Summary

This document discusses social movements, focusing specifically on those in Argentina and their responses to social and economic changes since 1960. It analyzes various types of social movements, their characteristics, and their interaction with broader social and political contexts. The text includes historical examples and theoretical perspectives.

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## Los Movimientos Sociales Los movimientos sociales surgieron como respuestas colectivas desde la sociedad civil que, en muchos casos, rebasaron los canales institucionales habituales, como los partidos políticos, los sindicatos, etc. Dichas acciones colectivas tienen una alta participación popula...

## Los Movimientos Sociales Los movimientos sociales surgieron como respuestas colectivas desde la sociedad civil que, en muchos casos, rebasaron los canales institucionales habituales, como los partidos políticos, los sindicatos, etc. Dichas acciones colectivas tienen una alta participación popular y generalmente se agrupan en torno a algún tipo de reivindicación. En general, los movimientos sociales plantean demandas que confluyen sobre otros actores sociales y los poderes públicos para el ejercicio pleno de los derechos, quitar trabas, impedir su avasallamiento y, en ocasiones, para que se reconozcan sus demandas como nuevos derechos. Ese ejercicio de reclamo se realiza sobre el espacio público, tanto para difundir su actividad como para influir en la opinión pública. **Desde 1960, con los cambios económicos, sociales y políticos producidos en la sociedad argentina, los movimientos sociales surgieron como respuesta a la desigualdad social.** De acuerdo con el momento histórico se pueden nombrar los movimientos sociales surgidos en la década de 1980 vinculados con reclamos de vecinos del Gran Buenos Aires y, luego, del resto del país por aumentos de impuestos, la desregulación de los alquileres y su incremento. En la década de 1990 se intensificaron las políticas neoliberales que provocaron el empobrecimiento y el desempleo de gran parte de la población. En ese momento se destacaron las luchas contra las privatizaciones de empresas estatales que dieron lugar a puebladas en todo el país, y también los primeros cortes de ruta. **Movimientos Sociales y Democracia** El sociólogo francés Alain Touraine entiende los movimientos sociales como "una acción colectiva organizada, entablada contra un adversario social y por la gestión de los medios a través de los cuales una sociedad actúa sobre sí misma y sobre sus relaciones con su entorno". Así, reconoce la presencia y la combinación de tres principios en esta definición: - **Un principio de identidad**, que el actor hace sobre sí mismo, y que requiere la práctica de una relación social conflictiva para que pueda constituirse como tal - **Un principio de oposición**, necesario para que el movimiento pueda "nombrar" a su adversario y se organice. - **Un principio de totalidad**, que le permita incluir su conflicto en un marco general, en la conflictividad general de la sociedad. Para este autor, los movimientos sociales y la democracia son indisociables. "Por un lado, si un sistema político no considera a los movimientos sociales sino como la expresión violenta de demandas imposibles de satisfacer, pierde su representatividad y la confianza de sus electores [...]. Por el otro lado, solo hay movimiento social si la acción colectiva se atribuye objetivos societarios, es decir, reconoce valores e intereses generales de la sociedad y, por consiguiente, no reduce la vida política al enfrentamiento de campos o de clases, al mismo tiempo que organiza y desarrolla los conflictos", **Características de los movimientos sociales** Dentro de la gran variedad de movimientos sociales se pueden nombrar los siguientes: - **Movimientos urbanos**, que se organizan para resolver problemas vinculados con la contaminación ambiental, la ecología, la seguridad o la represión policial, la vivienda, entre otros. - **Movimientos campesinos**, que reivindican sus derechos sobre la tierra, sus prácticas agrarias ancestrales de equilibrio con el medio ambiente, que reclaman ante el Estado y la justicia. - **Movimientos de derechos humanos**, que reclaman por la verdad y la justicia en casos de represión ilegal, como la ejercida durante la última dictadura militar en la Argentina. - **Movimientos juveniles**, que se organizan en torno a expresiones culturales como la música, los modos de vestir y vivir. - **Movimientos feministas**, que denuncian el rol tradicional asignado a la mujer y exigen reivindicaciones que cuestionan el ordenamiento social existente y, también, plantean reclamos específicos sobre el propio cuerpo y la igualdad de oportunidades. - **Movimientos de desocupados**, que luchan por la recuperación de sus empleos, obtener uno nuevo o ser incluido en las políticas estatales. - **Movimientos obreros**, que se diferencian de las luchas obreras clásicas porque no cuestionan a sus patrones o empleadores, sino al Estado. Las actividades que desarrollan los movimientos sociales son diversas. En general, tienen algún núcleo duro o medular de reivindicaciones, aquellas que dieron origen al movimiento, pero muchos también se ocupan de organizar actividades para resolver sus necesidades básicas insatisfechas por la ausencia o ineficiencia del Estado. Para ello, muchos de estos movimientos canalizan los recursos que captan de diversas formas: autogestionaria o por el aporte de instituciones nacionales e internacionales que los apoyan, o del Estado por la vía de las políticas sociales. El manejo de fondos exige, en muchos casos, que adopten la forma institucional de organizaciones no gubernamentales (ONG). **Movimientos Sociales en América Latina** Muchos de los cambios en el orden económico arrancaron durante la década de 1970; las transformaciones operadas en la estructura social comenzaron a tornarse visibles en los años ochenta, durante la llamada "década perdida", que culminó en fuertes episodios hiperinflacionarios y abrió la puerta a la implementación de las reformas neoliberales de los años noventa. Dicho proceso, que tuvo lugar durante los últimos treinta años, desembocó en una modificación de las relaciones de clase, lo cual repercutió enormemente en el modo en que cada grupo social se autorrepresenta y piensa su destino social. En este contexto de gran asimetría surgieron y se desarrollaron las luchas de los movimientos sociales en los años noventa, caracterizados por una acción defensiva y un marcado discurso antineoliberal. Sin embargo, los movimientos sociales han revelado ser algo más que una respuesta meramente defensiva frente a los cambios en la correlación de fuerzas sociales y las fuertes transformaciones de sus condiciones de vida y reproducción. En realidad, con todas sus complejidades y matices nacionales, los movimientos sociales latinoamericanos han desarrollado una dimensión más proactiva, que abre la posibilidad de pensar nuevas alternativas emancipatorias a partir de la defensa y promoción de la vida y la diversidad. **Movimientos Sociales Campesinos: el Caso del Mocase** Con el inicio de las políticas neoliberales y la valorización de tierras para producciones como la soja, se profundizaron los conflictos entre los pobladores campesinos que vivían de la explotación y las empresas -mayoritariamente extraterritoriales- que buscaban comprar y expulsar al campesinado para desarrollar sus proyectos comerciales en torno a la soja, el maíz, el algodón o la ganadería vacuna en tierras de secano. En este contexto, las familias campesinas comenzaron a exigir su derecho a la propiedad de la tierra apelando a la posesión veinteañal que reconoce la legislación. A principios de la década de 1980 se inició un proceso de desalojó y desplazamiento de familias hacia parcelas más pequeñas. Los campesinos recibieron el apoyo de sacerdotes y técnicos de la ONG Instituto de Cultura Popular de Santiago (Incupo) y comenzaron a organizarse con delegados y comisiones vecinales; en 1985 formaron la Comisión Central Campesina de Los Juríes (CCCJ) con el objeto de lograr el reconocimiento de la propiedad sobre 120.000 hectáreas. En el mismo año, un grupo empresario adquirió 130.000 hectáreas en la zona, explotadas por más de quinientas familias, y ofreció donar 7.500 hectáreas al gobierno para que las transfiriera a los pobladores. Los campesinos se negaron a recibir en donación lo que, entendían, les correspondía por derecho. La CCCJ pasó a enfrentarse con el gobierno e inició un proceso de movilización campesina. En 1990 surgió el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), en la localidad de Quimilí, que asumió la lucha por la tierra y el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias campesinas. El principal problema que debió enfrentar era el desalojo por parte de los terratenientes locales. Esta situación se agravó en la década de 1990 a partir de la inserción de la biotecnología en el agro, que trajo aparejados la extensión de la frontera agropecuaria y los desmontes. La lucha del Mocase se organiza en torno a la resistencia al desalojó y a que reconozcan su derecho de propiedad sobre la tierra, y se expande a propuestas de reforma agraria, soberanía alimentaria y reconocimiento a su cultura campesina. Por todo ello se considera a su programa como de reconocimiento de una "ciudadanía campesina". Desde 2003, el Mocase integra el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI). Este movimiento se extiende a diez provincias y reúne a más de 100.000 familias de agricultores campesinos e indígenas del campo y de la ciudad. **El Movimiento de Lucha por los Derechos Humanos: el Caso de H.I.J.O.S.** El movimiento de derechos humanos protagonizó una gran batalla contra los crímenes de lesa humanidad llevados a cabo durante la dictadura militar. Tuvieron un rol fundamental la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, el Servicio Paz y Justicia (Serpaj), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Actualmente, continúan trabajando por la memoria, la justicia y la verdad. En 1995 se formó la agrupación Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.), que reúne a jóvenes hijos de detenidos-desaparecidos, asesinados, exilados y presos políticos durante la dictadura militar de 1976. Los hijos de quienes habían sido secuestrados y desaparecidos habían comenzado a reunirse luego de un acto en la ciudad de La Plata llamado "Recuerdo, memoria y compromiso". La creación y la expansión de H.I.J.O.S. estuvo vinculada al estado público que tomaron las declaraciones de Adolfo Scilingo, ex marino de la Escuela Mecánica de la Armada (Esma), que confesó por televisión en qué consistían los denominados "vuelos de la muerte", en los que arrojaban al Río de la Plata o al mar a detenidos-desaparecidos con vida. El relato de su participación produjo una gran repercusión en la ciudadanía ya que no podía ser juzgado ni condenado por la vigencia de dos leyes que garantizaban su impunidad: las leyes de "Punto final" y "Obediencia debida". En ese momento también se realizó la primera demanda por el reconocimiento del derecho a la verdad que impulsó la discusión sobre los crímenes en el ámbito jurídico no penal. En este contexto de falta de la justicia por las leyes de impunidad y de la necesidad de construir una memoria que contemple la responsabilidad del terrorismo de Estado, H.I.J.O.S. comenzó a utilizar como una de sus principales métodos de lucha el escrache. La metodología del escrache consistía en denunciar ante la opinión pública a los represores con una concentración frente a su domicilio, con corte de la calle, pintadas y reparto de volantes en los que se explicaban los motivos de la denuncia pública. **Los Movimientos de Trabajadores Desocupados** A lo largo de la historia, los trabajadores se agruparon en sindicatos y gremios que reunían sus reclamos y exigían mejores condiciones laborales, por ejemplo, a través de huelgas. Pero ¿cómo puede reclamar una persona que se encuentra desocupada? Los despidos masivos ocurridos durante la década de 1990 hicieron que las personas se quedaran fuera de los sindicatos y no tuviesen forma de expresar sus demandas. Una estrategia para hacer visible ante la sociedad el problema de la desocupación fueron los piquetes. Los desocupados comenzaron a salir a las calles, cortar rutas para marchar por sus reivindicaciones y, de esta manera, alertar a las autoridades políticas y la opinión pública sobre su situación y sus reclamos. La generalización de la práctica de los piquetes o cortes de ruta implementada por los desocupados dio origen a su denominación como movimientos piqueteros. Las primeras movilizaciones que utilizaron el piquete como modalidad de protesta se organizaron en las provincias de Neuquén, Salta y Jujuy entre 1995 y 1996, provocadas por la privatización de YPF y la pérdida de otras fuentes laborales, como la finalización de las obras de la represa de Piedra del Aguila. Otras movilizaciones similares en otras partes del país fueron brutalmente reprimidas, con varios muertos y heridos provocados por la acción estatal. Poco a poco, esta modalidad de protesta incluyó a otros sectores populares, por ejemplo, los pequeños comerciantes y los estudiantes. En 1996, organizaciones de desocupados del Gran Buenos Aires realizaron una movilización a Plaza de Mayo que se transformó en el origen formal del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD). En el MTD del conurbano bonaerense nuclearon hombres, mujeres y jóvenes, que en algunos casos no tenían experiencia anterior de empleo, pero se reconocían como trabajadores desocupados. En 2001, el MDT se constituyó en el Congreso Nacional de Piqueteros en La Matanza, con más de dos mil delegados de todo el país. Durante 2001, el MTD participó junto a otras organizaciones sociales, como la CTA y la CGT, en huelgas y movilizaciones contra las políticas de profundización del ajuste neoliberal. En general, las organizaciones del MTD se reúnen en asambleas en las que discuten las medidas y las políticas a tomar, organizan cooperativas productivas y autogestionarias y prácticas culturales. De esta manera, también contribuyen a reconstruir lazos sociales destruidos por la pauperización de las condiciones de vida en los barrios populares. Durante la primera década del siglo XXı, los cortes de ruta o piquetes se extendieron a otros sectores sociales y en contextos políticos diferentes, por ejemplo, los patrones del campo o los ambientalistas de Gualeguaychú. Esta situación generó debates por su resignificación y legitimidad como forma de lucha. **Actividades** - ¿Qué diferencias pueden establecer entre los reclamos de los trabajadores y el de los desocupados? - ¿Por qué los cortes de ruta lograron hacer visible la problemática de los desocupados? - ¿Por qué el piquete se transformó en una metodología utilizada por diferentes clases sociales?

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