Resumen del Fragmento Lingüística-PDF
Document Details
Uploaded by HeavenlyHafnium1770
UNLP
Berger, P.L. & Luckmann, T.
Tags
Summary
Este documento resume la obra de Berger y Luckmann sobre el lenguaje y el conocimiento en la vida cotidiana. Los autores explican cómo el lenguaje es fundamental en la construcción y comprensión de la realidad, fomentando la objetivación de experiencias y la creación de un conocimiento compartido. Además, analizan la tipificación y anonimización de experiencias a través del lenguaje y la jerarquización del conocimiento en la vida diaria.
Full Transcript
Primer fragmento lingüística BERGER, P.L. & LUCKMANN, T. (2005). El lenguaje y el conocimiento en la vida cotidiana. Primer resumen demasiado extenso. El conocimiento en la vida cotidiana de Berger y Luckmann es una obra clave para la sociología del conocimiento, donde los autores analizan cómo los...
Primer fragmento lingüística BERGER, P.L. & LUCKMANN, T. (2005). El lenguaje y el conocimiento en la vida cotidiana. Primer resumen demasiado extenso. El conocimiento en la vida cotidiana de Berger y Luckmann es una obra clave para la sociología del conocimiento, donde los autores analizan cómo los seres humanos construyen y comprenden la realidad en sus interacciones diarias. La vida cotidiana es vista como la realidad más inmediata, donde los individuos actúan con una actitud "natural", sin cuestionar la existencia del mundo que los rodea. A lo largo del texto, se exploran las bases de esta realidad, destacando el papel fundamental del lenguaje en la organización y perpetuación del conocimiento común, ya que permite a las personas objetivar sus experiencias y compartir significados con otros. Los autores enfatizan que el conocimiento que guía la conducta en la vida diaria no es producto exclusivo de elaboraciones teóricas, sino que emerge del sentido común que las personas aplican en su rutina diaria. El análisis de la realidad intersubjetiva revela cómo los significados compartidos son constituidos y mantenidos a través del tiempo por medio de las interacciones sociales, donde el lenguaje juega un rol central al permitir que las experiencias individuales se conviertan en parte de un mundo común. Uno de los puntos destacados es la relación entre la intencionalidad de la conciencia y los objetos de la realidad. La conciencia siempre está dirigida hacia algo, ya sea un objeto físico o una experiencia subjetiva. Los objetos varían en función de las diferentes esferas de realidad en las que participa la conciencia. Aunque hay diversas "realidades", la vida cotidiana se presenta como la realidad suprema, donde la conciencia alcanza su mayor tensión. Esta realidad se estructura en torno a un "aquí" y "ahora", lo que otorga a las personas un sentido de proximidad o lejanía respecto a los fenómenos con los que interactúan. El texto también profundiza en la interacción social, particularmente en la situación "cara a cara", donde los individuos intercambian continuamente expresiones que les permiten acceder a la subjetividad del otro. Esta situación es vista como la forma más cercana y auténtica de relación social, contrastada con interacciones más distantes, donde los individuos se tipifican de forma más anónima. Por último, los autores destacan la capacidad del lenguaje para trascender el presente inmediato y permitir que los individuos comuniquen experiencias que no están directamente presentes en el "aquí y ahora". A través del lenguaje, las personas pueden construir vastos sistemas de significado que integran sus experiencias y las de otros en un todo coherente, lo que facilita la transmisión y acumulación del conocimiento a lo largo del tiempo. El lenguaje, como sistema de signos, es fundamental para la objetivación del conocimiento en la vida cotidiana. No solo sirve para comunicar significados inmediatos, sino que tiene la capacidad de transcender la situación "cara a cara" y transmitir experiencias a través del tiempo y el espacio. Esta capacidad de trascendencia convierte al lenguaje en un depósito de significado colectivo, donde se almacena y perpetúa el acervo de conocimiento compartido por los miembros de una sociedad. Por ejemplo, a través del lenguaje se pueden objetivar fenómenos lejanos o incluso inexistentes en la experiencia directa de las personas, como en el caso de eventos históricos o figuras imaginarias. La vida cotidiana se apoya en el conocimiento tipificado, es decir, un conocimiento que categoriza las experiencias dentro de esquemas generales de significado. El lenguaje cumple una función clave en esta tipificación, permitiendo que las experiencias individuales sean insertadas en categorías más amplias que son compartidas por otros. Estas categorías, aunque anónimas, son indispensables para la comprensión y organización de la realidad. Por ejemplo, un conflicto personal con un miembro de la familia puede tipificarse como un "problema familiar", lo que le otorga un marco de referencia que puede ser entendido por otros, aun cuando no hayan tenido una experiencia idéntica. Uno de los aspectos más poderosos del lenguaje es su capacidad para construir campos semánticos, zonas de significado que circunscriben y clasifican la realidad. Estos campos son organizados por el vocabulario, la gramática y las reglas sintácticas del idioma. Por ejemplo, ciertos idiomas distinguen entre formas íntimas y ceremoniosas de dirigirse a otros, creando un campo semántico que organiza las relaciones sociales en función del grado de cercanía o distancia entre las personas. A través de estos campos, el lenguaje no solo permite que los individuos se comuniquen, sino que también organiza y estructura la experiencia social y personal. El conocimiento de receta, otro concepto clave de los autores, es el tipo de conocimiento pragmático que permite a los individuos resolver problemas cotidianos sin necesidad de una comprensión profunda de los fundamentos teóricos o técnicos que los sustentan. Este tipo de conocimiento es esencial en la vida diaria, ya que permite a las personas actuar de manera eficiente en sus tareas sin detenerse a reflexionar sobre el porqué de las cosas. Por ejemplo, una persona sabe cómo usar un teléfono y qué hacer si se descompone, sin necesidad de comprender el funcionamiento técnico detrás del aparato. A lo largo de la vida cotidiana, el conocimiento está jerarquizado según su familiaridad. Las personas tienen un conocimiento detallado de los aspectos más próximos y rutinarios de su vida, mientras que los sectores más alejados se comprenden de manera más esquemática y general. Este conocimiento jerárquico permite que los individuos manejen su entorno de manera eficiente, centrándose en los aspectos que tienen un impacto directo en sus vidas y dejando los detalles más distantes para aquellos que no necesitan atención inmediata. Un aspecto clave de la obra es cómo el lenguaje integra diferentes zonas de la realidad cotidiana, trascendiendo el tiempo y el espacio. A través del lenguaje, los individuos pueden sincronizar sus experiencias con las de otros y compartir conocimientos sobre fenómenos lejanos o ausentes. Esta capacidad de integración es lo que permite que la realidad social sea coherente y continua a pesar de la diversidad de experiencias individuales. El lenguaje no solo facilita la comunicación, sino que también permite que los individuos compartan un sentido común de la realidad, lo que es crucial para la cohesión social. El texto también subraya el poder del lenguaje para trascender la realidad cotidiana y acceder a zonas limitadas de significado, como el arte, la religión o la ciencia. En estas zonas, el lenguaje adquiere una cualidad simbólica, ya que se utiliza para expresar significados que no pueden ser comprendidos completamente dentro del marco de la vida cotidiana. Los símbolos creados a través del lenguaje permiten que los individuos se relacionen con realidades que van más allá de su experiencia directa, conectando el mundo cotidiano con esferas más abstractas o trascendentales. El simbolismo lingüístico es, por tanto, una herramienta poderosa para la creación de realidades que superan lo inmediato, lo que permite a las personas construir sistemas de significado que abarquen no solo su experiencia presente, sino también aspectos del pasado, el futuro o de otras realidades inaccesibles. Este poder simbólico del lenguaje es lo que permite que se construyan grandes sistemas de creencias, como la religión, la ciencia o la filosofía, que influyen profundamente en la manera en que las personas comprenden y experimentan el mundo. El lenguaje simbólico es la forma en la que los significados trascienden las limitaciones inmediatas de la vida cotidiana, permitiendo que las personas accedan a realidades abstractas o fuera de su alcance directo. Estos símbolos son clave para las instituciones más importantes de la sociedad, como la religión, la filosofía, el arte y la ciencia, que construyen sistemas de significados alejados de la experiencia diaria, pero que influyen de manera decisiva en cómo las personas entienden su realidad cotidiana. Aunque estos sistemas simbólicos están separados de la vida cotidiana, el lenguaje tiene la capacidad de “recuperarlos” y reincorporarlos a la realidad diaria, haciendo que los símbolos formen parte esencial de la aprehensión de la realidad social. El lenguaje, además, establece campos semánticos que ordenan la experiencia de las personas. Estos campos determinan cómo se clasifica la realidad, cómo se diferencian objetos, acciones y relaciones sociales. Por ejemplo, el idioma puede incluir distinciones de género, número o trato formal o informal, lo que permite que las personas organicen su experiencia en función de estas categorías. Este ordenamiento lingüístico de la realidad no solo facilita la comunicación, sino que también estructura el conocimiento y las relaciones sociales dentro de la vida cotidiana. Una función fundamental del lenguaje es su capacidad para tipificar y anonimizar las experiencias. Cuando un evento es tipificado lingüísticamente, se convierte en parte de una categoría general que puede ser aplicada a cualquier persona que experimente una situación similar. Esto permite que las experiencias subjetivas sean comunicadas y comprendidas dentro de un marco de referencia común. Sin embargo, esta tipificación también introduce una forma de anonimato, ya que reduce la singularidad de las experiencias individuales al incluirlas en categorías generales que podrían aplicarse a cualquier persona. Esto es especialmente relevante en contextos sociales más amplios, donde las relaciones tienden a volverse más anónimas a medida que se alejan de la situación "cara a cara". El acopio social de conocimiento, otro concepto clave, es el conjunto de saberes acumulados y compartidos por una sociedad. Este acopio incluye tanto el conocimiento especializado como el conocimiento de receta, que es el saber pragmático que permite a las personas desenvolverse en su entorno diario. Este acopio no es homogéneo; algunas áreas de la vida cotidiana están profundamente detalladas en este conocimiento, mientras que otras, más distantes o menos relevantes para la mayoría de las personas, se presentan de manera más esquemática o general. Por ejemplo, una persona puede tener un conocimiento muy preciso sobre su trabajo y su entorno inmediato, pero solo un conocimiento superficial de otras áreas que no le afectan directamente. La familiaridad con ciertos aspectos de la realidad cotidiana influye en el nivel de detalle del conocimiento que se posee sobre ellos. Los sectores de la vida cotidiana con los que las personas interactúan frecuentemente se comprenden de manera más precisa y detallada, mientras que los sectores más alejados se conocen de manera más vaga o abstracta. Esta jerarquización del conocimiento permite que las personas manejen eficientemente su vida diaria, enfocándose en lo que es más relevante para ellas y dejando los aspectos más lejanos o menos importantes en un segundo plano. Además, el lenguaje tipifica no solo experiencias individuales, sino también hechos y fenómenos sociales y naturales. Estas tipificaciones son esenciales para estructurar la realidad social y permitir que las personas interactúen de manera coherente dentro de su entorno. Por ejemplo, las relaciones con parientes, colegas y funcionarios públicos están tipificadas en función de esquemas de significado compartidos que permiten a las personas manejar sus interacciones dentro de estas categorías. El acopio social de conocimiento también permite que las personas integren los diferentes elementos de su conocimiento dentro de un todo coherente. Este proceso de integración se basa en el conocimiento compartido por la sociedad, que proporciona una lógica interna que conecta las diversas experiencias de la vida cotidiana. Por ejemplo, una persona puede integrar su conocimiento de las características nacionales de un amigo con su puntualidad, basándose en la tipificación general de los ingleses como puntuales. Este tipo de integración es fundamental para la cohesión social, ya que permite que los individuos interpreten su entorno y sus relaciones de manera coherente y significativa. El conocimiento del sentido común se acepta como válido hasta que un problema o interrupción requiere que sea cuestionado o revisado. Las rutinas de la vida diaria se desarrollan sin mayores dudas sobre la realidad que las sustenta, y las personas solo tienden a cuestionar su conocimiento cuando se enfrentan a situaciones que no pueden resolverse dentro de los marcos establecidos. Este conocimiento pragmático es esencial para el funcionamiento eficiente de la vida cotidiana, ya que permite que las personas se concentren en las tareas que tienen a mano sin detenerse a reflexionar sobre los fundamentos de su conocimiento. El conocimiento de receta, por ejemplo, es un tipo de saber que permite a las personas resolver problemas de rutina sin necesidad de una comprensión profunda. Este conocimiento pragmático incluye tanto la competencia técnica como la competencia social, permitiendo que las personas naveguen por el mundo sin necesidad de cuestionar continuamente los fundamentos de su conocimiento. Solo cuando este conocimiento falla o se encuentra con un problema que no puede resolver, las personas se ven obligadas a buscar un conocimiento más profundo o a acudir a expertos. El acopio social de conocimiento también proporciona los esquemas tipificadores necesarios para manejar la diversidad de experiencias y relaciones en la vida cotidiana. Estos esquemas no solo se aplican a las personas, sino también a los objetos y fenómenos naturales que forman parte del entorno cotidiano. El conocimiento de receta incluye estas tipificaciones, que permiten a las personas interactuar con su entorno de manera eficiente y resolver los problemas que surgen dentro de sus rutinas diarias. Conclusión El lenguaje y el conocimiento en la vida cotidiana, según Berger y Luckmann, son los pilares fundamentales sobre los cuales los seres humanos construyen y mantienen su realidad social. El lenguaje, como el sistema de signos más poderoso, permite la creación, transmisión y perpetuación del conocimiento compartido, integrando diversas experiencias y realidades en un todo coherente. A través de la tipificación, el lenguaje facilita la comunicación y la organización de la experiencia, pero también introduce cierto grado de anonimato que reduce la singularidad de las experiencias individuales. El acopio social de conocimiento proporciona las herramientas necesarias para que las personas manejen su vida diaria de manera eficiente, organizando su conocimiento en función de la familiaridad y relevancia que tienen para su entorno inmediato. Aunque este conocimiento se acepta como válido hasta que surgen problemas, la capacidad del lenguaje para integrar y trascender la realidad cotidiana permite que los individuos naveguen por un mundo complejo de significados compartidos. Segundo resumen. En su obra "La construcción social de la realidad", Peter Berger y Thomas Luckmann examinan cómo el lenguaje y el conocimiento estructuran la vida cotidiana y moldean la percepción de la realidad social. A continuación, se desarrolla un resumen más preciso de los puntos clave. 1. La realidad de la vida cotidiana La vida cotidiana se experimenta como una realidad subjetivamente significativa para los individuos, quienes la interpretan y actúan dentro de ella. Esta realidad es, en esencia, una construcción intersubjetiva, que significa que los individuos, mediante sus interacciones, construyen y mantienen un mundo compartido que adquiere coherencia y sentido en sus vidas. Berger y Luckmann se enfocan en cómo la objetivación de las experiencias subjetivas permite a los individuos transformar sus percepciones en una realidad común, lo que facilita la interacción y el entendimiento mutuo entre los miembros de una sociedad. 2. El papel del lenguaje El lenguaje es la herramienta más importante para objetivar la realidad. A través de él, los individuos no solo comunican, sino que también crean y estructuran su entorno social. El lenguaje no es meramente un reflejo de la realidad; es el medio mediante el cual la realidad se construye y se organiza. Además, el lenguaje permite a los individuos trascender el "aquí y ahora". Por ejemplo, a través de las palabras, es posible referirse a hechos pasados, situaciones futuras o lugares y personas que no están presentes. Esto amplía enormemente el alcance de la realidad cotidiana y hace que las interacciones sociales sean más complejas y ricas en significados. 3. Estructura temporal y espacial de la vida cotidiana La vida cotidiana está estructurada en torno al presente inmediato, el "aquí y ahora", pero no se limita a él. Los individuos se relacionan con fenómenos que están más allá de su presencia directa, organizando su experiencia temporal y espacialmente a través del lenguaje. De esta forma, pueden integrar en su realidad cotidiana eventos o situaciones que ocurrieron en el pasado o que anticipan en el futuro. La temporalidad es central, ya que los seres humanos viven con la consciencia de la finitud del tiempo, lo que afecta sus proyectos y decisiones. El tiempo socialmente organizado también influye, proporcionando un marco en el cual los individuos sitúan sus experiencias y biografías. 4. Interacción social en la vida cotidiana La interacción cara a cara es la forma más directa y rica de relación social, donde los individuos pueden interpretar síntomas de subjetividad de otros (gestos, expresiones) y acceder de manera más inmediata a sus intenciones y emociones. Esta proximidad hace que la subjetividad del otro sea mucho más accesible en esta situación que en formas más remotas de interacción, como las cartas o el teléfono. A medida que las interacciones sociales se alejan de la experiencia cara a cara, las relaciones se vuelven más anónimas y basadas en tipificaciones. Los individuos usan estas tipificaciones para categorizar a los demás, lo que les permite manejar interacciones más complejas sin necesidad de una atención detallada a cada persona. 5. Conocimiento del sentido común El sentido común es un conocimiento compartido por los miembros de una sociedad y que se da por sentado en la vida cotidiana. Este conocimiento permite a las personas manejar su día a día sin tener que reflexionar constantemente sobre el funcionamiento del mundo. Por ejemplo, los individuos saben cómo usar un teléfono sin necesidad de comprender los mecanismos técnicos detrás de su funcionamiento; lo importante es que el conocimiento es práctico y suficiente para sus propósitos inmediatos. Este conocimiento también está compuesto por recetas pragmáticas, que indican cómo actuar en diferentes situaciones rutinarias. Solo cuando las rutinas no funcionan o surgen problemas, el individuo se ve obligado a cuestionar o revisar este conocimiento. 6. El lenguaje como sistema simbólico El lenguaje no solo tiene una función instrumental en la comunicación diaria, sino que también genera símbolos que permiten referirse a realidades más abstractas o separadas de la vida cotidiana, como ocurre en la religión, el arte o la ciencia. Estos sistemas simbólicos permiten a los individuos conectar con dimensiones más complejas y abstractas de la experiencia humana. El simbolismo y el lenguaje simbólico permiten que los individuos interpreten y den sentido a sus experiencias, integrándolas en una estructura más amplia de significados. A través del lenguaje, las personas pueden interpretar sueños, visiones religiosas o ideas científicas, y volverlas comprensibles dentro de la realidad cotidiana. 7. Conclusión Berger y Luckmann proponen que la realidad social es una construcción que se mantiene a través de la interacción y el conocimiento compartido. El lenguaje es fundamental en este proceso, ya que permite a los individuos objetivar sus experiencias y compartirlas con otros, creando una realidad coherente y comprensible para todos. Este conocimiento, que se transmite de manera pragmática y sin reflexión constante, es lo que organiza la vida cotidiana. Al mismo tiempo, el lenguaje tiene la capacidad de trascender la realidad inmediata, permitiendo a los individuos participar en dimensiones más amplias de la existencia humana, como los sistemas religiosos o científicos. En última instancia, el lenguaje no solo mantiene la realidad social, sino que también la transforma, creando nuevas formas de entender y relacionarse con el mundo. Chomsky. 60 años de gramática generativa 1 Introducción Noam Chomsky, a lo largo de sus más de 60 años de contribuciones a la lingüística, ha revolucionado el estudio del lenguaje con la teoría de la gramática generativa, un modelo que concibe el lenguaje como un fenómeno biológico, en lugar de social, como era predominante en los años 40. En la conferencia pronunciada en el Centro Cultural Paco Urondo en 2015, Chomsky abordó el pasado, presente y futuro de esta teoría, exponiendo ideas fundamentales que abarcan desde la lingüística hasta la filosofía, psicología y biología. Gramática Generativa y el Lenguaje como Propiedad Biológica La gramática generativa de Chomsky surge como una respuesta a los modelos de lenguaje predominantes en el siglo XX, los cuales consideraban el lenguaje como un fenómeno social o como un conjunto de oraciones finitas. Chomsky, influenciado por la tradición cartesiana y por el trabajo de filósofos como Alan Turing y Kurt Gödel, plantea que el lenguaje es una propiedad biológica, un proceso cognitivo que permite a los humanos generar y comprender infinitas expresiones. Esto se conoce como la capacidad generativa del lenguaje, una habilidad innata que diferencia a los seres humanos de otros animales. Problema de Descartes Chomsky retoma la distinción entre los seres humanos y los animales formulada por René Descartes, quien sostenía que solo los humanos pueden producir y comprender una cantidad infinita de expresiones que no están determinadas directamente por las circunstancias. La capacidad de generar oraciones nuevas y adaptarse a diversas situaciones es una característica que, según Chomsky, no puede ser explicada por los enfoques conductistas que dominaban en su época. 1. Principios de la Gramática Generativa La gramática generativa no es un conjunto de oraciones o un corpus de material verbal, sino un sistema biológico innato que permite a los humanos, a partir de una cantidad limitada de datos, generar infinitas oraciones gramaticales. Según Chomsky, este modelo puede explicar fenómenos lingüísticos complejos que no pueden ser descritos bajo concepciones tradicionales, como la de Saussure o Bloomfield. El objetivo de la teoría es descubrir las leyes universales que regulan la estructura de las lenguas humanas, leyes que son parte del conocimiento innato de los hablantes. Competencia y Actuación Dentro de la gramática generativa, Chomsky diferencia entre competencia (el conocimiento implícito de las reglas gramaticales de una lengua) y actuación (el uso concreto del lenguaje en situaciones comunicativas). La competencia es interna y está relacionada con la capacidad innata del cerebro humano, mientras que la actuación puede verse afectada por limitaciones externas, como la memoria o las circunstancias sociales. Lengua-I y Lengua-E Posteriormente, esta distinción evoluciona en los conceptos de lengua-I (la lengua internalizada, individual e innata) y lengua-E (el uso externo del lenguaje, influido por factores sociales). Para Chomsky, la investigación del lenguaje debe centrarse en la lengua- I, ya que es la que refleja las propiedades universales del lenguaje, mientras que la lengua-E está sujeta a variaciones culturales y no ofrece un panorama claro sobre la estructura fundamental del lenguaje. 2. El Problema de Platón y el Conocimiento Innato Uno de los problemas centrales que aborda Chomsky en su teoría es el llamado Problema de Platón, que se refiere a cómo los seres humanos pueden adquirir tanto conocimiento lingüístico a partir de tan poca información disponible. Platón planteaba esta cuestión en términos filosóficos, al preguntarse cómo los seres humanos parecen poseer un conocimiento innato que no ha sido directamente enseñado o adquirido a través de la experiencia sensorial. Chomsky retoma esta noción en el contexto del lenguaje y argumenta que los humanos nacen con una gramática universal, un conjunto de principios estructurales que subyacen a todas las lenguas humanas y que permite a los niños adquirir cualquier lengua en la que estén inmersos, a pesar de la limitada exposición que tienen a ejemplos concretos de esa lengua. La Gramática Universal La gramática universal es el sistema de reglas y principios comunes a todas las lenguas humanas. Según Chomsky, este sistema está presente en la mente desde el nacimiento, y lo único que varía de una lengua a otra son los parámetros específicos que se ajustan según los datos lingüísticos a los que se expone el individuo. Este ajuste de parámetros explica la diversidad de lenguas en el mundo, pero la base de todas ellas es común y universal. Chomsky destaca que este conocimiento innato del lenguaje no puede explicarse a partir de enfoques conductistas o empiristas, que argumentan que todo el conocimiento proviene de la experiencia. En cambio, propone una visión racionalista del lenguaje, en la que las reglas fundamentales ya están presentes en el cerebro y solo necesitan ser activadas por el entorno lingüístico. 3. Principios y Parámetros El enfoque de Principios y Parámetros es uno de los desarrollos más significativos de la gramática generativa. En este modelo, se propone que todas las lenguas comparten un conjunto de principios universales, pero cada lengua selecciona distintos valores para ciertos parámetros, lo que genera variación lingüística. Principios Universales Los principios universales son reglas gramaticales que se aplican a todas las lenguas. Por ejemplo, todas las lenguas tienen oraciones con sujeto y predicado, y todas siguen ciertos patrones estructurales básicos que permiten la generación de oraciones gramaticalmente correctas. Parámetros Por otro lado, los parámetros son los aspectos de la gramática que varían entre lenguas. Un ejemplo es el parámetro del sujeto nulo, que distingue entre lenguas como el español, donde el sujeto puede omitirse, y lenguas como el inglés, donde el sujeto debe estar explícitamente presente. Cuando los niños aprenden su lengua materna, lo que realmente hacen es ajustar estos parámetros según los datos lingüísticos que reciben. 4. El Problema de Orwell Chomsky también introduce el Problema de Orwell, que se refiere a cómo, a pesar de tener acceso a una gran cantidad de información, las personas siguen cometiendo errores en sus interpretaciones políticas y sociales. En la obra de Orwell, especialmente en su novela 1984, se exploran las implicaciones del control social y cómo las élites manipulan la información para influir en las masas. Chomsky utiliza esta idea para subrayar cómo el lenguaje y la manipulación de la información pueden afectar profundamente nuestra comprensión del mundo. Chomsky sostiene que, aunque los seres humanos son biológicamente capaces de un pensamiento libre y una expresión ilimitada (según el concepto cartesiano), las estructuras sociales, políticas y económicas a menudo impiden que ejerzamos plenamente esa capacidad. Esto plantea preguntas sobre la relación entre el lenguaje y el poder, y cómo las élites usan el lenguaje para mantener el control sobre la sociedad. 5. Competencia y Actuación: Desarrollos Posteriores En desarrollos posteriores de su teoría, Chomsky introduce el concepto de competencia y actuación, que busca clarificar cómo la gramática generativa interactúa con el uso cotidiano del lenguaje. La competencia se refiere al conocimiento inconsciente de las reglas gramaticales que permite a los hablantes generar y comprender oraciones correctas, mientras que la actuación es la manifestación de ese conocimiento en situaciones reales de comunicación, que puede verse afectada por factores como la memoria, el estrés, o el contexto social. Esta distinción es crucial para entender la complejidad del lenguaje humano, ya que permite estudiar las reglas abstractas de la gramática sin confundirlas con los errores o limitaciones que pueden ocurrir en la práctica de la comunicación diaria. 6. La Crítica al Conductismo Chomsky es conocido por su crítica al conductismo, particularmente en el campo de la lingüística. El conductismo, popularizado por psicólogos como B.F. Skinner, sostenía que todo el comportamiento, incluido el uso del lenguaje, podía explicarse a través del condicionamiento y la experiencia. Según esta perspectiva, los niños aprenden a hablar simplemente imitando los sonidos que escuchan y siendo recompensados por pronunciar oraciones correctas. Chomsky refutó esta idea en su famosa crítica a la obra de Skinner, Verbal Behavior. Argumentó que el lenguaje no puede explicarse únicamente mediante el condicionamiento, ya que los niños producen oraciones que nunca han escuchado antes, lo que demuestra que están utilizando reglas abstractas en lugar de simplemente imitar a los adultos. 7. El Programa Minimalista A partir de los años 90, Chomsky desarrolló el Programa Minimalista, una extensión de su teoría de la gramática generativa que busca explicar el lenguaje de la manera más económica y eficiente posible. Este programa se basa en la idea de que el lenguaje humano es el resultado de una serie de principios simples que han evolucionado para maximizar la eficiencia en la comunicación y el procesamiento de información. La Economía del Lenguaje En el Programa Minimalista, Chomsky propone que el lenguaje humano está optimizado para el mínimo esfuerzo cognitivo. Esto significa que las estructuras gramaticales más complejas tienden a simplificarse a lo largo del tiempo, y las lenguas evolucionan hacia formas que permiten a los hablantes expresar sus pensamientos con el menor esfuerzo posible. Uno de los principios centrales del programa es el concepto de computación eficiente. Chomsky sugiere que la mente humana utiliza un sistema de reglas gramaticales que permiten generar oraciones complejas de manera eficiente, utilizando los recursos cognitivos mínimos necesarios. Este enfoque refleja una visión biológica y evolutiva del lenguaje, en la que el sistema gramatical ha sido moldeado por la selección natural para adaptarse a las limitaciones cognitivas del cerebro humano. 8. Lenguaje y Cognición Otro de los pilares de la teoría de Chomsky es la relación entre lenguaje y cognición. A diferencia de otros animales, los seres humanos poseen una capacidad innata para el lenguaje creativo, que les permite generar una cantidad infinita de oraciones y expresiones nuevas. Este proceso no es simplemente un reflejo de la realidad externa, sino que involucra procesos mentales complejos. Chomsky argumenta que el estudio del lenguaje proporciona una ventana privilegiada para comprender el funcionamiento de la mente humana. A través del análisis de las reglas gramaticales y los principios que gobiernan el uso del lenguaje, podemos desentrañar aspectos fundamentales de la cognición, como la memoria, la percepción y la resolución de problemas. 9. La Crítica a la Sociolingüística Chomsky también ha criticado ciertas ramas de la sociolingüística, especialmente aquellas que se centran exclusivamente en los aspectos sociales del lenguaje. Aunque reconoce que el uso social del lenguaje es importante, sostiene que la estructura profunda del lenguaje es independiente de las influencias sociales. Para él, el lenguaje no es simplemente una convención social, sino una capacidad biológica que todos los seres humanos comparten. Lengua-I y Lengua-E Revisitadas La distinción entre lengua-I (la competencia interna del hablante) y lengua-E (el uso externo del lenguaje) cobra particular importancia en esta crítica. Chomsky sostiene que los estudios sobre la lengua-E, que incluyen los aspectos sociales y pragmáticos del lenguaje, no deben confundirse con el estudio de la estructura universal del lenguaje. Aunque la lengua-E está sujeta a variaciones culturales y sociales, la lengua-I es invariable y refleja los principios universales de la gramática. 10. Las Polémicas con Otros Intelectuales Chomsky es un pensador controversial, y a lo largo de su carrera ha mantenido intensas polémicas con otros académicos. Entre sus debates más conocidos se encuentran los que sostuvo con Michel Foucault sobre la naturaleza del poder y el lenguaje, y con Jean Piaget sobre la adquisición del conocimiento. En su famoso debate televisado con Foucault en 1971, Chomsky defendió la idea de que el lenguaje y la cognición tienen una base biológica universal, mientras que Foucault sostenía que el conocimiento está profundamente influenciado por las estructuras sociales y el poder. Chomsky y Piaget: Naturaleza vs. Desarrollo En el caso de Jean Piaget, la discusión giró en torno a la naturaleza del desarrollo cognitivo. Piaget sostenía que el conocimiento se construye a través de la interacción del niño con su entorno, mientras que Chomsky argumentaba que muchas de las estructuras cognitivas fundamentales, como la gramática, son innatas y solo necesitan ser activadas por el entorno lingüístico. Este debate refleja la tensión entre las teorías del desarrollo basadas en la experiencia y las teorías nativistas, como la de Chomsky. 11. Implicancias para Otras Disciplinas El impacto de la teoría de la gramática generativa de Chomsky va más allá de la lingüística. Sus ideas han influido en campos como la psicología, la filosofía, la biología y la neurociencia. Al proponer que el lenguaje es una capacidad innata, Chomsky ha inspirado investigaciones en neurociencia sobre la base biológica del lenguaje, así como estudios en genética para entender cómo se heredan las capacidades lingüísticas. En filosofía, sus ideas han generado debates sobre la naturaleza del conocimiento y la cognición humana. Chomsky ha sido un crítico feroz del empirismo, la idea de que todo el conocimiento proviene de la experiencia sensorial, y ha defendido una visión racionalista en la que gran parte del conocimiento humano es innato y biológicamente determinado. HALLIDAY, M.A.K. ( 1998). El lenguaje como semiótica social. La interpretación social del lenguaje y del significado. Introducción M.A.K. Halliday, en "El lenguaje como semiótica social", propone un enfoque del lenguaje que va más allá de la lingüística estructural tradicional, situando al lenguaje en el centro de la interacción social. Halliday se distancia de las teorías que consideran al lenguaje únicamente como un sistema formal, y en su lugar, argumenta que el lenguaje debe ser comprendido como parte de un proceso social más amplio, es decir, como una semiótica social. El lenguaje es, para Halliday, la principal vía a través de la cual los seres humanos no solo se comunican, sino que también crean y negocian significados dentro de sus contextos sociales. Esta visión del lenguaje implica que cada acto de habla está integrado en un contexto de situación, y que la capacidad de utilizar el lenguaje correctamente depende de la comprensión de estos contextos sociales y culturales. 1. El lenguaje y el hombre social El lenguaje no puede ser separado de la naturaleza social del hombre. Halliday sugiere que, en las décadas de los 60 y 70, el foco de atención en los estudios del entorno pasó de un interés por el ambiente físico a una mayor preocupación por el medio social. Esto se tradujo en un cambio de paradigma en la forma de pensar sobre el individuo, no como un ente aislado, sino como parte de un entorno social que moldea sus acciones, pensamientos y lenguaje. En esta perspectiva, el lenguaje juega un papel fundamental en la socialización del individuo, ya que es a través de este que se interiorizan y se transmiten las normas, creencias y valores de la sociedad. Este proceso comienza desde la infancia, donde los niños aprenden las reglas del comportamiento social a través de las interacciones cotidianas en la familia, el vecindario y otros entornos sociales. En este sentido, Halliday resalta la importancia del lenguaje en la educación, ya que la escuela se convierte en un espacio donde se refuerzan y amplían las capacidades lingüísticas del individuo en su camino hacia convertirse en un hombre social. 2. Perspectivas intraorgánicas e interorgánicas Halliday hace una distinción importante entre dos enfoques del estudio del lenguaje: la perspectiva intraorgánica y la perspectiva interorgánica. La primera se centra en los procesos internos del individuo, como las estructuras cerebrales y cognitivas que permiten el habla y la comprensión. Este enfoque considera al lenguaje como un conocimiento individual y se interesa en los procesos mentales que subyacen en la producción y comprensión del lenguaje. Por otro lado, la perspectiva interorgánica aborda el lenguaje como un fenómeno social, centrándose en las interacciones entre individuos. Este enfoque se interesa en cómo el lenguaje actúa como un medio para construir y mantener relaciones sociales, y cómo estas interacciones influyen en el uso y desarrollo del lenguaje. Halliday sostiene que ambos enfoques son complementarios, pero que su trabajo se inclina hacia una perspectiva interorgánica, donde el lenguaje es entendido principalmente como una herramienta para la comunicación social. 3. El enfoque funcional del lenguaje Uno de los aspectos más innovadores de la teoría de Halliday es su enfoque funcional del lenguaje. En lugar de centrarse en la estructura gramatical del lenguaje, Halliday está más interesado en las funciones que el lenguaje cumple en la vida cotidiana. El lenguaje no solo sirve para transmitir información, sino también para satisfacer necesidades, regular el comportamiento de otros, expresar emociones y crear lazos sociales. Halliday identifica varias funciones básicas del lenguaje, entre ellas: Instrumental: usada para expresar necesidades o deseos. Reguladora: para controlar el comportamiento de los demás. Interactiva: para establecer relaciones interpersonales. Personal: para expresar la identidad y los sentimientos del hablante. Heurística: para explorar el entorno y aprender. Imaginativa: para crear mundos ficticios y jugar. Informativa: para compartir conocimientos. Este enfoque funcional es clave para entender cómo los niños aprenden su lengua materna. Halliday argumenta que, desde una edad temprana, los niños empiezan a usar el lenguaje para cumplir con estas funciones, incluso antes de que dominen las estructuras gramaticales del lenguaje adulto. 4. El desarrollo del lenguaje y la estructura social El desarrollo del lenguaje en los niños no ocurre en el vacío, sino que está profundamente influenciado por el contexto social en el que crecen. Halliday sostiene que la estructura social y las relaciones en las que está inmerso un niño desde su infancia determinan en gran medida las funciones del lenguaje que este aprenderá a dominar. En este sentido, el lenguaje que aprende un niño refleja los patrones culturales y sociales de su entorno. Esto tiene importantes implicaciones para la educación, ya que los niños de diferentes orígenes sociales llegan a la escuela con diferentes experiencias lingüísticas y con diferentes niveles de acceso a las funciones lingüísticas que son valoradas en ese contexto educativo. 5. El lenguaje como representación de la cultura Halliday argumenta que el lenguaje no solo es un medio de comunicación, sino también un reflejo de la cultura en la que se usa. A través del lenguaje, los individuos internalizan las normas culturales, los valores y las creencias que son propias de su grupo social. Esto se ve claramente en los diferentes registros y dialectos que se utilizan en diversas situaciones sociales. Cada contexto cultural presenta una variación lingüística, que refleja las jerarquías sociales y los modos de interacción particulares de cada grupo. Este aspecto cultural del lenguaje significa que los hablantes no solo están utilizando palabras para describir la realidad, sino que también están participando en la construcción de la realidad social. Las palabras, frases y estructuras gramaticales que se eligen para describir un evento o una situación revelan mucho sobre la visión del mundo de los hablantes, que está influenciada por su contexto cultural y social. 6. La teoría de los códigos lingüísticos de Basil Bernstein Uno de los conceptos clave que Halliday incorpora en su enfoque es la teoría de códigos lingüísticos de Basil Bernstein. Bernstein propuso que existen dos tipos de códigos que los individuos utilizan para comunicarse: el código elaborado y el código restringido. Estos códigos no son simplemente diferentes formas de hablar, sino que están estrechamente relacionados con la estructura social y la clase. Código restringido: Es típico de grupos sociales más cerrados, donde las relaciones entre los miembros son fuertes y están basadas en un entendimiento común. El código restringido se caracteriza por frases más cortas, menos variación en el vocabulario y una fuerte dependencia del contexto situacional para dar sentido al mensaje. Es común en las interacciones dentro de familias o grupos sociales homogéneos. Código elaborado: Se utiliza en contextos donde los hablantes necesitan explicitar más información debido a la falta de un conocimiento compartido. En este código, se emplea un vocabulario más amplio y se explicitan más los detalles para asegurar que el mensaje sea claro para cualquier oyente, independientemente de su contexto. Es más común en situaciones formales, como en la escuela o en el trabajo. Bernstein sostiene que los niños de diferentes clases sociales acceden de manera desigual a estos códigos, lo cual tiene implicaciones para su éxito en el sistema educativo. Los niños de clase trabajadora están más expuestos al código restringido, mientras que los de clase media tienden a manejar mejor el código elaborado, que es el que predominante en las instituciones educativas. Esto genera una brecha de comunicación que afecta el desempeño escolar. 7. Implicaciones para la educación Uno de los enfoques centrales de Halliday es la aplicación del lenguaje en el ámbito educativo. El autor señala que el éxito o fracaso escolar de los estudiantes está profundamente ligado a su competencia lingüística, y esta competencia está moldeada por el entorno social en el que se desarrollan. Los niños que no dominan el código elaborado pueden tener dificultades en la escuela, no porque carezcan de capacidad intelectual, sino porque el sistema educativo tiende a privilegiar un estilo de lenguaje que no es común en su vida cotidiana. Por tanto, Halliday sugiere que una de las principales tareas de la educación es ayudar a los estudiantes a desarrollar su competencia lingüística en ambos códigos. Esto no significa despreciar el código restringido, que tiene su propio valor dentro de las comunidades donde se utiliza, sino asegurarse de que todos los estudiantes tengan la oportunidad de aprender el código elaborado, que es clave para el éxito académico y profesional. El papel del maestro, según Halliday, no es solo transmitir conocimiento, sino actuar como facilitador de la integración social, ayudando a los estudiantes a dominar las formas de lenguaje que necesitarán para moverse con éxito en diferentes contextos sociales. La escuela, entonces, se convierte en un espacio crucial para la mediación lingüística y cultural. 8. El potencial funcional del lenguaje Halliday introduce la idea de que el lenguaje tiene un potencial funcional que se despliega de diferentes maneras según el contexto y la intención comunicativa del hablante. Este potencial se manifiesta a través de las funciones lingüísticas que los hablantes activan en sus interacciones cotidianas. Desde el regulador del comportamiento hasta el expresivo, el lenguaje cumple múltiples funciones simultáneamente. Este enfoque permite comprender por qué los individuos no solo adquieren vocabulario y reglas gramaticales, sino que también desarrollan un sentido pragmático del lenguaje: saber cuándo y cómo usar ciertas expresiones según el contexto social en el que se encuentran. 9. La sociolingüística y la interacción social El trabajo de Halliday tiene una profunda conexión con el campo de la sociolingüística, ya que explora cómo el lenguaje es usado como una herramienta para negociar la identidad, afirmar relaciones y establecer poder en contextos sociales. La elección de ciertas palabras, tonos y estructuras no es neutral, sino que refleja las jerarquías sociales y las dinámicas de poder presentes en cada interacción. El lenguaje es una herramienta de control social, ya que permite a los individuos regular sus interacciones con otros y navegar por las estructuras de autoridad dentro de una sociedad. Halliday subraya que el análisis de estas interacciones lingüísticas es crucial para entender cómo se configuran las relaciones de poder y cómo el lenguaje refuerza o desafía el status quo. PARRET H. (1984). Las teorías y sus ideologías esenciales. Introducción En "Las teorías y sus ideologías esenciales", Herman Parret examina cómo las teorías científicas, y en particular las teorías lingüísticas, están atravesadas por ideologías fundamentales. Estas ideologías, según Parret, se manifiestan tanto en el discurso teórico como en la práctica científica misma. A lo largo del texto, Parret explora cómo las posiciones paradigmáticas adoptadas en la lingüística están determinadas por estas ideologías esenciales, y cómo los científicos, a menudo sin darse cuenta, construyen sus teorías dentro de marcos ideológicos que influyen en la definición misma de lo que se considera científico. El autor divide el concepto de ideología en dos grandes tipos: la ideología externa, que se refiere a cómo las teorías científicas son utilizadas con fines políticos o sociales fuera del ámbito académico; y la ideología interna, que se refiere a las creencias y supuestos ideológicos que están implícitos en la formulación de las teorías científicas. 1. Ideología externa de las teorías científicas Parret describe la ideología externa como el uso que se hace de las teorías científicas para fines ideológicos externos, ya sea con propósitos políticos, militares o sociales. Como ejemplo, menciona cómo algunas teorías lingüísticas fueron utilizadas por el ejército de los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam para intimidar a la población, lo que ilustra cómo las teorías científicas pueden ser manipuladas y aplicadas con fines no puramente académicos. Este tipo de ideología no es exclusivo de la lingüística, sino que afecta a todas las ciencias. Parret enfatiza que cualquier ciencia puede ser utilizada con fines ideológicos dependiendo de los valores que se impongan en su aplicación. 2. Ideología interna de las teorías científicas El enfoque principal de Parret está en la ideología interna de las teorías, es decir, en los supuestos ideológicos que subyacen en las posiciones científicas. Parret argumenta que toda teoría científica se basa en un conjunto de supuestos ideológicos, que a menudo son invisibles para los propios científicos. Estas ideologías internas están presentes desde el momento en que se elige un paradigma dentro del cual trabajar. El autor hace referencia a la noción de paradigma trabajada por filósofos como Thomas Kuhn y Michel Foucault, quienes identificaron rupturas paradigmáticas en la historia de las ciencias. Un paradigma es un modelo de descripción y explicación que define los límites dentro de los cuales surgen las teorías, y que no puede ser cuestionado o modificado por las teorías que emergen dentro de él. 3. Paradigmas en la lingüística contemporánea Parret examina los paradigmas dominantes en la lingüística contemporánea, centrándose en dos ejes paradigmáticos: la función representativa y la función comunicativa del lenguaje. El primer eje se refiere a cómo el lenguaje representa el pensamiento, mientras que el segundo eje se centra en cómo el lenguaje permite la interacción social y la construcción de la intersubjetividad. Función representativa Parret explora cómo el lenguaje ha sido considerado históricamente como un medio para representar el pensamiento. Este enfoque tiene dos interpretaciones principales en las teorías lingüísticas contemporáneas: la posición expresionista, que interpreta la representación como una expresión directa del pensamiento (representada por Descartes y, en tiempos modernos, por Chomsky), y la posición articulista, que sostiene que el lenguaje articula el pensamiento y lo moldea (una postura asociada a Saussure y Condillac). Función comunicativa El segundo eje paradigmático aborda la función del lenguaje en la comunicación y su relación con la sociedad. En este contexto, Parret contrasta las visiones del lenguaje de Chomsky y Wittgenstein. Mientras que Chomsky ve el lenguaje como una facultad biológica innata, desvinculada de la comunicación, Wittgenstein lo concibe como una forma de vida que está en constante interacción con las prácticas sociales. 4. Formalismo vs. Funcionalismo Uno de los debates clave en la lingüística contemporánea, según Parret, es la oposición entre el formalismo y el funcionalismo. Estas dos posiciones representan paradigmas opuestos en el estudio del lenguaje: Formalismo: Asociado con Chomsky, esta postura sostiene que la estructura del lenguaje es una facultad mental autónoma que no depende de su uso comunicativo. El formalismo pone énfasis en el análisis sintáctico y en la competencia lingüística del hablante ideal, es decir, el conocimiento gramatical implícito que los hablantes poseen de su lengua. Para Chomsky, la estructura gramatical es innata y no está condicionada por las interacciones sociales. Funcionalismo: Esta corriente, representada por lingüistas como Wittgenstein, pone el foco en cómo el lenguaje se utiliza en la práctica comunicativa. El funcionalismo sostiene que el lenguaje no puede entenderse sin su contexto social y cultural, y que su principal función es la interacción entre individuos. En lugar de centrarse exclusivamente en la estructura interna del lenguaje, los funcionalistas estudian cómo el lenguaje funciona en situaciones reales de comunicación. Parret subraya que la tensión entre formalismo y funcionalismo no es meramente teórica, sino que está cargada de ideología, ya que cada paradigma refleja una visión del mundo y del lenguaje. Para los formalistas, el lenguaje es una entidad abstracta y formal; para los funcionalistas, es una herramienta social. 5. Competencia y Performance Un concepto central en el formalismo chomskiano es la distinción entre competencia y performance. La competencia se refiere al conocimiento gramatical abstracto que los hablantes poseen de su lengua, mientras que la performance alude al uso concreto del lenguaje en situaciones reales, donde pueden influir factores como la memoria, el contexto o los errores. Chomsky considera que la competencia es el verdadero objeto de estudio de la lingüística, mientras que la performance es secundaria y está más relacionada con aspectos de la psicología y la sociología. Esta separación es parte de la postura aristocrática de Chomsky sobre el lenguaje, que privilegia los aspectos formales y mentales sobre los aspectos sociales y comunicativos. Parret señala que esta distinción ha sido objeto de debate, ya que muchos lingüistas consideran que es imposible separar completamente la competencia de la performance. Desde una perspectiva funcionalista, la competencia no puede entenderse sin considerar cómo se manifiesta en el uso del lenguaje en la vida cotidiana. 6. Ideología esencial del discurso científico Parret introduce el concepto de ideología esencial, que es la ideología inherente al acto de hacer ciencia. Según él, cualquier práctica científica está atravesada por supuestos ideológicos, incluso cuando los científicos creen estar realizando un análisis objetivo. Estos supuestos determinan qué se considera empírico, válido o coherente dentro de un paradigma. El autor explica que el discurso teórico es una forma de práctica discursiva que está marcada por la veridicción, es decir, la voluntad de decir la verdad. Sin embargo, esta voluntad de verdad también implica una paradoja: los científicos, al querer transmitir una verdad objetiva, intentan ausentarse de su propio discurso, eliminando la subjetividad. No obstante, Parret argumenta que es imposible eliminar por completo la subjetividad del discurso científico. 7. La guerra de paradigmas Parret concluye que en la lingüística contemporánea existe una guerra de paradigmas, donde los formalistas y los funcionalistas compiten por definir el objeto y los métodos de estudio de la disciplina. Esta guerra no se limita al nivel teórico, sino que también refleja profundas diferencias ideológicas sobre la naturaleza del lenguaje y su relación con la sociedad. El autor es pesimista respecto a la posibilidad de reconciliación entre estos paradigmas, ya que cada uno tiene su propia lógica interna y sus propios criterios de validación. Los científicos que adoptan un paradigma formalista no pueden convencer a los funcionalistas, y viceversa, ya que ambos grupos trabajan con diferentes supuestos ideológicos. DEL MANZO & VALENTINO (2020). MÓDULO 1 – Introducción a los estudios de lenguaje. Teorías Lingüísticas Paradigmáticas Introducción El texto del módulo "Introducción a los estudios de lenguaje. Teorías Lingüísticas Paradigmáticas" ofrece un recorrido por las principales corrientes teóricas en el estudio del lenguaje, con un enfoque pedagógico. Abarca desde las reflexiones filosóficas antiguas hasta los paradigmas contemporáneos, estructurando el análisis en torno a dos grandes funciones del lenguaje: la representativa y la comunicativa. Además, se examinan tres grandes teorías: el Estructuralismo, el Generativismo y el Funcionalismo, que abordan distintas formas de entender la complejidad del lenguaje. 1. Teorías Lingüísticas Paradigmáticas El lenguaje ha sido motivo de distintas reflexiones a lo largo del desarrollo de la Lingüística como ciencia. Las principales teorías lingüísticas pueden ordenarse en dos paradigmas: Función representativa del lenguaje: En este paradigma, el lenguaje se concibe como un medio para representar el pensamiento. Aquí surgen dos enfoques importantes: El lenguaje como expresión del pensamiento: Esta postura, atribuida a Descartes y retomada por Chomsky en el siglo XX, sostiene que el lenguaje es un reflejo directo de la mente humana. El lenguaje como articulador del pensamiento: Propuesta por Ferdinand de Saussure, plantea que el lenguaje no solo expresa el pensamiento, sino que lo articula y lo moldea. El lenguaje, a través del signo lingüístico, une un significado con un significante. Función comunicativa del lenguaje: Se centra en el uso del lenguaje en los procesos de comunicación. Wittgenstein es uno de los principales exponentes de esta visión. Sostiene que el significado de una palabra está en su uso dentro del lenguaje y que este no es una estructura cerrada y geométrica, sino algo abierto y lleno de incongruencias, moldeado por la historia y la práctica social. 2. Estructuralismo El Estructuralismo, influido por Saussure, es una de las corrientes más influyentes en la Lingüística del siglo XX. Saussure, en su obra "Curso de Lingüística General" (1916), define el objeto de estudio de la Lingüística como la lengua y el signo lingüístico. La lengua es concebida como un hecho social, un sistema de signos que actúan dentro de una comunidad. El estructuralismo propone estudiar el lenguaje como un sistema estructurado de relaciones entre elementos, donde cada signo tiene significado solo en función de su relación con otros signos. Este enfoque tuvo un impacto profundo en disciplinas como la Semiótica, la Sociología y la Crítica Literaria. El estructuralismo establece que el estudio del lenguaje puede realizarse de manera autónoma, es decir, sin necesidad de relacionarlo directamente con su contexto social. 3. Generativismo El Generativismo, desarrollado por Noam Chomsky a partir de 1957, propone una visión revolucionaria del lenguaje en oposición al estructuralismo. Chomsky sostiene que los seres humanos nacen con una capacidad innata para el lenguaje, que forma parte de su dotación genética, similar a otras capacidades biológicas como caminar. Esta capacidad se manifiesta en lo que Chomsky llama la Gramática Universal, una serie de reglas innatas que permiten a los seres humanos adquirir cualquier lengua a la que estén expuestos durante la infancia. El generativismo se centra en el estudio de la competencia lingüística (la capacidad innata para producir oraciones gramaticalmente correctas) y no en la actuación (el uso práctico del lenguaje). Este enfoque hace hincapié en la estructura mental del lenguaje y no en su función social o comunicativa, diferenciándose del enfoque pragmático y social del estructuralismo y el funcionalismo. 4. Funcionalismo El Funcionalismo, asociado a figuras como Michael Halliday, propone que el lenguaje debe ser entendido desde las funciones que cumple en la comunicación humana. Halliday sugiere que la estructura del lenguaje está condicionada por su uso en la interacción social. Según su Teoría Sistémico-Funcional, la lengua es un sistema de opciones que permite a los hablantes elegir entre diferentes significados en función del contexto de comunicación. El funcionalismo introduce conceptos clave como el campo, el tenor y el modo para explicar las variaciones en el uso del lenguaje. El campo se refiere a lo que se está comunicando, el tenor a las relaciones sociales entre los participantes y el modo a la manera en que se transmite el mensaje. En este sentido, el funcionalismo se distancia del generativismo al priorizar el estudio del lenguaje en uso, en lugar de las estructuras mentales subyacentes. Conclusión El texto destaca la relevancia de tres grandes corrientes teóricas en el estudio del lenguaje: el estructuralismo, el generativismo y el funcionalismo. Mientras que el estructuralismo y el generativismo se enfocan en las estructuras subyacentes del lenguaje, el funcionalismo pone énfasis en su uso y en la forma en que se adapta a las necesidades comunicativas. Cada una de estas teorías ofrece herramientas valiosas para comprender el lenguaje desde diferentes perspectivas, siendo su integración clave para el estudio del lenguaje humano en los contextos sociales y psicológicos. PÉREZ CORDÓN, C. (2008). _Un sencillo acercamiento a la pragmática. Introducción El artículo de Cristina Pérez-Cordón "Un sencillo acercamiento a la pragmática" está orientado a profesores de español como lengua extranjera que no son especialistas en pragmática, pero que necesitan una visión comprensiva de esta disciplina. Su propósito es explicar la pragmática, una rama de la lingüística que se centra en el estudio del lenguaje en uso, sus principales teorías y la diferencia entre aprender a hablar un idioma y aprender a comunicarse en ese idioma. También aborda la importancia de los factores socio- culturales en la comunicación y cómo pueden ser aplicados en el aula. 1. Qué es la pragmática La pragmática estudia el lenguaje en contexto, lo que significa que se enfoca en cómo las palabras y frases adquieren significado dependiendo del uso que se les da, el contexto en el que se emplean y las intenciones del hablante. Este enfoque hace que la pragmática vaya más allá de la gramática y la sintaxis, permitiendo comprender fenómenos como la cortesía, los significados implícitos y las variaciones en el uso del lenguaje según el contexto social. Un ejemplo clave es la frase “son las ocho”, que puede tener diferentes interpretaciones dependiendo de la situación en la que se pronuncie: en un hospital puede significar "es hora de la operación", en un aula podría implicar "entreguen los exámenes", y en un contexto familiar "apúrate, estamos llegando tarde". Esto demuestra que una misma frase puede variar en su significado pragmático según las circunstancias, el tono y el propósito del hablante. 2. La teoría de los signos de Charles Morris La pragmática, como rama de la semiótica, se basa en la teoría de los signos de Charles Morris, quien establece tres relaciones que los signos pueden tener: Relación sintáctica: entre un signo y otros signos. Relación semántica: entre un signo y su significado. Relación pragmática: entre un signo y su usuario. La relación pragmática nos lleva a la idea de que una cosa es lo que se dice y otra, lo que realmente se quiere decir. Esto depende de factores como el contexto, la intención del hablante y las circunstancias. La capacidad de interpretar correctamente estos factores es lo que define nuestra competencia pragmática. 3. Teoría de los actos de habla: de Austin a Searle El concepto de actos de habla, desarrollado inicialmente por J.L. Austin y más tarde perfeccionado por John Searle, es central en la pragmática. Austin propone que el lenguaje no solo describe realidades, sino que también realiza acciones. Existen tres tipos de actos de habla: Actos locutivos: consisten en el acto de decir algo. Actos ilocutivos: las acciones que se realizan al decir algo, como pedir, ordenar o preguntar. Actos perlocutivos: los efectos que una frase produce en el oyente, como persuadir, ofender o sorprender. Un ejemplo común de acto perlocutivo es el uso de la ironía, donde el hablante espera que el oyente entienda un significado distinto al literal. 4. Diferencia entre lo dicho y lo comunicado La pragmática también distingue entre lo que se dice literalmente y lo que se quiere comunicar. La teoría de Grice introduce el concepto de implicaturas para explicar cómo se generan significados implícitos a partir de lo dicho, mientras que la Teoría de la Relevancia de Sperber y Wilson profundiza en cómo los hablantes logran interpretar mensajes utilizando mecanismos de inferencia. Por ejemplo, si alguien dice “Juan sigue fumando”, se presupone que Juan fumaba antes. Estas implicaturas no son expresadas explícitamente, pero se infieren a partir del contexto y del conocimiento compartido entre los interlocutores. 5. Principio de cooperación y máximas conversacionales de Grice Grice formula el principio de cooperación, que sostiene que en una conversación los interlocutores colaboran mutuamente para que la comunicación tenga éxito. Este principio se divide en cuatro máximas: Máxima de cantidad: proporcionar la cantidad justa de información. Máxima de cualidad: ser veraz. Máxima de relación: ser relevante. Máxima de modo: ser claro y evitar la ambigüedad. Estas máximas guían el intercambio conversacional y su violación puede generar malentendidos o romper la comunicación. 6. La Teoría de la Relevancia La Teoría de la Relevancia de Sperber y Wilson propone que los hablantes intentan maximizar la relevancia de lo que dicen, equilibrando la información útil con el esfuerzo requerido para interpretarla. Esta teoría establece que todo acto de comunicación genera una presunción de relevancia, lo que significa que los oyentes asumen que el mensaje tiene un significado relevante para ellos. 7. Actos de habla indirectos e implicaturas La pragmática también se ocupa de los actos de habla indirectos, donde el hablante dice algo pero comunica otra cosa. Un ejemplo es la ironía o las excusas indirectas, como cuando alguien rechaza una invitación diciendo “tengo mucho trabajo” en lugar de expresar directamente su falta de interés. Estos actos dependen en gran medida de la intencionalidad del hablante y de la capacidad del oyente para interpretar el mensaje correctamente, basándose en las pistas contextuales y el conocimiento compartido. Conclusión El artículo proporciona una introducción clara y accesible a la pragmática, destacando cómo el lenguaje funciona en la práctica, más allá de las reglas gramaticales. La pragmática se enfoca en el uso real del lenguaje y en cómo las circunstancias, el contexto y las intenciones del hablante influyen en la interpretación del mensaje, haciendo que la comunicación sea un proceso dinámico e interdisciplinario. REYES, G. (2007). El abecé de la pragmática, capítulo III (pp. 38-52). Introducción El capítulo III del libro "El abecé de la pragmática" de Graciela Reyes se enfoca en las teorías desarrolladas por el filósofo del lenguaje Paul Grice, quien es ampliamente reconocido por su modelo de implicaturas. Este modelo analiza la distinción entre lo que se dice y lo que se implica en una conversación. Grice desarrolla su teoría bajo el principio de cooperación, el cual explica cómo los hablantes, en la mayoría de las situaciones, colaboran implícitamente para que la conversación sea eficiente y comprensible. 1. El Principio de Cooperación Grice postula que los hablantes actúan bajo un acuerdo tácito, conocido como el principio de cooperación, que sostiene que las personas se comunican de manera tal que su contribución sea adecuada a la conversación. Este principio establece que los hablantes no solo dicen lo que es literalmente cierto, sino que también pueden sugerir o implicar otros significados a través de las implicaturas. Estas últimas son interpretaciones que los oyentes deducen basándose en el contexto y en las normas de conversación. El principio de cooperación se articula en cuatro máximas conversacionales: Máxima de cantidad: Aporta la cantidad adecuada de información, ni más ni menos. Máxima de cualidad: La información proporcionada debe ser verdadera y respaldada por pruebas. Máxima de relación: La contribución debe ser relevante para la conversación. Máxima de manera: La expresión debe ser clara y evitar ambigüedades. 2. Implicaturas Las implicaturas son aquellos significados que no se expresan explícitamente pero que pueden inferirse del contexto. Grice distingue entre: Implicaturas convencionales: Están ligadas a ciertas expresiones lingüísticas que, de manera predecible, añaden significados adicionales. Un ejemplo es el uso de la palabra "pero", que añade una connotación de oposición entre dos ideas. Implicaturas conversacionales: Estas se derivan del contexto de la conversación y pueden subdividirse en: Implicaturas conversacionales particularizadas: Dependen del contexto específico. Por ejemplo, si alguien dice "El Sr. X es puntual y ordenado", en un contexto en el que se espera una evaluación académica, se puede inferir que X no es bueno en su campo. Implicaturas conversacionales generalizadas: No dependen tanto del contexto, como cuando el uso del artículo indefinido "un" implica que la persona referida no tiene una relación cercana con el interlocutor. 3. Lógica y Conversación Grice también examina la diferencia entre las implicaturas lógicas y las implicaturas conversacionales. Mientras que las primeras dependen del valor de verdad de una oración, las segundas dependen del contexto conversacional y del principio de cooperación. Por ejemplo, una frase como "Julia escribió tres libros" puede implicar que escribió exactamente tres, aunque lógicamente también sería cierto si hubiera escrito más. Conclusión El modelo de Grice revolucionó la forma en que se estudia el lenguaje al introducir el concepto de implicatura y al mostrar cómo la comunicación va más allá de lo que se dice explícitamente. Las máximas conversacionales ofrecen una estructura lógica que permite comprender mejor los intercambios verbales y cómo los hablantes colaboran para hacer que la conversación sea efectiva, permitiendo que se infieran significados adicionales que no siempre son expresados directamente. Arnoux di Stefano introducción 1. El texto provisto es una obra sobre retórica y su relación con los discursos políticos, especialmente en torno a los peronismos en Argentina. Introducción: La Retórica y su Evolución La retórica, desde su nacimiento en el siglo V a.C., ha sido el arte de hablar con elocuencia y persuasión en espacios públicos. Aristóteles la definió como la facultad de considerar lo que puede ser convincente en cada caso, diferenciándola de la ciencia, cuyas proposiciones son necesariamente verdaderas. La retórica busca lo verosímil, lo que parece verdad. Esta disciplina reflexiona sobre cómo estructurar un discurso para que sea persuasivo, considerando la argumentación, la elocución y la composición. 1. Las Partes de la Retórica Aristóteles propuso que un discurso debe tener cinco etapas: 1. Inventio: Definir qué decir, seleccionando los argumentos. 2. Dispositio: Ordenar los argumentos de manera lógica. 3. Elocutio: Elegir las expresiones lingüísticas adecuadas. 4. Actio: Modulación del discurso mediante tonos, gestos y dicción. 5. Memoria: Memorizar el discurso para su correcta ejecución. Estas etapas aún son vigentes en la estructura discursiva, especialmente en contextos jurídicos y políticos, donde la persuasión es clave. 2. La Estructura de un Discurso Persuasivo Un discurso persuasivo se construye en dos movimientos: uno emocional (que apela a los sentimientos) y otro racional (que desarrolla argumentos). Estos movimientos se distribuyen en las siguientes partes: Exordio: Presenta el discurso buscando captar la atención y generar empatía. Narración: Relata los hechos de manera clara y objetiva para preparar la argumentación. Confirmación: Desarrolla los argumentos principales. Epílogo: Cierra el discurso, apelando de nuevo a la emoción del interlocutor. El exordio es especialmente importante para captar la benevolencia del público mediante la captatio benevolentiae, mientras que el epílogo resume y conmueve, siendo el último intento por persuadir. 3. El Ethos y la Credibilidad del Orador El ethos se refiere a la imagen de sí que el orador proyecta para ganar la credibilidad del público. Según Aristóteles, un orador persuasivo debe parecer digno de confianza. Las cualidades que refuerzan esta percepción varían según el contexto, pero generalmente incluyen la prudencia, la integridad y la buena voluntad. El ethos no es necesariamente auténtico; lo importante es que parezca verdadero. Para Maingueneau, el ethos discursivo se construye tanto en la oralidad como en la escritura, y siempre está presente en cualquier discurso, aunque no sea deliberadamente planeado. Además, distingue entre un ethos prediscursivo (la reputación previa del orador) y el ethos mostrado, que es la imagen que emerge del discurso en sí. 4. Los Géneros Discursivos Los géneros discursivos, tanto literarios como no literarios, han sido objeto de estudio desde la retórica clásica. En la antigua Grecia, se destacaron tres géneros fundamentales: Jurídico: Centrado en lo justo e injusto, busca defender o acusar a alguien en un juicio. Deliberativo: Relacionado con la praxis política, aconseja o desaconseja medidas basadas en su utilidad. Epidíctico: Discursos conmemorativos que elogian o censuran a figuras públicas. El análisis de los géneros se ha ampliado en tiempos modernos para incluir formatos más diversos, como los géneros digitales que han desafiado las estructuras tradicionales, desdibujando las líneas entre texto principal y paratexto. 5. El Ejemplo y la Analogía en la Argumentación En la retórica, tanto el ejemplo como la analogía son formas de argumentación que apelan a lo particular para explicar lo general. El ejemplo ilustra una norma o la deriva, mientras que la analogía vincula realidades diferentes mediante una propiedad común. Ejemplo ilustrativo: Funciona para reforzar una regla conocida, proporcionando casos concretos que la aclaran y aumentan su impacto en la audiencia. Analogía: Conecta dos realidades heterogéneas para clarificar un concepto, como en la famosa analogía de Aristóteles que compara la evidencia con la luz del día que encandila a los murciélagos. 6. El Ethos en los Discursos Políticos En los discursos políticos, el ethos es planificado cuidadosamente para proyectar una imagen favorable. Los asesores de imagen de los políticos son responsables de construir esta credibilidad. En los discursos contemporáneos, el ethos se manifiesta en varios niveles, desde la actitud hasta el lenguaje corporal y el uso de recursos retóricos como la mímica y la postura. 7. Innovaciones en los Géneros Digitales La llegada de la web ha introducido innovaciones en los géneros discursivos, especialmente a través de la multimodalidad, donde se combinan elementos visuales y textuales de manera inseparable. Esto ha llevado a la creación de nuevos cibergéneros, como los foros y los chats, que mezclan la oralidad con la escritura y presentan nuevas configuraciones retóricas. 8. La Retórica en el Contexto Político El análisis de los discursos políticos en torno a los peronismos en Argentina resalta cómo la retórica ha sido utilizada para la construcción de subjetividades políticas y la escenificación de identidades colectivas. Los textos analizados en este volumen examinan cómo las identidades políticas se construyen en espacios públicos y mediáticos a través de estrategias discursivas, adoptando a menudo una escenografía digital. Uno de los ejemplos destacados es el análisis de sitios web de oposición al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, como Cacerolazo.com y El Cipayo Argentino. Estos espacios web adoptan estrategias retóricas que recuperan parcialmente memorias discursivas de la modernidad, pero con resonancias posmodernas. 9. El Uso del Ethos en los Discursos Digitales El ethos es crucial en el discurso digital, donde las identidades políticas se construyen de manera performativa y en función de la puesta en escena en plataformas virtuales. Este concepto se entrelaza con la idea de la escenografía discursiva, donde el emisor configura una identidad política a través de la elección de géneros discursivos específicos, como los blogs o las publicaciones en redes sociales. La retórica digital desafía las formas tradicionales de persuasión, ya que en estos espacios las barreras entre lo público y lo privado se diluyen, lo que genera nuevas formas de legitimación del discurso político. 10. Los Medios Alternativos y la Retórica de Resistencia La retórica también ha sido un vehículo importante en la resistencia política en Argentina. Un ejemplo de ello es la revista La Garganta Poderosa, un medio de comunicación que emerge desde los sectores marginalizados. Esta revista se presenta como un espacio de oposición a los medios monopólicos y busca reivindicar la voz de la comunidad villera. La retórica de La Garganta Poderosa articula su ethos en torno a la colectividad y la resistencia, utilizando géneros como la crónica y el panfleto para construir una comunidad discursiva que se distancia de las estigmatizaciones mediáticas predominantes. 11. Géneros y Escenografías en los Discursos Políticos Los géneros discursivos en los discursos políticos han evolucionado considerablemente, incorporando elementos que mezclan lo tradicional y lo moderno. La distinción entre la escenografía y los géneros es clave para entender cómo los discursos son recibidos por el público. Según Maingueneau, la escenografía no es solo un marco formal, sino un recurso que define el tono y la legitimidad del discurso. En el contexto digital, los géneros tienden a ser más flexibles y adoptan características multimodales, donde texto e imagen se combinan para potenciar el efecto persuasivo. Esto es particularmente relevante en los discursos políticos actuales, donde las redes sociales y los medios digitales permiten nuevas formas de interacción con el público. 12. La Argumentación por Analogía y Ejemplo La argumentación mediante ejemplo y analogía sigue siendo fundamental en los discursos contemporáneos. En el análisis de discursos políticos y mediáticos, estas formas de argumentación permiten establecer conexiones entre fenómenos aparentemente distantes, pero que pueden ser percibidos como similares por la audiencia. El uso de la analogía facilita la comprensión de situaciones complejas al vincularlas con elementos más familiares para el receptor. Este mecanismo es común en los discursos políticos, donde se busca legitimar una postura mediante la comparación con ejemplos históricos o situaciones de otras culturas. 13. Conclusión: La Vigencia de la Retórica El volumen concluye subrayando la relevancia de la retórica en el análisis de los discursos políticos contemporáneos. A pesar de los cambios en los medios de comunicación y las formas de interacción, los principios retóricos establecidos por la tradición griega siguen siendo herramientas esenciales para comprender y analizar los procesos de persuasión y la construcción de subjetividades políticas. La retórica, con su énfasis en el ethos, la estructura discursiva y las formas de argumentación, continúa siendo un marco valioso para el estudio de los discursos en contextos políticos y mediáticos, permitiendo una comprensión más profunda de cómo se configuran y transforman las identidades y los debates públicos. BAJTIN, M. ( 1976). “El problema de los géneros discursivos”. El texto de Mijaíl Bajtín, “El problema de los géneros discursivos”, aborda la naturaleza y la clasificación de los géneros discursivos, enunciando que estos son formas relativamente estables de enunciados que varían según las esferas de la actividad humana. 1. Planteamiento del problema Bajtín inicia reconociendo que las diversas esferas de la actividad humana están ligadas al uso del lenguaje. Sin embargo, este uso del lenguaje no es homogéneo, sino que varía según la esfera en la que se utiliza, afectando el contenido temático, el estilo verbal y la composición de los enunciados. Estos tres elementos se interrelacionan, determinando el género discursivo. El autor menciona que la riqueza y diversidad de los géneros discursivos es inmensa, ya que la actividad humana es inagotable, y cada esfera de praxis elabora sus propios tipos estables de enunciados. Bajtín distingue entre géneros orales y escritos, subrayando la diversidad dentro de ambos tipos, desde breves réplicas de diálogos cotidianos hasta obras literarias complejas como novelas. 2. Clasificación de géneros discursivos Bajtín introduce una clasificación de los géneros discursivos en primarios y secundarios. Los géneros primarios son aquellos que se forman en la comunicación discursiva inmediata, como las conversaciones cotidianas, mientras que los géneros secundarios surgen en contextos más complejos, como los discursos científicos o literarios. En los géneros secundarios, los géneros primarios pueden ser reelaborados, perdiendo su relación inmediata con la realidad, como ocurre con las réplicas de diálogos que aparecen dentro de novelas. Estos géneros transformados adquieren un carácter especial dentro de las obras literarias o científicas, mientras mantienen su forma primaria en otro contexto. 3. El enunciado como unidad de la comunicación discursiva Uno de los puntos centrales de la teoría de Bajtín es que el enunciado es la unidad fundamental de la comunicación discursiva, diferenciándose de las unidades lingüísticas como la palabra o la oración. La frontera del enunciado está marcada por el cambio de los sujetos discursivos, lo que genera una conclusión específica que permite la respuesta de otro interlocutor. El diálogo, con sus réplicas breves y claras, es la forma más simple de este intercambio discursivo. En las esferas culturales más complejas, como la ciencia o el arte, el cambio de los sujetos discursivos sigue siendo el criterio esencial para definir las fronteras del enunciado. Aquí, los enunciados están impregnados de la individualidad del hablante o escritor, lo que otorga una conclusividad particular a las obras. 4. Conclusión del enunciado y respuesta La conclusividad del enunciado, según Bajtín, es lo que permite la respuesta de otros participantes en la comunicación. Un enunciado debe tener un sentido completo para que pueda ser contestado, lo que lo diferencia de una simple oración. Esta conclusividad se logra a través de tres elementos: 1. Sentido temático agotado: El enunciado presenta un tema que llega a su conclusión. 2. Intención discursiva: La voluntad del hablante o escritor de comunicar algo concreto. 3. Formas genéricas estables: Los géneros discursivos adoptan formas típicas que ayudan a estructurar el enunciado. 5. Importancia de los géneros discursivos Los géneros discursivos son esenciales para la organización del discurso. Estos géneros no solo guían la producción de enunciados, sino que también permiten la comprensión por parte del oyente o lector, quien es capaz de reconocer el género desde las primeras palabras. Bajtín destaca que los géneros discursivos son adquiridos casi de manera inconsciente, como la lengua materna, y su dominio es necesario para una comunicación eficaz. 6. Flexibilidad y estabilidad de los géneros Si bien los géneros discursivos son relativamente estables, también poseen un grado de flexibilidad, permitiendo a los hablantes cierta creatividad al utilizarlos. Algunos géneros, especialmente los utilizados en la comunicación cotidiana, pueden ser muy estandarizados, limitando la expresión individual a matices entonativos. No obstante, incluso dentro de estos géneros más rígidos, es posible la reacentuación, como cuando un saludo formal es trasladado a un contexto familiar con una entonación irónica. 7. Géneros discursivos en diferentes esferas Bajtín examina cómo los géneros discursivos varían según las esferas de la actividad humana, desde los géneros cotidianos hasta los científicos o literarios. Mientras que los géneros cotidianos tienden a ser más directos y breves, los géneros científicos y literarios pueden ser más complejos y abiertos a interpretaciones. A pesar de estas diferencias, todos los géneros comparten la función de estructurar el enunciado y permitir la comunicación entre los sujetos discursivos. Conclusión Bajtín concluye que el estudio de los géneros discursivos es esencial para comprender la comunicación humana en todas sus formas. Los géneros no solo permiten la producción y recepción de enunciados, sino que también son un reflejo de las condiciones sociales y culturales en las que se desarrollan. La capacidad de los géneros discursivos para adaptarse y evolucionar con las transformaciones sociales los convierte en una herramienta fundamental para el análisis lingüístico y discursivo. BENVENISTE, E. (1971). “De la subjetividad en el lenguaje. El texto de Émile Benveniste, titulado “De la subjetividad en el lenguaje”, explora la relación entre el lenguaje y la constitución del sujeto. Benveniste desarrolla una teoría en la cual el lenguaje no solo es un medio de comunicación, sino el fundamento mismo de la subjetividad humana. 1. El Lenguaje como Instrumento de Comunicación Benveniste comienza cuestionando la noción habitual del lenguaje como un simple instrumento de comunicación. Señala que es necesario analizar cómo el lenguaje puede ser entendido como algo más que un vehículo para la transmisión de información. De hecho, el lenguaje no se reduce a un mero estímulo-respuesta, como lo haría un instrumento mecánico, ya que se encuentra profundamente enraizado en la naturaleza humana. Para Benveniste, el lenguaje es constitutivo de la condición humana, es decir, no hay un "hombre" sin lenguaje, y el lenguaje no es algo fabricado, sino que forma parte de la naturaleza del hombre. 2. La Subjetividad en el Lenguaje Uno de los puntos centrales de Benveniste es que el lenguaje es lo que permite la emergencia de la subjetividad. Esto significa que el sujeto solo puede constituirse como tal a través del lenguaje. La subjetividad no es una característica innata del ser humano, sino que surge en el acto de hablar, donde el individuo se designa a sí mismo como yo y, simultáneamente, designa a un tú con quien se comunica. Yo y tú son los polos de la subjetividad en el lenguaje, y esta polaridad es única. No tiene equivalentes en otras áreas de la vida humana y es lo que permite que la comunicación sea posible. La relación entre yo y tú no es simétrica ni igualitaria, pero ambos términos son complementarios y dependientes. 3. El Estatuto Lingüístico de la Persona Benveniste argumenta que la subjetividad está directamente ligada al estatuto lingüístico de la persona. A través de los pronombres personales, el lenguaje permite a los individuos situarse como sujetos. Sin el lenguaje, no habría posibilidad de que los individuos se designen a sí mismos y, por lo tanto, no existiría una verdadera conciencia de sí. Los pronombres personales (yo, tú) no refieren a entidades o conceptos, sino que se refieren a la instancia del discurso en el que son enunciados. Este acto de enunciación es lo que da lugar a la subjetividad. 4. La Función del Tiempo en el Lenguaje El concepto de tiempo es otro aspecto importante que Benveniste examina en relación con la subjetividad. La organización del tiempo en las lenguas es siempre en referencia a la instancia de discurso, lo que subraya aún más la naturaleza subjetiva del lenguaje. El presente, en particular, no tiene existencia objetiva fuera del discurso; es el tiempo en que se habla. El uso de tiempos verbales como el pasado y el futuro también depende de la perspectiva del hablante, demostrando que la temporalidad es una construcción subjetiva que emerge en el acto del habla. 5. El Acto de Enunciación y la Identidad del Sujeto Benveniste señala que no hay otro testimonio objetivo de la identidad del sujeto más que el que el propio sujeto da sobre sí mismo en el acto de enunciación. Este acto de enunciación, donde el sujeto se designa como yo, es constitutivo de la identidad. A través del lenguaje, el individuo se apropia de la lengua y se define como sujeto frente a un tú. Además de los pronombres personales, Benveniste menciona otros indicadores de la subjetividad en el lenguaje, como los demostrativos (esto, aquello) y los adverbios (aquí, ahora). Estos elementos dependen de la instancia de discurso y, por lo tanto, están vinculados a la subjetividad del hablante. 6. El Lenguaje como Fundamento de la Subjetividad Benveniste concluye que el lenguaje es la condición necesaria para la subjetividad. La estructura del lenguaje está diseñada de tal manera que permite a cada hablante asumir el papel de sujeto en el acto de hablar. Sin el lenguaje, no habría forma de que el ser humano se reconociera a sí mismo como sujeto ni pudiera interactuar con los demás en términos de yo y tú. La subjetividad en el lenguaje tiene un impacto profundo en la estructura de las lenguas, afectando no solo la gramática y el vocabulario, sino también la forma en que los individuos perciben y se relacionan con el mundo. MARTÍNEZ, M. SERVERA, R. Y DEL MANZO, B. (2015). “Aproximaciones a los estudios del discurso perspectivas teóricas-analíticas”. Capítulo 1. El análisis del discurso (AD), tal como lo abordan Mariela Soledad Martínez, Renzo Servera y María Belén Del Manzo en este capítulo, es una herramienta teórico- metodológica crucial para interpretar el uso del lenguaje en las prácticas sociales. El texto ofrece un recorrido histórico y conceptual sobre el desarrollo del AD, con énfasis en su intersección con otras disciplinas sociales como la sociología, la psicología, la antropología, y la historia, entre otras. El AD surge como parte del llamado "giro discursivo" entre 1964 y 1974, desviando la atención de las estructuras sintácticas aisladas hacia el uso contextual del lenguaje. Este cambio se da en un contexto de crisis del estructuralismo lingüístico, representado por el modelo saussureano que distinguía entre "lengua" y "habla". A través del AD, se cuestiona esta dicotomía, destacando que el lenguaje debe entenderse como una realidad social que forma y es formada por las interacciones de los sujetos en situaciones específicas. Evolución Histórica y Aportes Lingüísticos Uno de los puntos clave del capítulo es la evolución histórica de los estudios discursivos desde el campo de la lingüística. En los años 1920, Propp y otros formalistas rusos se centraron en el estudio de los textos, destacando la necesidad de ir más allá de la oración y comprender las estructuras discursivas. Más adelante, en 1952, Harris introdujo la noción de "discursos", estudiando los encadenamientos de enunciados. Otro autor clave es Benveniste, quien a través de sus estudios sobre la enunciación en los años 1960 y 1970, busca entender cómo el sujeto se inscribe en los enunciados. En esta misma línea, Jakobson propuso un análisis de la comunicación verbal a través de las seis funciones del lenguaje, y autores como Barthes, Goffman, y Gumperz ampliaron la perspectiva discursiva con conceptos provenientes de la semiología y la sociolingüística. Contribuciones Filosóficas y Políticas Desde el campo de la filosofía, la pragmática y la teoría de los actos de habla se convierten en herramientas fundamentales para el AD. Autores como Austin y Searle propusieron que hablar es una forma de acción, introduciendo el concepto de performatividad y estableciendo las bases para estudiar cómo el lenguaje genera efectos más allá de su contenido literal. También se destaca el trabajo de Foucault, quien a través de su obra "La arqueología del saber", contribuye al análisis del discurso introduciendo conceptos como formaciones discursivas y dispositivos de poder, abriendo la posibilidad de estudiar cómo el lenguaje reproduce relaciones de poder y dominación. Tradiciones del Análisis del Discurso El capítulo distingue entre dos grandes tradiciones en el AD: la anglosajona y la francesa. En la tradición anglosajona, sobresale el Análisis Crítico del Discurso (ACD), liderado por autores como Fairclough, Wodak, y van Dijk. Este enfoque se centra en cómo los discursos reflejan y reproducen desigualdades sociales, abuso de poder, y dominación, abordando los discursos no solo como fenómenos lingüísticos, sino como herramientas sociales que perpetúan el statu quo. Por otro lado, la Escuela Francesa de análisis del discurso, desarrollada en los años 1960, presenta una visión más ligada a la ideología, influenciada por Marx, Althusser y Lacan. Aquí, el discurso es visto como un lugar donde se articulan relaciones de poder e ideologías, con autores como Pêcheux que destacan los mecanismos ideológicos presentes en los discursos. La teoría de la enunciación es central en esta escuela, enfocándose en el papel del sujeto y en las marcas que deja en el enunciado. Teoría de la Enunciación y Subjetividad El sujeto es uno de los conceptos clave en el AD. En este sentido, Benveniste y Bajtín ofrecen aportes importantes para comprender la subjetividad en el lenguaje. Benveniste propone que la lengua es un sistema formal, pero solo se convierte en discurso a través del uso individual del sujeto, constituyéndose en un acto de enunciación. Así, la subjetividad se construye en relación con el otro, y el lenguaje se torna intersubjetivo. Kerbrat-Orecchioni y Ducrot profundizan en esta línea, destacando cómo el sujeto deja huellas lingüísticas en sus enunciados. Kerbrat-Orecchioni, por ejemplo, habla de los deícticos, modalizadores y subjetivemas que permiten rastrear la presencia del locutor en su discurso. Por otro lado, Ducrot introduce la polifonía, destacando que los enunciados pueden contener múltiples voces o puntos de vista, lo que complejiza la idea de que el sujeto es único y responsable de lo dicho. Dispositivos Enunciativos y Análisis Crítico Autores como Maingueneau y Charaudeau destacan la importancia de los dispositivos enunciativos que ligan los textos a contextos sociales específicos. Estos dispositivos permiten analizar los discursos como prácticas sociales complejas, que no solo transmiten información, sino que también construyen identidades, relaciones de poder y estructuras sociales. Diferencias y Convergencias entre Pragmática y Teoría de la Enunciación Aunque la pragmática y la teoría de la enunciación comparten el interés por el lenguaje en uso, difieren en sus enfoques. La pragmática se centra en el acto de habla y en las interacciones entre locutor y oyente, mientras que la teoría de la enunciación pone el énfasis en las marcas lingüísticas que revelan la subjetividad del hablante. Ambas corrientes, sin embargo, coinciden en rechazar una visión puramente instrumental del lenguaje y en concebir el sentido como algo dinámico y construido en contextos específicos. Conclusión El Análisis del Discurso es una herramienta interdisciplinaria que permite interpretar fenómenos sociales a través del lenguaje. A lo largo del texto, se presenta un enfoque teórico-metodológico que aboga por una comprensión crítica de los discursos, no solo como reflejos de la realidad, sino como construcciones que contribuyen a la creación y transformación del orden social. SANTANDER, P. (2011). “Por qué y cómo hacer Análisis de Discurso”. El texto "Por qué y cómo hacer Análisis de Discurso" de Pedro Santander aborda tanto el porqué como el cómo del análisis del discurso (AD), una herramienta clave para el estudio de los fenómenos sociales a través del lenguaje. Dirigido principalmente a estudiantes de Ciencias Sociales, este artículo busca ofrecer una guía teórica y metodológica para quienes enfrentan la tarea de analizar discursos en investigaciones académicas. Fundamentación Teórica del Análisis del Discurso El AD se ha convertido en una metodología ampliamente utilizada debido a la importancia del lenguaje en la construcción y reproducción de las estructuras sociales. Este enfoque se inscribe dentro del llamado Giro Lingüístico, un cambio epistemológico que reconoce el papel activo del lenguaje en la constitución de la realidad social. El AD no solo analiza lo que se dice, sino también cómo se dice y por qué se dice, considerando los discursos como formas de acción social. El texto presenta una crítica a la concepción clásica del lenguaje como un simple código de transmisión de ideas, señalando que el lenguaje es inherentemente opaco, es decir, no siempre refleja de manera directa lo que los hablantes piensan. El lenguaje es connotativo y está cargado de valores, estereotipos e ideologías que muchas veces distorsionan o ocultan el significado explícito de lo que se dice. Esta opacidad del lenguaje hace necesario el AD, ya que permite desentrañar las contradicciones y el contenido ideológico que se ocultan detrás de los discursos. Justificación y Utilidad del Análisis del Discurso Santander enfatiza que el AD es esencial para la comprensión de la realidad social, pues los discursos no solo reflejan dicha realidad, sino que también la constituyen y la transforman. Desde una perspectiva crítica, el AD permite explorar cómo los discursos refuerzan o desafían estructuras de poder y desigualdad. Así, los discursos se entienden como prácticas sociales que tienen efectos reales sobre la vida de las personas y las estructuras sociales en las que habitan. En este sentido, el AD se vuelve indispensable para cualquier investigación que busque no solo describir fenómenos, sino también interpretar y explicar las dinámicas sociales. Un ejemplo claro es el análisis de los medios de comunicación, donde los discursos tienen una fuerte carga ideológica que puede influir en la opinión pública y en la construcción de identidades colectivas. Metodología del Análisis del Discurso En cuanto a la metodología, el AD no sigue una técnica estándar o única, sino que depende del objetivo de investigación y del contexto discursivo. Santander subraya que el AD puede abordar una amplia gama de signos, desde los textos lingüísticos hasta los signos visuales o audiovisuales, lo que amplía las posibilidades de análisis a diferentes tipos de materiales. El proceso metodológico del AD incluye varias etapas fundamentales: 1. Definición del problema de investigación: El investigador debe formular una pregunta de investigación claramente enfocada en un objeto discursivo. Este paso es crucial, ya que define los límites y el enfoque del análisis. 2. Formulación de hipótesis u objetivos: Aunque algunos consideran que el AD es incompatible con la formulación de hipótesis, Santander argumenta que es posible formular hipótesis que puedan ser comprobadas a través del análisis discursivo. Alternativamente, el investigador puede guiarse por un objetivo general que oriente el análisis. 3. Selección del corpus: El corpus discursivo debe estar claramente delimitado y representar adecuadamente el fenómeno a estudiar. Puede incluir textos escritos, entrevistas, medios audiovisuales u otros tipos de signos que sean relevantes para la investigación. 4. Análisis del discurso: En esta fase, se emplean categorías teóricas y metodológicas para descomponer el discurso y entender cómo se producen los significados. Las categorías pueden ser previas o emergentes, dependiendo de si el análisis es hipotético-deductivo o inductivo. 5. Coherencia teórica y analítica: Santander resalta la importancia de mantener una coherencia rigurosa entre las categorías teóricas, las categorías discursivas y los recursos gramat