Análisis de Lazarillo y Don Quijote PDF

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Este documento presenta un análisis de las obras literarias Lazarillo de Tormes y Don Quijote. Se examina la autoría, el género, las fuentes y los temas centrales de cada una de estas obras, brindando información general sobre su contenido.

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LAZARILLO DE TORMES En 1554 y en tres lugares diferentes (Alcalá de Henares, Amberes y Burgos), aparece publicada una obra anónima que alcanzó rápidamente un enorme éxito: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, más conocida con la denominación de Lazarillo de Tormes. Se t...

LAZARILLO DE TORMES En 1554 y en tres lugares diferentes (Alcalá de Henares, Amberes y Burgos), aparece publicada una obra anónima que alcanzó rápidamente un enorme éxito: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, más conocida con la denominación de Lazarillo de Tormes. Se trata de la supuesta autobiografía de un hombre de humilde condición, algo del todo inusual en la época. Debido a la visión del mundo que el libro ofrece y al peculiar enfoque de los temas que trata, fue incluido en el índice de libros prohibidos en 1559. Es decir, la Inquisición prohibió su lectura y su difusión. Autoría Son varias las hipótesis acerca de quién pudo ser el autor del Lazarillo y de qué motivos le llevaron a ocultar su nombre. Se han propuesto como posibles autores varios nombres: fray Juan de Ortega, Hurtado de Mendoza, Sebastián de Orozco o alguno de los hermanos Valdés. Pese a que ciertos aspectos del libro lo acerquen a los planteamientos de alguno de estos escritores, no hay pruebas definitivas para atribuirles la autoría del libro a ninguno de ellos. En cuanto a los motivos que determinaron el anonimato de la novela, quizá pudo tratar se de una suma de ellos. Por un lado, el tono crítico con el que la novela aborda cuestiones como el comportamiento de algunos religiosos o la excesiva importancia concedida a la honra por los hidalgos. Por otro, lo vergonzoso de la situación final de Lázaro y de su actitud, que tratará de justificar contando aspectos relevantes de su vida. Y por último, la verosimilitud o apariencia de realidad que otorga a la historia presentarla como escrita por su propio protagonista. Género y fuentes Para presentar como creíble la historia de un personaje de baja extracción social, el escritor decidió emplear un molde que ya existía, el de la epístola autobiográfica. Este tipo de cartas tuvieron una enorme difusión en el Renacimiento y muchas de ellas, inventadas o reales, fueron reunidas en libros. Empleando este modelo, el autor del Lazarillo consigue una apariencia de realidad indispensable para hacer verosímil la historia de un humilde pregonero, y contribuye con ello al afianzamiento del subgénero novelístico de la picaresca. A este modelo el autor suma la aguda observación de la realidad de su época, además de integrar de forma original fuentes literarias de muy diverso origen. Estas fuentes, que dan cuenta de la formación cultural de su autor y de su talante humanista, son las siguientes: El asno de oro. Obra del escritor latino Apuleyo, con la que el Lazarillo coincide en el relato en primera persona de episodios biográficos que se estructuran en torno al servicio a diferentes amos. Baldus: Escrito por el italiano Teófilo Folengo, consiste en una parodia de los libros de caballerías y de los poemas heroicos. En esta obra un personaje de origen humilde relata su autobiografía, y en ella aparece la pareja del ciego y su ayudante. Autobiografías ficticias: Se trata de un subgénero asentado en la España de la época Novelas italianas y relatos populares: Muchos de ellos tratan sobre ladronzuelos, maleantes y otros pillos que se aprovechaban de la credulidad de las personas. Otros escritos: Por ejemplo, los relatos fantásticos de Luciano de Samosata el Crótalon de Cristóbal de Villalón o las narraciones tradicionales de origen árabe Al aunar estas influencias con la observación directa de la realidad contemporánea el escritor del Lazarillo mostraba su pretensión de verosimilitud, un propósito muy do al humanismo. Argumento El Lazarillo de Tormes se presenta como una carta autobiográfica que su protagonista escribe para explicar el "caso" a un destinatario al que se dirige como "Vuestra Merced". Este "caso", que se revela en el último tratado, es su dudosa actitud ante las relaciones ilícitas que su esposa mantiene con el arcipreste de San Salvador. En el momento en que redacta la carta, Lázaro ha alcanzado, tras muchos esfuerzos, la posición social más alta a la que puede aspirar con su oficio de pregonero, y decide restar importancia al adulte- rio de su esposa. Para explicar este comportamiento, narrará los episodios más relevan- tes de su vida, que le han llevado donde está y le han hecho como es. Temas La obra ofrece una dura visión de la sociedad de la época. De los asuntos que el Lazarillo aborda críticamente, en ocasiones con tono irónico y humorístico, cabe destacar tres: La religión: Desde una postura cercana al erasmismo, el libro recoge la actuación de algunos religiosos cristianos que, alejados por completo de los valores evangélicos, demuestran vivir en función de sus intereses materiales individuales. La avaricia, la falsedad y la lujuria son los vicios más criticados. La honra: Entendida como opinión que los otros tienen de una persona, se convierte en una obsesión para el personaje del hidalgo. Está asociada en él a las ideas del linaje y la limpieza de sangre, que le impiden trabajar para ganarse el pan y le hacen vivir obsesionado por las apariencias. Frente a esta honra heredada, Lázaro opone la idea de una honra ganada con trabajo, que al final queda ensombrecida por su situación de marido consentidor. El individualismo: Por un lado, no hay valores universales que muevan a los personajes de la obra: cada uno actúa por sus propios intereses materiales, sirviéndose del engaño y aprovechándose de los otros. Por otro, es la perspectiva individual la que construye el aprendizaje y la visión del mundo del protagonista. Prologo Se elogia la novedad de la materia que se va a tratar, señalando que, según los gustos cada cual, se puede obtener de su lectura deleite o provecho moral. Además, se menciona la honra y fama que los libros aportan a quienes escriben, y se justifica la redacción de la autobiografía como respuesta a la petición hecha por "Vuestra Merced". Los Tratados I a III, los más extensos, forman un bloque en el que el Lázaro niño va de cubriendo con sufrimiento el mundo que le rodea y en el que debe aprender a sobrevivir En los otros cuatro tratados Lázaro va madurando y progresando socialmente. Tratado I. Relata con ironía los humildes orígenes del protagonista, hijo de un monero ladrón y de una mujer que, tras quedarse sin marido, ejerce diversos oficios. Es madre la que decide entregarlo a un ciego, quien es el encargado de despertar a Lázaro de su inocencia infantil y hacerle ver que la astucia es indispensable para vivir. El mi trato recibido provoca que Lázaro se vengue de él y lo abandone. Tratado II. El motor del aprendizaje de Lázaro será el hambre que su nuevo am el cura de Maqueda, le hace pasar. La avaricia de este clérigo le obliga a ingeniárselas para poder mantenerse. Tratado III. Lázaro sirve a un hidalgo pobre o escudero, con el que al hambre se suma la obsesión por la honra de su amo, que le impide trabajar para sobrevivir. Esta postura, incomprensible para el protagonista, despierta su compasión por el noble, que acaba por abandonar al joven huyendo de sus acreedores. Tratados IV y V. Aparece un Lázaro algo más maduro, que se pone al servicio de fraile y de un vendedor de bulas. Con ellos comprueba la vida poco cristiana de algunos religiosos y cómo el engaño se ha convertido en un patrón habitual de conducta. Personajes Lázaro de Tormes: Es un mozo de humildes orígenes que para hacerse un hueco en el mundo está dispuesto a ejercer diversos oficios, a veces poco lícitos. Debía de ser un tipo común en la difícil época en que se escribe la obra. La originalidad de la novela consiste en hacerlo protagonista de un libro en el que cuenta su propia vida, a lo largo del cual va reflexionando sobre ella y aprendiendo cuáles son los valores sociales imperantes. El ascenso social que consigue queda relativizado por su indigna situación como marido. El ciego: Recoge limosna a cambio de oraciones. Este personaje era también reconocible para los lectores de la época, no solo por su presencia real en las calles, sino por ser además un modelo con abundantes precedentes literarios, como el Baldus. Algunas de las anécdotas que le suceden a Lázaro con él tienen su origen en relatos tradicionales. Su carácter irascible y suspicaz lo llevan a escarmentar violentamente a Lázaro cuando este trata de quitarle a escondidas comida, y entre ellos va creciendo un rencor que acaba con la venganza y el abandono de Lázaro. Sin embargo, es el ciego quien lo despierta de su inocencia y le enseña la necesidad de ser astuto en la vida. El cura de Maqueda: Representa la figura del avaro, conocida desde la literatura antigua. Su codicia y su gula suponen una crítica a la falta de valores cristianos en algunos sectores eclesiásticos. El hambre que Lázaro sufre con él lo obliga a aguzar su ingenio nuevamente para alimentarse. El hidalgo: Pertenece a la capa más baja de la nobleza y encarna la obsesión por la honra heredada y la limpieza de sangre, que le hacen simular una apariencia que no se corresponde con su miserable vida. Aunque en el siglo XVI tenían el privilegio de no pagar impuestos, su orgullo les impedía trabajar en ningún oficio que no fuera el de escudero, por lo que su situación económica era a veces muy difícil. Lázaro critica su consideración exagerada de la honra, pero se compadece de él y le consigue alimento. El buldero: Es un personaje que vive aprovechándose de la ingenuidad de los fieles cristianos, un tipo frecuente en un momento en que era habitual la venta de bulas y privilegios papales. Con su escenificación del falso milagro acaba con la poca ingenuidad que le quedaba a Lázaro. El arcipreste de San Salvador: Es una prueba más de la hipocresía y el interés mate rial común a otros personajes de la obra. A pesar de ello, el protagonista lo considera su protector. El "Vuestra Merced" a quien se dirige Lázaro aparece citado como amigo del arcipreste y probablemente sea algún superior suyo. Estilo El Lazarillo presenta la forma de una autobiografía, y es, por tanto, el protagonista el que relata la historia en primera persona. Su perspectiva individual es la lente a través de la cual se observa el mundo y se reflexiona sobre él. Respondiendo al ideal estilístico renacentista, el libro se escribe en un estilo llano. La verosimilitud y el decoro poético obligan a emplear un estilo humilde, en concordancia con la clase social del protagonista. Son habituales los giros del habla popular y los refranes. Además, el humor y la ironía están presentes en numerosos pasajes de la novela. Influencia posterior Algunos elementos empleados en la confección del Lazarillo serán imitados por escrito- res posteriores, lo que dará origen al nacimiento de la novela picaresca. Los rasgos vitales de Lázaro crean la figura del pícaro: personaje de origen humilde que desempeña diferentes oficios, algunos poco honrosos, y presta servicio a distintos amos. En los relatos picarescos, al igual que en el Lazarillo, el pícaro narra su experiencia y ofrece su visión del mundo a modo de autobiografía. La obra que afianza este modelo de novela es el Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán. Como Lázaro, Guzmán relata su atormentada existencia para explicar su situación de conversión a una vida virtuosa. Otros relatos posteriores se incluyen dentro de la novela picaresca. En muchos de ellos la autobiografía del pícaro es un recurso para burlarse de las pretensiones de ascenso social (es el caso de la vida del Buscón, de Quevedo) o para acumular anécdotas entretenidas (como ocurre en La pícara Justina, de López de Úbeda). DON QUIJOTE Contenido y estructura La obra consta de dos partes publicadas con diez años de diferencia. La primera de ellas sale de la imprenta en Madrid en 1605 con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. La segunda, titulada El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, se publica en 1615, poco antes de la muerte del autor. Primera parte Cincuenta y dos capítulos componen esta primera parte. Tras presentarnos al hidalgo enloquecido por la lectura de historias caballerescas, se narran las dos salidas iniciales de don Quijote en busca de aventuras. Primera salida. Dura apenas unos días y en ella don Quijote es armado caballero en una venta que él confunde con un castillo, aunque la ceremonia es una burla de los ritos que aparecían en los libros de caballerías. Más tarde, don Quijote queda malpara- do en una caída y es devuelto a su casa por un vecino. Allí, el cura y el barbero de su pueblo deciden quemar gran parte de la biblioteca de don Quijote, en su mayoría obras de ficción. Además, tapian el aposento de los libros y le dicen que un mago encantador se lo ha llevado. Segunda salida. Se produce ya en compañía de un labriego vecino a quien propone ser su escudero, bajo promesa de entregarle el gobierno de alguna ínsula o isla. Ambos caminan hacia el sur en busca de aventuras que, debido al choque entre la realidad y la fantasía de don Quijote, suelen acabar ridículamente en una constante parodia de las hazañas caballerescas. A lo largo de estos episodios aparecen numerosos personajes relatando historias que se intercalan en la acción central, y que responden a los géneros más leídos en la época relatos pastoriles (historia de Grisóstomo y Marcela), moriscos (el relato del cautivo) picarescos (el pasaje de Ginés de Pasamonte), relatos breves (El curioso impertinente), etc. -Segunda parte En esta ocasión escudero y caballero salen durante algunos meses en dirección a Aragón y Cataluña. Dos son las diferencias esenciales con la primera parte: por un lado, desaparecen las historias interpoladas; por otro, ya no es tanto el hidalgo el que interpreta fantásticamente la realidad, sino que aparecen personajes que, por afán de divertirse a su costa, fingen un ambiente caballeresco. Así sucede durante la estancia de los protagonistas en el palacio de los Duques, en la que Sancho llega a ser nombrado gobernador de una ficticia ínsula. Un original aspecto de esta segunda parte es que los personajes conocen la historia del hidalgo, pues se dice que han leído el primer libro. Finalmente, vencido por el caballero de la Blanca Luna (en realidad un joven bachiller de la misma aldea que el hidalgo), don Quijote regresa con Sancho a su hogar, donde aquel recupera la cordura y muere. Es muy probable que Cervantes acelerara la redacción de la segunda parte del Quijote tras la aparición de una segunda parte apócrifa firmada por Alonso Fernández de Avellaneda. Temas e interpretación El propósito declarado por el autor en el prólogo es la condena de los libros de caballerías, obras que no solo desaprobaba Cervantes, sino también los intelectuales humanistas. Criticaban este tipo de libros por diversos motivos, como estar escritos por malos literatos o contener numerosas mentiras. Mientras que estos intelectuales aportan serios argumentos en esta línea, Cervantes decide enfocar la crítica a través del humor y la parodia, una parodia que los lectores de la época podían detectar inmediatamente. Así, como libro cómico, fue leído en los siglos XVII y XVIII. Ya en el siglo XIX, los románticos harán una interpretación muy diferente según la cual don Quijote representa el valor de los ideales de libertad y justicia enfrentados a una realidad y una sociedad prosaicas. Más allá de estas lecturas y de la riqueza de significados de la novela, es necesario destacar la presencia de un tema fundamental, la literatura, que se manifiesta por distintas vías: la crítica de otras obras, la parodia directa de historias caballerescas, la utilización de los géneros más leídos en la época, las pullas dirigidas a escritores contemporáneos y, especialmente, el papel del escritor como hacedor de un maravilloso mundo de ficción. Técnicas narrativas En consonancia con esa visión de una realidad cambiante destaca el juego de narradores establecido por Cervantes: Narrador omnisciente. Existe un narrador que se alude a sí mismo en ocasiones y que llega a incluirse como personaje de la obra. Este narrador dice basarse en autores varios para escribir la historia, y a veces atribuye a estas fuentes las vacilaciones sobre ciertos detalles. Por otro lado, recurriendo a un recurso frecuente en los libros de caballerías, sostiene haber hallado un manuscrito árabe de un tal Cide Hamete Benengeli, cuya traducción le permite continuar la historia. Autores ficticios. Este Cide Hamete y el morisco que traduce su manuscrito se convierten en autores ficticios, aunque el "narrador primero" desconfía en ocasiones del trabajo de ambos. Los propios personajes. Se convierten en narradores, ampliando así los puntos de vista desde los que se observan. Esto sucede sobre todo en los relatos interpolados. Estilo El autor sigue el ideal humanista de un estilo natural, equilibrado y sin afectación, presen- te en la obra de autores que Cervantes admiraba, como Garcilaso de la Vega. Este ideal aparecía en tratados de la época como el Diálogo de la lengua de Juan de Valdés. Además. la riqueza de registros, el contraste de perspectivas, el uso de la ironía y la complejidad de las técnicas narrativas son las características estilísticas más relevantes. Otros rasgos de la obra son el empleo de nombres propios "parlantes" (que añaden peculiares significados a lo designado), juegos de palabras y neologismos. Registros El denominado decoro poético, según el cual los personajes debían emplear un habla acorde con su estatus social y cultural, conlleva que en la obra aparezcan diferentes registros de habla. Estos registros, que se aprecian en los diálogos, son el medio que Cervantes usa para caracterizar a los personajes y dar lugar a numerosos momentos cómi cos. La riqueza de registros tiene relación también con los variados géneros narrativos que aparecen en la obra (novela pastoril, morisca, etc.). Don Quijote. Utiliza con frecuencia un lenguaje arcaizante, imitado de los libros de caballerías, que ofrece una visión chocante e incomprensible de su figura a los demás personajes. En algunos de sus discursos, en los que hace muestra de sus ideales y su sólida cultura, se sirve de un registro culto y elaborado que solo algunos personajes como el cura pueden comprender. Además, en los momentos de arrebatada ira se muestra capaz de descender a los niveles más coloquiales del insulto y las maldiciones. Sancho Panza. Como labriego sin formación, su registro más habitual es el del haba popular. Hace un uso abundante de refranes, si bien en ocasiones utiliza variedades de habla que quieren aproximarse a la del hidalgo. Emplea numerosas expresiones poc lares consideradas vulgares, y deforma las palabras con efectos humorísticos. Contraste de perspectivas En el mundo hecho de palabras que constituye el Quijote destaca el original tratamiento y enfoque de la realidad. Lejos de ofrecer una visión única de los acontecimientos dados, se ofrece un juego de perspectivas distintas que inciden en el carácter cambia de esta realidad, en función de la mirada individual de quien la observa. Los abundantes diálogos son uno de los medios para ofrecer esas visiones diferentes de los hechos además de un elemento fundamental en su caracterización. Ironía Acorde con el contraste de perspectivas, un ingrediente fundamental del Quijote es la ironía que ahonda en ese distanciamiento con que la realidad es narrada. La ironía está prese en diversos planos de la novela: en la parodia de los libros de caballerías, en los varios papeles que desempeñan algunos personajes, en los comentarios del narrador, en los diálogos o en el hecho mismo de designar como historia real un relato de ficción.

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