Modulo 17 Condicionamiento Clásico PDF

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Este documento presenta un resumen del módulo 17 sobre condicionamiento clásico. Se explora el concepto de aprendizaje y cómo influye en la conducta, incluyendo ejemplos como el condicionamiento clásico de Pavlov.

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MODULO 17. CONDICIONAMIENTO CLASICO El simple hecho de ver los arcos dorados de McDonald's le hace a usted sentir hambre y pensar en hamburguesas? Si es así, está manifestando una forma elemental de aprendizaje denominada condicionamiento clásico. El condicionamiento clásico ayuda a explicar fenóme...

MODULO 17. CONDICIONAMIENTO CLASICO El simple hecho de ver los arcos dorados de McDonald's le hace a usted sentir hambre y pensar en hamburguesas? Si es así, está manifestando una forma elemental de aprendizaje denominada condicionamiento clásico. El condicionamiento clásico ayuda a explicar fenómenos tan diversos como llorar al ver a una novia que camina hacia el altar, sentir miedo en la oscuridad y enamorarse.El condicionamiento clásico es una de muchas modalidades de aprendizaje que han identificado los psicólogos, pero hay una definición general que los abarca a todos: el apren-dizaje, que es un cambio relativamente permanente en la conducta generada por la expe-riencia.¿Cómo sabemos cuando el aprendizaje ha influido en una conducta, o incluso, si esta es resultado del aprendizaje? Parte de la respuesta se relaciona con la cuestión naturaleza- crianza, uno de los temas fundamentales que subyacen al campo de la psicología. En la adquisición de conductas, la experiencia, que es esencial para la definición del aprendizaje, es parte de la "crianza" en la cuestión naturaleza-crianza.De todos modos, no siempre es fácil identificar si un cambio conductual se debe a la naturaleza o a la crianza, porque algunos cambios en el comportamiento suceden por simple maduración y no involucran a la experiencia en absoluto. Por ejemplo, los niños se convier-ten en mejores jugadores de tenis al crecer en parte porque su fortaleza aumenta con el tamaño; un fenómeno de maduración. Para entender cuándo ha ocurrido el aprendizaje, debemos diferenciar los cambios debidos a la maduración de las mejoras derivadas de la práctica, lo que indica que el aprendizaje ha ocurrido realmente.De manera similar, los cambios en el comportamiento en el corto plazo, que se deben a distintos factores del aprendizaje, como las disminuciones en el desempeño producto de la fatiga o la falta de esfuerzo, son distintos de los cambios en el desempeño que se deben al aprendizaje real. Si Serena Williams tiene un mal día en la cancha de tenis por tensión o fatiga, esto no significa que no haya aprendido a jugar correctamente o que haya "desapren-dido" a jugar bien. En virtud de que no siempre hay una correspondencia directa entre el aprendizaje y el desempeño, resulta difícil entender cuándo ha ocurrido el verdadero apren-dizaje.Está claro que estamos preparados para aprender desde el comienzo de la vida. Los lactantes manifiestan un tipo de aprendizaje primitivo llamado habituación. La habituación es la disminución en la respuesta a un estímulo que ocurre tras las presentaciones repetidas de ese estímulo. Por ejemplo, los bebés de corta edad pueden manifestar interés por un estí-mulo novedoso, como un juguete de color brillante, pero pronto perderán interés si ven una y otra vez el mismo juguete. (Los adultos también manifiestan habituación: los recién casados dejan de advertir pronto que llevan puesto el anillo de bodas.) La habituación nos permite ignorar cosas que han dejado de proporcionar información nueva. La mayor parte del aprendizaje es considerablemente más compleja que la habituación y el estudio del aprendizaje ha estado en el núcleo del campo de la psicología. Aunque desde la época de Aristóteles, los filósofos han especulado sobre los fundamentos del apren-dizaje, las primeras investigaciones sistemáticas al respecto se practicaron a principios del siglo xx, cuando Ivan Pavlov (¿este nombre hace que suene una campana?) desarrolló el marco conceptual del aprendizaje que se conoce como condicionamiento clásico. Fundamentos del condicionamiento clásico El fisiólogo ruso Ivan Pavlov nunca pretendió realizar las investigaciones psicológicas. En 1904, ganó el premio Nobel por su trabajo sobre la digestión, testimonio de su contribución en ese campo. Pero a Pavlov no se le recuerda por sus investigaciones en fisiología, sino por sus experimentos sobre procesos de aprendizaje básicos, trabajo que inició de forma accidental (Marks, 2004; Samoilov y Zayas, 2007; Grant y Wingate, 2011).Pavlov había estudiado la secreción de los ácidos es-tomacales y la salivación en los perros en respuesta a la ingestión de varias cantidades y tipos de alimento. Al ha-cerlo, observó un fenómeno curioso: a veces, las secrecio-nes estomacales y la salivación comenzaban en los perros cuando aún no habían comido alimento. El simple hecho de ver al experimentador que normalmente les llevaba el alimento o, incluso percibir el sonido de sus pasos, bastaba para producir salivación en los perros.La genialidad de Pavlov radica en su capacidad para reconocer las implicaciones de este descubrimiento. Vio que los perros respondían no solo sobre la base de una necesidad biológica (hambre), sino también como resultado del aprendizaje o, como llegaría a denominarse, condicionamiento clásico. El condicionamiento clásico es un tipo de aprendizaje en el que un estímulo neutro (como los pasos del experimentador) llega a pro-vocar una respuesta después de haber sido asociado con un estímulo (como el alimento) que de manera innata genera dicha respuesta.Para demostrar el condicionamiento clásico, Pavlov (1927) sujetó un tubo a la glándula salival de un perro, lo que le permitió medir con precisión la salivación del animal; luego, hizo que sonara una campana y, solo unos segundos después, le presentó la carne al perro. Esta dinámica ocurrió en forma repetida y se planeó de manera cuidadosa para que, cada vez, transcurriera exactamente la misma cantidad de tiempo entre la presentación de la campana y la carne. Al principio, el perro solo salivaba cuando estaba presente la carne, pero pronto empezó a salivar al oír el sonido de la campana; incluso cuando Pavlov dejó de ofre-cer la carne, el perro salivaba aún después de oír el sonido: se había condicionado en forma clásica al perro para que salivara ante la campana.Como se aprecia en la figura 1, los procesos básicos del condicionamiento clásico que subyacen al descubrimiento de Pavlov son sencillos, aunque la terminología que eligió no es simple. Considere el diagrama de la figura 1a. Antes del condicionamiento, hay dos estímulos que no guardan relación: el sonido de la campana y la carne. Sabemos que normalmente el sonido de la campana no genera salivación, sino alguna respuesta irrelevante, como levantar las orejas o, incluso, una reacción de sobresalto. A la campana se denomina, por tanto, estímulo neutro, porque es un estímulo que, antes del condicionamiento, no genera en forma innata la respuesta de interés.Previo al condicionamiento, sabemos que la carne hace que un perro salive. A la carne se le considera un estímulo incondicionado, porque colocada en el hocico del perro hace que genere salivación. Un estímulo incondicionado (EI) es aquel que, de manera innata, produce una respuesta particular sin que esta se haya aprendido.La respuesta que provoca la carne (salivación) se denomina respuesta incondicionada (RI): es decir, la respuesta innata que no requiere entrenamiento. Las respuestas incondicio-nadas siempre las genera la presencia de estímulos incondicionados.La figura 1b ilustra lo que pasa durante el condicionamiento. Se hace sonar la campana justo antes de cada presentación de la carne. La meta del condicionamiento es que el perro asocie la campana con el estímulo incondicionado (carne) y, por tanto, generar el mismo tipo de respuesta que el estímulo incondicionado. Tras varios emparejamientos de la campana y la carne, la simple campana hace que el perro salive (figura 1c). Cuando termina el condicionamiento, la campana deja de ser un estímulo neutro para convertirse en lo que ahora se llama estímulo condicionado. Un estímu-lo condicionado (EC) es un estímulo antes neutro que se ha pareado con un estímulo incondicionado para generar una respuesta antes provocada por el estímulo incondicionado. En este momento, a la salivación que ocurre como respuesta al estímulo condicionado (cam-pana) se le considera respuesta condicionada (RC). Después del condicionamiento, enton-ces, el estímulo condicionado provoca la respuesta condicionada. La secuencia y el tiempo de la presentación del estímulo incondicionado y el estímulo condicionado, son particularmente importantes. Como sucede con una señal de advertencia averiada en un cruce de ferrocarril que se activa después que el tren ha pasado, un estímu-lo neutro que sigue a un estímulo incondicionado tiene pocas probabilidades de convertirse en un estímulo condicionado. No obstante, así como la luz de alerta funciona de mejor manera si se activa inmediatamente antes de que pase el tren, un estímulo neutro que se presenta justo antes del estímulo incondicionado tiene más probabilidades de generar un condicionamiento exitoso. Más aún, el condicionamiento es más efectivo si el estímulo neu-tro (que se convertirá en un estímulo condicionado) precede al estímulo incondicionado por un lapso entre medio segundo y varios segundos, según el tipo de respuesta que se esté condicionando (Jennings et al., 2013; Harvie, Moseley y Hillier, 2017; Vandbakk, Olaff y Holth, 2019).Aunque la terminología que utilizó Pavlov para describir el condicionamiento clásico puede parecer algo confusa, el siguiente resumen puede facilitar la comprensión y el recuer-do de las relaciones entre estímulos y respuestas: Condicionado = aprendido Incondicionado = no aprendido Un estímulo incondicionado (EI) genera una respuesta incondicionada (RI). Los emparejamientos de estímulo incondicionado-respuesta incondicionada no guardan relación y no obedecen a un entrenamiento. Durante el condicionamiento, un estímulo antes neutro se transforma en el estímulo condicionado. Un estímulo condicionado (EC) genera una respuesta condicionada (RC), y un empare-jamiento de un estímulo condicionado-respuesta condicionada es consecuencia del aprendizaje y el entrenamiento. Una respuesta incondicionada y una respuesta condicionada son similares (como la salivación en el experimento de Pavlov), pero la respuesta incondicionada ocurre de manera innata, mientras que la respuesta condicionada es aprendida.Aplicación de los principios del condicionamiento clásico al comportamiento humano Aunque los experimentos de condicionamiento iniciales se hicieron con animales, pronto se descubrió que los principios del condicionamiento clásico explicaban muchos aspectos del comportamiento humano cotidiano. Recuerde el ejemplo anterior en el que las personas llegan a experimentar hambre al ver los arcos dorados de McDonald's. La causa de esta reacción es el condicionamiento clásico: los arcos antes neutros se han asociado con el alimento que hay dentro del restaurante (estímulo incondicionado), lo que ha hecho que se conviertan en un estímulo condicionado que genera la respuesta condicionada del hambre.Muchas respuestas emocionales se aprenden por medio de procesos de condicionamiento clásico. Por ejemplo, ¿cómo desarrollamos temor a los ra-tones, arañas y otras criaturas que por lo general son inofensivas? En un estudio de caso ahora célebre, el psicólogo John B. Watson y su colega, Rosalie Rayner (1920) demostraron que el condicionamiento clásico era la raíz de esos miedos, al condicionar a un bebé de 11 meses de edad llamado Albert para que sintiera miedo por las ratas. Al "pequeño Albert", como a la mayoría de los bebés, inicialmente le atemorizaban los ruidos estridentes, pero no sentía miedo por las ratas.En la investigación, los experimentadores hicieron sonar un ruido fuerte cuando el pe-queño Albert tocaba a una rata blanca y peluda. El ruido (estímulo incondicionado) provocó miedo (respuesta incondicionada). Después de unos cuantos emparejamientos del ruido y la rata, Albert empezó a manifestar miedo a la rata en sí, pues rompía en llanto al verla. La rata, entonces, se había vuelto el EC que generó la RC, el miedo. Además, los efectos del condi-cionamiento persistieron: cinco días después, Albert reaccionó con miedo no solo al mostrár-sele una rata, sino también objetos que se veían similares a la rata peluda y blanca, lo que incluyó un conejo blanco, un abrigo de piel de foca blanca y hasta una máscara de Santa Claus blanca. (Por cierto, desconocemos lo que pasó con el pequeño Albert y su destino sigue siendo fuente de especulación. En cualquier caso, a Watson, el experimentador, se le condenó por utilizar procedimientos éticamente cuestionables que, en la actualidad, jamás se utilizarían \[Griggs, 2015; Digdon, 2017; Hermans, Boddez y Vervliet, 2019\].)El aprendizaje por medio del condicionamiento clásico también ocurre durante la edad adulta. Por ejemplo, tal vez usted no acuda al dentista tan a menudo como debiera por las asociaciones que hizo previamente del dentista con el dolor. En casos más extremos, el condicionamiento clásico puede conducir al desarrollo de fobias, que son miedos irracionales intensos. Por ejemplo, una fobia a los insectos podría presentarse en alguien a quien pica una abeja. La fobia a los insectos podría ser tan grave que la persona se niegue a salir de su casa. El trastorno por estrés postraumático (TEPT), que padecen algunos veteranos de guerra y otras personas que han sufrido experiencias traumáticas, también puede producirse por con-dicionamiento clásico. Incluso años después de sus experiencias en el campo de batalla, los veteranos posiblemente sientan una oleada de miedo y ansiedad al percibir un estímulo como sería un ruido fuerte (Schreurs, Smith-Bell y Burhans, 2011; Rosellini et al., 2015; Allen et al., 2019).Por otra parte, el condicionamiento clásico también explica experiencias placenteras. Por ejemplo, es posible que usted sienta un cariño particular por el aroma de un determinado perfume o una loción para después de afeitarse, debido a que siempre que encuentra ese aroma le vienen de pronto sentimientos y pensamientos relacionados con un antiguo amor. O escuchar determinada canción le evoca sentimientos felices o agridulces a causa de las asociaciones desarrolladas en relación con la canción hace tiempo.El condicionamiento clásico también explica por qué es tan difícil tratar las adicciones a las drogas. Los adictos asocian ciertos estímulos ------como la parafernalia que le acompaña: las jeringas o la habitación en la que se drogan------, con las sensaciones de placer que les provocan dichas drogas; de modo que con solo ver una jeringa o entrar en la habitación puede generar las reacciones asociadas con la droga y las ansias continuas por utilizarla (Saunders, Yager y Robinson, 2013; Valyear, Villaruel y Chaudhri, 2017). Extinción¿Qué piensa usted que sucedería si un perro al que se le ha condicionado en forma clásica a salivar ante el sonido de una campana, nunca más recibiera alimento cuando esta suena? La respuesta se halla en uno de los fenómenos básicos del aprendizaje: la extinción. La extinción ocurre cuando una respuesta antes condicionada disminuye en cuanto a frecuen-cia y finalmente desaparece.Para producir la extinción, uno necesita terminar la asociación entre los estímulos con-dicionados y los estímulos incondicionados. Por ejemplo, si hemos entrenado a un perro para que salive (respuesta condicionada) ante el repiqueteo de una campana (estímulo condicio-nado), podríamos producir la extinción haciendo que la campana suene en repetidas ocasio-nes, pero sin proporcionar carne (estímulo incondicionado; figura 2). Al principio, el perro seguiría salivando al escuchar la campana, pero después de algunos tañidos la cantidad de salivación probablemente disminuirá y el perro dejará de responder en absoluto a la campa-na; en ese momento, podríamos afirmar que la respuesta se ha extinguido. En suma, la ex-tinción ocurre cuando el estímulo condicionado se presenta en forma repetida sin el estímulo incondicionado. Debemos tener presente que la extinción puede ser un fenómeno útil. Considere, por ejemplo, lo que ocurriría si el miedo que experimentó usted al ver la escena del asesinato en la regadera de la película Psicosis, nunca se hubiese extinto. Probablemente temblaría de terror cada vez que se diera una ducha.Una vez que se ha extinguido una respuesta condicionada, ¿desaparece para siempre? No necesariamente. Pavlov descubrió este fenómeno al regresar con su perro unos días después de que parecía haberse extinguido el comportamiento condicionado. Si hacía sonar una campana, el perro salivaba de nuevo, efecto conocido como recuperación espontánea, o reaparición de una respuesta condicionada extinguida tras un periodo de descanso y sin un condicionamiento adicional.La recuperación espontánea explica por qué es tan difícil superar las adicciones a las drogas. Por ejemplo, los adictos a la cocaína que se consideran "curados" pueden experimentar un impulso irresistible de consumir la droga de nuevo si posteriormente enfrentan un estímulo que tenga fuertes conexiones con ella, como sería un polvo blanco (Tunstall, Verendeev y Kearns, 2013; Santos, Carey y Carrera, 2017; Steins-Loeber et al., 2019).Generalización y discriminaciónPese a las diferencias de color y de forma, para la mayoría de nosotros una rosa es una rosa. El placer que experimentamos con la belleza, el aroma y la gracia de esta flor es similar en el caso de los diferentes tipos de rosas. Pavlov advirtió un fenómeno similar. Sus perros solían salivar no solo ante el tañido de la campana que se utilizó en el condicionamiento original, sino también ante el sonido de una chicharra.Este comportamiento es resultado de la generalización del estímulo. La generalización del estímulo es el proceso en el cual, después de condicionar un estímulo para generar una determinada respuesta, los estímulos similares al original producen la misma respuesta. Cuanto más similares sean ambos, más probabilidades habrá de que ocurra la generalización. El pequeño Albert, a quien, como mencionamos, se condicionó a sentir miedo por las ratas blancas, creció con miedo también a otras cosas blancas y peludas. Sin embargo, según el principio de la generalización del estímulo, es poco probable que le haya tenido miedo a un perro negro, pues el color de este lo habría diferenciado lo suficiente del estímulo ori-ginal que le producía temor.La respuesta condicionada provocada por el nuevo estímulo no suele ser tan intensa como la respuesta condicionada original, aunque cuanto más similar sea el nuevo estímulo al viejo, más parecida será la nueva respuesta. Es poco probable, entonces, que el miedo del pequeño Albert a la máscara de Santa Claus fuera tan grande como el miedo aprendido que sentía ante una rata. De todos modos, la generalización del estímulo nos permite saber, por ejemplo, que debemos frenar ante todos los semáforos con luz roja, aunque haya variaciones menores en cuanto a tamaño, forma y tonalidad.En contraste, la discriminación de estímulos se presenta si dos estímulos son lo suficientemente diferentes uno de otro de tal modo que solo uno de ellos provoque una respuesta condicionada, mientras que el otro no lo hace. La discriminación del estímulo ofrece la posibilidad de diferenciar entre los estímulos. Por ejemplo, mi perra Cleo llega corriendo a la cocina al oír el sonido del abrelatas eléctrico, el cual aprendió que se usa para abrir su lata de alimento para perros cuando está a punto de servirse su cena. No entra en la cocina al oír el sonido del procesador de alimentos, aunque suena en forma similar. En otras palabras, discrimina entre los estímulos del abrelatas y el procesador de alimentos. De igual modo, nuestra capacidad para discriminar entre el comportamiento de un perro que está ladrando y el de uno que está moviendo la cola, puede generar un comportamiento de adaptación: evitar al perro que está ladrando y acariciar al amistoso. Más allá del condicionamiento clásico tradicional: suposiciones básicas en tela de juicioAunque Pavlov especulaba que todo aprendizaje no es más que largas cadenas de respuestas condicionadas, las investigaciones posteriores no han respaldado esta noción. Resulta que el condicionamiento clásico nos proporciona solo una explicación parcial de cómo aprenden las personas y los animales; en efecto, Pavlov estaba equivocado en algunas de sus premisas básicas.Por ejemplo, según Pavlov, el proceso de vinculación de estímulos y respuestas ocurre de manera mecánica, automática e irreflexiva. En contraste con esta perspectiva, los teóricos del aprendizaje influidos por la psicología cognitiva han argumentado que los alumnos de-sarrollan activamente una comprensión y una expectativa sobre qué estímulos incondiciona-dos en particular se igualan con determinados estímulos condicionados. El tañido de una campana, por ejemplo, da a un perro algo en qué pensar: la llegada inminente de alimento (Kirsch et al., 2004).John García, psicólogo del aprendizaje, también refutó las explicaciones tradicionales sobre cómo opera el condicionamiento clásico. Él descubrió que algunos organismos, incluidos los seres humanos, estaban biológicamente preparados para aprender cuanto antes a evitar alimen-tos que olían o se veían como algo que podría enfermarlos. Por ejemplo, un perro aprende rápidamente a evitar un alimento descompuesto que en el pasado lo enfermó. De igual modo, si cada vez que usted come cacahuates tiene dolor de estómago algunas horas después, final-mente aprenderá a evitarlos. De hecho, podría desarrollar una aversión condicionada al sabor, que consiste en asociar el sabor de cierta comida con síntomas desagradables tales como náuseas o vómitos. Si usted desarrollara una aversión al sabor de los cacahuates, el mero sabor de estos (o incluso su aroma o, en casos más extremos, verlos) podría producirle síntomas desagradables (García, 2003; Lin, Arthurs y Reilly, 2017; Schier et al., 2019).La parte sorprendente del descubrimiento de García fue su demostración de que el condicionamiento podía ocurrir incluso cuando el intervalo entre la exposición al estímulo condicionado de alimento contaminado y la respuesta de malestar era de hasta ocho horas de duración. Además, el condicionamiento persistió durante largos periodos y, en ocasiones, ocurrió incluso después de una sola exposición.Estos hallazgos han tenido importantes repercusiones prácticas. Por ejemplo, para impe-dir que los cuervos roben huevos, los granjeros que crían pollos pueden añadirle a un hue-vo una sustancia tóxica y dejarlo en un sitio en el que lo hallen los cuervos. La sustancia enferma temporalmente a los cuervos, pero no les causa un daño permanente; después de que han comido un huevo con una sustancia química, los demás ya no les resultan apetito-sos y evitan acercarse a ellos (Baker, Johnson y Slater, 2007; Bouton et al., 2011; Tobajas et al., 2019).

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