Neurociencias: Historia, Atención y Percepción (PDF)

Summary

Este documento explora la historia de la psicología cognitiva, incluyendo el conductismo y el cognitivismo, y aborda temas como la atención y la percepción desde una perspectiva neurocientífica. Se analizan modelos teóricos y alteraciones relevantes en estos procesos cognitivos, proporcionando una base para comprender la complejidad de la mente humana.

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Tema 1. Historia de la psicología cognitiva El conductismo Es una corriente psicológica que tuvo gran auge en Estados Unidos en la época de los años 30. Sus inicios, sin embargo, se remontan a la década de 1910 con las teorías de John Watson, teórico por el cual el conductismo adquirió su nombre (...

Tema 1. Historia de la psicología cognitiva El conductismo Es una corriente psicológica que tuvo gran auge en Estados Unidos en la época de los años 30. Sus inicios, sin embargo, se remontan a la década de 1910 con las teorías de John Watson, teórico por el cual el conductismo adquirió su nombre (Posso, Barba y Otáñez, 2021). Asimismo, otros autores que aportaron a la teoría conductista fueron Hull, Tolman, y en especial Guthrie y Skinner (Carcaño, 2021). Edwin Ray Guthrie se destacó por su propuesta de asociación de ideas, misma que ayudó al descubrimiento de la memorización a través de estribillos como “2x2 son 4, y 4 y 2 son 6” o canciones para recordar países y capitales. Mientras tanto, Skinner planteaba diferentes medios para erradicar determinadas conductas. Entre sus aportes más destacados se encuentran sus experimentos con palomas y la “Caja de Skinner”, misma que pretendía estudiar y modificar conductas en ratas. De manera general, el conductismo intenta explicar el comportamiento por medio del análisis de conductas que puedan ser observables y medibles sin tomar en cuenta los procesos mentales. Asimismo, el objeto de estudio de esta corriente teórica es la relación estímulo-respuesta, y cómo estas posibles respuestas generan nuevas conductas de carácter observable y medible. En otras palabras, dependiendo del estímulo presentado se obtiene o se genera una respuesta en particular (Posso, Barba y Otáñez, 2021). Por ejemplo, si acercas tu mano al fuego (estímulo), tu cerebro registra esta sensación (de que te estás quemando la mano), por lo que reacciona enviando una señal a tu cuerpo para alejar tu mano (respuesta). Uno de los descubrimientos más relevantes en la historia de la corriente conductista son los circuitos de estímulo-respuesta, los cuales permitieron al conductismo dirigir sus esfuerzos a estudios experimentales con aplicaciones reales en la sociedad y la educación, por ejemplo, la retroalimentación inmediata a estudiantes (Carcaño, 2021). Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 que el conductismo, con ayuda de nuevas tecnologías, tuvo mayores impactos prácticos, por ejemplo, la elaboración de programas educativos individualizadosasistidos por computadora (Medina, Calla y Romero, 2019). De esta forma surgió una evolución en la psicología conductista, alineando sus intereses y su práctica a los de la psicología cognitiva, lo cual llegó a revolucionar la parte experimental y práctica de los objetivos originales del conductismo. El cognitivismo La psicología cognitiva aborda el estudio de la mente desde una perspectiva experimental, por lo que en los últimos años se ha posicionado como la corriente predominante dentro de la psicología, en gran medida por sus aportes al desarrollo de programas de intervención, así como por nuevas teorías y aplicaciones psicológicas (Arias, 2021). Países como Alemania e Inglaterra observaron mayor impacto en los inicios de esta ciencia debido a la proliferación de estudios enfocados a procesos cognitivos como la percepción, la memoria, la atención, el lenguaje, la creatividad y el pensamiento. Como consecuencia, el interés por la psicología cognitiva incrementó en otros países de Europa, los cuales se centraron en el estudio de la asociación de las ideas y la identificación de los fenómenos intelectuales, así como en la elaboración de la primera prueba de inteligencia basada en las teorías propuestas por Ebbinghaus, Galton, Binet y Simon (Medina, Calla y Romero, 2019). Por otro lado, influenciado por sus contemporáneos, Jean Piaget (1896- 1980) desarrolló su propia teoría del desarrollo infantil. Esta teoría expone cómo el niño construye su propia realidad a través de la asimilación, y cómo el desarrollo cognitivo influye en la forma en que opera la mente del niño, determinando de cierta forma que el desarrollo cognitivo es una parte esencial para los procesos de aprendizaje. A su vez, el impacto de las teorías del desarrollo propuestas por Piaget influenció al psicólogo soviético Lev Vygotsky (1896- 1934), quien planteó una postura contraria a Piaget, proponiendo que las funciones psicológicas superiores son de carácter consciente, autorregulado y mediado por el lenguaje (Arias, 2021). Al mismo tiempo, en Inglaterra se estudiaban conceptos como el procesamiento de la información, la percepción y la memoria, generando un campo de estudio que plantea la propositividad de la mente. Estos estudios fueron realizados principalmente por Frederic Bartlett, quien planteó que la memoria es un proceso constructivo que se basa en la comprensión y la asociación de ideas. Otros estudios de origen británico con gran impacto son los de Donald Broadbent (1926-1993), quien fue influenciado por las teorías de Barlett, utilizando el concepto de la memoria y los estudios del aprendizaje para desarrollar lo que se conoce hoy en día como la escucha dicótica, en la que la atención es el medio por el cual se selecciona la información, ayudando a determinar cuál se debe almacenar. Este sistema ayuda como filtro selectivo de información sensorial regulado por la atención y la memoria (Arias, 2021). En años más recientes, teóricos como Jerome Bruner, Albert Bandura y Benjamin Bloom han contribuido con sus propias teorías a esta corriente. En el caso de Bruner, este propone los mecanismos para conocer y aprender, y cómo el ser humano categoriza estos eventos. Este proceso se denomina aprendizaje por conocimientos. Albert Bandura, por su parte, ha sido clave en el desarrollo de nuevas teorías de aprendizaje y educación gracias a su teoría cognitivo-social, en la cual plantea que las personas aprenden por medio de la observación, imitación y siguiendo el ejemplo de los demás. Por último, la taxonomía de Bloom, propuesta por Benjamín Bloom en 1956, permite jerarquizar los procesos cognitivos para una evaluación del aprendizaje más sencilla. Esta se compone de tres niveles jerárquicos: la cognitiva o intelectual, la afectiva o actitudinal y la psicomotora o procedimental (Arias, 2021). A continuación, se muestran las principales áreas de estudio de la psicología cognitiva y cómo se relacionan entre sí. Fuente: Arias, W. (2021). Antecedentes, desarrollo y consolidación de la psicología cognitiva: un análisis histórico. Revista Tesis Psicológicas, 16(2). Asimismo, el cognitivismo toma como base los modelos desarrollados por el conductismo para dar pie al análisis de las actividades y de los procesos de aprendizaje. Estos modelos, adecuados por las teorías cognitivas, plantean los conceptos de codificación, representación de conocimientos, almacenamiento y recuperación de la información. A saber, el paradigma de la psicología cognitiva plantea los mecanismos de procesamiento de los estímulos recibidos y cómo estas habilidades cognitivas permiten convertirlas en información que luego será almacenada en la memoria a través de procesos como la percepción y el aprendizaje. Además, el cognitivismo propone que las acciones de las personas están ligadas a pensamientos que nacen de sus experiencias previas y no por reflejos. A diferencia del conductismo, el cognitivismo se basa en la idea de la recepción de datos, el almacenamiento y el procesamiento de esta información en el cerebro para generar una respuesta de salida (Carcaño, 2021). En resumen, la teoría cognitiva explica cómo percibimos un estímulo (entrada) y los procesos para generar una respuesta (salida). Es decir, al presentarse un estímulo, este es percibido por alguno de nuestros órganos sensoriales (ojos, oídos, nariz, lengua y piel), por lo que la atención se encarga de filtrar la información para seleccionar la que se considere relevante, dando pie al aprendizaje para almacenar la información en la memoria, generando una respuesta. Fuente: Carcaño, E. (2021). Teorías educativas y pseudoteorías. Recuperado de https://vinculando.org/educacion/teorias-educativas-y-pseudoteorias.html Otra manera de ejemplificar la manera en que la psicología cognitiva entiende la mente es a través de la comparación del proceso (anteriormente mencionado) con el de una computadora. El teclado y el mouse de una computadora equivalen a los cinco sentidos, pues son los dispositivos de entrada en este caso. La información que ingresa por estos dispositivos pasa al disco duro, es decir, la corteza prefrontal. Cuando la información que entra requiere de otra información previamente almacenada para ser procesada hacemos uso de la memoria RAM, es decir, nuestro hipocampo. La información se trabaja en el CPU o la unidad central de proceso, lo cual equivale a nuestro cerebro. Finalmente, se envía la información al monitor, que, si hablamos de una respuesta motora, equivale a enviar una acción a nuestros músculos. Fuente: Carcaño, E. (2021). Teorías educativas y pseudoteorías. Recuperado de https://vinculando.org/educacion/teorias-educativas-y-pseudoteorias.html Neurociencias El sistema nervioso nos permite recibir información de nuestro entorno a través de nuestros órganos sensoriales para procesar esta información y poder emitir una respuesta. La neurociencia se dedica a estudiar este sistema nervioso. Por lo general, la neurociencia es descrita como la ciencia que estudia las estructuras, las funciones, el desarrollo, la bioquímica y las patologías del sistema nervioso (Irisarri y Villegas, 2021). Asimismo, la neurociencia investiga la comprensión de las bases biológicas del procesamiento de la información. Entre los antecedentes de la neurociencia se encuentran las aportaciones de Henry Head (1861-1940), quien introdujo el concepto de esquema mental, mismo que utilizaron psicólogos de la rama cognitiva como Piaget (1896-1980), Bruner (1915-2016) y Ausubel (1918-2008) para basar sus propias teorías. Luego de Head, se encuentran los descubrimientos de Karl Lashley (1890-1958), quien se dedicó principalmente a estudiar el cerebro de especies animales. El trabajo de ambos tenía como objetivo encontrar las bases de la memoria y el aprendizaje, lo cual sentó las bases para descubrir lo que ahora conocemos como plasticidad cerebral (Arias, 2021) Por otro lado, Donald Hebb planteó la teoría de los ensambles neuronales, en la describe los cambios metabólicos de las neuronas al transmitir información a través de los axones. Sus estudios también contribuyeron de manera importante a los descubrimientos de Roger Sperry (1913-1994), como determinar las dominancias hemisféricas y las lateralidades de las funciones cerebrales, así como su implicación en funciones cognitivas como el razonamiento verbal, la percepción y el razonamiento numérico (Arias, 2021). Thomas Willis, por su parte, contribuyó a los descubrimientos de la anatomía cerebral, la cual permite una nueva forma de comprender el funcionamiento del cerebro, que permitió a su vez el descubrimiento de nervios y vasos sanguíneos. Estas aportaciones a la anatomía cerebral fueron de gran impulso para la teoría de Franz Joseph Gall, nombrada como teoría localizacionista, la cual planteaba que el cerebro está dividido en áreas que deben cumplir una función específica, por lo que, al dañarse, afectaban o influían en el comportamiento de una persona (Clark, Boutros y Méndez, 2019). Otros descubrimientos científicos se atribuyen a Paul Broca y Carl Wernicke, quienes descubrieron diversas funciones del habla en el hemisferio izquierdo y la corteza frontal izquierda (Irisarri y Villegas, 2021). Estos avances en el conocimiento de las diversas funciones cerebrales y sus componentes cognitivos permitieron el desarrollo de lo que ahora conocemos como la neurociencia cognitiva. La neurociencia cognitiva moderna se considera una ciencia multidisciplinar que se dedica al estudio de diversos procesos cognitivos, haciendo distinción de las bases biológicas del aprendizaje y cómo se desarrollan estos procesos. En las últimas décadas se han realizado importantes descubrimientos que involucran distintos procesos cognitivos y estructuras cerebrales. Por ende, los resultados que se han obtenido de recientes investigaciones sobre el funcionamiento cerebral han sido de gran importancia para desarrollar nuevas teorías en ámbitos educativos y áreas de la psicología que estudian los procesos cognitivos y del aprendizaje (Irisarri y Villegas, 2021). Estas aportaciones teóricas de la neurociencia cognitiva se basan únicamente en el entendimiento y comprensión de los procesos mentales que se encuentran involucrados en el aprendizaje y en la identificación de necesidades biológicas, cognitivas y socioemocionales, por lo tanto, las aportaciones de la neurociencia cognitiva no establecen un reglamento o modelo específico de trabajo, puesto que solo aportan entendimiento y proporcionan comprensión a diversas patologías, sobre todo aquellas relacionadas a la infancia y el neurodesarrollo. Por último, es importante mencionar cómo diversos estudios recientes han puesto en primera plana otras aportaciones de la neurociencia cognitiva, como el desarrollo del cerebro y el impacto de la interacción de los procesos biológicos, así como el ambiente en el desarrollo de este órgano. Estos descubrimientos plantean la necesidad de la estimulación temprana (desde la infancia) para promover el desarrollo adecuado del cerebro y los procesos cognitivos que se requieren en etapas posteriores de la vida (Irisarri y Villegas, 2021). Tema 2. Atención Introducción A lo largo de los años hemos explorado las capacidades de la mente, por lo que hemos descubierto nuestras propias limitantes. Una de las preguntas esenciales de estos estudios de la mente fue la siguiente: ¿Por qué no procesamos todo? Una posible respuesta a esta pregunta fue planteada en 1973 por Kahneman, quien propone la idea de que la cognición humana incorpora diversos procesos, los cuales cuentan con una capacidad limitada para funcionar. Además, especifica que, como humanos, contamos con una cantidad limitada de recursos que nos permiten procesar toda la información que recibimos por diversos estímulos, por lo que no podemos prestar atención a todo. En resumen, es porque no podemos poner atención a todo (Groome, 2021). ¿Cómo seleccionamos las cosas a las que les ponemos atención? ¿Decidimos nosotros o es un proceso automático? Para darle respuesta a estos cuestionamientos debemos aprender sobre los conceptos de la atención, los tipos de atención, las principales teorías sobre la atención y, en caso de enfermedades, cuáles son y cómo afectan a estos procesos. Conceptos básicos de la atención La atención se considera como una de las funciones superiores y de mayor importancia en los procesos cognitivos. A saber, se ha descubierto que la atención está involucrada en la mayoría de los procesos perceptuales y cognitivos, por lo que la función de la atención se conceptualiza como dinámica (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). Asimismo, la atención es el sistema que se encarga de la selección de información que se recibe por los sentidos a través de estímulos, así como por los procesos de la percepción y la memoria. En otras palabras, hay ocasiones en las que podemos captar información por decisión, mientras que en otras situaciones las recibimos de forma no intencional. Por ejemplo, cuando estás en el salón y te puedes dar cuenta si pasa un alumno por el pasillo sin estar viendo hacia la ventana (Groome, 2021). Retomando las preguntas iniciales del tema, existen varios aspectos a tomar en cuenta: el primero es la atención al espacio. Este proceso consiste en centrar la atención a una cantidad limitada del espacio, es decir, toda la información que entre en ese espacio se va a percibir y procesar, por lo que todo lo que lo sobrepase será omitido y no será procesado. Por ejemplo, es como aplicar zoom a una fotografía, ya que al aplicarlo se enfoca exclusivamente en lo que queremos observar y procesar de la imagen (Groome, 2021). Otro punto clave que nos permite resolver las preguntas iniciales es la atención a los detalles. Partiendo de la idea de que tenemos dos ojos y dos oídos, se desarrolla un tipo de atención dicótica, que implica la capacidad de recibir estímulos diferentes en cada oído de manera simultánea. Este tipo de atención se basa en poder detectar los diferentes estímulos recibidos de diferentes maneras, ya sea en voz alta o baja, a este proceso de selección se le conoce como selección temprana. Otro de los ejemplos de la atención a los detalles se le llama pop-out (resaltar), el cual se refiere al efecto de un estímulo que cuenta con detalles distintos al resto (un elemento de color distinto en una tarjeta de colores, etc.). Este efecto genera que la atención se centre en ese detalle, haciendo hincapié en el detalle que lo hace diferente (Groome, 2021). Por último, se encuentra la atención a los objetos. Este proceso de la atención se relaciona con una de las primeras ideas sobre el funcionamiento de la atención, la cual consiste en “ser el pegamento”, uniendo varias partes del estímulo mediante diferentes aspectos (color, la orientación del objeto, el tamaño, etc.). Estos detalles se van codificando por subsistemas especializados, por lo que, una vez que se utilizan estos sistemas, recurrimos a la habilidad de asociación para unir todas las características individuales del estímulo en uno solo a través de la atención focalizada (Groome, 2021). En conclusión, la atención es el sistema que prioriza la información y selecciona toda la que se va a procesar y archivar en la memoria. Asimismo, una de las principales características de la atención es que es limitada, es decir, que la capacidad que tiene nuestro cerebro de procesar información tiene un cierto límite. Por ejemplo, cuando un estímulo obtiene tu atención, dicho estímulo pasa a la memoria de trabajo, la cual no tiene una capacidad de retención muy larga, pero sí nos ayuda a decidir de manera consciente o inconsciente si la información que estamos procesando pasa a la memoria de largo plazo o se deja de atender, o bien, si se utiliza y luego se elimina (Groome, 2021). Modelos teóricos sobre la atención Una definición ampliamente aceptada de la atención es la siguiente: La toma de posesión de la mente, en forma clara y vívida, de uno de lo que parecen varios trenes de pensamiento. Focalización, concentración de la conciencia con su esencia. Implica la retirada de algunas cosas con el fin de hacer frente a las demás, y es una condición que tiene un verdadero opuesto en el estado mental de despiste, confusión o aturdimiento. (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018) A saber, diversos autores han dado varias definiciones sobre la atención. Por tanto, también se puede definir como la facilitación de ejecución de procesos cognitivos, ayudando a reducir la información que se recibe, así como reduciendo los procesamientos adicionales al cerebro. El modelo de las funciones de la atención, propuesto por Portellano y García en 2014, es uno de los más recientes y de mayor utilidad en la actualidad. Asimismo, estos autores la consideran como un sistema multimodal con divisiones jerárquicas y dinámicas, ya que permite seleccionar, orientar y controlar estímulos que nos permiten llevar a cabo tareas específicas. A este modelo se le han ido agregando y modificando las características principales de la atención, mismas que podemos encontrar a continuación (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). Así como encontramos varias características de la atención, esta se diferencia en cuatro dominios cognitivos: Fuente: Trápaga, C., Bautista, A., Bello, Z., Sánchez, I., y Pelayo, H. (2018). De La Psicología Cognitiva a La Neuropsicología. México: Manual Moderno. La atención selectiva se encuentra ligada a procesos selectivos, mismos que facilitan la codificación y el procesamiento de estímulos que son de interés para la persona. Por tanto, es una habilidad para centrarse y evitar los sistemas automáticos de respuestas involuntarias (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). La atención dividida se encuentra por lo general relacionada con la división, a diferencia de la selectiva que debe elegir el estímulo. Por ende, en la atención dividida se encuentra la capacidad para centrar la atención en diversos aspectos relevantes al mismo tiempo, por lo que se encarga de los mecanismos de atención y de respuesta a dos o más tareas que se realizan de manera simultánea. En algunas ocasiones, esta modalidad de la atención requiere mayor esfuerzo, por lo que suele involucrar funciones cognitivas como la memoria operativa, la resistencia a la interferencia y la flexibilidad mental (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). La atención sostenida está relacionada con el mantenimiento y sostenimiento de la atención. Aunque esta atención tiene una función similar a la atención selectiva, las actividades de la sostenida se pueden llevar a cabo por mayores periodos de tiempo. Entonces, a la capacidad que tiene el sujeto para mantener la atención por un tiempo determinado (y continuar haciendo una tarea por un tiempo prolongado) es a lo que se conoce como atención sostenida (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). Por último, se encuentra la alerta fásica, la cual se define como la capacidad de dar una respuesta de manera inmediata cuando se percibe un estímulo interesante. Por otro lado, tenemos lo que es la alerta tónica, la cual es un estado lento que maneja niveles estables de atención. Por lo general, la alerta tónica también se le denomina como estado de alerta (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). En la siguiente tabla se muestran las diferencias entre los tipos de atención, según el modelo propuesto por Portellano, mismo que se utiliza en la actualidad para determinar características y diferencias en los distintos niveles de la atención. Fuente: Trápaga, C., Bautista, A., Bello, Z., Sánchez, I., y Pelayo, H. (2018). De La Psicología Cognitiva a La Neuropsicología. México: Manual Moderno Alteraciones de la atención Ahora bien, comprender las diferentes maneras en que los procesos atencionales pueden verse dañados o comprometidos nos ayuda a comprender mejor e identificar las razones por las que los pacientes viven algunas adversidades, ya que el daño cerebral es una de las principales causas de alteraciones en los procesos atencionales, resultando por lo general en alteraciones que involucran también a otros procesos cognitivos (Groome, 2021). Tomando en cuenta la importancia que tiene la atención en el procesamiento de estímulos sensoriales y su implicación con otros procesos cognitivos, las alteraciones atencionales se consideran como unas de las más dañinas (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). Ardila y Ostrosky identifican los principales desórdenes atencionales, los cuales siguen siendo (hasta la fecha) las alteraciones más comunes, y las más utilizadas para el diagnóstico neuropsicológico de las alteraciones de la atención, son las siguientes: el síndrome confusional, los síndromes atencionales parciales, el síndrome de heminegligencia, el síndrome de Balint, simultagnosia, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y el síndrome de mutismo acinético. A saber, en breve se describirán las características de cada uno de estos (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). 1. Síndrome confusional: también llamado como delirium. Se les llama así a las alteraciones del nivel de consciencia que van de la mano con los trastornos cognitivos transitorios y que tienden a ser fluctuantes. Este tipo de síndrome presenta alteraciones en atención, percepción, memoria, pensamiento, y en ocasiones alteraciones en el sueño-vigilia. 2. Síndrome atencional parcial: el deterioro atencional en este síndrome se presenta más como una reducción en una o más áreas cognitivas. A saber, las alteraciones de este síndrome varían según la modalidad y los procesos cognitivos alterados. 3. Síndrome de heminegligencia: alteraciones en orientación y respuestas a estímulos alterados, principalmente con acciones que ocurren en el lado contrario a donde se presenta la lesión. Este síndrome puede ser visual, auditivo o táctil, y consiste en que los pacientes presentan dificultades para dirigir su atención hacia el espacio que se encuentra alterado. Nota: En caso de que la heminegligencia sea muy severa, se aprecia una completa omisión al mundo, es decir, como si no existiera esa mitad del mundo. Para casos leves, se atienden menos estímulos y su manejo es poco eficaz, por lo que en algunos casos puede ser muy sutil (pueden incluso pasar desapercibidas). A continuación, se muestra una tabla con la sintomatología de la heminegligencia: 4. Síndrome de Balint: este problema tiene tres características importantes: incapacidad para ver y manipular objetos, ataxia visual e inatención visual. Además, es importante destacar que la atención hacia otros estímulos pudiera estar preservada. Este síndrome presenta una incapacidad para percibir más de un objeto al mismo tiempo. 5. Simultagnosia: es una incapacidad para percibir una escena en su totalidad, por tanto, aunque pueden percibir cosas como parte de algo mayor, no pueden darle seguimiento. Se define como un déficit del control de la atención sobre los objetos, pero no como una alteración en la codificación de ellos. 6. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: es considerado como uno de los trastornos más comunes en el periodo del neurodesarrollo. Este trastorno presenta alteraciones en síntomas conductuales, de inatención, así como de hiperactividad e impulsividad. Por lo general, los pacientes con TDAH presentan dificultades para mantener la atención, contando con alteraciones en diversas funciones ejecutivas como la organización, la planeación y la realización de tareas. Otra de las alteraciones comunes en este trastorno se ha localizado en la memoria de trabajo. A saber, se ha encontrado que en un 30-50% de los casos tiene una prevalencia en la edad adulta. En la siguiente tabla puedes encontrar la sintomatología de este trastorno, de acuerdo con los periodos del desarrollo en que se presente: 7. Mutismo acinético: los pacientes con esta alteración se muestran con un mutismo y respuestas monosilábicas, por lo general en tono de voz bajo (susurro). Otra característica de esta patología es la capacidad de realizar acciones de manera pausada e incompleta, sin embargo, sus movimientos no son de carácter voluntario. Este problema se define como la incapacidad para iniciar respuestas voluntarias motoras o de lenguaje, ocasionando una cierta apatía y acinesia. Los pacientes que presentan esta alteración tienden a tener problemas en la expresión del lenguaje, pero en ciertas frases o palabras aisladas. Una vez que comprendemos las diversas alteraciones de la atención, debemos tomar en cuenta las actividades que se pueden realizar para los procesos de estimulación y rehabilitación. A saber, en la mayoría de los casos, los especialistas recomiendan iniciar con actividades que estimulen la atención sostenida, luego la atención selectiva, y por último la rehabilitación de la atención dividida (Trápaga, Pelayo, Sánchez, Bello y Bautista, 2018). Considerando que, previo a la rehabilitación se debe llevar a cabo una evaluación neuropsicológica, se presentan algunas de las pruebas que se utilizan actualmente para la evaluación de los diferentes procesos y tipos de atención: Luego de obtener los resultados de la evaluación, se consideran algunas tareas para estimular la rehabilitación de la atención. Algunas de las tareas que se proponen son las siguientes: Tareas de búsqueda, cancelación o conteo. Tareas de repetición. Tareas de recorridos. Tareas de discriminación y emparejamiento. Ejercicios que requieran alternar entre un estímulo y otro. Actividades simultáneas en donde se emplee la atención sostenida y dividida. Tema 3. Percepción Los procesos cognitivos implican un orden secuencial, el cual da inicio cuando se recibe información a través de los órganos sensoriales (visuales, gustativos, táctiles, olfativos y auditivos). Luego de recibir la información pasa al proceso de percepción, mismo que continúa con el aprendizaje para finalizar con la memoria (Edgar, Edgar y Pike, 2021). Por su parte, la percepción se encarga de analizar el contenido de la información que se recoge, lo cual puede ser de manera precaria o inicial. Por tanto, solo sirve para darle un valor y sentido a la información que se recibe (Edgar, Edgar y Pike, 2021). En este tema analizarás detalladamente la etapa del proceso de percepción para que comprendas cómo se procesa la información recibida, la cual se percibe de formas distintas para darle importancia a la misma, así como sentido a todo aquello que percibe. Conceptos básicos de la percepción La percepción es la experiencia subjetiva que se adquiere de la información que se recibe a través de los sentidos, con los cuales podemos detectar sonidos, imágenes, sabores, olores y todo lo que tocamos, creando así múltiples interpretaciones de lo que nos rodea (Edgar, Edgar y Pike, 2021). Generalmente la percepción del mundo es algo que se da por sentado, por lo que en muchas ocasiones es interpretado como si fuese algo simple, pero ¿cómo funciona el proceso de la percepción?, ¿cómo se sintetiza todo lo que se percibe? A saber, los órganos sensoriales llevan información por todo el sistema nervioso central para que sean identificados en donde correspondan. Por ende, la principal función de la percepción es interpretar la información que llega de los sentidos, y saber lo que significa para tomar una decisión sobre cómo actuar en determinadas circunstancias. Por ejemplo, no se interpretaría de la misma forma ver a un señor con un cuchillo a media calle, que verlo con un cuchillo en un puesto de tacos. La percepción se puede describir como la encargada de ayudar a que la información recibida sea procesada para que nos brinde indicadores sobre qué hacer con lo que se está recibiendo, es decir, es quien se encarga de interpretar la información de una manera objetiva y concreta. (Eysenck y Kean, 2020). Modelos teóricos sobre la percepción Uno de los modelos que mejor describen el funcionamiento de la percepción es el propuesto por James J. Gibson, ya que se centra en la función de la percepción. Entonces, partiendo de cómo es que la percepción nos permite interactuar con el mundo, el modelo de Gibson considera la percepción como “percepción para actuar”. Un ejemplo para este modelo puede ser la manera de percibir un objeto cuando se va manejando, es decir, entre más alejado te encuentres del mismo se puede ver más pequeño, aumentando de tamaño conforme te acercas a este. Asimismo, este sistema de percepción se utiliza principalmente en el volante, ya que permite regular el uso del frenado en los momentos adecuados (Edgar, Edgar y Pike, 2021). Otro de los modelos principales en la percepción son los patrones (templates). Esta teoría se centra en el reconocimiento de patrones, por lo que, una vez identificados, se pueden realizar comparaciones entre los mismos. Haciendo uso del ejemplo sobre el campo visual, la imagen es captada por las retinas y llega al cerebro, por lo que una vez dentro del mismo se inicia un proceso de comparación con patrones previamente almacenados. Pero ¿cómo es que se reconocen los rasgos que pertenecen a cada patrón almacenado? La respuesta es simple: haciendo uso de los patrones que se fueron creando a través de la información sensorial que se ha adquirido con el tiempo. Por ende, este sistema de comparar patrones debe contar con una capacidad de flexibilidad para hacer modificaciones en los mismos (Manly y Ness, 2021). Alteraciones de la percepción Uno de los componentes de la percepción son las gnosias, las cuales se definen como los procesos de reconocimiento de estímulos a través de las funciones integradoras de las áreas asociativas de la corteza cerebral. Esto se explica como la forma en que se reconoce un estímulo, transformando la sensación del estímulo a la percepción del mismo (Puerta, Dussán, Montoya, Landínez y Pérez, 2022). Una lesión de las áreas asociativas de la corteza cerebral puede generar alteraciones para la atribución de significados a los estímulos sensoriales que se perciben. A estas alteraciones se les conoce como agnosias (Puerta et al., 2022). A saber, el término agnosia fue utilizado inicialmente por Sigmund Freud, sin embargo, hasta años después se lograron describir con mayor exactitud gracias a Hugo Liepmann, quien fue el responsable de definir las agnosias y apraxias dentro del área de la psicología. Entonces, aunque un sujeto que presenta una agnosia puede ver, oír y sentir, no logra reconocer o dar sentido a los estímulos visuales, táctiles o auditivos que percibe. Por ejemplo, puede ver a una persona, pero no reconocerla (prosopagnosia), o no reconocer la música (amusia). Por otro lado, a finales del siglo XIX, Lissauer estableció la primera clasificación de las agnosias, separándolas por modalidades como: aperceptivas y asociativas. Las agnosias aperceptivas se identifican por ser alteraciones para identificar características físicas, así como la incapacidad para percibir y dar significado a una imagen, impidiendo reconocer figuras geométricas, caras u objetos. Por su parte, las agnosias asociativas se clasifican por alteraciones en la comparación de estímulos sensoriales vs. memoria, así como una dificultad para la atribución semántica correcta (Eysenck y Kean, 2020). A saber, estos son los requisitos para el diagnóstico de una agnosia: Figura 1. Requisitos para el diagnóstico de una agnosia. Existen diferentes tipos de agnosias, dependiendo de la modalidad sensorial que se encuentra dañada. A continuación, se muestra una tabla con la principal clasificación de las agnosias (aunque se mencionarán diversos tipos, solo se desarrollarán las que se presentan con mayor frecuencia). Existen diferentes tipos de gnosias (NeuronUP, s.f.): Agnosias visuales. Dificultad para identificar y reconocer estímulos visuales previamente conocidos e identificados por nosotros. ○ Ejemplos: cuando estás en un concierto y no logras identificar a tu grupo de amigos (cuando una persona tiene una agnosia visual puede no reconocer los colores o algunos objetos en movimiento como los carros pasando por la avenida). Agnosias auditivas. Cuando la persona es incapaz de reconocer sonidos verbales y no verbales. ○ Ejemplos: cuando estás avanzando en las canciones de un playlist, bastan dos segundos o menos de las notas para identificar una canción. Por ejemplo, una persona con agnosia auditiva puede ser incapaz de reconocer los sonidos del medio ambiente, voces familiares (como cuando recibes una llamada por parte de tu mamá y no logras reconocer su voz, por lo que no identificas quien te está llamando). Agnosias táctiles. Es la incapacidad de reconocer por el tacto diferentes objetos y texturas. ○ Ejemplos: cuando una persona tiene una agnosia táctil tiene dificultades para También pueden desarrollar una alteración en donde omitan o rechacen una parte de cuerpo. Agnosias olfativas. Pérdida de la capacidad de identificar estímulos a través del olfato ○ Ejemplos: alteración en la que no se logran identificar olores, como el olor de la leche que está pasada, un perfume que te gustaba mucho, pero que ahora ya no puedes reconocer. Incluso existe una agnosia olfativa donde la persona percibe el olor de heces fecales todo el tiempo. Agnosias gustativas. Incapacidad de reconocer diversos sabores que se perciben a través del gusto.