SFE T.1-2 Apuntes Profesor PDF - Sociedad, Familia y Educación

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Alberto Álvarez de Sotomayor, José Antonio Cerrillo Vidal, Lourdes López Calvo

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sociología de la educación educación secundaria desigualdades educativas formación del profesorado

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Estos apuntes del Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria abordan la sociología de la educación. Se analizan las perspectivas sociológicas, desigualdades educativas, y la influencia de la sociedad en los sistemas educativos. El texto incluye la definición de sociología, su objeto, el análisis de desigualdades educativas y algunas aportaciones al debate educativo en España.

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Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 1 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- BLOQUE 1 SOCIEDAD Y EDUCACIÓN: LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA 1. Sociología y educación. 1.1. Definición y objeto de la sociología. 1.2. El objeto de la sociología de la educación. Sociología de la educación y ciencias de la educación. 1.3. Los límites sociales de la educación 2. El análisis sociológico de las desigualdades educativas. Factores y mecanismos explicativos del rendimiento y el logro educativo 2.1. Desigualdades en el entorno familiar 2.2. Desigualdades en el entorno escolar 2.3. La influencia de los grupos de pares 2.4. Factores “macro” 3. Algunas aportaciones de la sociología al debate educativo en España Autores: Alberto Álvarez de Sotomayor José Antonio Cerrillo Vidal Lourdes López Calvo Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 2 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- INTRODUCCIÓN La pregunta inicial que debemos hacernos es ¿por qué estudiar sociología de la educación? ¿Qué contribución puede hacer la sociología de la educación a la formación de un profesor de secundaria? Aunque la respuesta se va a ir concretando con el desarrollo de esta materia, este primer bloque pretende dar alguna orientación básica sobre ello. La sociología es una ciencia que estudia la sociedad y trata de construir un conocimiento objetivo, suficientemente contrastado, sobre cómo funciona la sociedad y sus instituciones. Como estudio científico de la realidad social y educativa, trata de superar las “apariencias”, es decir, los lugares comunes del pensamiento común o del pensamiento oficial (Fernández Palomares, 2003, p. 6). Dado que la perspectiva sociológica analiza las pautas que regulan las instituciones escolares, puede contribuir a que los profesores tomen conciencia de la realidad social y educativa que define su trabajo y permite construir un ‘saber reflexivo’. Por ello, la mayor contribución que puede hacer la sociología de la educación a la formación de un profesor es lograr que trabaje con objetivos propios y conscientes (en la medida de lo posible), es decir, que la realidad educativa sobre la que trabaja sea comprendida y explicada y esté sometida en todo momento a discusión y debate. En el mismo sentido, Fernández Enguita (1991) señala: “Lo que la sociología puede aportar a la práctica del docente, sea desde fuera (desde el libro leído hasta el asesoramiento específico) o desde dentro (desde la formación inicial o permanente de aquél) es precisamente su capacidad de señalar con el dedo ‘lo social’ allá donde no salta a la vista; eso es, su capacidad de mostrar que son productos y constructos sociales, susceptibles por tanto de ser transformados por la actividad humana consciente, tantos y tantos aspectos del funcionamiento de la institución escolar que tendemos a ver como figuras inmutables, indiscutibles, simple resultado de necesidades técnicas y organizativas”. 1.1. Definición y objeto de la sociología. Junto a otras dimensiones claves (psicológica y pedagógica), la formación de un profesor ha de contar con el conocimiento de la dimensión sociológica de la educación. Eso implica, en cierta manera, desarrollar un estudio sistemático, riguroso y científico que le permita descubrir las múltiples ‘estructuras sociales’ que conforman la organización de las instituciones escolares y que explican las acciones cotidianas de un profesor. Las sociedades son sistemas. Como toda la materia en el universo, los seres humanos nos organizamos para generar orden y estabilidad frente al incertidumbre del ambiente. En consecuencia, el objetivo de los sistemas sociales es permanecer relativamente inalterados, reproducirse más o menos como están. A esto es lo que llamamos estructuras sociales, los mecanismos de la organización social que tratan de orientar la conducta de los individuos que la componen, garantizando así la estabilidad del sistema. Nacemos en el seno de colectividades ya organizadas y sobre las que tenemos escaso control o capacidad de elección. Así pues, nuestras acciones se encaminan, regularmente, a la reproducción social, es decir, al mantenimiento del orden social tal y como existe actualmente. No obstante, somos nosotros, con nuestras acciones, los que creamos la sociedad y los que contribuimos a mantenerla. Pero también a veces podemos cambiarla. Estamos Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 3 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- dotados de un sistema cognitivo complejo y de un lenguaje reflexivo, lo que nos hace capaces de concebir cursos de acción diferentes, proyectarnos hacia el futuro, planificar e interpretar las situaciones de diferentes maneras. Los mecanismos de la estructura social presionan, a veces con mucha fuerza, para que nuestros comportamientos tiendan a reproducir la sociedad. Pero siempre tenemos un margen de libertad de decisión, un margen mayor cuanto más arriba se esté en la estructura social (es decir, de cuantos más recursos se disponga). P.e., un millonario tiene más capacidad de influir para que se cambie una ley que un ciudadano corriente. Otro factor que proporciona libertad de acción es el tamaño y la complejidad de la estructura. Sociedades pequeñas, con poca división del trabajo y relativamente aisladas no tienen estímulos para cambiar, y por eso suelen reproducirse con tranquilidad. En cambio, en nuestra sociedad global, con 7. 000 millones de personas interconectadas, vivimos tiempos de gran inestabilidad e incertidumbre (terrorismo internacional, redes globales de narcotráfico, migraciones masivas, cambio climático…) Las instituciones son sistemas impersonales que tratan de regular los comportamientos (es decir, son parte de la estructura) cuando una sociedad se vuelve demasiado grande y compleja para autocontrolarse a sí misma únicamente a través de interacciones personales. La sociología tiene entonces por objeto el estudio de las conductas humanas como un producto complejo del encuentro entre las estructuras y la creatividad de la acción de cada individuo. A esto lo llamamos imaginación o perspectiva sociológica: la capacidad para interpretar los fenómenos humanos como fruto de sus contextos sociales. Esto implica en tomar distancia de las propias costumbres, hábitos, comportamientos rutinarios, creencias de sentido común… para poder analizar e interpretar la realidad social como si fuera algo nuevo y construir un conocimiento más riguroso. En definitiva, se trata de conectar la “experiencia particular” con las formas de “organización regular” que afectan a la vida de las personas. 1.2. El objeto de la sociología de la educación. Sociología de la educación y Ciencias de la educación. La sociología de la educación es una rama o especialidad de la sociología. Aunque forma parte de las llamadas ciencias de la educación (esto es, el conjunto de disciplinas que estudian el fenómeno educativo), lo hace desde la perspectiva propia de la sociología, tal y como se explica en el apartado anterior. Para la sociología la educación es “la institución social que permite la transmisión de conocimientos, cualificaciones laborales, normas y valores” (Macionis y Plummer, 2011). Es decir, la educación es un subsistema social especializado en la transmisión de los conocimientos, normas y valores de una generación a otra. Es, por consiguiente, un elemento clave de la reproducción social. La sociología comenzó a estudiar la educación desde su mismo nacimiento como ciencia. Fue Emile Durkheim, sociólogo francés y uno de los padres de la disciplina, el primero a aproximarse al fenómeno educativo desde el paradigma sociológico, como parte de su interés más general por los mecanismos que mantenían cohesionadas a las sociedades. No obstante, fue en la segunda mitad del siglo XX cuando la sociología de la educación Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 4 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- experimentó un fuerte impulso, toda vez que los sistemas educativos comenzaron a expandirse en los países más desarrollados. Desde entonces, los sociólogos de la educación han estudiado una amplia variedad de aspectos del hecho educativo, si bien las desigualdades educativas son el tema al que más atención se le ha dedicado. Teniendo en cuenta todos los presupuestos epistemológicos señalados hasta aquí, podemos señalar que esta ciencia social aborda el análisis de la educación del siguiente modo: 1º) Tiene a la ‘educación’ como objeto común de estudio con otros profesionales de la educación (pedagogos, políticos...), pero no aborda el estudio de los procesos educativos de la misma manera. No establece planes de acción sino que pretende describir y explicar lo que ocurre en la realidad educativa de cara a construir teorías sociológicas sin tener como finalidad orientar sobre cómo debe ser la educación. O dicho de otro modo, mientras que la pedagogía es una ciencia normativa, la sociología es una ciencia sustantiva. Por tanto, el objeto de la sociología no es establecer proposiciones normativas. La sociología no trata de “arreglar” la realidad social. La sociología no es una práctica social: “Entre un sociólogo de la educación y un concejal de ayuntamiento encargado de asuntos de educación no hay paralelismo, ni en la definición del objeto que ambos trabajan, ni en los límites que alcanza su campo. Hablan de la misma cosa pero no se refieren al mismo objeto. El sociólogo no tiene como objetivo que la sociedad (la educación) funcione mejor -¿desde qué objetivos?, que funcione mejor, ¿para qué grupos? No es una atribución de la No enfrenta al individuo y sociedad, entiende que ambos interactúan constantemente y sociología además, seque la sociedad influencian (la educación) mutuamente. funcione Aunque mejor, sinotienen las personas comprender libertadcómo funciona de actuar, sus y en qué aspectos o procesos basa la lógica de su funcionamiento, la cual acciones no ocurren de manera completamente independiente. Siempre están influenciadas bajo otros supuestos por podría funcionar estas estructuras de Por sociales. otraeso, manera distinta yindividuales las acciones siguiendo otras leyesserdiferentes” pueden entendidas (Lerena, como C. de parte 1983). patrones o comportamientos que se repiten dentro de una sociedad. 2º) No contrapone ‘lo individual’ y ‘lo social’. Teniendo en cuenta que existe una continua relación dialéctica ‘individuo-sociedad’, el análisis sociológico considera que en lo que se llama educación, todo es social. Existen estructuras objetivas establecidas (normas, roles, instituciones…) que definen formas de relación social objetivas impuestas a los individuos y hacen que las ‘acciones individuales’ puedan ser analizadas dentro de regularidades sociales. 3ª) Como para la sociología no existe un hombre universal, sino hombres y mujeres que viven en sociedades y momentos históricos concretos, tampoco se concibe la existencia de una educación universal, válida en cualquier contexto y con independencia de él. Bajos estos supuestos, el objetivo de la sociología de la educación es analizar los procesos socialmente organizados o estructurados que tienen como fin el que las personas vayan adquiriendo ciertos hábitos en sus formas de pensar, sentir y actuar (o sea, el fin es la adquisición de una cultura). La mayor contribución que puede hacer la sociología de la educación a la formación de un/a profesor/a que tiene asignada una labor práctica, es lograr que este profesional trabaje con un conocimiento científico de la realidad educativa, que trabaje con objetivos propios y conscientes (en la medida de lo posible), o sea, que el funcionamiento de la realidad educativa sobre la que trabaja sea comprendido y explicado y esté sometido en todo momento a discusión y debate. Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 5 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Hay que preguntarse y debatir sobre los objetivos educativos que asumimos, sobre los contenidos, los métodos de enseñanza, sobre las acciones cotidianas en la escuela:  Hay que salir de una simple visión ‘empirista’ de lo que ocurre en el sistema de enseñanza, para pensar que las cosas pueden ser de otra forma en la realidad educativa.  Hay que romper con una visión reduccionista demasiado centrada en el aula, puesto que la educación es algo mucho más amplio que involucra todo un conjunto de instituciones sociales y de procesos sociales complejos. En definitiva, “la sociología de la educación aporta como propio y de suyo un conocimiento teórico, profundamente renovador, de la Escuela como institución social que se construye y reconstruye en el seno de la historia y resultado de las dinámicas de intereses que mueven la misma y que, en cada momento concreto del desarrollo de la sociedad, funciona como una institución social más, relacionada con el sistema social global y cada una de sus partes: poder, ideología, desigualdad, economía y división del trabajo, etc. y donde tiene como función específica la producción social de las identidades de los individuos. Dada la naturaleza plural y conflictiva de nuestras sociedades, esta producción puede hacerse de muchas maneras y en muchos sentidos pero nunca fuera y desvinculada de los cambios sociales globales de la sociedad” (Fernández Palomares, 2003). 1.3. Los límites sociales de la educación. Una de las grandes aportaciones de la sociología al estudio de la educación ha sido mostrar los límites que, como producto social, tiene la propia educación, especialmente respecto a los objetivos tan sumamente ambiciosos que la sociedad contemporánea le ha confiado (Martín Criado, 2004, 2010). Nuestra sociedad tiende a una visión idealizada de la educación: sobre las capacidades del maestro, la predisposición del alumno y la capacidad de la enseñanza para producir efectos duraderos en los individuos y, por consiguiente, en la estructura social (Martín Criado, 2004). Desde la Ilustración se ha señalado a la educación como el medio por excelencia de moralización y transformación radical de las personas. La educación es la solución a todos los problemas (el empleo, la violencia de género, el cambio climático…), e incluso cuándo los datos indican que no es así, a menudo la única respuesta es la necesidad de más y mejor educación. Sin embargo, como ha mostrado la sociología, esta concepción de la educación tiene al menos tres puntos débiles: 1. La existencia de ámbitos de socialización diferentes a la escuela, cuya influencia también ha de ser tenida en cuenta y cuyos objetivos a menudo pueden ser contradictorios con los de esta. En sociedades complejas como las nuestras no existe un único agente socializador, sino muchos, y en muchas ocasiones contradictorios entre sí. Esto implica que “educar” no tiene un sentido único: cada agente socializador forma a los sujetos según unos objetivos diferentes, que además pueden cambiar históricamente y variar culturalmente. Por ejemplo: la formación en una empresa puede ser diferente a la de la familia y ambas distintas a la recibida en la escuela. La primera puede requerir trabajadores obedientes, la segunda que los hijos realicen los anhelos de los padres y la tercera ciudadanos críticos. Incluso un mismo agente puede tener objetivos de socialización contradictorios entre sí. En la escuela actual al mismo tiempo se busca producir trabajadores competitivos y ciudadanos críticos y solidarios, por ejemplo. Es decir que como sujetos estamos sometidos a socializaciones múltiples y contradictorias. Lo cual tiene diferentes efectos en nuestra conformación como sujetos Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 6 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- sociales y a menudo produce resultados muy distintos a los previstos por los agentes socializadores. La escuela es solo uno entre los muchos agentes de socialización, tiene una enorme importancia, pero no es el único. Para que sus efectos fueran únicos y permanentes deberían aislar a los alumnos y someterles a una socialización unidireccional durante años. Lo cual es, obviamente, imposible. En este sentido, hay una gran desproporción entre las expectativas que la sociedad deposita en la escuela y los medios y posibilidades reales con los que esta cuenta para cumplirlos. La experiencia de las llamadas “instituciones totales” (cárceles, psiquiátricos, etc.) muestra, además, que ni en un ambiente fuertemente controlado la socialización del sujeto es unidireccional y satisfactoria para el agente socializador. Esto se debe a que los agentes interpretan la socialización que reciben, no se limitan a reproducirla mecánicamente. El ser humano no es un autómata cultural, tiene capacidad creativa. Las posibilidades de reinterpretar y redefinir las enseñanzas recibidas son mayores cuantos más estímulos reciba el sujeto. De esta forma, puede comparar y acceder a diferentes conocimientos o valores internalizados en función de diferentes situaciones sociales. Así, el sujeto tenderá a utilizar los aprendizajes que se ajusten mejor a la realidad a la que se enfrentan, que encajen mejor con los marcos mentales centrales para la construcción de su identidad, o aquellos con los que tiene una vinculación emocional más fuerte, como viene demostrando la investigación en neuro cognición (Damasio, 2018). 2. La conducta no depende solo de las intenciones y valores interiorizados, sino del encuentro entre estos y las coacciones estructurales objetivas. La visión idealista de la educación presupone que los agentes actuarán en el futuro únicamente en función de los valores y conocimientos adquiridos en el proceso de socialización. En efecto, la idea de progreso moral o cultural gracias a la escuela tiene implícita la idea de que nuestro comportamiento depende exclusivamente de la cultura, y en última instancia de nuestras intenciones. Esta suposición está muy lejos de ser real. Las intenciones son el único componente de la acción. Existen otros muchos condicionantes. En primer lugar, los recursos disponibles para poder poner en práctica las intenciones. Por ejemplo, uno puede tener espíritu emprendedor pero no dinero para montar una empresa. También están las estructuras de oportunidad, conjuntos de regulaciones, límites y posibilidades a través de las cuales la sociedad trata de orientar nuestra conducta. Uno puede desear hacer algo e incluso puede tener los recursos para hacerlo, pero que las estructuras lo hagan inviable. Por ejemplo, se puede desear no desplazarse en coche, pero que la inexistencia de trasportes públicos eficientes (o carriles bici, etc.) te lo impidan, o lo hagan excesivamente costoso. En suma, la acción social es un producto del encuentro entre lo que se quiere, lo que se tiene y lo que se puede. La educación sólo puede incidir, y limitadamente como hemos visto, en el primer punto (las intenciones). 3. La situación de enseñanza no se produce en el vacío, sino que se encuentra condicionada por la trayectoria de los participantes y un contexto social más amplio. La visión pedagógica tiende a soslayar que la enseñanza no es una situación que se dé en el vacío, con unos sujetos típicos y desarraigados de trayectorias y condiciones sociales diversas. Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 7 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- No todos los profesores tienen las mismas capacidades o posibilidades para enseñar: algunos tienen más medios, tiempo, incentivos o predisposición para preparar sus clases, actualizar sus competencias, etc. Tampoco todos los alumnos son iguales: cada uno parte de una posición social diferente, está más o menos predispuesto a aprender, tiene facilidades para unas materias o para otras, etc. Aparte, la enseñanza se enmarca en un contexto más amplio que le influye. En primer lugar el profesor es parte de una organización (el centro escolar), el cual le marca unas posibilidades, le proporciona unos medios e incide en su práctica educativa a través de incentivos y coacciones (presiones de los compañeros, objetivos a cumplir, etc.). El centro escolar, a su vez, se localiza en un contexto social que le condiciona: familias, organizaciones, hábitat, instituciones locales, expectativas de empleo, etc. Y todo ello forma parte del sistema educativo, el cual es, en última instancia, responsable de los programas, el currículum, la asignación de medios, normativas, etc. A su vez, este se encuentra influido por el sistema económico, político, organizaciones internacionales, etc. En resumidas cuentas, la educación es un producto social, y como todo producto social es enormemente complejo, siendo el resultado de múltiples condicionantes cruzados, tanto por los agentes que intervienen en la misma como por los entornos institucionales en los que interaccionan. En este sentido, el margen de acción final del profesor es, como podemos comprobar, muy reducido. La aplicación de técnicas educativas más o menos avanzadas (que no siempre es posible), no cambia este hecho. Por supuesto, esto no significa que la educación no sirva para nada, o que no se pueda mejorar la educación que se imparte actualmente. Pero hay que ser conscientes de los límites de la acción educativa. “Más” o “mejor” educación tampoco modifica esencialmente estos límites. 2. EL ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DE LAS DESIGUALDADES EDUCATIVAS: FACTORES Y MECANISMOS EXPLICATIVOS La cuestión de las desigualdades en el ámbito educativo ha sido, sin lugar a dudas, el tema estrella dentro de la sociología de la educación. El estudio de esta cuestión como problema va unido, fundamentalmente, a la expansión de la idea de la igualdad de oportunidades educativas, que tiene lugar, fundamentalmente, a partir de los años 60 del siglo XX. El interés por el estudio de las desigualdades educativas hay que entenderlo en un contexto en el que: 1º) Se pretende responder a la ideología meritocrática funcionalista dominante en la década de los 50. Bajo el prisma funcionalista, las desigualdades educativas, lejos de ser concebidas como problemáticas, eran observadas como funcionales para la sociedad. El logro educacional —como el socioeconómico— era producto exclusivo de las habilidades, características y disposiciones del individuo, lo que, en un sistema social con funcionamiento supuestamente meritocrático (así lo pensaban los autores funcionalistas), permitía situar en cada posición a los más aptos. Idea de igualdad educativa: A partir de los años 60, se empezó a analizar más profundamente las desigualdades educativas porque se buscaba ofrecer las mismas oportunidades a todos. Crítica a la visión anterior (funcionalista): En los años 50, la teoría funcionalista decía que las desigualdades educativas no eran un problema, sino algo útil para la sociedad. Según ellos: Las personas lograban su posición educativa y socioeconómica solo por sus habilidades, esfuerzos y méritos individuales. Este sistema supuestamente "meritocrático" aseguraba que los más capacitados ocuparan las mejores posiciones. Evidencia en contra: Investigaciones empíricas demostraron que esta idea era falsa. Las desigualdades educativas no dependían solo de habilidades personales, sino también de factores como: Posición socioeconómica (ser de una familia rica o pobre) y Género, raza o etnia, que influían en las oportunidades y resultados educativos. En resumen, el interés por estudiar desigualdades educativas surgió al cuestionar la idea de que solo el mérito personal determinaba el éxito, y al reconocer que había factores sociales (como clase, género o raza) que Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria afectaban profundamente las oportunidades educativas. 8 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 2º) Se pretenden explicar los resultados obtenidos en importantes investigaciones empíricas1 que evidenciaban las enormes desigualdades educativas que existían no sólo en relación con la posición socioeconómica, sino también respecto al género, la raza y la etnia. A pesar de las políticas de igualdad de oportunidades educativas, los estudios han seguido evidenciando hasta día de hoy la existencia (y persistencia) de desigualdades en el rendimiento y el logro educativo vinculadas a los distintos orígenes sociales. De ahí la importancia de estudiar rigurosamente los factores y procesos sociales que están o pueden estar detrás de dichas desigualdades. A continuación se explican un buen número de ellos. Los clasificamos según partan del entorno familiar, del escolar, del contexto del grupo de pares, o de contextos mucho más amplios (mercado laboral, contexto político, etc.). 2.1. Desigualdades en el entorno familiar a) Desigualdades económicas (capital económico o financiero) Parece obvio que las familias con menos recursos económicos tendrán más dificultades para costear los gastos de la educación de sus hijos. Sin embargo, podemos pensar que en aquellas sociedades o etapas en las que la educación es gratuita, la importancia de este factor será nula. Y lo cierto es que será, a priori, menor, pero no nula. Será menor con respecto a aquellas sociedades o etapas en las que no es gratuita, puesto que se elimina uno de los tipos de costes asociados a la educación: los costes directos, es decir, aquellos gastos derivados directamente del hecho de que los hijos estén recibiendo una educación formal (gastos de matrícula, tasas…). Pero incluso en los casos de gratuidad en la escolaridad, el nivel económico de la familia sigue presente como un factor relevante. ¿Por qué? En primer lugar, porque la educación conlleva también una serie de costes indirectos — o al menos, menos directos que los anteriores— (Lucas, 2001): material escolar, libros, transporte, clases particulares y otras actividades extraescolares, recursos educativos para el hogar, etc. En segundo lugar, por los llamados costes de oportunidad de la educación. En economía, un coste de oportunidad se define como el coste de la alternativa a la que renunciamos cuando tomamos una determinada decisión (incluyendo los beneficios que podríamos haber obtenido de haber escogido la opción alternativa). Un claro coste de oportunidad educativo es el de mantener a los hijos en la educación formal, renunciando con ello a ingresos que, durante la jornada escolar, estos podrían estar obteniendo en el mercado de trabajo. Es evidente que, en términos relativos, este coste no será igual para todas las familias; dependerá de su nivel económico. En tercer lugar, la economía de la familia condiciona otros factores que, potencialmente, afectan también al rendimiento académico de los hijos. Por ejemplo, el barrio en el que viva el chico/a y, con ello, el centro escolar al que asista, los compañeros/as del mismo, y los amigos del barrio. O también la alimentación que reciba. 1 El más popular de ellos fue el conocido como Informe Coleman (Coleman et al., 1966), llevado a cabo en EE.UU. Para más información sobre este estudio ver, por ejemplo, Álvarez-Sotomayor y Martínez- Cousinou (2016). Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 9 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Por lo tanto, cuando nos referimos al efecto del nivel económico de la familia sobre las desigualdad educativas, pensemos en que dicho efecto puede explicarse a través de, al menos, los cuatro tipos de mecanismos que se acaban de mencionar. b) Desigualdades en el nivel educativo (capital humano) de los padres Los resultados de multitud de trabajos empíricos apuntan también desde hace décadas al nivel educativo de los padres como uno de los factores que más correlaciona con el rendimiento académico de los hijos (Carabaña, 1999; Martínez García, 2002). En términos generales podemos decir que la educación de los padres es importante porque proporciona un entorno cognitivo potencial para el niño que facilita el aprendizaje (Coleman, 1990). De manera más concreta, podemos identificar los siguientes mecanismos que explican esta relación: - Los padres son ejemplo (role-model). En este sentido las aspiraciones y expectativas educativas del individuo pueden verse afectadas por el logro educativo alcanzado por sus padres. - Motivación e incentivo. Diversos estudios apuntan a que los padres y madres con mayor formación académica motivan y estimulan más y mejor (de manera más efectiva) a sus hijos desde que estos son muy pequeños (ver Cebolla-Boado, Radls y Salazar, 2014: 25). - Ayuda en los estudios. Por lo general, los padres con mayor preparación académica se encontrarán en mejores condiciones para ayudar a sus hijos en las tareas y en el estudio. - Orientación académica. En cuanto al consejo u orientación en la toma de decisiones educativas ocurre lo mismo: la mayor experiencia y conocimiento del funcionamiento del sistema educativo ofrece recursos de distinto tipo que pueden servir a la hora de guiar en esas decisiones. c) Desigualdades en el “capital cultural” Además, del capital económico, numerosos estudios sociológicos han encontrado importancia en un segundo tipo de recursos vinculados también al origen socioeconómico (clase social) de los individuos (Jæger, 2009). A este tipo de recurso se refirió el Pierre Bourdieu como capital cultural. Por tanto, para explicar en qué consiste el capital cultural y su influencia sobre el rendimiento y logro educativo hemos de aludir a la obra de este sociólogo francés. De igual modo que desde la economía y otras ciencias sociales se hablaba del capital económico para referirse a los recursos económicos que posee una persona u organización, Bourdieu detectó la creciente importancia que, según él, tenía en las sociedades avanzadas otro tipo de recursos no relacionados con lo material, sino con elementos culturales y simbólicos. Para este autor, el capital cultural se transmite en el seno de la familia, de padres a hijos, al inculcar los primeros a los segundos esas ideas, gustos y hábitos culturales vinculados a la clase social a la que pertenecen (vector 1 de la ilustración 1). Así, al igual que al entrar en la escuela los estudiantes llegan con las diferencias económicas que reflejan los distintos orígenes sociales de los que proceden, sus distintos orígenes sociales los llevan también a ser diferentes en cuanto al capital cultural que poseen. Bourdieu subraya así que las clases sociales no son sólo un indicador de recursos económicos desiguales, sino también de formas de pensar, sentir y actuar diferentes Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 10 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- (habitus de clase). Entre los estudiantes existen diversos habitus, que son sistemas de disposiciones sobre cómo pensar, sentir y actuar que indican su pertenencia a distintos grupos sociales y que se construyen en el marco de las condiciones objetivas de existencia de cada clase social. Los habitus diferencian a los alumnos por su “capital cultural”, es decir, por un conjunto de recursos y competencias culturales o lingüísticas que los individuos aprenden a través de su socialización en unos ámbitos familiares de clase (conocimientos previos, formas de lenguaje, información sobre el sistema escolar, recursos educativos materiales de los que se dispone en el hogar, etc.). Para entender mejor este concepto quizás resulte adecuado conocer cómo ha sido operacionalizado, es decir, cómo ha sido definido por los investigadores cuando estos han pretendido cuantificar objetivamente el capital cultural que poseen las personas y, más concretamente, el que poseen los estudiantes. Así, el capital cultural de los estudiantes ha sido medido, entre otras formas, por medio de: - Las actividades culturales que realizan ellos o sus padres. Por ejemplo, su hábito lector y el de sus padres, o la frecuencia con la que asisten a actividades culturales (museos, obras de teatro, al cine, a conciertos, etc.). - Los recursos educativos y culturales que tienen en su hogar (tenencia de: periódicos, enciclopedias, diccionario, ordenador, nº de libros en casa, Internet, si disponen de un sitio tranquilo para estudiar, etc.). - Las actividades extraescolares de contenido cultural que pudieran realizar (clases de música, de arte, danza…). Según Bourdieu y Passeron estas diferencias en el capital cultural son claves para entender el desigual logro educativo que existe entre alumnos de distintas clases sociales. ¿Por qué? Es decir, ¿cómo las diferencias en el capital cultural explican las desigualdades académicas que se producen en el sistema educativo? Básicamente, lo que afirmaban Bourdieu y Passeron (1981) en su teoría de la reproducción cultural y social es que, mientras el capital cultural de las clases más bajas era desvalorado y despreciado por el sistema educativo, el de las clases medias y altas era reforzado y promovido, al ser aquel que era impuesto como el legítimo en la escuela. Por tanto, el capital cultural socialmente más valorado (el “dominante”), el cual es más probable que aparezca entre los núcleos de mayor nivel socioeconómico por transmitirse en el seno de la familia (vector 1 de la ilustración 1), es al mismo tiempo aquel que es apreciado en la escuela, lo que provoca que el niño de clase social alta tenga mayor probabilidad de éxito académico (vector 2). Así pues, la escuela se concibe desde esta teoría como una institución al servicio de la reproducción social de las clases y del statu quo social, permitiendo que los hijos de familias bien situadas continuasen estándolo una vez independizados y que aquellos que proviniesen de un origen social humilde o pobre tuviesen escasas posibilidades de alcanzar la posición de los primeros. Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 11 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Ilustración 1. Relación entre origen social y logro educativo según la Teoría de la Reproducción Cultural (1) Origen Transmisión (2) Logro Capit social educativo al Fuente: Álvarez-Sotomayor y Martínez-Cousinou (2016) El proceso de imposición del capital cultural de las clases más favorecidas en el sistema educativo es el que estos autores identifican como violencia simbólica, que, de forma general, puede entenderse como el modo de ejercer el poder imponiendo significaciones y haciéndolas ver como legítimas, camuflando, con ello, las relaciones de fuerza que están en la base de dicho poder. Bajo una imagen de neutralidad, se oculta que la selección que hace el sistema escolar de ciertos elementos culturales, para ser establecidos como “cultura escolar” universal, se realiza en el marco de relaciones de poder entre diversos grupos sociales y modelos culturales. Por tanto, la cultura escolar no es una cultura neutra ni universal, sino un “arbitrario cultural” vinculado a un “poder arbitrario” (el poder de los grupos dominantes) y que refleja los intereses, materiales y simbólicos, de las clases dominantes. Bourdieu y Passeron subrayan la necesidad de visibilizar la “dimensión social” del sistema escolar porque se nos muestra sobre todo su función interna y visible (enseñar e instruir). Pero no se muestra su función externa e invisible (establece una jerarquización del alumnado que se traducirá en una estructura de relaciones entre clases sociales). De esta forma, el sistema de enseñanza logra la apariencia de un “juez neutral” (independiente o autónomo del sistema económico, social y político) que establece unas legítimas diferencias escolares. El efecto que tiene sobre el rendimiento y el logro educativo el origen socioeconómico del individuo (descompuesto aquí separadamente en nivel económico, capital cultural y nivel educativo de los padres) es positivo y muy importante según vienen demostrando los datos desde los años 50 y 60 del siglo XX a esta parte. De hecho, el origen (o clase) social es, con diferencia, el más importante de los condicionantes sociales empíricamente analizados. d) La implicación educativa de los padres Tal y como se verá en el tema 2, la implicación parental en la educación de los hijos tiene también un efecto positivo sobre el rendimiento académico. Este tipo de recurso es especialmente importante para suplir las desventajas que los individuos puedan tener respecto a otras formas de capital, como el económico o el cultural (Coleman, 1990). Algunas de las formas que puede tomar esa implicación educativa parental son: Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 12 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- - Las expectativas educativas de los padres. - La ayuda y orientación en los estudios. - La atención y el control a los hijos. e) Diferencias en la estructura familiar También la estructura de la familia, es decir, cómo esta se compone, ha sido objeto de estudio a la hora de explicar las desigualdades en el rendimiento y logro educativo. Dos factores han sido especialmente tratados desde la sociología y otras ciencias sociales: - El número de hermanos. A menudo, en los datos se detecta una ligera asociación negativa entre el número de hermanos y el rendimiento: es decir, a mayor número de hermanos menor rendimiento (Downey, 1995; Buchmann, 2000). La explicación a esta asociación la encontramos en la “teoría de la dilución de los recursos”. El mayor número de hermanos hace que los recursos (tanto económicos, como sociales —la atención de los padres, fundamentalmente—) se repartan entre más, lo que afectaría negativamente al rendimiento (Blake, 1989). - Familias monoparentales frente a bi-parentales. Igualmente, muchos estudios, tanto en el ámbito internacional como en el español (Martínez García, 2002), encuentran un ligero efecto negativo de las familias monoparentales. Las explicaciones son de diverso tipo (económicas, psicológicas y afectivas, relacionadas con la atención y control de los padres…). 2.2. Desigualdades en el entorno escolar Las desigualdades educativas generadas en el contexto escolar pueden clasificarse entre aquellas que tienen que ver con características que diferencian a unos centros de otros (desigualdades inter-escolares) y aquellas referidas a procesos que ocurren dentro de un mismo centro (desigualdades intra-escolares). Los factores de desigualdad inter-escolar analizados han sido muy numerosos. Algunos de ellos son: - El clima o ambiente escolar - La gestión pública o privada del centro - Los recursos del centro (materiales y físicos, financieros y humanos) - Ratio alumno-profesor - La cualificación del profesorado - La composición socioeconómica del centro Entre los factores de desigualdad intra-escolar se han analizado: - Composición de los grupos o clases (composición socioeconómica o según el rendimiento de los alumnos —número de repetidores, p.ej.—, entre otras). - Nº de alumnos por clase La sociología y la economía de la educación llevan décadas estudiando estos y otros factores escolares y demostrando empíricamente cómo, en los países desarrollados, su efecto sobre el rendimiento académico y sobre las desigualdades que existen al respecto es reducido (Álvarez-Sotomayor y Martínez- Cousinou, 2016), muy inferior al que provocan condicionantes vinculados al entorno familiar. La razón de la limitada influencia de estas características y recursos de las escuelas (inputs) no parece estar tanto Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 13 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- en la baja importancia de los mismos para los procesos de rendimiento y logro educativo (outputs), como en la llamada ley de rendimientos marginales decrecientes, según la cual, cuando aumentamos el uso de un factor productivo o input (manteniendo el resto de factores constantes) se alcanza un punto en el que son cada vez menos los incrementos de producción, es decir, estos decrecen hasta llegar a ser cero. En el caso de las escuelas, esto supone que llega un punto en el que, al incrementar un determinado recurso escolar, el resultado de dicho incremento genera cada vez menos rendimiento en términos académicos. Pues bien, parece que, en el rango en el que se mueve la diversidad inter- escolar en cuanto a los recursos con los que los centros cuentan en los países ricos, el rendimiento marginal decreciente de muchos de estos recursos ha llegado a un valor cercano a cero. Por el contrario, en los llamados países en vías de desarrollo, donde los centros suelen ser mucho más desiguales entre sí y el nivel de inversión en ellos es mucho menor, los efectos escolares son mucho más fuertes (Gamoran y Long, 2006). En cualquier caso, de todos estos factores escolares, aquel que suele hallarse como el más influyente en términos de rendimiento académico es la composición socioeconómica del centro, es decir, cómo es el centro escolar en cuanto al origen social del conjunto de su alumnado. Si bien la evidencia nos dice que su peso es mucho menor al que tiene el origen social del propio alumno, tanto su relevancia general como la tendencia negativa que se observa en España en los últimos tiempos, justifican que a continuación nos detengamos a comentar la situación de nuestro país respecto a un fenómeno vinculado: la segregación socioeconómica escolar. 2.2.1. ¿Qué es la segregación socioeconómica escolar? La segregación socioeconómica escolar se define como la distribución desigual del alumnado en función de su origen socioeconómico a lo largo de los centros de un determinado sistema educativo (Murillo, Belavi y Pinilla, 2018). A mayor segregación escolar, más homogéneos (menos diversos) serán los centros internamente y más heterogéneos o polarizados entre sí. Por lo tanto, a mayor segregación escolar (socioeconómica, pero también de otros tipos), menor inclusividad. 2.2.2. La segregación socioeconómica escolar a través del caso español Los datos muestran que la segregación socioeconómica ha crecido en España durante las últimas décadas (Bonal y Zancajo, 2018). De hecho, España se encuentra entre los primeros países de la OCDE en cuanto a niveles de segregación socioeconómica escolar en educación primaria (Ferrer y Gortazar, 2021) y entre los primeros de la UE en educación secundaria (Alegre y Ferrer, 2010). Uno de los principales factores que favorece la segregación escolar es la segregación residencial o urbana. Esto ocurre debido a que la proximidad del centro a la residencia familiar es uno de los primeros motivos de elección escolar por parte de las familias y debido a que muchos sistemas de elección de colegio (entre ellos, el español) establecen la proximidad como criterio que regula la demanda escolar. Aunque la segregación residencial es un factor en España, hay evidencias de que esta es menor que la segregación escolar y de que, comparativamente, los niveles de segregación urbana en España no son especialmente altos (Bonal y Zancajo, 2018). ¿A qué se debe entonces su mayor nivel de segregación escolar respecto a otros países? Alta segregación socioeconómica en España debido a: - Segregación residencial: familias eligen colegios cerca de donde viven - El papel de los colegios concertados: En España hay tres tipos de colegios: públicos (gestionados por el Estado), privados (gestionados y financiados de forma privada) y concertados (gestionados como privados pero financiados mayormente con dinero público). Los colegios concertados nacieron tras la transición democrática, porque en los años 70 el sistema público no podía garantizar plazas para todos, y el Máster gobierno tuvo que recurrir a los colegios privados (muchos, controlados por la de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria Iglesia). Esto creó un sistema “mixto” que permitió mantener 14 genera Materia: Sociedad, familiaun sector privado muy influyente, lo cual y educación. fragmentación y desigualdad entreBloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. colegios. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Uno de los principales factores específicos es la gran importancia del sector educativo privado en nuestro país. A diferencia de la más habitual división entre centros públicos y privados (“doble red”) en el panorama internacional, el sistema educativo español se caracteriza por la existencia y el importante peso relativo que tiene un tercer tipo de titularidad: la concertada. Los centros concertados son aquellos de propiedad y gestión privada, pero con financiación, en gran medida, pública. Así pues, en España el sector privado se divide, a su vez, en dos, lo que conforma una “triple red” educativa. Para entender el peso que ha adquirido la concertada dentro del sistema educativo español hay que remontarse al periodo de la transición (ver Bonal y Zancajo, 2018), un contexto en el que el primer gobierno democrático heredaba un sistema en el que la educación privada (en manos de la Iglesia Católica) había recibido grandes cotas de poder y de subvención no controlada por parte del régimen franquista, y en el que la educación pública contaba con escasa financiación y grandes carencias. De hecho, en 1976 más de un millón de niños en edad de escolarización obligatoria no tenía plaza escolar. Así pues, este sistema de triple red tal y como hoy en día lo conocemos surge, en gran parte, de la necesidad del Estado de recurrir a los centros de propiedad privada por la imposibilidad inicial del sistema público de garantizar el derecho (universal) a la educación, y como resultado del proceso de negociación entre los partidos conservadores, que luchaban por mantener los privilegios de la educación privada católica, y los de izquierdas, que perseguían regular un sistema público de calidad y establecer mecanismos de control sobre el sector privado. Aunque los acuerdos resultantes (cristalizados en el artículo 27 de la Constitución Española y, posteriormente, en la Ley Orgánica de Educación de 1985) supusieron entre otras cosas una mayor regulación del sector educativo privado, esto no impidió ni que este mantuviera una importante cuota del “mercado educativo”, ni que se acabara con la gran fragmentación social y segregación existente entre este centros públicos y privados. Los factores que explican esta persistencia de la fragmentación social y segregación escolar entre el sector público y el privado son diversos, pero pueden resumirse en dos Costes ocultos: grandes grupos: Aunque los colegios concertados no deberían a) Barreras económicas y culturales que encuentra el alumnado socioeconómica y cobrar, muchos lo hacen socioculturalmente desaventajado para acceder a estos centros. Por más que la de forma encubierta, lo que dificulta el acceso a legislación española prohíba a los centros sustentados con fondos públicos el familias con menos cobro a las familias, lo cierto es que esta es una práctica ampliamente extendida recursos. entre los centros concertados. Estrategias de las b) Las distintas estrategias que desarrollan las familias de clase media y superior para familias: Las familias de clase media y alta escolarizar a sus hijos en centros con una composición social homogénea y similar prefieren colegios donde a la suya, algo que el sector privado asegura en mayor medida. estudian niños de su mismo nivel social, y el Además, como factores de segregación escolar (tanto entre el sector público y el privado, sector privado facilita como entre centros pertenecientes al mismo sector) también encontramos los siguientes esta homogeneidad. (Bonal y Zancajo, 2018, p.7): c) Procesos de white flight. Procesos en los que los padres de alumnos de la mayoría cultural o racial trasladan a sus hijos de centro ante la llegada a los mismos de alumnado de minorías culturales o étnicas. d) La delimitación de las zonas de escolarización o áreas de influencia. La delimitación de los trazos la suelen llevar a cabo los municipios con la supervisión de las comunidades autónomas. Muy a menudo, dicha delimitación dibuja áreas urbanas que son mucho menos heterogéneas socioeconómicamente de lo que podrían ser, favoreciendo, con ello, la segregación escolar. Además, en los últimos Zonas de escolarización: Las áreas que determinan a qué colegio puedes ir suelen reflejar desigualdades del barrio, y cuando estas áreas se eliminan (como en Madrid), se agrava la segregación porque las familias con más recursos pueden desplazarse más fácilmente. Si las zonas están diseñadas de manera que reflejan la segregación del entorno urbano, las desigualdades sociales y económicas se replican en los colegios. Poca prioridad a la renta: Los sistemas de asignación de plazas dan puntos a las familias en función al umbral de renta establecido. Las familias con ingresos bajos pero que superan este umbral (aunque también tienen dificultades económicas) no reciben esos puntos Máster de Formación y no tienen lasdel Profesorado de Enseñanza Secundaria mismas oportunidades de acceso. 15 Materia: Sociedad, familia y educación. Políticas poco efectivas: Las medidas tomadas Bloque para 1. Sociedad reducirlaesta y educación: segregación perspectiva sociológica.han fracasado en gran parte. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- años hay comunidades autónomas o municipios que han ampliado notablemente la superficie de las áreas de influencia o que las han eliminado. Ejemplo de ello es la Comunidad de Madrid, que las suprimió en 2013 creando un distrito de escolarización único. Las evidencias demuestran que estos “sistemas de elección libre” incrementan la segregación escolar, puesto que las familias de clases medias y altas disponen de más recursos para desplazarse con tal de escolarizar a sus hijos en el centro que desean y están más dispuestos a hacerlo. e) Muchas comunidades autónomas establecen baremos muy bajos en el del nivel de renta como criterio para regular la demanda de centros. Esto lleva a que solo sean familias muy pobres las que se benefician de los puntos por renta a la hora de escolarizar a sus hijos. f) El fracaso relativo de las políticas para revertir estos procesos de segregación escolar. Por último, es importante recalcar que, más allá de las repercusiones sobre las desigualdades en cuanto a rendimiento y logro educativo, la cuestión de la segregación socioeconómica escolar conlleva una escuela menos inclusiva, diversa y más polarizada socialmente, con las múltiples repercusiones educativas y cívicas que ello puede tener. El “efecto de las escuelas” sobre el rendimiento y el logro educativo ha sido tanto o más analizado que el del origen social. La investigación es también bastante concluyente: por lo general, en los países desarrollados dicho efecto es reducido. Es lo que se viene encontrando desde el famoso Informe Coleman (1966) hasta el último de los informes PISA. En los países en vías de desarrollo, donde las desigualdades entre los centros son mucho más acentuadas, los efectos escolares sí que parecen ser fuertes. Aun así, la característica de los centros que más parece influir en el rendimiento académico es su composición socioeconómica. En este sentido, España presenta elevados niveles de segregación socioeconómica escolar, siendo este uno de los mayores retos que tiene nuestro sistema educativo en términos de equidad educativa. La explicación de este fenómeno, como el de casi cualquier proceso educativo, es multicausal. 2.3. La influencia de los grupos de pares La influencia socializadora de los grupos de pares o iguales (amigos de, aproximadamente, la misma edad) durante la infancia, la adolescencia y la primera juventud es muy importante. Son cruciales en la conformación de la identidad. En esas edades nuestros grupos de pares los configuramos, fundamentalmente, en el barrio y en el colegio o instituto (ambos, íntimamente relacionados). Con respecto al rendimiento y al logro, el efecto de los grupos de pares que son de fuera de la escuela se explica, sobre todo, por su influencia en las aspiraciones y expectativas educativas de los niños y jóvenes. Por su parte, el “efecto de los pares” que son de dentro de la escuela añade la influencia en los estándares y ritmos de aprendizaje. Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria 16 Materia: Sociedad, familia y educación. Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 2.5. Factores “macro” Más allá de los factores hasta aquí analizados, hay otros que situamos en contextos más amplios, más “macro”, que también pueden condicionar las desigualdades educativas. Entre otros, podemos mencionar: la estructura y la coyuntura del mercado laboral —y, especialmente, las expectativas de los individuos respecto al mismo— en especial para los estudiantes procedentes de familias de rentas más bajas, pues cuantos más puestos de trabajo poco cualificados existan, mayores serán los incentivos para abandonar el sistema educativo; las políticas educativas, que pueden hacer los sistemas más o menos igualitarios; o, en general, la inversión en educación (sobre todo, por debajo de cierto umbral). 3. ALGUNAS APORTACIONES DE LA SOCIOLOGÍA AL DEBATE EDUCATIVO EN ESPAÑA (seguir a través del Power Point utilizado en clase) REFERENCIAS Alegre, M.A. y Ferrer, G. (2010). School regimes and education equity: Some insights based on PISA 2006. British Educational Research Journal, 36(3), 433-461. Álvarez-Sotomayor, A. y Martínez- Cousinou, G. (2016). El Informe Coleman a Debate en su Cincuenta Aniversario. International Journal of Sociology of Education, 5(2), 87-106. Álvarez-Sotomayor, A. y Martínez-Cousinou, G. (2016). ¿Capital económico o cultural? El efecto del origen social sobre las desventajas académicas de los hijos de inmigrantes en España. Papers: Revista de Sociología 101(4), 527-554. https://doi: 10.5565/rev/papers.2200 Blake, J. (1989). Family Size and achievement. Berkeley: University of California Press. Bonal, X. y Zancajo, A. (2018). School segregation in the Spanish quasi-market education system: Local dynamics and policy absences. En Bonal, X. y Bellei, C. (eds.). 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Ahora, debido a cambios en la sociedad, una parte de esa responsabilidad se ha transferido a las escuelas. Sin embargo, no se puede esperar que las escuelas resuelvan todos los problemas de socialización. Es necesario que trabajen en conjunto con las familias. Percepciones sobre la participación de las familias: Aunque muchos profesores sienten que las familias no se involucran lo suficiente en la educación de sus hijos, estudios sociológicos muestran que las familias sí están comprometidas y confían en las escuelas y los profesores. Además, los profesores tienen una percepción de que su profesión no es muy valorada, pero en realidad, los estudios indican que ser maestro tiene un gran prestigio social, especialmente en las escuelas públicas. La educación no solo depende de la escuela: Tanto la escuela como la familia tienen roles fundamentales en la educación de los niños. Además, los medios de comunicación y otros agentes también influyen. Por eso, es necesario fortalecer la colaboración entre las familias y las escuelas, mediante un “pacto educativo” que combine esfuerzos. Qué se necesita: Los docentes deben desarrollar habilidades para trabajar mejor con las familias y otros agentes educativos. Esto permitirá que haya una mejor coordinación y apoyo mutuo en el proceso educativo. Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria Asignatura: Sociedad, familia y educación (SFE) Tema 2: Familia, educación y cambio social -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- TEMA 2: FAMILIA, EDUCACIÓN Y CAMBIO SOCIAL Profesores: Alberto Álvarez de Sotomayor, Jose Antonio Cerrillo Vidal, Araceli López Calvo y Jaime Aja Valle 1. Introducción: La relación entre la familia y la educación escolar. La implicación de las familias en la labor escolar es un factor clave en el éxito educativo y por tanto en la calidad del centro y del trabajo docente (Llevot y Bernard, 2015). El estudio sociológico de la familia es, en la actualidad, un tema prioritario debido a los importantes cambios que se han producido en el modelo de “familia tradicional nuclear”, el hegemónico en las sociedades industriales hasta las últimas décadas del S. XX. Unos cambios que han incidido en el papel de la familia en la socialización de los hijos y en la responsabilidad asignada a la escuela en su labor educativa. De ahí que sea necesario conocer algunos aspectos básicos que han definido históricamente esta institución, para que nos ayude a comprender la importancia que tiene para la labor docente la interacción que se establece entre familia y educación. En estos momentos nos encontramos en un proceso de cambio continuo en el papel de la familia en la socialización primaria, respecto a los valores, las normas cívicas y morales, etc. Esto ha llevado a trasladar la responsabilidad de parte de esa función a las instituciones escolares. Para evitar que se generen expectativas sociales de que todos los problemas de socialización van a ser resueltos por la escuela, esta debe reforzar sus relaciones con los demás agentes educativos, sobre todo con la familia (Bolívar, 2006). Entre el profesorado se ha extendido la sensación de que existe una escasa colaboración de la familia en la educación de sus hijos. Frente a esto, son muchos los análisis sociológicos (González Anleo, 1998; Pérez Díaz et al., 2001, Garreta, 2008) que muestran los datos sobre el alto grado de compromiso familiar y de confianza en la escuela y el profesorado respecto a la educación de sus hijos. Según el estudio de Pérez-Díaz y Rodríguez (2012), la profesión de profesor de primaria o secundaria es la segunda profesión con mayor prestigio social (p. 24), siendo aún mayor el prestigio de los docentes de los centros públicos respecto a los centros privados (p. 50). Sin embargo, la percepción del docente es la inversa, considerando que su profesión es mucho menos valorada de lo que realmente está (p. 45). Está constatado, igualmente, que existen una coincidencia cada vez mayor entre las actitudes educativas promovidas por el centro educativo y las puestas en práctica por las familias (Martín Criado, 2000, 2010, 2013). Hay que partir de que ni la escuela es el único contexto de educación ni los profesores/as son los únicos agentes educativos. La familia sigue desempeñando un papel fundamental en la educación-socialización de los hijos, sin olvidar la irrupción en este campo de los medios de comunicación. En este contexto se hace necesario estrechar la colaboración entre escuela y familia, y establecer un “nuevo pacto educativo” (Tedesco, 1995) que articule la acción educativa escolar con la de la familia y la de otros agentes educativos, para lo que es imprescindible que el docente desarrolle nuevas competencias en su relación con la familia (Perrenoud, 2004). 2. La institución familiar. Concepto y funciones. Podemos comenzar preguntándonos qué es la familia y qué papel juega en la vida social. La familia se considera una ‘institución universal’, al haber estado presente en todas las sociedades y culturas en la historia de la humanidad, jugando en todas ellas un papel central en la organización social. Lo cual nos sugiere que es una institución 1 Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria Asignatura: Sociedad, familia y educación (SFE) Tema 2: Familia, educación y cambio social -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- con características muy peculiares. No obstante, al igual que ocurre con otras instituciones sociales, ha existido una diversidad de tipos de familia en las distintas culturas. De igual modo, las formas de organizar la vida familiar y sus funciones han variado históricamente. Una definición precisa de familia es la que ofreció Morris Zelditch en 1955: “grupo social en el que el acceso sexual está permitido entre los miembros adultos, en el que la reproducción ocurre legítimamente, en el que el grupo es responsable frente a la sociedad del cuidado y la educación de los hijos y es, además, unidad económica, por lo menos de consumo”. Como comprobaremos a continuación, esta definición incorpora la práctica totalidad de las funciones y características de la familia, pero es lo suficientemente abierta y flexible como para admitir la inmensa diversidad de formas y tipos de familia de las que tenemos constancia. La idea clave en el concepto de familia es la de parentesco: el vínculo (consanguíneo, matrimonial, afectivo o de otros tipos) que nos hace entrar en una red de beneficios y obligaciones, las derivadas de las funciones de la familia. Al igual que ser ciudadanos de un Estado nos hace gozar de una serie de derechos y deberes, tener parentesco con otras personas nos hace partícipes de una red de ayuda mutua, nos da acceso potencial a un patrimonio, regula nuestras posibilidades de emparejamiento, etc. Cada sociedad ha definido de formas diferentes el alcance y contenido del parentesco, pero en general las funciones de la familia han tendido a ser constantes y de gran amplitud: 1. Sexual: satisfacción del deseo sexual entre adultos. 2. Procreación: asegurar la reproducción. 3. Afectiva: es el principal grupo primario, satisface nuestra necesidad de pertenencia e identidad. 4. Económica: históricamente ha sido la unidad económica más importante. Hoy se han difuminado sus funciones productivas, pero sigue siendo la principal unidad de consumo, gasto y ahorro. 5. Residencial: es la unidad de vivienda y organiza la provisión residencial. 6. Cuidados: proporcionar protección y bienestar físico y psíquico a los miembros débiles de la comunidad. 7. Socialización: es la responsable principal de proporcionar valores, normas y conocimientos a los niños. El que la familia cumpla tantas y tan variadas funciones es la causa principal por la que es una institución tan importante en todas las sociedades. Efectivamente, todas las sociedades tienden a organizarse bien en torno a la familia, bien en torno al estado o al mercado, que son las únicas instituciones que se han mostrado capaces de satisfacer tantas necesidades al mismo tiempo. De hecho, la historia de la modernización de las sociedades es, en parte, la de la desfamiliarización, con el paulatino traspaso de funciones de la familia hacia el Estado y el mercado, y su desplazamiento como institución central de la vida humana. 3. Transformaciones del modelo de familia Durante la inmensa mayoría de su historia la especie humana ha tendido a organizarse en pequeñas comunidades, compuestas por muy pocos individuos (entre 150 y 300), enfocadas a la subsistencia, con una división del trabajo muy escasa, centradas en sectores primarios (agricultura, caza y pesca, recolección), extraordinariamente adaptadas a un determinado hábitat y con una muy escasa movilidad geográfica y social. Para estos grupos humanos, el parentesco era el criterio central de organización 2 Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria Asignatura: Sociedad, familia y educación (SFE) Tema 2: Familia, educación y cambio social -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- social. Nacer en una determinada familia proporcionaba al individuo una identidad, unas determinadas posibilidades de contraer matrimonio y reproducirse, garantías de subsistencia, acceso a bienes comunes, apoyo en caso de necesidad, cuidados en la enfermedad o la vejez, alianza en disputas con otros, etc. En este sentido, acumular vínculos familiares era un objetivo central de los individuos: cuantos más parientes tuviese una persona, más posibilidades tendría de sobrevivir y prosperar. Es por ello que el antropólogo David Graeber (2011: 130) las ha llamado economías humanas, en la medida que se orientan hacia la acumulación de vínculos y no de bienes. De ello se deriva que el tipo fundamental de familia de estas comunidades era la familia extensa: aquella en la que conviven en un mismo espacio parientes de más grado que el de padres e hijos (abuelos, tíos, primos, etc.) y en la que se tienen un alto número de niños. Esto es debido, en primer lugar, a que en las economías humanas los hijos suponen una inversión: cuantos más hijos, más brazos para trabajar en la explotación familiar y más posibilidades de concertar matrimonios, y por tanto, de aumentar las relaciones de parentesco. Por supuesto, hay otros factores que influyen en las altas tasas de natalidad, como la inexistencia de medios anticonceptivos fiables y las altas tasas de mortalidad y especialmente de mortalidad infantil, lo que impone tener muchos hijos como estrategia reproductiva (se tienen muchos hijos para garantizar que alguno llegue a edad adulta). Este modelo de familia y de organización social entró en crisis con la modernización social, un proceso largo y complejo, de múltiples dimensiones, por el que pasamos de las formas de vida tradicionales, como las descritas más arriba, a las contemporáneas. La familia y las formas familiares se vieron fuertemente afectadas. Los diferentes vectores de cambio social influyeron en la familia, provocando una profunda transformación de la misma: 1. La urbanización, el proceso por el que la mayor parte de la población pasa de habitar en el medio rural a hacerlo en ciudades. En las ciudades el espacio es menor y las posibilidades de control cara a cara se reducen. 2. La industrialización y mercantilización, supuso el paso de economías de subsistencia y sin apenas división del trabajo, con preponderancia de la autoproducción, a economías orientadas a la producción masiva de bienes para el mercado y la división extensiva del trabajo. El primario deja de ser el sector principal, para ser sustituida por la industria y los servicios. 3. La estatalización, la creciente capacidad de los Estados para efectuar un control efectivo en todo el territorio y la población que lo habita. De esta forma, el Estado va encargándose progresivamente de la organización, o al menos la regulación, de más aspectos de la vida humana: la defensa frente a agresiones externas o a la violencia interna, la capacidad de imponer la ley, los transportes, la distribución de bienes, y finalmente, la educación de los niños, la salud pública, y el cuidado de los ancianos y enfermos. 4. La transición demográfica, por la que se pasó de tasas de natalidad y mortalidad muy altas a otras muy reducidas, con un periodo intermedio de fuerte crecimiento poblacional. La mejora en las condiciones de vida, los avances en la medicina y la higiene, y la reducción de los conflictos internos redujeron espectacularmente las tasas de mortalidad. Esto hizo menos necesario tener una alta cantidad de niños como estrategia reproductiva, ya que ahora la mayoría de ellos sobrevivían hasta la edad adulta. Todos estos cambios impactaron intensamente en la vida familiar. En el nuevo contexto económico tener muchos hijos deja de tener sentido como inversión, ya que el objetivo deja de ser acumular alianzas. Ahora importa tener acceso a rentas monetarias, que a su vez aseguran el acceso a bienes de consumo. Los hijos, además, llegan con facilidad 3 Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria Asignatura: Sociedad, familia y educación (SFE) Tema 2: Familia, educación y cambio social -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- a edades adultas, lo que implica tener que mantenerlos. Por otro lado, en la ciudad hay menos espacio que en el campo, las viviendas son más pequeñas. Todo ello hace que los hijos pasen a ser un coste en lugar de una inversión. Lo que, en consecuencia, incentiva a tener menos niños, sobre todo a partir de la extensión de medios anticonceptivos fiables a lo largo del siglo XX, con la consiguiente reducción del tamaño de las familias. Por otra parte, el crecimiento del mercado y el Estado hace que estas instituciones asuman progresivamente funciones que antaño correspondían a la familia. Con la consolidación de la economía industrial, la familia deja de ser la unidad productiva, función que pasa a ser desempeñada por las empresas. Con la extensión del sistema sanitario, educativo, la seguridad social o los servicios sociales, las funciones de cuidados y socialización han ido dejando de ser monopolio de la familia, para ser como poco compartidas con el estado y/o el mercado. De esta forma, se impuso un nuevo modelo de familia, lo que conocemos como familia nuclear, que nuestra cultura ha normalizado hasta hacerla prácticamente sinónimo de la idea misma de familia. Se trata de un modelo de familia conformado por “un matrimonio heterosexual de difícil disolución que se constituía con objeto de procrear y proveer de sustento económico y apoyo emocional, en la que el padre es el que procura el sustento económico y la madre (preferentemente) es ama de casa” (Taberner, 2012). Es un modelo familiar que delimita y separa totalmente en el seno de la familia lo que conocemos como trabajo productivo y trabajo reproductivo. El varón se encarga del trabajo productivo, de la producción de mercancías o servicios, por el que recibe un salario; mientras que sobre la mujer descansa el trabajo reproductivo, todas las tareas que garantizan la supervivencia y el bienestar dentro de la familia: procreación, crianza y atención de la casa (Santos y Poveda, 2002). Sobre este trabajo reproductivo o de cuidados, generalmente invisibilizado y despreciado, descansa también la función socializadora de los hijos, si bien compartida con el sistema educativo y potencialmente con otros agentes de socialización. Aunque durante décadas este modelo familiar se ha presentado como modelo natural, óptimo e inmutable, la realidad es que la construcción de esta institución está unida a la configuración de la sociedad industrial moderna y que, incluso durante esta etapa, ha sufrido importantes modificaciones. El ideal de familia tradicional nuclear con madre ama de casa y padre sustentador de la economía familiar, partía en sus inicios de las clases privilegiadas y más tarde, poco a poco, va penetrando en las clases populares. Sin embargo, actualmente asistimos al declive de la familia nuclear como modelo familiar hegemónico en la sociedad contemporánea. Lo que ha llevado a ciertos sectores a hablar de una "crisis de la familia" que no es tal, sino una crisis de un modelo determinado de familia. Las causas de la progresiva erosión de la familia nuclear como modelo dominante de familia son múltiples. Pero la más determinante de todas ellas es sin duda el cambio en los roles masculinos y femeninos, acontecido desde el último tercio del siglo XX, y cuyas consecuencias aún estamos solo empezando a vislumbrar. En efecto, desde los años 50 del siglo pasado las mujeres fueron reincorporándose al mercado de trabajo (al contrario de lo que habitualmente suele pensarse, las mujeres han estado entrando y saliendo del mercado de trabajo desde los inicios del capitalismo). Al principio ocuparon nichos de mercado muy concretos y fuertemente subordinados a los de los varones. Pero progresivamente han ido expandiéndose por todos los ámbitos del mercado y los puestos de dirección y gestión, pese a que todavía están lejos de conquistar una igualdad plena con los hombres. Junto a la reincorporación de la mujer al mercado de trabajo, se produce otro importante fenómeno como es “la transformación tecnológica de la biología y la farmacología que permite a la mujer controlar los embarazos y la reproducción”. Ambos procesos han 4 Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria Asignatura: Sociedad, familia y educación (SFE) Tema 2: Familia, educación y cambio social -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- supuesto un cambio en la conciencia que las mujeres tienen sobre sí mismas, lo que ha contribuido a la ‘independencia moral’ e independencia económica de la mujer (Castells, 1996). Estos aspectos han interrelacionado con otros factores como el incremento de las oportunidades de educación e información y el ‘creciente proceso de individualización’ propio de la sociedad moderna. Todos estos factores explican el proceso de cambio en la estructura, la organización y las funciones de la familia en la actualidad y su incidencia en su interacción con el sistema educativo y la escuela. El creciente empoderamiento femenino ha cuestionado los roles familiares tradicionales. La presión que sufren las mujeres por satisfacer simultáneamente las exigencias de una carrera profesional exitosa y una vida familiar saludable han provocado que estas vayan reclamando a los hombres un aumento de su implicación en el trabajo doméstico y de cuidados, demanda que no siempre resulta satisfecha como reflejan las estadísticas de conciliación de la vida familiar y laboral. Por otra parte, el ideal tradicional de masculinidad (el varón como responsable principal del sustento familiar, fuerte, poco proclive a mostrar sus emociones, etc.) está dejando de resultar atractivo para un número cada vez mayor de mujeres. En ausencia de modelos alternativos, los varones padecen una fuerte desorientación identitaria que algunos autores han calificado como "crisis de la masculinidad". Asistimos por tanto a una auténtica democratización de la familia (Alberdi Alonso, 1999), en la que todos los aspectos de la vida han de ser negociados entre los cónyuges. Esto multiplica las posibilidades de ruptura, lo que unido a una posición de autonomía económica de las mujeres y a la expansión del divorcio legal ha ido haciendo menos probable el mantenimiento de relaciones de pareja estables a lo largo de toda la trayectoria vital, lo cual había sido la norma hasta fechas muy recientes (Beck y Beck- Gernsheim, 1998). Se explica así el progresivo aumento de la tasa de divorcios y separaciones, así como otros fenómenos sociales aledaños: el número de parejas sexuales aumenta; la formación de una pareja estable se retrasa; se normaliza la cohabitación previa al matrimonio e incluso como sustitutiva de este; crece el número de familias monoparentales, en las que un solo cónyuge, casi siempre la mujer, convive con los hijos, ya sea por adopción o como resultado de una separación; se toman segundas nupcias después de un primer divorcio, que a menudo han de hacerse cargo de hijos de matrimonios anteriores (lo que se conoce como familias reconstituidas), etc. No podemos olvidar tampoco la emergencia de familias homosexuales como resultado de la lucha del movimiento LGTB, que ha logrado el derecho a ser considerados iguales que las familias heterosexuales tanto a la hora de contraer matrimonio, como de ejercer la paternidad. Por otro lado, la decisión de formar pareja estable no solo se retrasa por las dificultades en encontrar cónyuges que satisfagan las expectativas previas. La extensión de la estancia en el sistema educativo hasta bien entrada la madurez, la preferencia por disfrutar del ocio y el tiempo libre mientras se está en plenitud física y las dificultades en encontrar puestos de trabajo estables y de acceder a una vivienda propia son otros factores que han ido demorando la formación de parejas estables. Y con ella, se retrasa también la paternidad, con la consiguiente reducción del número de hijos. Además, la paternidad a edades avanzadas se encuentra con otras dificultades, con frecuencia no prevista por las parejas. La fertilidad de varones y mujeres se va reduciendo progresivamente y cae a partir de los 30 años. Los embarazos resultan más arriesgados y la probabilidad de sufrir un aborto aumenta. De esta manera, un número progresivamente mayor de parejas se encuentra con dificultades para tener hijos. A lo que hay que añadir las madres solteras por elección y las parejas homosexuales que desean tener hijos. Todos estos procesos han confluido para provocar, a su vez, 5 Máster de Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria Asignatura: Sociedad, familia y educación (SFE) Tema 2: Familia, educación y cambio social -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- fenómenos sociales novedosos como la aparición de la industria de la fecundación asistida, las adopciones internacionales, el debate sobre la gestación subrogada, etc. La reducción paulatina del número de hijos tiene, por otra parte, consecuencias en los estilos parentales, como veremos en el apartado siguiente. Tenemos pocos hijos y a menudo son extraordinariamente deseados cuando llegan. Sin olvidar que, con la pérdida paulatina de funciones en favor de otras instituciones, la familia ha tendido a sobreespecializarse en la función afectiva. Así, las relaciones paternofiliales han experimentado una transformación profunda, con una profusión de estilos parentales alternativos al autoritarismo tradicional y una implicación afectiva y material de los padres superior a la de las generaciones anteriores. Numerosos informes sociológicos (por ejemplo, Pérez Díaz y otros, 2000; y Flaquer, 2000) ponen de manifiesto la transformación del modelo de familia nuclear ‘normalizada’ y el surgimiento de estas formas alternativas, que se han institucionalizado en mayor o menor grado. En definitiva, se han ido configurando, de forma institucionalizada, nuevas formas de convivencia familiar’ como alternativas a la familia tradicional nuclear. La familia nuclear ha perdido el dominio social que tenía y ‘hoy constituye un tipo más dentro de las formas alternativas normalizadas (Taberner, 2012). En la actualidad, las nuevas formas de hogares han dejado de ser consideradas ‘desviaciones’, como pone de manifiesto el reconocimiento social y legal que están recibiendo. Hay que insistir que estas transformaciones no implican que estemos ante “una crisis de la familia” que conduzca a su desaparición, como pregonan algunas voces alarmistas y/o muy conservadoras. Desde el punto de vista de la sociología, solo se trata de una de las numerosas mutaciones que la ‘estructura y organización familiar’ han tenido a lo largo de la historia. Para Giddens (2010) estamos asistiendo a un cambio hacia nuevas formas de relación social y familiar más orientada a una ‘realización individual más democrática’. Lo importante para la convivencia y la dinámica social es encontrar el equilibrio entre las ‘libertades individuales’ y la necesidad de establecer relaciones sociales más o menos estables y duraderas. Otras cuestiones que sí se plantea la sociología es que esta ‘revolución de vida familiar’ no favorece a todos por igual en un contexto como el actual de neoliberalismo económico y político ‘individualizante’ (Taberner, 2012). Tienen ventajas las clases medias altas que disponen de recursos para respaldar sus elecciones de vida. Para las clases populares, sobre todo en el actual contexto de crisis económica, la familia se está constituyendo en un refugio de seguridad frente al desamparo del mercado y el recorte de políticas públicas de bienestar social. 4. El papel de la familia como agente de socialización y los estilos educativos parentales A pesar de todos estos cambios, la familia continúa siendo el principal agente de socialización para los individuos, entendiendo por socialización “el proceso por cuyo medio la persona aprende e interioriza, en el transcurso de su vida, los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integr

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