontrar información en sus estanterías. El uso de la colección impresa disminuye y su crecimiento comienza a ralentizarse. La búsqueda de información y los hábitos de lectura han cambiado. Los estudiantes necesitan espacios para estudiar, para trabajar en grupo y otras formas de colaboración. Los docentes usan la biblioteca a través de la Red, desde sus despachos, y difícilmente visitan la biblioteca excepto cuando tienen una pregunta específica que hacer, de soporte a la investigación o al curriculum académico; o bien para realizar tareas que no se pueden hacer online, como todo lo relacionado con el libro impreso (Haapanen et al., 2015). 2.4. Desplazamiento de parte de la colección impresa hacia zonas marginales de la biblioteca o a depósitos externos Ante la falta de circulación de la colección impresa y la necesidad de espacios para dar respuesta a las nuevas formas de estudio, se tiende a desplazar los documentos de menor uso hacia zonas marginales de la biblioteca (Choy; Goh, 2016) o a depósitos externos a la misma (Andrews; Wright; Raskin, 2016). Este es el caso de la Biblioteca de la University of Edinburgh donde las colecciones que estaban situadas en las zonas centrales de la biblioteca, se muestran ahora en compactos y en zonas extremas de las plantas de la biblioteca. 2.5. La crisis y la falta de inversión en bibliotecas La falta de espacio y recursos en bibliotecas universitarias representa un problema para la mayoría de nosotros. Aquellas bibliotecas que tuvieron la suerte de cambiar de edificio o remodelar sus instalaciones antes de la crisis están en mejores condiciones para afrontar estos cambios que aquellas a las que les tocaba después, y ante la falta de recursos no han actualizado sus espacios y servicios, produciéndose una diferencia entre bibliotecas muy visible a los ojos de los alumnos. “Las bibliotecas ya no están centradas en su colección física ni en espacios para su ubicación y acceso. Los libros ya no son el eje en torno al cual gira la biblioteca” La realidad actual es que las bibliotecas ya no están centradas en su colección física ni en espacios para su ubicación y acceso. Los libros ya no son el eje en torno al cual gira la biblioteca y requieren menos espacio. La biblioteca digital puede sustituir a la biblioteca física como fuente de información, pero no así los espacios físicos de la biblioteca que se están adaptando de forma progresiva como (Choy; Goh, 2016): - espacios de estudio y trabajo del estudiante; - forma de trabajo en grupo, de reuniones e intercambio de ideas; - lugares en los que potenciar la creatividad y el aprendizaje basado en la investigación. La mayoría de las bibliotecas universitarias estén transformando sus espacios en salas de aprendizaje denominadas information commons o learning commons (Beagle, 2010), —en España son los CRAIs—, y se convierten en una forma palpable de demostrar su contribución al éxito de la institución (De-Jager, 2015) 3. Consecuencias para las bibliotecas Las consecuencias de estos cambios son: - necesidad de espacios de almacenamiento de las colecciones impresas; - oferta variada de espacios para distintas necesidades de aprendizaje. 3.1. Necesidad de espacios secundarios de almacenamiento para las colecciones físicas de las bibliotecas Mantener un libro en la biblioteca no es barato, sobre todo cuando su uso no justifica el espa111 Anuario ThinkEPI 2017 B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ??????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio cio que ocupa. De ahí que hayan surgido diversas iniciativas de almacenamiento fuera de la biblioteca o del campus de esa parte de la colección de escaso uso, pero que no cumple los criterios de expurgo. Ese desplazamiento de la colección impresa obliga a encontrar espacios secundarios de almacenamiento de las colecciones que no limiten el acceso a la información (Haapanen et al., 2015). Sin embargo, el proceso no suele ser sencillo. Tras el ya problemático proceso de expurgo que https://www.universitybusiness.com/sites/default/files/styles/content_width/pualgunos docentes se nieblic/group%20collab13-0006168.jpg gan a entender, la habilitación de los depósitos secundarios suele traer la 3.2. Oferta variada de espacios de aprendizaje resistencia de profesores, alumnos e incluso de personal bibliotecario. Las bibliotecas están ofreciendo cada vez más Aunque las soluciones son muy diversas, una nuevos espacios que abarcan desde espacios de tendencia que se está imponiendo es el almacesilencio a espacios de estudio, y cuyas caracterísnamiento compartido entre varias bibliotecas que ticas se basan en la flexibilidad y movilidad en forman un consorcio. Cada miembro se comprotodos sus sentidos para adaptarse a las diferentes mete a almacenar y suministrar documentos para necesidades de estudio de los estudiantes. el uso de las demás bibliotecas y de esta forma no Choy y Goh (2016) describen los cuatro tipos se duplican las colecciones (Barclay, 2015): de espacio que necesitan los estudiantes para sus diferentes necesidades de aprendizaje. Estos - ReCAP. The Research Collections and Preserespacios se pueden dar de forma aislada o convation Consortium. Espacio compartido entre junta de tal forma que un learning commons la Columbia University, The New York Public debe ofrecer al menos varios de los tipos que se Library y Princeton University. Se trata de un describen. almacenamiento de alta densidad y suministro diario de las colecciones a las bibliotecas conEspacios colaborativos sorciadas. Contiene 13 millones de volúmenes. Son espacios para trabajo en grupo, zonas de http://recap.princeton.edu ruido medio y alto. Es un tipo de espacio necesa- Minnesota Library Access Center, que sirve a rio para dar respuesta a la creciente adopción del la University of Minnesota y a un consorcio de aprendizaje colaborativo, cooperativo y basado pequeñas bibliotecas. en grupos. Generalmente son espacios requeridos https://www.minitex.umn.edu/Storage/About/ por los docentes que han adoptado estos métodos de enseñanza, pero en muchas ocasiones son - La University of California Northern y Southern demandados por los propios estudiantes. Ofrecer Regional Library Facilities, comparten un almaeste tipo de espacio en relación con el aprendicenamiento de 13 millones de volúmenes. zaje, contribuye al éxito de la misión de la unihttp://www.lib.berkeley.edu/libraries/nrlf versidad. Además, y esto es lo que lo diferencia - El HathiTrust monograph archive contiene de espacios iguales en el resto del campus, están escaneados millones de libros impresos de una gestionados por los bibliotecarios, como espacios coalición de bibliotecas universitarias con el fin de atención y apoyo al aprendizaje. de coordinar las estrategias de almacenamienEl símbolo de la biblioteca como lugar de to compartido entre bibliotecas y reducir su conocimiento y aprendizaje proporciona credibilicoste. dad a estos espacios. El mobiliario y la separación https://www.hathitrust.org/ de espacios contempla distintos tipos de necesi112 Anuario ThinkEPI 2017 B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ?????????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio dades de trabajo colaborativo (brainstorming, proyectos, presentaciones, redacción, solución de problemas, aprendizaje entre pares e interacción social informal). Debe contar con tecnología adecuada para estas necesidades (ordenadores, proyectores, pizarras, móviles, programas informáticos específicos, etc.). Sin embargo, algunos estudios indican que las tecnologías complejas no son siempre deseadas o necesitadas, probablemente por el aumento de los ordenadores personales y la tendencia bring your own device (BYOD) (Andrews; Wright; Raskin, 2016). En el informe anual de Primary Research Group (PRG, 2017), se indica que el 57% de los usuarios de bibliotecas universitarias utilizan sus propios dispositivos Dos características fundamentales de estos espacios son la flexibilidad y adaptabilidad de sus componentes, de tal manera que permitan a los estudiantes configurar su propio espacio, mediante elementos modulares como pizarras verticales con ruedas que dupliquen los espacios de escritura. Choy y Goh (2016) destacan que los estudiantes utilizan con mucha frecuencia pizarras tradicionales en sus reuniones. Tevaniemi, Poutanen y Lähdemäki (2015) los denominan espacios “de interacción social o de aprendizaje social”. Andrews, Wright y Raskin (2016) llaman la atención sobre los niveles de privacidad de estos espacios, desde la interacción física con los demás estudiantes hasta la privacidad para ver películas o controlar los medios sociales, y recomiendan que se puedan reservar y se controle si se ocupan o no para evitar el abuso en las reservas. Espacios de silencio y estudio individual Son espacios de trabajo individual, de reflexión y trabajo creativo individual. A pesar de la popularidad de los espacios de trabajo colaborativo, todos sabemos que la demanda de espacios de silencio es alta, al ser necesaria para un aprendizaje y estudio efectivo. La ausencia de ruido debe ir acompañada de ausencia de distracción, es decir, de elementos que dificulten la concentración, por ello se ubican en zonas aisladas del tránsito de usuarios, incluidas las estanterías de libros, y deben estar señalizadas de forma conveniente. Hay que evitar espacios cómodos que inviten a reuniones y conversaciones (Franks; Asher, 2014). Estos espacios son contrarios a los colaborativos y se complementan mutuamente. Para Andrews, Wright y Raskin (2016), estos espacios deben tener también diferentes niveles de privacidad, con espacios de estudio abiertos, pero también en cubículos individuales. Para evitar el ruido hay que utilizar estrategias como la asignación de zonas de silencio específicas dentro de la biblioteca, con muebles apropiados para minimizar el ruido o utilizando cabinas individuales. Aunque los estudiantes respetan más las políticas de silencio cuando alguien monitoriza el área, esta presencia de autoridad no siempre está asegurada. Otros sistemas que se proponen describen el uso de dispositivos (NoiseSign) que proyectan una luz al área asignada de la sala cuando el nivel de ruido se supera (Lange; Miller-Nesbitt; Severson, 2016). Estos autores determinan la efectividad de este sistema para reducir el ruido en bibliotecas universitarias, aunque no logran demostrar la reducción del ruido en su trabajo. “La biblioteca universitaria cambiará su papel de proveedora de conocimiento dentro de la universidad para ser una colaboradora dentro del rico y diverso ecosistema del aprendizaje y la investigación” Espacios de interacción (con recursos y expertos) Son espacios para la consulta de los recursos de la biblioteca o la interacción con los bibliotecarios y otros expertos para solicitar ayuda. Se incluyen las búsquedas de recursos impresos y electrónicos, las consultas al bibliotecario de referencia o con fines de formación, etc. La disponibilidad y visibilidad de estos espacios debe crear confianza y destacar el papel de los bibliotecarios ofreciendo ayuda y asistencia a los estudiantes. Son espacios de interacción con las estanterías de los libros, pero también con la tecnología, ordenadores de consulta y trabajo. Incluyen los Makerspaces y Lab, los espacios para clases informales, ocasionales, impartidas por docentes y bibliotecarios. Espacios comunitarios Espacios de interacción con la comunidad. La biblioteca sigue siendo el corazón de la Universidad con espacios neutrales y comunes para todos los usuarios, en los que se organizan eventos como charlas, presentaciones de libros, cafés, entretenimiento, etc. Para el diseño de estos espacios, en el informe de Head (2016) Planning and designing academic library learning spaces se describen las características que deben tener estos espacios teniendo en cuenta tanto la opinión de los bibliotecarios como de los arquitectos: - colaborativos; - interdisciplinares; - flexibles; - funcionales; - para el aprendizaje activo; Anuario ThinkEPI 2017 113 B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ??????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio - amables y amigables; abiertos; sociales; transparentes; ágiles. 4. La evaluación de los nuevos espacios Para que estos espacios físicos sigan siendo relevantes es imprescindible su adaptación a las necesidades de aprendizaje de los usuarios y su optimización. Tradicionalmente los datos de uso de la biblioteca son ofrecidos por el SGB (sistema de gestión de la biblioteca), los contadores de entrada de personas o el número de preguntas de referencia. Pero estas métricas no evalúan donde están los usuarios en la biblioteca o el uso que hacen de los diferentes espacios. Muchas bibliotecas recopilan y analizan las opiniones de sus usuarios, pero pocas lo hacen de forma profunda para extraer conclusiones que mejoren el servicio. Para tomar este tipo de datos se utilizan las encuestas. En el estudio de Burn et al. (2016), se 114 https://ndga.wordpress.com/2012/06/26/sinalizacaobiblioteca-hume/ Anuario ThinkEPI 2017 presentan los resultados de las encuestas realizadas a los usuarios de las bibliotecas universitarias de York y Loughborough, tras una reforma de sus espacios efectuada en los últimos años hacia entornos de estudio y trabajo en grupo. Entre los resultados se observa que los estudiantes van a la biblioteca por tres razones: - para estudiar de forma individual; - para sacar en préstamo o devolver; - para utilizar un espacio para trabajar en grupo. Un alto porcentaje afirma llevar su propio portátil o dispositivo electrónico. “Los estudiantes van a la biblioteca por tres razones: estudiar de forma individual, sacar en préstamo o devolver y para utilizar un espacio de trabajo en grupo” Andrews, Wright y Raskin (2016) muestran los resultados de las encuestas, fotos y otros métodos de observación llevados a cabo en la biblioteca de la Cornell University, para conocer las necesidades de sus estudiantes y evaluar los espacios ofertados. Entre estos resultados se observa que los alumnos, graduados y postgraduados necesitan de forma mayoritaria espacios de trabajo individual y en grupo y acceder a una tecnología que sea flexible e integrada. Necesitan un mobiliario variado, móvil y fijo y adaptable, así como variedad de espacios con niveles de ruido definidos, desde espacios de silencio, individuales, hasta espacios para grupos, para clases flexibles, multimedia, labs y makerspaces1. Destacan la importancia de la luz natural y la necesidad de permitir las reservas online de los espacios colaborativos, así como la oferta de modelos de servicios creativos. En algunas bibliotecas se han utilizado métodos mixtos para conocer la forma en la que los usuarios usan y perciben los espacios de la biblioteca, combinando mapas de calor que ofrecen datos de ocupación de los distintos espacios, con encuestas a los usuarios sobre preferencias de uso (Khoo et al., 2016). Otras bibliotecas utilizan sensores para detectar el uso de los espacios físicos de la biblioteca. Con los mapas de las plantas de la biblioteca y mediante un programa basado en GIS, se toman los datos del uso de los distintos puestos de lectura de forma no intrusiva como pueden ser las encuestas. Estos mapas demuestran el uso de la biblioteca y ofrecen una guía de cómo se podrían rediseñar los espacios para satisfacer las necesidades de los usuarios (Mandel, 2016). B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ?????????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio 5. Ejemplos Muchos son los ejemplos que podemos encontrar de estos cambios en los espacios de las bibliotecas universitarias. Vamos a destacar algunos que, aunque no sean de nuestro país, ofrecen soluciones a problemas comunes y pueden ayudarnos a no equivocarnos en las decisiones que se tomen. Biblioteca de la University of Edinburgh Tras el verano de 2016, esta biblioteca ha añadido cientos de nuevas plazas de estudio como respuesta a la demanda de sus usuarios. Parte de las colecciones se han desplazado a Compactus en la sala de lectura de la Biblioteca de la University of Edinburgh las esquinas del edificio y colocado en compactos. Las zonas que han quedado libres se han bibliotecarios, creando de esta forma una senllenado de plazas de estudio de todo tipo, en sación de espacios compartidos con el personal grupo, individuales, con mamparas y ordenadores de la biblioteca que trabaja al lado para ayudar y variada tecnología, etc. a los estudiantes. Puede hacerse un seguimiento Moffitt Undergraduate Library de la UC Berdel proyecto en el blog específico que cuenta la keley remodelación de la biblioteca. En la reciente remodelación de sus cinco https://goo.gl/gwoJQu plantas, tan sólo la 5ª está destinada al estudio y silencio, mientras el resto de las plantas se dedican a diferentes zonas de trabajo colaborativo, “El objetivo de la biblioteca ha con paredes móviles que los estudiantes usan dejado de ser el acceso y uso de los para configurar el espacio según sus necesidades, recursos bibliotecarios, para tener un zonas de café y laboratorio de aprendizaje. multiobjetivo: promover y dar soporte http://moffitt.berkeley.edu Biblioteca Sterling Memorial Library de Yale University Ha cambiado el título de biblioteca por el de Center for Teaching and Learning (CTL) y ofrece todo tipo de zonas de aprendizaje individuales y colaborativas, espacios movibles y talleres. http://ctl.yale.edu Biblioteca de la Auburn University Para una mayor conexión con el currículum académico, preguntaron a estudiantes y profesores sobre sus preferencias en relación a los espacios de la biblioteca, con el objetivo de dar soporte específico a las actividades de los estudiantes fuera de clase (Boosinger et al., 2016). Biblioteca de la University of Salford Ha sido objeto de una reciente remodelación en la que cambiaron las paredes de obra por cristales que mostraban los despachos de los al aprendizaje, la enseñanza y la investigación de la universidad” Biblioteca de la Harvard University La mayor biblioteca universitaria del mundo, ha encargado a un grupo de académicos denominado Library Test Kitchen Group, un proyecto cooperativo de un espacio híbrido en el que coexista lo digital y lo analógico, incluyendo talleres de edición literaria y un laboratorio de productos comestibles creados por impresoras 3D (AlonsoArévalo; Rojas-González, 2016) Biblioteca del Campus Dearborn de la University of Michigan Ofrece tanto un learning commons como un active learning classroom, para uso de docentes y alumnos. https://goo.gl/7bCTJq 115 Anuario ThinkEPI 2017 B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ??????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio Para ver más ejemplos de diseño de espacios bibliotecarios, puede consultarse la web Designing libraries que informa sobre los proyectos de construcción, renovación, mejora y ampliación de bibliotecas en el Reino Unido e Irlanda. http://www.designinglibraries.org.uk/ 7. Bibliografía 6. Conclusiones Andrews, Camille; Wright, Sara E.; Raskin, Howard (2016). “Library learning spaces: Investigating libraries and investing in student feedback”. Journal of library administration, v. 56, n. 6, pp. 647–672. https://doi.org/10.1080/01930826.2015.1105556 El objetivo de la biblioteca ha dejado de ser el acceso y uso de los recursos bibliotecarios, para tener un multiobjetivo, promover y dar soporte al aprendizaje, la enseñanza y la investigación de la universidad. Para la American Research Libraries (2016) en su plan estratégico 2033, la biblioteca universitaria cambiará su papel de proveedora de conocimiento dentro de la universidad para ser una colaboradora dentro del rico y diverso ecosistema del aprendizaje y la investigación. “Muchas bibliotecas recopilan y analizan las opiniones de sus usuarios, pero pocas lo hacen de forma profunda para extraer conclusiones que mejoren el servicio. Otras bibliotecas utilizan sensores para detectar el uso de los espacios físicos de la biblioteca” La percepción de los estudiantes sobre las bibliotecas universitarias ha cambiado tras el aumento en el número de los espacios de biblioteca para atender las diferentes necesidades de estudio de los estudiantes, en solitario y en grupo. La biblioteca inspira al estudiante a estudiar y estudiar en la biblioteca hace que el estudiante se sienta parte de algo grande (Andrews; Wright; Raskin, 2016). Los espacios para trabajo en grupo como parte de los learning commons son la cara más visible de las bibliotecas hoy día y múltiples informes reconocen el nivel de satisfacción de los estudiantes con estos nuevos espacios (Choy; Goh, 2016). Tras el rediseño de los espacios, hay que evaluar su uso por los usuarios y adaptarlos y modificarlos para que se adecuen a sus necesidades cambiantes de aprendizaje. La evaluación de los espacios para adaptarlos nos permitirá estar seguros de que seguimos integrados en el aprendizaje y la investigación de nuestros estudiantes y docentes (Andrews; Wright; Raskin, 2016). Nota 1. Ejemplo: el movimiento maker en bibliotecas (González-Fernández-Villavicencio, 2013). 116 Anuario ThinkEPI 2017 Alonso Arévalo, Julio; Rojas-González, Xinia (2016). “Biblioteca y empoderamiento ciudadano”. Cuadernos de documentación multimedia, v. 27, n. 2, pp. 164–177. https://doi.org/10.5209/CDMU.54147 Association of Research Libraries (2016). Strategic thinking and design initiative extended and updated report. Washington DC.: Association of Research Libraries. Barclay, Donald A. (2015). “Turning a page: Downsizing the campus book collections”. The conversation. Academic rigour, journalistic flair, 19 agosto. http://theconversation.com/turning-a-page-downsizingthe-campus-book-collections-45808 Beagle, Donald (2012). “The emergent information commons: Philosophy, models, and 21st Century learning paradigms”. Journal of library administration, v. 52, n. 6, pp. 518–537. https://goo.gl/UM3VzL https://doi.org/10.1080/01930826.2012.707951 Boosinger, Marcia; MacEwan, Bonnie; Baker, Denise; Goerke, Ashley; Grabowsky, Adelia; Latham, Cary; Leousis, Kasia; Mixon, Christopher; Price, Catherine; Rumble, Juliet; Schmidt, Greg; VanHorn, Cayce; Mckean, Lise; Cooper, Danielle; Foster, Nancy F. (2016). Reconfiguring Auburn University’s main library for engaged active student learning. 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Así, el diseño de los espacios debe favorecer el aprendizaje, la enseñanza y la investigación; para lo cual obviamente necesitará buscar, leer, interpretar, modificar y compartir información. Se trata de un enorme salto desde las bibliotecas centradas en el libro, en el que surge una pregunta fundamental: ¿cómo debe ser el diseño de una biblioteca que favorezca el aprendizaje? Debe proporcionar los medios (colecciones, recursos…), pero también la variedad de entornos que se indica: espacios para el trabajo individual y colectivo; silencioso o comunicativo; para el estudio y para la creación, etc. Las bibliotecas académicas 117 Anuario ThinkEPI 2017 B.5. Espacios físicos de la biblioteca universitaria en el nuevo ecosistema de aprendizaje – ??????????????????????????????????????????????????????????????????? Nieves González-Fernández-Villavicencio evolucionan así de mediadores de la información a facilitadores de la creación. La biblioteca como ente físico actuará como catalítico del proceso de transformación de la información en conocimiento, del proceso de aprendizaje. Igualmente, me gustaría incidir en la dificultad de la evaluación de los espacios desde el punto de vista del aprendizaje. Se deberían medir los resultados, la mejora que aportan en este proceso, pero en esto afectan otras muchas variables, lo cual creo que prácticamente anula cualquier intento en esa dirección. “El diseño de los espacios debe favorecer el aprendizaje, la enseñanza y la investigación” La evaluación post ocupacional (POE, por sus siglas en inglés) ha sido defendida y difundida desde la Sección de Edificios y Equipamiento de Bibliotecas de la IFLA, e incide sobre todo en la percepción de los usuarios, como buena parte de los ejemplos citados. Parece la mejor solución, pero debería completarse con otro tipo de métodos, como el seguimiento del uso de las diferentes secciones que también se cita en el artículo. Bien mediante el uso de sensores y medios tecnológicos, bien mediante observación directa. Además, se le pueden aplicar a los edificios cuestionarios más complejos que cotejen si se han cumplido los objetivos previstos, sobre lo cual ya existen algunos ejemplos. Bennett, Scott (2009). “Libraries and learning: A history of paradigm change”. Libraries and the Academy, v. 9, n. 2, pp. 181–197. https://doi.org/10.1353/pla.0.0049 [email protected] *** 118 Anuario ThinkEPI 2017 GEPA, del Consorci de Serveis Universitaris de Catalunya Santi Balagué-Linares Me parece oportuno hacer un apunte al respecto de los espacios secundarios de almacenamiento de colecciones e informaros sobre el depósito cooperativo creado el 2008 en Cataluña con tal función, el GEPA, del Consorci de Serveis Universitaris de Catalunya. Se trata de un servicio de depósito cooperativo cuyos objetivos son: - guardar y conservar documentos de bajo uso, garantizando su accesibilidad futura para cuando se necesiten; - ayudar a convertir espacios destinados a libros en espacio para los usuarios de las bibliotecas; - hacerlo conjuntamente, ahorrando en espacio y gastos. Encontrarán más información en: http://www.csuc.cat/es/bibliotecas-cbuc/almacencooperativo-gepa Del mismo modo, recomiendo una de las últimas publicaciones de la IFLA, se trata de Space and collections earning their keep: Transformation, technologies, retooling (Hafner; Koen, 2016), que recoge las comunicaciones presentadas en la conferencia satélite celebrada el año 2014 en París, organizada por la sección Library Buildings and Equipment y Acquisitions and Collection Development. En el volumen también se recoge la experiencia del GEPA colaborando con las bibliotecas de las universidades catalanas Hafner, Joseph; Koen, Diane (eds.). Space and collections earning their keep: Transformation, technologies, retooling. Berlin/Munich: De Gruyter Saur. IFLA. ISBN: 978 311046420. http://www.ifla.org/publications/ifla-publicationsseries-175 [email protected]